Capítulo 11

Iba a retirarse, triste y cabizbaja, cuando vio salir a Hermione de la biblioteca. Al verla pasar, se le ocurrió una idea.

Al día siguiente la mayoría de los alumnos se encontraba en Pociones, cuando Camila llegó, muchos la vieron entrar, pero ella los ignoró. Se sentó junto con Millicent en uno de los últimos bancos.

Buscó con la mirada y vio a Blaise, una nueva sonrisa malévola se dibujó en su rostro. Volvió a buscar por el aula y vio a Hermione sentada en el segundo banco junto a sus amigos. Sacó su varita, vio que nadie la observara, apuntó con su varita primero hacia Hermione, luego hacia Blaise, repitiendo las mismas palabras, pero con el nombre del uno y del otro.

-Expecto amore Blaise; Expecto amore Hermione

Un humo transparente le llegó a ambos. Hermione conversaba con Harry cuando sintió una punzada en el corazón, como un "flechazo", lo mismo sintió Zabini. Voltearon a verse, fue como amor a primera vista. Hermione se puso roja de vergüenza al notar que el muchacho la observaba, por su parte Zabini se sentía acalorado.

Camila sonreía satisfecha desde su sitio, cuando una voz que arrastraba las palabras le interrumpió la diversión.

-Olvidaste devolverme mi libro de Pociones –le dijo indiferente Draco

-Ah sí –dijo restándole importancia, todavía mirando la reacción de Hermione- Millicent, puedes darle su libro por favor?

Mientras Millicent buscaba el libro en la mochila de Camila, ésta tenía fija la mirada en la reacción de Hermione, no podía ver a Zabini porque Draco le tapaba la visual. Molesto por la evidente indiferencia de su amiga, volteó a ver qué tanto interés tenía Camila en esa dirección, cuando se encontró con Harry, que había volteado a ver porque sentía que los observaban.

Draco hizo un gesto de odio, Harry disimuló y volteó. Millicent le alcanzó su libro, Draco se lo quitó de un jalón y se fue a su sitio.

-No puede ser que alguien sea tan cursi –comentó Camila- La sangre sucia está totalmente incómoda porque el idiota la estaba viendo, jaja

En ese momento, como siempre, Snape entró sin saludar, dando un portazo.

-Bien –dijo con su voz fría- Hoy trabajarán por parejas. Potter – Brown, Patil – Weasley; Zizold – Longbottom; Bulstrode – Goyle (Camila le dio un codazo a su amiga, que hizo que ésta se sonrojara levemente); Crabbe – Parkinson; Granger...Zabini;...; y Malfoy – Grissi

Hermione se puso roja, al igual que Zabini.

-Hoy sí me voy a divertir –pensó Camila

Todos iban a comenzar con sus pociones, cuando Snape vio con desencanto a Harry y Lavender.

-Pero qué error cometí –dijo irónico- Con lo malos que son ustedes dos en pociones tal vez hacen un estrago. Mejor los cambio con alguien más competente como pareja

Harry y Lavender se miraron, se sentían ofendidos.

-Bueno –dijo Snape- Señor Malfoy, tendrá que hacer pareja con la señorita Brown y...lo siento señorita Grissi, pero tendrá que hacer esta clase con Potter

Camila sintió que la tierra se hundía, no podía ser, no con él. Harry se puso colorado y fue a sentarse junto a Camila. Lila los veía de reojo.

-Yo iré por los ingredientes –dijo tímidamente Harry, Camila no le contestó

Durante la clase, ambos realizaban su poción en absoluto silencio, sin decirse nada y metiendo como podían los ingredientes, por lo que no fue raro que metiesen dos veces el mismo. Cuando lo bajaron del fuego, Harry agarró una botellita y le puso dos gotas, el líquido comenzó a burbujear más y más, hasta que todo el contenido del caldero salió como lava de volcán activo. Camila, empapada, comenzó a reprocharle a Harry por su ineptitud. Éste, sin querer quedarse atrás, se puso a la defensiva armando gran escándalo.

-Silencio! –gritó Snape, en el momento en que tocaba la campana para dar fin a las clases- Grissi, Potter, ustedes se quedan!

Camila bufó de rabia, Harry se cruzó de brazos. Sus compañeros iban saliendo, viendo a ambos empapados de una sustancia pegajosa.

-Acérquense –dijo Snape cuando no quedó nadie más

Ambos, manteniendo cierta distancia el uno del otro, se acercaron al escritorio de Snape.

-Son un vergonzoso ejemplo de un trabajo en equipo –comenzó a regañarlos- Como castigo, después de cambiarse esa ropa, irán al bosque prohibido a recoger el material que echaron a perder

-Pero señor –dijo Camila- Y el almuerzo y el resto de las clases?

-Debieron pensar en eso antes de desperdiciar material tan valioso por su incompetencia, señorita Grissi -contestó Snape- Ahora váyanse y los espero en 20 minutos para entregarles la lista de lo que deben recoger

Ambos salieron con destino a sus casas. Cuando Harry llegó, Lila, que ya no estaba molesta con él pero sí con Camila, le preguntó qué le había dicho Snape.

-Nos castigó –dijo lamentándose- Tenemos que ir al bosque prohibido a recoger materiales

-Iras sólo con esa Slytherin? –preguntó asustado Ron- Te puede hacer cualquier cosa!

-No exageres Ron –contestó Harry- No creo que me haga nada. Mejor me voy a cambiar, nos vemos después

Al llegar a su sala común, Camila fue directo a su habitación, donde la esperaba Millicent.

-Y? –le preguntó curiosa- Qué te dijo Snape

-Me castigó, tengo que ir al bosque prohibido con el cabeza rajada en busca de material

Camila entró al baño y se lavó el cabello. Luego salió secándoselo con una toalla.

-Quieres que vaya contigo? –se ofreció Millicent

-No, está bien –respondió Camila- De todas formas te lo agradezco

-Será mejor que te cambies –opinó su amiga

-Ay, qué flojera –dijo ella- Vestire cambiare

E inmediatamente en lugar de su ropa manchada apareció un uniforme limpio.

-Vamos al Gran Comedor? –le preguntó Camila a su amiga, dejando la toalla sobre su cama- Iré por una manzana y un poco de jugo antes de que sea hora de comparecer ante Snape

-Comparecer? Ni que fueras al cadalso –contestó Millicent divertida

-Para mi es igual –opinó Camila y salió

Rato después Potter tocaba la puerta del despacho del profesor de Pociones.

-Adelante –dijo Snape, y apareció Harry

-Permiso, profesor

-Ah, Potter –contestó él- Espere un momento hasta que llegue su compañera

Unos minutos después llegaba Camila con una manzana a medio comer en la mano.

-Aquí estoy profesor –dijo ella

Snape vio la manzana que traía la muchacha.

-No creí que le alcanzaría tiempo para ir a comer –comentó irónico- Cómo hizo dos cosas al mismo tiempo? Es decir, cambiarse e ir hasta el Comedor

-Eh...magia señor –dijo sonriendo tímidamente- Aprendí algunos hechizos simples pero muy útiles en el diario vivir

-Bueno, como sea –dijo Snape alcanzándoles un pergamino- Aquí tienen la lista de lo que deben traer. Lo encontrarán todo en el bosque prohibido

-Como diga señor –respondió Camila- Con su permiso

Y se fue. Tras de ella Harry salió corriendo, despidiéndose a la rápida de Snape.

-Delird –susurró Snape maliciosamente- Espero que Potter sepa defenderse...

Llegaron al bosque prohibido caminando sin mirarse y menos dirigirse la palabra.

-Allá hay babosas carnívoras –comentó Camila- Iré por ellas –Más pareció que era un autocomentario

-Yo ya ví las Acantobúbulas (unas plantas grises, de flores rojizas con manchas moradas) –dijo Harry- Iré por unos cuantos pétalos

Poco a poco fueron recogiendo los materiales que Snape les había indicado, cuando se toparon con un pequeño problema.

-Shit! –dijo Camila (la palabrota sonaba en español, es obvio, ellos estaban hablando inglés)- Fetos de canguro? Si eso no figuraba en la poción

-Al parecer Snape quiere quitarse el trabajo –comentó Harry fastidiado

-Profesor Snape –le corrigió Camila

-Perdón –dijo burlón- "Profesor" Snape. Ahora qué haremos?

-Aquí no lo encontraremos –contestó Camila- Tal vez quiso que nos las arregláramos

-No tengo ni idea de dónde conseguirlo –dijo el muchacho

-Yo sí, pero tendremos que ir hasta el callejón Knockturn

-Y cómo llegaremos allá? –preguntó Harry, sin atreverse a preguntarle cómo sabía que aquello había en un lugar tan peligroso

-Ya sé! –exclamó Camila- Yo iré por él

-No –dijo firmemente Harry- Tenemos que hacer el trabajo juntos, no vaya a ser que Snape se dé cuenta y nos dé un castigo peor

-Como quieras –dijo ella sin prestarle importancia- Ahora vengo

Camila salió corriendo, Harry la siguió hasta la entrada del castillo.

-A dónde irás? –preguntó él

-Espérame en el baño de Myrtle, tengo que ir por algo a las mazmorras

Con cuidado de que no la vean, Camila llegó hasta su sala común, que se encontraba vacía porque todos estaban pasando clases. Fue por el pasillo de las habitaciones de los chicos, cuando se topó con una puerta que tenía un cuadrito, donde figuraban 4 apellidos: Crabbe, Goyle, Malfoy, Zabini.

-Ésta es –susurró y entró cuidadosamente.

La cama de Draco era fácil de reconocer, además de ser la más ordenada, tenía apoyada en ella una escoba "Rayo de plata" (modelo anterior al Rayo dorado). Abrió su baúl y buscó el traslador que los había llevado el día anterior. Lo sacó con cuidado, estaba envuelto en una bolsa de cuero verde. Se lo llevó.

Entró al baño de Myrtle, donde Harry la esperaba apoyado en una pared.

-Aquí está –le dijo, mostrándole la bolsa

-Qué es? –preguntó él

-Nada que te importe, pero que nos ayudará –comentó secamente ella. Entonces abrió la bolsa y dejó ver un periódico amarillento, obviamente pasadísimo.

-Lo agarraremos al mismo tiempo –dijo Camila

Harry asintió y agarró el periódico al mismo tiempo que ella. Luego de sentir como si viajaran a toda velocidad dentro de un túnel oscuro, volvieron a pisar suelo firme. Harry reconoció el tenebroso callejón Knockturn al que alguna vez había llegado accidentalmente.

Camila, sin siquiera decirle que la siga, comenzó a caminar hasta que entró a la tienda del día anterior.

-Necesito un feto de canguro –le dijo a la anciana dueña de la tienda sin saludarla siquiera- Por favor, dése prisa

La anciana la miró con enojo por su falta de educación, pero igual fue a buscar su pedido. Agarró un frasco y se lo dio a Camila.

-Son 3 galeones –contestó la anciana

Cuando Camila iba a sacar el dinero para pagar, Harry se le adelantó.

-Aquí tiene –pagó el muchacho

-Vaya muchacha –comentó sonriendo la vieja bruja- Cada día apareces acompañada con un muchacho muy guapo

Camila miró de reojo a la anciana, agarró bien el frasco y salió.

-Deberían enseñarle modales –refunfuñó la bruja- Debe seguir molesta por lo de ayer

-Lo de ayer? –se extrañó el muchacho

-Ayer vino a comprar algunas cosas con sus amigos, le gustó una medalla demasiado cara. Fui sincera –se excusó como si la acusaran- Era imposible que ella se la llevara

-Por qué? –volvió a preguntar Harry

-80 galeones, no todos pueden darse ese lujo

-A qué medalla se refiere

-A ésa –señaló la anciana hacia la medalla que se encontraba en un estante

Harry vio la medalla, en verdad era muy linda.

-Bueno, será mejor que me vaya -sonrió nerviosamente, luego se despidió y fue tras la muchacha.

Camila lo esperaba agarrando la bolsa con el traslador.

-Qué tanto hacías? –preguntó molesta- No voy a esperarte cuanto quieras

-Sabes? –le comentó Harry- No eres tan mala persona después de todo

-Qué? –dijo ella sorprendida- Por qué dices esa estupidez

-Porque permitiste que te acompañara hasta aquí pudiendo dejarme allá con Snape sermoneándome sobre mi falta de responsabilidad y preocupación –se explicó- Además, porque sé que te duele haber discutido con Lila

-Cómo sabes eso?

-Lila me lo contó ayer, cuando volvió a la Sala Común

-Mira niño Potter, ni creas que me importa eso –dijo desafiante- Si hice lo que hice fue porque sé que Snape me castigaría a mi también, y yo contigo no quiero volver a pasar ni un segundo a solas, oíste?

-Por lo de ayer? –dijo él

Camila se sonrojó un poco.

-Lo de ayer... –murmuró- Ya arreglé eso

-Entonces dime qué fue lo que pasó

-Una broma pesada que un desgraciado me gastó pero que ya me cobré –sonrió triunfante- Ay! No sé por qué te lo cuento –refunfuñó evitando la mirada del chico

-Porque también estuve involucrado, lo recuerdas?

-Ni lo repitas, estoy harta de que medio mundo crea que me gustas –dijo hastiada

Harry se sonrojó.

-Mejor ya vámonos –dijo Camila, acercando el traslador a Harry

Eran cerca de las 8 de la noche cuando Camila y Harry entraron al despacho de Snape.

-Profesor –dijo Camila- Aquí están todos los ingredientes que nos pidió

Snape tomó la bolsa que le había entregado su alumna y fue sacando el contenido uno a uno.

-Esto no está completo –dijo Snape

-Oh, perdón –comentó Camila buscando en el interior de su túnica- Aquí tiene, esto es lo que falta...

Snape se sorprendió mucho al ver que la chica le entregaba un frasco que contenía el feto de canguro.

-Pero cómo? –se extrañó Snape

-No pregunte cómo –dijo Harry- El caso es que lo conseguimos

Snape vio de pies a cabeza a Harry, que no tenía ni un rasguño.

-Bien, está todo –comentó el profesor- Pueden retirarse, y en otra ocasión sepan hacer un mejor trabajo de equipo

Iban de salida, cuando Snape llamó a Camila.

-Señorita Grissi, debo recordarle que en dos semanas es la prueba de admisión al equipo de Quidditch

-Sí señor, lo sé

-Espero que logre entrar –comentó Snape

-Eso espero yo también, con permiso –dijo la muchacha y salió, con rumbo al Gran Comedor

Allí Lila conversaba con Oliver Wood.

-Entonces, ¿podrías enseñarme a volar en una escoba? –preguntó ilusionada ella

-Claro! –dijo con tono positivo Oliver- Mañana mismo si quieres, ¿te parece a las 6?

-Sí, por qué no –contestó, pensando triste en tan pocas horas de sueño- Entonces mañana te veo en la cancha de Quidditch

Lila se despidió y salió del Gran Comedor, topándose en la entrada con Camila. Ésta la miró seria y luego se dirigió a su mesa sin decirle nada. Esto a Lila le produjo una fuerte punzada dolorosa en el corazón, luego vio entrar a Harry, que le saludó con una sonrisa.

-Te vas ya a dormir? –le preguntó el muchacho

-Sí, es que mañana voy a entrenar con Oliver

La sonrisa se borró del rostro del muchacho.

-Para qué?

-Es que quiero aprender a volar en una escoba –explicó ella

-Me lo hubieras dicho, yo podía enseñarte –le reclamó Harry

-Ups, no lo pensé antes –dijo algo avergonzada- Es que él se ofreció amablemente. Bueno, buenas noches

Y Lila se fue hacia su torre sin darle mayor importancia al asunto.

Al día siguiente, un grito se escuchó en su habitación, era su despertador: ¡¡A HUGO LO PISARON EN EQUIPETROL EN HALLOWEEN CREYENDO QUE ERA UN CHULUPI DE VERDAD!. Pero Lila seguía dormida, ¡¡RODRIGO FUE A MÉXICO PARA ENCONTRARSE CON SU GRAN AMOR KUNO BECKER!. Lila volvió a ignorarlo, ¡¡VOLDEMORT TIENE A HARRY Y VA A MATARLO PARA DESPUÉS COMERLO EN LA CENA DE ACCIÓN DE GRACIAS COMO PAVO!

Lila se despertó sobresaltada, lo mismo que sus compañeras de habitación.

-Calla a ese demonio! –se enojó Parvati

Lila le dio la mano y lo regañó.

-No vuelvas a decir el nombre de Ya-sabes-quién, no todos lo escuchan con tanta familiaridad

El enano le sacó la lengua y luego se quedó quieto y dormido.

Aun medio dormida, Lila se vistió y salió de su habitación rumbo al campo de Quidditch. Una vez allí vio que Oliver la esperaba ya.

-Te atrasaste un poco –dijo sonriente

-Lo siento –se disculpó ella

-Toma –le alcanzó una escoba- La pedí prestada, puedes usarla

-Gracias –dijo ella sonriéndole- Eres muy lindo, eh...quiero decir, muy amable

Oliver sólo le sonrió.

-Bien, empezaremos con lo básico –dijo, empezando con la lección- Súbete a la escoba

Lila así lo hizo.

-Ahora golpea fuertemente con uno de tus pies el piso

Lila realizó la indicación, provocando que la escoba comience a elevarse. Ella, asustada, se abrazó del mango de la escoba. Oliver se acercó a ella.

-No te asustes, la escoba no se elevará más si tú no quieres

Lila se soltó un poco.

-Eso es, muy bien –la felicitó el muchacho- Ahora trata de conservar el equilibrio

Lila se esforzaba mucho, no era cosa fácil. Oliver la seguía de cerca, para evitar cualquier accidente. Volaron un poco, Lila ya había perdido el miedo.

-Muy bien! –volvió a felicitarla- Lo haces muy bien!

-Je, gracias –sonrió ella nerviosamente

A lo lejos se escuchó la campana que daba inicio a un nuevo día de clases.

-Demonios! –dijo Lila- Las clases!

Ambos bajaron al suelo. Lila le entregó la escoba a Oliver y le agradeció por todo, iba a marcharse así nada más, cuando reunió valor, volteó y le agradeció con un beso en la mejilla. El muchacho no tuvo tiempo de reaccionar, porque Lila se alejó a toda velocidad.

Lila entró silenciosamente en el aula de Historia de la Magia, más de la mitad de los alumnos estaba durmiendo mientras el profesor Binns escribía cosas en la pizarra.

-Y? –le preguntó en voz baja Hermione- Cómo te fue?

Harry, que estaba sentado a la derecha de Hermione, oía disimuladamente la conversación.

-Genial! –respondió emocionada- Oliver es muy lindo y muy amable. Es un excelente maestro

-Sí que es lindo –comentó Hermione- Con un maestro así, quién no quisiera aprender a volar mejor en la escoba

Molesto, Harry le dio un codazo a Hermione.

-Hermione! –la regañó- no seas irrespetuosa, el profesor Binns está hablando

Hermione lo miró extrañada, qué tenía que decirle él, si estaba casi durmiéndose; pero decidió ignorarlo.

-Luego me cuentas –dijo resignada la muchacha de cabello castaño- Yo también tengo que contarte algo

Cuando terminaron clases, Lila y Hermione salieron a dejar sus cosas para después ir a almorzar.

-Tengo que contarte algo –dijo Hermione avergonzada- Ayer me pasó algo extraño

-Qué cosa –preguntó Lila

-Tuve un encuentro "de otro mundo" con Zabini

-El de Slytherin? –se sorprendió Lila

-Shhh –la calló Hermione- Habla en voz baja

-Qué pasó?

Hermione le contaba que ayer Zabini y ella habían estado un rato en "lo oscurito" (o lo invisible? ;)), en un descontrol de ambas partes.

-Qué! –gritó Lila- Cómo que hiciste eso?

-No lo sé –se avergonzó más Hermione- El caso es que hoy, cuando desperté, no sabía por qué lo había hecho

-No hablaste con él?

-No, cómo crees, qué le voy a decir?

-Que qué fue lo que le pasó a él –dijo Lila, como si fuera obvio

-No puedo, me dá vergüenza –siguió Hermione- Lo peor es que algunos nos vieron

-Quiénes? –preguntó alarmada Lila

-Malfoy, Parkinson, Goyle, Parvati y Lavender

-Ay no! –se lamentó Lila- No puede ser!

-Pues es y no sé qué hacer –contestó Hermione- Lo cierto es que el tema Harry-Camila ya pasó de moda, ahora yo seré el centro de atención, por eso no quise bajar a desayunar

-Pero no puedes evitarlo siempre –dijo segura de sí Lila- Ven conmigo, entraremos juntas al Gran Comedor

Mientras se dirigían a almorzar, Lila esbozó una gran sonrisa.

-De qué te ríes? –le preguntó Hermione

-Recuerdo cuando Camila y yo nos metíamos en problemas parecidos –dijo Lila, apareciendo en su rostro un dejo de tristeza

-Qué tienes?

-Me acordé que el otro día traté muy mal a Camila sin razón –dijo Lila, al menos eso creo, pensó- Ahora está enojada conmigo

-Pídele disculpas –contestó Hermione simplemente

-Tienes razón –volvió a sonreír Lila- Ella no tiene la culpa de algunos cambios hormonales que me den