Capítulo 14

Al entrar al Gran Comedor para cenar, Harry se topó con Draco y Camila que salían de allí. Ambos chocaron contra él, tirándolo al piso y burlándose de él.

-Qué te pasa Potter? –se burló Camila- Eres muy débil o qué?

Harry se puso de pié y la miró desafiante. Ron, que estaba con él fue agarrado de la túnica por Crabbe, que le impedía ayudar a su amigo, mientras Goyle se ponía tras el pelirrojo.

-Qué demonios les ocurre? –preguntó molesto el muchacho de la cicatriz

Camila se acercó y lo agarró del rostro, acercándose a hablarle en el oído. Mientras tanto, Draco se agachaba a recoger algo que se le había caído y continuó con su camino.

-Es sólo que no nos simpatizas –dijo secamente- Será mejor que te cuides

Lila y Hermione ingresaron en ése momento. Al ver a su amiga Camila soltó a Harry con brusquedad y se fue, seguida por la mirada triste de Lila.

Esa noche, después de cenar, Lila y Harry habían salido a pasear por el lago tratando de olvidar el mal encuentro con los Slytherin. La muchacha le estaba contando todo sobre su país. Habían decidido ir a visitar a Hagrid, cuando 4 sombras los hicieron detenerse.

Los vieron con desconfianza, tenían unas capas negras y se dirigían hacia el bosque prohibido. Harry le pidió a Lila que se marchase al castillo, pero ella insistió con acompañarlo e ir tras los 4 misteriosos. Sin poder objetar Harry le dijo a Lila que se mantuviera tras de él. Ingresaron en el bosque prohibido tratando de no hacer mucho ruido para no alertar a los otros 4.

Iban siguiéndolos, a cierta distancia, cuando los perdieron de vista debido a la oscuridad. Lila andaba unos metros más atrás de su amigo porque no era muy hábil para andar por ese camino tan accidentado. Cuando levantó su mirada y Harry ya no estaba, asustada, comenzó a caminar más rápido, hasta que sintió una mano en su boca y vio que todo a su alrededor se oscurecía.

Un poco más adelante, Harry continuaba tratando de dar con los 4 sospechosos, cuando se percató que Lila ya no estaba con él. Preocupado regresó para encontrarla, cuando una luz en el cielo captó su atención: nuevamente aquella marca semejante a la tenebrosa.

Deseando que Lila estuviera bien, corrió hacia el lugar donde se originaba aquella marca. Buscó su varita para poder defenderse por si algo ocurría, cuando notó que no la tenía, la había perdido. Se acercó sigilosamente, cuando vio a una persona, parada, observando fijamente la marca.

-Quién eres? –preguntó cautamente Harry

La persona no respondió, mantenía la vista fija en la marca.

-Harry! –una voz llamó su atención, era Lila, que se encontraba amarrada a un árbol- Ayúdame!

El muchacho corría en ayuda de su amiga, cuando la persona se dio la vuelta, tenía una máscara y la capucha de la capa le cubría el resto de la cabeza. No le dijo nada, alzó su varita y la dirigió hacia Harry, susurró unas palabras, Crucio, una luz se dirigió hacia él: sentía como si le quebraran los huesos y le clavaran puñales por todo el cuerpo.

Lila gritaba asustada, mientras Harry se retorcía en el suelo, la persona se acercó a él y le dijo susurrando, impidiendo así que el muchacho reconozca si se trataba de un hombre o mujer.

-Pronto vas a morir Potter

Diciendo esto se fue, no sin antes hacerle un nuevo Crucio.

No supieron cuánto tiempo pasó, hasta que vieron llegar a Dumbledore, Snape y McGonagall para ayudarlos, pues habían visto la marca y los divisaron a la luz de ésta. Se llevaron a Harry a la enfermería, mientras trataban de consolar a Lila, que lloraba muy asustada.

-No pude hacer nada por él –lloraba desconsolada la muchacha- No pude!

-Cálmese señorita Zizold –decía con tono maternal McGonagall- El señor Potter va a estar bien

Al día siguiente Harry ya estaba mucho mejor. Estaban esperando a Snape en las mazmorras. Todos estaban bastante callados, a excepción de algunos Slytherin que bromeaban.

-Oye Zabini! –lo molestó Draco- Volviste a tener un encuentro del tercer tipo con Granger? Jaja, cualquiera diría que te "embrujaron"

El resto de los Slytherin reía con muchas ganas por la burla, mientras Zabini maldecía a Malfoy.

-Cállate Malfoy! –le exigió avergonzado Blaise, mientras Hermione, enrojecida, trataba de pasar desapercibida por las miradas intrigadas de los de su casa

-No te enojes –siguió burlándose Camila- Todos saben que tú y la sangresucia son el uno para el otro, jaja, ayer los vimos muy entretenidos

Mientras los Gryffindor trataban de ignorar las burlas, aunque Ron estaba siendo detenido por Seamus y Dean para no ir a golpear a Malfoy, Parvati se acercó a Harry.

-Harry –le dijo Parvati- Ayer encontré tu varita en la entrada del cuadro

-Ah? –se extrañó Harry- Gracias Parvati, seguro se me cayó

-En mala hora se te cayó –le dijo muy triste Lila- Hubieras podido defenderte

-Ya no te preocupes –trataba de reconfortarla Harry- Ya pasó

Muy enojado por las continuas burlas, Ron sacó su varita, y soltándose de sus opresores, se dirigió hacia donde estaba Draco. Goyle, que estaba parado cerca de ahí, al verlo desatento le quitó la varita y se la llevó a Draco.

-Vaya, vaya –decía triunfal Draco- La varita de Weasley, nada interesante has de hacer con ella, de seguro ni sirve, como es de segunda mano...

-Dásela Malfoy –gritó Harry desde su lugar

-Dame mi varita, hurón saltador –le exigió Ron

Fue entonces que Camila le quitó la varita a Draco.

-¿No quieren saber las cosas que Weasley hace con ella? –se burló ella- Tal vez hace hechizos para hacerse más famoso, para conseguir dinero gratis o para cambiarse el color tan horrible que tiene de cabello, aunque toda su familia lo necesitaría, jaja

Al oír lo último, Ron enrojeció de rabia.

-Averigüemos qué fue lo último que hizo Weasel –continuó Camila, sin darse cuenta que Snape ya había entrado- Prior incantato!

Y de la varita comenzó a brotar una niebla verdosa que adquirió la forma de la marca semejante a la tenebrosa, causando el griterío y alboroto de todos los de su clase, que asustados querían salir de allí.

-Basta! –los calmó de un grito Snape- Grissi, déme esa varita

Asustada, Camila le dio la varita de Ron a Snape.

-Weasley –le ordenó- Sígueme

Snape llevó a Ron hasta el despacho de Dumbledore, quien al verlo no se extrañó demasiado, no era la primera vez que era castigado por el profesor de Pociones, aunque ésta vez ni el mismo Director de Hogwarts se imaginaba la magnitud de la acusación. Junto a Dumbledore estaba Cornelius Fudge, el aun no despedido Ministro de la Magia.

-Qué fue lo que pasó esta vez Severus –dijo el anciano sonriente- Qué hizo esta vez señor Weasley?

Ron no sabía qué decir, estaba tanto o más asustado que el resto de sus compañeros.

-Encontré al autor de la marca –dijo con malicia Snape- Fue él

Dumbledore no podía creerlo, Fudge se puso de pié ante el comentario.

-Qué dices? Eso no puede ser Severus, él es hijo de un miembro del Ministerio, de Arthur Weasley –dijo Fudge

-Aquí tengo la prueba –aseveró Snape sosteniendo firmemente la varita de Ron- Prior incantato

Y nuevamente los vestigios de la marca surgieron, dejando a los presentes con la boca abierta.

-Será mejor que llamen a sus padres –aconsejó Fudge- Si esto es o no una broma, ellos deberán saberlo

-Yo no creo que haya sido él –dijo serenamente Albus Dumbledore- Se necesita mucho poder y conocimiento para realizar una marca como ésa, sobre todo conocimiento de magia oscura

-Yo no fui –dijo por fin Ron, reaccionando- Les juro que yo no fui

-Su varita dice lo contrario –comentó seriamente el Ministro- Tendremos que hablar con sus padres

-Por favor señor –rogó Ron sollozando- Yo no tengo nada que ver en esto. Es un error, pero si quieren castíguenme a mi, no le quite el trabajo a mi padre, por favor, se lo suplico

Fudge se quedó callado al ver a Ron sollozando, suplicando que no metiera en el problema a su padre.

-Cálmese señor Weasley –trató de tranquilizarlo el Director- Sólo debemos decirle a sus padres lo ocurrido, nadie involucrará a su padre, no se preocupe

-Sin embargo –los interrumpió Snape- Tenemos una prueba muy clara de que el hechizo salió de ésta varita

-La varita pudo usarla cualquiera, Severus –aseveró Dumbledore arreglándose sus gafas de media luna

Ése día las cosas no estuvieron muy tranquilas para los Gryffindor, todos estaban preocupados por la suerte de Ron, porque creían que lo podían castigar duramente, inclusive mandarlo a Azkaban como sospechoso de ser mortífago. Los padres de Ron acudieron al llamado del Director de Hogwarts, y como era obvio, estaban seguros de la inocencia de su hijo.

A falta de más pruebas, porque nadie lo había visto invocar el hechizo, absolvieron a Ron hasta conseguir contra él pruebas más contundentes que su varita. En su torre, sus amigos y compañeros recibieron a Ron como a un héroe, seguido por sus llorosos padres, incluso Lila se alegró al saber que el molestoso amigo suyo estaba libre de culpa.

-Me alegro que todo se haya arreglado tan pronto –dijo sonriendo Lila

-Gracias –sonrió Ron sinceramente- En verdad gracias Lila

En las mazmorras, sala común de Slytherin, también los de esa casa se habían enterado del fallo de Ron. Obviamente no les causó nada de gracia.

-Es absurdo! –se quejaba Draco, andando de aquí para allá- Tienen una prueba como ésa y ni siquiera lo castigan. Solo faltaba que lo premien!

-Relájate –le recomendaba Camila, que estaba sentada como siempre con Nagi en su regazo- Ése asunto no nos incumbe

-Debió hundirse! -gritó Draco

-Cálmate –le dijo su amiga- Es obvio que el vejete de Dumbledore no permitirá que les pase nada a sus protegidos, por más que sean mortífagos comprobados

-Es absurdo –comentó Millicent- Con una prueba así, mandaban a cualquiera a Azkaban

-Es que no es cualquiera –continuó Camila- Es uno de los preferidos de Dumbledore. Él y Potter salvaron tanto a Hogwarts que el anciano está en deuda con ellos

-Maldito Dumbledore –dijo apretando los puños Draco- Si tan sólo...

-Ten cuidado con lo que vas a decir –le advirtió Camila- Recuerda que aquí hasta las paredes oyen

-Tienes razón –se detuvo Draco mirando sospechosamente a todas partes

-Ya dejen de pensar en eso –dijo Camila, poniendo a Nagi dormido sobre el sillón y levantándose- Mejor hagamos algo divertido

-Como qué –preguntó Goyle

-Salgamos al jardín, a jugar 2 contra 2 –ofreció Camila, a lo que sus amigos aceptaron

Salieron, una vez afuera, ella, Draco, Goyle y Millicent se pusieron frente a frente. Mientras Crabbe se sentaba a cierta distancia, sobre la hierba, comiendo unas galletas. Sólo la luz de la luna los iluminaba.

-Bien, yo haré equipo con Goyle –dijo Camila

-Y para qué –le preguntó Draco

-Jugaremos al duelo, Gregory será mi segundo –contestó la muchacha

-Entonces Millicent será mi segunda –dijo Draco- Te enfrentarás a mi Camila

-Será un placer –sonrió divertida Camila, sacando su varita- Listo?

Se pusieron a unos 3 metros de distancia, empuñaron sus varitas y Camila comenzó con las instrucciones.

-Cada uno dice el hechizo que mejor le parezca, solo tiene que lograr superar al otro

-Muy bien, pero te advierto que estuve en el club de Duelo –respondió Draco- Comienza tú

-Como quieras –dijo Camila- Listo Gregory?

-Listo –dijo muy seguro Goyle

-Lista Bulstrode? –preguntó por su parte Draco

-Lista –contestó Millicent

Lila y Harry recorrían los pasillos, con la capa sobre ellos, tratando de salir del castillo para poder hallar pruebas que absuelvan totalmente a Ron. Cuando estuvieron fuera, vieron a los Slytherin reunidos, lo que llamó su atención. Se acercaron y los reconocieron.

-Es Camila –dijo en voz baja Lila

-Qué estarán haciendo? –comentó Harry

De pronto, Camila realizó el primer movimiento con su varita.

-Expelliarmus! –dijo ella, haciendo que Draco saliera volando

Esta acción provocó la risa de Harry y Lila, aunque tuvieron que disimularla para que no los descubran.

-Demonios! –se quejaba Malfoy incorporándose malhumorado- No pude esquivarlo!

-Te toca –dijo tranquilamente Camila

-Bien –contestó Draco- Desmaius!

El movimiento del muchacho había sido tan rápido que Camila no pudo evitar la luz, por lo que cayó desmayada. Goyle, con un Enervate, hizo que su compañera se repusiera.

-Bien hecho Draco –lo felicitó Camila, mientras se recomponía- Ahora es mi turno

-Valen hechizos prohibidos? –preguntó divertido Draco- Has que esto sea interesante...

-Como quieras –respondió la muchacha- Imperio!

Draco no supo qué hacer, sentía como si alguien lo manipulara.

-Bien Draquito –dijo burlona Camila- Arrodíllate

Ante el asombro de sus amigos y la diversión de Harry y Lila, Draco así lo hizo.

-Ahora besa el césped –siguió ordenándole Camila, a lo que Draco no se opuso

-Levántate –le dijo- Finite incantato

Draco reaccionó algo avergonzado.

-Muy graciosa –dijo molesto- Crucio!

Pero Camila logró esquivar el hechizo gracias a un rápido movimiento.

-Estuvo cerca –dijo Camila- Te pasaste de listo

-Relaxo –dijo Malfoy, apuntando a las piernas de Camila, que no pudo evitarlo y cayó sobre el suelo sin fuerza

-Demonios! –se quejó Camila- Finite incantato

Y cuando se hubo recuperado, Camila se paró nuevamente. Desde donde expectaba Lila se mostraba preocupada, y más cuando escuchó el Crucio de Malfoy, deseaba hacer algo por su amiga, pero sabía que si ella se enteraba que estaba espiándola se enojaría aun más (si es que eso era posible).

-Muy ingenioso –dijo Camila- Fuiste muy astuto

-Gracias –se pavoneó Draco

-Petrificus totalus –invocó Camila, antes que Draco dijera nada más, provocando que cayera pesadamente

-Finite incantatem –fue Millicent quien ayudó esta vez a Draco

-Basta de juegos –dijo al recomponerse Malfoy- Serpensortia!

-Mala elección –opinó Camila- Rictusempra!

Malfoy volvió a volar por los aires, cayendo sentado, como siempre, y muy adolorido. La serpiente creada por él se acercaba amenazadoramente a Camila, quien no se movía.

-Haz algo! –le pidió Lila a Harry

-No te preocupes –la calmó Harry- Yo me encargaré

Iba a acercarse, aunque lo vieran, cuando notó que la serpiente no tenía ni la mínima intención de hacerle daño.

-Vas a lastimarme? -le dijo en voz baja Camila desafiante a la serpiente

-No, no lo haré -habló la serpiente, por lo que Harry creyó que estaba volviéndose loco

-Bien -siguió Camila- Mejor vete antes que el mismo Draco te haga desaparecer

-Me iré -contestó la serpiente, luego se acercó a ella, parecía que iba a morderla.

Sin embargo, se dejó agarrar por Camila, quien la acercó a ella.

-Alguien está observándolos -le confió en secreto la serpiente- Está en esa dirección

Indicó con la cabeza la dirección donde se encontraban los Gryffindor, luego Camila la soltó y la serpiente se fue.

Draco, adolorido aun, se acercó a ella.

-Muy graciosa –le reclamó- Volviste a lanzarme por los aires

Pero Camila no le dijo nada, parecía estar buscando algo con la mirada.

-Quédate quieta –le dijo Harry a Lila- Y muévete en silencio hacia tu derecha

Lila obedeció, paso a pasito fueron alejándose de allí.

-Qué te ocurre? –preguntó molesto Draco al sentirse ignorado

-Está todo bien? –preguntó Millicent- La serpiente no te hizo nada

-Silencio! –ordenó en voz baja Camila- Avada kedavra!

Una luz verde se desprendió de la varita de Camila, yendo a chocar contra uno de los muros de piedra y fundiendo el material macizo.

-Fallé! –se enojó la muchacha

-Para qué hiciste ése hechizo? –preguntó intrigado Draco

-Quería encontrar a un curiosito que anda por ahí de invisible

-Potter? –contestó Draco, escudriñando los alrededores

-Es el único que tiene una capa de invisibilidad

-Mejor vámonos –sugirió Millicent incómoda- Mañana tenemos clase de costumbres muggle...

-Ah, eso –dijo despectivo Draco- Cómo se atreven a cambiar nuestro horario, meternos a una nueva materia y todavía con Gryffindor!

-Deja de quejarte –le dijo Camila- Vámonos

Cuando llegaron a su sala común, muy agitados, Harry y Lila se quitaron la capa.

-Iba a matarnos! –dijo aun asustada Lila- Escuchaste el hechizo?

-Sí –respondió cansado Harry- No puedo creerlo

-Estoy muy agotada, quiero ir a dormir –dijo Lila aun asustada

-Bien –contestó Harry- Nos veremos mañana

-Buenas noches –dijo Lila sonriendo levemente y marchándose

-Buenas noches –contestó también sonriente el muchacho

Una vez en su cama, Harry estaba cambiándose, se acercó a Ron para saber si estaba despierto y poder contarle lo que había ocurrido.

-Ron! –dijo en voz baja, pero su amigo estaba dormido.

Ron sostenía en su mano el libro de los Chudley, que se le cayó. Harry se inclinó a recogerlo, cuando notó que los zapatos de Ron estaban tirados desordenadamente, Harry sonrió, su amigo nunca cambiaría. Decidió ponerlos más ordenadamente cuando notó que estaban llenos de lodo, como si hubiera caminado por el bosque. No se había percatado de eso, y es que ésos eran sus zapatos de casa, los que se ponía con ropa muggle (al menos Ron podía tener el lujo de tener zapatos exclusivos para su uniforme, aunque sean usados).

Harry miró extrañado a Ron, ¿qué podía estar haciendo él en el bosque? Si Ron era muy cobarde como para ir por allá.

-Es absurdo –dijo, meneando la cabeza- Lo de su varita fue una trampa, seguramente fue a buscar pistas como nosotros. Eso debe ser

Y retornando a su cama, se acostó y se quedó dormido.

Al día siguiente, Slytherin y Gryffindor, se encontraban en un aula esperando a su maestra de Costumbres Muggle.

Draco, adolorido, apenas podía sentarse, causando la risa de Camila.

-Jajaja, no seas exagerado

-Claro, como tú no caíste sentada –respondió molesto Draco

-Imagínate si la serpiente no era inofensiva –comentó Camila- Me hubiera ido peor que a ti

-Le dijiste algo a la serpiente? –preguntó Millicent

-Claro que no –dijo Camila- Cómo podría yo hablar con ella?

-Parecía que le decías algo –comentó Goyle

-Cosas de ustedes –dijo Camila- Simplemente la serpiente resultó inofensiva

-Buenos días alumnos –saludó la profesora, a lo que los Gryffindor contestaron, los demás la ignoraron, porque la materia no les gustaba- mi nombre es Griselda Lockhart

-Tiene parentesco con Gilderoy? –preguntó Lavender interesada

-Eh, sí –contestó su maestra- Es mi hermano

-Espero que no resulte tan tonta como él –bromeó Draco, provocando las risas de sus compañeros de la Casa de la Serpiente

-Más respeto, señor...

-Malfoy –respondió altanero Draco- Draco Malfoy

-Bien, pues espero más respeto de su parte señor Malfoy, y de parte de todos –dijo enojada la señora Lockhart- Empezaremos con algunas preguntas

-Sobre qué? –preguntó preocupada Hermione

-Cosas simples sobre muggles, no se asuste señorita –dijo sonriendo la profesora- Quién puede decirme para qué sirve un timbre?

Como era de esperarse, Hermione levantó la mano. Por su parte, Camila evitó reírse por la pregunta tan boba.

-Usted señorita –indicó la profesora

-Un timbre sirve para colocar en la puerta de entrada de las casas de los muggles y así ellos sepan cuando hay alguien que quiere entrar

-Muy bien, 5 puntos para Gryffindor –la felicitó la profesora Lockhart- Ahora, díganme para qué se utilizan los fósforos

-Para prender fuego –contestó aburrida Camila

-Bien –dijo la maestra- Quién dijo la respuesta?

-Fue ella –contestó Camila, señalando a Millicent que la veía confundida

-Excelente –la volvió a felicitar- 5 puntos para Slytherin

-Esto es aburridísimo –dijo a medio dormir Draco, a sus amigos- Me despiertan cuando haya terminado

-Quién puede decirme el nombre de una obra teatral muggle

-Romeo y Julieta –respondió Lila

-Muy bien señorita –dijo Lockhart- 5 puntos para Gryffindor

-Bien hecho –la felicitó Harry

-Ahora, como parte de la materia, quiero que realicen una obra de teatro muggle

El anuncio hizo despertar a Draco muy sobresaltado.

-Qué! –dijo el muchacho- Nosotros no venimos a hacer ridículas obras de teatro al colegio, venimos a aprender magia!

-Por su falta de respeto, señor Malfoy, 5 puntos menos para su casa

Molesto, Draco se sentó, murmurando palabrotas contra la profesora.

-Como decía –continuó su maestra- Harán una obra de teatro, la que más les guste

-Tendremos que actuar todos? –preguntó Hermione

-Oh, no –contestó la profesora- Sólo los que yo elija, el resto tendrá ocupación en utilería, vestuario, y claro, dirección de la obra

-Yo puedo dirigirla? –se ofreció emocionada Hermione

-Si usted quiere...-contestó Lockhart- Y no hay nadie que se oponga

-Yo quiero ser el director! –reclamó Draco

-Cálmese señor Malfoy –lo calló la maestra- Veremos quién lo hace mejor

-Y quiénes actuarán? –preguntó curioso Seamus

-Veamos, los elegiré a la suerte según la lista

La profesora Lockhart agarró el pergamino con la lista de ésa clase y los fue nombrando: Potter, Weasley, Longbottom, Finnigan, Thomas, Zizold, Brown y Patil; de Slytherin serán: Bulstrode, Goyle, Crabbe, Zabini, Parkinson, Grissi, Higgs y Derrick.

-Yo no sé actuar –argumentó fastidiado Zabini

-Claro –se burló Camila- Pero aprovecha, tal vez en uno de los intermedios puedes darte un tiempito y disfrutarlo con Granger, jaja

-Por favor, déjense de bromas –les pidió la profesora- Ahora sólo falta elegir la obra

-Si quiere yo puedo traer algunas para escogerlas –se ofreció Lila

-Gracias, señorita...Grissi, verdad?

-Ésa soy yo! –se enojó Camila- Ella apellida Zizold!

-Disculpen –se excusó la profesora- Señorita Zizold

-Estúpida –susurró molesta Camila

-Bueno, entonces aceptamos su oferta

La campana de salida sonó, los Gryffindor salieron emocionados y comentando lo interesante que parecía, mientras los Slytherin la calificaban como la peor de las clases.

-Es absurdo! –se quejaba Malfoy- Nunca actuamos y ahora nos quiere obligar!

-Pero si tú quieres ser el Director –le dijo Camila

-Eso fue por darle la contra a la sangresucia, no pensaba permitir que una como ella mande sobre nosotros

-Sabían que hay un nuevo profesor de DCAO? –comentó Goyle

-Y qué pasó con el otro? –dijo Millicent

-Parece que se enfermó –contestó el muchacho algo avergonzado porque no esperaba que la chica le hable

-Esa clase la tenemos en la tarde...-dijo fastidiado Malfoy

-Y con los Gryffindor –terminó Crabbe, comiéndose unos dulces

En la tarde, nuevamente los alumnos de ésas casas estaban en un aula, cuando entró Dumbledore.

-Muchachos –dijo solemnemente- Quiero presentarles a su nuevo maestro

Todos voltearon hacia la puerta de ingreso del profesor. Entró un hombre, vestido de negro, aunque de mejor manera que Snape, con el cabello negro corto y una gran sonrisa.

-Sirius! –exclamó emocionado Harry

-No es posible! –dijo molesto Malfoy- Él es un asesino buscado por los dementores

-Debo corregirlo –dijo tranquilamente Sirius- No soy un asesino, todo fue un gran error. Ahora todos saben la verdad y me absolvieron

-Bien, los dejo con su maestro –dijo Dumbledore- Suerte Sirius

-Gracias profesor –contestó Sirius

Dumbledore se fue. Los Gryffindor se sentían bien con su nuevo profesor, mientras los Slytherin lo miraban con asco.

-Quiero conocerlos, así que llamaré lista –dijo Sirius, agarrando su pergamino

Los fue llamando, cuando llegó a Lila.

-Lila Zizold...¿Topret? –preguntó buscando a la muchacha con la mirada

-Aquí estoy –respondió Lila, levantando el brazo

-Tu nombre es Lila y tu segundo apellido Topret?

-Qué, no sabe leer? –se burló Zabini, a lo que Sirius ignoró

-Sí, por qué? –preguntó Lila

-Por nada

Sirius continuó con la lista de Slytherin, los muchachos le contestaban de mala gana, sobre todo Malfoy.

-Camila Grissi...¿Delird? –se sorprendió Sirius

-Presente –contestó de mala gana Camila

-Tú eres Camila?

-Claro, sino no hubiera dicho "presente" –se burló la muchacha

-Tu apellido es Delird, no está modificado?

-No –respondió secamente Camila- Aunque hubiera sido interesante modificarlo, no lo cree? Qué le parece Lirdde? O Irddel? No lo creo, mamá se enojaría y mi abuelo aun más, jaja

Sirius trató de ignorarla. Su clase fue más que todo de repaso de todo lo que habían hecho antes. Al final Gryffindor ganó 45 puntos y Slytherin sólo 20.

-Absurdo! –se quejó Malfoy mientras salían del aula- Primero la estúpida de Lockhart y ahora éste ex presidiario

-No me da buena espina –comentó Camila

-Por qué? –preguntó Millicent

-No sé, creo que el equipo de Dumbledore está creciendo demasiado. Debemos tener mucho, mucho cuidado

Después de la cena la profesora Lockhart llamó a los Slytherin y Gryffindor para elegir la obra de teatro. Lila había llevado unos libros y estaba leyendo los resúmenes de cada uno, cuando fue interrumpida por Camila.

-Ya me aburrí –dijo Camila- Me voy

-Yo también –dijo Malfoy poniéndose de pié

-Los dos se sientan! –los regañó la profesora- Es una falta de respeto contra su compañera

-Tenemos cosas más importantes que hacer que escucharla leer esas bobadas –respondió de mala manera Malfoy

-Tenemos que ir a entrenar –dijo de mejor forma su amiga- No quise ser grosera, lo lamento

-Entrenamiento de qué? –preguntó curiosa Lockhart

-Quidditch –explicó Camila- Podemos irnos?

-Está bien –dijo molesta la maestra- Pero mañana recibirán sus roles

-Gracias –dijo con una media sonrisa Camila- Con su permiso

Tras de Camila salió Malfoy. Cuando estuvieron afuera, Camila borró su sonrisa.

-Nota mental –le comentó a su amigo- Vengarse de Lockhart

-De qué casa es ella? –les preguntó Lockhart a sus alumnos

-De Slytherin –contestó tristemente Lila

-Slytherin? –se extrañó la maestra- Pero si en ésa casa nunca hubo mujeres en el equipo

-Ahora la hay –comentó Harry- Es la guardiana

-Es tan insoportable como Malfoy -agregó Seamus

-Más insoportable –comentó Dean

-Eso no es cierto –se enojó Lila- Ella no es así, no sé por qué se comporta como lo hace

-Bueno, bueno –terminó la discusión Lockhart- Vamos con lo nuestro. Qué obra les gustó más?

-A mi me gustó mucho Romeo y Julieta –contestó Parvati

-Muy bien –aprobó Lockhart- Alguna otra obra?

-Romeo y Julieta es muy bonita –opinó Hermione- Pero es muy repetitiva

-Tal vez –la animó Lila- Pero podemos adaptarla al mundo mágico

Ante la propuesta, Hermione mostró mucho interés.

-Podremos hacerlo? –preguntó Lavender

-Es una gran idea señorita Zizold –la felicitó la profesora- Entonces ¡adaptaremos Romeo y Julieta!

-Pero cuándo? –preguntó interesado Ron- Pasado mañana muchos se irán para Navidad

-No sería mala idea hacer la obra sólo con muchachos de Gryffindor –comentó bromeando Neville

-Eso sí que no –dijo Lockhart- Debemos ser buenos compañeros y hacer un trabajo en equipo

-Será divertido! –los animó Lila- Tal vez no son tan malas personas

Ante el comentario, todos sus compañeros la miraron enarcando con una ceja.

-Lila tiene razón –la apoyó Harry- No nos simpatizan porque no los tratamos, ni ellos a nosotros, pero tal vez trabajando juntos todo cambie

-Por qué no –los apoyó Hermione encogiéndose de hombros

-Entonces, después de Navidad me presentarán la adaptación de la obra –les dijo la profesora- De acuerdo?

-Claro! –respondió emocionada Lila- Después de Navidad tendrá la obra lista

-Y será entonces que elegiremos a nuestros protagonistas –concluyó la maestra