Capítulo 17
En el Gran Comedor, aunque no eran muchos los estudiantes que estaban allí para la Navidad, el ambiente de fiesta no era escaso. Los lindos y enormes árboles navideños adornaban y alumbraban el salón, algunas hojitas de muérdago estaban colgadas en la puerta, guirnaldas y flores rojas estaban colgadas en las paredes, mientras la nieve que no llegaba a tocar el piso bajaba del techo encantado.
Lila entró y buscó con la mirada a sus amigos, cuando al fin los encontró notó que Hermione y Ron tenían un color bastante escarlata en el rostro, mientras Harry se veía divertido bromeando con Seamus y Dean. La muchacha se acercó a ellos.
-Feliz Navidad –dijo sonriente Lila
-Feliz Navidad –contestaron Seamus y Dean
Harry se recorrió un poco, de manera que Lila pueda sentarse a su lado. La muchacha así lo hizo quedando frente a los sonrojados Hermione y Ron, que estaban sentados dándose la espalda.
-Por qué están así? –preguntó por lo bajo Lila- Pelearon otra vez?
-No –respondió sonriendo Harry- Ambos se pararon bajo el muérdago
-Y? –preguntó inocente la muchacha
-Tuvieron que besarse –respondió Harry disimulando la risa
Lila trataba de imaginarse la escena tan bochornosa de ambos, pero por compasión no se largó a reír.
Después de dar el discurso de Navidad, el profesor Dumbledore invitó a sus alumnos a servirse la cena. Lila y Harry conversaban de todo un poco.
-Qué harás cuando termine tu tiempo aquí en Hogwarts? –preguntó tristemente Harry
-Regresar a mi país
-Qué extrañas más de allá?
-Todo –contestó melancólica Lila- Mis padres, mis amigos...
-Por qué te callas? –le dijo Harry al notar pensativa a su amiga, porque se había callado en media respuesta
-Por nada
-No te quedarías en Inglaterra?
-No podría, extraño mucho a mi familia, aunque cuando regrese los voy a extrañar a ustedes...
-Creí que tú y Harry se entendían –bromeó Seamus, provocando la incomodidad de ambos
-Yo quiero mucho a Harry –contestó Lila- Pero tengo que irme
-No piensen en el futuro –los animó Hermione- Mejor pasémosla bien ahora, en el presente
Sus amigos le sonrieron, dándole la razón, retomando nuevamente a su conversación amena.
Un sonido de copa se escuchó luego de que todos los invitados tomaran asiento para cenar, todos los que allí habían callaron, y más luego de ver a Voldemort poniéndose de pié.
-No era necesario que hagas eso, Colagusano –dijo molesto el señor Tenebroso
-Lo siento –se disculpó temblando el hombre con cara de rata
-Me alegra que estén todos aquí –comenzó su discurso Voldemort- Mi familia, nuestra familia. Hoy empieza a ponerse en marcha nuestro plan para acabar con el mundo mágico protegido por Dumbledore y sus seguidores, para destruir a todos los muggles y sobre todo...para matar a Harry Potter
Los murmullos comenzaron, pero con una mirada fría de Voldemort todos se sumieron en un respetuoso silencio.
-Tendremos el gusto de contar con gente joven, muchachos que nos ayudarán a conseguir nuestros objetivos. Ellos, que han estado demostrando su lealtad hacia mi educados por sus padres...
Ante lo último, miró hacia donde se encontraban los papás de Crabbe, Goyle, Millicent, y por supuesto, Draco.
-Además, esta noche cumplo con una meta que he estado forjándome desde hace años: hoy también se une a nosotros un descendiente mío que lleva mi sangre en sus venas, que lleva mi nombre, aunque sea el muggle, y que es parte de lo que soy yo
Colagusano fue a abrir la puerta, por la que entraron 5 muchachos con capas negras y capuchas, uno de ellos con una capa verde oscura, quien se acercó hasta el lado de Voldemort. Los cuatro primeros se quitaron las capuchas: eran Millicent, Crabbe, Goyle y Draco. Después de ellos, Camila se quitó la capucha dejando asombrados a todos, que esperaban ver a un muchacho.
-Camila Grissi Riddle –la presentó Voldemort- Junto a Malfoy, Goyle, Crabbe y Bulstrode; se encargarán de colaborarnos en todo, pero más que nada en acabar con Harry Potter...
Los mortífagos sonrieron, los muchachos se veían orgullosos. Camila miraba hacia el vacío sin expresar ninguna emoción, con la mirada fija en la nada, pensando en lo último que había dicho Voldemort y que retumbaba en su cabeza: acabar con Harry Potter...
Después de cenar Harry invitó a Lila a pasear por el lago. Aun a pesar del frío la muchacha aceptó. Iban saliendo cuando un llamado de Seamus los hizo detener, voltearon y notaron que sus amigos se reían. Ron, tratando de no reír, puso cara de resignación y les señaló con un dedo hacia arriba. Harry y Lila levantaron la cabeza simultáneamente, viendo que se encontraban parados bajo un muérdago.
Ambos se pusieron colorados instantáneamente, bajaron la cabeza y no se atrevían a mirarse. Dean se acercó para que cumplieran la penitencia.
-Vamos –los animaba Dean- Es sólo un beso
-Claro –refunfuñaba avergonzada Lila- Como no eres tú el de la penitencia...
Después de mucho insistir, Harry y Lila aceptaron cumplir con la penitencia. Ambos, aun sonrojados, fueron acercando sus rostros mientras sus amigos se reían. Ya estaban a unos milímetros el uno del otro...
-¿Qué se supone que están haciendo? –los regañó Snape
Inmediatamente los muchachos se separaron, viendo muy avergonzados a su profesor.
-No están aquí para hacer este tipo de espectáculos –siguió regañándolos- Es una vergüenza
-Yo... –trató de excusarse Harry
-Ya es muy tarde, mejor retírense a sus Salas Comunes
Y diciendo esto Snape volvió a salir. Ya nadie tenía el ánimo como para obligar a sus amigos a cumplir con la tradición, así que se fueron a dormir. Hermione era la única que insistía con que cumpliesen la penitencia, ya que a ella prácticamente la "habían obligado" a hacerlo. Lila y Harry no mencionaron el tema...
Estación de Hogsmeade, de la tarde del 3 de enero. Lucius Malfoy seguido de los 5 muchachos estaban parados junto a uno de los carruajes de Hogwarts.
Millicent y Goyle andaban tomados del brazo muy contentos, la noche de la cena de Navidad habían dejado a un lado la timidez y se habían hecho novios. Draco, con cara de pocos amigos, escuchaba atentamente a su padre.
Al despedirse de Camila, Lucius le sonrió.
-Gracias por todo –dijo agradecida Camila
-No tienes por qué agradecerme nada
-Usted es una gran persona –lo elogió la muchacha
-Camila, ya vámonos –dijo molesto Draco
-Tus cosas ya están en el carruaje –comentó Lucius
-Gracias nuevamente señor Malfoy
Camila sonrió y se marchó. Luego de agradecerle por todo el resto de sus amigos hicieron lo mismo. Adentro Draco ya estaba sentado con los brazos cruzados y cara de enojo. Una vez que el carruaje se puso en marcha ninguno comentaba nada, sólo Goyle y Millicent seguían tomados de la mano.
-Quieren dejar de hacer eso! –gritó Draco asustando a los demás
-Qué demonios te ocurre –lo regañó Camila- Déjalos en paz
-Tú no te metas! –contestó Draco- No tenías por qué estar halagando a padre!
-"Tu" padre es una buena persona y no lo estaba halagando –contestó molesta Camila- Además no tienes por qué ponerte así, si tú y él no tienen una buena relación no tienes por qué enojarte con nosotros
Draco bufó enojado y volvió a cruzarse de brazos.
-Son unos ridículos –les dijo a Goyle y Millicent, antes de fijar su mirada afuera de la ventana
-No seas amargado –respondió Camila- Si sigues así voy a tener que conseguirte novia en Hogwarts, aunque sea Pansy, jajaja
Los demás disimularon la risa, pero a Draco no le hizo ni la menor gracia.
-Una broma más como ésa y no vuelvo a hablarte –dijo Draco mirándola con dureza
-Ay, qué miedo –se burló su amiga- Deja de amenazarme, no soy como el resto de los tontos de Hogwarts que te tienen miedo. Recuerda, tú eres mi amigo, no me inspiras más que cariño
Draco cambió su gesto, suavizándolo. Al parecer lo tomó desprevenido la respuesta de la muchacha, se sonrojó un poco y nuevamente miró por la ventana. Millicent sonrió y miró a Camila, que veía con algo de tristeza a Draco. Goyle también miraba con tristeza a Draco, porque sabía los problemas que tenía con su padre y la falta de cariño del muchacho, aunque su madre tratara de que no fuera así, su padre siempre lo había tratado mal. Por su parte Crabbe estaba dormido, roncando alegremente.
Cuando llegaron a Hogwarts, después de las fiestas, todos aquellos que habían ido a sus hogares se encontraban muy contentos. Entre la multitud Lila buscaba a su amiga, cuando al fin la vio no se alegró demasiado: como siempre estaba con Draco.
Draco tenía cara de pocos amigos, Millicent iba del brazo de Goyle, mientras Crabbe comía unos dulces y Camila hablaba sonriente con el primero de sus amigos como diciéndole algo para que también sonría, aunque no tenía grandes resultados. Lila, haciendo tripas corazón, se acercó a Camila esperando que ésta la ignorase o algo así. Harry quiso acompañarla por si las dudas.
Ambos se acercaron. Al ver a su amiga Camila se alegró y la abrazó, ante la mirada atónita del resto y la cara aun peor de Draco.
-Lila! Qué gusto –exclamó contenta Camila
Lila no sabía cómo reaccionar, así que sólo correspondió al abrazo.
-Cómo estuviste! –preguntó Camila
-Eh...bien –respondió aun sorprendida Lila
-Hola...Potter –dijo Camila en tono amable, sonriendo levemente
-Camila, tenemos que irnos –le dijo Draco de mal humor
-Bueno, me voy –dijo sonriente Camila- Nos vemos después
Y Camila se fue con sus amigos, mientras Lila se sentía contenta y Harry estaba impresionado.
En la cena Lila conversaba divertida con Harry, cuando vio entrar a Camila acompañada de Draco. Como hace unas horas, el muchacho de cabello rubio estaba de mal humor, y como contrastando, Camila se veía contenta.
-Hola Zabini –le sonrió Camila a Blaise
Ante el saludo, Blaise se atoró y con una sonrisa nerviosa la saludó.
-Ho...hola Camila
-Noto que tuviste una charla con tu padre –dijo en tono irónico Draco- Hablamos con él en Navidad, lástima que no pudiste ir a cenar con nosotros
-Eh...yo...mejor me voy –y diciendo esto Zabini salió como alma que lleva el diablo
Camila lo vio irse con una sonrisa burlona en el rostro, tal vez con algo de odio. Al notar que Lila la miraba, le sonrió y le saludó con una mano. Lila le respondió saludando tímidamente, Harry volteó a ver a quién saludaba Lila. Camila se topó con la mirada de Harry y sólo le dedicó media sonrisa, éste hizo lo mismo. Después cada quien se dedicó a su cena.
-Qué te pasa? –preguntó curiosa Hermione a Lila- Por qué no comes?
-Es Camila –contestó preocupada Lila- Ha cambiado mucho
-Te volvió a tratar mal? –preguntó Ron, dejando ver las albóndigas que tenía en su boca
-No, me trató bien, incluso a Harry
Ante la respuesta, Ron se atoró y tuvieron que alcanzarle un vaso de jugo de calabaza.
-Qué? –dijo asombrada Hermione, después de dedicarle una mirada de reproche a Ron por su falta de educación- Pero si ella lo odia
-No lo odia –defendió Lila a su amiga- Sólo que no le simpatiza
-Tal vez decidió cambiar –comentó no del todo convencido Harry
-No lo creo –contestó Ron, algo rojo aun por la atorada- Ella y Malfoy nunca cambiarán
-Notaron que Millicent y Goyle están muy juntos? –les dijo Hermione a sus amigos luego de echar un vistazo a la mesa de Slytherin
-Y como siempre Draco está de mal humor –se burló Ron
Lila se puso a ver hacia la mesa de Slytherin, en ese momento Camila se encontraba pensativa, mirando hacia su plato pero sin tocarlo, y con el rostro completamente serio. Notó que Draco le decía algunas cosas, que su amiga levantaba la mirada y la fijaba en el muchacho de Slytherin y que después se ponía de pié y se iba, seguida por Draco.
-De qué habrán discutido? –se burló Ron- Se nota que no siempre comparten la misma opinión, jajaja
-Ron –dijo Harry en cierto tono de reproche- Deja de burlarte
Lila iba a salir detrás de su amiga, pero Harry la detuvo.
-No vayas –le aconsejó el muchacho- No creo que seas bien recibida ahora, es cosa de ellos
-Pero...
-Harry tiene razón –continuó Hermione- Si te metes en un problema de esos dos tal vez no salgas bien parada. Déjalos, mañana podrás preguntarle si está bien
Con cara de resignación Lila tuvo que aceptar el consejo de sus amigos. Cuando iba de salida Camila se topó con Sirius, que entraba al Comedor.
-Lo siento –se disculpó la muchacha
-No te preocupes –dijo amablemente Sirius- Estás bien?
-Sí –contestó Camila- No se preocupe... profesor
Draco llegó y vio a Camila con Sirius.
-Hola Draco –saludó cortésmente Sirius
-Hola –dijo de mala manera Draco- Camila, ya vámonos
Draco agarró a Camila de un brazo y se la llevó.
-Malfoy –lo llamó Sirius- Suelta a Camila
Draco se detuvo en seco, aun sin soltar a Camila.
-No se meta "profesor", éste es un asunto entre ella y yo
Camila se zafó y se sobó un poco el brazo, tratando de disimular el gesto de dolor.
-Está todo bien profesor Black, no se preocupe
-¿Segura?
-Sí, segura –contestó con una leve sonrisa- Gracias de todos modos
Camila se fue, Draco iba a seguirla pero Sirius lo detuvo.
-Draco –le aconsejó- Aprende a tratar bien a tus amigos, sobre todo si son tus amigas
-Sí, como sea –respondió Draco con fastidio, marchándose
Cuando llegaron a su sala común Camila se sentó sobre uno de los sofás, mientras Draco se paraba tras de ella.
-No vuelvas a tratarme así –se enojó Camila
-Y tú...¡deja de comportarte así!
Nagi se acercó y se subió al regazo de Camila.
-Cómo estás Nagi, ya comiste?
El gato ronroneó y se acomodó para dormir.
-Deja de aparentar que los Gryffindor son tus amigos –la regañó Draco
-Y si así fuera qué –respondió restándole importancia Camila, acariciando el lomo de Nagi
Molesto, Draco se inclinó hasta quedar a la misma altura del rostro de Camila.
-Deja de estar jugando
-No –contestó irónica Camila- Haré lo que quiera, cuando quiera y con quien quiera
Iban a seguir discutiendo cuando notaron que Zabini bajaba de su habitación. Al verlos trató de regresar por sus mismos pasos, pero no pudo.
-Zabini, ven –lo llamó Camila
Draco se hizo a un lado y se sentó cerca de ella. Zabini tuvo que obedecer.
-Qué quieres –dijo en tono de reto
-Oye, no me trates así –se burló Camila- Quiero que me hagas un favor
-Cuál
-Quiero que fastidies a la sangre sucia
-Pero Camila...
-No te costará mucho trabajo –dijo burlón Malfoy- Como si no se entendieran
-Yo...no...-trató de excusarse Blaise
-Si no lo haces, tendrás que afrontar las consecuencias –dijo Camila tranquilamente
-Además –siguió Draco- No creo que tu padre esté muy orgulloso de ti si nos niegas algo. Recuerda que por tu incompetencia no pudiste entrar al círculo, al menos sé útil en algo
-Está bien –dijo resignado Blaise- Qué tengo que hacer
-Cortéjala, moléstala, qué sé yo –contestó Camila- Quiero que la fastidies tanto que al pobre Weasley le revienten las venas de celos
-Weasley? –preguntó Zabini
-Es obvio que a él le gusta la sangre sucia –respondió Draco
-Pero...
-Nada de peros –dijo la muchacha- Ahora vete y empieza con tu labor
Zabini asintió y se marchó de su sala común.
-En cuanto a ti –dijo, refiriéndose a Draco- Habla con Pansy y será mejor que la convenzas
-Deja de fastidiar –contestó molesto Draco
Camila agarró a Nagi, se puso de pié y acercó su rostro al de Draco.
-Dejaré de fastidiar en cuanto tú te pongas manos a la obra
-Como sea –respondió aburrido Malfoy- ¿Y qué haremos con Potter y Zizold?
-No te apresures. Camina, no corras, que todo así será más divertido –dijo sonriente su amiga- Buenas noches "Draquito"...
Al día siguiente, en la clase de DCAO, todos los Gryffindor ya estaban en el salón. Extrañamente ni uno de los Slytherin había llegado. De pronto todos entraron seguidos por Camila y Draco, que aun estaba de malas.
Mientras llegaba el profesor Draco llamó a Pansy para conversar con ella. La muchacha se veía radiante de felicidad porque el muchacho la busque, pero a él no le hacía ni la menor gracia.
-Camila –la llamó Millicent- Ya hablé con Parvati Patil
-Qué bueno –contestó sonriente Camila- Gracias Millicent
-Camila –acababa de llegar Goyle- Ya hice lo que me pediste
-Gracias a ambos, se nota que el amor los pone más "avispados" –se burló
-No te burles –se sonrojó Millicent- ¿Y cómo va lo de Draco?
-Más o menos
Sirius entró y la clase comenzó. Todos los Gryffindor se sentían muy cómodos con su profesor, mientras que los Slytherin deseaban que los tragara la tierra.
-Muy bien Neville –lo felicitó Sirius- 5 puntos para Gryffindor. Ahora, quién quiere realizar la siguiente prueba
-Yo –se ofreció Lila
-Profesor –dijo Camila amablemente- ¿Por qué no me deja a mi? Al menos deje que mi Casa gane unos puntos
-Bien Camila –contestó el profesor- Pasa
Camila se puso de pié y se acercó a Sirius.
-El próximo ejercicio necesita de mucha concentración, lo que voy a enseñarles es a entrar en la mente de otra persona. Claro que se necesita mucha experiencia y poder para lograr algo realmente fuerte
-Entonces ¿qué haremos nosotros? –preguntó Dean
-Lo que harán será tratar de conocer algunos recuerdos de sus compañeros, no podrán modificarlos
-¿Acaso eso es posible? –preguntó curioso Crabbe
-Sí Crabbe, pero como dije se necesita experiencia y poder para eso, sobre todo un poder que ustedes no tienen
-Un poder oscuro? –preguntó atemorizado Neville
-Más o menos –respondió Sirius- Quiero que sigan mis instrucciones. Camila, por favor toma asiento
Camila obedeció y se sentó en un taburete cercano.
-Deben concentrarse en llegar a los recuerdos de la persona y decir las palabras correctas Legirimens!
Mientras Sirius realizaba el ejercicio, rodeando con sus manos la cabeza de Camila, Draco los veía muy incómodo, lo mismo que Millicent y Goyle. Camila mientras tanto estaba con los ojos cerrados y se veía sonriente.
-¿Qué estará viendo? –se preguntó Lila curiosa
-Sólo falta que vea las maldades que ella y sus amiguitos han estado haciendo –se burló Ron
-Bien –terminó Sirius- Eso es todo lo que deben hacer. Lindos recuerdos de tu infancia Camila...
-Gracias profesor –contestó ella sonriendo
-Ahora los pondré en parejas y realizarán el ejercicio
Después de colocarlos en parejas; Harry y Lila, Ron y Hermione, Dean y Seamus, Parvati y Lavender; Pansy y Draco, Goyle y Millicent; Crabbe y Zabini, etc., quedaban dos personas de cada casa.
-Bien, sólo quedan ustedes dos, espero que puedan hacer el ejercicio
-No se preocupe –dijo Camila- Sé que Neville y yo podremos hacerlo bien
-No lo haga! –se enojó Draco- Longbottom es un inútil, podría lastimarla
-Claro que no –contestó Sirius- Este ejercicio no daña a nadie. Sólo deben relajar sus mentes y decir bien el hechizo si quieren que les salga bien
-Profesor Black –los interrumpió McGonagall- El director quiere hablar con usted
-Enseguida voy, gracias Profesora –contestó Sirius- Mientras yo voy con el Director ustedes practiquen, cuando regrese me contarán lo que vieron
Y diciendo esto, Sirius salió tras de la maestra de Transfiguración.
Muy emocionados todos se pusieron a ver la memoria de sus compañeros, uno primero en cada pareja.
-Primero yo –dijo Lila- Legirimens!
Harry cerró los ojos y Lila entró en su memoria. Pudo ver a los padres de Harry, algo de los Dursley y también su niñez en Hogwarts.
-Me toca –dijo Harry cuando su amiga terminó
Harry vio a los padres de Lila, a sus amigos, su ciudad. De pronto reconoció a Camila, en realidad parecía otra persona, bromeando con Lila, hablando con ella. Luego vio a un muchacho sonriendo, lo reconoció, era Rodrigo. En ese momento, dejó el ejercicio.
-Qué pasó? –preguntó Lila- Qué viste
-No mucho –respondió algo enojado Harry
Ron se rehusaba a que Hermione viera su memoria.
-Por qué no me dejas hacerlo? –le reclamó Hermione
-Primero lo haré yo
-No! –se negó Hermione
Por su parte Draco no dejó que Pansy lo "examinara".
-Entonces hazlo tú –dijo Pansy cerrando los ojos
Curioso por saber lo que era entrar en la mente de alguien Draco inició el ejercicio. Después de un rato la soltó molesto.
-¿Sólo piensas en mi las 24 horas del día? –la regañó Malfoy
-Je, ¿eso viste? –dijo algo avergonzada Pansy
-Estúpida –contestó Draco, cruzándose de brazos y volteando a ver a Camila
-Empieza Neville –lo animó Camila
Neville, algo temeroso comenzó. Luego de unos segundos la soltó.
-No puedo
-Entonces lo haré yo –contestó sonriendo Camila y diciendo en voz baja- Legirimens abratum...
Neville no la escuchó, sólo atinó a concentrarse y cerrar sus ojos. En un momento de ésos pudo ver aquello por donde exploraba la muchacha. Vio a sus padres sonrientes, jugando con él y esto lo hizo sonreír. Después todo se oscureció: vio a sus padres desquiciados siendo llevados al Hospital San Mungo. Sus rostros reflejaban miedo, tenían la mirada perdida. Él podía escuchar una voz gritando ¡No se los lleven! y lo repetía una y otra vez.
-¡No se los lleven! –gritó sollozando Neville, provocando que Camila lo soltara
-¡Neville! –todos sus amigos corrieron hacia él, mientras Camila los miraba asustada
-¿Qué le hiciste? –preguntó enojado Ron
-No le hice nada, él cerró su mente, no podía salir, todo era oscuro –se excusaba la muchacha
Draco sonreía divertido, vio a Camila bajar la cabeza avergonzada, luego notó una pequeña sonrisa en el rostro de su amiga que sólo él pudo ver.
Sirius llegó, Neville aun estaba fuera de sí gritando que no se lleven a sus padres. El profesor pidió que dos compañeros lo ayuden a llevarlo a la enfermería y que el resto se fuera a descansar. Mientras iban saliendo Ron se veía molesto y al verla, fue a increpar a Camila.
-Lo hiciste a propósito!
-No sé de qué hablas
-Qué le hiciste a Neville
-Yo no le hice nada, él cerró su mente y he ahí las consecuencias –contestó enojada la muchacha
-¿Segura que dijiste el hechizo correcto? –preguntó temerosa Lila
-Claro que sí Lila, no creerás que le hice algo a propósito
-No, por supuesto que no
-El que Neville sea un idiota no es culpa de Camila –se burló Draco
-¿Qué dijiste? –contestó furioso Ron, tomando al rubio muchacho de la túnica
-¡¡Suéltalo! –se enojó Camila, obligando a Ron a soltar a Draco- No vuelvas a ponerle una mano encima a mis amigos, ¿oíste Weasley?
Mirándolo aun con rabia, Camila se fue seguida por sus amigos.
-Me las vas a pagar –amenazó Draco mientras se iba
En el almuerzo, Slytherin y Gryffindor se veían con más rabia que nunca. Todos comían callados, cuando alguien se acercó a Harry.
-Puedo sentarme? –dijo en tono coqueto Parvati
-Sí, seguro –respondió inocente Harry
Entonces Parvati se abrió campo bruscamente entre él y Lila, que la miró extrañada. Hermione no estaba, Ron veía constantemente hacia la puerta esperando su llegada, cuando la vio entrar seguida por Zabini, ambos estaban algo colorados, aunque uno de ellos más de coraje que otra cosa. Hermione se sentó y se veía incómoda. Ron la miró con recelo y se veía molesto por algo, dirigió su mirada a la mesa de Slytherin y se encontró con la de Zabini, que miraba hacia ellos. El muchacho de la casa de la serpiente, al verse descubierto, trató de disimular y miró en otra dirección.
Parvati hablaba y hablaba de todo un poco con Harry, el cual ya estaba algo aburrido y pedía con la mirada suplicante a Lila que lo saque de ahí. Lila, divertida, había comprendido el mensaje de su amigo pero no quería perderse semejante espectáculo.
Lila miró en otra dirección y se topó con Camila, que recién entraba al Comedor y se veía algo triste. Cuando llegó a su mesa Millicent habló con ella y luego ambas salieron. Draco las vio pero no se inmutó, estaba con Pansy, que al parecer hablaba con él.
En la tarde, en la clase de la profesora Lockhart, los muchachos de ambas casas se miraban con odio.
-Buenas tardes muchachos –los saludó Griselda Lockhart- Debo anunciarles que la obra ya está lista
Lila se levantó y le entregó un manuscrito a su maestra.
-Gracias Lila –le dijo la profesora- Bien, gracias a la buena voluntad de su compañera la adaptación de la obra está lista y los personajes elegidos. Después de una evaluación de los personajes, he decidido sus papeles
-Bla, bla, bla –se burlaba Draco- Estoy aburrido
-Relájate –respondió Camila- Tal vez te toca el papel de Romeo y a Pansy el de Julieta
-Muy graciosa –dijo Draco, quitándosele el buen humor- Lo divertido sería que a ti te toque hacer el papel con Weasley
-No estaría muy mal –contestó la muchacha- Luego de que él tome el veneno, yo lo remataría con la daga y me voy con Paris, jajaja
La profesora los vio con cara de pocos amigos para que guarden silencio.
-Lo siento –se disculpó Camila, logrando que Draco la viera enojado
-Bien –dijo la profesora- Atiendan, los papeles quedaron distribuidos de la siguiente manera: Harry, tú serás Romeo
-Qué asco! –dijo Draco, a lo que Lockhart no dijo nada
-Crabbe, tú serás Paris
-A mi no me gusta actuar –contestó el muchacho ceñudo
-Pues lo siento, igual lo harás –respondió la profesora- Seamus, tú serás Mercucio
-Súper! –contestó emocionado el muchacho
-Lila, tú serás Julieta
Al escucharlo, Harry se puso rojo, aunque no más que Lila.
-Estúpidos –se burló Draco
-Draco, ya que te veo tan entusiasmado con la obra, tú serás Benvolio, el fiel amigo y sirviente de Romeo
-Qué! –protestó Draco, poniéndose de pié- No pienso hacer de amigo de éste
-Lo lamento mucho –dijo serenamente Griselda Lockhart- Pero ya está decidido
-Hablaré con mi padre! No puede obligarme a hacer esta estupidez!
-Cuida tus palabras muchachito
-Draco, ya basta –dijo enojada Camila- No arruines la obra de todos, será divertido, así que ¡¡cállate!
Todos miraron extrañados a Camila, Draco lo estaba aun más. Ron evitó no reír al ver la cara de asombro del muchacho Malfoy.
