Después de 7 años… No puedo olvidarte

Capítulo 39- Is the love only a feeling?


El inmenso cielo, se encontraba en ese momento de un azul muy claro, sin una nube que lo opacara; el sol, brillante como siempre, lanzaba rayos muy luminosos que arrancaban destellos a las cabelleras de las siete personas que caminaban por un parque, las cuales, eran dirigidas por una chica de cabellos castaños, que parecía saber perfectamente a que lugar se dirigían, y que a la vez, tenía a su lado a un chico pelirrojo, que aunque el no sabía hasta donde ir, estaba ahí, junto a su esposa, tomándola fuertemente de la mano, en señal de apoyo y seguridad.

-¿Cómo supiste de todo esto?- preguntó Harry, en voz baja, dirigiéndose a la chica rubia que iba caminando a su lado

-Estaba en el ministerio- le respondía Luna, con una leve sonrisa, aunque con el semblante preocupado –Iba a hacer una entrevista para la revista de mi padre, pero escuché a unos aurores que hablaban del secuestro, y en cuanto supe de quienes se trataban, decidí venir para ayudar… además, poco después de terminar Hogwarts, decidí unirme a la orden, sabía que ese asunto no iba a acabar tan fácilmente

-No sabía que te habías unido- le dijo Harry, con el entrecejo levemente fruncido

-Bueno, en ese tiempo ya estabas en Canadá, y pues, nosotros no frecuentábamos escribirnos mucho- Luna bajó la mirada, pero antes de que Harry tuviera oportunidad de agregar algo más, la voz de Hermione se escuchó repentinamente

-Fue por aquí- Hermione se detuvo de pronto en el lugar en el que ella y Ginny habían estado el día anterior; su tono de voz era lejano y un poco quebrado

-¿Estás segura?- le preguntó Kingsley, colocándose al lado de la chica

-Si

-De acuerdo- dijo Kingsley, volteándose y dirigiéndose a los otros presentes –Vamos a buscar cualquier cosa que nos pueda indicar el lugar en el que se desaparecieron los secuestradores… Por cierto¿Llevaste a cabo el hechizo anti-muggles que te indiqué en la mañana Tonks?

-¡Por supuesto!- le contestó Tonks, algo ofendida –Lo hice en toda la zona¿Por qué crees entonces que no nos hemos topado con ningún muggle?

-Esta bien- la cortó Kingsley, antes de que siguiera hablando –Ahora, vamos

-Herm¿Estás bien?- preguntó Ron, al ver a Hermione con la mirada perdida

-No, Ron- le respondió Hermione, en un susurro, volteando lentamente su rostro hacia Ron, y este, pudo notar que sus castaños ojos estaban empañados por lágrimas –No puedo soportar estar en el mismo lugar en el que me robaron a mi hija… Tengo mucho miedo Ron, miedo de que no podamos llegar a tiempo y…

-Ni siquiera lo digas Hermione- la cortó Ron, tomando el rostro de la chica entre sus manos –Se que esto debe de ser muy duro para ti, pero no te desanimes, ya verás que la vamos a encontrar a tiempo… La esperanza es lo último que se pierde…

-Tienes razón- le contestó Hermione, pasados unos segundos, en los que abrazó fuertemente a Ron –Es solo que… olvídalo, tienes razón, la vamos a encontrar a tiempo- Hermione no había querido mencionar esto, no quería preocuparlo más, sabía que Ron debía estar mucho peor que ella, pero que aparentaba fortaleza para no desanimarla, y eso ella se lo agradecía, y por esto, no había querido decirle que desde que habían salido para dirigirse hacia ese lugar, un enorme sentimiento de inquietud se había apoderado de ella… Era algo un poco difícil de explicar, pero sentía que no todos iban a regresar a salvo… Y esta inquietud, se incrementó cuando, de pronto, recordó un sueño, aquel sueño en el que veía claramente como Ron y otra persona encapuchada, luchaban fieramente en un duelo, pero que, en un rápido instante, de la varita del desconocido, salía disparado un haz de luz verde que iba rápidamente y directo hacia Ron…

-¡Encontré algo!- gritó de repente Luna, que se había agachado para recoger algo que estaba entre el pasto

Todos se acercaron con rapidez al lugar donde Luna se encontraba, y esta, al ver que ya habían llegado hacia ahí, se levantó, sujetando entre sus manos una fina pulsera de oro

-¿Creen que pertenezca a uno de los secuestradores?- preguntó Lupin, tomando la pulsera y examinándola con minuciosidad

-No lo se… puede pertenecer a cualquiera- respondió Kingsley, también mirando la pulsera

-Espera un momento- inquirió Harry, agarrando el accesorio –Esta pulsera… se de quien es

-¿Estás seguro?

-Si… yo mismo se la di a esa persona hace muchos años- Harry dirigió la mirada a todos los presentes, y con un movimiento inconciente, comenzó a apretar con fuerza la pulsera entre sus manos –Esto pertenece a Carol Anne Miller

-¿Miller? No puede ser…

-La persona que se llevó a Diane, era una mujer- interrumpió Hermione a Kingsley, mirándolo con seguridad –Y si mal no recuerdo, fue exactamente en este lugar donde desapareció…

-Bien- dijo Kingsley, sacando su varita –Debemos darnos prisa a llevar a cabo la primera fase del hechizo… Harry, Tonks, ya saben que hacer

Harry y Tonks asintieron con la cabeza, y al igual que lo hizo Kingsley, sacaron sus varitas; Ron, Hermione, Luna y Lupin, se separaron un poco de ellos para darles espacio y realizar el hechizo; los tres aurores se colocaron en forma de triángulo alrededor de la pequeña área, se inclinaron y colocaron las puntas de las varitas en el mismo lugar donde momentos antes de encontraba tirada la pulsera de oro

-Rastreus Corporeus- dijeron los tres al mismo tiempo

La pequeña área en forma de triángulo que habían formado los aurores, se tornó de un suave color azul, y en el centro, justo donde las puntas de las varitas habían tocado, se formó un color rojo, en cual, solo duró unos cuantos segundos, ya que después, se tornó del mismo color azul que tenía a su alrededor

-En efecto, aquí fue donde desapareció- dijo Kingsley, satisfecho

-Ahora solo tenemos que esperar un poco más a que el centro se torne de color naranja- inquirió Tonks, dirigiéndose a los demás –Esto nos indicará que la hora exacta de la desaparición se aproxima, a lo que todos nos tenemos que colocar dentro del área azul, y esperar a que vuelva a aparecer el color rojo, e instantáneamente, nos transportaremos hacia donde se encuentran Ginny y Diane

Pasaron unos largos 15 minutos esperando, hasta que el centro, como había dicho Tonks, se empezó a tornar de color naranja, e inmediatamente, todos se colocaron dentro del área azul, tomándose de las manos, y unos 30 segundos después, el centro adquirió el mismo tono rojo de momentos antes y en menos de un abrir y cerrar de ojos, ya no había nadie en el lugar.

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Little Hangleton… Un pequeño pero colorido pueblo, con gran variedad de casas muy bien cuidadas al igual que sus alrededores… sin embargo, erigida sobre una colina, se encontraba una enorme mansión, pero no una lujosa, como era de esperar (aunque por su estilo, podía deducirse que en sus tiempos, había sido la más majestuosa e imponente del lugar) si no una cegada por tablas en todas las ventanas, con la apariencia de estar a punto de derruirse, y ya deshabitada… hasta la noche anterior, ya que, sin que ninguno de los habitantes muggles que vivían alrededor de la mansión se diera cuenta, unas personas habían aparecido dentro de esta, para hacer de ella, de la antigua mansión de los Riddle, su nueva guarida.

En uno de los derruidos cuartos de la mansión, se encontraban reunidas cuatro personas (si es que a uno de ellos se le podía llamar así), de los que tres de ellos, estaban con una expresión de júbilo y satisfacción dibujadas en el rostro, absolutamente todo lo contrario de la otra persona, de un chico rubio y ojos grises, ojos que en ese momento, denotaban inquietud y arrepentimiento

-¿Entonces… ya está todo lo que se necesita?- preguntó Voldemort, desde un mohoso sillón

-Si…- contestaba la única chica presente, Carol Anne –El veneno de serpiente, la sangre de unicornio, la esencia de vampiro y de banshee… todo eso y más, ya esta listo mi señor

-Y lo más importante de todo… un alma pura- agregó por último Rick, formando una repugnante sonrisa de malicia

Draco, ante esta última mención, no soportó más, y con un movimiento brusco, dio media vuelta para salir de la habitación, dando un portazo tras de sí; Carol Anne frunció el entrecejo, y con un tono intrigante pero a la vez con respeto, se dirigió a Voldemort

-Disculpe que diga esto mi Señor, pero Malfoy me tiene… como decirlo… preocupada… últimamente lo he notado muy raro… ¿No cree que… bueno, pueda llegar a traicionarnos?

-No lo creo- le respondió Voldemort, con su tono frío, pero seguro –El odio que siente hacia Potter es mayor que cualquier otra cosa… Además, no tiene el coraje… estaría firmando su propia sentencia de muerte si lo hiciera- finalizó, sin imaginarse si quiera que no siempre el odio era lo que terminaba dominando en un ser humano, si no un sentimiento completamente diferente a este…

Draco bajó rápidamente los escalones, quería correr, huir, escapar… centenares de cosas, de pensamientos le inundaban la mente… ¿Qué era lo que tenía que hacer¿Qué se suponía que era lo correcto?... Pedía, suplicaba, imploraba tan solo por un "algo" que lo ayudara a tomar su decisión, esa decisión que sin saberlo, marcaría su destino y la de otros… Draco se paró de pronto, sus pies lo habían conducido hasta lo más profundo de la mansión, deteniéndose frente a una derruida puerta, exactamente en la puerta de la habitación donde tenían encerrada a Ginny… ¿Acaso ahí estaba la respuesta a todas sus confusiones¿Acaso ella podría ayudarlo?

-Alohomora- susurró Draco, después de haberlo meditado por unos segundos

La puerta se abrió con un chirrido, y lo primero que el rubio pudo divisar al poner un pie en el interior de la oscura habitación, fue a Ginny, sentada sobre el piso y recargada sobre la pared, con el rostro sumamente pálido y con la mirada perdida…

Ginny ni siquiera se había percatado de la repentina presencia de Draco, ya que su mente solo estaba concentrada en una cosa, en un horrible recuerdo vivido apenas unas horas antes… No podía evitar seguir viendo en su mente el espeluznante "rostro" de lord Voldemort a escasos centímetros de ella… Ese tono de piel, pálido, tanto que era sobrenatural, esa repugnante mueca de satisfacción dibujada en su demacrado rostro… pero lo que definitivamente, era lo peor de todo, eran aquellos ojos… aquel par de ojos, rojos, tanto como si las mismas llamas del infierno estuvieran ardiendo fieramente dentro de ellos, aquel par de ojos que denotaban tantos sentimientos a la vez… frialdad, malicia, rencor, venganza, odio…

-Ginny¿Estás bien?- escuchó decir la pelirroja

Ginny pareció regresar a la realidad y desvió su vista hasta toparse con la mirada de Draco, que estaba ahí, enfrente de ella, tomándola suavemente del rostro, y dando a entender tanto con su mirada como con su expresión, que en verdad estaba preocupado… por ella… Ginny no supo por qué lo hizo, pero, a las milésimas de segundo después de haberse topado con la gris mirada del chico, lo abrazó… lo rodeó con sus brazos como si este fuera su única salvación, como si fuera su única esperanza de vida… A Draco esto lo tomó por sorpresa, pero sin dudarlo ni un segundo, también le correspondió el gesto, reconfortándola, tranquilizándola… Ginny pudo percibir todo esto, lo pudo sentir en el abrazo que el le estaba correspondiendo, pero… ¿Qué era lo que estaba haciendo¡Draco la había traicionado¡La había utilizado!, Prácticamente, por el, por Draco, era que ella y la bebé estaban ahí, secuestradas, solo esperando la fatal hora… sin embargo, estos pensamientos no afectaron en absoluto lo que estaba sucediendo, al contrario, esto hizo que Ginny se aferrara un poco más al cálido cuerpo de Draco… Se sentía segura con el, protegida, pero… ¿Cómo era esto posible si apenas unas horas antes lo había odiado como a nadie en el mundo?

-Ginny, perdóname- susurró Draco al oído de la chica, con un tono de verdadero arrepentimiento –No debí hacerlo, pero yo… por favor, te pido que me perdones

Ginny fue la que rompió poco a poco el abrazo, y mirando fijamente los ojos grises de Draco, puso una de sus suaves manos sobre el rostro del rubio.

-Ya lo he hecho- susurró Ginny, con una leve sonrisa

-¿En verdad?- preguntó Draco, mirándola con algo de incredulidad

-Si Draco- le respondió Ginny; toda esa oleada de sentimientos que había tenido al enterarse de la verdad, se había esfumado, había desaparecido en el mismo instante en el que sus brazos habían rodeado el cuerpo de Draco, en el momento en que había sentido nuevamente su calidez, su aroma…

-Gracias- le volvió a susurrar Draco, al tiempo de que le daba otro cálido abrazo –Gracias en verdad Ginny- Draco se separó de ella, levantándose del suelo y ayudando a Ginny a hacer lo mismo, y mirándola fijamente a los ojos, le volvió a decir con un tono que denotaba completa seguridad y decisión: -Escucha, tengo que irme, debo hacer algo… pero pase lo que pase, te prometo que todo saldrá bien¿De acuerdo?

-¿Qué vas a hacer?

-Algo que debí haber hecho hace mucho tiempo… trataré de estar aquí lo más pronto posible… Y Ginny, por favor, cuida a la niña, y tú también

Draco le dirigió una última mirada a Ginny, y tras un asentimiento con la cabeza, el rubio dio media vuelta y salió de la habitación, con su habitual porte elegante que le distinguía… Si, tenía que hacerlo, aún eso le costara la vida si Voldemort descubría lo que había hecho o estaba a punto de hacer, pero eso no le importaba con tal de remediar el problema en el que él, gran parte, había contribuido, tenía que arriesgarse con tal de salvar a Ginny y a la bebé… Si, eso iba a hacer, ir con la única persona que podría ser capaz de ayudarlo, y lo más importante, comprenderlo y… perdonarlo

OoOoOoOoOoOoOoOoO

Siete personas aparecieron tras un repentino y cegador rayo de luz roja, justo en frente de una vieja y destartalada mansión, la cual, estaba un poco alejada de un pequeño pueblo fantasmal.

-¿En donde estamos?- preguntó Tonks, mirando con el entrecejo fruncido a su alrededor

-No lo se- contestó Lupin, haciendo lo mismo que ella –Pero creo que este no es el momento de discutir eso; debemos ocultarnos o nos pueden descubrir

Los siete se adentraron en el gran y descuidado jardín de la mansión, ocultándose entre los arbustos de mayor tamaño y espesor, y una vez que se hubieron asegurado que estaban fuera de alcance de vista, comenzaron a planear el como iban a entrar.

-De acuerdo- dijo Kingsley, con una expresión de decisión –Entonces, Ron, Hermione y Tonks, irán a la planta baja, Lupin y yo, a la de arriba y Harry y Luna, revisarán los sótanos… Ya saben que hacer en caso de encontrarse con algo, o con alguien… Solo bastará con invocar la marca plateada, y está aparecerá en una de las varitas de los grupos, activándose de inmediato en encantamiento brújula, para así poder llegar a tiempo y auxiliar a los otros… Bien, ahora, vamos

Kingsley y Lupin fueron los primeros en salir del escondite y de adentrarse en la mansión con mucho sigilo; los restantes esperaron la señal que habían planeado, en silencio, y pasados unos pocos minutos, de la varita de Tonks, salió una pequeña nube de color blanco, lo que quería decir que podían pasar

-Bien, vamos- dijo de inmediato Ron, al darse cuenta de la señal; el chico tomó de la mano a Hermione, y junto con Tonks, salieron del escondite, no sin antes escuchar un "Tengan cuidado" por parte de Luna

Los dos jóvenes que quedaban, Harry y Luna, también aguardaron en silencio, hasta que pocos segundos después, de la varita del chico, salió otra pequeña nube de color blanco, idéntica a la que había salido de la varita de Tonks

-Ya es la hora, vamos- dijo Harry, al tiempo de que salía de entre los arbustos, seguido de Luna

A pesar de que el sol estaba imponente como siempre en el cielo, y su brillo en todo su esplendor, el ambiente que ofrecía aquel lugar era igual de tenebroso, que como si estuvieran ahí, a la media noche. Ambos jóvenes entraron sin dificultad alguna en el interior de la casa, sintiendo grandes escalofríos por el tétrico aspecto que ofrecía su deteriorado interior.

Después de estar buscando por un corto tiempo, (aunque para ellos fueron largos minutos) Harry y Luna encontraron la entrada al sótano de la casa, y después de lanzarse una última mirada de seguridad, bajaron los escalones.

Era una pequeña, pero muy sucia y oscura habitación, con una gran variedad de trozos de madera esparcidos por todo el cuarto, pero en especial, en los rincones.

-Parece ser que alguien estuvo hace poco aquí- inquirió Luna, examinado una parte en donde estaba un mohoso sofá, y una gran capa de polvo cubriendo el piso –Sobre el polvo, hay unas huellas, y parecen ser muy recientes… ¿Tú qué opinas?... ¿Harry?- agregó la rubia, al ver que no obtenía respuesta, volteándose a buscar al chico

Harry se encontraba hincado en una de las esquinas del cuarto, donde se encontraban varios trozos de madera amontonados; el chico parecía sujetar algo con fuerza con una mano, ya que la otra, la tenía fuertemente apretada; Luna fue inmediatamente hacia el, para colocarse a su lado

-Este dije es de Ginny- susurró Harry con los ojos fuertemente cerrados, al sentir a su lado la cálida presencia de la rubia

-¿Hangleton?- inquirió Luna al percatarse de la palabra grabada en el piso –Debió de haberlo puesto Ginny…

Luna sacó su varita e hizo una floritura, y de esta, salió una suave voluta de humo plateado que desapareció a los pocos segundos

-Ella está bien Harry, no te preocupes- le dijo Luna con un tono seguro pero reconfortante, colocando una de sus manos sobre el hombro de Harry –No debes rendirte… aún no sabemos si los otros encontraron algo

-Tienes razón Luna, no puedo desanimarme… ella me necesita y haré hasta lo imposible para encontrarla- Harry volteó su rostro para mirarla fijamente a los ojos, con una clara expresión de agradecimiento; Luna, al verse reflejada en esos ojos verdes, en esos ojos de los que se había enamorado, no pudo evitar sentir un enorme estremecimiento y unas ganas enormes de tomar, estrechar a Harry entre sus brazos, de sentir la calidez de su cuerpo junto al de ella, de sentir esos labios rozar los suyos, juntarse… besarse…

La puerta se abrió violentamente de un golpe, provocando que tanto Harry como Luna se sobresaltaran; Ron, Hermione, Lupin, Tonks y Kingsley entraron ágilmente con las varitas listas para atacar, pero al ver que en el cuarto no había nadie más que sus dos compañeros, bajaron las varitas lentamente, formando una expresión de confusión.

-¿Qué pasa¿Por qué nos llamaron?- preguntó Lupin acercándose hasta los jóvenes que ya se habían levantado del piso

-¿Y los mortífagos?- preguntó Tonks, mirando alrededor, como si esperara encontrar alguno escondido

-No hay mortífagos- respondió Luna –Los llamé por que…

-Encontré esto- se adelantó Harry, extendiendo su mano, dejando ver el dije –Es de Ginny… suponemos que fue ella la que dejó esta palabra grabada- Harry señaló la palabra que estaba en el piso, a lo que todos se acercaron al lugar que señalaba el chico

-Debemos ir ahora mismo con Dumbledore- inquirió Kingsley, dirigiéndose a todos –Tengo entendido que Hangleton es un pequeño pueblo, pero aún así, debemos asegurarnos

-¿En donde está el ahora?- preguntó Luna

-Debe estar en el ministerio… vamos a aparecernos directamente allá- Todos estuvieron de acuerdo, y con varios "plop" casi al unísono, y movimientos de capa, desaparecieron del interior de la ya casi derruida mansión, dejando tras de sí, una nube de polvo.

Los siete aparecieron en el interior de un cuarto color beige, lugar del ministerio especialmente destinado para las apariciones; y sin perder más tiempo, que en esos instantes podría ser muy valioso, fueron directamente hasta la oficina del ministro de magia, lugar, según Kingsley, podría encontrarse Dumbledore, advirtiendo al ministro de posibles ataques de Voldemort.

-Perdonen pero no pueden estar tantas personas aquí a la vez- dijo de pronto la voz chillona de Cho Chang, al ver repentinamente como los siete entraban de súbito y pretendían entrar a la oficina del ministro

-Lo sabemos, pero es un asunto importante, necesitamos ver a Dumbledore- le contestó Kingsley, dirigiéndose a ella con un tono cortés, pero con algo de fastidio

-En efecto, Dumbledore se encuentra ahí dentro- corroboró Cho, mirándolos con una ceja levantada –Pero no creo que pueda recibirlos a todos… es más, nadie, ahora está con alguien más, así que si hacen el favor de esperar, yo…

-¡Esto no puede esperar!- inquirió Harry, desesperado -¡Debemos verlo ahora!

Y sin esperar una respuesta de Cho, que se había quedado atónita por el tono que había usado Harry hacia con ella, abrió la puerta del despacho del ministro, y, seguido por los otros seis, entró.

-Disculpe la intromisión profesor- decía Harry, una vez que hubo vislumbrado la imponente silueta de Dumbledore, que estaba sentado detrás del escritorio del ministro, con una expresión de suma seriedad –Pero Voldemort se enteró de lo que íbamos a hacer y se escapó…

-Lo se Harry, ya lo se- lo cortó con sutileza Dumbledore, levantándose del asiento

-Pero… ¿Cómo…

-Fui yo Potter- dijo de pronto una voz que arrastraba las palabras.

Todos se quedaron en silencio, habían reconocido esa voz, pero… ¿Podría ser posible?, y si así lo era… ¿Cómo?... y con asombro, corroboraron sus sospechas, cuando de pronto, del asiento con respaldo alto (con lo cual, no se habían percatado de la presencia de alguien más) que estaba enfrente del escritorio, se levantó la distinguida silueta de un chico con cabellera platinada, y del cual se pudieron distinguir unos ojos grises sin brillo alguno cuando este se dio media vuelta; Harry se quedó petrificado, confundido, incrédulo… ¿Qué demonios estaba haciendo ahí Draco Malfoy?

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Avances del próximo capítulo

Capítulo 40- Regreso a aquel cementerio…

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-¿Cómo fue que te enteraste Dumbledore?- preguntó Kingsley, rompiendo el incómodo silencio

-El señor Draco Malfoy me contó todo- contestó Albus, con su tono sereno –El me ha dicho a donde se han llevado a la señorita Weasley y a Diane

-¿Qué está tratando de decir profesor?- preguntó Ron, frunciendo el entrecejo -¿Cómo pudo haberle dicho y enterado él de eso?

-Lo mejor es que yo te lo explique Weasley- se adelantó a decir Draco, fijando su gris mirada en el pelirrojo –Yo le pude dar toda esa información por que… por que yo soy, o era… un mortífago

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-No- contestó tajante Ginny, mirándola con más odio que antes

-De acuerdo, como quieras… Bryce, quítasela

Rick asintió con la cabeza y acortó la distancia que lo separaba de Ginny… en los ojos del chico podía verse una expresión de enorme júbilo, satisfacción y unas ganas enormes de arrebatarle de los brazos a la criatura de esas dos personas que eran las causantes de que el se uniera al lado oscuro, a las causantes de que el se hubiera sentido miserable durante mucho tiempo, de que pensara que no valía nada, no era nada… Si, iba a disfrutar enormemente el momento en el que viera como sacrificaban a la bebé de Ron y Hermione…

Ginny había comenzado a desesperarse, sentía como sus manos empezaban a sudar… ¡Debía hacer algo para impedir que se llevaran a la niña! Sabía perfectamente que estaba en mucha desventaja, pero no iba a perder nada con intentarlo… la desesperación se adueñó mucho más de ella cuando vio al mortífago a unos siete pasos de ella… cinco… tenía que pensar en algo¡ya!... tres… podía ver con más claridad esos fríos ojos verdes…

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N/A: Hola!!!! Bueno… les siguen gustando mis locas ideas?? XD… Ya el final esta super cerca… al igual que las muertes… Pero bueno, de eso ya se enterarán más adelante, jejeje… Y la niña… si supieran lo que mi maquiavélica mente me hizo escribir en ese entonces, muajajaja… XD… no, ya, o los asustaré, jeje… En fin, que mas les puedo decir?? Que aprovecho este día para subir el capítulo ya que la siguiente semana no se si podré!!!! Es que a mis "adorados y queridos maestros" (se notó el sarcasmo?? XD) se les ocurrió (o se pusieron de acuerdo, jaja) aplicarnos como 2 o incluso 3 exámenes en un solo día… y tomando en cuenta que tengo 11 materias, pues, hagan las cuentas… Por eso aprovecho este ratito y subo de una vez este capítulo… En fin, dejo de aburrirlos con mis dilemas existenciales… Gracias por seguir leyendo!!!

Vale, los dejo… un gran abrazo a todos!!!!!!!

Gracias!!!!!!

Mary

Futura de Radcliffe (XD)