Capítulo 20
Camila se encontraba descansando en su dormitorio. Nadie, además de sus amigos, sabía de su "accidente". El señor Malfoy, quien los acompañó hasta Hogwarts, pidió que se le informase acerca de su estado de salud. Millicent la acompañaba, sentada en su cama, mirándola con preocupación.
-Cómo pudo hacerte esto –murmuró entristecida
Entonces Nagi apareció y se acomodó al lado de su dueña. Millicent notó que el gato tenía entre su pelaje un par de blancas plumas.
-¿Dónde estuviste Nagi, y qué estuviste haciendo? –preguntó ella divertida
Como entendiendo el regaño Nagi la miró fijamente y luego se echó a dormir ignorándola.
-¿Cómo está? –se escuchó un susurro
-¡Gregory, me asustaste! –reconoció Millicent dando un respingo
-Lo siento ¿pero ya está mejor?
-Al menos ya no se queja de dolor –respondió su novia- Duerme más tranquila y gracias a la poción que nos dio el señor Malfoy la herida de su rostro ha sanado
-No puedo creer que el señor Tenebroso la haya castigado –susurró débilmente Goyle- Nada fue su culpa
-Se obstinó en dañar a la sangresucia y Weasley, además de juguetear con Potter
-Él le exigió que se alejara de Zizold y Potter, pero no lo hizo... –añadió el muchacho tristemente
-Dejen de murmurar que no están en un velorio –refunfuñó Camila con voz cansina- Fue sólo un cruciatus...ni a Avada llegó
-Camila cómo puedes bromear con eso –la regañó Millicent
-¿Quieres que me ponga a llorar? Lloraré sólo si mañana los Gryffindor nos ganan
-¡Lo olvidé! –exclamó Goyle dándose un golpe en la frente- ¡Mañana tenemos partido!
-Por qué no me sorprende –comentó Camila con sorna
-Tú no puedes jugar así, estás herida –sentenció Millicent ceñuda
-Con el descanso que tuve es suficiente –aclaró su amiga- Además no pienso perderme el partido de mañana
-¿Planeaste algo? –se atrevió a preguntar Gregory
-Lo he estado haciendo –respondió Camila- Pero mi encuentro con el señor Tenebroso me hizo cambiar los planes
-¿Qué haremos entonces? –indagó Millicent curiosa
-Por lo pronto dejar los enamoramientos obligados –contestó la otra chica sonriendo divertida- Aparentemente no fueron del agrado de Voldemort
Al escuchar el nombre ambos amigos se miraron asustados.
-Dejen esas caras, que él no está aquí –los regañó Camila- Y tú tampoco deberías Gregory
-Quise venir a verte
-Cualquier excusa es buena para ver a Millicent –bromeó su amiga- Pero por favor, no me uses a mi...
Goyle, avergonzado, se despidió y se fue rápidamente, seguido por la mirada divertida de Camila.
-¿Entonces? –insistió Millicent- ¿Qué haremos mañana?
-Ya lo verás... –murmuró Camila acariciando el lomo de su gato
Al día siguiente el cielo azul estaba totalmente despejado, ni una nube se asomaba por ninguna parte, de manera que el sol se reflejaba sobre las negras aguas del gran Lago como si fuera un espejo. Lila despertó con el grito de su gnomo despertador de "¡McGonagall y Dumbledore tienen una relación secreta y les gusta nadar desnudos en el Lago!"
-Oh, cállate –refunfuñó Lila dándole la mano- Deberías ser más creíble, no los imagino haciendo esas cosas, no a ese par de pasitas...
Cuando bajó al comedor, más dormida que despierta debido a la mala noche que había pasado pensando en su amiga Camila; notó que todos estaban más emocionados que de costumbre. Incluso escuchó el rugido de lo que parecía un león de verdad. Entonces reaccionó y notó el mar de color rojo y dorado en contraste con el verde y plateado que inundaban el Gran Comedor.
-¿Y dónde está tu bandera? –inquirió Seamus curioso, sonriendo de par en par
-¿Perdón?
-¡Hoy es el gran partido! –exclamó Dean emocionado- ¿No piensas apoyar al equipo?
-¿Gran partido? –murmuró Lila rascándose la cabeza, de pronto abrió los ojos de par en par- ¡Pero claro, hoy es el partido final de Slytherin contra nosotros!
-Hasta que reaccionas –se burló Parvati pasando junto a ella- Pobre Harry, tener una amiga tan tonta...
-No hagas caso –sugirió Hermione acercándose a ella y viendo que iba a responder- Aparentemente está celosa de ti
-¿Y por qué? –preguntó Lila sorprendida
-Porque Harry le puso un estate quieto y le dijo que andaba contigo –contó Hermione divertida
-¡¡Que hizo qué! –se alarmó Lila avergonzada
-No sé qué tan cierto pueda ser –comentó su amiga sonriendo- Pero espero que sea muy cierto...
Lila iba a refutar, pero entonces aparecieron Ron y Harry seguidos por una ovación de varios chicos de su casa y de otras más, mientras los Slytherin los abucheaban.
-Creo que voy a vomitar –murmuró Ron con su rostro más verde que hoja de eucalipto
-No estés nervioso –le aconsejó su amigo, estrechando la mano de varios fans- Verás que todo saldrá bien
-¿Te encuentras bien, Ron? -preguntó Lila preocupada
-Tú que crees –contestó él con un hilo de voz
-Se pondrá mejor, ya lo verás –aseguró Harry con una sonrisa sentándose junto a ella para desayunar
-¿Puedo preguntarte algo? –inquirió Lila, evitando su mirada- ¿Qué le dijiste a Parvati?
-¿A Parvati? –titubeó Harry, sirviéndose jugo de calabaza, mismo que fue chorreando y chorreando de su vaso completamente lleno
-Harry, estás derramando el jugo –hizo notar Hermione evitando la risa
-Ah sí, lo siento –se disculpó él sacudiendo su mojada mano
-Spongius –conjuró Hermione, limpiando la mesa instantáneamente
-¿Decías? –preguntó Harry nerviosamente, poniéndose como 6 tostadas en el plato
-Quería saber qué le dijiste a Parvati sobre... nosotros –repitió Lila apenada
-Bueno, yo... –dudó su amigo, mordisqueando nerviosamente una tostada- Le dije que...éramos novios –concluyó tragando sonoramente su mal masticado pan
-¿Qué? –murmuró Lila incrédula, mientras Hermione escupía el jugo de calabaza que estaba tomando directamente a la cara de Ron que ni se inmutó
-Lo siento –se disculpó Harry- Pero Parvati ya me tenía harto...
-Bueno, no le veo lo malo –comentó Hermione limpiándole la cara a Ron, que estaba como en trance- Pero ojalá y lo hicieran oficial...
Ambos aludidos miraron a Hermione y se pusieron colorados. El incómodo momento podía continuar, si no volvía a envolver el ambiente una serie de abucheos y vítores: los jugadores de Slytherin habían entrado.
A la cabeza de ellos estaba Draco, bastante altanero y seguro de sí mismo, viendo con asco y desplante a los que llevaban consigo los colores de Gryffindor; pero tampoco prestando mucha importancia a los de su Casa. Warrington, Pucey y Derrick se sentaron con él a desayunar; mientras Montague y Bole se iban con sus respectivos amigos.
Lila entonces recordó que Camila era la guardiana de Slytherin y la buscó con la mirada, pero no la encontró. Entristecida iba a tomar algo de jugo cuando el ruido de las lechuzas entrando a dejar correo la distrajeron. Una vez cumplido su cometido las aves se fueron.
Aun después de terminar el desayuno Camila no apareció, sin embargo Lila no perdió la esperanza de verla en el campo de Quidditch. De repente Harry se detuvo al escuchar unos aleteos que se le acercaban y con horror notó que se trataba de una malherida Hedwig, que a pocos centímetros de él se desplomó sobre el piso. Preocupado Harry la levantó y notó que el ave sangraba y presentaba una serie de rasguños.
Rápidamente él y sus amigos salieron en dirección a la cabaña de Hagrid, para que pudiera atender a su lechuza como cuidador experimentado de animales que era. Una vez allí el semigigante los atendió y revisó a Hedwig.
-¿Cómo está? –inquirió Harry sobrecogido
-La trajeron a tiempo –murmuró Hagrid sombríamente- Podía morir desangrada
-¿Pero qué le pasó? –preguntó Lila asustada
-Parece que un animal salvaje la atacó –explicó Hagrid- Tiene rasguños profundos en todo el cuerpo
-Pero no puede ser –dijo Harry incrédulo- Anteayer salió como siempre a comer y recién hoy vuelve así, jamás le ocurrió nada aun después de estar varios días fuera
-No lo sé Harry –admitió el profesor- Pero Hedwig debe quedarse unos días aquí para cuidarla, está muy mal
-Harry –lo llamó Hermione, quien se había quedado afuera con Ron por si alguien los seguía- Es hora de ir al campo de Quidditch
-No te preocupes Harry –le dijo cariñosamente el semigigante- Cuidaré de ella y pronto estará de vuelta contigo
-Eso espero –murmuró él entristecido
Lila tomó del brazo a su amigo, que estaba distraído mirando a la malherida Hedwig, y luego de despedirse de Hagrid se fue con sus amigos.
En el vestuario de los Slytherin éstos se encontraban en silencio, cambiándose y dando los últimos detalles a su vestimenta.
-¿Segura que estás mejor? –preguntó Draco
-Sí, no hay problema –aseguró Camila optimista, acomodándose los guantes de cuero de dragón en las manos
-Hora de irnos –hizo notar Montague, mientras él y sus otros compañeros tenían ya sus escobas en mano
-Ahora vamos –respondió Draco viéndolos salir luego- ¿Qué pasó con...él?
-Nada, sólo me hizo notar mis fallas –contestó su amiga poniéndose de pie
-Camila, podemos retirarnos si así lo quieres –murmuró Draco, por primera vez mostrándose temeroso
-¿Para qué? Sabes que igual no iríamos lejos sin que nos encuentren...
-Camila...
-Draco, agradezco tus intenciones de cuidarme –continuó su amiga sonriéndole con ternura- Pero... –de repente se detuvo y sintió una fuerte punzada en el pecho
-¿Pero qué?
-Pero no podemos acobardarnos, nos debemos al señor Tenebroso y seguiremos en esto –añadió en tono frío- Ahora vámonos...
Draco la miró extrañado por su repentino cambio de actitud y se fue tras ella.
Un ensordecedor grito de ovación recibió a ambos equipos, cuyos jugadores se miraban con recelo y cierto odio. Lee Jordan hizo las presentaciones con las respectivas acotaciones mal intencionadas dirigidas a los Slytherin. De repente algo lo golpeó en la cabeza y lo dejó inconsciente, teniendo que buscar a otro relator. Así que Cho Chang tomó su lugar, y a pesar de estar a favor de Gryffindor, no lo hacía tan obvio.
La señora Hooch se puso en media cancha, con Katie Bell y Montague cerca de ella. Harry y Draco se acomodaron lo más alto que pudieron esperando la salida de la snitch dorada. Mientras Camila y Ron tomaban sus posiciones frente a los tres aros, éste último aun tenía la cara verde y asustada.
Cuando el silbato se escuchó la snitch salió volando, lo mismo que la quaffle se puso en movimiento en manos de Montague, que esquivando a Alicia Spinnet, se la pasó a Warrington, quien eludió una bludger mandada por Seamus y continuó con su avance.
Abajo Lila veía interesada el partido, pero de cuando en cuando dirigía una mirada a Camila, que volaba tranquilamente frente a sus aros.
-¡Anotación de Slytherin! –se escuchó de repente- ¡Una gran jugada de Montague que culmina en un estupendo tanto!
-¿Por qué demonios tiene que elogiarlos tanto? –refunfuñó Hermione
Katie Bell se hizo con la quaffle y avanzó, pero una bludger la golpeó de pleno en la espalda y la hizo tambalear perdiendo la quaffle, que sin embargo llegó a manos de Alicia quien continuó con su vuelo hacia los aros de Camila.
Draco y Harry circulaban alrededor del campo buscando la snitch, que parecía haberse esfumado. Ambos tenían la misión de encontrarla lo más antes posible, ya que ésos puntos podían darles la Copa de Quidditch.
Alicia le pasó la quaffle a Katie y ésta, eludiendo a Bole, se acercó a pocos metros de los aros y tiró con toda su fuerza, sin embargo Camila desvió el tiro, y la quaffle fue a dar a manos de Warrington, quien se la pasó a Pucey y avanzó, anotando otro tanto para Slytherin. Ron se ponía más y más nervioso, sus movimientos eran torpes y estaba a punto de vomitar.
-Pobre Ron –murmuró Lila preocupada
-No aguantará mucho –vaticinó Hermione
Los minutos pasaron y Slytherin anotó 3 veces más. Los Gryffindor empezaban a preocuparse y Harry aun no daba con la snitch. De repente vio a Draco moverse velozmente y decidió seguirlo. No estaba muy seguro de haber visto la snitch, pero si el chico del cabello platinado se había movido era por algo, así que voló detrás de él.
-¡Cuidado! –escuchó gritar de pronto a Angelina
Harry volteó y notó que una bludger se acercaba amenazadoramente a él. Hizo un movimiento malavarístico en su escoba y la esquivó. Se levantó triunfal, pero entonces sintió un terrible golpe en la cabeza y lo siguiente fue ver todo completamente oscuro. Cuando despertó notó que mucha gente lo rodeaba.
-¡Ya despertó, apártense! –ordenó la señora Hooch- ¿Estás bien Potter?
-Sí-murmuró él adolorido tomándose de la cabeza- ¿Pero qué pasó?
-Una bludger te golpeó en la cabeza –le contó Colin preocupado
-¿Podemos reiniciar el juego o no? –preguntó Draco fastidiado
-¿Estás en condiciones, Potter? –inquirió la profesora
-Sí, seguro –contestó Harry subiéndose a su escoba
El juego se reinició y los buscadores retomaron vuelo.
-Bonita forma de acobardarse –comentó Draco burlón- Sólo eso te faltaba, caíste tan bajo...
-Cállate Malfoy –espetó Harry de mal humor- No podía esperar menos de ustedes, ¿alguna vez jugarán limpio?
-Tú que crees –contestó el capitán de Slytherin alejándose
-¡Oye Potter! –escuchó que lo llamaban de muy cerca, mientras festejaban otro tanto de Slytherin- Qué tanto te quejas
Harry volteó y se topó con Camila que lo veía burlona, volando tranquilamente en su escoba.
-¿Te dolió mucho? –preguntó burlona- Cuánto lo siento
-¿Fuiste tú? –inquirió él rabioso
-¿Y si te dijera que sí? Verás, mis golpeadores no están muy despiertos hoy y como no tengo mucho trabajo aquí, decidí cooperar con ellos –confesó Camila cínicamente
-Eres una...
-Cuidadito con lo que dices –lo amenazó ella- Aun no me pagas todo lo que me hiciste
-¡Camila, atiende! –le gritó Pucey, mientras Katie se acercaba y tiraba hacia el aro central
Camila iba a despejar la quaffle, pero de repente giró la cabeza y se fue contra Harry, empujándolo violentamente.
-¡Y Gryffindor anota por fin! –exclamó Cho emocionada- Slytherin 50 – Gryffindor 10!
-¡Bien hecho! –gritó Hermione emocionada, mientras Lila sólo atinaba a aplaudir, para ella era difícil estar en esa situación
-¡Pero qué hiciste! –la recriminó Bole- Se suponía que debes atender a los aros
-¿Y dejar que por 10 míseros puntos Potter consiga la snitch? –se defendió Camila seriamente- ¿O no notaste que la snitch estaba a centímetros de él? Si la conseguía nosotros perdíamos
-Bien hecho Camila –la felicitó Draco complacido- Por poco y perdemos...
Bole miró a ambos confundido y entonces entendió la actitud de la muchacha.
Ron se veía más nervioso, lo cual no mejoraba con los cánticos de "Weasley es nuestro rey" por parte de los Slytherin. Enojado por ir perdiendo, Seamus dirigió con todo su coraje una bludger hacia Montague, que estaba distraído y fue golpeado por la bola. Fue con tanto impulso que golpeó también a Pucey que estaba cerca, cayendo ambos sobre el césped. Aun así el juego continuó.
Camila comenzó a desesperarse al verse sin dos de sus cazadores. Así que dejó su "portería", le quitó la quaffle a Katie y se abalanzó contra el campo de Gryffindor. Miró hacia donde estaba Draco, siguiendo la snitch lado a lado con Harry. Entonces le pasó la quaffle a Warrington y siguió a Harry quitándole el bate a Bole.
-¡Draco! –gritó, distrayendo a ambos buscadores
Harry vio cómo Camila había disparado una bludger en su contra y la esquivó con relativa facilidad.
-No lo harás otra vez Grissi –murmuró triunfal
-¡¡Y Malfoy la agarra! –gritó Cho incrédula- ¡¡Slytherin gana el partido y la Copa de Quidditch!
Harry volteó boquiabierto y descubrió que efectivamente Malfoy tenía la snitch dorada en la mano, mostrándola con orgullo.
-Pobre, pobre Potter –comentó Camila con burla- Olvidaste tu verdadero objetivo y te ocupaste en evadirme, jajaja
-No puede ser –murmuró atónito
-Lo siento, pero te ganamos –añadió Camila yendo a reunirse con sus compañeros para festejar
-Oh, no –murmuró Hermione desilusionada- Perdimos...
-No puede ser –dijo Oliver Wood con tristeza
Lila miró a ambos y no sabía qué decir, si bien estaba triste por ver perder a su Casa, sentía cierta satisfacción por su amiga. Estaba muy confundida y prefirió callar.
Los Slytherin festejaron su triunfo ruidosamente en su Sala Común en las mazmorras. Contrastando los Gryffindor parecían tener un cementerio en lugar de Sala Común. Ron no se atrevía a salir de su habitación, mientras Harry estaba hundido en un sillón frente a la chimenea, observando el crepitar del fuego, pensando que no podía pasarle nada peor.
Hermione y Lila no sabían cómo alentar a sus amigos. Repentinamente la chica del cabello alborotado decidió salir a tomar un poco de aire, en su camino tropezó con algo pero no le dio importancia.
Fue hacia las mazmorras y esperó poder contactarse con Zabini. Esperó por poco tiempo, cuando escuchó pasos cercanos y se ocultó tras una estatua.
-Por favor... –decía una voz que se le hizo conocida
-No
-Camila, te lo suplico –dijo Zabini, deteniéndose frente al ingreso a su Sala Común
-¿Por qué no eres alguien normal y nos dejas festejar la Copa? –inquirió Camila aburrida
-Por favor, acepta mi propuesta –rogó el chico, tomándola de una mano
-No puedo –murmuró Camila contrariada- Eres mi amigo y no quiero que lo arruines...
Hermione no podía creer lo que escuchaba: ahí estaba Zabini, aquél que se había robado su corazón, aparentemente declarándose a alguien más. Desilusionada se fue corriendo de allí, sintiéndose completamente destrozada.
-Je –murmuró Camila divertida- No Blaise, no te prestaré mi escoba nueva aunque me pagues 50 galeones
-¿Ya se fue? –preguntó él en un susurro sin soltarla
-¿Tú que crees?
-Eres más malévola de lo que imaginaba –confesó el muchacho sonriendo divertido
-Y no sabes lo que viene... –advirtió ella- Por cierto, ya puedes soltarme
Zabini lo notó y la soltó rápidamente poniéndose colorado.
-Ahora sí, vamos a festejar –propuso Camila, desapareciendo por una pared
Parvati y Lavender estaban cerca de la ventana de la Sala Común conversando. Entonces un grito se escuchó. Harry dirigió su mirada a donde se había originado y descubrió a ambas amigas horrorizadas, abrazándose asustadas. Rápidamente se puso de pie, al mismo tiempo que Hermione y Lila se acercaban a la ventana y entonces la vieron: era la Marca Tenebrosa, que iluminaba el oscuro cielo desde cierta parte del Bosque Prohibido.
Sin pensarlo dos veces el niño que vivió fue en busca de su capa para salir a descubrir a los autores. Buscó en su baúl pero no la encontró, buscó bajo su cama y tampoco estaba. Levantó la mirada para preguntarle a Ron si la había visto, pero su amigo no estaba, lo que le dio más mala espina.
Bajó nuevamente y les contó lo ocurrido a Lila y Hermione, que se vieron más preocupadas.
-No es tiempo de escondernos –dijo Hermione resuelta- Debemos encontrar al autor y debemos hacerlo ahora
Mientras los demás estudiantes de su casa, asustados, se dirigían rápidamente a sus habitaciones, los tres amigos salieron con rumbo al Bosque. Cuando iban de salida se toparon con un grupo de profesores, que delante de ellos, también se dirigían hacia la marca.
No les importó que los regañen y continuaron su camino, tampoco nadie reparó en su presencia. Mientras más se acercaban a la Marca en el cielo ésta se hacía más grande. Cuando llegaron al lugar de origen se encontraron con que Dumbledore, McGonagall, Snape, Hagrid y el mismísimo Fudge, que estaba de visita, se habían detenido y miraban incrédulos hacia delante.
-No se acerquen –ordenó Dumbledore con voz trémula
Lila se abrió paso para ver y se horrorizó con lo que vio: allí estaba Ron, con la capa invisible a sus pies, mirando hacia arriba mientras sostenía firmemente su varita.
-Expelliarmus! –gritó de repente Fudge, desarmando al muchacho
Ron salió volando por los aires y quedó desmayado. Sus amigos trataron de acercarse a él pero Hagrid lo impidió.
-Al fin lo encontramos –dijo Fudge orgulloso- Por fin dimos con el autor de ésta horrorosa marca
-No puede ser –murmuró McGonagall temblando- Él es un buen muchacho
-De ésos son de los que se debe sospechar primero –opinó Snape, siendo fulminado con la mirada de Harry
-Como verás Albus, no podemos pedir mayor prueba que ésta –continuó el Ministro de Magia- Lo vimos con nuestros propios ojos, ya no podrá negarse
-Prior incantato –murmuró Dumbledore aun incrédulo, tomando la varita de Ron
Entonces, formando un humo verde, la marca se hizo presente y dejó sentado que se había originado de ésa varita.
-Felizmente ya tiene edad para estar en Azkaban –comentó Fudge complacido
Sus amigos no podían creer lo que oían, ¿Ron iría a Azkaban?...
Hagrid levantó al aun desmayado Ron y se lo llevó hacia el castillo en compañía de los demás.
-Pero profesor –replicó Harry acercándose resueltamente hacia Dumbledore- No puede ser, quizá está bajo el poder de un hechizo
-Eso, mi querido Harry, será muy difícil de comprobar –respondió el Director mirándolo con tristeza
Al día siguiente, como era de esperar, el tema de Ron y la Marca Tenebrosa era la comidilla de todos los estudiantes. Muchos Ravenclaw y Huflepuff miraban con sospecha a cuanto Gryffindor se les acercaba, mucho más si era amigo de Ron.
-Tenía que ser –comentó burlón Justin Finch Fletchey- Nosotros sospechando siempre de los Slytherin y resulta que los magos oscuros también se movían entre los leones
-¡Cállate, no sabes lo que dices! –lo increpó Dean
-Tu amigo Weasley terminará en Azkaban y nadie podrá hacer nada por evitarlo –añadió el otro muchacho con malicia
-Ron no irá a Azkaban –aseguró Harry muy seguro apareciendo en el aula de Encantamientos- Él no fue consciente de lo que hizo y nosotros lo demostraremos
-Eso es cierto –acotó Hermione- Ron es inocente, nosotros encontraremos al verdadero culpable
-Y ése irá a Azkaban –culminó Lila
Pero las malas noticias no habían terminado para los Gryffindor: luego se enteraron por boca de la profesora McGonagall que Neville había tenido que ser internado en San Mungo porque había estado con crisis nerviosas a repetición, después del evento ocurrido en la clase de DCAO.
Deprimidos por la serie de desgraciados eventos, los muchachos de la casa de Godric no tenían ánimo ni siquiera en su clase de DCAO con Sirius, quien los comprendía perfectamente y de cierta manera se sentía igual que ellos. Sólo los Slytherin actuaban como si nada del otro mundo hubiera ocurrido, después de todo aun festejaban su copa de Quidditch y poco o nada podía importarles acerca de la vida de Weasley.
-Bien muchachos –anunció su profesor- Hoy aprenderemos Oclumancia
Al escuchar el tipo de hechizo que debían aprender, muchos se mostraron contrariados y cansados, porque de sobra conocían por sus textos que era uno de los más difíciles.
-Lo apropiado hubiera sido que el maestro de maestros nos enseñe Oclumancia –comentó Pansy despreocupadamente
-¿A qué te refieres? –preguntó Sirius curioso
-Obviamente al profesor Snape –aclaró la muchacha con soberbia- Muchos sabemos que él es el mejor en Oclumancia
-Pero eso no quiere decir que el profesor Black no lo sea –replicó Lila de mal humor
-Bueno, como sea –dijo Sirius sin inmutarse- Lo lamento señorita Parkinson, pero hoy yo seré quien se los enseñe
Pese a los esfuerzos de Black por enseñarles la lección de ése día, no veía grandes avances, al menos en los de su antigua casa, que se veían de por sí muy desconcentrados.
-Bah...así no se puede –comentó Camila fastidiada, apoyándose en su mesa- Mejor me duermo
-Señorita Grissi –la llamó Sirius a punto de perder la paciencia- ¿Qué se supone que está haciendo?
-Durmiendo, ¿cómo espera que trabaje si Parvati se la pasa distraída mirando a Potter? –aclaró la muchacha
Al escuchar su nombre Harry se sonrojó y se avergonzó mucho. Sin embargo a Parvati ni mella le hizo el comentario.
-Harry –dijo Sirius, llamando a su ahijado que estaba practicando con Dean- ¿Podrías hacerme el favor de practicar con Camila?
-¿Qué? –se sobresaltó ella al escuchar al maestro- ¿Potter y yo?
-Ahá –aseguró Sirius
Harry, con cara de pocos amigos, tuvo que cumplir la orden y ceder su puesto a Parvati, que no dejaba de mirarlo y suspirar.
-Empiezas tú o yo –preguntó el muchacho distraído, viendo a Lila y Hermione practicar entretenidas
-Me da igual –respondió Camila aburrida, viendo a Draco fastidiado practicando con Pansy
-Legirimens –dijo Harry muy concentrado mirando a la muchacha a los ojos
-¿Ya empezaste o qué? –preguntó Camila bostezando
-Concéntrate, hazlo –pensaba Harry dándose ánimos a sí mismo- Puedes hacerlo, entra en su mente...
