Capítulo 22

Todos se miraron confundidos, no sabían si eso era parte de la obra.

-¡Oh Romeo, Romeo, dónde estás que no te veo! –exclamó la voz de una mujer fuera del escenario

-¡Julieta, déjate ver mi amada Julieta! –dijo la voz de un chico

Pansy cayó precipitadamente al suelo en un ruido seco. Lockhart se quedó impávida, al igual que el resto de sus acompañantes. Asustado, Harry entró en el escenario a ayudar a Pansy, seguido por Lila. Cuando la voltearon descubrieron con horror que Pansy estaba muerta.

-¡Oh, ahí estás Romeo! –dijo la misma voz de antes, entrando cubierta de una capa

-¡Julieta, al fin mis ojos pueden verte! –continuó un muchacho también de capa oscura

-No puede ser... –murmuró Harry asustado buscando su varita

-¿Buscas esto? –preguntó Parvati más allá mirándolo con ojos sombríos, mostrándole su varita

Murmullos de ¿qué está ocurriendo? Se hicieron cada vez mayores. Pero todos se silenciaron cuando los encapuchados mostraron sus rostros, que estaban cubiertos por una máscaras blancas que sólo permitían ver sus ojos a través de unas delgadas rendijas. Los espectadores se quedaron como pegados a sus asientos sin saber qué hacer. Lockhart iba a reaccionar y sacar a los bromistas del escenario, pero se topó con una enorme serpiente que empezaba a rodear su cuerpo y le impedía cualquier movimiento.

-¡Bienvenidos sean! –saludó la muchacha sacando su varita- A la primera y última escena de Romeo

-Lamentamos que la obra sea tan corta, pero no queremos dar lata –añadió el chico sacando también su varita y dirigiéndola a Harry y Lila- Así que empezaremos por el final...

-Con la triste y penosa muerte de Romeo y Julieta...

-¡¡¡Alto! –se escuchó entonces, junto a un portazo sonoro

-Qué alegría –comentó la muchacha, cuando aparecían junto a ella tres encapuchados más- El profesor Black decidió unirse al espectáculo

-¡Deténganse! –ordenó Sirius acercándose con cautela varita en mano- ¡No saben lo que están haciendo!

Los profesores Sprout y Flitwick notaron que nada de eso estaba bien y decidieron evacuar sigilosamente a toda la gente que pudieron, entre los que habían varios muggles.

-No lo hagas –murmuró Sirius acercándose al escenario- Ésta no eres tú

-Harry –susurró Lila- Toma mi varita...

-Pero Lila...

-No te preocupes, yo estaré bien –aclaró su amiga sonriendo tímidamente

-Expelliarmus! –gritó Harry en medio de la confusión, haciendo volar por los aires a uno de de los encapuchados más grandes

-¡No! –exclamó Millicent corriendo en ayuda del afectado

-Es suficiente –dijo la calma voz de Dumbledore que había entrado al Gran Comedor seguido de Ron

-¡Qué honor! –se burló el muchacho de la máscara- El mismísimo Director vino a ver nuestra obra

-¡Recapaciten! Esto no es lo que quieren –exclamó Sirius desesperado

-Yo creo que sí –lo interrumpió la voz de una mujer, que no era otra que la esposa del señor Zabini, acercándose con su varita en mano

-No puede ser... –murmuró Sirius estupefacto- Tú eres...

-Así es "querido primo" –contestó Bellatrix Lestrange destapándose el rostro- Soy yo. Quería venir a ver una linda obra teatral, pero no contaba con lo aguafiestas que siempre fuiste

-Señora Lestrange, me parece –dijo Dumbledore con la voz trémula pero tratando de parecer tranquilo

-Profesor Dumbledore, nos vemos de nuevo –respondió ella sin dejar la actitud defensiva con varita en mano

-¡Suficiente de las interrupciones! –gritó alguien de repente

Todos dirigieron sus miradas y descubrieron que varias personas vestidas de mortífagos se encontraban entre los espectadores.

-Para qué ocultas tu rostro Malfoy, si sabemos que eres tú –dijo Sirius burlón

-Bajen sus varitas –ordenó Snape apuntando con la suya a los chicos del escenario, apareciendo tras ellos

-Avada kedavra! –se escuchó en una voz de pito

De repente un haz de luz verde se dirigió hacia Harry. Éste sólo atinó a cerrar los ojos y esperar el golpe que lo había agarrado desprevenido, pero nada pasó. Escuchó entonces un ruido seco, abrió los ojos y vio delante de él a Dean caído, con los ojos abiertos mostrando el horror de su muerte: su compañero lo había salvado.

-¡No, Dean! –gritó Lila asustada tratando de aproximarse al cuerpo del muchacho

-¡No te muevas! –ordenó el chico de la máscara sin importarle que Snape estuviera cerca de él

-¡Es suficiente! –exclamó Dumbledore armándose con su varita mientras varios magos lo rodeaban por detrás- Si estás aquí, ¡aparece!...

Entonces el Gran Salón fue inundado por la sonrisa maquiavélica de una anciana, que seguía acompañada de un niño regordete que la miraba asustado.

-Jajajaja...

-Es él –murmuró Harry con los ojos como platos

-Bienvenidos sean al último acto de...Harry Potter –se escuchó una voz que se convertía de la de una anciana a una fría voz masculina

Aquella anciana se había convertido ante sus ojos en el mismísimo Lord Voldemort y a su lado se encontraba Colagusano en lugar del niño.

-Muy ingeniosos –comentó Snape con el ceño fruncido- Usaron poción multijugos

-¿Desde cuándo has estado planeando esto Tom? –preguntó Dumbledore viéndolo por encima de sus gafas de media luna

-¡¡No me llame así! –chilló Voldemort enfadado

-¿Por qué te atreviste a usar a estos niños? –dijo el señor Weasley con enojo, mientras a su lado su esposa abrazaba efusivamente a Ron

-¡No somos unos niños! –se defendió la muchacha de la máscara

-¿Asustados Potter? –preguntó Voldemort cínicamente acercándose al escenario seguido por la varita de Sirius, que era amenazado por Bellatrix

-Estamos envueltos en un círculo, donde si uno reacciona creará una ola de muerte y destrucción –murmuró Bellatrix malévolamente divertida

Voldemort se acercó hasta donde estaban Lila y el cuerpo de Pansy. Entonces la cicatriz de ésta y Harry comenzaron a arder.

-Lila Zizold Potter –comentó Voldemort fríamente- Hasta que por fin te conozco personalmente

-¡No te le acerques! –amenazó Harry pero no pudo moverse por el cuarteto de varitas que lo apuntaban amenazadoramente

-Siempre tan ingenua, siempre tan cobarde...siempre tan tú –continuó el señor Tenebroso regodeándose al ver a una Lila que estaba impávida sin siquiera poder articular palabra- Veo que tus protectores tarde se enteraron del gran vínculo que te unía a Potter, aunque ya sospechaban algo

-¿A qué se refiere? –balbuceó Lila armándose valor desde lo más profundo

-Por tus venas –explicó tomando violentamente a Lila por un brazo, logrando que la cicatriz le doliera como nunca- Corre la sucia sangre de James Potter, sangre que por azares del destino también se unió a la sangre de la familia de la sangresucia Evans

-No puede ser –masculló Lila incrédula

-Pues lo es –aseguró Voldemort soltándola y limpiando con asco su mano en su túnica como si hubiera tocado mugre- Al igual que yo encontré una descendiente mía por la cual corre mi sangre

-Querrás decir entonces que también es de tu familia –dedujo Sirius atento

-No, ella en realidad lleva mi sangre –aclaró Voldemort con desplante- Mi esencia se encuentra en ella gracias al trabajo de mis mortífagos

-No lo entiendo –reconoció Dumbledore

-Y poco me importa si lo haces –respondió Riddle con desprecio

-Usaste a muchos jóvenes sin razón alguna, ¿por qué no los dejas ya? –inquirió Dumbledore con furia

-Ah no, no voy a hacerlo

-¡Si me quieres a mi, aquí me tienes! –exclamó Harry harto de todo, poniéndose de pie

-¡No te atrevas a moverte, cabeza rajada! –dijo la voz de una muchacha- Porque soy capaz de eliminarte yo misma

-¡No! –gritó Lila suplicante parándose de un brinco e interponiéndose entre ella y Harry, notando entonces que la otra chica dudaba y bajaba un poco la varita

-¡No dudes! –gritó Voldemort dirigiendo su varita a su dubitativa seguidora, que se tomó de la cabeza como si estuviera a punto de reventarle- ¡Si es necesario acabarás con ella antes de Potter!

-¡No lo hagas! –intervino Millicent, ayudando al chico que se había desmayado a ponerse en pie

-¡No te inmiscuyas! –amenazó Voldemort dirigiendo su varita hacia Millicent

-¡No! –gritó la otra chica- ¡Déjela en paz!

-No puedes acobardarte, no puedes ser débil ¡no ahora!

-Aléjate de ellos Voldemort –dijo Dumbledore acercándose al escenario seguido por las varitas de los mortífagos que como los demás se limitaban a contemplar todo

-Acaba con los Potter -ordenó Voldemort

-Yo...

-¡Acábalos ya!

-Expelliarmus! –se escuchó gritar a Hermione que se acercó cautelosamente por detrás, pero otra voz fue más rápida

-Crucio! –gritó el chico enmascarado viendo cómo Granger se retorcía en el suelo

-¡Hermione! –gritaron horrorizados Ron, Harry y Lila

-Por favor, basta –sollozó Lila mirando a la muchacha con la varita- Basta...

La chica de la máscara entonces se llevó una mano al corazón, sintiendo una tremenda punzada.

-Camila, escucha a Lila –pidió Sirius con cariño- Baja tu varita y reacciona

-Él sólo la encantó para eliminar todo sentimiento noble –murmuró Millicent entristecida- Por eso el corazón le duele cuando está flaqueando...

-¿Camila? –preguntó Lila horrorizada

-¿Acaso no lo notaste? –se burló Voldemort acercándose a la chica y sacándole la máscara- Te presento a tu amiga Camila Grissi Riddle...mi descendiente y leal seguidora

La chica se quitó la capucha y mostró su rostro inexpresible y los ojos perdidos: en verdad era Camila.

-¿O cómo explicas todo entonces? –continuó Riddle sarcástico

-Tonta muggle –comentó el otro chico burlón sacándose la máscara

-¡Malfoy! –escupió Harry con rabia- ¡Tenías que ser tú!

-¡No me digas que no era obvio! –exclamó Draco fuera de sí- ¡Todo el tiempo actuamos en sus narices y no hicieron nada!

-En las narices de Dumbledore y las tuyas –comentó un tercero cuya cansina voz reconocieron como la de Crabbe

-¡Vamos Lila! No pudiste ser tan idiota –continuó Draco maliciosamente- ¿No recuerdas acaso que Camila te estuvo evitando? Eso fue porque por culpa tuya el señor Tenebroso tuvo que castigarla, debido a eso tenía que alejarse de ti...

-Pero no puede ser –intervino Ron acercándose- Ella estuvo todo el tiempo con nosotros

-¡Seguro fue en Halloween! –exclamó Lila sin temor, recordando todos los extraños eventos- Cuando intentaron llevársela, ¡la sometieron a un Imperius!

-Jajaja ¿eso crees? –preguntó Voldemort divertido

-En aquella ocasión hubo un malentendido y los mortífagos se la iban a llevar por error –contó Draco seriamente- Y tuve que solucionarlo

-No la íbamos a descuidar –comentó entonces Bellatrix con sorna- La muchachita resultó ser predisponente a los accidentes y nos tuvo muy ocupados curándola como podíamos. En verdad era difícil, debo admitirlo, pasar las barreras de Hogwarts no es cosa sencilla

-¿Entonces ella fue la de la Marca Tenebrosa en el bosque aquella primera vez? –inquirió Harry mirándola desconfiado- ¿Fue ella quien me amenazó de muerte, no?

-No, no fue ella –aseguró Crabbe quitándose la máscara- Fue tu querido amigo Weasley bajo el influjo de un Imperius…

-¿Crabbe? –inquirieron todos incrédulos al notarlo tan lúcido como nunca antes lo habían visto

-Él era mi mano derecha –explicó Camila en un tono de voz neutral- Fue el que siempre me ayudó: él le daba a la sangre sucia y Zabini la poción de amor y él fue quien se encargó de Weasley

-Cuando tropezamos... –analizó Ron estupefacto- ¡Fue ahí que me hiciste el Imperius!

-¡El Imperius te lo hice yo! –exclamó Camila impaciente- Él sólo se robó tu varita para inculparte por la Marca

-Suficiente de explicaciones –dijo Voldemort- Acabemos ya que tengo otros pendientes. Vamos Camila, mata primero a Harry

Camila levantó la varita y se dispuso a cumplir con su cometido.

-¡No lo harás! –exclamó Lila extendiendo los brazos- ¡No lo lastimarás! Para eso tendrás que pasar encima de mi cadáver

-Eso se puede solucionar –dijo Draco burlón levantando su varita

-¡Deténlos Severus! –gritó Sirius abalanzándose con la distracción hacia Bellatrix que evadió un Desmaius

Pero el profesor Snape ni se inmutó.

-Patil, mata a Potter –indicó con indiferencia, dejando a todos boquiabiertos, hasta al mismo Dumbledore

-¿Parvati? –murmuró Ron incrédulo

-Está bajo el Imperius –explicó Dumbledore- Pero me sorprende que hayas sido tú el que lo haya hecho

-No fue él, fui yo –reconoció Millicent cabizbaja

-¡Sorpresas que da la vida! –comentó Voldemort divertido- Colagusano, mátala, ya no nos sirve

Y antes que pudieran hacer nada, Colagusano acabó con la existencia de Parvati después de un Avada kedavra.

Entonces la lucha comenzó: magos blancos y mortífagos se enfrascaron en un duelo, con luces de colores que iban de aquí a allá. Snape trató de intervenir, pero la profesora Lockhart se libró como pudo y con un Desmaius lo dejó fuera de combate, cayendo luego inconsciente.

-Mátalos Camila...

-Yo"...

-No tengas miedo -le dijo una voz femenina, que Lila vio provenía de una enorme serpiente que había estado asfixiando a Lockhart hasta dejarla tan débil que luego de desarmar a Snape yacía desmayada

La serpiente, de repente, se convirtió en un gato negro que saltó a los brazos de Camila.

-Por cierto Potter –dijo ella con ironía sacando de su túnica una pluma blanca- Creo que esto le pertenece a tu lechuza

-No puede ser...¡fuiste tú! –estalló Harry recordando a su herida Hedwig

-Bien, ya me cansé –dijo Voldemort- Avada...

-Diffindo! –dijo Ron, desviando el haz de luz, provocando que la muñeca de Voldemort sangre

-¡Cómo te atreves! ¡crucio!

Y Ron se tiró al suelo desgañitándose de dolor.

-¡Mátalos ya! –estalló Bellatrix desde donde estaba

-Hazlo Camila –murmuró Draco con la voz temblorosa- Si no lo haces, seremos nosotros...

-No Camila, por favor –dijo Lila mirándola con pena- Recuerda que eres mi mejor amiga, recuerda cómo llegamos aquí ¡por favor, recuerda!

-¿Lila? –murmuró Camila como despertando

-Así es, soy yo –confirmó su amiga con tono esperanzado- Lucha contra el Imperius, lucha contra Voldemort, no tienes por qué hacerlo ¡eres mi amiga!

-Tu...amiga –balbuceó Camila, dejando caer su varita

Crucio! –gritó Voldemort enojado señalando a Camila

-¡No! –exclamó Draco interponiéndose y recibiendo el castigo

-¡Draco! –gritó Camila arrodillándose junto a él

Entonces dos varitas amenazantes se acercaron a Camila.

-No me traiciones –habló Voldemort- Eres mi mano derecha ¡no me traiciones!

-Sabía que no serías la más indicada –comentó burlón uno de los que la apuntaban

-Cállate estúpido Zabini –escupió Camila con odio

-No lo traiciones Camila –murmuró Crabbe conmovido- Mátalos...

-Mátalos Camila –susurró Draco adolorido- Mátalos y nosotros seremos libres...

-Nadie tiene que morir –murmuró Lila acercándose a su amiga, mientras Voldemort expectaba con interés

-Lo siento Lila –se lamentó Camila tomando su varita y poniéndose de pie

Mientras tanto Sirius había logrado desmayar a Bellatrix y quedaban pocos mortífagos.

-Deténte ya Voldemort –dijo Dumbledore con voz de mando- Has perdido y debes reconocerlo

-¡No necesito a ese puñado de inútiles, por si no lo sabes! –se regodeó Voldemort

Hermione iba a ponerse de pie y lanzar un hechizo, pero Crabbe la vio y le lanzó otro Crucio que la desmayó de tanto dolor. Ron corrió a su encuentro y se quedó con ella.

-Es el fin Potter –dijo Voldemort dirigiendo su varita hacia Harry- La conexión entre nosotros debe desaparecer

-¡No, Harry! –gritó Lila, pero recibió un Crucio de Colagusano, quien después fue desmayado por el señor Weasley

-¡Lila! –exclamó Camila preocupada

-Hora de morir Potter, lamento que no haya sido un final feliz –se carcajeó Voldemort malévolamente- ¡Avada kedavra!

-¡Avada kedavra! –se escuchó al mismo tiempo

Dumbledore lanzó tan rápido como pudo un escudo protector a Harry. Pero el segundo haz de luz verde no pudo ser evitado...y dio de pleno en Voldemort.

-No...no puede ser... –murmuró desfalleciente, volteando y mostrando sus ojos rojos abiertos de par en par- Cómo pudiste...

-Lo siento señor –dijo Camila decidida- Pero no puedo dejar que lastime lo que yo quiero...Pudo manejar mis actitudes, pero jamás podrá con mis sentimientos...

Voldemort cayó de rodillas, y como arena que se lleva el viento, fue desapareciendo poco a poco. Al fin todo había acabado...