Capítulo 23
La enfermería estaba abarrotada de gente. Incluso habían llegado expertos de San Mungo en maldiciones para ayudar con los heridos. Los mortífagos, luego de recibir atención médica, fueron llevados a Azkaban, entre ellos figuraban los Malfoy, Snape, Bellatrix, Zabini, Goyle, Crabbe y Bulstrode padres. Colagusano había escapado otra vez gracias a sus poderes de animago, no sin contar antes muy divertido que él había matado a Pansy porque le era muy fastidiosa.
Los del Ministerio decidieron que Draco, Vincent, Gregory y Blaise también debían ir a la prisión; pero por intercesión de Dumbledore consiguieron que los exilien del mundo mágico al mundo muggle sin poder mágico alguno. Después de todo, lo que hicieron fue más por miedo que por convicción. La profesora Lockhart también se recuperó, y entonces todos se enteraron que era una de los mejores aurores del Ministerio y que había entrado en Hogwarts por pedido del mismo Dumbledore para proteger a los alumnos.
Hermione se recuperaba, acompañada del incondicional Ron que no se separaba de ella ni para comer. Así que Dobby le llevaba cosas ricas hasta la enfermería.
Velaron y enterraron a Pansy, Parvati y Dean y pusieron en los escudos de las cuatro casas unos crespones negros que simbolizaban el luto de Hogwarts.
El poco tiempo que quedaba para finalizar clases fue culminando con tiempos de tranquilidad para los alumnos. Camila había recuperado su forma de ser muggle y solía ser la que completaba el quinteto que compartía ahora con Lila, Ron, Harry y Hermione. Millicent también solía estar con ella cuando no la acompañaban los Gryffindor. La robusta muchacha poco sabía de Gregory y los demás, digamos que el grupo de exiliados era un tema de evitar entre los Slytherin.
Cuando el tiempo de retornar llegó, Dumbledore les dijo a ambas extranjeras que al volver a su país ambas debían ser sometidas a un Obliviate, porque el recordar sólo las confundiría y traería a ellas tristeza y preocupación innecesarias. Sin embargo, para alegría de Camila, podía conservar su gato.
Al enterarse del Obliviate sus amigos se entristecieron, porque Lila nunca los recordaría. Pero pese a sentirse muy mal ella trató de animarlos y disfrutar de su última Cena en Hogwarts. Comieron y bebieron mientras reían por las bromas crueles de Camila hacia Ron.
En el tren de regreso los Gryffindor compartieron un vagón, mientras Camila y Millicent iban en otro.
-Voy a extrañarte –murmuró Millicent viendo distraída por la ventana
-Te dejaré un espejo especial para que te enteres qué ando haciendo –le dijo Camila sonriendo
-No me servirá si no te acuerdas ya de mi...
-¿Y eso qué? Al menos sabrás que ahí estoy –explicó su amiga abrazándola- También voy a extrañarte...
Una vez en la estación King's Cross, en el lado mágico, se reunieron Lila y Camila junto a sus amigos. Allí todos los Weasley se despidieron de ellas. Extraño era aun para todos ver a Ron y Hermione agarrados de la mano, luego que se declararan sus sentimientos cuando ella aun estaba en la Enfermería.
-Bueno, hora de irme... –murmuró Lila entristecida
-Lo sé –murmuró Harry cabizbajo- Espero que... Ojalá no me olvidaras
-No lo haré, siempre estarás en mi corazón –dijo ella abrazándolo
-Te quiero mucho Lila –susurró Harry
-Y yo a ti –confirmó ella dándole un beso tímido en los labios
-¡Hey Lila, hora de irnos! –la llamó Camila que estaba metros más allá con los demás, abrazando a su gato
Lila se reunió con su amiga y se despidió de todos.
-Cuida mucho a Hermione –le pidió a Ron dándole un abrazo- Y también a Harry
-Créeme que él puede cuidarse solo –aseguró Ron abrazándola
-Sigue tan cumplida como siempre y salúdame a Krum –se burló Lila abrazando a Hermione
-Muy graciosa –refunfuñó ella con una media sonrisa
-Tú sigue con tu vida y visita a tus padres cuando puedas –recomendó Camila abrazando a Millicent
-No sé si quieran verme, para ellos soy una traidora...
-Claro que no, fuiste más valiente que nosotros al revelarte antes –contestó Camila- Lamento haberte gritado cuando quisiste ayudarme con aquella poción
-No importa ahora, todo está bien
-Hora de irse señoritas –les dijo Dumbledore, que estaba vestido con un largo abrigo negro, unos pantalones rojos a cuadros y una camisa verde fosforecente- Quiero ir ya al mundo muggle
-Sí señor –contestaron ambas
Lila le dedicó a Harry una última mirada triste de despedida y desapareció junto a Camila por el muro del andén 9 ¾. Una vez en el lado muggle Dumbledore se despidió de ellas con un cálido abrazo, cuidadosos de no ser vistos ingresaron en el baño de damas de la estación y pronunciando un Obliviate! las dejó como en estado de shock y las empujó hacia el interior de los espejos.
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Cuando Lila despertó estaba boca arriba en el baño de su casa. Se sobó la cabeza y salió, encontrándose a sus papás, que preocupados la esperaban afuera para almorzar de una vez.
-¿Te caíste o qué? Sólo escuchamos un tremendo golpazo –bromeó su papá sonriendo
-Creo que me resbalé –respondió su hija confundida
-Mejor vamos a sentarnos que todo se enfría –dijo la mamá de Lila, yendo todos a comer
Lila se tocó la frente y notó que no tenía nada allá.
-Es raro –pensó- Por un momento creí que tenía una cicatriz...aunque no sé por qué
-Por cierto Lila –le dijo su mamá sirviéndole sopa mientras ella hacía cara de fuchi- Te compré el nuevo libro de Harry Potter
-¡Gracias mamá! ...
En su casa, Camila se encontraba tumbada boca abajo sobre el piso de su habitación. Se levantó muy confundida y notó que junto a ella estaba un gato negro.
-¡Camila! –la llamó su mamá desde el piso inferior- ¡Apúrate que tus amigos te están esperando!
Aun adolorida, tomó al gatito pensando que no debía ser visto por sus alérgicos familiares y bajó hasta el living. Cuando entró se quedó estupefacta.
-Vinimos por los libros que nos prometiste –comentó un sonriente muchacho de cabello rubio platinado, mirando de reojo si alguien observaba
-¿No podías apurarte un poco más? –refunfuñó otro
-¿Me podrías servir más refresco? –pidió otro regordete
-Hola Camila –saludó un cuarto con una tímida sonrisa
-Draco, Vincent, Gregory, Zabini... –murmuró ella incrédula
-Creí que no nos reconocerías –dijo Draco sonriendo
-Cómo no hacerlo, si él me ayudó con Dumbledore –señaló su amiga, acariciando con cariño el lomo de su gato
-Nuevamente juntos –murmuró Zabini burlón
-Y dispuestos a reponer fuerzas –acotó Crabbe
-Pudieron quitarnos nuestra magia, pero nunca nuestro deseo de venganza –dijo Draco con rabia- Jaja, jamás nadie adivinó que antes de ir a Hogwarts el señor Tenebroso tuvo contacto contigo...
-Ustedes siempre serán mis fieles seguidores –dijo una fría voz que se mezclaba con los maullidos de un gato, que no era otro que el gato negro de Camila
-¿Listos para nuevos pasos? –inquirió Camila mientras sus ojos se tornaban extrañamente rojos
-Siempre... –contestaron sus compañeros al unísono, sacando de quién sabe dónde unas máscaras blancas con unas delgadas rendijas y poniéndose a reír macabramente.
FIN (al fin!)
Después de un año y más pude culminar con emoción este fic, que debo reconocer humildemente, fue uno de los mejores que he hecho.
Gracias Ticly por empezar un proyecto que nos llevó a ambas a soñar hasta creer que podíamos hacer magia en realidad...aunque lo hicimos con el poder de nuestra imaginación.
Los personajes de Harry Potter le pertenecen a la gran J.K. Rowling y su editora. Camila Grissi es un personaje creado por mi, y Lila Zizold uno creado por mi mejor amiga Ticly.
"Porque la magia sí existe..."
