Raven y Robin se decidieron a trabajar juntos para terminar con Gary y su "super-organización" de criminales. Sabían que Gary y su gente los doblaban en número y armas, pero al menos Gary pensaba que Raven estaba muerta. El asesino no aportó ayudas que sirvieran para colarse en el cuartel de los mafiosos y atacar desde dentro, por lo que la tarea se haría más difícil.

La lluvia se volvía intensa día y noche. Los días eran deprimentes y grises, sin nuevas emociones y una ciudad sumida en la monotonía y soledad. Esos recursos eran aprovechados por la gente de Gary, que gracias a la falta de policías dominaban las calles a sus anchas. Las bandas criminales menores estaban casi todas exterminadas y algunas bajo el mando de la Gran Mafia. Gary se propuso dominar el hampa de la ciudad y lo estaba logrando. Un día, en una calle que tanto Raven como Robin recordaban por haber luchado contra cinco asesinos, encontraron a Gary y cuatro hombres suyos. En cuanto se vieron el odio se reflejó en el rostro de todos.

-Son todos suyos-Dijo Gary a sus hombres

Los cuatro tipos desenfundaron unas SMG y apuntaron. Cuando dispararon, Raven hizo el campo protector y Gary se marchó en el coche negro. Ni bien los guardaespaldas se pusieron a recargar sus armas, Raven y Robin se encargaron de ellos.

-¿A dónde va?-Preguntó Robin

-De seguro Gary va a su granja, es su cuartel-Le respondió Raven

-Vamos para allá-

Al no tener vehículo, el trayecto se dificultaba. Estaban a unos cuantos metros de la granja cuando una columna de fuego sale del cuartel de Gary. La granja había estallado. Quizás fue algo suicida. Volvieron a la ciudad.

Eso no fue nada suicida, Gary tenía varias cartas por jugar. El helicóptero salió en busca de sus enemigos. Los dos titanes iban caminando tranquilamente por la húmeda vereda cuando el inconfundible ruido que hace un helicóptero los pone en alerta. En cuanto empezaron las balas Robin empujó a Raven contra una puerta y entraron en la planta baja de un edificio. Empezaron a subir las escaleras mientras escuchaban los tiros.

El helicóptero daba vueltas alrededor del edificio y lo rociaba de balas. Los proyectiles entraban por ventanas y conductos de ventilación. Dos misiles destrozaron varias habitaciones. La policía comenzaba a llegar, pero estaban siendo esperados por montones de mafiosos armados con ametralladoras, escopetas y granadas. El helicóptero aterrizó en la terraza del edificio. El piloto se quedó dentro, y dos tipos que viajaban en el vehículo bajaron con las pistolas en mano. Raven y Robin también llegaron a la terraza y desataron una lucha contra esos dos hombres. La noche estaba llena de truenos, relámpagos, lluvia, disparos, balas, golpes, gritos, sangre, cadáveres y explosiones. En cuanto ambos mafiosos quedaron abatidos, el helicóptero se elevó y bruscamente se lanzó contra el edificio. Rápidamente, Raven cubrió a Robin y se trasladaron al edificio vecino.

La construcción que fue arrasada por el helicóptero se desplomó sobre todos los mafiosos y policías que se mataban debajo. Hubo una inmensa nube de polvo y empezaron a llegar SWAT's, bomberos y ambulancias.

Estuvieron todo el resto de la semana en el departamento de Robin. Lo más probable era que Gary no haya muerto, quién sabe si ahora mismo se encuentra en otra ciudad...

Una noche, mientras Raven y Robin cenaban tranquilamente, entró una granada de humo por la ventanita del baño. Realmente la lanzó alguien con muy buena puntería. Al rato la puerta se desprendió de sus goznes y cayó en medio de una lluvia de balas. Robin estaba en el baño, pero Raven no. Ella tiró la mesa a un costado y se ocultó. Algunas balas conseguían atravesar la mesa pero no la tocaban. Luego cesaron los disparos.

-¡Rápido!-Gritó Robin y salió en busca del atacante.

Se escucharon tres disparos, cuatro... y un grito. Raven salió del apartamento y corrió por todo el pasillo. En la escalera estaba Robin tirado. Tenía cuatro perforaciones en la parte izquierda del cuerpo y la sangre llegaba hasta el descanso de la escalera.

-Robin, vamos, te sanaré las heridas-Le dijo Raven preocupada

Lo llevó hasta la habitación y esta vez ella tuvo el turno de enfermera. Lo sanó lo mejor que pudo, y Robin estaba quedando bien.

-¿Quién era?-

-No lo sé, me disparó en cuanto traté de acercarme-

-¿Crees que sea alguien de Gary?-

-Es lo más probable-

-¿Cómo era?-

-Tenía la cara cubierta con un pañuelo negro, gafas de sol, traje y sombrero blanco...-

-¿Blanco?-

-Sí-

-Los hombres de Gary no usan trajes blancos-

-¿Qué sabes tú? Pueden cambiarse la ropa para confundirnos-

Con eso dio terminada la charla y se dispuso a dormir. Tres días después estalló un coche en la puerta del edificio donde viven Raven y Robin. Se desplomó la entrada y murió la vecina del piso de arriba. Eran el blanco.

Varias semanas después, Raven y Robin no esperaban encontrar a Gary, salieron a dar una vuelta por la plaza a la luz de la luna. El único problema era la lluvia. Iban por el estacionamiento cuando ven un coche negro que estaciona a pocos metros de ellos. Del asiento del conductor baja un tipo vestido de blanco, con el famoso sombrero blanco y la cara encubierta. Tal cuál lo describió Robin.

El individuo sacó una pistola y les disparó. Una bala alcanzó a Raven en el pecho. Cayó al suelo mientras la sangre salía por el lugar del impacto y la boca. Robin estaba detrás de un coche mientras las balas destrozaban las ventanillas. De repente, una granada cayó a su lado. Robin la lanzó en dirección a su atacante y se escuchó una fuerte explosión. Las esquirlas se clavaron en todas partes. Algunas de ellas llegaron a Raven.

Robin se acercó desesperado a Raven. La arrastró detrás de un auto y empezó a taparle las heridas para que no perdiera sangre. El hombre de blanco aún estaba en pie. Había conseguido ocultarse detrás de un vehículo antes de que las esquirlas lo alcanzaran. Hizo dos tiros al aire y se robó un coche. Partió a toda velocidad. Robin cargó a Raven en brazos y la llevó al hospital más cercano. El recepcionista con voz aburrida dijo:

-Deme todos los datos, por favor-

-¡No hay tiempo, está desangrándose, llame a un médico!-

-No hago excepciones-

-¡Vamos, maldita sea, voy a pagarte todo lo que quieras, pero llama a un médico!-

-Bueno, pero no grite, esto es un hospital-Marcó un número-Oiga, aquí hay una persona que está desangrándose, se lo necesita urgente-

Unos segundos después vino un hombre alto y con bigote. Robin le explicó rápidamente todo y un enfermero puso a Raven en su camilla.

-Le garantizo que el 95 de mis pacientes sobreviven-Dijo el doctor

Robin le llenó todos los formularios al tipo de la recepción y se quedó en la sala de espera. Pasaron treinta minutos, una hora. El médico se acercaba por el pasillo. Ni bien lo vio, Robin se puso de pie y fue a su encuentro.

-¿Cómo está?-

-Bien, vivirá-

-¿Ya puede salir del hospital?-

-Sí, ella sabe curar sus heridas cuando no tiene balas ni esquirlas en el cuerpo-

-¡Qué alegría!-

-Pero usted no puede llevarla, el procedimiento dice que debe transportarla una ambulancia-

-Haga una excepción, hay un tipo tratando de matarnos-

-No hacemos excepciones-Dijo el recepcionista a lo lejos

-Cállese-Le dijo Robin enojado-¿Sí señor? ¿Podré llevarla yo?-

-No, Robin. Pero si quieres seguridad te puedo decir que hagamos así: Ella va en la ambulancia, el vehículo estará escoltado por agentes de la policía y usted espera en casa para recibirla. No se arriesga nada, ¿verdad?-

-Está bien, está bien, esperaré en casa. ¿Dónde está Raven?-

-En la ambulancia-

-¿Y dónde está la ambulancia?-

-En el estacionamiento de abajo, se llega por el ascensor-

Robin fue al ascensor y oprimió el botón que lleva al subsuelo. Había una musiquita horrible que sonaba por un pequeño parlante en el costado. Finalmente la puerta se abrió. Robin salió al oscuro estacionamiento. Avanzó entre vehículos, divisó una ambulancia con las puertas traseras abiertas. A medida que se acercaba se sentía mejor sabiendo que Raven estaba viva. Sin embargo, llegó a menos de tres metros de la ambulancia y vio sangre en el suelo. A poca distancia de la macha de sangre había un casquillo. Robin se acercó corriendo a la ambulancia. En el asiento del conductor había un enfermero muerto con la cabeza en alto. Su acompañante tenía un profundo corte en el cuello. Robin miró el lugar donde debía estar Raven, pero ella no estaba ahí, en su lugar había un enfermero con tres agujeros en el pecho.

"Raven está con nosotros" decía con sangre en la pared izquierda del interior de la ambulancia. Robin sintió que le sacaron el aire. Se sentó al borde del asfaltado camino y sintió una náusea. La tristeza lo embargaba, inmediatamente, sintió que la felicidad que Raven le traía desaparecía y era reemplazada por una ira jamás sentida: Ganas de aniquilar a todos esos criminales y encontrar a Raven. Al estar mirando el suelo y encontrarse ensimismado en sus pensamientos no vio al hombre de blanco que se acercaba. El sujeto le apuntó con una pistola con silenciador y disparó. Las dos balas le dieron en el brazo izquierdo y cayó al suelo. El extraño individuo se acercó sin dejar de apuntarle. Le dijo casi en un susurro:

-Estaremos en contacto. Haz lo que te digan y Raven volverá-Dijo sin dejar de mirarlo-Por el contrario, lo único que recibirás de Raven será su hígado-

Continuará