Robin recobró el conocimiento en una camilla. Estaba oscuro y escuchaba voces. Se puso de pie y abrió la puerta. En el pasillo estaban el médico, dos policías, gente llorando y muchos periodistas. Ni bien lo vio un policía lo hizo entrar e ingresó él también:
-Buenas noches, Robin-
-¿Qué sucede?-
-Soy el agente Kent. Espero que nos entendamos-
-¿Qué pasa?-
-Asesinaron a varios enfermeros y raptaron a una paciente-
En eso se aclaró la mente de Robin:
sangre en el suelo
En el asiento del conductor había un enfermero muerto con la cabeza en alto. Su acompañante tenía un profundo corte en el cuello
"Raven está con nosotros"
Estaremos en contacto. Haz lo que te digan y Raven volverá. Por el contrario, lo único que recibirás de Raven será su hígadoSabía que Raven estaba en manos de los mafiosos y posiblemente del asesino. Necesitaba irse del hospital con urgencia y buscar a Raven. Se puso de pie, tomó su ropa y se vistió. Dejó en la camilla la bata blanca que le habían puesto. El agente de la policía le permitió salir espantando a los periodistas, curiosos y gente que lo acusaba. Afuera del hospital estaba todo lleno de patrulleros, furgonetas, coches y cámaras de TV. Robin siguió solo hasta su departamento. La puerta había sido repuesta, y adentro sonaba la campanilla del teléfono.
Robin entró rápidamente y le tembló el pulso cuando contestó:
-Robin, al fin atiendes, Gary al habla-
-¿Dónde está Raven? ¿Le han hecho algo?-
-No te preocupes por Raven ahora, ella está durmiendo. Ahora negociaremos la situación, ¿de acuerdo?-
-Adelante-
-Raven se mantendrá con vida si me entregas a los cinco asesinos, uno de ellos prófugo-
-Están en la cárcel, los cuatro y el quinto no sé-
-Vamos, seguro que lo sabes-
-No, no lo sé-
(Raven, por favor, usa tu poder y desaste de esos tipos) Pensaba Robin
-Siendo así, tú traerás a los asesinos a la plaza principal donde ajustaremos cuentas-
-Bien, ¿cuándo?-
-Ahora, pero te digo que cuando tengas a los cuatro aquí, tú te vas. Si no te vas los francotiradores se matarán. ¿Está claro?-
-Si, Gary, está claro-
-Bien-Y cortó la comunicación
Robin decidió hacer lo mismo que hizo Gary. Se dirigió a la parte trasera de la cárcel. Había un olor a pescado nauseabundo, cubos de basura y gatos corriendo por el tejado. Había una caja de fusibles tapada con una chapa vieja. Robin hizo lo suyo y la luz de la cárcel se cortó. Mientras los confundidos guardias buscaban la razón del corte, Robin entró por la puerta trasera que daba a una cocina. Gracias a los carteles luminosos de emergencia pudo llegar a la zona de presos y empezó a buscar. Encontró a los cuatro, les abrió la reja y los hizo salir. Se los llevó hasta la plaza principal, luego se fue.
Pasadas unas horas, Gary volvió a llamar:
-Buen trabajo, ahora que es de noche ven al puente abandonado, tenemos algo que va a gustarte-Cortó
Robin estaba decidido y fue al puente. Eran pasadas las doce la noche, el ambiente estaba tenso. La luz de la luna iluminaba un poco el oxidado puente, abajo había un riachuelo lleno de mugre y unas farolas resquebrajadas rodeadas de insectos.
A lo lejos vio que se acercaban tres coches. Uno se desvió hacia la derecha, pero los otros dos se acercaban a Robin. Frenaron a menos de 20 metros de él. Del primer auto bajaron tres tipos armados con escopetas. Del otro vehículo bajaron Gary, el asesino con traje blanco y cara cubierta, un gángster armado con una ametralladora y Raven amordazada.
El tipo del traje blanco tenía a Raven bien agarrada de la nuca para que no escapara. Gary se acercó a Robin:
-Lo mejor sería que una vez que te entregue a Raven no hagas ninguna locura, o lo lamentarás y mucho-
-Sólo vine por Raven-
-Y la tendrás en cuanto aclaremos ciertos puntos-
-¿Cuáles?-
-Primero, quiero que cuando te entregue a Raven ambos se vayan sin seguirme. Segundo, no quiero que me ataques o tú y Raven morirán. Tercero, dejarás de buscarme y cuarto, no tomarás parte de ninguna actividad policial que se relacione con mi búsqueda. ¿Entendido, Robin?-
-Si, lo entiendo-
-Ahora déjame hablar un poco con Raven-
Gary se acercó a la amordazada Raven. Como Raven no podía hablar, Gary le dijo que se limitara a asentir o negar con la cabeza.
-¿Me traicionaste para venir con este tipo?-
Raven asintió
-¿Quieres que te aniquile por eso?-
Raven negó asustada
-¿Sabes la cantidad de civiles que murieron por tu causa?-
Raven negó
-Muchos, en mis intentos por encontrarte o matarte he quitado de en medio a miles de personas. Dentro de dos días llegará Edward de Alaska y cuando esté negociando con él me olvidaré de ti. ¿Te gusta eso?-
Raven asintió.
-Suéltala-Dijo Gary al tipo del traje blanco
El asesino soltó a Raven y le quitó la mordaza. Raven corrió a los brazos de Robin. Se abrazaron muy fuertemente. Al oído, Raven le dijo:
-En cuanto se den vuelta los atacamos-
Ni bien todos los tipos se estaban volviendo a los coches, Robin lanzó un disco congelante hacia el coche más cercano. Los tres tipos se dieron vuelta y empezaron los tiros. Raven los desarmó. El asesino disparó pero la bala le dio a Gary en la espalda y su líder cayó al suelo. El asesino se lanzó al riachuelo y escapó en la noche. Todos los mafiosos estaban fuera de combate, pero de pronto se escuchó un disparo que sonó en toda la noche y Robin cayó al suelo. La sangre comenzaba a salir de su abdomen. Raven hizo el campo protector y sintió la bala que iba hacia ella como golpeaba el campo de seguridad. En eso, el coche que se había desviado se fue. Era un vigilante armado con un rifle de francotirador militar. Ni bien se fue, Raven extrajo la bala del cuerpo de Robin y le sanó la herida.
Volvieron a casa felices de haber vencido a Gary, ahora se preparaban para la mejor noche de su vida...
Mientras, un tipo con su traje blanco manchado de barro y desechos salió de un charco de agua verde. Su rostro seguía cubierto. Se dirigió a la tienda de armas más cercana, donde trabajaba un amigo suyo. El vendedor le hizo un gran descuento en dos pistolas calibre .50, una escopeta recortada, una ametralladora M60 y varias granadas ígneas de mano.
Si Gary no pudo con ellos, él los mataría ambos para finalizar el trabajo.
Pasaron varios días, Raven y Robin estaban más unidos que nunca, viviendo bastante bien en el asqueroso departamento. La lluvia continuaba y la gente temía una inundación. El sonido de las gotas golpeando el suelo era rítmico y relajante, luego escuchar los coches cuando levantan olas de agua que mojan a los peatones que se arriesgan a caminar por el borde de la acera. La temperatura seguía baja, y los truenos acompañaban en la noche. Todo era muy armonioso. Precisamente, lo era.
Eran las doce de la noche, como era lógico el edificio entero roncaba, entonces un asesino aprovechó la ocasión. La puerta fue abierta por una patada. Robin se incorporó y en la penumbra vio la silueta de alguien con un arma enorme en las manos. Robin gritó algo y tiró a Raven al suelo mientras se agachaba y el arma del homicida escupía balas. La ventana y algunos objetos se hicieron pedazos. Luego entró una granada que estalló e incendió casi toda la habitación. Raven salió por la ventana y se afirmó en la pared, parada sobre la repisa del edificio en el sexto piso. Le hacía frío sin la capa, adentro se seguían escuchando tiros que luego cesaron.
Raven voló hasta el techo del edificio. Escuchó otra explosión bajo sus pies. Débilmente se oían las sirenas de la policía. Se escucharon golpes y otras cosas como disparos y objetos que se rompían, hasta que Raven vio salir a Robin por la puerta de servicio. Raven se acercó a su amigo que estaba herido, y en paños menores. De pronto, la puerta de emergencia que había cerca de donde ellos estaban se abrió por un potente escopetazo. Raven se dio vuelta, y se vio a sí misma reflejada en las gafas negras de ese sujeto. El individuo le apuntó con una pistola e hizo fuego. Raven fue lanzándole objetos, pero el hombre era bueno esquivando. Abajo se escucharon ambulancias, bomberos y policías, que cercaban el edificio. Los bomberos comenzaron a extinguir el incendio mientras los policías entraban a toda velocidad.
Sin embargo, Robin aún tenía un as bajo la manga. Sacó dos de sus armas clásicas estilo boomerang y las lanzó hacia el asesino. La primera le pegó en la mano donde empuñaba la pistola, y la otra en el cuello. Vieron saltar sangre, como el traje blanco se salpicaba de manchas rojas. La lluvia comenzó a debilitarse. Desgraciadamente hubo un pequeño derrumbe en la entrada de emergencia, por lo que los oficiales debieron dar la vuelta para poder ir por la de servicio.
-¿Estás bien Raven?-
-Si, Robin-
Robin acarició la mejilla de Raven, pero en eso, el asesino se incorporó un poco, desenfundó su otra pistola y disparó. Las poderosas balas de gran calibre entraron en la espalda de Robin, y algunas lo atravesaron dándole a Raven. Después de sus últimos disparos, el último partidario fiel de Gary murió.
Raven empezó a hacer todo lo posible por salvar a Robin, pero eran balas potentes y algunas incluso le habían destrozado algunos órganos y vértebras. La policía llegó a la azotea para retirar el cadáver del tipo, pero nada pudieron hacer por Robin.
Unas lágrimas tocaron el suelo. Raven estaba destrozada. Sus dos impactos en el abdomen no le dolían más que ver morir a Robin. Los médicos se llevaron el cuerpo. La policía intentó consolarla, pero no pudieron. Raven salió de todo ese alboroto, con sus heridas superficiales curadas. En un callejón encontró al asesino que le había dado toda la información y el que se supone que se había ido de la ciudad.
-¿Qué haces aquí?-Preguntó Raven con una voz apenas audible
-He vuelto porque supe de la muerte de mis amigos-
-Murió Robin-Dijo con voz quebrada
-Deberías haber sabido que en ese negocio en el que entraste, no hay salida. Por ahora no serás molestada porque "pagaste" con la vida de tu novio. Es el camino que elegiste, es tu responsabilidad-
Y sin encontrarle nada positivo al mundo, Raven se marchó de la ciudad. La tormenta había cesado, al igual que la felicidad de Raven. Ahora ella se encontraba en un avión, rumbo a Inglaterra. No es un lugar mejor, pero allí podría olvidar todo...
...The End...
