Guardianes Enamorados

El día estaba tranquilo en la sociedad de almas. Últimamente no había disturbios que provocaran la necesidad de que varios shinigamis fueran a combatir, así que todos se podían tomar un merecido descanso.

Algunos invertían ese tiempo en jugar juegos de cartas, otros se limitaban a dormir y unos cuantos preferían caminar tranquilamente por los alrededores.

Rukia estaba sentada contemplando el cielo, moviendo sus pies adelante y atrás ya que estos no alcanzaban a tocar el suelo.

De repente, un gato negro se aproximó a ella y se sentó a su lado.

Rukia se asustó por un momento, pero después supo de quién se trataba.

-Hola Yoruichi-san, ¿cómo estás?-Le preguntó amablemente al gato, el cual después recobró una forma humana hasta convertirse en mujer.

-Hey, Rukia. Me ha ido bien.-Contestó Yoruichi calmadamente.-¿Qué hay de ti?

Rukia suspiró.

-No hay mucho que decir. Los días han sido buenos para descansar y a la vez tan aburridos. Ni siquiera el pasar tiempo con mis compañeros me emociona.-Explicó la Kuchiki.-¿Cómo le está yendo a Urahara-san con su tienda?-Preguntó queriendo desviar el tema.

Yoruichi se dio cuenta de este hecho, sin embargo, prefirió seguirle la corriente.

-Bueno, ya sabes. Ha estado ligeramente ocupado algunos días y otros se la pasa roncando en su hamaca.-Exclamó la morena.-La verdad es que dudo que algún día logre cambiar.

Rukia soltó una risita.

-En eso te doy toda la razón Yoruichi-san.

Yoruichi sonrió y rodeó con su brazo a la Kuchiki por los hombros.

-Bueno, hablando de algo más interesante que los tontos hábitos de Kisuke, cuéntame cómo le va a Renji.-Dijo Yoruichi con una mirada pícara.

Rukia se sonrojó en demasía y desvió la mirada nerviosa.

-No creo que haya algo importante que… hablar de Renji en este momento.-Dijo la Kuchiki queriendo correr de allí y esconderse donde nadie pudiera encontrarla.

Yoruichi se divirtió con la reacción de la otra, por lo que quiso seguir ahondando cuanto pudiese sobre aquel sujeto.

-Ichigo me contó que últimamente Renji y tú han estado más cercanos que de costumbre, y no sé si es sólo mi impresión o él te gusta desde hace mucho.-Aseguró Yoruichi burlona.

La Kuchiki casi se atragantó con su propia saliva.

-¿Qué a mí me gusta Renji?-Espetó Rukia intentando sonar sorprendida.-Eso no tiene sentido. Hemos sido amigos durante muchos años y seguirá siendo así.

Yoruichi se rio.

-Vamos, no finjas que no te llama la atención ese hombre. Además, Byakuya lo aprueba.

El sonrojo de Rukia aumentó mucho más.

-¿Cómo que nii-sama…?

-Entonces por ese lado no tienes problema si decides empezar una relación con Renji.

Rukia anuló todo pensamiento acerca de Renji y un futuro juntos, porque, aunque buscaba decir una y otra vez que no le gustaba, era obvio que estaba mintiendo.

Byakuya llegó a donde estaban las dos mujeres y las saludó.

-Vaya, hablando del rey de Roma.-Dijo Yoruichi con una sonrisa burlesca.

-Es bueno verte nuevamente Yoruichi-san.-Saludó el Kuchiki amablemente.

De inmediato desvió la mirada hacia su hermana.

-Rukia, el comandante general quiere hablar contigo urgentemente.

La Kuchiki no entendió por qué en un día tan tranquilo aquel hombre necesitaba verla. Había algo sospechoso en ello.

-¿Conmigo? ¿Por qué?

-No lo sé. Lo único que me pidió fue que viniera a buscarte para darte su recado.

Rukia permaneció confundida, sin embargo, prefirió acatar la orden y dirigirse al templo donde habitaba aquel viejo hombre.

Una vez allí, tocó el picaporte de la puerta con sumo cuidado.

-Adelante.-Se escuchó decir a una voz masculina.

La pelinegra entró lentamente e hizo una reverencia a su superior.

-Oh Rukia, veo que por fin has llegado.-Exclamó Genryusai con una gran sonrisa.

-Me informaron que me mandó a llamar comandante general. ¿A qué se debe?-Preguntó Rukia con decencia.

-Tranquila, no es una situación de vida o muerte, solamente necesito que seas una guardiana durante unos días para alguien que viene de visita.

Rukia no supo qué pensar ante la misión que le asignaron. ¿Acaso era la única que podía hacerla?

-¿Puedo saber quién es la persona que vendrá?

-Kurosaki Ichigo.-Le confirmó el comandante general.-Renji te echará una mano.

Al escuchar ese nombre, la Kuchiki se congeló. Luego la puerta fue abierta y Rukia no pudo evitar mirar quién había entrado.

Cuando supo que era Renji, se sonrojó y empezó a mirar en todas direcciones para disimular su pena.

-Espero que ambos cooperen para este trabajo.-Espetó Genryusai con una voz neutral.

-Vamos Rukia, será una misión interesante. Además, hace mucho no vemos a Ichigo.-Exclamó Renji muy alegre.

Al parecer no se había dado cuenta de que su presencia tenía a Rukia un poco nerviosa.

-Este… yo…-Balbuceó Rukia.-Claro, hagamos nuestro trabajo lo mejor posible.

Ambos salieron de ese lugar y caminaron hasta la entrada de la Sociedad de Almas para recibir a Ichigo.

Luego de esperar unos cuantos minutos, el sujeto del cabello naranja apareció con su traje de shinigami y portando a Zangetsu en su mano derecha.

-¿Antes de venir estabas peleando con un Hollow?-Le preguntó Renji sin rodeos.

-Ha sido más difícil de lo que habría imaginado, pero logré vencerlo, aunque con un poco de ayuda de Inoue y Chad.-Contestó el Kurosaki rascándose la nuca.

-¿Y qué hay de ellos? ¿No han venido contigo?-Preguntó Rukia.

-Dijeron que preferían quedarse en la ciudad por esta vez.

Rukia y Renji escoltaron a Ichigo hasta la casa donde le habían permitido quedarse el tiempo que quisiese, aunque casi siempre era una noche y dos días.

Ichigo se adentró en la residencia y dejó sus pertenencias junto al tatami.

-Voy a dormir un par de horas, así que no se les ocurra entrar por favor.-Exclamó Ichigo con autoridad.

Rukia y Renji asintieron con la cabeza e Ichigo cerró la puerta detrás de sí.

El Abarai se puso al lado derecho de la puerta, mientras que Rukia lo hizo al izquierdo.

La Kuchiki empezó a contemplar el cielo y suspiró lentamente, captando de inmediato la atención de Renji.

-¿Todo está bien Rukia?-Preguntó el pelirrojo preocupado.

Ella se mantuvo serena lo mejor que pudo.

-No es nada, sólo estaba pensando.

-¿Y qué tanto piensas?

Al ser consciente de lo que rondaba por su cabeza, Rukia se sonrojó nuevamente.

-N-nada en especial.-Tartamudeó la Kuchiki.

-¿Segura? ¿Ni siquiera nada tan especial como yo?

Rukia se asustó ante la intuición del Abarai y se mordió el labio inferior nerviosa.

-¿Q-qué te hace creer que estoy pensando en ti?-Volvió a tartamudear la mujer, esperando desviar el tema a como diera lugar.

-No lo sé, tal vez es porque…-Renji tomó aire antes de continuar hablando.- quiero ser parte de tus pensamientos más profundos.

Tal declaración hizo que el corazón de Rukia se acelerara al máximo.

Lentamente giró su cabeza para ver a su compañero algo sonrojado y cubriéndose la cara con su mano.

Ante este gesto lo único que Rukia pudo hacer fue soltar una risita tierna.

-¿Qué quieres decir con eso?-Indagó la Kuchiki expectante.

-Bueno… yo… la verdad…-El Abarai no supo cómo seguir aquella conversación. Sus sentimientos le habían jugado una mala pasada y ahora no sabía cómo librarse de ello.

-¡Sólo díselo Renji!-Gritó Ichigo abriendo la puerta de un solo golpe.

Fue tan grande el susto que Renji soltó las palabras que quería decir desde hace mucho y no había tenido el valor.

-¡Me gustas Rukia!

Al ser consciente de lo que había dicho, se tapó la boca nervioso y aterrado.

Rukia no estaba menos nerviosa que él. Sus ojos se abrieron de par en par ante tal confesión.

-¿Qué?-Dijo la Kuchiki en un susurro.-¿Es eso cierto Renji?

A pesar de la pena que sentía, quería estar segura de que sus oídos no le habían mentido.

-S-sí.-Balbuceó el Abarai.

Una sonrisa se posó en los labios de Rukia.

-También me gustas.-Soltó Rukia nerviosa sin saber qué hacer ahora.

Renji en un instinto la tomó entre sus brazos y la besó.

Rukia quedó tan sorprendida que tardó unos segundos en asimilar lo que estaba pasando, y finalmente, le correspondió el beso.

Ichigo los vio esbozando una gran sonrisa.

-No hagan sus escenas frente a mí. Es incómodo.-Dijo el de cabello naranja fingiendo estar asqueado.

Renji y Rukia se miraron luego de aquel mágico momento y se abrazaron.

-Debiste haberme dicho lo que sentías hace mucho, ¿no crees?-Le recriminó Rukia a Renji con falso fastidio.

-Eso mismo le dije yo, pero estaba ensimismado en que le dirías que no querías nada con él.-Intervino Ichigo.

-Mejor déjanos solos baka y vuelve a dormir.-Le reclamó Renji y el Kurosaki se hizo el ofendido para luego hacerle caso.

Rukia y Renji volvieron a sumergirse en un tierno beso que los llevó a sentirse en el cielo y finalmente concluir su momento romántico con un abrazo acogedor.

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Y he aquí un nuevo one-shot. Esta vez vengo con Bleach para celebrar el cumpleaños de uno de los personajes que muchos amaron y otro odiaron a lo largo de la saga, Kuchiki Rukia.

Sé que muchos se preguntarán por qué no hice la escena de amor con Ichigo, y la respuesta es simple. Nunca los vi como pareja, sino como dos hermanos que se sostienen siempre en las buenas y en las malas.

-Renji: Hasta que por fin me das el honor de aparecer en uno de tus escritos. Ya estabas tardando.

-Yo: No te hagas el chistoso porque no te queda. Además, lo hice por Rukia.

-Renji: Ajá, como sea.

Ambos: Gracias por leer y nos vemos en un próximo one-shot.