Hola!

Hanya Jiwaku. Gracias!

mariapotter2002: Hacéis bien en aprovechar el final del verano, yo he estado arreglando media casa y pintando... yuju... estoy muerta jajaja. De momento me atasqué con Blackhole, por eso estoy aquí, a ver si entre una cosa y otra voy cambiando el chip y me va saliendo algo decente!

Besos y abrazos

AJ

Momentos

—Está bien, volvamos sobre el listado de nacidos de muggles que he conseguido. Son los probables miembros del RB. Estoy casi segura que entre ellos está el líder del grupo o lo líderes ya que no sabemos si es un funcionamiento jerárquico o simplemente actúan de forma desordenada.

—Puede que empezara como un grupo de amigos que querían insultar y arremeter contra los sangre pura por lo ocurrido en la guerra, pero no tengo ninguna duda de que ahora deben estar más organizados.

Hermione mordió la punta de la pluma.

—Mmmm puede ser. Veamos. Dennis Creevey —hizo una marca al lado del nombre —su hermano murió en la Batalla de Hogwarts, no ha olvidado ni perdonado. La última vez que lo vi fue el año pasado en el baile de conmemoración y se veía cansado, ojeroso y en bastante mal estado —siguió repasando el listado —Rhys Cullimore —leyó en voz alta haciendo otra línea al lado.

—Me suena. Era un Ravenclaw, un par de cursos por debajo de nosotros. Los carroñeros… —sus mandíbulas crujieron y sus ojos se velaron por una fracción de segundo aunque se recuperó con rapidez — mataron a sus padres, a los dos.

—Sí —Hermione miró sus notas —solo tiene una hermana pequeña, no es bruja. Mary Cattermole —sonrió sin alegría — la juzgaron cuando Umbridge se dedicaba a condenar a los hijos de muggles sin juicios ni pruebas —miró a Malfoy —yo estuve allí, no fue divertido. Después de aquello tuvo que huir con sus hijos y su marido. También tenemos a Donaghan Tremlett.

—¿El bajista de las Brujas de Macbeth? —preguntó Draco con las cejas arqueadas por la sorpresa.

—Es hijo de muggles —Hermione puso un puntito al lado de su nombre —tuvo que huir para escapar de la Comisión de Registro de Hjos de Muggles y ha sido muy… conciso en lo que piensa de todo eso de la pureza de la sangre. No ha tenido reparos en decir lo que pensaba a cada momento y en alzar la voz, dada su fama la gente le escucha. Ben Warren.

—No sé quién es.

—Yo tampoco, pero según lo que he podido averiguar es familia de Mirtle la Llorona o Mirtle Warren.

—Merlín —susurró Draco.

— Penélope Clearwater.

—Ravenclaw —añadió Draco haciendo memoria —estaba con uno de los Weasley ¿No?

—Con Percy — respondió con un asentimiento —pero eso fue hace mucho tiempo. Percy está felizmente casado ahora y no es con Penélope. Joan Barbrow trabaja en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional, con Theodore Nott, así que he pensado que…

—Hablaré con Theo —interrumpió Malfoy.

Hermione suprimió una sonrisa por la suposición del rubio sobre que quería que él hablara con su amigo. Se preguntaba si acaso sabría que su relación con Theo era bastante amigable desde hacía un par de años y supuso que no tenía ni idea al respecto.

—Timothy Spinster —trabaja en mantenimiento con el esposo de Mary Cattermole lo que también me hace querer añadir a Reginald Cattermole a la lista porque, aunque es un sangre pura adora a su mujer y ha sido bastante activo en la lucha por abolir las leyes de sangre.

—Déjalo en el margen. No creo que este grupo lo formen solo nacidos de muggles ¿Por qué eliminar a mestizos o incluso a sangre pura? Se hacen llamar la Revolución de la Sangre y que yo sepa muchos puristas han dado de lado a otros de estatus similar por ser traidores…

—Como los Weasley —añadió ella — o los Lovegood.

—Por ejemplo.

—Bien, lo dejaremos por ahora. También tenemos a Amelia Berrycloth, estaba un par de cursos por delante de nosotros, era una Hufflepuff, su mejor amiga Madeline Pusset, también hija de muggles era de la misma casa y ahora trabaja en el Departamento de Misterios.

—La conozco. No he trabajado nunca con ella, forma parte de la brigada de la Sala del Tiempo.

—Esa sala fue destruída —dijo Hermione.

Draco solo sonrió.

—Sí, pero digamos que el Ministerio intenta… arreglarla.

Hermione lo anotó todo al lado del nombre de la bruja.

—Y Justin Finch-Fletchley

Draco puso los ojos en blanco

—Otro tejón.

—Justin es un gran tipo —dijo Hermione mirándole furibunda — es muy inteligente y trabaja en una consultoría privada que...

—Sí sí, lo que tú digas Granger, no me interesa su vida, la verdad.

Hermione murmuró por lo bajo pero decidió dejarlo pasar. ¿Qué sentido tendría decirle a Malfoy por enésima vez que era un idiota?

—Podemos empezar con esto e ir añadiendo nombres según consideremos necesario.

—Sí, anota a Cattermole y añade a Marietta Edgecombe.

—¿Marietta? ¿En serio? —no pudo evitar una risita. Sabía que era muy mezquino por su parte pero aún podía disfrutar al recordar la cara de la traidora de Edgecombe llena de granos —no he vuelto a verla desde que dejó Hogwarts.

—Su madre murió. Trabajaba en el Ministerio, en la Dirección de la red Flú, cuando Voldemort tomó el control Greyback la mató. Era mestiza, pero su marido era muggle.

Ella anotó el nombre.

— También deberíamos anotar a Alicia Spinet

—Malfoy, que fuera una cazadora que te puso en apuros más de una vez no es motivo suficiente para apuntar su nombre en la lista.

Él ni siquiera hizo un gesto burlón, simplemente le quito la pluma y lo escribió debajo de Edgecombe.

—La he visto en varias ocasiones y siempre, en cada una de ellas, me ha increpado e insultado.

—Eso no es motivo para…

—Granger, deja ahí su nombre.

Ella puso los ojos en blanco y lo dejó, más que dispuesta a tacharlo en cuanto tuviera oportunidad.

—¿No piensas anotar un solo Slytherin? —espetó sin pensar.

—Si encuentro motivos para ello sí, me importa una mierda, la casa, la sangre y todo lo demás, Granger, todo lo que quiero es encontrar a mi madre.

Aquello la silenció. Por un momento se había olvidado del motivo exacto por el que estaba llevando aquella investigación. Miró la hora, sorprendiéndose al darse cuenta de lo tarde que era.

—Merlín Malfoy, tenemos que irnos, no debe quedar nadie ya en el Ministerio ¿Cuándo se marchó Meredith?

—Se despidió hará tres horas, quizás cuatro.

—Vendrán a revisar los cubículos en breve, debemos dejar el Departamento. Quizás podríamos continuar mañana.

Él la miró con el ceño fruncido y se puso en pie, colocándose la túnica nuevamente.

—Si no te importa quisiera seguir comentando algunos puntos ¿Está bien si cenamos algo mientras? Si te vas a tu casa tendrás que hacerte la cena de todas formas.

Hermione se mordió el labio ¿Ir a cenar con Malfoy? Vale, no es como si le estuviera pidiendo una cita pero ¿En serio, cenar con él?

—Granger por el amor de Salazar, es solo una condenada cena de trabajo.

—Está bien —respondió cogiendo su bolso —pero iremos a un sitio muggle.

Ni muerta pensaba pasearse por el mundo mágico acompañada de Malfoy para cenar, Merlín sabía que únicamente necesitarían un vistazo de aquella cucaracha que se llamaba a sí misma periodista, para ocupar durante un mes la portada del Profeta.

—De acuerdo —dijo él para su sorpresa.

Dejaron el Ministerio a través de la cabina telefónica y desde allí decidieron caminar. Había un pequeño restaurante italiano, Giovani´s, al que iba mucho con sus padres cada vez que pasaban por Londres. No era un lugar exclusivo o elegante, más bien un pequeño local familiar, lleno de aromas intensos, de buena comida y camareros sonrientes que hacían de la experiencia algo fantástico.

Cuando entraron, Draco la miró con una ceja levantada y ella casi sonrió. Desde luego estaba lejos de ser un lugar al que alguien como él entraría.

—Es un sitio estupendo —dijo ella acercándose a la barra de caoba tras la que un hombre de no más de treinta años anotaba algo en un papel mientras esperaba que la máquina de cafe terminara de llenar una pequeña taza —Buenas noches Nicola

Él levantó la vista y sus facciones se relajaron en una bonita sonrisa con hoyuelos en cuanto la vio.

—¡Hermione! Que sorpresa verte por aquí —salió de detrás de la barra y la abrazó con familiaridad —¿Tienes reserva?

Ella se colocó el bolso con una mueca de disculpa.

—No, lo cierto es que hemos salido tarde del trabajo y mi… compañero y yo queríamos cenar algo antes de irnos a casa, se me ocurrió venir por si tuvierais una mesa porque ¿Dónde mejor?

Él rió complacido.

—Claro que si piccola, venid conmigo

Les guió hasta un rincón dónde había una mesa para dos sin vestir.

—Francesca, per favore —llamó a una bonita joven de abundante melena negra y cuerpo voluptuoso — preparare la tavola. Grazie —añadió cuando la chica fue presurosa a obedecer — mi padre está en la cocina ¿Quieres venir a saludarle?

—Oh claro que sí —dejó el bolso en la silla y se dirigió a Malfoy —¿Te importa que me ausente unos minutos? Giovani rara vez sale de su cocina

—Jamás sale si puede evitarlo —dijo Nicola ofreciéndole la mano que ella tomó —te acompaño, cara.

Draco les miró irse y se cruzó de brazos con disgusto ¿Acaso nadie había enseñado educación a aquellos dos? Era vulgar coquetear con una mujer que iba acompañada ¿Es que a los muggles no les educaban? Y ¿Dejarle solo nada más llegar al restaurante? Sabía que Granger era… diferente, pero ¿Acaso no instruían a los jóvenes en su mundo?

Observó a la camarera que era bastante atractiva para ser muggle, pero le miraba casi comiéndoselo con los ojos haciéndole sentir francamente incómodo.

—¿Podría traerme la carta de vinos? —dijo educadamente.

—Por supuesto —le sonrió pero Draco ya no la estaba mirando.

Se concentró en los vinos y finalmente pidió el más caro porque no conocía ninguno de ellos y supuso que el precio sería una forma de encontrar el mejor. Estaba acostumbrado al vino de elfo y a los vinos . Su amigo tenía una villa en la Toscana dónde cosechaban espectaculares caldos que vendían únicamente en el mundo mágico. Sabía que tenía un etiquetado especial para los muggles, Blaise no era ningún tonto y había hecho fortuna, importándole un knut los prejuicios anteriores, pero no era capaz de recordar el nombre con el que los comercializaba.

Diez minutos después Granger regresó.

—Perdóname, Giovani me conoce desde que era una niña. Solía venir con mis padres cuando estábamos en Londres y si vengo por aquí y no paso a verle tiende a enfadarse. Es italiano y tiene un temperamento… difícil. Pero es una maravillosa persona.

Él ignoró sus comentarios y le señaló el vino.

—¿Quieres?

Hermione suspiró.

—Creo que aceptaré. Estoy cansada, la verdad. Un vino y un buen plato de pasta puede ser lo que me ayude a pasar la noche como una persona normal.

Él volvió a quedarse callado porque ¿Qué podía decir? Se sentía perturbador el mantener una conversación banal con ella.

—¿Ya saben qué tomarán? —preguntó la camarera

—Yo tomaré unos spaghetti alla Puttanesca —dijo Hermione dando un pequeño sorbo a su copa de vino tinto.

—Lo mismo para mi —dijo Draco —Mañana iré a hablar con Theo, tanto de su compañera como para que me cuente todo lo ocurrido en su casa o lo que pueda recordar ¿Está bien si paso después por tu despacho?

—Tengo una reunión a primera hora con Harry, después había pensado en ir a visitar a Zabini. Fue uno de los últimos afectados.

—Podríamos ir juntos. Cuando acabe de hablar con Theo pasaré a por ti y podríamos usar la red flú para llegar a su casa, si vienes conmigo podremos entrar sin problemas.

—Está bien.

—¿Podrías hacerme un duplicado de la nota que dejaron? Me gustaría echarle un vistazo esta noche. He pedido a Potter que me de acceso a la prueba original, pero no podré verla hasta mañana.

—¿Va a dejarte la prueba original?

—Es necesario. Quiero verificar que no hay algo más en el pergamino, que no han dejado una impronta o alguna pista que se les haya pasado.

—¿Y a ti no se te pasaría?

—Primero, el caso es personal, créeme cuando te digo que nadie será más minucioso que yo en la tarea porque nadie tiene más interés que yo en recuperar a mi madre. Además mis… servicios al Ministerio a veces conllevan cometidos similares.

Hermione abrió el bolso de cuentas cuando nadie la observaba, sacó el dossier y, oculta tras la carpeta, sacó la varita, lanzó un geminio al documento y le dio uno a Malfoy.

—Si encuentras algo puedes enviarme un patronus.

Malfoy rehuyó la vista con incomodidad, incluso una pincelada de rubor coloreó sus pómulos.

—No puedo conjurarlo —dijo con un suave carraspeo —los mortífagos no pueden hacerlo.

—Tú ya no eres un mortífago, Malfoy —respondió ella con suavidad y cautela, comprendiendo que era un tema espinoso del que probablemente no quisiera conversar.

—El que es mortífago siempre lo será —replicó con una sonrisa carente de humor dando un trago a su copa de vino —¿No es eso lo que dicen?

—Chorradas —Hermione también bebió un sorbo —Snape podía hacerlo ¿Lo sabías?

Draco frunció el ceño y la miró con curiosidad.

—¿El encantamiento patronus?

Hermione sonrió, como si estuviera recordando una broma privada o rememorando un recuerdo especialmente bonito.

—Sí.

—Interesante —respondió, pensativo —como sea, no es mi caso, yo no puedo convocarlo por lo que no me será posible contactarte.

—¿No tendrás un móvil, verdad?

—¿Un qué?

—Déjalo, era mucho esperar. Puedo bajar las protecciones de mi apartamento para que puedas contactarme por red flú, será más rápido que enviar una lechuza.

—Está bien. Yo haré lo mismo, por si necesitas ponerte en contacto conmigo.

—De acuerdo. Creo que es hora de despedirnos e intentar dormir. Mañana el día promete ser largo y pesado.

—Sí —levantó la mano para llamar a la camarera y pedir la cuenta —será mejor que nos vayamos. ¿Qué es un móvil?

Y así, mientras esperaban para pagar la cuenta, Hermione intentó contarle, a groso modo, qué era un teléfono y de qué forma, los muggles, habían conseguido utilizar la tecnología a su alcance para hacer los móviles.

—¿Y ese telénofo se lleva encima y puedes hablar estés dónde estés? —preguntó él mientras caminaban hacia un callejón para poder aparecerse.

—Es teléfono y sí, siempre y cuando haya cobertura.

—¿Cobertura? —Malfoy frunció el ceño tratando de comprender — No entiendo, la cobertura ¿Cómo la cobertura de chocolate de una tarta? Comprendo la palabra pero no logro extrapolarla a lo que me has contado de los teléno… teléfonos.

Hermione se encontró sonriendo por lo mucho que le agradaba mantener esta conversación con él. Malfoy tenía una mente despierta y analítica y era mucho más inteligente de lo que siempre había creído. Además había escuchado con atención y curiosidad, como si hubiera perdido la inquina que tenía hacia todo lo muggle desde que le conoció.

—La comunicación entre los dispositivos se realiza por el aire, a través de unas ondas electromagnéticas —se colgó mejor el bolso y se paró en mitad de la acera para poder mirarle mientras trataba de darle una explicación — Por ejemplo, la electricidad estática puedes obtenerla cuando frotas un globo con un jersey, después de eso, si pones tu pelo cerca del globo, se ponen los pelos de punta —fue diciendo mientras gesticulaba como si tuviera un globo en la mano —entonces se crea una región del espacio dónde existe electricidad estática, eso se llama campo eléctrico ¿Me sigues?

—¿Adónde? —preguntó él con una sonrisa burlona.

—¡Malfoy! —espetó con un resoplido nada femenino.

—Claro que te sigo, Granger, campo eléctrico, he leído algunos libros sobre física —añadió para sorpresa de ella — También el magnetismo puede ser estático. Los imanes generan campos magnéticos donde imantan al hierro, pero fuera de ese espacio no hay efecto, si ponemos un hierro fuera del campo no será atraído, pero si lo ponemos dentro sí será imantado.

—Sí… exacto —exclamó Hermione.

—No es nada halagador que me estés mirando con esa cara de pasmo, Granger… No soy ningún idiota.

—No… no lo eres —volvió a decir con la misma expresión de sorpresa

Malfoy puso los ojos en blanco y ella carraspeó y se recompuso.

—Cuando ambos campos se combinan, el eléctrico y el magnético, se generan las ondas electromagnéticas. Los muggles tienen emisores y receptores de estas ondas en una red de antenas que están repartidas por todo el mundo, los dispositivos acceden a esta red y se comunican entre ellos.

—Si estás fuera de ese… espacio no tienes cobertura ¿Es así? Como los imanes.

—¡Eso es! —Hermione volvió a mirarlo con asombro. Recordaba haber intentado explicarle aquello a Ron y Neville, incluso a Ginny y ninguno había seguido sus explicaciones de esa forma.

—Comprendo. Realmente es similar a la red flú, solo que es imposible llevar una chimenea encima. No está mal —se metió las manos en los bolsillos de su carísima túnica —reconozco que los muggles tienen cierto mérito a la hora de desarrollar sus propios recursos.

Hermione rió con sinceridad.

—Lo tomaré como un cumplido. Ven —señaló un pequeño callejón vacío —creo que podemos aparecernos aquí.

Ambos sacaron sus varitas.

—Te espero mañana en el Ministerio.

—Hasta mañana entonces —murmuró Malfoy y, con un giro de su varita, se esfumó.

—Oh sí, la caballerosidad parece que sigue limitada a las chicas de sangre pura ¿Verdad? ¿Por qué dejar que me vaya yo antes? —con un suspiro agitó su propia varita y se apareció en casa, más le valía dormir un poco, el día siguiente iba a ser intenso.

No se equivocó.

La reunión con Harry estuvo tensa y no fue agradable. Su amigo había enviado a buscar a Edevane y Fernsby y, cómo jefe del Departamento, no eludió sus responsabilidades. Primero les recordó el juramento de auror, después les instó a no perder jamás la objetividad de su servicio, haciendo hincapié en la negligencia con la que habían tratado el caso de RB, tirando su propio nombre, el del Departamento y el de todo el cuerpo de aurores por el lodo.

Fernsby había intentado replicar y había terminado recibiendo una amonestación verbal seguida de una petición formal para que entregara su placa de auror durante las dos semanas siguientes. Quedó suspendido por insubordinación ya que se enfrentó a Harry e incluso echó mano de la varita cuando la rabia se hizo presente en la disputa, lo que aumentó su condena a dos meses sin posibilidad de trabajo de campo, desplazado a tareas burocráticas leves.

Edevane calló.

Cuando Rupert Fernsby salió del despacho de Harry dando un portazo, éste escribió en un pergamino una nota urgente a Kingsley y, con un golpe de varita, la convirtió en un pequeño avión que salió rápido como una snitch.

Después habló con la auror Gillian, quien se disculpó, bastante arrepentida y asumiendo su parte de culpa en la descuidada investigación. Harry la relegó a trabajo administrativo durante dos semanas y ella asintió en conformidad antes de dejar el despacho.

Hermione se dio cuenta de que no envidiaba para nada la posición de Harry y añadió a su lista el nombre de Fernsby. No lo había contemplado por pertenecer al cuerpo de aurores pero se daba cuenta que aquello no exoneraba a nadie, es más, un buen puesto en el Ministerio podría haber sido clave para que la investigación se ralentizara, tal y como había ocurrido.

Cuando regresó a su despacho puso en orden sus notas y solicitó a registros información sobre Rupert, los casos que había llevado y los compañeros que había tenido durante los últimos tres años.

Aún no había recibido los dossieres cuando Malfoy entró a su oficina sin llamar, algo a lo que empezaba a acostumbrarse.

—Granger —saludó sentándose frente a ella.

—Malfoy —recolocó los documentos y cruzó los brazos sobre la mesa —¿Qué tal fue tu reunión con Theodore?

Él alzó una ceja ante la naturalidad con la que ella había pronunciado el nombre de su amigo y el recuerdo de la conversación con Nott y la familiaridad con la que hablaba de Granger hizo que una pequeña alarma sonara en su cerebro.

—Os conocéis ¿Verdad? —preguntó entrecerrando los ojos.

—Vamos Malfoy, hemos ido juntos al colegio —masculló con un ligero tono burlón.

—Sabes a qué me refiero.

—Sí —se apartó un rizó del rostro y lo puso tras su oreja —trabajamos juntos desde hace años y Theo siempre ha sido muy amable conmigo. Un día compartimos una cerveza de mantequilla en una de las fiestas del Ministerio y hemos almorzado juntos en alguna ocasión. No, no somos amigos del modo en que probablemente lo seais vosotros o de la forma en la que Harry, Ron y yo lo somos, pero podría decirse que tenemos una amistad, sin lugar a dudas.

—Sí —masculló —amistad no es precisamente lo que creo que Nott tiene en mente ¿Lo sabes?

Ella se sonrojó profusamente y bajó la vista hacia los pergaminos que había vuelto a desparramar sin querer por la mesa.

—Yo.. no… tú.. ¿A ti que te importa? —carraspeó con evidente incomodidad.

—Theo es mi amigo, por si lo has olvidado.

—Lo que haya entre él y yo es cosa nuestra.

—¿Hay algo, Granger?

—Somos amigos, ya te lo he dicho.

—Él quiere algo más que eso, hasta la comadreja podría darse cuenta de ello.

—¡Basta! Lo se´, él ha sido bastante sincero con sus intenciones y yo con las mías. No le veo de esa forma y créeme me molesta no hacerlo porque es atractivo, amable, educado y muy inteligente. Tiene absolutamente todo lo que cualquier bruja querría de un hombre pero simplemente yo no… no funciona para mi, supongo.

Draco se quedó mirándola en silencio.

—Merlín ¿Por qué te estoy contando esto? —se levantó de un salto y se puso a ordenar las estanterias de la liberería que tenía a su derecha —es absurdo ¡Qué demonios!

—Eres rara, Granger —dijo Malfoy de pronto observándola con extrañeza.

—Si bueno, es lo que hay. ¿Podemos dejar de hablar de Theo y de mi y me cuentas todo lo que tenga que ver con el caso?

Él asintió y señaló el listado de nombres que ahora encabezaba Fernsby.

—No estaba ayer.

—Lo sé. No estaba contemplado en la lista original porque es un auror, uno de los que llevaron los casos de RB, no pensé en él pese a que sabía que sus padres habían muerto en la guerra, pero esta mañana Harry tuvo un enfrentamiento con Fernsby en su despacho y la forma en la que reacionó… tiene que estar en esta lista, tiene sentido. ¿Y si gracias a él se han ido archivando todas estas incidencias menores? ¿Y si su negligencia ha sido una forma de atrasar las investigaciones y manipular las pruebas?

—Sí, es un buen punto. Theo también me ha estado contando cosas curiosas sobre Barbrow, al parecer su comportamiento ha sido algo errático en los últimos meses y ha faltado al trabajo en varias ocasiones. Theo, siendo Theo, tiene anotadas las fechas.

—¿Por qué las anotó?

Draco sonrió de lado

—Siempre ha tenido tendencia a tomar nota de todo, es un sabelotodo, cómo tú. Siempre lleva encima un bloc de pergamino lleno de números, fechas y anotaciones. Está enfermo, pero si algo importante pasaba en las mazmorras él lo había visto, lo había analizado y lo había anotado. Es un poco raro, pero útil.

—¿Y tiene todas las fechas de las ausencias de Joan?

—Las fechas de sus ausencias, las excusas que dio, las fechas de los días en los que su comportamiento fue errático, las posibles causas… me ha dado un montón de datos —sacó varios pergaminos y se los tendió —supongo que podríamos revisarlos y añadirlos a todo esto.

—Sí —lo guardó junto con el resto de papeles y los metió en su bolso de cuentas —vayamos a ver a Zabini y después podremos todo en común.

—Perfecto —se levantó y se paró a mirarla antes de salir del despacho —¿Algo que deba saber aquí? ¿Sois amigos también? ¿Ex amantes? ¿Algún tipo de relación de la que no tenga ni idea y que deba saber antes de ir a su casa?

—¿Sabes Malfoy? Me pregunto qué clase de amistad tenéis vosotros si ninguno de ellos te ha hablado de mi.

Él gimió.

—Así que sí hay algo aquí también.

Hermione solo sonrió.

—Has estado fuera mucho tiempo, Malfoy.

Draco se frotó la sien pensando si quería en realidad saber algo de todo aquello y la siguió rumbo a las chimeneas. Al parecer, la próxima reunión de serpientes iba a ser muy interesante.