Hola!
mariapotter2002: También es mi favorita! Amé la sirenita fui al cine a verla... sí, tengo una edad a tener en cuenta! Era una enana cuando se estrenó y la amé el resto de la vida. Esa y la Bella y la Bestia después.
Sí, parece que va algo más rápido de lo que pretendía, no el fic, sino el dramione... no me apetecía un slowburn, realmente, quería algo explosivo, al menos fisicamente hablando, porque es perfectamente posible xDD
Wendy:Me alegro que la disfrutes, ojalá siga así!
Hanya: Espero ir por el buen camino!
Besos y abrazos
AJ
En la oscuridad
Draco se apareció en la puerta de Nott, dentro de los terrenos de la Mansión. Había pensando en entrar por la red flú, pero sabía que Theo era muy celoso de su intimidad e ir sin avisar podría haberle acarreado una discusión con él. En otro momento no le habría importado, incluso disfrutaba de las broncas con su amigo, pero aquel día no tenía ganas de peleas.
Usó la varita para llamar a la puerta y esperó.
Era muy raro que ni siquiera uno de sus elfos domésticos abriera. Extrañado, llamó de nuevo con el mismo resultado.
Algo no iba bien. Sabía que había salido del Ministerio porque había intentado localizarle allí antes, pero aunque él no estuviera en casa ¿Dónde estaban los elfos? ¿Dónde estaba el ama de llaves que trabajaba allí desde que eran niños? Se apareció en su propia casa, fue hacia la chimenea y utilizó los polvos flú.
—Mansión Nott —dijo con claridad.
Cuando llegó todo estaba completamente oscuro.
—Lumus —dijo en un murmullo —¿Theo? —caminó dejando atrás el vestíbulo y entró en el salón de invitados —¿Señora Loughty?
El silencio era sofocante. Ni siquiera se escuchaba el crepitar de las llamas o el tic tac de un reloj. Todo estaba tan silencioso como un mausoleo.
La mansión Nott parecía una tumba.
Y aquello fue lo que le puso alerta.
Corrió de vuelta al vestíbulo y activó la red flú apareciendo en casa de Granger.
Al fin y al cabo él era una serpiente, la astucia era el lema de su casa y, por mucho que estimara a Nott sabía que si había ocurrido algo allí, lo mejor sería llegar con alguien del Ministerio si no quería terminar metido al otro lado de la investigación, después de todo el Ministro le había dejado ayudar en el caso pero él no formaba parte del Departamento de aurores.
—¡Granger!
Entró gritando al minúsculo apartamento a tiempo de verla salir de la cocina con un paño en la mano. Iba descalza y vestía una camiseta vieja y un pantalón corto de algodón.
—¿Malfoy?
Ni siquiera parecía enfadada por verle aparecer de forma tan maleducada e inesperada y Draco no le dio tiempo a decir nada más porque era fundamental darse prisa.
Sin ceremonias, la cogió de la mano y tiró de ella con brusquedad de vuelta a la chimenea.
—¿Tienes la varita? —preguntó empujándola dentro.
—¿Malfoy que…?
—¡¿Que si tiene la condenada varita?!
Ella asintió. En otro momento habría discutido con él, le abría increpado y le habría sacado a patadas de su casa por ser un patán insensible, pero tenía el rostro desencajado y estaba más pálido de lo normal, como si hubiera visto un fantasma.
—Draco estoy descalza —le dijo sin querer entrar a la sucia chimenea con los pies desnudos.
Sin más ceremonias él cogió unas deportivas que había en la entrada y se las dio.
—Date prisa, Granger —la acicateó mientras la castaña se calzaba
—Está bien, ya voy —respondió con molestia.
De nuevo, el rubio la empujó hacia la chimenea y entró tras ella.
—Mansión Nott —le escuchó decir mientras le pasaba un brazo por encima de los hombros para viajar juntos.
Hermione supuso que la casa de Theo tenía protecciones y al viajar con ella ambos habían podido acceder, por lo que no le sorprendió el contacto.
Nada más llegar Draco la soltó, conjuró un Lumus y le indicó que le siguiera con un ademán.
—Algo está mal aquí —dijo en un susurro —la casa nunca, jamás, está vacía.
—¿Y si han salido?
—La señora Loughty es el ama de llaves desde que puedo recordar, ella nunca abandona el lugar. Tiene agorafobia, jamás saldría de los terrenos de la Mansión por su propio pie.
Hermione sintió su piel erizarse y un escalofrío le recorrió la espina dorsal. No contuvo el estremecimiento que sacudió su cuerpo.
—¿Crees que ha ocurrido algo? —susurró Hermione siguiéndole hacia la escalera.
—No lo sé, pero hay una tranquilidad antinatural aquí, puedo sentirlo.
Ella también podía, por desgracia.
Siguieron caminando pero cuando Draco puso un pie en el primer escalón, dispuesto a subir a la primera planta para revisarla, Hermione le paró.
—Mira —dijo en un murmullo apenas audible —esa habitación está iluminada.
Draco contempló el cálido haz de luz y avanzó hacia la puerta.
—Es la biblioteca —dijo apoyando la mano en el pomo.
—Draco —Hermione le sujetó la manga de la túnica y le retuvo —abre la puerta y apártate. No sabes qué te puedes encontrar.
Él asintió, reconociendo que, pese a no ser auror, ella tenía mucha más preparación que él en redadas y allanamientos.
La castaña apoyó la espalda en la pared, al lado de la puerta y puso la varita en alto, en posición de defensa, lista para utilizarla. Draco giró el pomo y tomó posición al otro lado.
El silencio dentro de la biblioteca también era absoluto.
Hermione le hizo un gesto y se asomó.
— Homenun Revelio.
Miró a Draco con los labios entreabiertos.
—Hay alguien.
Él frunció el ceño, se asomó a la biblioteca y apuntó con su propia varita.
—Voy a entrar.
Con el corazón palpitando a mil por hora accedió a la biblioteca con Granger pisándole los talones.
—Oh Dios mío ¡Theo!
Hermione salió corriendo hacia la figura que estaba desmadejada en el suelo al lado de un enorme sillón orejero.
—¡Draco! —llamó al rubio que llegó al segundo —Vamos Theo, mierda ¡Renervate! —le tocó el cuello buscando el pulso y lo encontró en el momento en el que él se agitó.
—No… está nada… mal… despertarse así, Hermione —jadeó con voz ronca y pastosa.
Draco alzó una ceja y miró de uno a otro cruzándose de brazos.
—Así que estás vivo —dijo con desgana —ya pensé que íbamos a encontrarte igual que a mi padre, Nott
Pese al alivio que sentía al haberle descubierto vivo, no iba a ser como Granger, agasajándole y toqueteándole como una madre preocupada. O peor aún, como una novia…
¿Cuándo había ocurrido eso? ¿Tenían algo aquellos dos?
Merlín, ninguno de ellos había mencionado nada y, aunque sabía que eran algo así como amigos, nunca habría imaginado nada más. De hecho Blaise y él llevaban mucho tiempo pensando que Theo era gay porque nunca le habían visto con ninguna chica ni en Hogwarts ni fuera y, pese al tiempo que había pasado lejos de Inglaterra, Blaise le mantenía informado de todo.
—Vamos Theo —la chica le ayudó a incorporarse y le sostuvo cuando se tambaleó.
—Ey —Draco finalmente se movió para ayudarla y entre los dos le tumbaron en un sofá —¿Qué ha pasado tío?
—No lo recuerdo bien. Estaba… creo que estaba leyendo un libro de pie, frente a la chimenea…
—¿Quién coño le un libro de pie Nott? —preguntó Malfoy poniendo los ojos en blanco.
Hermione le dio un manotazo para hacerle callar.
—Oí un ruido, la puerta se abrió y pensé que era la señora Lougthy, cuando me giré oí algo raro, como el sonido de un fuego artificial al dispararse, más brusco y menos melódico. Entonces algo me golpeó y caí. No recuerdo nada más.
Hermione sujetó su cabeza y le removió el pelo, buscando.
—Debiste golpearte al caer, por eso estabas fuera de juego.
Él hizo una mueca
—Es posible —se tocó por encima del cabello —duele, así supongo que me di aquí, quizás con la mesa.
Hermione se levantó y se acercó al lugar donde habían encontrado a Theo.
—Malfoy, supongo que sabes algún hechizo de curación.
—No hace falta —se acercó a una estantería cerrada y abrió las puertas rebuscando en su interior —díctamo —le mostró el bote a Hermione y regresó con su amigo —venga, llorón, veamos esa herida.
Theodore puso los ojos en blanco y giró el cuello para darle acceso a la parte trasera de su cabeza.
—Malfoy, nadie te ha ganado nunca a llorón.
—Eso es cierto —replicó Hermione desde lejos.
—¿Qué haces? —le preguntó Malfoy ignorando las estupideces de ambos.
—Que extraño —Hermione cogió el libro que había en el suelo y lo contempló conteniendo el aliento —Oh Merlín —pasó las yemas de los dedos por el agujero quemado que había atravesado la mitad del tomo de La Enciclopedia de Piedras Oscuras y sus Posibles Usos en Curación y Defensa —ha sido una suerte que tuvieras este libro tan grueso en la mano, Theo —susurró casi para sí misma levantando la vista para mirar a Draco —le han disparado.
—¿Le han qué?
—Disparado, con un arma muggle.
—¿Qué arma? —preguntaron los dos a la vez.
Godric le librase de las mentes despiertas y preguntonas de aquellos dos.
—En otro momento os daré una clase de armamento muggle, ahora solo importa el hecho en sí. Draco ¿Cómo asesinaron a tu padre?
Él hizo un gesto de cortarse el cuello.
—Con un cuchillo. Están asesinando a la forma muggle. Primero un cuchillo, ahora una pistola. Si no llega a ser por esto —dijo señalando el libro con los dientes apretados —ahora estarías muerto, Theo. Pocas cosas pueden parar una bala. Por suerte para ti debía de ser un arma de pequeño calibre y las pastas y hojas de un libro tan gordo han conseguido que no lo atravesara y te diera —Levantó el libro para mirarlo —la bala debe estar aquí, tal vez podamos averiguar que tipo de pistola usaron.
—Granger, para mi estás hablando en otro idioma.
—Te lo explicaré más tarde. Las técnicas mágicas no nos servirán, por suerte me especialicé en criminología muggle.
—¿En qué momento? —preguntó Draco sin poder ocultar la sorpresa en su voz —tienes ¿Qué? ¿Veinticinco? ¿Veintiséis? ¿Cuándo te ha dado tiempo?
—Tengo mis recursos —dijo con simpleza dejando el libro dónde lo había encontrado —Expecto Patronum —un humo plateado salió de la punta de su varita y la rodeó en una espiral juguetona hasta convertirse en una pequeña nutria. Ella sonrió — Harry, incidente en la mansión Nott, RB, sé discreto.
La nutria salió de la estancia con celeridad.
—¿Y la señora Loughty? —preguntó de pronto Nott sentándose en el sofá —¿Está bien? ¿La habéis visto?
Ambos se miraron y le miraron de vuelta a él, con una mueca de disculpa.
—Mierda. Ayudadme a buscarla.
Los tres salieron de la biblioteca en direcciones distintas llamando al ama de llaves.
La encontró Draco cinco minutos después en las cocinas.
Los elfos y ella estaban desmayados y atados con un incarcerus. Puede que hubieran disparatado a Theo con una pisotada… pistolada… con una cosa muggle, pero quien fuera que hubiera estado ahí llevaba consigo una varita.
Desató a los elfos y éstos se ocuparon de la mujer en una algarabía de grititos y murmullos. Draco vio a uno de ellos desaparecer y supuso que había ido a buscar a Nott porque regresó con él al instante.
—Mierda —se arrodilló al lado de la anciana y le acarició los cabellos con suavidad — Señora Lougthy, ya está a salvo. La cogió en brazos y salió con ella de las cocinas.
Apenas quince minutos después llegó Harry.
—Malfoy —saludó cuando el rubio abrió la puerta imaginando que sería él.
—Potter —le dejó pasar y se acercaron a Granger.
— ¿Has venido solo? —preguntó Hermione.
Él se colocó las gafas y se encogió de hombros.
—Me dijiste que fuera discreto, no sabía qué había ocurrido así que antes de elegir un equipo pensé que sería mejor venir a ver… el panorama.
—Gracias —le abrazó con una sonrisa y tiró de él hacia la biblioteca —Malfoy y yo vinimos por la red flú — a Draco no le pasó desapercibido que no comentó nada acerca de que él había estado previamente allí —la casa estaba completamente en silencio y a oscuras fue… —se mordió el labio —tétrico, parecía una tumba, Harry.
—¿Por qué vinisteis? —preguntó mientras caminaban
— Por la investigación —respondió ella sin perder el paso —Malfoy y yo iremos juntos al baile del Ministerio, hemos pensado que será un buen lugar para ver a Cullimore. Ya sabes que hay algunos rumores —dijo mirándole de reojo —vamos a aprovecharlos y a hacer creer a todos que son ciertos, que hay algún tipo de… interés romántico entre nosotros. Queremos la ayuda de Theo. La tuya tampoco nos vendría mal ya que estamos.
—¿Quieres que hable de vosotros? —preguntó frunciendo el ceño.
—No Harry —Hermione suspiró —solo quiero que si te preguntan no lo niegues, que actúes en público como si fuéramos una pareja, como si estuvieras al tanto de esto.
—No creo que sea una buena idea.
—Harry —ella se paró delante de él con las manos en las caderas — nadie tiene que saber que Malfoy está metido en esto, pero como es así de discreto, ha venido a mi despacho casi a diario en las últimas semanas, encerrándose dentro durante horas… Nos han visto salir juntos e incluso caminar juntos sin maldecirnos en más de una ocasión ¿Por qué no dejar que piensen que es eso? De esa forma no levantaremos sospechas.
—No entiendo realmente para qué necesitáis aparentar ser pareja.
—Ya te lo he dicho. Kingsley fue claro: Nadie tiene que saber que Draco está en la investigación. Todo está bajo secreto de sumario. Es imposible acudir a la fiesta si no trabajas en el Ministerio o vas con alguien del Ministerio ¿Cómo podríamos justificar la presencia de Malfoy?¿Prefieres que sea tu pareja de baile?
Ambos mascullaron distintos insultos a la vez.
—Lo imaginaba —entró a la biblioteca seguida por los chicos —fue aquí. Mira ese libro
—¿Un disparo? —preguntó contemplando a su amiga, anonadado.
—A bocarrajo. El Departamento no ha investigado nunca nada parecido, pero cuando estuve con aquellas investigaciones muggles para la tesis de criminología, vi algo muy parecido a esto —tocó los bordes del libro —¿Necesitas la prueba o podría manipularla?
—¿Qué quieres hacer?
—Sacar la bala.
—Necesitamos procesar la escena. Puedo llamar a un equipo y darte acceso una vez quede todo etiquetado y documentado. Necesitamos continuar con la cadena de custodia y hacer las cosas bien si queremos procesar a todos cuando esto acabe.
—Tienes razón, esperaré.
—Bien, llamaré a un equipo y te avisaré cuando estemos listos.
—Mientras vamos a ver a Theo —dijo Draco interrumpiendo su conversación —La fiesta es en un par de días, espero que no cancele su asistencia.
—Es casi un acto obligado, Kingsley no da muchas opciones al respecto más que la de ir solo o acompañado —siguió al rubio hasta que encontraron a Nott. saliendo de la habitación del ama de llaves.
—Potter ha solicitado un equipo para procesar las pruebas de la biblioteca y la cocina ¿Está bien? —le dijo Malfoy
—¿Tengo opción?
—No —respondió Hermione —al menos no si quieres hacer que quien quiera que haya intentado matarte se pudra en Azkaban.
Él simplemente asintió y les guió hasta su despacho.
—Imagino que os puedo invitar a una copa mientras los aurores hacen el trabajo sucio.
—A mi sí, no estoy de servicio —respondió el rubio con una sonrisa burlona. Aceptando un whisky se apoyó en una columna no muy lejos del escritorio —en realidad yo vine a pedirte un favor.
—Yo no quiero, gracias
Ante la negativa de Hermione, Theo se sirvió otra copa para él y la levantó en un silencioso brindis.
—Tú dirás, Draco ¿De qué se trata?
—En dos días es la fiesta del Ministerio
—Te pongas como te pongas no pienso llevarte —dijo dando un trago a la bebida —tengo una reputación.
Draco puso los ojos en blanco y bufó.
—Voy con Granger.
Lo único que denotó la sorpresa en el rostro de Nott fue el leve arqueo de su ceja derecha.
—Creemos que será una buena idea para ver a Cullimore sin ser totalmente obvios, haciéndonos pasar por una pareja en el baile.
—¿Pareja? —preguntó mirando a Hermione en aquella ocasión.
De nuevo Malfoy les observó preguntándose qué podía haber entre ellos. No creyó que hubiera nada actualmente o Granger no se habría involucrado en una falsa relación con él, pero ¿Habrían tenido algo en el pasado?
—Ya hay muchos rumores en el Ministerio. Nadie sabe su papel en esta investigación y no queremos que lo sepan, así que como ha estado viniendo a mi despacho casi a diario la gente ha empezado a hablar.
—No ayuda que hayamos comido y cenado juntos tantas veces —añadió él sin apartar la vista de Theo, probando sus reacciones.
—Ya veo —su amigo solo volvió a dar un trago de su copa con calma.
Draco casi bufó. Maldito Nott, siempre había tenido tanto control de sí mismo que ni siquiera parecía humano.
—¿Y en qué podría yo ayudar? —preguntó mirándole a él con esa apatía que le sacaba de quicio.
Casi sonrió. A eso podían jugar los dos, cómo habían hecho innumerables veces en el pasado.
—Necesitamos que actúes como si fuera algo normal, como si hubiéramos quedado más de una vez juntos y vernos no te sorprendiera —levantó levemente el labio superior —como si incluso te gustara nuestra relación. Podríamos decir, ya que Hermione y tú sois amigos, que nos reencontramos gracias a ti.
—Quizás cuando te pregunten —dijo Hermione intentando cambiar la atención de Theo —que lo harán, puedes mentir un poquito, ya sabes, con decir que conocías esta… relación, podría ser suficiente.
Si Draco simplemente hubiera parpadeado se lo habría perdido, pero durante un infinitesimal instante uno de los ojos de Theo tembló. Fue algo tan breve que casi se lo pierde pero no, él había estado esperando ese leve tic que sabía que tenía su amigo, esa ligerísima debilidad imposible de contener.
Ajá. Ahí estaba. La prueba que necesitaba para saber que había algo que se estaba perdiendo y ahora que lo sabía no iba a parar hasta enterarse.
—¿Nos ayudarás Theo? —preguntaba Granger mordiéndose el labio inferior.
Él apuró su copa y asintió con rigidez.
—Sí.
Malfoy abandonó la mansión de Nott con ella, dejando a Potter y al equipo de aurores terminando con las pruebas.
—¿Qué vas a hacer con eso? —le preguntó a la chica cuando llegaron a su pequeño apartamento.
Potter le había dado una bolsa con una bola aplastada o lo que fuera esa cosa amorfa y dorada.
—Investigar la bala.
—¿Eso es una bala?
—Sí, esto es lo que salió de la pistola.
Al ver que la miraba como si le hubieran salido veinte ojos suspiró y comenzó lo que sin duda sería una larga explicación sobre las armas de fuego.
…..
—Ginny, de veras odio ir de compras.
—Yo también —dijo su amiga con una risita —¿Ropa de quiddich y escobas? Sin duda eso es lo mío. No soy la mejor ayuda para comprar vestidos.
—Entonces recuérdame por qué estoy aquí contigo
Ella la empujó con el hombro y la rodeó con un brazo.
—Porque soy tu mejor amiga chica y porque conozco a la persona perfecta para ayudarte.
Caminaron hasta Sortilegios Weasley y saludaron a Ron que estaba tras una de las ventanas colocando productos con la varita. Él les hizo una señal para que esperasen y salió de la tienda.
—¿Adónde vais?
—De compras —dijo su hermana.
—A buscar un vestido —añadió Hermione
Ron arrugó la nariz.
—Que aburrimiento.
Ambas chicas estaban de acuerdo pero ninguna quiso darle la razón, era cosa de principios.
—Si termináis pronto pasad por aquí, podemos tomar algo en el Caldero Chorreante.
—¡Claro! —Hermione se acercó a darle un rápido abrazo y entrelazó el brazo con el de Ginny para alejarse de allí.
—¡Hasta luego, Ron! —gritó la pelirroja haciendo a Hermione girar hacia el callejón Knocturn.
—¿Es por aquí?
—Vamos, el callejón Knocturn ha cambiado mucho en los últimos años, aún quedan algunos rincones algo… particulares, pero después de la cruzada de Harry por limpiarlo hay mucha gente que ha empezado a montar negocios aquí.
Hermione rara vez iba por allí, era cierto que meses atrás había ido a Matraz Burbujeante, una nueva tienda bastante completa, el sueño de cualquier pocionista. En ella podías encontrar todo tipo de ingredientes o pociones, libros, recetas y material. También había oído hablar de PaperInk, Corner, una nueva librería que estaba especializándose en todo tipo de ficción, cuentos y literatura variada. Incluso tenían una sección muggle, en un tímido intento de acercar los mundos aunque fuera a través de la palabra escrita.
—Han abierto un salón de té que dicen que es maravilloso.
—Merlín Ginny, espero que no sea como Madame Pudipié
Ambas rieron y pasaron por delante de un restaurante, una tienda de mascotas, una tienda de artículos de quidich de lujo y un par de tiendas de artículos de varios tipos.
—Mira, allí.
—¿Pansinni? —preguntó Hermione intentando recordar por qué le sonaba el nombre.
—Vamos Hermione, incluso tú has oído hablar de esta tienda. Está haciéndose un nombre a nivel mundial. Se ha especializado en ropa de lujo y hacen vestidos y túnicas bajo pedido a todos los lugares inimaginables.
—Claro que conozco la tienda, Ginny. Lleva tres años abierta pero hará un año y medio una sueca, de la que no recuerdo el nombre, famosa en el mundo mágico por ser algo así como de la realeza, alabó un vestido que le regaló su padre al venir de visita a Londres —señaló el letrero de la puerta —desde ese momento todas las brujas sueñan con tener un Panisini original.
—Correcto.
—Y si esta tienda es tan exclusiva, tan famosa y tan, seguramente, costosa ¿Qué hacemos aquí?
—Conozco a uno de los dueños —dijo la pelirroja con una sonrisa de suficiencia.
—¿Conoces a Pansy Parkinson? Viendo esto —respondió Hermione cuando entraron en aquel lugar que parecía el interior de un palacio —ya puedes conocerla bien.
—Bueno, no somos amigas exactamente pero digamos que con los años hemos aprendido a cogernos el gusto.
—¡Buenos días Ginny!
Hermione se giró al escuchar la voz y abrió la boca desmesuradamente al ver a Pansy Parkinson delante de ella.
—Hola. Nunca había estado aquí —le dijo a la recién llegada —es increíble.
—Gracias
—¿Dijiste dueños? —preguntó Hermione a Ginny recordando su conversación anterior.
Pansy sonrió encogiendo un hombro de forma elegante.
— Me temo que sí, no soy la única propietaria de esta maravilla —se acercó a ellas como si fuera a compartir un secreto —Blaise es el otro socio.
Hermione se sorprendió. El chico no era su mejor amigo, pero habían trabado amistad en los últimos años y no tenía ni idea de ello. Realmente pensaba que se había dedicado al mundo de las inversiones y el vino.
—No lo sabía
—No le gusta hablar de esto.
—Vaya —Hermione miró a su alrededor —pues no sé por qué, es increíble.
—Realmente Blaise fue el inversor capitalista que hizo posible esto —dijo ella invitándolas a pasar con un ademán —el muy idiota, narcisista como es me obligó a poner su nombre. Yo quería llamar la tienda Pan´s pero él me dijo que sería mi socio capitalista si lo llamaba Zabinis —puso los ojos en blanco —gracias a Theo encontramos un término medio y nos decidimos por Pansini.
—Suena bien —dijo Hermione con diplomacia.
Se había encontrado en alguna ocasión con Pansy Parkinson pero lo cierto es que ni siquiera habían mantenido una conversación más allá de los saludos cordiales.
Sabía, por Theo o Blaise, que la antigua Slytherin había cambiado mucho. Tras la guerra su padre había terminado en Azkaban y su madre había muerto un año después por los efectos secundarios de una maldición con la que su propio marido la había herido.
Ella sabía que en los juicios se había descubierto que Padraig Parkinson había sometido a su mujer y a su hija a años de vejaciones y malos tratos y había sido doblemente condenado en el Wizangamot por lo que no tendría jamás derecho de apelación. Literalmente iba a pudrirse en Azkaban hasta su último aliento.
Según le había dicho Blaise, pese a haberse quedado prácticamente en la ruina, Pansy y su madre estaban pletóricas por la noticia, pero su alegría no duró demasiado. Unos meses después la señora Parkinson se enfermó y pasó casi un año ingresada en San Mungo. Los mejores sanadores de Inglaterra la trataron, incluso los rompemandiciones del Ministerio y uno de los Inefables fueron reclamados para intentar encontrar la cura a la oscura maldición de la que había sido víctima.
Nadie pudo hacer nada, nueve meses después de su ingreso, la señora Parkinson falleció dejando a Pansy a cargo de lo poco que tenían.
Había leído en prensa que la chica vendió la casa familiar y las pocas propiedades que le quedaron tras saberse que su padre había dilapidado la herencia y después creó su propia firma de ropa haciéndose poco a poco un nombre en la industria.
—Ginny me ha dicho que tienes un evento del Ministerio y que asistirás con Draco —le guiñó un ojo con coquetería y la empujó hacia un enorme vestidor.
Hermione frunció el ceño pero después se recordó que tenía que fingir que realmente estaba interesada en Malfoy.
—Yo… ehh… bueno sí… nosotros…
Se le trabó la lengua al contemplar la inquisitiva mirada de la morena que parecía querer leer sus más profundos pensamientos.
—Oh Merlín —dijo con una risita —la comelibros Granger finalmente ha caído ante el Principe de Slytherin ¿Quién lo habría imaginado?
—Sï —dijo ella con los dientes apretados —¿Quién?
Quiso poner los ojos en blanco. ¿Por qué demonios nadie ponía el grito en el cielo por esa aberrante relación fingida?
Vale, era consciente de que las cosas habían cambiado, de que ellos habían cambiado y de que su vínculo había dejado de ser únicamente laboral el día en que Draco se derrumbó ante ella y le confesó parte de sus pesadillas. Demonios, Draco hasta le caía bien, le gustaba cuando discutían y las conversaciones de las que disfrutaban a lo largo del día. Tenía una mente ágil y despierta, era locuaz, inteligente y analítico. La guerra les había marcado tanto que ni siquiera parecían los mismos, pero ¿Quién en su sano juicio podía creerse que estaban saliendo? No se odiaban, cierto, se soportaban e incluso habían empezado a ser algo así como compañeros amistosos, pero poco más.
Ella reconocía que le encontraba fisicamente atractivo, pero para Hermione el físico no significaba nada y nunca había sido dada a la promiscuidad o a las relaciones ocasionales por lo que pensar que Malfoy estaba bueno valía lo mismo que pensarlo Theo.
Nott había demostrado en más de una ocasión que estaba interesado en ella e incluso se le había insinuado alguna que otra vez, aunque nunca abiertamente. De hecho, tanto Harry como Blaise intentaban emparejarlos en cada evento o momento propicio, como si fueran dos viejas cotillas casamenteras. Y, aunque había estado tentada en más de una ocasión porque le encontraba muy sexy e inteligente, sentía que faltaba algo y que únicamente esa atracción no era suficiente para salir juntos. Ella descartaba el sexo sin compromiso así que había dejado a Theo en el montón de "amigos".
Volvió a la realidad cuando Pansy le puso en los brazos un montón de tela burdeos que supuso era un vestido.
—Pruébatelo, creo que no vas a tener que buscar, ese vestido dice: Granger.
Esta nueva y desconocida Parkinson que sonreía y se comportaba como si fueran viejas conocidas, le repelía y atraía por igual. Una parte de ella sentía curiosidad y la otra estaba tentada de huir despavorida antes de que sacara las garras.
—Ha cambiado —le susurró Ginny en el oido al ver la duda en el rostro de la castaña.
Hermione asintió y se regañó a sí misma ¿Acaso no criticaba ella los prejuicios de la gente? ¿No había dado una oportunidad a Blaise y a Theodore? ¡Merlín! Incluso a Malfoy.
—Gracias Pansy —dijo con una sonrisa antes de desvestirse.
La morena pareció ligeramente sorprendida ante el tono dulce de Hermione, pero al segundo siguiente le devolvió la sonrisa con ojos brillantes.
—Draco se morirá al verte —se acercó a la pelirroja y le dio un amistoso empujón con el hombro —¿No lo crees?
—Madre mía —abrió los ojos con obvia apreciación cuando Hermione acabó de colocarse los tirantes —es increíble, estás guapísima.
—No sé si será apropiado…
—Vas a usarlo —dijo Pansy cortando cualquier excusa que estuviera a punto de salir de su boca —Eres publicidad con piernas —rió maliciosa —con unas muy buenas piernas, déjame decirte.
Ella se sonrojó y Ginny rompió en carcajadas.
