Hola!

Veo que no os gusta mucho Morgan... pues a mi si jajajajajajaja

DamaDeRohan: Creo que no quiero repetir la experiencia de Blaise... al menos por ahora no me nace ser tan malvada! Pobre Theo, me gusta demasiado, es un amor. Gracias por tus comentarios! siempre se agradecen mucho! Intento ser rápida para no perder el ritmo de la historia y no despistarme!

mariapotter2002:Draco está en celo jajajaja pobrecito mío que llevaba mucho en dique seco! Me gusta demasiado Luna como para no sacarla un poquitín!

superjunior15:Me alegro haber podido transmitir eso, es justo lo que quería, los cambios de todos, la unidad.. Gracias!

Besos y abrazos

AJ

Legeremancia

Harry regresó a primera hora de la mañana. Draco estaba preparando una nueva remesa de poción reabastecedora de sangre, díctamo y poción crecehuesos mientras Hermione vigilaba al durmiente Morgan.

—¿Qué tal fue la noche? —preguntó Harry

—Bien. Draco le revisó antes de irnos a dormir y le administró una poción para dormir sin sueños. Aún no se ha despertado pero parece estar bien. Las heridas han curado y la palidez ha desaparecido.

—Malfoy ha resultado ser todo un aprendiz de Madame Pomfrey —dijo con sorna.

—Más bien de Severus, Potter —replicó el rubio tras él, pronunciando su nombre de la misma forma insultante de su juventud —¿Un poquito? —le mostró la poción crecehuesos — creo recordar que tienes experiencia con esta.

Harry puso los ojos en blanco y señaló a Morgan.

—No tiene mal aspecto.

—Porque está bien —respondió Draco mirando al Inefable con desagrado.

—¿Y el otro invitado?

—Le di poción somnífera para dormir a un elefante así que está cómodamente atado en una habitación roncando como un bebé.

—Bien —Harry se pasó la mano por la frente —necesito interrogarle pero no podré hacerlo hasta que Morgan despierte.

—¿Por qué necesitas a Atwater? Tú eres el Jefe de Aurores.

—Pero no soy un Legeremente.

Draco alzó una ceja y sonrió de lado.

—Yo sí —respondió dejando la poción en la mesilla —puedo hacer una visita a la mente de ese cabrón sin que le despiertes.

—¿Eres bueno?

Malfoy soltó una carcajada carente de humor.

—Tuve dos maestros —Sus ojos argénteos estaban clavados en los del auror —mi maravillosa tía Bella —dijo con buena dosis de sarcasmo —y Severus Snape.

Harry asintió.

—Vamos entonces —se giró hacia su amiga —si despierta dile dónde estamos.

—¿Y si quiere levantarse e ir?

Fue Draco quien respondió cuando Potter se encogió de hombros

—Es mayorcito, déjale que haga lo que le de la gana, Granger.

Hermione resopló mirándole con ojos entrecerrados.

—Podría hacerse daño.

—Para lo que me importa —creyó oírle murmurar mientras se marchaba con Harry.

Cuando llegaron a la habitación en la que Draco había acomodado al prisionero, el moreno no pudo más que morderse los labios para no hablar sobre la forma correcta de tratar a un detenido. Ciertamente no era atándolo como a una res y colocándolo sobre un futón que parecía terriblemente incómodo. Sabía que aquel capullo había estado a punto de matar a Theo, supuestamente, pero realmente no tenían evidencias de ello por lo que debían mantener la presunción de inocencia mientras no se comprobara su culpabilidad.

Malfoy, obviamente, había decidido creer a Atwater. Harry imaginó que debía sentirse aliviado de que al menos seguía vivo y de una pieza, porque Nott era uno de sus mejores amigos y él, incluso siendo el Jefe de Aurores, no sabía cómo sería capaz de reaccionar si fuera Hermione a quien hubieran estado a punto de asesinar y tuviera la oportunidad de desquitarse con el culpable.

—Aquí le tienes —el rubio miraba al hombre con una sonrisa infame

—Bien ¿Puedes entrar en su cerebro sin hacerlo papilla?

Él bufó

—Dame algo de crédito Potter, claro que puedo, la pregunta correcta es ¿Quiero hacer puré su cerebro?

—Y la respuesta es sí, quieres hacerlo pero no, no debes, por mil razones que no te voy a enumerar, aunque la primera es evitar Azkaban. Así que vuelvo a preguntarte ¿Puedes hacerlo?

El rubio puso los ojos en blanco y sacó su varita.

—¿Todos sus secretos? —preguntó apuntando al prisionero con los ojos entornados —Legeremens —susurró.

Harry le vio mover la varita despacio, como si estuviera extrayendo poco a poco los pensamientos que quería, buscando, descartando, eligiendo.

Le vio sonreír levemente, fruncir el ceño y apretar los labios mientras seguía controlando el hechizo con cuidado, como si fuera un director de orquesta dirigiendo la melodía de forma suave y tranquila.

Harry dejó a un lado la preocupación al darse cuenta de la habilidad de Malfoy y de que, efectivamente, no estaba tratando de convertir en pulpa el cerebro de Warren.

Unos minutos después el rubio terminó, se pasó el antebrazo por la frente y alzó las cejas.

—Fue él

No dijo nada más, con el cuerpo en tensión salió de la habitación apretando la varita en un apretado puño. Harry caminó tras él viendo como apoyaba la espalda en la pared del pasillo intentando controlar su respiración.

—Se merecería una imperdonable —siseó cuando Harry llegó a su lado —realmente Potter, ni te imaginas lo que hay ahí dentro. Azkaban es demasiado piadoso —frunció el ceño sacudiendo la cabeza —creo que incluso mi querida tía Bella estaba más cuerda que ese hijo de puta.

Harry se metió las manos en los bolsillos de la túnica y trató de mantener una expresión impenetrable, luchando por mantener a raya su curiosidad.

—Vayamos con Hermione —dijo en lugar de preguntar tal y como quería hacer —veremos si Morgan despertó y hablaremos de esto y de lo que has visto.

Draco asintió y encabezó la marcha por el pasillo seguido de Potter.

—La Legeremancia no tiene ningún tipo de validez ante el Wizengamont —dijo llenando el silencio mientras ambos caminaban.

—No, ninguna —constató Potter.

—¿Entonces para qué sirve lo que hemos hecho?

—Morgan lo hizo en la cabaña de Chandburn —respondió él —eso nos dejó tiempo para buscar la forma de inculparlos.

—Muy Slytherin por tu parte Potter —dijo Draco con media sonrisa.

—En realidad fue idea de Morgan.

En cuando entraron en la habitación descubrieron a una muy enojada Hermione tratando de mantener al Inefable allí acostado. Él no parecía muy dispuesto a colaborar, Draco se dio cuenta de que el hombre trataba de no ser brusco con ella y eso le daba clara ventaja a Granger quien la usaba en su beneficio sin dudar.

—No puedes moverte Morgan no seas obtuso —gruñía empujándolo de vuelta al colchón —te creí más inteligente —refunfuñaba buscando su varita.

—No es necesario que te levantes —Harry habló, actuando como un hechizo que hizo que ambos se paralizasen. Morgan se recostó con un gruñido y Hermione, se sentó en la silla con una sonrisa.

—¿Qué has visto Malfoy? —preguntó Morgan clavando los ojos en el rostro del rubio.

—Muchas cosas —espetó Draco con desdén yendo hacia Hermione y quedando tras ella con la mano apoyada sobre su hombro.

La mujer se preguntó si era consciente de la forma posesiva en que la reclamaba cada vez que tenía oportunidad, como si de forma concisa aunque elegante, quisiera dejar clara su posición en la vida de la bruja.

Sonrió y miró a su amigo.

—¿Todo fue bien?

—Al parecer sí —se encogió de hombros —pero no sé nada más. Preferimos hablar de ello con vosotros.

—Fue él —dijo Draco repitiendo las palabras que le había dicho a Potter antes —él trató de matar a Theo —tragó saliva y Hermione sintió como clavaba los dedos en su hombro aferrándose a ella con fuerza — el quería vaciar el ¿El cargador? —preguntó mirando a Potter sin saber muy bien qué significaba esa palabra.

—Es una parte de la pistola —apostilló Hermione —el arma del crimen. Aunque en este caso la palabra sería incorrecta porque, dado que fueron tres balas, Warren debía llevar no una, si no tres pistolas encima —miró a Harry —¿Dijeron una Derringer? —Él asintió —no tenían cargadores. Hay una serie antigua de televisión, The Wild Wild West donde el protagonista llevaba tres de estas armas como respaldo, porque cargarlas era tedioso.

—No sé de qué demonios estás hablando —continuó diciendo Draco —pero tiene sentido porque lo que le oí decir exactamente fue: ojalá esta mierda fuera moderna y pudiera vaciarte el cargador en la cabeza.

Hermione se estremeció y Harry maldijo en voz alta.

—Por el principio Malfoy —pidió Morgan en un tono de voz que a los tres les recordó a su antiguo y difunto profesor de pociones.

—Se le asignó la misión de ir a la mansión Zabini. Su objetivo era Blaise, no saben si Nott sobrevivió al último ataque ni dónde está escondido en caso de haberlo hecho. Tampoco parecían saber nada de Pansy —miró a Harry — no ha habido filtraciones de tus chicos, porque creían que estaba muerta.

Harry asintió, complacido

—Elegí yo mismo al escuadrón. Es alto secreto.

—No sé cómo accedió a la mansión, tiene borrado el recuerdo —dijo sacudiendo la cabeza como si no entendiera qué ocurría —es algo extraño, él realmente piensa que simplemente abrió la puerta y entró, pero esos segundos, ese intervalo de tiempo, es distinto, como si estuviera manipulado.

—Solo son títeres. Alguien maneja los hilos de todos ellos.

—No están bajo un imperius —dijo Malfoy —él quería estar allí, disfrutó de cada uno de los tres… —apretó el hombro de Hermione —¿Cómo es que se llaman?

—¿Disparos?

—Disparos, disfrutó de cada uno de ellos, disfrutó de la sangre, de la cara de horror de Theo, él quería quedarse allí viéndole desangrarse pero Blaise y Pansy le llamaban a voces y se asustó. Se escondió y se marchó cuando se llevaron a Theo a San Mungo.

—Así que ahora saben que Pansy está viva —intervino Hermione

—Y creen que Theo está muerto —añadió Morgan.

—¿Qué es lo que ocurrió, Atwater? —preguntó Draco al Inefable —¿Cómo acabaste en mi casa, de madrugada, el puñetero día de Año Nuevo, herido y cargando con ese cabrón?

Morgan torció los labios en una mueca que se asemejaba a una sonrisa.

—No tenía planes así que salí a buscarme la fiesta —respondió él encogiéndose de hombros —Chadburn tenía el nombre de Warren en su cabeza.

—Pensaba que íbamos a compartir la información —siseó Harry repentinamente furibundo.

—Calma Potter —respondió el hombre con los ojos entrecerrados — no era nada más que un pensamiento efímero, podría estar relacionado con el caso, podía ser uno de sus consumidores, un primo lejano o simplemente el repartidor del periódico. Decidí investigar antes. Además ese nombre no estaba en el listado de Hermione y Malfoy.

—Lo quitamos —dijo ella mordiéndose el labio inferior —es pariente de Mirtle, Harry.

—¿Mirtle la Llorona?

—No me jodas —soltó Morgan con los ojos abiertos de par en par.

—¿La conocías? —preguntó Hermione.

—No personalmente —dijo con una carcajada —por suerte no me gustaba ir al baño de chicas. Pero todo en mundo en Hogwarts sabe quien es.

—Nosotros mejor que nadie —dijo Harry —fue la primera víctima de Voldemort

—¿De veras? —preguntó Morgan sorprendido

—No la mató él personalmente —añadió Hermione —pero sus actos desencadenaron su muerte cuando abrió la Cámara de los Secretos y dejó suelto al basilisco.

—¿Ese es el vínculo de Warren con esto?

—No tiene mucho sentido —dijo Hermione —por eso lo borré de la lista. Le investigué pero no encontré una circunstancia coherente que le haya llevado al odio o la venganza.

—Porque buscábamos coherencia —replicó Draco —ese hombre de allí está completamente demente, su cerebro no sigue patrones normales, no hay un objetivo de venganza claro, él disfrutó casi matando a Theo pero le hubiera dado igual Blaise, Pansy o yo… quería matar, eso era todo lo que había en su cabeza.

—¿Algún nombre?¿Algo que pueda ayudarnos a dar con alguien más? —preguntó Atwater.

—Conoce a Chadburn y a Kirke, recuerda a una mujer, pero no es una imagen clara, es como si eso también hubiera sido manipulado de algún modo.

—Quiero entrar en su cabeza yo mismo —murmuró Morgan. Draco bufó y el hombre añadió—no es que no seas buen legeremante —dijo con brusquedad —de hecho eres uno de los mejores que conozco, pero yo estoy familiarizado con Chadburn, quizás pueda encontrar algo que se te haya escapado.

Harry ayudó a Morgan a salir de la habitación y Draco se quedó con Hermione.

—No vas a ir allí —sentenció cuando ella intentó levantarse —es… nocivo, todo a su alrededor está podrido, es malvado —masculló con desagrado —no quiero que vayas, ni siquiera quiero volver a verlo yo mismo en la vida.

Hermione quería discutir, pero cuando le miró y vio en su rostro todos aquellos sentimientos que callaba y no decía reflejados en aquellas profundidades de mercurio, se calló.

—No hay mucho más que podamos hacer —se levantó pese a la mano de Draco que intentaba mantenerla en su sitio —me iré a nuestro Lugar Seguro —dijo sintiendo la forma en la que aquel cuerpo grande se relajaba al escucharla —díselo a Harry y ven conmigo —él asintió y ella le dio un beso en los labios antes de aparecerse.

Cuando Draco llegó Potter estaba ayudando a Atwater a sentarse en una silla cerca del detenido.

—Me lo llevaré al Ministerio —dijo Harry mirando al Inefable —tal vez deberías decirnos cómo diste con él y venir conmigo.

Morgan hizo una mueca.

—La realidad es que salí a un bar muggle —se encogió de hombros siseando de dolor —con la única jodida intención de pillar una cogorza que me dejara fuera de juego hasta por lo menos el día dos de Enero. Pero en lugar de una buena borrachera me encontré a este —le señaló con el asco dibujado en sus facciones —estaba con Joan Barbrow. A él no le había visto en mi vida pero sí a ella. Además está en la lista de Hermione y Malfoy y es compañera de Theo en el Ministerio así que me las apañé para lanzar un hechizo que me permitiera escuchar la conversación.

—Espero que ningún muggle te viera —masculló Harry

—Dame algo de crédito ¿Quieres? —ladró haciendo sonreír a Draco —nadie me vio y aunque lo hubieran hecho no eran más que una panda de borrachos a esas alturas. Le oí alardear de haber matado a Nott y cómo ella le felicitaba halagándole e insultando a Nott a quien, al parecer, nunca ha soportado. Cuando salieron les seguí, pero cuando encontré a Warren ella ya no estaba. Lo demás es historia. Le atrapé y vine hasta aquí porque sabía lo de la fiesta.

—Le atrapaste con más pena que gloria —aportó Draco que se recostaba despreocupadamente contra la pared con los brazos cruzados y una sonrisa burlona pintada en el rostro.

—Me despisté y este hijo de puta no es un mago muy hábil pero si es un animal con los puños y el cuchillo.

—¿Mató él a mi padre? —preguntó Draco repentinamente serio —no miré más allá. Su cerebro está completamente desviado y estar allí dentro me estaba poniendo los pelos de punta.

—Yo sí fui más atrás —dijo Morgan con la comprensión dibujada en su rostro —no fue él.

Draco solo asintió.

—Tu historia es perfectamente válida —aportó Harry —Salvo porque hay una ventana de unas ocho horas en las que el detenido no ha estado en el Ministerio.

Morgan negó.

—Los recuerdos son fácilmente manipulables para alguien con habilidad. Peleamos, caemos, nos quedamos perjudicados y cuando me despierto, en el callejón en el que acabamos a hostias, te pido ayuda y vienes al rescate.

—Está bien —respondió Harry — es todo lo que tenemos de modo que lo haremos así —Quitó el hechizo al prisionero y lo sujetó por el brazo, aun dormido —¿Preparado?

Morgan se agarró al brazo del auror y asintió.

—Os mantendré informado —dijo Potter mirando al rubio —despídeme de Hermione.

En el momento en que ambos desaparecieron ante él, Draco se apareció en el Lugar Seguro y encontró a su bruja escribiendo una carta a Ginny y otra a las serpientes.

—¿Se fueron? —preguntó cuando le vio acercarse a ella.

—Sí y ¿Sabes qué?

—No, ¿Qué?

—Ya que Atwater me jodió la noche, he pensado que voy a empezar el año con buen pie empezando por ahora mismo —la levantó de la silla y se la cargó al hombro.

—¡Draco! —ella gritó de la sorpresa y le golpeó en la espalda mientras él reía y se iba con ella a la habitación —¡Bájame!

—Oh sí, ahora mismo preciosa —dijo dándole un azote en el trasero que la hizo jadear de la sorpresa —hoy vas a hacerme el hombre más feliz del mundo.

Cerró la puerta tras ellos y en cuanto la bajó y la besó, las quejas de Hermione no volvieron a oírse en toda la mañana.

Mientras, en el Ministerio, Atwater y Harry rellenaban documentación e informes en el despacho de este último.

Habían dejado a Warren en las mazmorras hasta que despertara y le habían dicho al auror a cargo que les avisara ya que, pese a ser Año Nuevo, ninguno de los dos pensaba dejar el interrogatorio en manos de nadie más.

—¿Quieres venir a comer a La Madriguera? —preguntó Harry sin levantar la vista del informe que estaba rellenando —Ginny y Molly me han dicho que te llevara conmigo si estabas ya lo suficientemente bien. No sabía que habías estudiado con Charlie.

—Decir que estudié con él sería un eufemismo Potter —dijo Morgan pese a que en su voz se podía vislumbrar el rastro de una sonrisa —estudiamos a la vez en Hogwarts. Creo que eso sería más correcto.

—No debiste ser un completo gilipollas cuando los Weasley no hablan mal de ti.

Morgan rió.

—¿Vendrás?

—¿Por qué no? —dijo él finalmente aunque no sabría decir el motivo que le había llevado a aceptar —no es como si tuviera un plan mejor y el que tenía me lo ha jodido Warren.

—¿Pasar borracho los primeros días del año?

—Es una tradición.

—¿Desde cuando?

—No seas cotilla, Potter.

…..

Draco salió de la ducha con una enorme sonrisa dibujada en el rostro. Había seguido a Hermione cuando la mujer consiguió escaparse de la cama en la que la había mantenido durante más de tres horas alegando que necesitaba ducharse porque estaba hecha un asco. Ella gritó y trató de huir de él, pero sus remilgos terminaron en el momento en que Draco la levantó, obligándola a rodear su cadera con aquellas espectaculares piernas y la penetró de un solo golpe, follándola contra la pared de la ducha sin conmiseración.

Cuando se corrieron, ambos a la vez, fue un orgasmo tan demoledor que, por fin, pareció dejar saciado al rubio.

Terminó de ducharse y le dejó algo de privacidad mientras, ataviado únicamente con la toalla, decidió ir a la cocina para ver qué tenían por allí que pudieran comer sin necesidad de bajar a las cocinas.

Silbando cogió el pan, algo de queso, un poco de pastrami y los restos de un pastel de carne y lo fue colocando sobre la mesa. Sirvió dos copas de vino blanco muy frío y buscó los cubiertos.

—Todo un festín —murmuró ella abrazándole por detrás y apoyando la mejilla en su espalda.

—Mmm —dejó la copa y se giró entre sus brazos —no sé yo —la sujetó de las nalgas y la levantó hasta que ella volvió a rodearle con las piernas y él pudo tener su rostro al mismo nivel —creo que el festín me lo he dado esta mañana —mordisqueó su labio inferior y fue dejando un reguero de besos y mordiscos por su mandíbula hasta que llegó a la pequeña oreja y lamió el lóbulo, absorbiéndolo en su boca —podría pasarme el día comiéndote a ti —susurró buscando de nuevo su boca y apoyándola contra la pared para afianzar su agarre —¿Lo sientes? —dijo balanceando sus caderas contra la unión de entre sus muslos —solo con verte estoy preparado, me has convertido en un completo pervertido ¿Qué llevas debajo de la camiseta?

—Lo mismo que tú debajo de la toalla —dijo Hermione con la respiración entre cortada.

—Bien —apartó una de las manos de sus nalgas y tiró de la toalla hasta que cayó al suelo. Ambos gimieron cuando su miembro se alzó y la gruesa cabeza se encajó entre sus labios que estaban ya mojados. Su cuerpo totalmente preparado para él —siempre dispuesta, siempre lista para mi —empujó y gimieron cuando su cuerpo le tragó, apretándole con ligeros espasmos —joder —gruñó buscando su boca —tu coño me aprieta más que nuca —se apartó solo para impulsarse de nuevo y penetrarla una vez más —estás jodidamente estrecha.

Hermione quiso decirle que era por la cantidad de sexo que habían tenido durante toda la mañana, pero sus ojos rodaron hacia atrás y gimió incapaz de abrir la boca para otra cosa que para gritar su éxtasis. Se corrió de golpe, tras apenas un par de embestidas más y Draco, pese a que esperaba tener problemas para eyacular de nuevo, se dejó arrastrar por los temblores y las contracciones de aquel ajustado pasaje que se ceñía a su alrededor.

—Creo que necesitaremos ducharnos de nuevo —jadeó Hermione cuando volvió a tener los pies en el suelo.

Draco rió, se tapó de nuevo con la toalla y le apartó la silla para que se sentara a la mesa.

—Primero comeremos.

Pero antes de que pudieran terminar la deliciosa comida, una lechuza entró por la ventana abierta y dejó caer un sobre al lado del plato de Draco.

Él la abrió con el ceño fruncido y maldijo al leerla.

—Merlín esta mujer es un puto dolor de cabeza —masculló tirando la carta a Hermione.

Te necesito.

Me han atacado y creo que han sido los que atacaron a Theo. He podido escapar y esconderme en casa con Daphne pero estoy muy asustada.

Ven conmigo Draco, por favor.

Necesito protección.

Con amor

Astoria.

Hermione alzó una ceja y miró a Draco con interés.

—¿De verdad esto le ha funcionado antes?

Draco bufó.

—No conmigo, si es lo que preguntas.

—Es imposible que le atacara el BR y saliera ilesa, lo sabes ¿Verdad?

—Por supuesto, ella solamente quiere que vaya a su casa, supongo que después buscaría la manera de que tú te enteraras y trataría de hacerte creer que me he ido con ella y te he dejado aquí, sola.

—No entiendo esa obsesión que tiene contigo —dijo Hermione

—Vaya, gracias Granger. No sé si sentirme ofendido por eso.

Ella rió y le tiró la servilleta a la cabeza.

—Ya sabes a qué me refiero. Me dijiste que pensaste en el matrimonio con ella hace tiempo ¿Acaso es por eso?

—Merlín no. Lo pensé, pero no se lo dije, no soy tan gilipollas. Estuve con ella unos meses, algo fugaz, insípido y, siento parecer cruel, aburrido. No es mala chica, si dejamos a un lado esa enfermiza obsesión conmigo, pero en realidad no es mala persona. Pese a que no sentía por ella más que una ligera atracción física que se evaporó rápido, mi padre no aprobaba una unión con los Greengrass ya que los consideraba muy por debajo de nuestro estatus social, únicamente por eso pensé en ello. Pero nunca en serio, fue un pensamiento rebelde que pasó por mi cabeza.

—Si para tu padre los Greengrass tenían un estatus muy por debajo del vuestro yo debería caer al mismo nivel que sus elfos domésticos.

—Sí, más o menos —rió Draco divertido —Yo rompí finalmente la relación y le dejé claro que nunca, jamás, volvería a ocurrir. Pero no quiere aceptarlo. A veces se comporta como si siguiera conmigo, otras veces simplemente ignora todo lo que la he dicho a lo largo de estos años y finge que todo volverá a ser igual si tiene paciencia.

—¿Sabes? Quizás deberían llevarla a un médico. En el mundo muggle los psicólogos ayudan muchísimo a las personas que tienen ese tipo de problema… y suena como que ella realmente lo necesita.

—No te voy a mentir. Llegados a este punto me da exactamente igual. Ya estoy un poco harto de sus estupideces —tenía el ceño fruncido y se veía contrariado —y no quiero que… bueno que puedas pensar cualquier cosa o que pueda hacer algo que te haga creer…

Hermione puso la mano sobre la suya y le sonrió con dulzura.

—No lo pensaré.

Él asintió con brusquedad.

—¿Irás?

—Obviamente no. Si es cierto lo que dice será mejor que llame a los aurores. Yo no soy auror —sonrió de lado y fue a por pergamino y tinta.

Me temo que si te han atacado, lo mejor será que te pongas en contacto con el departamento de aurores y denuncies lo ocurrido, ellos son quienes te darán la mejor protección.

Por mi parte estoy celebrando con mi novia el comienzo del año por lo que lamento no poder ir, no dudo que tu familia te dará todo el consuelo que necesites.

Saludos a Daphne.

DM.

—¿No has sido un poco brusco?

Él resopló

—Quisiera ser incluso más brusco porque me enerva que alguien sea capaz de utilizar lo que está ocurriendo para sus propios fines. Dos personas han muerto, una de ellas en horribles circunstancias, mi madre está en un estado de suspensión similar a la muerte, Theo casi no lo cuenta… ¿No crees que es rastrero y vil usar eso para atraer a nadie?

—Es un poco manipuladora sí… y es cierto, no está bien hacer eso.

—¿No está bien? Es una zorra egoísta, manipuladora e infantil que solo piensa en sí misma y a la que le da igual todo lo que está ocurriendo, ni siquiera se para a pensarlo. Eso es una de las cosas que no soporté de ella. La han criado para tenerlo todo y lo quiere todo. Cuando no lo tiene es como un tiburón dispuesto a todo por conseguirlo.

—¿Avisamos a Harry para que envíe a un auror a la mansión Greegrass? Tal vez pueda mandar a ese tal Higgs para que consuele a la zorra egoísta.

Draco la miró y se echó a reír. Hermione se sentó en su regazo y besó su sonrisa sintiéndose muy feliz y completa incluso con aquella espada de Damocles sobre sus cabezas.