Hola!

Espero que estéis disfrutando tanto de la historia como yo. Ya vamos entrando en la recta final, aún queda un poquito, pero cada vez menos.

Gracias por seguir por aquí, comentando, dando al like y mandando mensajitos, anima a continuar.

Besos y abrazos

AJ

Cuerpos y decisiones

—Granger —dijo Draco cuando Hermione había empezado a quedarse dormida encima suyo —no me malinterpretes, no me importa ir a por otro cuando me recupere, pero aunque me gusta el contacto que tenemos por ahí abajo, me temo que empiezo a no sentir una de mis piernas.

—Oh, perdona —se arrastró por encima de él y se dejó caer en el sofá tumbada boca arriba, apoyando la cabeza en el muslo de Draco.

Él sonrió sin poder evitarlo, sorprendido por la confianza de ella y la naturalidad con la que se tomaba todo aquello. Suponía que después de meses de relación, aquello era algo normal para Granger y se preguntó si siempre era así de bueno e intenso.

Ni siquiera se había colocado el vestido y desde su posición más alta, era capaz de ver sus piernas desnudas y el vértice que coronaba sus muslos. Su pubis depilado brillaba con la humedad de ambos y Draco sintió que se empalmaba otra vez y metió de nuevo su miembro dentro del pantalón como pudo.

Antes de pensar en lo que hacía, sus dedos empezaron a jugar con los rizos que se derramaban sobre sus pantalones y la oyó suspirar.

—Pensé que tal vez recordaría —dijo de pronto sintiéndose algo incómodo.

—Lo harás, aunque no necesariamente haciendo el amor conmigo.

Draco frunció el ceño al escucharla, nunca le había gustado esa frase por todo lo que parecía implicar. Definitivamente ellos no habían hecho el amor, ellos habían follado con todas las letras, de forma salvaje y primitiva.

Abrió la boca para decírselo cuando una extraña sensación de desasosiego le invadió. La miró, tenía los ojos cerrados y el rostro tranquilo, una pequeña sonrisa curvaba aquellos bonitos labios y sus pómulos aún mantenían un tenue rubor.

Se quedó en silencio al darse cuenta de que realmente no quería hacerla daño, no quería ser hiriente o maleducado y además lo cierto era que no sabía cómo había sido con ella antes ¿Verdad? Ya fue lo suficientemente gilipollas tras el accidente, comportándose como un capullo con ella y negándose a escucharla. Si hubiera hecho caso a Theo y a Blaise desde el principio… era absurdo pensar en lo que pudo ser y no fue, de modo que siguió acariciando aquel pelo tan sorprendentemente suave.

—Puede que no ayude a mi memoria pero no me importaría probar de nuevo, nunca se sabe cuando podría funcionar ¿No? —preguntó burlón.

—Draco Malfoy —dijo ella incorporándose y fingiéndose ofendida —¿Estás insinuando que quieres aprovecharte de mi cuerpo… solo por si acaso te ayuda?

—No solo por eso —replicó él con aquella diabólica sonrisa que hacía que le temblaran las piernas. Al ver la expresión ligeramente esperanzada de ella no pudo evitar añadir —sería solo sexo, Granger.

Lo dijo de forma suave, casi cariñosa, simplemente queriendo ser sincero porque se empezaba a dar cuenta de lo imbécil que había sido con una mujer que realmente había demostrado quererle de verdad. No el amor obsesivo, enfermizo y tóxico de Astoria, sino de una forma real, incondicional y nada egoísta. Hermione se había entregado a él con absoluta sensualidad y confianza pero también le había dejado marchar sin rencor cuando tras el accidente había renegado de ella.

Para su sorpresa ella sonrió con un brillo en sus ojos mezcla de nostalgia y picardía.

—Y yo no soy una mujer de solo sexo ¿Verdad?

Draco parpadeó y sintió un extraño mareo, como el que se sentía al usar un pensadero.

—No eres una mujer de solo sexo

Se sentía como un estúpido por decir aquello, perdiendo una oportunidad única de estar con ella.

—¿Y si lo fuera? —preguntó ella que tenía las manos en la camisa de él.

—No lo eres

Draco ni siquiera podía pensar mientras ella jugaba con los botones.

—Quédate, Draco —ella le miraba con aquellos enormes ojos llenos de pena y deseo—solo esta noche.

Él cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás y sintió cómo ella besaba su garganta.

—Quédate conmigo

Dejó de desabrocharle la ropa, se apartó y se quitó la parte de arriba de su pijama por la cabeza sin preocuparse de los botones. No llevaba sostén por lo que sus pechos se presentaron ante él en todo su esplendor y Draco perdió el control.

Se desnudaron el uno al otro de forma salvaje, rasgando la ropa, buscando únicamente estar piel contra piel con un ansia voraz.

—Y me quedé contigo —susurró cuando se vio de nuevo en el presente mirando aquellos mismos ojos castaños.

—Sí —respondió ela en un murmullo.

—Y no fue solo sexo

Ella simplemente sonrió y Draco observó su boca, repentinamente hambriento. Hermione se lamió los labios, expectante y, cuando él se acercaba para besarla, una lechuza ululó, entrando por la ventana abierta y dejó una carta sobre la bruja antes de irse de nuevo sin siquiera esperar una golosina.

Draco gruñó molesto pero se apartó para que ella pudiera abrir el sobre.

—Es de Harry —leyó en silencio y se llevó una mano a la boca, empalideciendo notablemente cuando termino —Oh Dios mío.

Al ver que le temblaba la mano con la que sostenía el pergamino, Draco se lo quitó de la mano y lo leyó también.

Hermione,

Hemos encontrado a Penélope Clearwater.

Está muerta.

Asesinada.
Es mejor que leas el informe, no te quiero en la escena del crimen, créeme, es mejor así. Morgan está allí, puedes venir a la reunión de las dos o esperar a que te envíe los documento.

Luna ha recibido una carta del BR, se quedará en Grinmauld.

Harry.

—¿Clearwater?

—Una de las ejecutoras del BR. No lo entiendo ¿Están matando a su propia gente? ¿Por qué?

—¿Ejecutora?

Hermione suspiró y se frotó los ojos.

—¿Qué es lo que Harry te ha dejado ver?

—Poco más de lo que tú me mostraste en tu despacho.

Ella rió.

—Apenas te mostré algo para que me dejaras en paz y te marcharas.

Draco la miró con disgusto y alzó una ceja con altivez.

—Entonces hazte a la idea de que no sé una mierda, algo que sinceramente me molesta bastante porque algo me dice que sabía casi todo antes de que alguien decidiera joder con mi cabeza.

—Haré un té —dijo ella suspirando pesadamente —e intentaré ponerte al día de todo lo que pueda.

Casi una hora después había conseguido explicarle a Draco toda la investigación y el punto exacto en el que se encontraba.

—¿Y qué pinta mi accidente en todo esto? —preguntó él de pronto —no parece tener mucho que ver. No me agredieron, ni me mataron, ni siquiera me hirieron fisicamente.

—Lo sé, es extraño —se mordió el labio y señaló su cabeza — pero en cambio es posible que te borraran la memoria y te hicieran algún tipo de hipnosis.

—La hipo… hipnosis, es algo muggle, pero no creo que los muggles sean capaces de borrar la memoria ¿O sí?

—No —ella le enseñó algunas anotaciones que había hecho mientras investigaba —después de los estudios que te hicieron hablé con los medimagos que estudiaron el caso de mis padres y todo apunta a un obliviate, por suerte, creo que estás recordando porque quien fuera que lo hiciera no es bueno en hechizos de este tipo. —miró hacia un lado, repentinamente incómoda con la conversación —yo borré la mente de mis padres pero por el momento nadie ha sido capaz de revertir el hechizo.

—Porque eres una gran bruja —dijo él de pronto.

Hermione se sonrojó y se sintió extrañamente conmovida por sus palabras.

—Gracias —se encogió de hombros —es posible que sea el motivo, sí. Quien quiera que te lanzara el hechizo es, o bien un mago o bruja mediocre o simplemente lo hizo rápido y mal por miedo a ser descubierto.

—¿Y el hipnotismo?

—Ahí —replicó con una repentina sensación de heladez —creo que entra Astoria Greengrass.

—¿Crees que fue ella?

—Si no fue ella creo que sí, que contrató a alguien que lo hiciera —frunció el ceño —no quiero que pienses que es… en fin, por celos o algo así, es que realmente creo que ha sido ella y lo hago en base a pruebas que he ido recabando.

Draco observó sus mejillas enrojecidas y la forma atropellada de hablar y supo que sí que estaba celosa pero que además también hablaba con coherencia. Era una visión, despeinada, con la ropa arrugada, ruborizada y aún con los labios hinchados por sus besos y su cuerpo lleno de él.

Estaba deseando desnudarla solo por saber lo que ocultaba debajo de la ropa, un cuerpo que quería descubrir de nuevo ya que no era capaz de recordarlo.

—Para empezar iban a enviarla a Canadá, tú estabas a punto de arruinar a su padre y además tiene una insana obsesión contigo desde que fuisteis pareja. Casualmente el hechizo borró tu memoria desde que llegaste a Londres y aparecí en tu vida y además creías que habías estado con ella y que estabais juntos antes de dejar Francia. Después he estado… bueno, observándote y cuando estabas con ella parecías distinto, a ratos apegado a Astoria, otros como si no quisieras tener nada que ver con ella. Puede que sea una tontería y no tenga nada que ver pero tuve la impresión de que podría estar utilizando alguna palabra para sugestionarte de alguna forma.

Draco se dio cuenta, divertido y excitado a la vez, que aquella actitud de sabelotodo remilgada estaba poniéndole caliente. Por algún motivo que no era capaz de entender, esa forma académica de contarlo todo era muy excitante.

—Explícame de nuevo en qué consiste la hip… hipnosis —dijo con la voz algo más ronca de lo normal y las pupilas dilatadas.

Ella no pareció darse cuenta del repentino cambio de Malfoy.

—La hipnosis es un estado mental, similar a un trance al que se llega con el hipnotismo tras una serie de instrucciones y sugestiones. Cuando te hipnotizan eres más receptivo y es posible modificar tu conducta, pensamientos e incluso creencias. Lo que yo creo es que lo usaron para inducirte ese trance e implantar los pensamientos de Astoria y tu relación con ella, el hipnotizador dejó en tu mente una palabra clave que, al usarla, te hiciera recordar esa sugestión —ella chasqueó la lengua —sé que es enrevesado pero solo tengo dos teorías, esa y la del spattergroit.

Aquello le hizo recuperar la atención de nuevo y la miró con una ceja alzada de forma interrogante.

—¿Qué tiene que ver una enfermedad con todo esto? No he estado enfermo.

—No, pero el spattergroit cerebroespumoso es una cepa muy virulenta de la enfermedad contagiada por un hongo infeccioso. Además de los síntomas comunes del spattergroit también puede conllevar confusión y pérdida de memoria.

—Granger —dijo de nuevo —no he estado enfermo.

—No, pero han podido modificar la enfermedad, aislar ese síntoma o efecto del hongo e inoculártelo de alguna forma —ella hizo un gesto displicente con la mano —mira, la microbiología no es lo mío pero estamos hablando de posibilidades y los muggles estudian constantemente los virus y las bacterias, de hecho son armas biológicas terribles.

—Creo que prefiero la opción de la hipnosis —dijo con un estremecimiento.

—Lo cierto es que yo también, pero no quiero descartar nada —miró la hora —Oh Dios, tengo que ir al Ministerio, no quiero perderme la reunión de Harry y tú deberías ir a San Mungo a llevar a tu madre sus artículos de dibujo, cuando antes tengamos un retrato de la agresora antes encontraremos el siguiente hilo del que tirar.

—¿Siempre has sido tan mandona? —preguntó con un ligero tono de burla.

—Sí, aunque no te has quejado demasiado.

—Creo que hoy he descubierto por qué no me quejaba.

—¡Draco! —le tiró un cojín a la cabeza y se fue al baño mientras él reía entre dientes e iba a su habitación para arreglarse la ropa.

—Granger —dijo golpeando la puerta — me voy.

—Hasta luego —gritó ella desde el otro lado.

Antes de irse Draco miró el sofá por última vez y sonrió. Oh sí, iba a repetir eso en cuanto volviera a pillar allí a Granger. La decisión de quedarse allí en lugar de ir a casa de Blaise había sido, sin género de duda, un gran acierto.

…..

—El asesinato de Penelope Clearwater ha sido perpetrado por el grupo conocido como BR —estaba diciendo Harry cuando Hermione llegó a la reunión y se sentó al final de la sala de reuniones junto a Morgan —no hay forma de hablar de esto sin resultar desagradable pero me limitaré a exponer los hechos de la mejor manera posible.

Le vio tragar saliva y se preparó, si Harry estaba tan afectado debía haber sido muy duro.

—¿Ha sido más terrible que el de Carrow?

Morgan asintió con gesto adusto.

—Nunca había visto algo así como auror —dijo él —aunque conocí a algunos muggles en Nueva York que trabajaban para el F.B.I y hablaban de situaciones como esta más a menudo de lo que me habría gustado.

—La señorita Clearwater —continuó Harry — formaba parte del grupo BR, según nuestras investigaciones y con la constatación de los miembros detenidos, era una de los ejecutores. Fue hallada muerta en un piso franco en el mundo muggle, ubicado en el Soho. Uno de los contactos muggles de Abney alertó de un aviso que había recibido la policía metropolitana por el hallazgo de un cuerpo. Dado que pedimos ayuda y filtramos algunas fotografías, parecía ser Penélope. Abney, Creepingbear, Higgs, Morgan y yo nos desplazamos a la ubicación antes de que llegara la policía y constatamos que era Penélope. Desmemorizamos a los muggles y, para ellos, todo quedó en una falsa alarma.

Hermione vio que Higgs parecía demasiado pálido y se aferraba a la mesa con fuerza.

—Creo que ese muchacho tendrá pesadillas por meses —susurró Morgan señalándole con la barbilla.

Harry se frotó la cicatriz y los miró a todos.

—Clearwater fue descuartizada. Hemos encontrado distintas notas por el piso junto a algunos… algunas partes del cuerpo de la víctima. Según el informe preliminar la mujer murió tres días antes de ser encontrada, fue asesinada con tres disparos en el pecho en ese mismo piso ya que las paredes están manchadas con la sangre procedente del disparo y la cantidad de sangre del salón indica que ese punto exacto fue la escena del crimen. Antes de que el rigor mortis fuera visible la desmembraron y dejaron por el piso distintas partes de su cuerpo. Lo único que no pudimos encontrar fue la mano izquierda. Clearwater era zurda—tragó saliva de nuevo y Higgs se levantó y dejó la sala de reuniones —podéis iros y leer el informe de Creepingbear después —suspiró Harry —Morgan, Hermione, vosotros quedaros.

—¿Descuartizada? —preguntó Hermione que sentía su estómago revuelto.

—Era una carnicería —dijo Harry desplomándose en una de las sillas —no voy a entrar en detalles, de verdad que no, yo habría podido vivir el resto de mi vida sin ver algo así, es lo peor, lo peor realmente, que he visto jamás.

—¿Qué notas encontrasteis?

Harry abrió una carpeta donde había anotado a mano en distintos papeles las notas y las levitó hasta tenerlas todas a la vista.

Hermione pudo leer que en cada uno de los pedazos de papel ponía dónde se había encontrado y lo que podía leerse.

—Traición, la revolución fracasa por la traición de la sangre —leyó —esto fue encontrado en la mano derecha —miró otra de las notas —la venganza habla —esto junto a la lengua —inspiró hondo y siguió leyendo. Eran bastantes, con distintos mensajes que hablaban sobre la sangre, sobre la venganza, sobre el odio a la magia, a la familia y sobre la traición.

—Dios mío, sea quien sea tiene terribles problemas mentales. Estamos delante de la psicopatía en su grado más absoluto.

—¿Por qué la ha matado? Penélope era una de sus ejecutores ¿Lo ha hecho alguno de los otros? ¿Ha sido la mujer que atacó a Narcisa? — Harry se frotó la cara con las manos —es como estar dentro de una película de terror.

—¿Cómo es posible que alguien sin magia sea capaz de esto? —Morgan les miraba con incredulidad —¿Estamos seguros de que no tiene magia?

—Quizás Penélope no tenía su varita o no temía a su asesino —intervino Hermione.

—¿Le ha llevado Malfoy a su madre los materiales de pintura? —preguntó Harry.

—Sí, salió hacia San Mungo cuando yo vine para acá —ante la mirada interrogante de ambos hombres se sonrojó y añadió —decidimos que estaba exponiéndose demasiado y volvió al Lugar Seguro.

—Oh —Morgan sonrió de lado —¿Volvió?

—Sí —ella habló de forma atropellada —es decir volvimos a colocar la habitación extra que nosotros habíamos quitado para que, bueno, para que tenga allí su dormitorio y no es como si nosotros… vamos que él sigue sin… que no ha recordado nada.

Harry, pese a la terrible situación, sonrió al ver lo roja que estaba su amiga.

—Está bien, Hermione, no tienes que darnos explicaciones de lo que hacéis.

—No hacemos nada.

—Menos mal que no hacéis nada —dijo Morgan apoyando la punta de su dedo índice en el mordisco que ella lucía en su cuello — Potter ¿Crees que si Creepingbear toma una muestra de esta dentadura coincidirá con la de Draco?

Ella le apartó la mano de un manotazo y le fulminó con la mirada maldiciendo haber salido tan rápidamente de casa, olvidando ocultar aquella marca.

—Sois odiosos.

Ellos solo rieron.

—¿Sabe ya… —empezó Harry.

—No —Hermione les miró a ambos — lo sabrá, pero tengo que, no sé, encontrar el momento oportuno para decírselo.

….

Mientras Hermione seguía reunida con Morgan y Harry, Draco estaba con su madre en su habitación de San Mungo. La mujer dibujaba, sentada en la cama y recostada contra los almohadones mientras Draco, a su lado, iba mirando como el dibujo tomaba forma poco a poco.

—Hacía mucho tiempo que no dibujaba —dijo Narcisa de pronto —había olvidado lo mucho que disfrutaba haciéndolo.

—Quizás puedas volver a pintar algo bonito una vez termines esto —respondió él que aún estaba disgustado porque su madre tuviera que revivir algo tan traumático.

—Oh hijo, no te preocupes —ella le sonrió sabiendo lo que pasaba por la cabeza de su hijo —es catártico, no me hará mal dibujar a esa mujer. Estoy viva, estoy contigo… todo está bien.

—Lamento lo de padre —dijo de pronto Draco — sé que le amabas, pese a todo.

—Le amaba, sí —respondió ella — pero nunca le perdoné realmente —parecía triste y pesarosa —creo que en el fondo él sabía que no le había perdonado lo que nos hizo, lo que te hizo —sacudió la cabeza —sé que yo tampoco ayudé con mi actitud sumisa y mi forma de pensar, pero jamás estuve de acuerdo en que entraras a formar parte de ese mundo, Draco. Cuando le encarcelaron debí huir contigo, pero mi hermana mayor siempre fue… difícil de esquivar.

—Está bien madre. Es mejor dejar el pasado donde está.

—Sí, es verdad. La vida nos dio una segunda oportunidad, incluso una tercera —le acarició la mejilla —debemos aprovecharla tanto como sea posible. Draco querido, he leído todo lo que publicaron sobre ti mientras yo estaba… bueno, podríamos decir que durmiendo…

—Yo no recuerdo nada, madre —dijo algo a la defensiva.

—Solo quería decirte que, si llegas a recordarlo… me parecerá bien —se miraron a los ojos y en aquellos orbes azules él solo pudo ver sinceridad y aceptación —sinceramente cualquier mujer que pueda hacer esto —sacó del cajón la mesita que tenía al lado una de las fotos que El Profeta había publicado en la que se veía a Hermione reír. A su lado él la miraba intensamente y finalmente sonreía. No esa mueca fría o de desdén que tenía habitualmente, una sonrisa sincera que iluminaba su rostro de verdad —que pueda hacerte sonreír así, va a ser bienvenida en mi casa.

Draco tragó saliva y, no por primera vez, deseó recordar ese momento que estaba viendo en un pequeño bucle temporal. ¿Por qué reía ella? ¿De qué habían estado hablando antes de que rompiera en carcajadas? Una vez más sintió ese vacío en el pecho, como si hubiera perdido algo importante que necesitara recuperar.

De pronto la puerta se abrió y una sonriente Astoria Greengrass apareció como si fuera lo más normal del mundo que estuviera allí, con la mirada soñadora, la sonrisa torcida y una mueca que a Draco le pareció diabólica y desagradable.
¿Por qué le había parecido dulce y cálida alguna vez? ¿Cómo era posible que la hubiese visto hermosa cuando ahora todo lo que podía ver era la locura de sus ojos?

Levantó la varita tan rápido que ninguna de las brujas se lo vio venir.

Silencius —Astoria le miró con los ojos desorbitados, él simplemente levantó en labio superior en una mueca similar a una sonrisa —Expeliarmus —añadió arrastrando las palabras.

Se acercó a la mujer que parecía querer asesinarle con la mirada y la empujó hasta una silla.

Incarcerous

Había sito eficiente, tranquilo y completamente indiferente en la pronunciación de cada hechizo y en sus maneras. Le habría gustado dejarse llevar por la rabia pero sabía que su actitud impasible era más dañina que si hubiera gritado y maldecido.

—Un momento madre —dijo con educación saliendo de la habitación.

Narcisa miró de reojo a la pequeña de los Greengrass que nunca le había gustado y alzó una perfecta ceja antes de volver a su dibujo.

—Como digas, querido.

Y continuó pintando ignorando los movimientos desesperados de la bruja que se sentaba a los pies de su cama.

Draco solicitó en recepción que mandaran llamar al Jefe de Aurores y habló con los encargados de la vigilancia de la habitación de su madre para dar órdenes de que ninguno de los Greengrass pudiera acceder de nuevo a la estancia.

Iba a regresar a la habitación cuando Harry y Hermione llegaron corriendo por el pasillo.

—¿Qué ha ocurrido? —preguntó Harry

—¿Estás bien? —preguntó Hermione a la vez.

—Hemos tenido una visita indeseada —sonrió sin humor —Astoria Greengrass está ahí dentro atada a una silla —le dio la varita de la bruja a Potter —desarmada y silenciada.

—¿Por qué? —preguntó Harry desconcertado.

—Granger cree que está detrás de lo que le ha pasado a mi cerebro y, sinceramente, puede que no recuerde los últimos meses de mi vida pero ahora que parece que soy un poco más dueño de mis pensamiento, no necesito esos recuerdos para saber que si ella tiene una idea, un pálpito o como lo quieras llamar, hay que escucharla.

Harry rió con humor.

—Oh, yo aprendí eso en primer año —guardó la varita de Astoria.

—Bien, se me ha ocurrido algo —dijo Draco cuando vio que tenía la atención de Potter.

—¿El qué? —preguntó el moreno mientras Hermione le observaba con preocupación mezclada con recelo.

—Pones un hechizo para escuchar todo lo que pasé ahí dentro o entras conmigo debajo de esa capa de invisibilidad que todos sabemos que tienes y, cuando yo quite el hechizo de Astoria podrás escuchar qué coño es lo que hace para joder con mi cerebro.

—¿Qué? —pregunto Hermine horrorizada —¡No! ¡Draco, no!

Se acercó a él pasando al lado de Harry y le agarró de la mano con fuerza.

—No puedes hacer eso, volverás a… a… —le soltó y se llevó las manos a la cara intentando respirar — no se si yo puedo… no quiero ver… oh Dios.

Parpadeó cuando una sensación de vaivén sacudió su cabeza y los conocidos pitidos taladraron sus oídos.

Draco frunció el ceño, la sujetó y la llevó hasta una silla.

—Creo que debería verte un medimago —le dijo con algo parecido a la ternura —no tienes buena cara y te mareas demasiado.

Ella se limpió el sudor de la frente y negó con la cabeza inhalando despacio.

—Me costaba… respirar… solo eso.

Él exhaló pesadamente y se sentó a su lado.

—Escucha sé que igual me comporto como un gilipollas o… la verdad es que no tengo ni idea de cómo funciona esa compulsión de la que hablas, pero realmente necesitamos saber qué pasa. Los dos sabemos que Potter no puede detenerla ni interrogarla aunque sepa que tienes razón porque sin pruebas….

—Lo sé, sé que es así pero…

Le miró y Draco vio en esos ojos todos los miedos, la angustia, el cariño… Aquella bruja realmente sentía algo por él, o por quien era antes del accidente, ya no lo tenía claro porque todo se mezclaba y era raro, demente y una completa locura pero se sentía bien. Le gustaba esa preocupación, esa entrega y de nuevo se encontró deseando recordar, recordarla.

Se pasó la mano por la nuca y suspiró.

—Potter la detendrá en el momento en que diga o haga cualquier cosa ¿Vale? Además tal vez no pase nada o quizás solo haya que esperar a que se pasen los efectos, la verdad no tengo ni idea, Granger pero necesito hacer algo.

—Está bien —Draco solo pudo sentir admiración cuando vio como Hermione asentía, sus miedos escondidos, su rostro sereno y sus dedos fríos cuando buscó los suyos —te ayudaré.