La mirada de Snape se mantuvo baja desde entonces y su voz en silencio. Los demás estaban contagiados por ese silencio que parecía abrir grandes abismos entre ellos. Minerva mantuvo la mano apretada sobre su propio pecho en lugar de tomarle de la mano como sentía que debía hacer pues todo en el lenguaje no verbal del mago la excluía de cualquier muestra de afecto. Quizá en el fondo no había cambiado tanto, quizá seguía siendo ese mago frío e inaccesible, pero algo en la mirada de Draco, llena de comprensivo respeto, le hacía intuir que la actitud de Severus, tan contenida y distante, era producto de un hondo dolor, quizá como había sido siempre, y esta vez no quiso quedarse en la forma externa en que apretaba sus labios o fruncía su ceño o les ignoraba a todos, sino en aquel elocuente suspiro que no pudo contener.
_Severus, puedes contar conmigo, ¡con todos nosotros!, si nos necesitas. ¡No estás solo!¡Esta vez, no!
_ Haré lo que sea por ayudar a Paula_ añadió Hagrid dando un paso hacia él _ , tan solo dilo.
_ Severus...
Esa voz conmocionó a todos, era la voz de Albus Dumbledore, hablando desde su lugar en la pared. Todas las miradas quedaron fijos en el retrato, donde un Dumbledore se levantaba de la silla y avanzaba hacia ellos, alzando una de sus manos. Como respuesta a esa llamada, Snape... le dio la espalda, se dirigió a la puerta, a la escalera, a la salida, sin ni siquiera mirarle. Draco vio la expresión de extrañeza de todos ellos y les hubiera gustado decirle lo que Demons le había contado de el mago más poderoso de todos los tiempos, pero en lugar de eso, siguió su padrino escaleras abajo. Snape caminaba con pasos largos y elásticos, como casi siempre había hecho entre esos muros, aunque esta vez su capa no ondeaba tras él. Esa vida le parecía muy lejana, de otro mundo, y sentía la imperiosa necesidad de salir de allí. Albus... no, ese no era Albus, era un cuadro impregnado con una minúscula presencia de Albus. Si no había hecho mucho por ayudarle en vida, con todo su poder, no podría hacer nada muerto y no, no quería escucharle. Draco trataba de alcanzarle apresuradamente; aún se cruzaron con algunos alumnos que, sin reconocer al temido Severus Snape, se apartaron de ese hombre que parecía querer golpear a alguien. Malfoy solo pudo llegar a su lado cuando cruzaba la puerta del castillo y Potter lo hizo más tarde aún, corriendo, ya fuera de los límites del colegio, casi llegando al coche aparcado.
_Señor..._llamó Potter in conseguir que se girara_ ¡Señor! ¡Profesor Snape!¡Deje de dar la espalda! ¡No puede darnos la espalda a todos!
Severus volvió primero su cabeza y luego su cuerpo hacia el auror. Harry tuvo un dejavú: en su memoria, corría hacia un Snape que dejaba el castillo después de matar a Dumbledore, igual gritando su nombre, e igual se giró hacia él, e igual le envió esa mirada dura y taladrante. Solo que en aquella ocasión, Potter quería matarlo y ahora... ahora extrañamente y a pesar de su mirada, quería abrazarle. Jadeante y con los ojos llenos de esperanza, Harry esperó que contestara.
"Puede apostar" fue su lacónica respuesta.
Harry apretó los puños, ese hombre le ponía a prueba a cada segundo. Relajó la mandíbula y continuó hablando a aquel "resucitado".
_Le comprendo, comprendo muy bien lo difícil que es buscar algo sin saber por dónde empezar..., Me sentí igual cuando me fui a buscar aquello Horrocruxes, pero no puede dejarse vencer por la desesperación. Tiene que tener fe, la esperanza es...
Draco le interrumpió con un tono que al auror le resultó muy familiar.
_Cállate, Potter, no necesitamos tus discursos motivadores, no somos el equipo de Quidditch de Gryffindor antes de un partido. Somos Slytherins, tenemos nuestras propias motivaciones. _ E hizo piña con el maestro de pociones, situándose a su lado frente a Potter. Luego dirigió sus ojos grises hacia los acerados ojos negros y preguntó_ ¿Cuál es el siguiente paso, señor?
Severus enfrentó a ambos con una mirada temible ."Son solo críos, Severus, intenta no matarles antes de la cena" decía Paula con ironía en su cabeza y su expresión les pareció a ambos jóvenes mucho más relajada de repente.
_Potter, sé que tiene muchas preguntas y cosas que le gustaría decirme. Entienda que este no es el mejor momento, no lo es. Mi prioridad es encontrar a Demons no consolarle a usted o apaciguar su curiosidad. Y voy a tratar de ser amable y no desmerecer sus... sufrimientos o lo que padeció en su día pero no se crea el centro del mundo: cada uno de nosotros enfrentó su propio calvario en aquel tiempo_ miró hacia Draco el cual asintió seriamente_ y no, no puede comprender cómo me siento. Pero tampoco lo necesita. Es un auror, el mejor auror según Kingsley, y a ese sí le necesito. Necesito su inteligencia y sus recursos, no sus discursos; su profesionalidad y no su empatía.
Severus miraba el rostro de Harry que contorsionaba sus facciones, pugnando entre hablar o no. Snape entonces hizo algo que no había hecho jamás: puso una mano sobre su hombro y le miró a los ojos de igual a igual.
_Así es como puede ayudarme.
Potter tragó, deshaciendo el nudo de su garganta pero ni aún así pudo pronunciar palabra y se limitó a asentir. Draco le dirigió una mirada desdeñosa y, al mismo tiempo, sintió celos, celos que Severus notó y que sintió el impulso de calmar teniendo con él el mismo gesto. Los tres subieron al coche. Draco en el asiento del copiloto mientras Potter se encorvaba en el asiento de atrás sin terminar de comprender por qué no habían usado un traslador.
_ ¿Por qué preguntaste si las profecías podían referirse a eventos del pasado, Malfoy? _ habló el auror después de analizar todo el encuentro en su recuerdo.
_ Porque vivieron una situación similar hace unos años.
_ ¿Hace unos años?
_ Tras la caída del Señor Tenebroso, como sabrás, algunos mortífagos quedaron libres, estaban huyendo, escondiéndose la mayoría, pero otros pensaban que sus ideales seguían siendo válidos y que solo les hacía falta un poco más de tiempo y hacerse más fuertes. Buscaron al profesor para que se uniera a ellos. _ Snape escuchaba sus palabras con las manos aferradas al volante, pero sin decir nada._ Pero era todo una trampa. En Albania...
_¿Albania?_ interrumpió Potter sin que Draco le hiciera caso.
_ ...le secuestraron y desapareció. Fue entonces cuando Demons vino a casa pidiendo ayuda a mi padre para buscarle._ Harry se inclinó hacia delante para poder escuchar mejor_ Pero antes de que hiciéramos nada, el profesor apareció en Londres, sin...
En ese momento, Draco detuvo su relato visiblemente incómodo y mirando a su padrino de reojo.
_ ... Sin magia_continuó Snape_ . Usaron una runa, se trataba de Magia Antigua, drenaron mi magia y me convirtieron en un Squib.
Los ojos de Harry reflejaban cuánto le estaba costando digerir esa información aunque no la cuestionaba, en su carrera había visto más de una cosa que hubiera considerado impensable y no interrumpió, escuchando de forma profesional, como había visto Snape en su casa el primer día y como ese día, el mago de ojos oscuros habló con una voz profunda y vagamente soñadora, como cada vez que hablaba de ella.
_ Creo que en ese momento, si hubiera sido por mí, me hubiera rendido, pero Paula no me dejó. Se empeñó en ir a Albania, enfrentarnos a ellos y recuperar de alguna manera mi magia. Había una manera, pero muy costosa. La magia Antigua es en muchos casos, magia de sangre. Es como la que tu madre usó para protegerte.
_ ¿Sangre? Mi madre no...
_Tu madre sacrificó su vida por la tuya, una vida por otra vida...¿Conoces mayor sacrificio que ese? Magia de sangre y sacrificio, magia Antigua. Recuperar mi magia también exigía un enorme precio y casi le cuesta la vida.
El coche avanzó renqueando por los últimos metros del bosque y ronroneó de satisfacción al enfilar la pavimentada carretera, Snape aceleró y cambió las marchas velozmente antes de continuar con su historia. Aún le resultaba duro rememorar ese momento, pero en cuanto abrió la boca, algo en su bolsillo cobró vida, vibrando y pitando con la impetuosidad de un chivatoscopio. Con gesto contrariado, se contorsionó en el asiento para sacar el móvil de su bolsillo y lo arrojó en las piernas de Draco. El rubio miró la pantalla.
_ Son notificaciones que están entrando ahora._"Cierto", pensó Harry, "los aparatos muggles no funcionan en Hogwarts"._ Tiene 28 mensajes y 18 llamadas perdidas.
_¿Dieciocho? ¿De quién?
_ Harry Simons.
"Su Harry", pensó Snape. Y Potter tuvo que agarrarse al asiento de Draco para no caer hacia el lado por la inercia cuando Snape giró el volante y sacó el coche de la carretera, frenando con un chirrido en el arcén.
