Este capitulo se divide en 2 partes

5 capitulo- Primera parte

La navidad pasó y eran los últimos días de las vacaciones.

Desde su conversación, todo había vuelto a ser como antes. En apariencia. Porque si se veía cada vez más a menudo a los Merodeadores juntos, unas bromas habían sido hechas a Slytherin, todo parecía ir para mejor y calmar así a otros alumnos y hasta a los profesores, pero Emy sabía que no era verdad totalmente.

Finalmente Remus se había confiado. No había dicho todo pero se había aliviado. Y lo que su amigo había callado, Emy le había adivinado.

Le había contado lo que había pasado después de su salida: las acusaciones, las observaciones ofensivas (en ambos lados) y la reconciliación.

Esta noche, en el dormitorio común de los Merodeadores, las subidas de tono y las risas locas habían vuelto. Los cuatro amigos habían pasado varias horas hablando, peleándose, haciendo bromas y preparando una nueva broma contra Slytherin.

Al principio, Remus había estado contento: había reencontrado a sus amigos. Pero había reducido todo rápidamente. Había reducido su tiempo a la biblioteca, comia con sus amigos, estaba en clase con ellos, los encontraban en la sala común. Sin embargo el tiempo que pasaban raramente estabn solos. Había siempre, por lo menos, una de sus amigas, Lily generalmente (ya que James se había declarado finalmente). Esto no lo molestaba, lo adoraba. En cambio,no aguantaba la presencia de Jill.

Lo peor llegó cuando pasaron una tarde en Hogsmeade. Debían ir allá los cuatro, entre hombres, pero James los convenció rápidamente para invitar a Lily. Y esto se empeoró cuando ellos entraron en las Tres Escobas. Allí, prudentemente sentadas, esperaban Sally-Anne y Jill. Remus se volvió hacia Sirius que tenia un aire encantador y una sonrisa golosa. Cuando éste llegó a la mesa de las chicas, se sentó y arrastró a su novia en un beso fogoso. El Prefecto quedó allí clavado en el suelo. Fue Peter, moviendole para ir a reencontrar su querida mitad, quien le devolvió a la realidad. Estaba inmóvil. ¡Nadie para liberarlo, Emy no había querido venir, ella tenía clases extras de Pociones (nunca se cansaría de eso!).

Siguió a James y a Lily. Pasó la tarde mas espantosa de su vida, no se atrevió a mirar a la pareja maldita. ¿Por qué él no podía ser feliz como Sirius? Él que quería sólo su felicidad.

Sentía que Jill no lo queria. Esto lo molestaba, podía detestarla sin culpabilizar. ¿Cómo Sirius había podido enamorarse de esta chica? Él merecía algo mejor. No hablaba con él. Padfoot nunca podría (a su desesperación) ser homosexual. ¡Pero esta chica era sólo una sabionda! Muy bella pero, a veces, tan fría.

Vió su liberación en la profesora MacGonagall. Ella necesitaba hablarle de clases particular que habia que darle a un alumno del quinto año. En calidad de Prefecto, Remus había aceptado este trabajo. Le encantaba dar clases y si no hubiera sido un hombre-lobo, le habría gustado hacerse profesor. Después de su entrevista con la directora de Gryffindor, había preferido volver al castillo. Tuvo miedo de las preguntas que habrían podido hacerle sus amigos pero, a su asombro (y su decepción), nadie pareció haber observado su desaparición.

Se había encontrado en una sala vacía, después de la cena, revolviendo pensamientos amargos. Así es como Emy lo había encontrado. Se sentó cerca de él, en el mismo suelo. Entonces había puesto su cabeza sobre sus rodillas. Mientras que ella le acariciaba los cabellos, sintió tranquilizarse. Supo también que lloraba silenciosamente. Despacio, con una voz ahogada por las lágrimas, le contó su tarde. No le habló de sus sentimientos hacia Sirius, tenía miedo que le rechazara por asco. En cambio, le confeso su sentimiento de abandono, de aislamiento, su impresión de haberse hecho invisible para sus amigos así como su sentimiento de cólera mezclado a la culpabilidad que lo roía. ¿Lo habían acusado de haberles abandonado pero no lo habían hecho ellos primero?

El rencor ganó también a Emy que se sorprendió al maldecir a los otros Merodeadores.

Así como cada vez, ella consigue apaciguarlo. Le prometió estar siempre allí para él y ayudarle lo mejor que podia.

A partir de este momento, fueron casi inseparables. Si, Remus que la protegía. Ella estaba allí para defenderlo de sus amigos, para que ellos no lo destruyeran. Tan pronto como Remus sentía que a los chicos se iban a añadir sus amigas, buscaba Emy con los ojos (trataba de no estar nunca muy lejos) y se juntaba a ellos. Nadie la observaba, había vuelto a ser invisible (la pareja no fue más que una novedad, la gente se había cansado) y había sido sólo Lily, luego James poco a poco, los que le hablaban. En cuanto a Sirius, la miraba con los ojos llenos de cólera. Ella respondía a eso con una sonrisa indiferente.

Por supuesto, ella observó rápidamente que la actitud de su amigo se modificaba según el Merodeador o la amiga con el cual se encontraba. Esto era imperceptible, salvo para ella (le conocía ahora de memoria). Cuando estaban solos con James y Lily, todo era para mejor. Ambas parejas se apreciaban muchísimo. Emy admiraba mucho Lily, que había sido muy gentil siempre con ella, y había sido afligida para James, que no lograba seducir a la prefecta. Era feliz de ver que ellos finalmente acabaron juntos.

James y a Lily querian mucho Remus y, instintivamente, ellos sentían su desamparo. Aunque no conocían la gravedad de su estado, se inquietaban. Estaban contentos de ver a Remus y Emy juntos. Ésta le hacía mucho bien.

En efecto, para las apariencias, habían acabado por decidir decir que salían juntos. Ellos se portaban como una pareja, yendo hasta esbozar besos tímidos. La noticia había sido acogida con alegría o indiferencia, solo Sirius había parecido contrariado.

Emy no quería demasiado a Peter y a Sally-Anne. Los encontraba poco interesantes. Remus, sin embargo tenia mucho cariño por Peter, no aguantaba a su amiga y evitaba quedar demasiado tiempo solo con ellos.

Pero tan pronto como se trataba de Sirius, sobre todo, o de Jill, el comportamiento de Remus cambiaba. Para todo el mundo, era el buen Remus: una semi-sonrisa, una actitud tranquila y reservada. Pero ella veía más: sus ojos. Ellos lo traicionaban. Encontraba allí un dolor que conocía por haberlo visto ya en los ojos de su padre. Remus evitaba mirar la pareja y tan pronto como ellos se besaban, contemplaba el decorado alrededor de él o se concentraba sobre un punto.

Emy y el se habían reencontrado poco sólo con ellos. La atmósfera era irrespirable. A Jill la consideraba como despreciable.

Pero tan pronto como Sirius aparecia sin ella, Remus se sentía ya mejor, aunque no quiera estar solo con él. A veces, Emy lo sorprendía contemplando a Black divertirse con otros, comer o hablar con sus compañeros. Y veía en sus ojos la admiración, la fascinación que él tenía por su amigo y otra cosa mas…

No tengo tiempo de responder a los reviews pero muxisimas gracias, os lo agradezco mucho . Bsts