Capitulo 8
La sala común se sumergió en la oscuridad, la unica luz provenía de donde ardía el fuego. Remus, sentado en un sillon, frente a la chimenea, recordaba la tarde y a la noche que habia pasado.Sonrió. No había sido tan feliz desde hacia meses.
Al final del almuerzo, se había reunido con Sirius, James, Peter y Lily para ir a clase. Tenían dos horas de Cuidados a las Criaturas Mágicas y dos otras horas de Defensa Contra las artes oscuras. Padfoot se había sentado cerca de él, contrariamente a sus costumbres desde principios del año (pasaba sus clases con Peter, para preparar sus escapadas con las ravenclaw). Habían trabajado en parejas para la clase de los Cuidados, estudiando los Demiguises, pequeños animales que podían hacerse invisibles cuando se sentían amenazados. Ellos debían observar a los Demiguise y descubrir su dieta. Además, debían procurar tratar bien al animal para que éste se sintiera calmado y que no desapareciera. Remus había impresionado a su amigo con su calma y su dulzura, que les había permitido llevar a plazos su estudio y obtener una buena nota.
En el descanso, por una vez, Sirius se quedó con sus amigos, dejando a Meter colo con las ravenclaws. El Prefecto no logró encontrar a Emy, que generalmente venía para verle cuando acababa la clase de Runas. Pudo gozar de la presencia de Padfoot que se mostraba exuberante y muy jugador. Hizo rabiar mucho a el hombre-lobo, que tenía la impresión de que habia reencontrado a su amigo de infancia.
Las dos últimas horas las pasaron de buen humor. El profesor Margotti dejaba a Prongs y Padfoot trabajar libremente porque tenían mucha facilidad. Sirius decidió pasar todo la clase ayudando a Remus que no lograba lanzar un escudo poderoso, que se usaba para bloquear dos ataques simultáneos. Se quedaron a un lado de sus compañeros para poder practicar sin ser molestados. Ambos amigos trabajaron poco pero se rieron mucho, reencontrando su antigua complicidad.
El licantropo consiguió ocultar lo que había pasado desde que llegaron para sacar provecho plenamente del humor nuevo y asombroso de Black. Parecía regresar hacia atrás y reencontrar a sus amigos Merodeadores.
Demasiado rapido, según él, la campana sonó. Habría querido que la clase hubiera durado más tiempo. Tuvo miedo de ver desaparecer a Padfoot, que iria a encontrarse con su novia. Pero no parecía tener intención de dejarlos.
Lily dejó a los chicos para una cita entre amigas. Estos últimos decidieron acabar su día juntos en el Parque, en un lugar bastante alejado que les permitía gozar del bello tiempo sin ser importunados por otros alumnos. Incluso Peter olvidó a Sally-Anne. Los Merodeadores pudieron así tener la idea de una nueva broma y comenzar a prepararla.
En la cena, se sentaron a la mesa los cuatro, aislándose de otros, y continuaron hablando. Sirius se sentó al lado de Moony. Estuvo, a lo largo del día, cerca de él, enviándole sonrisas deslumbrantes, y teniendo con él gestos atentos, llenos de dulzura. El Prefecto estaba sorprendido. Pensaba que su amigo no querria volver a dirigirle la palabra.
Pero el intermedio delicioso debía acabarse. Al final de la comida, saliendo del gran salon, vió a Jill dirigirse hacia su amigo. Peter se fue a reunirse con Sally-Anne. Lily y James se fueron sin decir palabra a sus amigos con el fin de pasar un momento de enamorados. Remus se encontro solo. Echó una última mirada a Sirius que calmaba a Jill, acariciando sus cabellos. El corazón de Remus se estrechó y se volvió, para escapar de este espectáculo y rechazar sus lágrimas. Se encontro con Emy que se encontraba delante de él. Ella no le dejó tiempo de hablar, disculpándose por no haberse podido reunir a causa de una búsqueda en la biblioteca. Por otra parte, debía regresar allí ,Severus y élla necesitaban realmente estudiar para esa poción. Lo besó rápido sobre la mejilla y, casi corriendo, se reunió con la Serpiente. Los miró alejarse por el camino de la biblioteca y, suspirando, tomó el pasillo que llevaba a la torre de Gryffindor.
Se sentía de manera extraña sólo, más sólo que antes de habes pasado el día acompañado por sus amigos. La imagen de Sirius se impuso en su espíritu. Había pasado la más bella de las tardes con él desde que habían pasado juntos en verano. Pero, muy rápidamente, a estas imágenes de alegría, se sustituyeron las de la pareja que formaban el animago y la Ravenclaw. No debía olvidar que era a el a quien le gustaba Sirius, y no lo merecía absolutamente. De nuevo, sintió las lágrimas fluir, cerró los ojos y dio un suspiro largo, intentando alejar la soledad. Pero no podia, y además, Emy no estaba disponible para ayudarle (aunque no dudara que si iba a buscarla, élla abandonaría su deber para apoyarle). Se prometió de no dejarse llevar más por su corazón y de tratar de mantener la mente fría en presencia de su mejor amigo. Sabía que sería muy duro de realizar.
Miraba el retrato de la dama gorda, preguntándose lo que iba a poder hacer en su dormitorio común, cuando oyó a alguien llamarlo. Mirando hacia atras, vió Padfoot venir hacia él corriendo. Sin aliento, le dijo:
« - ¡Moony, podias haberme esperarme!
- Pero estabas con Jill, creí que te quedarías con ella. »
Con un gesto de mano, Sirius barrió la declaración.
« No te molestes por Jill, le dije que la buscaria más tarde. »
Sonrio al hombre-lobo, mirandolo a los ojos. Este intentaba calmar su ritmo cardiaco y no dejaba de repetirse que el animago había dejado a su novia para buscarlo. Finalmente, para calmarse, desvió los ojos, no observando el brillo de incomprensión de Sirius frente a este gesto. El Prefecto se dirigió hacia el cuarto, creyendo que el otro Merodeador le seguiría.
Fue parado por la mano de Sirius que lo obligó a mirarlo. Parecía querer algo pero no se atrevía a pedirle. El licantropo se puso frente a él y lo animó con la mirada. Sirius pasó una mano por sus cabellos, gesto que mostraba un gran nerviosismo.
« Me preguntaba, si tienes ganas por supuesto. (hace una pausa corta, mirando sobre el hombro de su compañero, y frunció las cejas) me preguntaba, si, si querías que volvieramos a nuestra sala. ¿Sabes, allí dónde encontrábamos el último año, los dos? Pero, si no tienes ganas, lo comprendería. »
Siry acaba de volver sus ojos hacia los de Remus. Ellos expresaban una suerte de desafío pero también una falta de confianza que el Prefecto nunca había visto. Sirius tenía siempre confianza en él, hasta en las situaciones más delicadas. El licantropo hizo una pequeña sonrisa, meneando la cabeza positivamente. Black, feliz, hizo una sonrisa brillante y hasta lanzó su carcajada que se parecía tanto a un ladrido y que infaliblemente, hacía estremecer de placer a su amigo.
Bueno este capitulo es un poco corto pero espero q os guste. Muchas gracias x los reviews . bsts
