Dulces sueños.

Dos días antes de su regreso al colegio, Dumbledore hablo con los dos mejores amigos de la morena para que se enteraran que regresarían al colegio sin ella.

Le detectaron "Morsoff"; una enfermedad común en los hijos de muggles, al no tener por herencia la magia (que es controlada por los sentimientos), este padecimiento actuaba de manera letal. Se podía burdamente decir que era un suicidio. Fue atendida inmediatamente y gracias a eso la joven sobrevivió, pero con toda una vida por delante había decidido apagarse sin la mínima intención de despertar.

Estaba en un estado tan desconocido para sus amigos que no sabían ni siquiera como tratarla, hacia casi 3 meses que no decía una palabra; a ratos, abría los ojos pero con las pupilas fijas en la oscuridad; su cuerpo, peso muerto y aunque la habían mantenido bien alimentada su desmejora se veía a kilómetros.

Todos se ocupaban de ella, la visitaban varias veces al día a su habitación en la madriguera, le leían, platicaban y lloraban con ella.

-por supuesto que no!. Ron se levantó consternada ante la petición del director para Internar a Hermione en San Mungo.

-si Hermione no regresa con nosotros nos quedamos con ella hasta que se recupere. Dijo Harry que se paro a lado del pelirrojo.

-los entiendo, pero desconocemos cuando la Srta. Granger se recuperara y no permitiré que abandonen sus estudios.

-Hermione jamás se va a recuperar lejos de los que la queremos. Y tiernamente, el pelirrojo tomo la mano de la niña de sus sueños.

-Profesor por favor, no la queremos dejar sola. La mirada de Harry no pudo conmover mas al director que medito unos segundos.

-Tal vez tienen razón. Dijo al fin –no deben dejar de estudiar, y como dudo que los profesores quieran venir a impartirles clases aquí (en especial el profesor de pociones), Mahoma ira a la montaña o Hermione en este caso. Acaricio una mejilla de la morena y siguió –creo que uno de los mejores servicios escolares es la enfermería ¿cierto, Harry, ahí estará mas cerca de reincorporarse.

A la señora Weasley no le pareció mucho la idea de alejarse de su nueva hija, pero al final acepto, como todos, creyendo que seria la mejor manera de recuperarla.

Durante la cena de bienvenida, Harry, Ron y Ginny fueron interrogados sobre el paradero de su amiga. Los tres confiados en su pronto regreso, la excusaron con un supuesto permiso para terminar un supuesto proyecto de estudio que hiba a concursar en el extranjero, esta excusa la creería cualquiera que hubiera conocido la facilidad de Hermione para sobresalir en el colegio.

Pero alguien no solo por la curiosidad se preguntaba donde estaba la "sangre sucia por excelencia". Estaba preocupado, pensó que sus culpas se calmarían al verla feliz, disfrutando de la compañía del cara-rajada y el pepenador. No, ahora se sentía peor, estaba preocupado por el daño que le causo a su enemiga; y para que ocultarlo, estaba preocupado por ella.

-Pansy, ya viste que Granger no esta?. Ese fue el tono mas casual que pudo salir del rubio platinado, que temió que le descubrieran preocupado.

-...Y?.

-...no, ósea... digo que... (Malfoy a cerebro... procesando excusa...) el viejo ese les da muchas consideraciones y eso me enferma.

-cierto, voy a investigar donde esta y si es algo placentero exigiré igualdad!.

BINGO. Draco ahora encontraría a la Granger sin levantar sospechas.

Draco Malfoy era la prueba viviente de que no se puede tener todo en la vida, su sangre era limpia, heredaría un fortuna con la que jamás tendría que preocuparse por trabajar, tenia mas puntos en su "sexappeal" que ningún otro chico antes o ahora en Hogwarts hubiera siquiera soñado, muchos "amigos", inteligencia; claro que no era lo que se dice Feliz pero nunca tenia mayores problemas que "el niño que no se murió" y su séquito. Ahora era diferente, su vida giró.

Su padre estaba preso, su madre lloraba noche y día, había matado, tenia que volverlo a hacer y no quería, por su madre que no quería, y esa era la razón por la que cumpliría, por su madre. No huiría de su destino, era un cobarde pero nunca quiso lastimar a nadie de verdad, había madurado y ahora como su vida, el cambió también, valoraba todo lo que antes tenia, sobretodo la tranquilidad.

El primer día de clases y nada, Pansy se puso furiosa al enterarse que la Granger seria reconocida internacionalmente. Draco por supuesto no se creyó la "estúpida" excusa, "idea digna de Crabbe" pensó. Y de nuevo en ceros.

-olvídalo ya Draco, eso puede no ser tu culpa también. Trataba de convencerse el atractivo slytherin. Pero volvían su conciencia a atormentarlo. –que hago entonces, "Potter, ¿dónde esta la sangre sucia?", aún si omitiera el insulto me beso con Hagrid si me lo dice...vamos, piensa Malfoy...

-Ron entiende, no podemos ir cada cinco minutos... además eso no la mejorara mas rápido y la pone en peligro de ser descubierta.

-prefiero estar viéndola dormida que pensando todo el día en ella y sentir que no hago nada para ayudarla Harry.

Draco estuvo a punto de estrellarse con los gryffindors cuando dieron vuelta en el siguiente pasillo de tan cerca que los venia siguiendo. ¿Hablarían de lo quien el creía que hablaban?. Nunca le fallaba su habilidad para escuchar conversaciones ajenas y esperó que esta no fuera la excepción.

-entonces no esta muy lejos... está aquí. Y si alguien lo contara nadie le creería, Draco Malfoy sonrío sinceramente.

Si un lugar era bueno para esconder cosas ese era Hogwarts. Existían millones de lugares para esconderla. Descartando los lugares polvorosos y pequeños, le quedaron los lugares secretos (ahí nunca la encontraría) quedaban los comunes: una habitación en la torre de Gryffindor, la cabaña del guardabosques y la enfermería.

Draco estuvo pendiente de cual de estos lugares visitaron durante ese día Weasley o Potter y los predecibles "heroinos" visitaron dos veces el pasillo rumbo a la enfermería ese día.

-ya sabes en donde esta, ... ¿ahora qué?. El slytherin mas orgulloso del colegio cayo en cuenta de su situación, no sabia para que la buscaba si no la quería encontrar. Ahora no sabia que hacer, si estaba en la enfermería no estaba del todo bien, porque no simplemente lo olvidaba y seguía con su vida.

Esa noche Draco Malfoy, soñó con una niña castaña de preciosos ojos miel que escurrían en lagrimas y no estaba sola, dos cuerpos inertes la acompañaban, eran dos muggles inocentes al igual que ella, victimas de un capricho. El niño caprichoso también se encontraba ahí, se estaba riendo de la desgracia de esa familia. Esa risa sonaba exactamente igual a la que usaba Lucuis Malfoy cuando se burlaba de su hijo, el victimario de no mas de 17 años se reía como su padre y actuaba como el y asesinó como el...

-NO!... no soy el. Draco se levantó gritando , sudando frío y con el corazón a mil por hora.

Poco a poco fue recuperando a normalidad de su respiración. Estaba decidido, visitaría a la castaña, tenía que hacer algo para reparar el daño causado si quería seguir viviendo su mísera vida lejos del recuerdo de ella atormentándolo.

Cuando todo el castillo recibió la tranquilidad de la noche después de un día de aprendizaje. Un joven de cuyos ojos grises emanaba todo el misterio de la ocasion, se preparaba para un pequeño paseo nocturno.

Solo tomo el dije que su madre le colocaba en el cuello cuando niño y que ahora conocía su verdadero uso. Era un Rubí en forma de gota de sangre llamado "Biliatis". Era un rubí hueco del tamaño de un pétalo de margarita; lo destapo y en el hueco coloco una gota de su sangre. Era un conjuro de invisibilidad.

Camino por los pasillos sin ser molestado hasta su destino, entro con cuidado y solo la cama del fondo estaba cubierta por un biombo que no permitía las miradas curiosas hacia el ocupante de esa cama. Se acerco temeroso de lo que iba a encontrar, si estaba despierta se iría y no volvería a atormentarse con más culpas.

Tenia los ojos cerrados, sus párpados caían cuidadosamente uno sobre otro al igual que sus labios. A la distancia a la que estaba (enfrente de la cama) no se podía distinguir el movimiento de su nariz para respirar, y estaba muy pero muy pálida, y el sabia de palidez, parecía muerta. Se asusto a si mismo, dio un paso hacia atrás tan repentino que casi tira el biombo completo.

-Imbécil. Se regaño a si mismo mentalmente. –no pueden tener a un muerta aquí, y río al recordar un cuento muggle acerca de siete enanos y una mujer dormida en una caja de cristal.

Se acerco lentamente aún dudando en el estado vital de la chica. Coloco el dorso de su mano debajo de la nariz de ella. Sintió su débil respirar u suspiro aliviado.

-así que estas viva Granger, dijo en casi un susurro. Nada seguía dormida. –Hey, despierta... La movió un poco por su hombro y siguió sin despertar.

Algo no estaba bien, busco sobre la mesa de noche y había varias botellitas. Revitalizadores, Estimulantes de respiración, cardiacos y anímicos.

-entonces tienes problemas para despertar, eh?. El peso de la culpa de nuevo sobre el -Eso esta muy mal sabes, hay muy pocas sangres sucias tan sucias como tu.

¿Qué demonios te pasa?. Le recrimino su razón, ni siquiera así la puedes dejar en paz.

-Yo soy el que debería estar así... Mi vida vale menos... Perdóname... y no le digas a nadie que te pedí perdón ¿entendido?. Acerco su mano a su rostro y se detuvo a escasos milímetros de acariciarla. -En verdad te pido perdón... yo no quería... Retiro su mano; sus ojos se cristalizaron, elimino el agua de sal de sus ojos con un solo movimiento y se reincorporo enojado ante su debilidad.

-Debe ser muy aburrido estar así, no seas tonta y regresa, la peor lastima es la que se tiene uno mismo porque implica que los demás te la tengan al doble... lo tienes todo para ser feliz ... ¿y lo dejas así de fácil?

-... tu destino no te persigue estúpida... se quedo en silencio ante una nueva amenaza de agua en sus ojos grises, profundos pero no oscuros, tristes pero no sin esperanza.

Y las siguientes palabras salieron de con una voz tierna de la que él no se sabia dueño

- Tus dulces pensamientos no te pueden permitir no amar, mejor amar y perder que nunca haber amado, inténtalo pequeña patética.