Capitulo III: Tras de mi…
Hermione se repetía aquellas palabras que había escrito una y otra vez… tenía y quería hacerlas parte de su nueva filosofía de vida. Ya las había escrito en su diario de vida, para así no olvidarlas nunca más… Pero todavía le costaba creerle a su tía todo aquello, en cierto modo fue ella la que la introdujo a su estado actual, al retarla por ser un tanto conformista en relación a su vida y tenía razón… ¿Cómo fue capaz de dejar que ron la humillara tanto el año pasado? Es cierto que lo perdono, pero también era cierto que se había postergado por esperarlo…
Sentía que había madurado antes de tiempo, eso era lo que sentía en aquel momento… La muerte de Dumbledore fue la que la hizo tomar aquella drástica decisión, ya se lo habían dicho muchas veces a lo largo de su vida, pero jamás pensaron que llegaría a hacerlo… y cuando empezó con su cambio todos parecían al borde del colapso, y no era para menos, ella sabía que había tomado las cosas demasiado extremista… que aquello era precisamente era lo que no querían que hiciera, y que todos temían que le ocurriera, pero ya no le importaba lo que ellos dijeran, ella solo quería volver a verlo y demostrarle que ella no era como el pensaba que era, y que descubriera lo que se estaba perdiendo… O mejor dicho de lo que se había perdido, ya que ella no pensaba volver atrás.
Días después…
A la mañana siguiente se levantó mas temprano que de costumbre, se baño, vistió, y arreglo su equipaje para volver a howarts, sin importarle si estaría abierto o no, ella simplemente quería salir de allí. Quizás si no tenía suerte en la estación iría a visitar a Harry y luego a Ron aunque no por mucho tiempo, a lo mejor, se iría a recorrer el mundo, aunque en su corazón tenía el presentimiento que debía ir a la estación, que allí encontraría algo… No sabía que, pero eso no le importaba…
Dejaría tras de si toda su infancia, todos los malos ratos, las peleas, los insultos, las desilusiones, sus esperanzas, sus amigos, sus enemigos, dejaría atrás todo con tal de ser feliz, ahora lo entendía a la perfección comprendía perfectamente que no necesitaba que la validaran como persona para poder ser feliz, porque ella sola se validaba, y ya no dependía de nadie para tener una vida plena… era simplemente eso lo que necesitaba entender para ser una joven adolescente completa, tenía que dejar tras de si todos sus miedos y era precisamente aquello lo que estaba haciendo…
Pero ella no fue la única que tenía esa sensación, varios alumnos de howarts había concurrido como lo hacían todos los años en esa fecha a la estación… Muchos de los cuales sólo lo hacían por una nostalgia, ya que sabían que ese año no volverían a pisar aquellos suelos de piedra, a entrar al gran comedor y mucho menos a entrar a sus salas comunes…
Muchos jóvenes corrían a saludarse y se interrogaban para saber si sus compañeros no estaban bajo alguna maldición… Se abrazaban y contaban sus vacaciones… Entre todo ese tumulto se veía a un joven con pelo azabache y lentes redondos, alto y serio. A su lado se veía un muchacho mas alto y flaco, de pelo rojizo, en su rostro se veía una mueca de fastidio ante las preguntas de su hermana pequeña. Una chica, delgada, de piernas largas, fracciones un tanto femeninas, tez blanca, ojos de un azul intenso, y un pelo igual de rojizo que su hermano. Ella miraba con insistencia hacia el pilar por el que aparecía la gente, y constante mente les preguntaba a los dos chicos si por casualidad sabían sobre sus dos amigas… Hasta que del pilar apareció una chica igual de alta que Ginny, de pelo rubio intensamente brillante, vestido con una falda naranja y blusa amarilla, botas negras que le llegaban hasta la rodilla, una bufanda naranja adornando su cuello y sus inconfundibles aros de rábanos y en su mano izquierda un ejemplar del Quisquilloso.
Harry no pudo dejar de pensar que aquella chica tenía una personalidad arrasadora, pues nadie en su sano juicio querría llamar la atención de aquella forma en tiempos tan difíciles como aquellos. Y se daba cuenta de que no era el único que pensaba así, pues ron no podía dejar de parpadear y muchas personas la miraban con desesperación y se burlaban de ella, pero la muchacha parecía ni notarlo.
- Hola Harry- dijo parándose frente a él.- ginny, mi padre te manda este ejemplar, dice que le podría interesar mucho a tu madre, hay entrevistas a personas que fueron atacadas infructuosamente por hombres lobo y rebelan sus secuelas…creí que quizás sería útil…
-Gracias luna, ¿cómo has estado?- pregunto la pelirroja
-¿No se supone que primero debemos saber si somos realmente nosotros, o un impostor?- dijo la chica, como si realmente lo encontrara la cosa mas simple del mundo
A Harry aquello le demostró que luna no cambiaba, que era la misma chica con observaciones punzantes y desgarradoras por ser tan honestas… Miro el pilar y la imagen que vio lo dejó atónito. Una joven vestida con una minifalda a la cadera muy ajustada de mezclilla, una blusa de encajes transparenté de color negro que traslucía un corpiño de color blanco resaltando la piel bronceada de la chica. Usaba botas negras y accesorios de diversos tipos que combinaban entre si, el pelo lo llevaba suelto, liso en el casco y con pequeñas ondulaciones en las puntas hacia a fuera… Parecía salida de una revista… todos los chicos notaban la presencia de la chica, pero no sabían quien era, tenía un aire tan sexy y decidida…Tan diferente a las chicas que veía en el colegio… y a la vez le resultaba tan familiar esa cara….
-¿Esa no es Hermione?- interrumpió de pronto ginny, sacando de sus pensamientos a harry.
- No, imposible, hermione jamás se vestiría así.- dijo ron descartando aquella idea
-Yo no diría eso Ron…- dijo luna- lo que hace a la persona no es el estuche que lleve por fuera, sino lo que guarda dentro de el… Ella si es hemione, mírala bien ron.
