Despertar

Capítulo 2

El muchacho cayó de espaldas en cuanto él pronunció su nombre. ¿Pero es en realidad Joshua? Se reprimió en su interior. Por supuesto que era Joshua, esos ojos azules podría reconocerlos en cualquier parte y cualquier circunstancia. La situación era demasiado confusa como para tener sentido. Estaba vivo y de regreso en la tierra de los mortales. Pero ¿por qué? ¿Y por qué justo delante de las pocas personas que él quería? Se miró las manos a la media luz. Su cuerpo estaba completo, sin heridas, y vivo en totalidad. La sensación de la Línea Astral corriendo por su interior le daba fuerza y un sentimiento de paz fuera de lugar con la situación presente.

Entonces se dio cuenta de su forma: tenía la apariencia de un demonio completo, su consistencia original. En un instinto, se llevó la mano derecha a la cabeza, palpando en busca de sus cuernos. Como era de esperarse, no estaban. La energía entrando a su cuerpo no provenía de la Línea Astral, sino del muchacho tendido en el suelo. El maldito contrato seguía brillando sobre el pecho de Joshua Christopher, traspasando la fuerza vital del muchacho a Chrno. ¡Maldición! De inmediato cortó la conexión entre ellos y el brillo del antiguo reloj dejó de emanar. Sintió su cuerpo disminuir a la forma humanoide que se veía obligado a adoptar por la falta de sus cuernos.

¿Cómo? ¿Por qué? Eso se preguntaba una y otra vez. Seguía en el mismo lugar, contemplando atónito el cuerpo inmóvil del rubio muchacho. Joshua le llamó por su nombre antes de perder la conciencia. ¿Acaso él me trajo de regreso? ¿Por qué? Mil veces más ¿por qué? El objeto incendiado, que ahora había identificado como los restos de un ramo de flores, se consumía con un ruido susurrante. Avanzando en cuatro extremidades fue hacia Joshua hasta quedar sobre él. Su boca se abrió ligeramente mientras repasaba las facciones del rostro bajo el suyo. Ese era Joshua Christopher, definitivo. Pero no el mismo que Chrno recordaba.

La imagen grabada en la mente del demonio era un Joshua de quince años, agobiado e inestable, de apariencia débil rayando en lo enfermizo. La persona que yacía enfrente tenía un mar de diferencias. Su complexión delataba una edad cercana a los veinte años, quizá un poco menos. La mirada que el joven le ofreció minutos atrás era confusa, sorprendida, pero muy distinta a la mirada vacía que mostró en su último encuentro.

Extendió la mano para tocar el rostro del rubio, un ligero temblor recorriéndole el cuerpo. ¿Quién le aseguraba que no se desvanecería, igual que la llama que vio en la oscuridad? Nadie, pero tampoco lograba evitar el movimiento de su brazo, acabando con la distancia interpuesta entre ellos.

Las yemas de sus dedos entraron en contacto con la piel de Joshua, y éste no desapareció. Era calida, libre de aspereza, justo como recordaba. Con aire ausente recorrió las facciones del muchacho, despertando en su mente recuerdos lejanos. La mayoría de noches pasadas ante la cama del pequeño, enfermizo Joshua, cuidando de él en silencio en compañía de una vela. Era sorprendente la semejanza de la situación.

Sacudió la cabeza. ¿Qué estoy haciendo? Desconocía la condición del muchacho, podía estar necesitado de ayuda médica y él perdía el tiempo pensando en los viejos tiempos. Llevó las manos a los hombros del rubio y le sacudió sin mucha fuerza. Nada ocurrió. Intentó de nuevo, aumentando la intensidad de las sacudidas. Mas ninguna reacción por parte del muchacho se presentó.

En la mente de Chrno se encendieron las alarmas. ¿Qué efectos tendría el Contrato Astral en una persona tan enferma como Joshua? ¿Había tomado él demasiada energía vital durante su transformación dentro del ataúd? ¿Correría Joshua con el mismo destino fatal de su hermana mayor? ¿Acaso Joshua estaba muriendo en ese mismo instante? ¿Lo había matado a él también?

"¡Joshua!" exclamó Chrno, alarmado. Sus manos sacudían el cuerpo inerte con desesperación. "¡Joshua!"

Desistió en sus intentos por reanimarlo, estaba claro que él no podía hacer nada. Ahí, hincado en el suelo, el viejo sentimiento de impotencia le golpeó con la fuerza de mil demonios. Odiaba nunca poder hacer algo para cambiar las cosas, ver morir a sus personas importantes ante sus ojos incapaz de evitarlo o siquiera intervenir. No. Apretó los puños y la dentadura hasta que le dolieron. No esta vez. Apoyó la cabeza en el pecho de Joshua y esperó. La respiración del muchacho le removía los cabellos con cada exhalación. El repique de los latidos fue escuchado por el demonio poco después. El ritmo era tranquilo, pausado. Gracias, Dios.

Volvió a sentarse ante el cuerpo de Joshua, mirando el objeto unido a su cuello y descansando en el pecho de éste. Esa cosa… ¿cómo encontró esa maldita cosa? Todas las respuestas tendrían que esperar al despertar del joven desmayado. La mente de Chrno sopesaba las posibilidades, si debía o no ir en busca de ayuda para Joshua, porque era imposible moverlo por si solo. Tonto cuerpo humanide… Tampoco importaba demasiado, dada la situación. No sabía dónde estaban, si había casas cerca o un hospital.

Se puso en pie, admirando los alrededores. El ramillete de flores se consumía a velocidad, pronto se verían consumidos por las tinieblas de la noche. Estaban en un cementerio. Eso tenía sentido, ya que él mismo surgió de un ataúd. Intentar salir de ahí seguro acabaría en él perdido entre las tumbas, lejos de Joshua. Mordía su labio inferior, se apretujaba las manos una con otra, pasando la vista de Christopher al ramo y viceversa. Si los minutos estaban transcurriendo, iban a un paso relentecido. El tiempo jamás fue su amigo

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Abrió los ojos con pereza. ¿Por qué está todo tan… negro? No recordaba haberse quedado dormido. Al intentar levantarse sintió tierra bajo sus manos. Le llegó entonces la realidad de las cosas. El cementerio, la tumba, la invocación. El demonio. Fue en ese momento cuando distinguió el par de ojos observándole a unos pasos de distancia. Inhaló aire por la boca y el sonido se perdió con el mutismo de la noche. ¡El demonio! Hizo un esfuerzo por discernir la faz del otro hombre, no obstante, su visión tardaría en acostumbrarse al ambiente oscuro, y podía que ni así lograse ver con gran resolución.

En un pensamiento lejano notó que no estaba asustado ante la posibilidad de estar en la noche a mitad de campo abierto con una criatura salida del mismo averno. Tampoco se sentía sorprendido por la naturaleza demoníaca de su acompañante. Aunque en su corazón no existía duda respecto a que el ser sentado delante de él era al que había invocado, eso sólo hacía el encuentro más atrayente.

"¿Chrno?"

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NOTAS:

Ok, aquí voy… sí, sé que esto es prácticamente nada, de verdad lo sé! Pero dejen que explique las cosas. Llegó un momento en que me perdí en el camino de la vida. Entré a la facultad… terrible, terrible. Así que no pude continuar escribiendo y para cuando me di cuenta, mi estilo de escritura era (a mi parecer) bastante distinto al de esta historia.

Esto es lo último que escribí antes entrar a la facultad, ahora continuaré con algunas variantes en la redacción.

Gracias a quienes leyeron esto, a los que tuvieron paciencia, y a los que siguen atentos después de mi espantosa desconsideración. Un abrazo y ojalá estén bien.