"ANSIEDAD III"
La luz de la Luna entraba libremente por la ventana de la hermosa mansión a una de las habitaciones en cuya cama yacía una hermosa chica sin dejar de dar vueltas al no encontrarse cómoda. El sueño no había conseguido apoderarse aun de la chica de largos cabellos azules quien decidió darse por vencida y levantarse un rato de su cama. Observó su habitación por unos segundos, parecía tan vacía, había algo que le faltaba, justo lo mismo que sentía de ella misma, algo la hacía sentirse vacía por dentro, como si algo le faltara; podía tener el cariño de sus padres y el de sus amigas, podía tener una buena posición social y ser muy diestra en el esgrima y el ballet, incluso un ejercito de pretendientes y sin embargo algo le hacía falta¿madurez? No, en realidad había estado madurando luego de aquella experiencia tan rara "Céfiro, a pesar de todo, aun si no hubiera ido nunca allá igual me sentiría vacía a estas alturas", murmuraba Marina mientras observaba las estrellas una por una recordando los nombres de las constelaciones que conocía y que comenzaba a encontrar con suma facilidad.
Por fin había terminado su trabajo, tan pesado y tan necesario para el bienestar de miles de personas aun cuando no lo pareciera. Un joven alto de cabellos lilas se retiraba lentamente a su habitación desde su estudio cuando, al haberse liberado de sus ocupaciones, volvió a sentir aquella sensación de vacío dentro de él; no lo entendía¿acaso estaría hechizado, no, conocía todos los hechizos de su planeta y sabía bien que ninguno provocaba esa extraña sensación de vacío y de tristeza, cosa que disimulaba con bastante éxito ante sus amigos y camaradas¿qué podría ser entonces aquello que sentía, aquella necesidad de algo, pero¿de qué? "¿Será acaso que yo . . ., no, ya estoy demasiado grande para pensar en esas cosas". Estaba mintiendo, mintiendo por miedo a lo que se podría desencadenar, por miedo a no saber como reaccionar. Al fin llegó a su habitación para poder descansar, se sentía muy cansado aunque sabía que no dormiría muy bien con aquella sensación acosándolo a cada instante.
La chica de cabellos azules seguía observando las estrellas y al toparse con la más brillante de todas, el rostro de un niño como de 10 años, de ojos azules muy profundos que mostraban madures y sabiduría aparecía en su mente provocando que el vacío en su interior fuera aun más grande por unos momentos, "¿Cómo fue que sucedió esto? . . . Clef¿cómo pasó?", se preguntaba la chica antes de que una lágrima recorriera sus mejillas bajando por su cuello y perdiéndose entre su pijama. Ciertamente que se sentía confundida, entre el chico que la amaba y el hombre que ella amaba y aquella declaración que jamás terminó de hacer, no se explicaba porque sentía tantas cosas tan confusas a la vez; al fin, luego de mucho pensar se sintió cansada y el sueño al fin parecía ganarle obligándola a regresar a su cama para acostarse a descansar y a soñar un poco.
Aquel chico alto y de cabellos azules ya se había cambiado sus ropas de mago por unas más cómodas y apropiadas para dormir, fue a cerrar una ventana y se quedó observando un rato las estrellas; no parecía que la respuesta a sus dudas y a su confusión estuviera ahí, echó entonces un vistazo a un río que se alcanzaba a ver desde su habitación y se encontró a si mismo pensando en una "niña" de hermosos y largos cabellos del mismo color de aquellos delicados ojos azules, un estremecimiento le recorrió el cuerpo y en ese momento recordó la partida de uno de sus alumnos; Ascot, que se había rendido en cuanto a Marina, la guerrera del agua, y se iba de Céfiro para hacerse un lado y él, Guru Clef, tuviera el valor de admitir lo que sentía, de reconocerlo, y de llenar aquel extraño vacío con la ayuda de ella; "¿Cómo fue que te dejé ir si estabas tan seguro de que ella regresaría Ascot? Ahora me obligas a algo que evito a toda costa según parece"; y sin decir más, se retiró a su cama para dejar paso al sueño que pronto se apoderó de sus profundos ojos azules.
Agua, burbujas, ninguna dirección, ningún viento, nada más que aquellas burbujas que parecían salir incluso del suelo el cual estaba cubierto de agua apenas cubriendo una pequeña parte de sus pies. Tenía puesto un traje completamente blanco hecho de una tela que no recordaba pero era lo de menos, no sabía en donde se encontraba así que decidió voltear en varias direcciones para ver si encontraba alguna señal o alguna referencia. Finalmente logró divisar a alguien, no estaba muy lejos de él, era una chica con un vestido blanco amarrado al cuello según veía gracias a que su hermoso y brillante cabello azul estaba trenzado, se le hacía demasiado conocida aquella persona así que decidió acercarse para sersiorarce aunque no tuvo que hacerlo pues aquella volteó cuando solo 1 metro los separaba, era ella sin duda, era Marina pero su cara mostraba extrañeza y confusión.
Marina. – ¿Disculpe, donde . . . Clef, eres tú?
Clef. – Si, soy yo¿Marina?
Marina. - ¿Qué te sucedió? Recuerdo que te veías más . . .
Clef. – ¿Pequeño, bueno, hace algunos días que crecí, es algo extraño.
Marina. – Me lo imagino.
El silencio se apoderó de pronto de aquel lugar y comenzaba a volverse bastante incómodo así que Guru Clef intentó romperlo.
Clef. – Te ves, muy linda así vestida.
Marina. – Gra, gracias, Clef.
Marina se había sonrojado, no se esperaba palabras así de él, repentinamente algo le llegó de súbito a la mente, se sonrojó un poco más y finalmente volteó a ver al chico de cabellos lilas a los ojos.
Marina. – Yo, yo quería, decirte algo cuando, cuando nos fuimos . . .
Clef. – Si, lo recuerdo claramente.
Marina. – Bueno, lo que pasa, es que yo . . .
Clef no dejaba de observar a la chica de hermosos ojos azules un poco extrañado, siempre había parecido tan fuerte y sin embargo ahora dudaba, parecía tener miedo, como en aquella ocasión en que la vio por última vez.
Marina. – Yo . . . te amo Clef . . . quería decírtelo en aquella ocasión pero . . .
Un par de dedos se posaron con suavidad sobre los labios de la joven, esta volteó más sonrojada aun, pero bastante sorprendida a la vez.
Clef. – No digas nada Marina, hiciste un gran esfuerzo y te admiro por eso, además, yo, yo también te, te amo.
Ambos se sorprendieron, una por lo que acababa de escuchar y el otro por lo que acababa de decir. Se quedaron largo rato así, viéndose fijamente sin decir nada, ambos seguían sorprendidos y de nuevo se sentían un tanto incómodos. Comenzaba a hacer un poco de frío y el chico de ojos profundos se acercó más a la joven a su lado eliminando así el espacio que los separaba para rodearla con sus brazos sin dejar de verla mientras comenzaba a sonreírle con amabilidad.
Clef. – Después de todo, no deberíamos estar sorprendidos tanto tiempo¿no lo crees así, querida Marina?
Marina. – Si, tienes razón Clef, mi Clef.
Ambos comenzaron a acercarse deteniéndose por un momento para saborear la cercanía del otro y prosiguiendo luego para dar lugar a un beso lleno de amor y de ternura, disfrutando de la compañía del otro y del momento tan especial que estaban viviendo.
Una música ligera llegaba a los oídos de la persona bajo las sábanas, sacó una de sus manos buscando el radio despertador situado en el buró junto a su cama, las sábanas fueron jaladas hacia abajo destapando a una linda chica de cabellos azules que aun abrazaba su almohada como si de una persona se tratase; abrió los ojos lentamente mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, "Por un momento me sentí llena a tu lado, tal vez, ya sea hora de que te confiese lo que siento", luego de lo cual se levantó de su cama para darle la bienvenida al nuevo día que comenzaba, dándole la bienvenida con un rayo de sol brillante y cálido.
Los pájaros habían comenzado a trinar hacía un rato, pero el ocupante de la habitación se negaba a abrir los ojos ante el recuerdo de aquel hermoso sueño que a la vez lo confundía aun más y lo llenaba de una manera sorprendente. Al fin decidió ceder ante lo que parecía ser una petición del planeta reclamando que se levantara y regresara de un mundo reconfortante, se talló un poco los ojos con una mano para alejar el sueño mientras con la otra mano hacía un ademán para que las cortinas se descorrieran y la ventana fuera abierta dando paso al sol y al canto de las aves, "Disfruté demasiado ese beso que nos dimos, lástima que solo se tratara de un sueño", murmuraba Guru Clef como si no quisiera que nadie lo escuchara, ni siquiera las aves, terminó de levantarse y mientras se vestía y recordaba aquel sueño extraño a la vez que agradable dándose cuenta que aquel vacío eran las ansias que tenía de que aquella predicción del chico de cabellos castaños se cumpliera al fin.
Notas de la autora:
Pues si, aquí tiene la tercera y ahora si, última parte de nuestra "trilogía" de Ansiedad¿les gusto? Porque sucede que estaba pensando (Hay no¿en serio piensas? ) y llegué a la conclusión de que más que un fanfic de lo que pensaban estas 3 parejas vendría siendo como una recopilación¿no creen? Bueno, como iba diciendo, este breve fic se lo dedico a mi cyber tío abuelo Rayearth espero te guste, además, te lo dedico principalmente porque se supone que eres abuelo de mi tía Umi¿o me equivoco,como sea, espero sea de tu agrado.
Y como ya saben, quejas, críticas destructivas, cartas bomba, virus por correo electrónico, bandidos, asesinos a sueldo, bebidas deliciosas envenenadas a ver si ya dejo de escribir, amenazas de muerte o cosas por el estilo pueden enviarlas a las Oficinas de Quejas, ubicadas en lo alto de la Montaña Paos, el Templo de Urania Baba, el Templo del cielo (hogar de Kami sama, actualmente Dende) y el castillo de Céfiro, uno cerca de usted ; si en cambio son sugerencias, felicitaciones, críticas constructivas, dinero y/o bishonens perdidos, chocolates rellenos que les mando su ex y no quieren ni probar, anillos para aumentar mi colección y todo lo demás, pueden enviarlo al botoncillo de review ubicado en la parte de debajo de esta página, donde se les atenderá con rapidez y cortesía.
SARABA
PD. – Aunque no acostumbro ponerlas, para aquellos que esperaban que aquí apareciera algo acerca de Ascot, temo decir que no puedo colocar aquí algo así porque me llevaría más de un capítulo explicar como es que llegó a olvidarse de Marina (Recuerden, esto son precuelas de Céfiro, una nueva era.) y encontró a Yume.
