Capítulo 1 – El comienzo de la tragedia
NA: Mención de suicidio no explicito, Leer bajo su propia discreción.
Recuerden que nunca están solos, siempre hay una luz al final del camino
"... Perdóname por lo que voy a hacer, hijo mío. Se que la decisión que tomare hoy solo te traerá sufrimiento, pero es el único camino que me queda para volver a ver a tu padre. Lo siento mucho Lugh..."
En una pequeña casa de dos pisos, un joven de ojos rojizos y largo cabello negro azabache leía por enésima vez la carta que su madre dejo antes de arrojarse de una cascada. Levanto la mirada al pequeño altar que había hecho en el cuarto de ella y con un lento movimiento de su mano, quemó la fatídica nota en una de las velas que adornaban la fotografía de aquella hermosa mujer de cabellos rojos y orejas puntiagudas que le dio la vida.
-... Siempre dijiste que no entendía lo que había pasado con papa... que sucedió en una época caótica... que deberíamos agradecerles el hecho de vivir en esta época pacífica... pero eso no quita que fueron ellos los causantes de tu sufrimiento... Descansa en paz, mama. Yo los hare pagar por esto... - tomando el bolso que estaba a su lado, salió de la habitación con un fuerte deseo de venganza en su cabeza. Cuando bajo la escalera, vio sorprendido a una hermosa y joven elfa de larga cabellera celeste platinado, esperándolo en la sala – Alba... ¿Qué haces aquí?
- Buenos días Lugh. Siento haber entrado sin avisar, pero hice un poco más de desayuno en mi casa y pensé que... uhm... bueno, tendrías hambre – la joven elfa extendió el paquete de comida envuelto en hojas hacia el joven con la esperanza de que este lo tome – Ha pasado un mes desde que Lana-okasan... nos dejo y no has estado comiendo correctamente... ni siquiera has dormido ¿Cierto? – afirmo la chica mientras colocaba su mano libre en la mejilla del pelinegro
- No debiste molestarte...
- No es ninguna molestia. Sabes que yo te... te estimo mucho
- El pelinegro sonrió levemente y tomo el paquete que sostenía la chica – Debo irme Alba. ¿Podrías soltarme?
- Ante la pregunta, la chica enrojeció y rápidamente quito su mano del rostro del muchacho. Se alejo un poco y tomo unos segundos para recuperar su compostura – uhm... este lugar se ve un poco desordenado. Si quieres yo podría...
- No te molestes con eso
- He ¿A qué te refieres...? – pregunto extrañada hasta que noto las vestimentas de viaje y el equipaje que llevaba el joven - ¿Piensas salir a cazar Lugh? Si quieres yo puedo acompañarte, solo debo ir por mi arco a casa y...
- No iré a cazar, Alba...
- Entonces...
- Tarde o temprano lo sabrás, así que no veo porque ocultártelo
- Me estas asustando... - la elfa se acercó al joven lentamente – Lugh tu...
- Me voy de la aldea, Alba
- El impacto de la noticia sacudió a la chica - ¿Acaso dijo que se iría? – pensó para si misma en un intento por escapar de la realidad.
- ¿Te encuentras bien? – pregunto preocupado el pelinegro al ver a la joven en silencio
- ¿Cuánto tiempo...? No, iré contigo Lugh. Dame unos segundos para que aliste mi equipaje y...
- Sabia que dirías eso, y la respuesta es no
- No te estoy preguntando. Iré tras de ti incluso si no quieres
- No hay ninguna razón para que lo hagas
- Sabes que si... - pronuncio Alba mirándolo a los ojos. Armándose de valor, se arrojo a los brazos del pelinegro, ocultando su sonrojo en el pecho del muchacho – Yo... estoy enamorada de ti, Lugh
- Eso es solo un enamoramiento infantil...
- No digas eso, por favor... Se que cuando nos conocimos era solo una niña, pero tenemos la misma edad. Solo eres mayor que yo por ser un semi-elfo... por favor... no me dejes...
- Lo siento, pero debo hacer esto
- ¿A dónde iras? – pregunto la joven elfa mientras comenzaba a sollozar
- Al Reino Hechicero... me convertiré en aventurero – mintió Lugh cerrando los ojos. No podía decirle su plan de destruirlos
- ¿No me dejaras acompañarte?
- No, ¿Quieres que llame a tus padres?
- Soy mayor de edad
- No me hagas usar la fuerza...
- Entonces... has algo por mí en su lugar...
- ¿Qué deseas?
- Hazme tu mujer, Lugh... – En un rápido movimiento, la joven elfa junto sus labios con los del pelinegro frente a ella
- Espera Alba, ¡¿en qué estás pensando?!
- ... Déjame demostrarte todo el amor que siento por ti... - dijo Alba para luego besar apasionadamente al joven semi-elfo
Ya era de noche cuando Lugh comenzó a levantarse lentamente de su ensueño, al ver el lugar donde se encontraba, sonrió levemente y salió de la cama con cuidado para no despertar a su acompañante. Tomo sus ropas esparcidas por el suelo y comenzó a vestirse nuevamente - ¿Ya te vas? -escucho decir a sus espaldas y se giro a ver a la joven elfa, quien cubría su desnudez con las sabanas
-No tienes que hacerlo, Lugh. Lana-okasan querría que te quedaras. Nosotros...
- Lo sé, pero debo hacer esto
- ... Prométeme que regresaras
- No puedo hacer eso...
- Alba apretó fuertemente las sabanas mientras dejaba que las lagrimas corrieran por sus mejillas
- ... Pero puedes quedarte con esta casa
- La llorosa elfa, comprendiendo esas palabras, limpio su rostro y levanto la cabeza sonriendo levemente. Quería que su amado se llevara la mejor imagen de ella – Prometo que la cuidare hasta que vuelvas...
