Capítulo 3: Aquel que es adorado por la luz

-Siento mucho lo de la señora Lana. Mis más sinceras condolencias… – se disculpó Kyle agachando la cabeza

Habían estado conversando por un tiempo luego de que llegaran a la casa del anciano y entre la plática, salió el tema de la madre del pelinegro causando un pequeño silencio incomodo

- Aún recuerdo cuando nos daba una fruta extra en el desayuno cuando vivíamos en el orfanato – agrego una mujer de cabellos canos mientras servía té y galletas caseras - ¿Te encuentras bien?

- No te preocupes Lina, aun es difícil hacerme la idea que no está…, pero lo estoy superando… Yo… me hace muy feliz que todavía la tengan presente luego de todos estos años

- Siempre. Fue como una madre para nosotros… - respondió Lina tomando un sorbo de té

- Toma Lugh, 30 monedas de oro por tus 5 pieles – el anciano entrego las monedas al pelinegro en un intento por aliviar el ambiente tenso

- Eso es demasiado Kyle… no pienso aceptarlo

- No te preocupes querido, es lo menos que podemos hacer – acotó Lina

- Si es por lastima… – apretando los puños, Lugh intento protestar, pero fue detenido otra vez por la anciana

- Nada de eso, es solo un favor entre amigos

- Gracias. Se los devolveré pronto

- Ni lo menciones. Ahora bien, hay una habitación preparada para que pases la noche. Y no aceptare un no por respuesta

- Como si alguna vez lo hubieras hecho – respondió Lugh dejando caer los hombros con pesar


Un joven de cabellos dorados leía un libro mientras distraídamente caminaba hacia la casa de sus abuelos. Siempre iba a visitarlos por las mañanas para ver cómo estaban y recibir entrenamiento de su abuela, quien era una reconocida sanadora en la ciudad.

Luego de saludar al portero, el rubio entro en la pequeña casa de dos plantas sorprendiéndose al ver a un joven de más o menos su edad conversando con sus abuelos tranquilamente

-… Jajaja Me sorprende que se casaran después de eso ¿Recuerdas cuando invitaste a salir a Rosa Linn – se burló Lugh de su amigo sonriendo ladinamente

- … Rosa Linn he – Lina miró inexpresivamente a su esposo debido a eso – si mal no recuerdo dijiste que solo era una amiga

- Eso paso hace mucho tiempo cariño… esto… Oh Edward, me alegra ver que llegaste. Necesito que hagas algo por nosotros – Al notar a su nieto, Kyle lo uso para cambiar de tema

- Buenos días abuelos ¿De qué se trata?

- Edward, este hombre es Lugh Arsley, un semi-elfo amigo de nuestra infancia que necesita ayuda. Lugh, este es nuestro nieto Edward Burns – presento Lina mientras se paraba y abrazaba a su nieto para saludarlo

- Mucho gusto

- Igualmente

- Bueno, necesitamos que lleves a nuestro amigo al Centro de Transporte Dragon y lo embarques junto a la mercancía que va hacia la capital

- No hay problema abuelo, ¿Nos vamos ahora?

- Espera un poco. Tu entrenamiento esta completo, no hay nada que yo pueda enseñarte ahora. Por eso tu abuelo y yo hemos decidido que ya es hora que recibas una instrucción más avanzada

- Abuela, ¿Acaso quiere…?

- Lina estiro un sobre a su nieto – ahí está todo lo necesario para tu estadía en la ciudad de Arwintar, si así lo deseas obviamente

- No sé qué decir…

- Solo acéptalo hijo. Es un desperdicio que sigas aquí teniendo tanto potencial – aconsejo Kyle tomando de los hombros a su nieto

- Muchas gracias Abuelos. Prometo no defraudarlos.

Luego de recoger su equipaje, ambos jóvenes recorrían las calles de la ciudad rumbo al Centro de Transporte Dragon para comenzar su viaje

-… Así que conociste a mis abuelos cuando eran jóvenes

- Si, vivimos muchos años en el mismo orfanato.

- ¿Y por qué viajas a la capital?

- Mi destino es el Reino Hechicero, pero necesito hacer algo en la capital antes.

- El Reino Hechicero he. ¿Acaso piensas unirte a sus filas?

- Lugh apretó fuertemente los puños para evitar hablar demás – No, hay alguien a quien debo visitar…

- Edward sintió que algo cambiaba en la atmosfera de su acompañante, pero no pregunto más – todos tienen sus propios problemas – pensó mientras los seguía guiando – a la derecha en esta esquina

- ¿Acaso tú planeas unirte al imperio?

- No, lo que yo busco es…

- ¡Ya déjalo, tonto! ¡Lo vas a matar! – se oyó un grito que interrumpió la conversación de ambos. Al voltear a ver que se trataba, vieron como un grupo de personas formaba un círculo en lo que parecía una pelea callejera y como dos hombres sujetaban a un tercero, alejándolo de otro el cual yacía ensangrentando en el suelo. Lugh siguió caminando, pero Edward lo ignoro y se dirigió rápidamente hacia el tumulto

- ¡A un lado! – grito fuerte para que lo dejen pasar lo más pronto posible a ver al herido

- ¿Quién eres tú mocoso? ¿Acaso eres su amigo? – reclamo furioso el sujeto forcejeando para soltarse de sus compañeros

- Solo vengo a darle primeros auxilios…

- ¡metete en tus propios asuntos! – El hombre dio un paso adelante y lanzo un golpe recto hacia el rostro desprotegido del rubio, pero el ataque fue detenido con facilidad por Lugh

- ¡Suéltame bastardo!

- Una boca muy grande para alguien tan débil – el semi-elfo se burló con una sonrisa ladina – deberías enfriar tu cabeza un poco

Todos los presentes se asombraron al ver como el pelinegro arrojaba al hombre con suma facilidad, estrellándolo contra el bebedero para animales que estaba cerca

- Se encuentra en estado crítico – recuperándose rápidamente del asombro, Edward dio su veredicto y en un instante un aura blanca salida de su mano cubrió al herido. Luego de eso, todas las heridas del sujeto fueron sanadas con facilidad

- Sin encantamiento… - Lugh miro detenidamente a su compañero - ¿Qué clase de poder es ese?

- Magia de sanación – respondió el rubio mientras repetía el proceso con el hombre en el agua

- La magia de sanación no funciona así ¿acaso la lanzaste en silencio?

- No, siempre la he usado de esta manera

- Oye chico, no me digas que tú eres Edward Burns, el joven prodigio que puede usar hechizos santos de 4to nivel – reconoció asombrado uno de los presentes

- Decir prodigio es un poco exagerado no les parece… - el rubio avergonzado intento irse del lugar, pero fue detenido por dos guardias quagoas que aparecieron debido al alboroto

- ¿Qué está pasando aquí?

- No es nada señor. Solo una clásica pelea de borrachos – respondió uno de los amigos del atacante

- El idiota insulto a la esposa de aquel sujeto y casi lo matan a golpes

- ¿Y ustedes quiénes son? – pregunto el otro guardia quagoa a los jóvenes, los cuales no encajaban con las demás personas

- Pasábamos por aquí y vimos el escándalo. Vine a ver en que podía ayudar, y efectivamente ese hombre necesitaba primeros auxilios. Solo necesita descansar y estará como nuevo – Edward saco su placa oficial del gremio de aventureros para identificarse y evitar problemas relacionados al uso de magia.

- Esta bien, pueden irse. Todos los demás conmigo a la comisaria – ordeno el guardia firmemente llevándose a los implicados

- Parece que eres famoso, aquí

- Tonterías, solo soy un pequeño pez comparado con los monstruos que se encuentran en este mundo…