¡Saludos queridos lectores!

Lamento mucho la tardanza de esto, sinseramente no sé cómo ocurrió, pero olvidé subir el final de esta historia. Hoy me he dado cuenta de ello, así como el hecho de que si subí el archivo a la página, pero no actualicé la historia. La prueba está en que más abajo dejé el saludo inicial de la historia.

De nuevo, una enorme disculpa y sin más, los dejo con el documento original:

Saludos queridos lectores!

¿Qué puedo decirles? Me habría gustado subir esto al menos a mitad de semana, pero apenas tuve la oportunidad de hacerlo. Lo que me alegra decirles, es que este es el capítulo final y espero que les guste.

Este capítulo corresponde (moviendo fechas y repitiendo nuevamente), al Día 2 Gato SasuKarin Month 2021. Sin más, los dejo con el último capítulo n.n


Cuando la guerra terminó, Taka había sido encarcelado para darles penitencia, pues aunque el equipo 7 alegó por ellos, las naciones exigieron castigos.

Por un año, Taka permaneció encerrado y una vez cumplido, se les permitió integrarse a sus aldeas viviendo con un supervisor, aunque Karin y Juugo solicitaron estar en Konoha. Para ese momento, también se les dio un trabajo y por sus conocimientos médicos y de experimentación médica a Karin la asignaron en el hospital.

La consignación de Karin no fue la más grata, pues cuando estaba con Orochimaru, ella se dedicaba a supervisar investigaciones de diversos tipos y en Konoha, por la falta de confianza en ella, la asignaron como enfermera practicante.

El primer día, Karin lo recordaba como algo desastroso, no sólo porque tuvo que estar junto a verdaderas practicantes que se estremecían, gritaban o se asustaban por cosas comunes del ámbito, sino que además de todo, debía llevar puesto un uniforme que, para colmo, no era de su talla y como si fuera una mala broma, la obligaron a ponerse unas orejas de gato para atender a Tamaki, la nieta de Nekobaa.

Todo el día se la pasó con un vestido una talla más chica del de ella y aunque cerró, se le ceñía al cuerpo limitando sus movimientos y la falda era más preciso llamarla minifalda.

Odió a Tsunade por hacerla pasar por ello en lugar de permitirle usar su ropa y una bata encima. Es decir, sólo sería un día, porque al siguiente le dieron un uniforme de su talla y llamaba mucho la atención con las orejas. Definitivamente no parecía enfermera practicante y aunque ella no era tímida, se sentía incómoda.

Ese día Sasuke llegó al hospital por atención y escuchó de Shizune que había sido "intoxicado", así que cuando ella se acercó a él y percibió excitación en su chakra, ella dió por sentado que era por causa de la intoxicación. Ni siquiera preguntó sobre el incidente porque ella debía seguir a las practicantes y sólo tuvo tiempo de saludar a Uchiha antes de que la obligaran a irse.

Por supuesto, se podría pensar que Sasuke realmente estaba intoxicado con alguna toxina afrodisíaca, pero si fuera el caso, él lo sabría y no confesaría que había sido algo que lo había puesto caliente cuando la vio.

—De enfermera… —pensaba Karin poco convencida, pues él no lo mencionó así.

Karin se miró al espejo de cuerpo completo que había en la habitación y empezó a modelar haciendo énfasis en sus piernas y el contoneo de sus caderas. Eso sí, vigilando el chakra de los dos que estaban en la sala para no volver a ser sorprendida.

Si, tenía buenas piernas y un muy buen trasero. Ella siempre lo supo y era su mejor arma para coquetear, pero lo había olvidado por culpa del malentendido con el porno y por causa de esas estúpidas revistas. Sasuke se lo recordó cuando confesó que eso le gustaba de ella y claro que iba a tomar una nueva oportunidad para seducir a su novio.

Mientras tanto, Shikamaru recogía de mala gana los papeles en el suelo y los metía a la caja, eso sí, poniendo especial cuidado en las que le pertenecían a él.

—¿Cómo ocultaste esto de tu mujer por tanto tiempo? —preguntó Shikamaru a Sasuke mientras recogía.

—No lo oculté, sólo le dije que eran cosas de Naruto.

—Debe tener sus ventajas esa habilidad suya —decía Nara— Pero también debe ser problemático.

—Mucho —murmuró el azabache.

—Dejé unas cosas en el hospital —dijo la pelirroja saliendo de la habitación sin voltear a ver a los presentes.

—Karin —llamó Sasuke, pero ella no se detuvo camino a la puerta.

—No tardo.

Uchiha no hizo el intento de detenerla porque en esta ocasión no llevaba maleta ni llevaba nada con ella que indicara que intentaba volver a mudarse, así que junto a Nara, la vio salir de la casa.

—Es extraña.

—Más de lo que crees —murmuró Sasuke.

Shikamaru levantó una ceja al escuchar al shinobi. estaba extrañado que Uchiha hablara así de su propia novia, pero no dijo nada y se dedicó a recoger las cosas de la caja hasta que terminó para irse. Sin embargo, se volvió al azabache antes de salir.

—¿No hay forma de convencerte para que esto se quede aquí?

—No.

Nara tronó la lengua ante la negativa tajante y se llevó la caja sin decir más nada, después de todo ni siquiera podía usar sus influencias para convencerlo con cosas como evitar el castigo oficial que le habían impuesto al Uchiha por culpa de la mocosa mentirosa y tampoco podía asegurarle algún otro tipo de trato por causa del castigo.

Cuando Sasuke se quedó solo en la casa, decidió tomar un baño después de su misión, en la cual, aunque no había sido una travesía por bosques lejanos como en muchas de las ocasiones que hacía de escolta, se había abstenido de bañarse con la esperanza de mantener lejos a la chica que, desde un principio, él sabía que le coqueteaba.

Él no habría tomado esa misión, pero la chica había pagado muchísimo dinero para que lo asignaran a él y la aldea, aprovechándose de su periodo a prueba, lo obligó a aceptar. De lo contrario, se habría ahorrado muchos problemas y no habría tenido que confesar algo que habría preferido no decir aunque fuera verdad.

Nunca había sido necesario decirle a Karin cosas de ese tipo porque ella podía intuir lo que él pensaba con percibir su chakra, o al menos eso lo pensó hasta que ella misma le hizo todos esos reclamos. Uchiha llegó a pensar erróneamente que Karin ya no tenía dudas de lo que él sentía por ella.

Cavilando en todo ello, concluyó que quizá sí, debería ser un poco más abierto a decirle algunas palabras halagadoras de vez en cuando, aunque no se sentía muy cómodo con la idea, no porque fueran mentiras, sino que no acostumbraba hacerlo y quizá deberían hablar un poco sobre aquello de ponerse brusco en la cama que parecía no molestarle a su pareja.

—¡Ya llegué! —anunció Karin antes de que el Uchiha saliera de la regadera y él esperaba que las cosas volvieran a la normalidad. Empero, al entrar a la habitación, se encontró con un cuadro que no esperaba— ¡Miau! —le guiñó un ojo a su novio para luego fingir ronronear mientras Sasuke asimilaba lo que veía— Prr

Karin vestía una minifalda, medias y top blancos; en la cabeza llevaba unas orejas de gato y en la falda tenía… ¿una cola? Además, estaba en la cama estirándose como lo hacen los gatos cuando levantan el trasero mientras estiran las patas delanteras y contoneaba las caderas de vez en cuando.

—¿Qué… ? —quiso preguntar porque lo había tomado aún más desprevenido que las veces anteriores.

—Pensé en lo que me dijiste, pero no creo que tu fantasía fuera verme de enfermera. Me viste con ese uniforme algunos meses —se levantó de la cama contoneándose sin perder su papel felino y se abrazó del cuello de su novio— Y ya que te gustan mi trasero y mis piernas, pensé que te gustaría que nos "apareáramos". Miau.

—Me refería a…

—Puedes ser tan brusco como quieras, no me quejaré —le hizo otro guiño y se acercó a su oreja— No te detengas a menos que diga… Mmm "calabaza".

—¿Calabaza?

—Tómalo o déjalo —dijo Karin y Sasuke entendió que si aquello salía mal, se desmoronaría lo último de confianza que a su novia le quedaba tras los desastres pasados.

Por otro lado, tampoco podía decir que le disgustara la idea. Es decir, cuando Sasuke confesó sin especificaciones su fantasía, él se refería a que le había gustado verla con vestido y aunque no lo dijo, él se imaginaba haciéndoselo contra la pared con la falda levantada. Sin embargo, cuando ella mencionó "aparearse" y viéndola vestida de esa forma, no podía negar que su imaginación voló por sí sola.

—Tú lo pediste —advirtió el azabache soltando la toalla que rodeaba su cintura. Teniendo las manos libres, tomó a su novia del trasero para cargarla hasta la cama mientras ella le repartía besos en la cara y cuello. Frotándose contra el miembro masculino no olvidaba emitir un maullido de vez en cuando para seguir dentro de su papel mientras él la llevaba a la cama.

El chakra del varón y su miembro ya listo delataban su excitación y prestando atención a ello, Karin podía darse cuenta que a él parecía haberle gustado mucho la ropa. No estaba segura si era por la falda, las medias o el liguero, pero él no dejaba de juguetear con ellos mientras la llevaba a la cama. Además, una vez en el lecho, Sasuke no perdió el tiempo en ponerla en cuatro y antes de hacer cualquier otro movimiento regresó sus manos en los límites de la falda y las medias.

—Sasuke, estás yendo demasiado rápido —Karin se quejó porque esperaba más del previo aunque ya había sentido la dureza del azabache. Sin embargo, y pese a haber alegado, ella no hizo nada en contra de la premura de su novio.

—Los gatos no esperan —él le susurró al oído mientras tiraba de la tanga bajo la falda de la chica y fue bastante brusco al penetrarla cuando la despojó por completo de la prenda.

—¡Sasuke! —gimió la pelirroja que no había esperado ser asaltada así, pero es que Uchiha temía que pasara algo que los interrumpiera como las veces anteriores. En su opinión, no sólo había sido una mala racha para su novia.

La noche fue larga, porque Sasuke le tomó la palabra a Karin y ella jamás usó la palabra de seguridad. Incluso, el azabache cumplió la fantasía que no expresó a detalle después de la primera ronda y se inventaron varias más sobre la marcha con la temática de los gatos aprovechando el disfraz.

Dicho lo anterior, no era de sorprender que ambos terminaran agotados y la Uzumaki ni siquiera pudo levantarse de la cama al siguiente día, lo que la llevó a reportarse enferma. Sin embargo, seguían en supervisión y enviaron a alguien a verificar su estado de salud.

Ni Sasuke ni Karin tenían intenciones de explicar el verdadero motivo de la indisposición de la chica, así que se habían inventado una buena historia para engañar a quien fuera a revisarla. La mentira iría bien siempre y cuando mandaran a cualquier doctor, pero no contaron con que, los ancianos, quienes aún dudaban de ellos, pensaban que las vacaciones obligadas del Uchiha, había sido motivo estratégico para la ausencia de la pelirroja y no por precisamente por gozo, así que enviaron a Tsunade.

—Está en la habitación —señaló Uchiha cuando la rubia llegó a la casa, pues Karin ya se lo había hecho saber. Lo que no sabían era si lograrían ocultar lo ocurrido, pues aunque no había pistas visibles en la habitación, quizá se daría cuenta de la condición médica de la chica al revisarla.

—¿Qué pasó? —preguntó Senju mientras Uchiha la escoltaba a la habitación.

—Accidente de entrenamiento —contestó Sasuke con su inexpresiva cara, pero la rubia levantó una ceja dudosa.

—Si me dicen la verdad, aún puedo intervenir por ustedes —le aseguró Tsunade, pero el chico se mantuvo firme, porque al final, si la médico se daba cuenta de la verdad, seguía sin ser un delito aún estando a prueba.

Tsunade soltó un suspiro cuando el joven se mantuvo en silencio y caminó dentro de la habitación cuando él abrió la puerta.

—No pensé que la enviarían a usted —comentó Karin recostada en la cama boca abajo sin poder ver a la recién llegada, pero su sensor seguía activado.

—Ya veo… —murmuró Tsunade pues le fue fácil armar el rompecabezas y comenzó a hacer anotaciones en la hoja que debía entregar a los ancianos apenas saliera de la casa de esos dos— Es verdad que los callados son más entusiastas.

—¿No va a revisarla? —preguntó Sasuke confundido, pues no alcanzó a oír lo que la rubia había susurrado.

—No es necesario. Mi recomendación es que la dejes descansar, dale unos analgésicos y ponle algunas compresas tibias en la espalda baja —contestó rápidamente al joven para luego dirigirse a la chica— Tendrás que evitar actividades físicas pesadas unos días. Aún eres joven, sanarás rápido, pero es para evitar que se prolongue el malestar.

—Eso haré —aseguró Sasuke y Karin permaneció muda con la cara hundida en la almohada.

—Acompáñame a la salida —Tsunade prácticamente lo ordenó, pues Uchiha no mostraba intenciones de escoltarla, pero él no se rehusó a obedecer.

—Escucha, sé que son jóvenes, pero siguen a prueba, así que deberían medirse porque para los ancianos, incluso algo tan cotidiano como esto lo verán sospechoso —Senju comenzó a sermonearlo estando en la puerta de la casa— Puedo entender que tengas cierta premura con aquello de revivir tu clan, pero es mejor que comiencen cuando sean completamente independientes —Sasuke se sorprendió al entender que ella se había dado cuenta y al mismo tiempo se avergonzó— Están a muy poco de pasar su periodo de prueba. Sean pacientes y podrán desfogarse en sus días libres y vacaciones. También será más seguro para sus hijos.

—Silencio —ordenó el azabache avergonzado.

—Sólo digo que seas más considerado —insistió Tsunade y Sasuke señaló la salida como muestra de que no estaba dispuesto a seguir oyendo lo que ella tenía que decir. Senju no objetó y salió de la casa, pero el joven alcanzó a oír lo que la antigua Hokage decía en murmullos— Es verdad que los más callados son los más salvajes.

Y Sasuke azotó la puerta apenas la rubia salió de la casa. No quería seguir oyendo al respecto y aunque no quería que el tema se conociera por los ancianos que sin duda verían el reporte de Senju, sabía que no podía hacer nada para evitarlo.

—Los reportes son confidenciales —Karin le recordó a su novio cuando este le hizo saber del sermón de Tsunade— Pero me pregunto cómo se dio cuenta —y el chico tampoco podía entenderlo— Ni siquiera me revisó.

La respuesta a esa pregunta era algo que difícilmente ellos se darían cuenta, pues aunque habían guardado la ropa sexy de Karin y ambos se vistieron con ropas usuales dejando la habitación como un día cualquiera,Tsunade había percibido el característico aroma a semen que había quedado en la habitación tras la larga sesión y dado que el par de tortolitos se había ambientado al aroma, no lo percibían. Además, Tsunade había oído cuando Karin fue al hospital a pedir prestadas las orejas de gato a Shizune, se le informó que la pelirroja tenía dolor en la espalda baja y de camino a la casa, oyó algunas quejas de los vecinos por los ruidos de la noche anterior, con todo ello fue fácil sumar uno más uno.

—No volveremos a esto hasta que dejen de vigilarnos —declaró Sasuke no queriendo pasar por lo mismo.

—¿Y lo aguantarás? —preguntó Karin aunque sabía que probablemente ella sería la primera en caer.

—Te traeré las compresas —respondió no queriendo pensar en la respuesta, pues tampoco podía decir que tras la noche pasada, pudiera olvidarse del todo del tema hasta que dejaran de estar a prueba, sin embargo, tampoco quería tener que pasar por la misma vergüenza.

Pobre Sasuke, cuando pensó en ello, jamás se imaginó que aquél suceso sólo era el inicio de su oprobio.

Nadie sabe con exactitud cómo fue, porque si sólo hubiese sido un rumor o los chismes de los vecinos de la pareja, difícilmente se habría extendido tanto, pero alguien consiguió un duplicado del reporte de Tsunade de aquél día y dispersó por toda la aldea más copias.

Toda Konoha se enteró de lo "enérgico y desconsiderado que era Sasuke en la cama con su novia", según las palabras de la aldea porque aunque muchos pudieran considerar la noticia como una "proeza masculina", lo cierto es que muchos no estaban contentos con tener al chico que quiso destruir la aldea viviendo con ellos, así que se inclinaron por hacerlo ver como un villano aún cuando los chismes de la pelea de la pareja habían sido tema recurrente.

—Se creen demasiado los estereotipos del hombre y la mujer aquí ¿Verdad? —preguntó Karin a modo de retórica cuando vio las reacciones de los aldeanos al reporte.

—¡¿Quién diablos hizo esto?! —gritó Sasuke furioso mientras se dirigía a la torre Hokage por una explicación, pero era evidente su vergüenza por el sonrojo en sus mejillas.

—Sasuke, sé que no es agradable para ti, pero…

Karin no pudo terminar su frase porque vieron a Kakashi llegando al edificio donde estaba su oficina y Sasuke apresuró el paso para exigir una explicación.

—¡¿Cómo dejaron que los reportes de nuestra evaluación se hicieran públicos?! —gritó al Hatake que, sosteniendo una bolsa grande de papel de la librería de la aldea, lo veía con pereza como si no supiera de lo que su antiguo alumno estuviera hablando.

—No sé a qué te refieres —respondió el albino con tranquilidad.

—¡Ey! ¡Sasuke! —apareció Ino que reconoció el grito y quiso hablar con él. Así mismo, más gente notó la presencia de la pareja más hablada del momento y algunos se acercaron y otros murmuraron— Estoy sorprendida de la noticia, pero de verdad deberías ser…

—¡Los reportes son confidenciales! ¿Cómo es que salieron a la luz? —siguió dirigiéndose al albino sin dejar a la rubia terminar de decir lo que fuera que tuviera en mente.

—Quizá haya un ninja del que debamos cuidarnos —contestó Kakashi con seriedad y Karin notó algunos libros nuevos en aquella bolsa de papel que reconoció— Podría robarnos información importante si pudieron conseguir el reporte.

—O podría ser un trabajo interno de alguien muy…

—Oye, chica. Deberías alejarte de alguien que te lastima así —una mujer de unos cuarenta años interrumpió a Karin para hablar con ella.

—Una cara bonita no lo es todo —siguió otra mujer.

Y más gente llegó a darles consejos a la pareja, siendo Sasuke reprendido mientras que a Karin la aconsejaban por buscarse a alguien más considerado a pesar de que a ella también la percibían como villana. En sus mentes, ahora la pelirroja era una pobre joven que cayó en malos pasos por amor.

Está situación, obviamente no agradó a Sasuke y también notó que Kakashi intentaba huir, pero justo antes de hacer nada… ¡Boom!

Aquel día se le conoció como "el día de la vergüenza" o "el día XXX" por dos motivos: el primero era por las copias del reporte dónde Tsunade fue clara sobre la razón del malestar de Karin de aquél día, pero sobre las evidencias fue tan implícita, que avivó la imaginación y fantasías de los aldeanos cuando leyeron el reporte.

El segundo motivo fue algo que nadie se esperó y que muchos quisieron atribuir al ya polémico Uchiha, pero no lo lograron siendo que hubo muchos testigos que lo ubicaron lejos del punto de origen del incidente.

Lo que ocurrió fue que hubo una lluvia de material pornográfico que cayó en el centro de la aldea, provocando caos entre los habitantes. Es decir, hubo quienes se escandalizaron, aquellos que se dedicaron a evitar que los niños vieran el material, otros que se dedicaron a recoger el material para tirarlo o quemarlo, varios que fueron indignados a la torre Hokage por una explicación y algunos otros que se guardaron aquello que les gustó.

—Esto me es familiar —pensó Karin cuando tomó una de las revistas que cayó del cielo.

La explicación oficial al suceso era que tanto los reportes esparcidos, a los que declararon falsos, como la lluvia de porno habían sido causados por un criminal sexual que ya había sido capturado. Empero, ambos sucesos ni siquiera habían estado conectados… o no del todo.

Karin se dió cuenta desde el principio que Kakashi había sido quien filtró el reporte. ¿El motivo? La chica rica no estaba satisfecha con el castigo de Sasuke y pagó una fuerte suma a Kakashi para avergonzar al Uchiha. El Hokage aceptó para poder comprar la nueva colección inédita de Icha Icha Paradise que, técnicamente eran los antiguos libros en un mejor empaste y prometiendo un número inédito que Jiraiya no alcanzó a publicar.

En cuanto a la lluvia de porno… Shikamaru no tuvo más remedio que llevar la caja de porno a su casa y aunque pudo ocultarla por algunos días, Temari no se tomó bien el desagradable descubrimiento. Bastó un enfurecido jutsu de elemento fuuton para mandar volar la caja de la vergüenza y esparcirla por la aldea.

Al final de todo ello, Naruto y Sakura se reconciliaron e incluso Haruno siguió algunos consejos de su compañera pelirroja. Shikamaru tuvo que pasar por mucho para ser perdonado por su esposa aún cuando le aclararon que no todo le pertenecía a Nara y en cuanto a Sasuke y Karin…

Hubo gente que no creyó que aquel reporte fuera falso, así que de vez en cuando se oían murmullos del tema cuando los veían pasar, pero también hubo muchos que lo creyeron porque habían sido testigos de la pelea de la pareja y sabían los reclamos de Karin.

En lo que refería a su relación, Sasuke y Karin habían dado un paso muy grande, pues aunque tuvieron que abstenerse de ser impetuosos en la cama para evitar malestares que tuvieran que reportarse, una vez que terminaron su periodo de prueba aprovecharon sus días de descanso para explorar todo aquello que la pelirroja había estado deseando. Además, con el tiempo Sasuke podía expresar mejor sus deseos y había que decir que la fantasía gatuna era la favorita de ambos.