¡Hey! ¿Cómo están?

Espero que les vaya bien. Les dejaré esto rápidamente por acá porque si me tardo un par de minutos más llegaré tarde al trabajo. Una vez más, muchísimas gracias por leer la historia. Gracias por todo su apoyo. Un abrazo en la distancia!

Esto no es domingo de drama, pero ¿Qué se le va a hacer?

Disclaimer: MSLN ni sus personajes me pertenecen. Todo el crédito a sus respectivos autores. De igual manera, las canciones utilizadas son propiedad de sus compositores.

Canciones:

Rufio - Above Me

Streetlight Manifesto - Failing, Flailing.

Capítulo 20: Juegos de manos son de villanos (Fate)

Guardó el bajo en su estuche y verificó por última vez que no le faltara nada. Abrió la mochila que se encontraba junto al estuche para corroborar que estuvieran allí sus pedales y sus cables, y se llevó las manos al bolsillo para asegurarse de tener su púa de repuesto. Por lo menos, en equipamento, parecía tener todo.

Sentía que el corazón se le iba a salir. Estaba acostumbrada a tocar, pero nunca habían tenido un concierto tan grande como ese, y podía existir una gran diferencia a partir de ese momento si todo salía bien. Le gustaba el hecho de tener que abrir un concierto tan importante, pero no podía evitar sentirse nerviosa por la presión que significaba. Incluso su garganta se secaba. Esperaba que no se secara cuando estuviera a punto de cantar.

- Pareciera que estuvieras a punto de ir a un funeral – dijo Reinforce entre risas.

La peligris colocó su mochila junto a la de Fate y se sentó en el sofá, dejándose caer pesadamente. Reinforce intentaba mantenerse relajada, pero Fate sabía que detrás de toda esa apariencia de chica cool debía estar cagándose del miedo, incluso más que ella.

- ¿No estás nerviosa? – preguntó Fate alzando una ceja.

- Hemos tocado antes. Tampoco es como si fuese nuestro primer concierto – contestó Reinforce, suspirando.

- Es nuestro primer gran concierto – comentó Fate.

- Ok, ok – murmuró Reinforce – Quizá si estoy un poco nerviosa. Pero lo haremos bien, sé que lo haremos bien. Hemos ensayado mucho y, no es por nada, pero somos buenas. Espero terminar con unos cincuenta likes más en nuestra fanpage para mañana.

Ese último comentario hizo sonreír a Fate. Podía estar nerviosa, pero confiaba en sus amigas. Tan solo debían entregarse tocando como siempre lo hacían. Además, así todo saliera mal, tendrían la oportunidad de conocer a una de sus bandas favoritas. Igual ese era un evento de ganar-ganar.

Signum salió de la habitación de Reinforce atándose el largo cabello rosa en su acostumbrada coleta. A pesar de su expresión neutra característica, Fate pudo percibir como un pequeño suspiro se escapaba de sus labios.

Hasta Signum estaba nerviosa. Eso decía mucho.

- ¿Están preparadas? – preguntó Signum

- No podría estar más lista – respondió Reinforce

- Preparada – contestó Fate, alzando la mano.

- Vale, entonces pongámonos en marcha. No podemos llegar tarde a la prueba de sonido – dijo Signum.

Para esta vez Signum también se había quedado a dormir en la casa de Fate. Habían ensayado hasta la madrugada, y si no salían todas temprano al local donde harían el concierto estarían en problemas. Quedarse todas durmiendo en un mismo sitio les aseguraría que, al menos, todas llegarían a la misma hora.

Habían tomado un desayuno ligero antes de ducharse y arreglarse para el concierto. Hubiesen podido levantarse un poco más tarde si Hayate pudiese ido a buscarlas ese día, pero tanto la castaña como Shamal tenían que ir a un acto de beneficiencia con el Sr. Graham, y estarían desocupándose bien entrada la noche. Lo más probable es que estuviesen llegando al local una vez el concierto hubiese empezado.

Nanoha se había ofrecido a llevarlas, pero Fate inmediatamente declinó su oferta. La cobriza había tenido unos cuantos exámenes bastante exigentes esa semana, y sus ojeras eran tan grandes que podía hacer un cosplay de una Catarina sin necesidad de tanto maquillaje. Acordaron que ella se tomaría ese día para descansar bien, y así podría ir en la noche al concierto llena de energía para echarles porras.

Por supuesto, a Nanoha no le había gustado mucho esa idea, pero todas se habían puesto de parte de Fate así que no le quedó de otra más que aceptar.

Por eso empezaron a bajar las cosas poco a poco por el ascensor, mientras llamaban a un taxi. En menos de diez minutos el taxi se encontraba frente a la residencia, y luego de aplicar un poco de ingeniería para lograr entrar en el auto con todas las cosas que llevaban, emprendieron la marcha.

El taxista, un chico que no llegaba a los treinta años, iba escuchando un playlist lleno de canciones de Streetlight Manifesto, cosa que las hizo sonreir.

- Espero que no les moleste el tipo de música – dijo el chico – Si quieren puedo cambiarla.

- No, tranquilo. Esa banda está bien – contestó Reinforce con una sonrisa.

- Ellos tocarán en la ciudad esta noche – comentó el chico – He querido verlos desde hace mucho tiempo, así que me estoy preparando para el concierto.

- Eso está muy bien – aprobó Reinforce – Deberías de llegar al concierto temprano. Una banda de la ciudad estará teloneándolos.

- Sí, eso pude ver. Riot Force creo que se llama. Hace un par de días vi el nuevo flyer – afirmó el chico, estacionándose frente al local y quitándole el seguro a las puertas para que pudieran ir bajando las cosas – Son una banda de puras chi… Espera. Uste… ¡Ustedes!

- Nos vemos en el concierto dude – se despidió Reinforce, mientras le entregaba un billete al chico y cerraba la puerta.

Cuando entraron al local quedaron maravilladas.

Una cantidad considerable de gente iba corriendo de un lado a otro arreglando la escenografía. En ese momento estaban probando las luces. Muchas luces.

Fate no sabía que los escenarios grandes tuvieran tantas luces.

Apenas llegaron fueron emboscadas por un musculoso chico con el cabello teñido de gris, quién llevaba una libreta en la mano. Al llegar a Signum chocó puños con ella.

- Tiempo sin verte Zafira – saludó Signum.

- Te ves genial Signum – dijo Zafira con una sonrisa – Shamal tiene buena mano.

- Puedes apostar a que si – contestó Signum, ruborizándose.

- Entonces, ustedes son Riot Force. Las estábamos esperando. Vengan conmigo – pidió Zafira, mientras les hacía señas para que lo siguieron.

Caminaron entre la gente, teniendo cuidado de no pisar ningún cable, hasta que llegaron a un pequeño pasillo en donde se encontraban los camerinos. Antes de entrar, Reinforce se aseguró de tomar una foto de la puerta en donde se podía leer, en una etiqueta, el nombre de la banda.

Les dieron unos cuantos minutos para que recuperaran el aliento antes de llamarlas para la prueba de sonido, minutos que aprovecharon para curiosear el lugar y tomarse fotos grupales. No pudieron quedar más conformes con el sonido. El sonido del bajo era increíblemente nítido, la guitarra se escuchaba claramente con la distorsión, y la batería estaba completamente libre de harmónicos indeseables. La banda en conjunto sonaba genial, por lo que solo les quedaba poner de su parte para que todo saliera bien.

Una hora después, luego de que todo quedara en orden, bajaron del escenario para encontrarse frente a frente con los miembros de Streetlight Manifesto. Nuevamente se inició una sesión fotográfica por parte de Reinforce que incluyó selfies, fotos grupales, y fotos de las interacciones de ambas bandas. Sus integrantes fueron increíblemente amables, e incluso tuvieron la oportunidad de entregarles un ep de producción casera.

Las invitaron también a quedarse para la prueba de sonido, lo que aceptaron gustosas. Eso era como tener un concierto privado. Ni en sus mejores sueños estaba esa posibilidad.

El resto de la tarde la pasaron en el camerino, practicando un poco y ensayando en teoría lo que sería su presentación. A mitad de la tarde les llevaron un pequeño servicio de catering, que estaba mucho más bueno de lo que creían. Fate tomó un par de fotos para enviarlas luego al celular de una profundamente dormida Nanoha, que seguro le contestaría al verlas, mientras que Hayate ya se lamentaba desde Facebook de no haber podido acompañarlas como su representante.

Todas sabían que la foto del pastel de chocolate era una de las mayores causales del comentario de la castaña.

A medida que pasaban las horas los nervios aumentaban, sin embargo, intentaban bromear el mayor tiempo posible para aliviar la tensión. Poco a poco fueron escuchando como el ruido de afuera aumentaba, indicándoles que ya habían empezado a entrar los asistentes al evento, y que su tiempo de descanso estaba a punto de terminar.

Cuando escucharon un rítmico golpeteo en la puerta, acompañado con un "Diez Minutos" de Zafira, su corazón dio un salto.

Se abrazaron por unos segundos, casi temblando, pero decididas.

- Bien, esto era lo que esperábamos – dijo Reinforce, decidida – Vamos a darles a estos chicos un poco de Punk. Un, dos, tres ¡Vamos!

Tomaron sus instrumentos y corrieron hacia un lado del escenario para recibir las últimas directrices del equipo de sonido antes del inicio del show. Fate estaba tan nerviosa que solo escucho un murmullo inteligible, pero no tenía tiempo para pedir que le repitieran las instrucciones, así que se lanzaría al escenario a la buena de Dios.

Segundos después el volumen de la música de fondo disminuyó, las luces se volvieron más tenues, y un par de palmadas fueron indicativas que había llegado el momento de entrar en escena.

Un cálido aplauso las recibió mientras corrían hacia sus puestos. Un escalofrío recorrió la espalda de Fate, llegando hasta la punta de sus dedos. Alzó la mirada para encontrarse con un mar de gente que aplaudía rítmicamente, y quedo sin habla con un microsegundo de la impresión.

¿Iban a tocar para toda esa gente?

Era un puto sueño.

Escuchó como Signum empezaba a tocar, y supo que tendría que apresurar la introducción.

- ¡Hola gente! – exclamó Fate con el puño en alza - ¡Nosotras somos Riot Force y estaremos acompañándolos esta noche! ¿¡Están listos!?

Un grito del público les indicó que en verdad estaban preparados. Se giró por un segundo para mirar a Reinforce, quien ya había empezado a tocar la batería y tenía una cara de estar teniendo el mejor día de su vida. El ver a Signum saltar mientras tocaba guitarra le indicó que había llegado su momento.

Era el todo o nada.

If I was to walk till time saw no end

If I was to climb till the air was too thin

I could not find a picture fit the frame

As perfect as you

As perfect as you

You showed me life and lived nothing less

This is all above me

I'll take my time your memory is bliss

The Angel above me

When I look at the stars they shine of your eyes

The sky it burns bright with your presence tonight

Yet your so above me and I cannot fly

To the angel above me I long to be with. With

Angel above me

Reinforce estaba dejando toda su voz acompañándola en los coros, y ella estaba cantando con toda la pasión posible. Habían decidido empezar con esa canción porque era algo muy especial para Fate. Cuando estaba empezando a tocar, mientras estaba bajo tratamiento médico intentando recuperarse por la repentina muerte de su madre y su hermana, había escrito esa canción como una especie de terapia. Ambas sabían que el tocar en un escenario era uno de los sueños más grandes de Fate, por eso, ahora que Riot Force estaba abriendo un concierto tan grande, el tocar esas notas era una manera de sentirlas más cerca.

To look at the mountains vast and great

Is one step above in seeing your face

To look at the stars for they lead the way

To the angel above

If I was to walk till time saw no end

If I was to climb till the air was too thin

I could not find a picture fit the frame

As perfect as you

As perfect as you

Mientras seguía cantando observaba con emoción como ya en el público habían empezado a hacer pogos y a saltar siguiendo el ritmo de la canción. Lo habían logrado. Realmente lo habían logrado.

Showed me life and lived nothing less

This is all above me

I'll take my time your memory is bliss

The angel above me

When I look at the stars they shine of your eyes

The sky it burns bright with your presence tonight

Yet your so above me and I cannot fly

To the angel above me I long to be with. With

Angel above me

A pesar de que muchísimos de los asistentes no se sabían sus canciones, las acompañaron con saltos, gritos y aplausos durante toda la hora que estuvieron tocando. Incluso se permitieron hacer un par de chistes en el escenario, y un par de chicas les lanzaron un par de Brassiers.

El sonrojo de Signum cuando uno de los brassiers cayó a su lado fue algo de otro planeta. Fate deseó profundamente que alguien hubiese capturado ese preciso momento en una foto, o al menos en algún video. Sería algo digno de recordar para toda la posteridad.

Cuando su turno de tocar terminó estaban exhaustas y el público coreaba el nombre de la banda. Estaba tan feliz que le dolían las mejillas de tanto sonreír, e incluso Signum, que casi no sonreía, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Se despidieron del público recibiendo un increíble aplauso, y abandonaron corriendo el escenario para que empezara el show principal.

Al entrar al camerino Reinforce dejó escapar un grito de emoción.

- ¡Si! ¡Lo hicimos! – gritó Reinforce, dando un salto.

- ¡Claro que lo hicimos! – afirmó Signum mientras tomaba una cerveza - ¿Una cerveza para celebrar?

Fate agradeció enormemente la fría lata de cerveza que Signum le pasó, mientras se dejaba caer exhausta en un puff. Nuevamente Reinforce dejó escapar un chillido de emoción.

- Maldición, ya tenemos menciones en el… ¡Fuck! ¡Un video de nosotras ya tiene cuatrocientos favoritos en el Instagram! ¡Necesito emborracharme hoy!

- Esto es un sueño, en serio, pelliz… ¡Ouch! – se quejó Fate, pasando su mano por el sitio en donde Signum le había pellizcado.

- Lo siento – se excusó Signum – Tu lo pediste.

- Tenemos que salir a buscar a Hayate y a Shamal – dijo Reinforce – No me quiero perder el concierto de Streetlight tampoco.

- ¿Nanoha no está con ellas? – preguntó Fate extrañada.

- No que yo sepa – respondió Reinforce - ¿No te avisó cuando llegó?

- No – murmuró Fate extrañada – Ni siquiera ha leído mis mensa… Esperen un segundo – pidió Fate, mientras se apresuraba a contestar una llamada entrante.

Murmuró un saludo un par de veces, pero no obtuvo respuesta. La llamada finalizó y el teléfono vibró nuevamente, pero al contestar no pudo escuchar la voz de quién estaba al otro lado de la línea.

- No se escucha nada – murmuró Fate.

- Debe ser la señal – comentó Signum – En la tarde hubieron momentos en los que tuve mala recepción.

- ¿No sabes quién te llama? – preguntó Reinforce.

- No, aparece como desconocido – respondió Fate.

- Un número privado entonces – dijo Reinforce – Podría ser Nanoha. Cuando empecé a salir con Hayate también tenía su teléfono como privado, me imagino que por seguridad. Ya sabes, secuestros y eso. Cosas de gente adinerada.

- Intento llamarla a su teléfono pero no me atiende – dijo Fate suspirando y guardando su teléfono celular en el bolsillo – Deja intentar llamarla fuera del local, quizá así mejore la recepción.

- ¡No te tardes! – exclamó Reinforce, mientras Fate se dirigía a la puerta – ¡Aún tenemos que ver el concierto!

Por el pasillo se encontró a un par de chicos del staff del concierto, quienes le indicaron el camino hacia la parte trasera del local. Mientras iba caminando por el local las trompetas de una de sus canciones favoritas empezaron a sonar. Tarareó la canción mientras se acercaba a la puerta de salida, aun esperando una llamada entrante.

You say you've got the cure

But I don't have a disease

And you say you've got the answers

But I've made no inquiries

And you're failing, bailing

Good God, motherfucker, now I hear you flailing

Su teléfono celular comenzó a sonar nuevamente, por lo que lo sacó apresuradamente de su bolsillo y contestó.

- ¿Hola? – murmuró Fate

- Hola Fate - contestó desde la otra línea una voz que ella conocía muy bien.

Alzó la mirada para encontrarse con Yuuno, quién se acercaba a ella con el teléfono aún pegado a la oreja.

Su día había sido perfecto, no iba a dejar que Yuuno lo arruinara.

- ¿Qué quieres? – preguntó Fate, caminando hacia el para encararlo.

- Solo quería pasar a saludar – dijo Yuuno encogiéndose de hombros - ¿Qué hacías allí afuera? ¿Esperando a Nanoha?

La pregunta de Yunno la tomó completamente desprevenida. La sonrisa del rubio no le gustaba para nada. Era bastante obvio por ese comentario que él sabía algo que ella no sabía, y ese algo involucraba a Nanoha, así que fuese lo que fuese le importaba.

- Si estás esperándola me parece que vas a tener que esperar sentada – continuó Yuuno, sin abandonar su sonrisa.

- ¿Le pasó algo a Nanoha? – preguntó Fate, confundida.

- Fate, para ser toda una chica ruda eres bastante ingenua – comentó Yuuno, chasqueando la lengua.

En ese momento tuvo que desechar con todo el dolor de su alma la idea de darse la vuelta y dejarlo hablando solo, pero necesitaba saber que había pasado con Nanoha. El hecho de que su novia no hubiese aparecido en toda la tarde le preocupaba de sobremanera. Ella sabía que Nanoha no era de esas chicas que se perdían de pronto, y se le hacía muy extraño que a esas alturas aún la cobriza no se hubiese comunicado, más sabiendo lo importante que era ese día para ella.

- Nanoha ni siquiera está en la ciudad. Nos vamos a casar mañana ¿No te lo dijo?

El comentario de Yuuno le provocó un ataque de risa. Sabía que el rubio estaba mal de la cabeza, solo eso podía explicar la extraña obsesión que tenía con amargarle la vida, pero eso había sido el extremo. Definitivamente ese chico necesitaba un terapeuta urgente.

- ¡Estás demente dude! – exclamó Fate, mientras aguantaba la risa.

- ¿Estoy demente? – preguntó Yuuno - ¿Cómo explicas que Nanoha no esté acá contigo? Pensaba que iba a ser sincera contigo antes de irse, pero veo que caíste completamente en su juego.

Ese comentario estuvo completamente demás, pero hizo que su sonrisa se desvaneciera completamente. Lo que dijera Yuuno no debía hacerla dudar, pero algo parecía no encajar.

Ella ya había caído en el juego de una persona antes, pero Une era completamente distinta a Nanoha, y sabía que la cobriza no era capaz de engañarla de esa forma. Había algo en la forma en la que Nanoha la miraba que le hacía estar completamente segura de que todo lo que Yuuno decía eran mentiras.

- Yuuno, hazte un favor y deja a un lado la obsesión que tienes con Nanoha – replicó mordazmente Fate – Ambos sabemos que eso que estás diciendo es una completa locura.

- Estoy hablando completamente en serio Fate – dijo seriamente Yuuno - ¿Acaso no aprendiste la primera vez? Creí que las fotos tuyas que repartió Une aquella vez habían sido suficientes para hacerte entender que no tenías que meterte con nuestro grupo.

- Lo que pasó con Une no tiene nada que ver con Nanoha. No te atrevas a compararlas – advirtió Fate.

- ¿Sabes qué? Eso ya no importa. Lamento ser quién rompa tu corazón, pero igual Nanoha se va a quedar conmigo, y aún me debes algo.

- ¿¡Qué demonios!?

Un par de manos tomaron sus brazos en un fuerte agarre, haciéndola gemir de dolor. Miró hacia sus costados alarmadas para visualizar a dos tipos vestidos completamente de negro, con lentes oscuros y guantes. Su mente barajeó dos opciones y ninguna era favorable para ella. O eran los guardaespaldas de Yuuno, o eran matones.

- Esta es mi última advertencia Fate Testarossa. Aléjate de Nanoha. Olvídate completamente de ella. Te puedo asegurar que todo lo que te dijo para engatusarte y llevarte a la cama fue solamente palabrería barata. A partir de mañana ella será la señora de Scrya, así que, por tu bien, aléjate de ella y de todos nosotros. ¿Entendiste o aún tengo que explicarte algo más?

- Si, podrías explicarme algo más – dijo Fate con una sonrisa - ¿Qué se siente estar enamorado de una mujer que ama a otra mujer, cabrón?

Pudo ver con satisfacción como la cara de Yuuno se contorsionó en una mueca de ira, antes de que el rubio, cegado por la rabia, le lanzara un puñetazo directamente a la cara.

Instantáneamente su boca se llenó de un desagradable sabor a hierro, pero en ningún momento dejó de mantener sus ojos borgoñas fijos en las esmeraldas de Yuuno, desafiante.

- Eres un cobarde – murmuró Fate, intentando no quejarse por el intenso dolor.

- No perderé más mí tiempo contigo – informó Yuuno – Aléjate de Nanoha o atente a las consecuencias. Chicos, dejo todo en sus manos.

Intentó gritar, pero cuando apenas había abierto la boca para emitir algún sonido un fuerte golpe conectó en su estómago, sacándole el aire y haciéndola caer de rodillas. No le dio tiempo siquiera de intentar recuperar el aliento cuando uno de los hombres la tomó por el cabello mientras el otro conectaba un certero puñetazo en su cara, cegándola de dolor.

Sintió como un espeso y frío líquido empezaba a correr por su cara, goteando hasta el suelo. Hizo un acopio de fuerzas para intentar gritar, pero el dolor solo provocó que saliera un mísero quejido que no era audible a más de dos metros. No supo en que momento cayó completamente al suelo. Uno de los hombres aprovechó su posición para patear sus costillas con tanta fuerza que posiblemente le había roto un par, pero no tenía fuerzas siquiera para doblarse. Quiso alzar sus brazos para al menos proteger su cabeza de los golpes, pero apenas lograba concentrarse en respirar.

Había estado en peleas antes, pero sus experiencias anteriores parecían golpizas de niños de kínder en comparación con la brutalidad de esos seres. Al poco tiempo el dolor dio paso al entumecimiento, y poco a poco se empezó a sentir muy cansada. Sentía que había pasado una eternidad, pero sabía que aún no habían pasado ni cinco minutos.

Solo quería dormir. Quería cerrar sus ojos y dormir, para que el dolor desapareciera de una vez.

Luego de otra patada que la hizo rodar un poco los hombres se alejaron. Lo supo porque no sintió otro golpe, y porque podía escuchar pasos apresurados alejándose. Intentó respirar, pero su tórax se contrajo de manera muy dolorosa.

Podía quedarse allí. Hacía frío, pero estaba tan cansada.

- ¡Fate nos estamos perdiendo el concierto! – exclamó Reinforce, mientras abría la puerta trasera del local - ¿Qué es…?

Escuchó pasos, y de pronto la angustiada voz de Reinforce empezó a llenar sus oídos. Sentía los brazos de su amiga rodeándola, y podía sentir a duras penas el tacto de su mano sobre su mejilla adolorida, pero su voz se escuchaba a kilómetros de distancia, casi inalcanzable.

Al menos así estaba más cómoda. Aún le dolía, pero ya no sentía tanto frío.

- ¡Fate! ¡No te duermas! – pidió Reinforce mientras le daba ligeros golpecitos intentando hacerle abrir los ojos - ¡Ayuda! ¡Alguien ayúdeme maldita sea!

Los gritos de Reinforce fueron lo último que alcanzó a escuchar antes de abandonarse enteramente al cansancio.