¡Hey! ¿Cómo están?

Pensé que iba a subir este capítulo un poco más rápido, pero las preparaciones navideñas me quitaron más tiempo de lo planeado. ¡Los días en el trabajo han sido una completa locura también!

De todo corazón, espero que hayan tenido un buen día junto a su familia y/o amigos. Muchas personas tuvimos que desplazarnos este año a otros lugares, pero espero que todos hayan logrado de alguna u otra forma sentirse en casa, donde sea que estuviesen.

No les quito más tiempo. ¡Un gran abrazo!

Disclaimer: MSLN ni sus personajes me pertenecen, todo el crédito a sus respectivos autores.

Capítulo 25: Almuerzo familiar.

Odiaba los hospitales.

Irónicamente los odiaba, aunque su madre hubiese pasado gran parte de su vida en los pasillos de uno, y aunque su hermana hubiese empezado a oler a uno cuando entró a la universidad, queriendo seguir sus pasos.

El olor a alcohol y a desinfectante para ella era familiar, y quizá era por eso que había tratado de evitar acercarse a uno en la medida de lo posible luego de que su familia falleciera. Y, por supuesto, luego estaba esa horrible sensación de angustia que se incrementaba en su pecho cada segundo que pasaba sin tener noticias de Nanoha.

La noche anterior se había despertado con una Nanoha literalmente ardiendo en fiebre entre sus brazos. Shamal, que afortunadamente aún no se había dormido, decidió luego tomarle la temperatura y ver que Nanoha empezaba a decir incoherencias cada vez que le preguntaba algo, que lo más recomendable era que la llevaran al hospital. Ese solo fue el principio del drama infernal que se había desatado después.

Llevar a Nanoha al hospital y que ingresara por urgencias significaba que debían avisarle a su familia que ella se encontraba en el hospital, tarea que fue asumida por Hayate. Media hora después, el desorden se apoderó de la sala de esperas. Shiro, como un energúmeno, llego increpando de una vez a Fate, acercándose a ella tan molesto que Reinforce, al verlo así, se metió entre los dos para tratar de hacerlo retroceder. Momoko tomó a Shiro del brazo y lo alejó por un momento de Fate, mientras le pedía disculpas a la enfermera que, escandalizada, les indicaba que si no hacían silencio iban a tener que salir todos del hospital.

Cuando la doctora que recibió a Nanoha fue hasta la sala de espera a preguntar por los familiares de la paciente, nuevamente se armó un escándalo cuando Fate se acercó hasta la doctora ante la vista de Shiro. Un severo regaño por parte de la doctora hizo que los ánimos que se calmaran, pero eso no arregló la situación.

Era por eso que Fate había terminado en ese lugar, sentada prácticamente al final de la sala de espera mientras Shiro y Momoko permanecían cerca de la puerta, separados por una cantidad considerable de metros. Había pasado toda la noche sin dormir y ya a esa hora por sus venas corría más café que sangre. Afortunadamente había una máquina expendedora en la misma sala de espera, por lo que no tenía que alejarse de ese lugar.

Las últimas noticias de Nanoha eran favorables. Estaba bien, su fiebre había bajado y solo estaban haciéndole exámenes para averiguar el motivo de ese súbito aumento considerable de temperatura, sin embargo, Shiro seguía insistiendo en que lo único que tenían que hacerle a su hija era un antidopping porque seguro la "amiga drogadicta" que tenía su hija le había dado algo.

Fate agradecía enormente su paciencia, pero definitivamente no era inagotable y si Shiro seguía insistiendo en lanzarle toda la culpa de la más mínima cosa que le pasara a Nanoha él iba a terminar con un ojo morado y ella con una orden de alejamiento.

Mientras, las horas pasaban lentamente. Hacía mucho que ya los rayos del sol habían atravesado los cristales del ventanal que se encontraba en la sala de espera, y Reinforce, que había estado acompañándola durante su espera, se había ido hace un par de horas a la universidad a presentar un mini parcial para el cuál no había estudiado nada, afortunadamente de una asignatura con la que ya contaba con los puntos suficientes para pasar. Había quedado en que, al salir de la universidad, pasaría por la casa a buscar la laptop de Fate y se regresaría al hospital para llevársela, en vista de que ella tenía una asignación pendiente para entregar al día siguiente de la cual no había hecho siquiera la introducción.

Pareciera que todos los acontecimientos siempre ocurrían cuando faltaban unas pocas semanas para terminar el curso.

Reprimió un leve bostezo mientras se acomodaba mejor en la silla en la que se encontraba sentada. A pesar de que se sentía mucho mejor de los golpes que había recibido días atrás, aún habían zonas que le dolían de manera considerable, y si mantenía la misma posición durante mucho tiempo el dolor empezaba a hacerse presente alrededor de sus costillas lastimadas, sin embargo, estaba decidida a no abandonar su lugar. No iba a darle la satisfacción a Shiro de que alguno de los doctores saliera nuevamente y ella no estuviese allí. Si él quería hacerle perder la paciencia, ella podía jugar el mismo juego.

Cuando la doctora que habían visto en la madrugada apareció nuevamente en el umbral, Fate se levantó rápidamente y se apresuró a caminar hacia la puerta. Shiro estuvo a punto de abrir la boca para chistar, pero la severa mirada de Momoko lo hizo cambiar de opinión.

- Doctora ¿Hay alguna novedad? – preguntó Momoko.

- Si, venía a informarles que la paciente ya está estable, pero necesitamos repetir algunos exámenes para verificar que el resultado no esté alterado. Hay algunos valores que aparecen elevados, y quería hacerles algunas preguntas para completar la historia médica de la paciente.

- No sé para que pierden tanto el tiempo – bufó Shiro – Estoy diciéndoles desde la madrugada que mi hija solo necesita una prueba anti dopping para saber que cochinada le dio esta delincuente – agregó señalando a Fate.

- Señor Takamachi – dijo la doctora, soltando un suspiro – Le recuerdo que a sugerencia suya hemos practicado todo el screening anti dopping dos veces, y en ambas el resultado ha sido negativo. Definitivamente haremos varios exámenes nuevamente, pero no repetiremos ese screening por tercera vez.

Shiro estuvo a punto de reclamar, pero Momoko le pidió nuevamente que mantuviera la calma. La doctora les indicó que la siguieran hasta un pequeño cubículo ubicado en el pasillo, casi a punto de pasar a la sala de observaciones, con un sencillo escritorio en cuya superficie reposaban un par de carpetas y una taza medio llena de café que parecía haberse enfriado, además de una laptop encendida y una pequeña impresora de escritorio. Tomó haciendo, indicándoles que hicieran lo mismo en las sillas que se encontraban frente a ella. Al ser solo dos, Fate tuvo que quedarse de pie, pero igual eso no la molestaba. Sabía que era afortunada de que Momoko intercediera por ella para que pudiera estar allí, porque si le dejaran esa decisión a Shiro posiblemente ya hubiese llamado a seguridad para que la sacaran del hospital.

La doctora revisó un par de cosas en una de las carpetas, y luego de teclear por algunos segundos en el computador se giró hacia ellos.

- Bien, la condición de Nanoha es bastante estable, y luego de un par de horas posiblemente ya puedan pasar a verla. Sus valores de glóbulos blancos están bastante elevados para una persona sana, y también está anémica. Esto puede ser por una infección actual, que es lo que estamos intentando corroborar con estos nuevos análisis, como por infecciones recurrentes que haya tenido hace poco, e incluso si no es ninguna de esas dos podríamos empezar a pensar en otras opciones, así que incluso si ella se siente mejor el día de hoy, no consideraría recomendable darle de alta hasta que sepamos que está causando ese desequilibrio y le administremos tratamiento. ¿Está claro eso?

Tanto Shiro como Momoko asintieron levemente, mientras dejaban que la doctora continuara.

- Ahora, necesito que me indiquen si Nanoha ha sufrido algún evento médico importante, o han notado algo extraño en ella últimamente.

- Bueno, Nanoha estuvo bastante enferma cuando tenía siete años – contestó Momoko visiblemente preocupada – Pero esa ha sido la única vez que ha tenido que quedarse en un hospital. Shiro, no sé si tu hayas notado algo extraño en Nanoha.

- Por supuesto que no – contestó Shiro – Ella siempre ha sido una chica sana. ¡Nunca se enferma! Mucho menos en el tiempo que ha estado acá en Uminari.

- La verdad es que si se ha enfermado últimamente – murmuró Fate.

Shiro se volteó hacia ella, mirándola de manera suspicaz, mientras que la doctora la miraba expectante, pidiéndole que continuara.

- No sé si sea relevante – continuó diciendo Fate – pero se ha resfriado un par de veces en estos últimos meses. Y está comiendo un poco menos. Cuando le he preguntado me dice que es por el estrés, porque ya estamos en época de exámenes.

- Perfecto – murmuró la doctora, mientras tecleaba rápidamente en el computador - ¿No sabes si algún médico la revisó por su resfrío? ¿Si le indicaron algún medicamento?

- La segunda vez que se enfermó la revisaron en la enfermería de la universidad, pero dijeron que no era nada grave, solo le recetaron algunas vitaminas y ya.

- ¿Le hicieron algún análisis de sangre?

- No – contestó Fate – No le mandaron a hacer nada adicional, solo le dieron la receta para que comprara vitaminas.

- ¿Me puedes decir algo sobre ese resfriado? – preguntó la doctora – Es decir, ¿Fue leve?

- Bueno, la verdad es que fue bastante fuerte – admitió Fate – Nanoha dijo que no era tan grave, pero tuvo que quedarse en casa un par de días, y sé que se sentía bastante mal.

- Bien, esa información nos ayudará bastante. Ahora, les pediré que por favor regresen a la sala de espera. Una vez puedan ver a Nanoha saldré a buscarlos para que puedan verla unos minutos, pero por ahora deben seguir esperando afuera.

Luego de darle las gracias a la doctora que llevaba el caso de Nanoha caminaron hacia la sala de espera. Fate se apresuró a caminar hacia su proclamado rincón en la sala de espera, mientras escuchaba como a sus espaldas Momoko y Shiro empezaban a discutir por lo bajo, casi escupiéndose las palabras entre ellos. Una vez sentada intentó no mirar hacia la dirección en la que se encontraban, por lo que sacó su teléfono celular del bolsillo y entabló una ligera charla con Hayate, quién le preguntaba si había tenido noticias de Nanoha. Había incluso sacado sus audífonos para escuchar algo de música cuando sintió la presencia de alguien frente a ella.

Al alzar la mirada se encontró con la amable mirada de Momoko.

- Fate ¿Me acompañarías a almorzar?

Tuvo la tentación de decirle que prefería quedarse allí sentada esperando por nuevas noticias, pero después de todo lo que Momoko estaba haciendo por ella no era capaz de rechazar su invitación. Ante la mirada de soslayo de Shiro salieron de la sala de espera y caminaron hacia la cafetería, que por la hora aún no se encontraba tan concurrida. Eligieron una pequeña mesa para dos personas escondida en un rincón, y a los pocos minutos apareció una joven mesera a tomar sus órdenes. Momoko se ofreció a pagar la orden de ambas, y por más que Fate se negó la matriarca Takamachi logró su cometido.

Ahora solo estaban ellas dos, esperando una orden que tardaría aproximadamente media hora en salir, mientras la joven mesera colocaba frente a ellas un par de vasos con té helado.

Aunque aún estaba afectada por la mala experiencia que había tenido cenando con Shiro, esta parecía ser una escena completamente contraria. Sin embargo, Fate aún se sentía un poco recelosa de bajar la guardia.

- Fate, antes que nada quiero disculparme por la actitud que tiene Shiro. Te habrás podido dar cuenta de que no está muy de acuerdo con la idea de que a su hija le gusten las mujeres. – dijo Momoko, dándole un sorbo a su té helado.

- Sí, me he dado cuenta de eso – comentó Fate, suspirando – Pero quiero que sepa que mis intenciones con su hija son bastante serias, y bueno, creo que las de Nanoha conmigo son bastante serias también.

- Verte decirlo con esa decisión me lo asegura – agregó Momoko con una risita – Tranquila, yo no soy Shiro. Yo no tengo nada en contra de que a Nanoha le gusten las chicas, aunque sí me siento bastante aliviada ahora que te conozco.

Momoko hizo una pausa para tomar un sorbo más de su vaso, aprovechando el tiempo para poner su teléfono celular, que sonaba constantemente por lo bajo, en silencio.

- Me alegra mucho de verte tan comprometida con Nanoha. El hecho de que estés aquí en el hospital, a pesar de que Shiro te ha hecho cualquier cantidad de desplantes para colmar tu paciencia, me dice mucho de ti. – comenzó a decir Momoko – Imagino que Nanoha te habrá contado de que cuando iba al colegio salió con varias niñas ¿Cierto?

- Si, algo así me había dicho.

- Seguramente te contó muy a la ligera, restándole importancia. Pero esa época fue muy difícil para Nanoha, y, por supuesto, yo como su madre odiaba verla sufrir. Estoy segura de que Nanoha no la pasó peor en su paso por el colegio solo porque somos una familia con bastante dinero e influencias. Aunque ella lo negara, sé que esas chicas con las cuáles salía realmente le gustaban. Y cuando las conocía también me daba cuenta de que ellas solo estaban con Nanoha por interés, mientras conseguían un mejor prospecto. Aunque ella dijera que eso no importaba podía ver la decepción en su rostro cada vez que su novia en ese entonces empezaba a salir con otros chicos. Supongo que es comprensible que sintiera temor cada vez que ella me dijera que estaba saliendo con alguien nuevo, porque lo que menos quiero en el mundo es que la lastimen, y eso era lo que se empeñaban en hacer.

- Bueno, es completamente comprensible. Yo también me molesté mucho cuando me dijo que había tenido que salir con chicas así – dijo Fate – Pero personas así hay en todos lados. Es decir, no solamente te encuentras con personas así cuando tienes dinero, o algo así.

- Por eso tenía miedo cuando me habló de ti – confesó Momoko, esbozando una ligera sonrisa – Tenía miedo de que la chica de la que me estaba hablando maravillas por teléfono fuera igual a las otras, pero me alegro de ver que esta vez no es así.

Fate no quería sonrojarse, pero ante las palabras de Momoko fue imposible evitar que su cara se enrojeciera al instante. La cobriza frente a ella parecía estar divirtiéndose ante la cara apenada de Fate, o eso era lo que demostraba la manera en la que su sonrisa se ensanchaba.

- Ahora Fate, cuéntame de ti. ¿Vives sola en Uminari, cierto?

- Si – contestó Fate – Bueno, vivo con Reinforce, mi mejor amiga. Es la chica de pelo plateado que estaba en la madrugada en el hospital.

- Y estás estudiando ¿Verdad? Nanoha también me mencionó que eras músico.

- Si, estudio letras en la TSAB, y bueno, toco bajo en una banda… de punk – contestó Fate, suspirando.

- ¿De punk? – preguntó Momoko sorprendida.

- Así es – afirmó Fate.

- ¡Eso es genial!

La expresión de confusión de Fate tuvo que ser bastante evidente para que Momoko se apresurara a aclarar la razón de su comentario. Algo le decía que Shiro no había sido tan receptivo con esa confesión.

- Quizá te parezca extraño, pero cuando era joven escuchaba mucho ese tipo de música – admitió Momoko – Claro, en ese entonces no habían tantos subgéneros ahora, y apenas empezaba a escucharse eso del punk, pero me encantaba la energía que transmitía. Recuerdo que mis padres no me permitían escuchar esa música, entonces al salir de clases me iba con unas amigas a casa de una de ellas a la que si le permitían tener vinilos de punk, y pasábamos horas escuchando The Clash y Patti Smith mientras hacemos las tareas.

- ¿Está hablando en serio? – preguntó Fate, aún sin poder creer las palabras de Momoko.

- Sí, es en serio ¿Por qué te cuesta tanto creerme?

- Es que, wow, es súper extraño – confesó apenada Fate – Usted no pareciera alguien que escucha punk, y bueno, dudo mucho que en los charts de la música popular que pasan las emisoras hoy en día pasen algo similar a eso, y usted maneja una de esas empresas.

- ¡Ay Fate! La radio no es nada parecido a lo que era antes – contestó Momoko, soltando una carcajada – Lastimosamente cuando manejamos empresas tan grandes tenemos que seguir más una determinada corriente, por eso todos los días extraño la época de los noventa. El rock alternativo y el grunge eran tan populares que si o si tenías que tenerlos en tu programación. Sueño con ver días así nuevamente.

Hablando con Momoko, Fate se dio cuenta de que la matriarca Takamachi tenía una personalidad completamente opuesta a lo que se podría esperar para alguien con tanta influencia, o, por lo menos, era completamente a la de Shiro. Ya entendía de donde Nanoha había sacado tanta determinación en cada cosa que hacía, y en verdad el hablar con Momoko le causaba cierta sensación de tranquilidad. Después de la experiencia que había tenido que vivir con Shiro, el hecho de que parecía estarse llevando bien con otro miembro de la familia Takamachi aparte de Nanoha era bastante tranquilizador.

También se sorprendió de lo mucho que parecía conocer Momoko sobre la cultura underground, y de lo pendiente que parecía estar de cada paso de su hija, a pesar de la distancia. Ya empezaba a entender por cuál motivo Nanoha hablaba con tanta devoción de su madre.

- ¿Sabes qué Fate? Quiero darte las gracias por estar tan pendiente de Nanoha.

- No es nada Sra. Takamachi – dijo Fate, sonrojándose

- No, nada de Sra. Takamachi – se apresuró a decir Momoko – A partir de hoy eres parte de la familia. En verdad, lamento mucho todo el mal rato que te ha hecho pasar Shiro, pero estoy segura de que ni Nanoha ni yo nos estamos equivocando contigo. No me decepciones ¿Vale?

- Vale – asintió Fate, con una sonrisa.

Al parecer, al menos tenía a su suegra de su lado.