Los nombres o lugares mencionados en este fic son propiedad de J K Rowling y la Warner, igual otros nombres de marcas que les parezcan conocidas son marcas registradas (valga la redundancia)
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CAPITULO 2
AGRADABLE COMPAÑIA
Luego que Hermione se fuera, Harry cerró la puerta de la casa, y cuando giró para dirigirse a su cuarto, sus tíos y su primo lo miraban extrañados.
- ¿No van a decir nada sobre Hermione? – preguntó Harry.
- ¿De dónde la conociste? – Preguntó Tío Vernon
- Es mi compañera en el colegio Hogwarts de magia y Hechicería, lo es desde que estoy en primer año.
- Mientes – respondió tia Petunia.- Ella no es como esos seres... los pelirrojos
- Los Wesley, y no so seres, son magos como yo – Recalcó Harry.
- Ella... se viste como nosotros, se comporta como nosotros, tiene carro y maneja como nosotros – Dijo tío Vernon
- Piensen lo que quieran – dijo Harry – Pero en parte ustedes tienen razón, ella también es muggle, en cierta forma, como ustedes y... – Pensaba decir como yo, pero aunque él era un mago, al fin de cuentas él también era parte muggle porque había pasado muchos años, viviendo como tal. Se dirigió a su cuarto, cerró la puerta y comenzó a desempacar la ropa y los zapatos que había comprado en compañía de su amiga. La ropa la colgó y la puso en el closet, no sin antes sacar todos los juguetes, televisores, video cámaras, reproductores de videos y otras cosas que su primo había dañado cuando era niño. Luego se dirigió a la cocina y cogió varias bolsas para meter toda esa basura. Subió de nuevo a su habitación y guardó todos esos artículos inservibles en las bolsas. Luego bajó de nuevo con ellas y las depositó en la caneca de la basura, por supuesto. Volvió a su cuarto y terminó de guardar toda su ropa en el closet incluida las túnicas y los uniformes de Hogwarts.
Cuando hubo terminado, se cambió la ropa que llevaba puesta por una de sus pijamas, fue al baño, se cepilló los dientes, se lavó la cara y volvió a su habitación para disponerse a acostarse a dormir. En ese instante llegó su primo Dudley.
- ¿Qué necesitas? – preguntó Harry.
- En serio, dime de dónde conoces a Hermione – Le dijo su primo.
- No me creen, ella es una bruja y estudia conmigo en el colegio Hogwarts – Respondió Harry.
- ¿Pero como es que se comporta como una persona normal? – Preguntó de nuevo Dudley.
- Porque sus padres son normales, como tú y tus padres. Ahora si me permites me voy a dormir – Dijo Harry en forma agresiva.
- ¿Tienes su teléfono? – Preguntó Dudley
- ¿Disculpa? – Preguntó en forma aun más agresiva – Y si lo tuviera no te lo daría. ¿La vas a llamar para tratarla como me tratas a mí? ¿O para humillarla porque no es una persona normal? Ni sueñes. Ahora, retírate de la habitación. – Le gritó Harry, quien estaba sorprendido por la forma tan delicada como su primo lo estaba tratando. Realmente todos los sucesos del día habían sido extraños, y llegó a imaginar que de pronto todo lo que estaba viviendo era solo un sueño. Su primo se retiró de la habitación cerrando la puerta tras él, y Harry se acostó a dormir, pensó que iba a tener insomnio, pero no fue así sino que inmediatamente puso su cabeza en la almohada se quedó profundamente dormido.
A la mañana siguiente, Harry se levantó temprano, ya acostumbrado a madrugar en el colegio. Se dio un baño, se puso ropa vieja para ayudarle a su tía a arreglar la casa, la cual era una costumbre ya adquirida a lo largo de todos los años que había vivido en esa casa. Bajó, tomo el poco y desagradable desayuno que su tía le había preparado de mala gana, comió rápido y comenzó a arreglar el primer piso. Ese día se sentía muy contento, y estaba haciendo las cosas con esmero. Su tía y su primo no hacían más que mirarlo, pero a Harry eso no le importaba. Tardó toda la mañana en arreglar la casa y dejarla reluciente, igualmente, gastó mucho más tiempo en limpiar su cuarto y dejarlo totalmente ordenado, incluso le dio un nuevo lugar a la jaula de Hedwit, su lechuza mensajera, en un lugar donde no estorbara tanto en su cuarto. El mismo Harry estaba sorprendido de la forma en la que había actuado, pero luego llegó a la conclusión de que había sido Hermione la que había impulsado a realizar toda esta labor, ya que realmente se había sentido avergonzado con su amiga en el momento en que ella había entrado al cuarto y lo había encontrado en las malas condiciones en que lo había visto. Cuando por fin hubo terminado su labor, fue y se bañó de nuevo, no quería oler a sudor. Luego de haberse organizado de nuevo, con una de las prendas nuevas, se acostó en su cama a leer sobre el libro de quidditch que Hermione le había dado unos años atrás. Estaba muy concentrado leyendo cuando su primo Dudley se acercó a él.
- Tienes una llamada de Hermione, Harry – Dijo Dudley
- Harry bajó corriendo las escaleras y fue a la sala. Hola, Hermione – Contestó Harry – ¿Como te fue ayer camino a tu casa?
- Muy bien, Harry, sin ningún contratiempo.
- ¿Y a ti como te fue con tus familiares? – Preguntó Hermione
- Les agradaste, sobretodo a mi primo – Dijo Harry secamente.
- Si, de eso me acabo de dar cuenta, me pidió mi número telefónico - Dijo Hermione alegremente.
- ¿Y se lo diste? – Dijo Harry sorprendido.
- ¡¡Claro!! Es la única forma en la que no te tratará mal, Harry. No me gusta que te traten mal. Además, es para demostrarle también a tu familia que los magos y las brujas no somos seres extraños – Replicó Hermione.
- Pero tú nunca me has dado tu número a mi – Dijo Harry enfadado.
- Tú nunca me lo has pedido Harry. Entonces anota – Hermione, le dio su número de teléfono – Para que me llames cuando me necesites. Pero no te llamaba para eso, tengo un plan buenísimo para esta tarde. ¿Estás arreglado?
- Sí, estoy estrenando algo de lo que compramos ayer, ¿por qué?, ¿A dónde vamos?- Preguntó Harry
- En quince minutos estoy en la casa de tus tíos – Hermione cuelga.
Harry tambien cuelga y se queda esperando a que Hermione llegara a la casa de sus tíos. Al cabo de varios minutos llegó Hermione, vestida igual de bien como el día anterior. En esa ocasión fue tía Petunia la que abrió la puerta.
- Buenas tardes, señora Dursley. ¿Se encuentra Harry? – Preguntó Hermione
- Buenas tardes Hermione – Dijo tía Petunia cortésmente – Pasa.
Dudley, había bajado corriendo las escalas deprisa y jadeaba mientras saludaba a Hermione. Ella lo saludó de forma cortés pero a la vez indiferente y se dirigió a Harry, a quien saludó y le dio un beso en la mejilla.
- Bueno Harry, es mejor que nos apuremos, para que la tarde nos rinda. – Se apresuró a decir Hermione. Hasta luego señora Dursley, adiós Dudley, que pasen buena tarde.
- Harry y Hermione salieron de la casa y se subieron al carro de ella.
¿Y hoy donde me vas a llevar? – Preguntó Harry.
- Bueno, primero debemos ir a comprar otras cosas para ti. Y luego vamos a cine, hay una película nueva, que quiero ver, y yo sé que si invito a Ron o a Ginny, se mueren del susto al ver la pantalla. – Le contestó Hermione.
Hermione condujo hasta el callejón Diagon, donde fueron a un almacén especializado en quidditch. Hizo que Harry comprara varios afiches y souvenirs de este deporte para que colgara en su cuarto, y luego se dirigieron a un centro comercial donde compró portarretratos para que pusiera fotos de sus padres, de sus amigos, y de él. También le obligó prácticamente a que comprara implementos de aseo personal como desodorante, loción perfumada para el cuerpo, cremas para afeitar y luego de la afeitada, entre otros. Luego se dirigieron a la sala de cine del centro comercial y vieron una película de la cartelera de estreno. Cuando salieron del cine fueron a comer helado y después Hermione lo llevó de nuevo a casa de sus tíos.
- Hasta mañana Hermione, y gracias por todo – Dijo Harry y luego le besó en la mejilla.
- Hasta mañana Harry, que descanses – Respondío Hermione – Que pases buena noche.
Los días que pasaron a los dos anteriores fueron muy similares. Hermione iba todas las tardes por Harry, salían a conocer lugares de la ciudad que Harry no tenía ni idea que existían, iban a cine, a tomar algo en algún café o pizzería, o cualquier establecimiento de comidas rápidas. Hermione también hizo que Harry comprara para él un televisor de plasma para colgar en la pared, un teatro en casa, un teléfono para que pudieran conversar. Harrry todavía no había tenido tiempo de desempacar nada de todo lo que había comprado, porque Hermione ocupaba todo su tiempo libre y por la noche llegaba demasiado cansado como para ponerse a organizar todo su desorden. Harry había olvidado por completo tachar los días que faltaban para regresar a Hogwarts y cursar sus sexto grado, y también había olvidado que pronto cumpliría 16 años, ya que había pasado momentos muy agradables al lado de su amiga; es más, la relación con sus tíos y su primo se había vuelto menos tensa desde que Hermione frecuentaba la casa de sus familiares.
Una tarde, como las otras Hermione fue a su casa, y no decidieron salir para organizar todos los electrodomésticos que había comprado en días anteriores. Harry también había dispuesto de una pequeña biblioteca que su primo nunca había utilizado para poner en ella los libros del colegio, el mini componente para escuchar música, el home theater, y en ese momento estaba colgando con ayuda de su amiga el televisor encima de la pequeña biblioteca.
- Harry, en dos días me iré con mis padres a Portugal – Dijo Hermione un poco seria.
- ¿Te vas a ir a vivir? – preguntó Harry temeroso.
- No, tonto... sólo me voy a pasear por dos semanas. ¿Cómo crees que me iría, sin terminar de estudiar? Además... no me gustaría dejarte a ti con todo lo que pasa en este momento, claro que a Ron tampoco – Dijo Hermione – Además quiero estár aquí para tu cumpleaños que a propósito es mañana.
- Llegué a asustarme por un momento – dijo Harry un poco triste – ¿Así está bien el televisor? – Preguntó Harry tratando de cambiar de tema.
- Sï, esta derecho – dijo Hermione alejándose un poco para ver mejor.
- Listo – continuó Harry bajándose de unas pequeñas escalas que utilizó para instalar el T.V.
- Probemos como funciona – Dijo Hermione tomando el control del televisor y encendiéndolo, luego se sentó en una de las sillas de la pequeña sala que Harry tenía en su cuarto para pasar los canales – Maravilloso, ahora te ves un poco más civilizado – sonrío la chica.
- Sï... me veo como un chico normal, tal como dirían mis tíos.
Al día siguiente, Pigwidgeon lo despertó a picotazos, ya que llevaba en su pata un gran paquete y el cual ya le estorbaba. Harry se apresuró a quitárselo. Cuando lo abrió recordó que era el día de su cumpleaños. El paquete había sido enviado por su gran amigo Ron y su familia. Contenía una carta larguísima de su amigo felicitándolo por su cumpleaños, entre otros regalos que le había enviado el resto de la familia Wesley. Luego fue a darse un baño, desayunó, ayudó a su tía a arreglar la casa, como todos los días mientras su primo se dedicaba a ver televisión. Al medio día ya había terminado sus quehaceres y desde luego ninguno de sus familiares se acordaba que era el día de su cumpleaños, o por lo menos no querían acordarse. Luego de haberse arreglado recibió la llamada de Hermione Granger.
- Ya salgo para allá. Nos vamos para donde los Wesley – Le dijo apurada. Luego colgó y al cabo de quince minutos llegó. Tocó el timbre de la casa de los Dudley. Harry abrió la puerta y ella se le tiró encima dándole un abrazo muy fuerte. - ¡Feliz cumpleaños Harry! – le de forma que todos en la casa escucharan, y luego le dio un beso en la mejilla – Voy a dejar mi auto aquí estacionado, porque tu y yo nos vamos en tren, mira – le dijo entregándole un pequeño paquete – espero que te guste – Harry abrió el paquete y descubrió que era una gorra de béisbol de los Red Sox de Boston.
- No debiste... – Le dijo Harry.
- póntela – dijo la chica muy entusiasmada.
- Gracias – dijo Harry y se puso la gorra inmediatamente. Luego salieron de la casa y tomaron el autobús que los llevaba a la estación de tren para ir a la casa de los Wesley. El viaje demoraba una hora más o menos. Ron los estaba esperando en la estación para llevarlos a la Madriguera. Allí los gemelos, Ginny y la señora Wesley lo esperaban sonrientes.
- Feliz cumpleaños cariño – le dijo la señora Wesley mientras le daba un abrazote acompañado de un sonoro beso en la mejilla. Fred y George tambien lo felicitaron, igualmente Ginny, quien se puso colorada con tan solo mirarlo a los ojos y acercarse a él a darle un beso de felicitación en la mejilla.
En la casa de los Wesley, Harry pasó un momento muy agradable al lado de todos ellos, ya que él los consideraba su familia. Comió torta hecha por la señora Wesley, además de otros alimentos que ella había preparado para celebrar la ocasión.
Ya en la tarde Harry volvió con Hermione a la ciudad.
- Harry, espero que hayas pasado un día muy agradable – Dijo Hermione, mientras abría la puerta del auto para ir a su casa.
- Sï, siempre la he pasado muy bien al lado de todos ustedes – Dijo Harry
- Bueno, ya es hora de irme – dijo Hermione – cuídate por favor, prométemelo – en tono preocupado, mientras le daba un fuerte abrazo.
- Lo prometo, pero también prométeme tu que la vas a pasar muy bien, y no te vas a preocupar por nada, dedícate a disfrutar, y llámame inmediatamente llegues de tu viaje. – dijo Harry correspondiendo al abrazo de Hermione.
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Bueno, espero que le haya gustado estos dos primeros capítulos. El fic todavía es muy soso y lento pero se irá poniendo mejor a medida que avance en los capítulos.
Espero pues reviews de los que están leyendo este fic… y de antemano gracias.
