CAPÍTULO 9
CITA CON LOS ELFOS
Ginny llegó corriendo, pues no quería quedar mal, más de lo que siempre quedaba con ese chico. No entendía por qué Dumbledore había repartido las parejas para las rondas de esa forma. Nunca había tratado de cerca con aquel chico, pero es que en realidad era difícil tratar con él; siempre alardeando de lo que tenía o no tenía, un chico de "raza superior", era la mejor definición de sí mismo.
- No tenemos toda la noche – dijo Draco Malfoy cuando Ginny llegó a su lado
- Discúlpame Malfoy, traté de llegar lo más pronto posible – respondió Ginny respirando agitadamente debido a que había corrido mucho
- Ni que fuera el más de malas de todos. Ronda de guardia un sábado y con una Wesley para completar – bufó Malfoy mirando con desprecio
- Yo no te elegí para que fueras mi compañero de guardia, y yo tampoco es que esté muy contenta que digamos el que me haya tocado hacer guardias contigo – habló Ginny irritada
- Creo que en algo concordamos – afirmó Malfoy, quien comenzó a caminar
- Mira Malfoy, vamos que tener que soportarnos por todo este año, así que te sugiero que hagamos de estas guardias las menos discordantes posible – habló Ginny mientras caminaba detrás de el rubio.
Se encaminaron por uno de los corredores que conducían a los corredores de Hupplepuff, Draco Malfoy era quien dirigía la caminata. Era un momento incómodo pues Ginny, acostumbrada a hablar a toda hora, trataba de no modular para no causar una incómoda situación con el chico Slytherin. Vaya chico¿De qué podría hablar alguien con una persona que lo podría tener todo?
- Eh… - comenzó Ginny quien no aguantó un segundo más quedarse callada
- ¿No puedes quedarte en silencio por un segundo? Veo que lo que dicen de ti es cierto. No puedes controlar tu boca, que siempre tiene que estar abierta – habló Draco, antes de que Ginny pudiera decir algo
- Sí, tienen razón; no puedo estar en silencio por más de dos segundos. Es mi naturaleza. Además vamos a pasar más de una hora haciendo ronda, y quedándonos callados va a hacer que sea una tortura realizarla, y si a eso le sumamos que vamos a tener que hacer esto por todo un año… Vas a tener que aguantarme, y yo también tendré que aguantarte – replicó Ginny
Draco Malfoy suspiró en señal de darle la razón a la chica
- ¿Qué ibas a decir? – Preguntó Draco indiferente
- Pues… que siempre he sentido curiosidad sobre tu casa – dijo Ginny tímidamente, temiendo una reacción violenta por parte del Slytherin
- ¡Ah, sí? – Preguntó el chico
- Sí – dijo esta vez más segura – Es que todo el mundo comenta que vives en uno de los palacios más lindos que hay en toda Inglaterra
- Y tienen toda la razón en decirlo – afirmó Draco orgulloso – Ni cinco comparado con lo que debe ser tu "casa" – dijo el chico haciendo las comillas con los dedos índice y anular de sus manos
- Mi casa no podrá ser tan lujosa y amplia como seguramente es la tuya, pero vivo bien en ella – dijo Ginny un poco ofendida
- Tú sacaste el tema a flote, así que no te quejes – dijo Draco Malfoy mirándola desdeñosamente. Ginny se sorprendió que Draco le hubiera tuteado, como a un igual - ¿Y qué quieres saber?
- Pues… ¿cómo es tu casa?
- ¿Y porqué de repente quieres saber sobre mi casa? – dice Draco receloso
- Tenemos que hablar de algo¿no? – Afirmó Ginny alzando una ceja y mirándolo con seguridad – ¿por qué no empezar por saber como es tu casa?
- Vivo en un castillo, cerca de Mells, he vivido ahí toda mi vida. Es un lugar grande, lleno de habitaciones sin habitar, pues como sabes, como todo el mundo sabe, soy hijo único – dijo Malfoy con aire de superioridad
- Debe ser hermosa, cómo un castillo de cuentos de hadas, tal y cómo dirían los muggles- dijo la chica en tono soñador. Caminaba rápidamente para ponerse al paso del Slytherin.
- Está lleno de ventanales por los cuales entra mucha luz – continúo Draco sin prestar atención a lo comentado por Ginny, y mirando por un corredor, vigilando.
- No hay nadie por ahí, sigamos – habló Ginny mirando también y luego emprendiendo el camino, seguida de cerca por Malfoy. Luego de varios minutos de caminata llegan al corredor que conduce a la torre de astronomía y el chico se dispone a subir por las escaleras – No, no vayas por allá
- ¿Por qué? – Draco se gira y la mira interrogante
- Pues, por que… tú sabes que allá van las parejas. A ti no te gustaría que te interrumpieran si estuvieras pasando un buen rato con Pansy – Dijo Ginny con una sonrisa pícara a la vez que ponía un pequeño mechón de cabello detrás de su oreja
- ¿Y a ti quién te dijo que yo vendría a un lugar como éstos? – Preguntó Draco en tono malhumorado, y cruzándose de brazos
- ¡Ahá! – Ginny sonrío abiertamente mientras lo señalaba con su dedo índice derecho, luego poniendo la mano con la que lo señaló en la cintura – Ya sabía yo que andabas con Pansy. Pensé que tendrías mejor gusto con las mujeres
- Yo no te he dicho en ningún momento que estoy con Pansy – Malfoy baja el peldaño que había subido – Si quisiera llevar a alguien a algún sitio no sería precisamente este que es utilizado por todos los estudiantes de Hogwarts – Dijo reiniciando la caminata – ¿O es que acaso ya has ido allí con uno de tus noviecitos? – Preguntó con tono sarcástico
- ¿Ir? – Ginny pregunta un poco ofendida - ¿A ti que te importa?
- Entonces ya has ido – Afirmó Draco, sus ojos grises parecieron sonreír cuando miró a la chica
- Yo no he dicho nada. No hablemos mas de eso – Ginny comenzó a caminar rápidamente sintiendo que su rostro estaba del color de su cabello. '¿Quién se había creído ese chico para hacer ese tipo de comentarios?'
La ronda continuó en silencio, sin ningún contratiempo. Caminan a buen paso. Los habitantes del castillo comenzaron a dormirse pues ya había pasado de las 10 de la noche. Luego de 30 minutos de caminata Malfoy se detiene
- Hemos terminado – Dice Draco. Ginny se da cuenta que han llegado al mismo lugar donde empezaron la guardia. Mira a Draco con ojos cansados
- Creí que iba a ser difícil esta ronda contigo – Dijo Ginny rascándose los ojos
- ¿Por qué?
- Pues… ya sabes que no nos llevamos muy bien. Ni tu familia, ni la mía. La verdad no sé cual es el motivo para esa rivalidad. Pensé que la íbamos a pasar discutiendo y todo eso
- No ha pasado nada – respondió Draco
- Es verdad… Bueno. Me voy, tengo frío y sueño. Quiero aprovechar la noche para descansar. Que tengas buena noche Malfoy – Ginny gira en sus talones y comienza a subir las escaleras que conducen a los dormitorios de los Gryffindor.
Ya era martes y Hermione seguía enfadada con él, era increíble que eso sucediera. Nunca habían durado tanto tiempo enfadados, y para ser francos a Harry le parecía una tontería la discusión que había tenido con Hermione. Cuando llegó a la mesa del comedor ya Ron estaba sirviéndose su plato de almuerzo.
- ¿Y que te dijo Snape? – Preguntó Ron apenas Harry se sentó a su lado
- Adivina, un ensayo de un metro sobre el dichoso filtro ese. Claro, como tus aspiraciones son otras, no tienes que sufrir con ese martirio – Dijo Harry mal humorado mientras se servía también un poco de almuerzo
- Nadie te obligó a que escogieras la profesión de auror – dijo Ron al tiempo que partía un trozo de carne y se lo llevaba a la boca
Hermione llegó en ese instante a la mesa y se sentó frente a los chicos. Suspiró. Se sirvió unas papas asadas y una porción de carne asada y comenzó a comer sin decirles nada.
- ¿Todavía sigues enfadada conmigo? – Preguntó Harry no aguantando más. Hermione sigue partiendo un trozo de carne. Ni siquiera lo mira. Harry resignado tomó otra vez sus cubiertos y siguió comiendo
- Hermione, no es justo lo que estás haciendo con Harry – Ron intervino – Lo menos que quería él era que te enfadaras. Precisamente por eso no te dijo nada – Hermione tampoco lo determina. Pero Harry nota su mirada triste y a punto de llorar, sin embargo no dice nada. El ya no sabe como manejar esa situación.
Al cabo de un rato, Hermione se levanta de su puesto, toma su mochila y sale del gran comedor. Harry también se levanta, pues ambos tienen monitorías con los alumnos de segundo año. Hermione camina rápidamente por los corredores, sin embargo, Harry logra alcanzarla y cuando ella está a punto de abrir la puerta del salón de clases, él agarra la manga derecha de la túnica de la chica y la detiene. Hermione se gira y mira a Harry desafiante.
- ¿Qué quieres? – Pregunta la chica
- Mira Hermione – comienza a decir Harry – Esta discusión me parece una tontería – Hermione iba a refutar pero Harry puso su mano izquierda frente a su rostro, frenándola para que no dijera nada- Déjame hablar. Ya sé que debí decirte lo que ocurría con tus tejidos, pero como te dijo Ron hace un momento, precisamente, lo que menos quería era el estar en esta situación contigo. No me interrumpas, déjame terminar. Nunca, en todos estos años que llevamos de conocernos había pasado tanto tiempo sin que me dirigieras la palabra. Por favor, discúlpame. No volverá a pasar; pero debes comprender que no quería herirte. Y también creo que hay mejores formas de liberar a los elfos.
Harry estaba sorprendido, no creyó ser capaz de ser tan directo con ella, tenía en la cabeza cosas muy distintas que decirle, pero a lo hecho pecho. Hermione, quien permaneció con su cabeza gacha todo el tiempo que Harry estuvo hablando, sonrió y cuando iba a hablar, unos brazos se abalanzaron sobre Harry
- ¡Aquí estabas! – Dijo Daphne mientras abrazaba fuertemente al chico – No te vi esta mañana en el gran comedor
- Es que no fui a desayunar – respondió Harry apartando los brazos de la chica – Me quedé dormido – Mira a Hermione pidiéndole ayuda, pero ella ya ha girado sobre sus talones y ha abierto la puerta del salón. Se escucha el desorden que los chicos están asiendo dentro del recinto, que inmediatamente se apaga cuando Hermione cierra la puerta
- ¿Cómo te ha ido hoy? – Pregunta Daphne cubriendo el cuello de Harry con sus brazos
- Bien, todo ha ido bien hasta ahora – Responde Harry – ¿Daphne, podemos vernos más tarde? Ya voy a comenzar las monitorías
- Está bien – Responde Daphne y le besa en los labios – Tengo libre y voy a estar en la biblioteca
- Te buscaré allá – Dice Harry quien se ve interrumpido por un beso más apasionado de la chica. Luego de unos segundo se separa de ella – debo irme ya, chao
- Chao – Dice la chica mientras emprende el camino hacia la biblioteca
Harry se dirige al salón y cuando abre la puerta, todos los estudiantes ya se encuentran en sus puestos, pero hay una chica de pie hablando con Hermione, la chica se llama Rose Zeller, de Hufflepuff. Ni ella ni Hermione se habían percatado de su llegada
- No vuelvas a faltar por favor – Dijo la chica de Hufflepuff con voz de súplica – Tú eres mejor que esa chica, Daphne, con la que estaba viniendo Harry
- Haré mi mayor esfuerzo para no volver a faltar, pero Daphne también es muy buena, y deben saber que no voy a estar aquí toda la vida, ni Harry; así que deben acomodarse a cualquier monitor que les ayude. Ahora, cambiando de tema, hoy practicaremos el encantamiento de desarme "expelliarmus" que les debió enseñar en la clase anterior el profesor Macken. Formen parejas para que practiquen
Los chicos formaron parejas y Hermione con un movimiento de su varita hizo que los pupitres se fueran a un extremo del salón dejando un amplio espacio para que ellos pudieran practicar
- ¿Y bien? – Habló Harry a Hermione quien pegó un brinco pues no se había percatado de la presencia de Harry
- ¿Y bien qué? – Preguntó Hermione
- Pues que estabas a punto de hablar cuando Daphne llegó con su caluroso abrazo – respondió Harry sin darle mayor importancia
- La verdad no recuerdo de que trataba la conversación – dijo Hermione un poco pícara – además este no es el momento más oportuno para hablar, si me disculpas tengo que corregir uno que otro hechizo – dicho esto, Hermione se dirigió a una de las parejas y comenzó a indicarles como debían mover su mano de modo que hicieran bien el conjuro.
Harry debió esperar hasta el final de la monitoría para poder retomar su conversación con su amiga.
-¿Entonces? – preguntó Harry
- ¿Entonces que?
- Pues... sí vas a disculparme –dijo Harry
- Ah... eso, sí Harry no hay problema, pero... – Habló Hermione
- ¿Pero qué? – preguntó Harry
- Con una condición... que vayas conmigo mañana a las cocinas
- ¿A las cocinas¿A qué? – Preguntó Harry extrañado
- Es un asunto del P.E.D.D.O
- ah... siempre y cuando se acaben los problemas entre los dos – repuso Harry
- Deja de ser tontico... todo esto fue una tontería, tienes toda la razón, esa pelea fue una completa estupidez. Discúlpame tú a mi por ser tan inmadura
- Bueno ya, dejemos eso a un lado... ¿y a qué horas tienes planeado ir?
- Después de pociones. ¿Tienes algo para hacer?
- Pues... pensaba reunirme con Daphne en la biblioteca para adelantar trabajos; pero yo hablo con ella
- ¿No se disgusta? – Pregunta Hermione
- No creo¿o es que nos vamos a demorar mucho?
- No más de 45 minutos, creo. Sólo quiero observar, pero si voy a causar problemas como en las otras veces y con las demás chicas, lo dejamos para otro ocasión que puedas acompañarme
- ¿Otras veces?
- Cho Chang, San Valentín, etc., etc.
- Pero si no fue ningún problema
- Bueno, en todo caso, mejor habla con ella y me avisas luego de la cena
Los chicos se dirigieron a la biblioteca, pero allí se separaron pues Harry se reunió con Daphne a hacer los deberes escolares, y Hermione para no servir de farolito se fue a otra mesa al otro polo de la biblioteca.
- Daphne...
- Dime, sweety
- Pues, mira, he quedado ir con Hermione mañana a...
- ¿Hermione?
- Me pidió el favor que la acompañara para un asunto del P.E.D.D.O
- ¿Sigue con eso?
- Sí, entonces, era a ver si no es mucha molestia que empecemos a estudiar un poquito más tarde
- Pero Harry, desde la semana pasada habíamos quedado de estudiar juntos
- Ya sabes la discusión que tuve con ella precisamente la semana pasada, y como una forma de reconciliación pues quise acompañarla
- ¿Y quien es ella para que hagas ese tipo de favores? Yo tengo entendido que la novia tuya aquí soy yo, así que soy la prioridad
- Pero Daphne, ella es mi amiga, mi mejor amiga. Ella no ha dudado nunca en ayudarme, y realmente me sentiría mal si no la acompaño –Harry se justificó
- Has lo que quieras, Harry
- Pero no te enojes, no me voy a quedar con ella todo el día
- Eso ni lo pienses, fuera de que tienes todas las clases con ella, también quieres pasar todo el día con ella... o lo que es peor, ella es la que quiere estar contigo, claro, ya lo sospechaba
- ¿Qué estás diciendo? – Harry preguntó ofendido
- ¿Es eso? Ya se había demorado la niña, con el historial que tiene
- Estás muy equivocada Daphne, ella sería incapaz de hacer algo así
- Sí, cómo no. ¿Por qué crees que tu relación con Cho no progresó, porque ella se puso a hacer miles de cosas para impedir que estuvieras con ella.
- No estoy de acuerdo contigo
- Mira, haz lo que quieras. Es tu problema
- No, para evitarme problemas contigo mejor no voy, es más – dijo Harry poniéndose de pie – voy ya mismo a hablar con Hermione a decirle que no podré acompañarla
- Claro, corre, corre a los brazos de ella – respondió Daphne ofuscada
Harry se quedó en su lugar inmóvil. Ahora que lo pensaba, Hermione le había advertido de esa situación. Volvió a sentarse y tomó la pluma para seguir haciendo su tarea.
- ¿No vas a ir? – preguntó Daphne en forma de reclamo pero sin dejar de mirar su pergamino
- No, quiero evitarme más problemas contigo, Daphne; y la verdad no quiero discutir más – dijo Harry serio y prosiguió a continuar con su deber.
El resto de la tarde ambos estuvieron en silencio y no se dirigían la palabra más que para resolver dudas académicas.
- Harry, discúlpame actué como una tonta – habló Daphne por fin a la salida de la biblioteca – eso no es muy frecuente en mi - se detuvo y puso su cuerpo frente al de Harry quien también se había detenido – Y... no veo ningún problema que acompañes a Hermione a las cocinas. Y también es cierto lo que dijiste de Hermione, ella es tu mejor amiga, y llegó a tu vida primero que yo
- ¿Estás segura de lo que dices? – preguntó Harry entre incrédulo y sorprendido
- Completamente. Es más, tráeme algún manjar de las cocinas
- Será un gusto – dijo Harry sonriente
- ¿Entonces si me perdonas? – preguntó Daphne rodeando el cuello de Harry con sus brazos
- Olvidémonos de esa tonta discusión – propuso Harry abrazándola por la cintura
- Está bien – respondió Daphne y seguidamente lo besó
Cuando Harry entró en la Sala Común, Hermione se encontraba tejiendo, actividad que había tomado como rutinaria en las noches. Harry descargó su mochila en el piso y se sentó en un sofá al lado de ella
- ¿Cómo te fue con Daphne? – preguntó Hermione mientras seguía con su tejido
- Podríamos decir que bien
- ¿Y eso?
- Pues, que tenías toda la razón. La reacción de Daphne no fue la mejor; pero después recapacitó y no vio ningún problema en que te acompañara
- Me alegro
- Y... que estás tejiendo ahora
- Estoy aprendiendo a hacer jerseys, la señora Wesley me ha enviado unas revistas de tejer y estoy aprendiendo. ¿Cómo me está quedando? – Preguntó Hermione mostrándole a Harry el jersey que había iniciado
- No está mal para ser el primero – bromeó Harry. Hermione lo miró con cara de reproche
- Ah... ahora que estas aquí y desocupado, podemos empezar tus lecciones de tejido
- ¿Lecciones?
- Sí, tú te comprometiste conmigo a tejer para sacar adelante al P.E.D.D.O
- Pero si no sé siquiera como se cogen las agujas
- Esa es la parte más sencilla, Harry – Hermione sacó de su bolsa de materiales un par de agujas de croché y se las entregó a Harry – Estas son las tuyas, y esta es la lana con la que vas a tejer. Lo primero que vas a aprender es a hacer bufandas, pues es lo más sencillo para hacer...
Durante unas dos horas Hermione estuvo explicándolo básico de tejido. Harry como un niño pequeño le mostraba a su amiga cada puntada que daba a la bufanda. Ron que se había demorado en llegar porque le había picado el bicho de la responsabilidad, y se había quedado estudiando hasta tarde en la biblioteca, no paraba de gozarse a Harry por su labor.
Al día siguiente Harry y Hermione, luego de una agitada y no muy agradable clase de pociones (como era la costumbre), se dirigieron sigilosamente al cuadro de frutas que era la puerta a las cocinas de Hogwarts.
- Harry Potter, señor – Dobby saludó efusivamente a Harry cuando lo vio aparecer en la cocina, agarrándose de su pierna derecha- me emociona mucho que haya venido a visitarme, y que ya no está pelado con su mejor amiga, señor
- Hola Dobby¿cómo has estado? – Saludó Harry despegando a Dobby de su pierna
- Muy bien señor, muy bien. Pero la que no ha mejorado mucho es Winky, ya trabaja, le tocó resignarse, pero siempre está bebiendo
- Pobrecita – reclamó Hermione – todo por culpa de ese insensible hombre. ¿Dobby, podrías presentarme a todos tus compañeros?
- Claro, amiga de Harry Potter; será todo un placer – respondió Dobby haciendo una gran reverencia – acompáñeme por favor. Atención todos; ella es una estudiante del colegio y quiere conocerlos.
- Hola a todos – saludó Hermione sonriente. Los elfos la saludaron alegremente menos Winky que se encontraba en uno de los lavaplatos discutiendo con ella misma.
. ¿Cómo la has pasado Lobby? – Preguntó Harry sentándose en una de las mesas que imitaban a las mesas del gran comedor
- Sí, el trabajo es duro, pero yo no me quejo, peor sería que Lobby estuviera sin trabajo
- ¿Y todavía te rechazan tus compañeros porque recibes pago por tu trabajo?
- Ya no tanto, sólo hay un elfo que está en las mismas condiciones que yo aquí, es nuevo y se llama Bluddy. Hey, Bluddy te voy a presentar a...
- ¡El señor Harry Potter! – exclamó Bluddy cuando se acercó a Lobby y Harry – es un gran honor conocerlo señor. Me han hablado mucho de usted – Bluddy cogió la mano de Harry la movía fuertemente de arriba abajo, emocionado
- Mucho gusto, Blyddy – respondio Harry al tiempo que retiraba su mano de la nudosa mano del elfo
- Le gustaría alguna golosina? – Le preguntó Bluddy ansioso
- Bluddy es un nuevo cocinero, señor, es el encargado de hacer los manjares de la cena
- Ah... que bien – respondió Harry
- ¿Entonces si quiere un manjar, señor? – preguntó de nuevo Bluddy
- Si no es ninguna molestia – respondió Harry
- Al contrario es todo un placer – Bluddy se fue hasta el lugar donde se encontraba minutos antes y regresó luego de unos segundos con varios manjares en un plato
- Gracias
- ¿Dónde se sienta Harry Potter, señor? – Preguntó Dobby
- Aquí, exactamente aquí – dijo Harry sentándose en la extremo medio del comedor de su casa, hacia el lado de la Puerta del Gran Comedor - ¿Por qué lo preguntas?
- Es una sorpresa, señor
- ¿Qué estás pensando hacer, Dobby?
- Nada malo, Harry Potter, sólo quiero sorprenderlo
- ¿Bluddy, te podría pedir un favor? – Preguntó Harry
- Lo que usted quiera, señor Harry Potter
- Me puede regalara otro de estos dulces, es para llevárselos a mi novia
- ¿Su novia, señor? – Preguntó Dobby
- Sí, mi novia
- ¿Y su novia no la mejor amiga de Harry Potter?
- No
- ¿No?
- No
- Ah... – dijo Dobby decepcionado
Hermione pasó la siguiente media hora, hablando con los elfos, preguntándoles sobre su labor, que hacían en sus ratos libres, entre otras cosas pero sin tratar de intimidarlos u ofenderlos con sus preguntas. Harry admiraba la forma como Hermione formulaba cada una de sus preguntas, y los elfos lo respondían de una manera natural, y no se cansaban de ofrecerle golosinas a la chica, ni a él. Definitivamente, Hermione era una chica lista, y Harry no dudaba en ningún momento la capacidad de Hermione para llegar a las personas, y se sentía orgulloso de ser su mejor amigo.
Luego de 40 minutos de charla con los elfos, Harry y Hermione abandonaron las cocinas.
- Esta vez te fue bien con los elfos – habló Harry luego de haber salido de las cocinas
- Sï, siquiera. Esta vez estuvieron muy receptivos – Dijo Hermione
- ¿Y ahora para dónde vas? – Preguntó Harry
- Iré a la biblioteca a consultar algo sobre aritmancia, y luego no sé, me iré a dar un paseo alrededor del lago, para relajarme¿y tú?
- Pues, quedé de encontrarme con Daphne para hacer las tareas
- Bueno, entonces te acompaño hasta la biblioteca
- Ja, que graciosa – dijo Harry mientras simulaba una sonrisa.
Hermione sólo se limitó a sonreír.
Hola! Y mil disculpas a todos. Se me cae la cara de la vergüenza.
Aquí estoy de nuevo, después de miles de meses sin actualizar, pero no se imaginan por todo lo que he pasado este primer semestre del año. Pero regresé.
Para resumir un poco: Un semestre horrible en la universidad, me peleé con una de mis amigas de la universidad, las musas se iban cada que me disponía a escribir, y para colmo de males, me recibe la "grata" noticia del libro de JKR, que ha muchos no nos ha hecho muy buena cara, al contrario nos ha puesto a llorar y a renegar de ella.
Millones de gracias a todos los que siguen la historia y que me han escrito reviews.
Espero más reviews para esta ocasión.
Hécate san.
Como "ñapa de granero" el título del siguiente capítulo: Hermione, full of grace
