CAPÍTULO 10
HERMIONE, FULL OF GRACE
Noviembre había llegado rápidamente, con lo que el invierno también, y tal como lo había predicho Hermione, era uno de los más fríos que habían vivido los chicos en Hogwarts; la chica tenía más trabajo que nunca, bueno, no sólo ella, Harry y Ron también, porque la buena publicidad que había hecho el pelirrojo sobre la labor de Hermione se regó cual chisme de barrio por todo el colegio, y los pedidos fueron aumentando a medida que el invierno seguía su curso. Y el motivo por el cual sus productos eran tan apetecidos era porque la chica hacía los tejidos totalmente personalizados: que alguien quería una bufanda con figuras de dementotes (aunque no fueran muy agradables) ella los hacía gustosa, pues ayudaba a su causa. Harry no paraba de ayudarle, e incluso había dejado de permanecer algunos momentos libres con Daphne para ayudarle a Hermione con los pedidos, hay que anotar que Harry se había vuelto todo un experto; y como no, con todo lo que tenía para hacer. Lo mismo sucedía con Ron, el chico que se había negado en un principio a tejer, terminó por ayudarle a sus amigos, ahora no sólo tejía sino que también se encargaba de cobrar y de hacer la publicidad respectiva.
Era sábado y los chicos habían aprovechado para terminar los pedidos que les habían recomendado la semana anterior, los tres se encontraban en su sitio favorito de la Sala Común, al frente de la Chimenea, todos se encontraban muy concentrados, mientras Hermione tejía guantes, Ron tejía gorros y Harry por su parte tejía bufandas.
- Uy… hemos estado dándole a esto toda la tarde – Repuso Ron
- Sí, y nos ha rendido¿no les parece? – dijo Hermione sin dejar de tejer
- Si nos ha rendido pero yo ya no doy más, mis pobres manitos están cansadas – se quejó Ron – mejor descanso un rato
- Pero si tu eres el que menos ha tejido hoy, te quejas demasiado – dijo Hermione, dejando de tejer y mirando con reproche al pelirrojo – dile eso a Harry que ha tejido más que tú
- Pero él ya es todo un experto – reclamó Ron
- Y tu también lo eres, sino, no te dejaría tejer nada. Deja de quejarte y continúa tejiendo – dijo Hermione volviendo a retomar el tejido
- No, mejor me voy a cobrar, tenemos muchos morosos – dijo Ron dejando a un lado, el gorro que había acabado de tejer y poniéndose de pie para dirigirse al cuadro de la Señora Gorda.
- Nunca va a cambiar, es un perezoso – se quejó Hermione
- Debes entenderlo, antes es mucha gracia que nos esté ayudando, después que alegó diciendo que esa era labor para mujeres
- ¿Y a ti te parece una labor de sólo mujeres? – Le preguntó Hermione a Harry sin dejar de tejer
- No, para nada. O si no, no estaría ayudándote a tejer – respondió Harry sin dejar de tejer también
- Gracias Harry
- No hay de qué. Ya sabes que puedes contar conmigo pa' las que sea – dijo Harry en tono divertido.
- ¿Tú no estás cansado? – preguntó Hermione dejando los guantes que estaba tejiendo a un lado
- Bueno, la verdad un poco
- Tengo un frío, impresionante – repuso Hermione frotando sus manos
- Claro, cómo no, si estás alejada de la chimenea – dijo Harry sin dejar de tejer
- Ustedes dos estaban ocupando la silla grande, entonces me tocó sentarme en esta otra silla donde casi no da el calor de la chimenea
- Pero Ron ya se fue, ven y te sientas a mi lado para que te calientes – dijo Harry corriéndose a un extremo del sillón para que Hermione pudiera sentarse a su lado – ahora sí podrás calentarte
- Es que mira como estoy, tengo las manos heladas – dijo Hermione poniendo sus manos sobre las mejillas de Harry para que él corroborara que estaba fría
- Por Dios, estás que te congelas, claro, si estás descubierta – le reprendió Harry
- Tu tampoco tienes tu saco, ni tu bufanda, ni tus guantes
- Pero yo estoy bien, no tengo frío ni nada de eso
- Es porque tú desde hace rato estás frente a la chimenea, yo estoy en esa silla desde la tarde, cómo no quieres que tenga frío – reprochó Hermione
- Entonces, acércate más a la chimenea
- Tú estás ahí, o qué¿me siento sobre ti?
- Entonces acércate más, ven – dijo Harry tomando las manos de la chica y poniéndola entre las suyas – yo te caliento las manos – luego con su mano derecha tocó la nariz de Hermione – tu nariz ya está hipodérmica – dijo Harry divertido, pero de inmediato sintió un vacío en su estómago
- No te burles – dijo Hermione reprochando – oye, no quites tus manos, que están calientes – dijo la chica inmediatamente después de que Harry las había quitado – entonces, quítate yo me hago donde estás tú, porque la verdad me va a dar hipotermia
- ¿No tienes hambre? – dijo Harry mientras cambiaba de lugar con Hermione
- La verdad sí – respondió la chica, mientras ponía sus manos al calor de la hoguera
- ¿Vamos a comer algo? Antes de que los elfos quiten la comida del Gran Comedor
- Sí, haber si también me ayuda a quitarme el frío – respondió Hermione – pero espera yo voy a m cuarto por mis guantes, mi saco y mi bufanda. No me quiero ni imaginar le frío que estará haciendo afuera
Mientras Hermione iba por sus pertenencias, Harry la esperó en el sillón frente a la chimenea. Estaba inquieto¿qué era eso que había sentido cuanto tomó las manos de Hermione? Esa sensación percibida hacía poco, se asemejaba mucho a la sacudida en su estómago cuando vio a Cho Chang por primera vez, en tercer año en el partido contra Ravenclaw; o cuando vio a principio del año escolar a Daphne, sentada allí, radiante, en el carruaje. Sin embargo, hacía un momento además de ese pequeño sacudón en el estómago, sintió algo más, en su corazón, una punzada¿Qué era eso?
Hermione bajó las escalas provenientes de los cuartos de las niñas. Tenía puesta una bufanda diseñada y hecha por ella misma, la cual era de varios colores (fucsia, anaranjado, verde limón, azul cielo, amarillo pollito), unos guantes anti alérgicos de color gris claro, y un saco peludito del mismo color ceñido a su cuerpo.
- ¿Vamos? – Preguntó la chica cuando se hubo acercado a Harry, que permanecía sentado frente a la chimenea
- Sí – dijo Harry parándose de la silla y poniéndose un buzo representativo de la selección inglesa de fútbol
Se dirigieron al recuadro de la señora Gorda, saliendo Hermione seguida de Harry
- Está demasiado frío aquí afuera – Se quejó Hermione, apenas comenzaron a caminar
- ¿No será que te vas a enfermar? – preguntó Harry poniendo su mano derecha sobre la frente de Hermione y luego sobre su mejilla para cerciorarse de que no tenía fiebre. De nuevo la extraña sensación invadía su cuerpo, pero no le prestó mucha atención porque pensaba que se bebía al hambre y al frío que hacía fuera de la sala común – Me muero de hambre – dijo Harry apenas entraron al gran Comedor y encontraron sobre las mesas de cada una de las casas exquisitas viandas para saciarse hasta reventar
- ¿Entonces por qué no dijiste antes? – preguntó Hermione
Antes que Harry pudiera responder algo, el chico sintió que un bulto se abalanzaba hacia él.
- ¡Hola, Harry! – saludó Daphne a su novio efusivamente
- Hola – saludó también Harry
- Nos vemos en la mesa, Harry – se despidió Hermione, quién se dirigió rápidamente a la mesa Gryffindor
- ¿No te he visto en toda la tarde, dónde te habías metido? – preguntó Daphne mientras se abrazaba a el chico. Las amigas de la rubia también se habían marchado.
- Estuve toda la tarde ayudándole a Hermione con los tejidos – se sinceró Harry
- ah... – dijo de mal humor Daphne – debiste avisarme, pensé que hoy la pasaríamos juntos, tenía planes de ir contigo a Hogsmade.
- Discúlpame por no decirte – dijo Harry también abrazándola. Se sintió incómodo.
- ¿Y mañana..., tienes algo ya planeado? – preguntó Daphne
- Pensaba terminar los deberes en la mañana, para tener la tarde libre
- Listo, perfecto – dijo animada Daphne – entonces mañana en la tarde la pasaremos juntos. ¿Te parece?
- Está bien
- Hace días que no estamos juntos, ya me estabas haciendo falta – dijo Daphne, y luego besándolo suavemente a Harry – La verdad es que no pasamos mucho tiempo juntos.
- Discúlpame por dejarte tan sola, es que he tenido mucho por hacer
- Te entiendo, pero considera un poco el hecho de que soy tu novia, y que también deberías destinar parte de tu tiempo para estar conmigo
- Tienes razón. No te he dedicado el tiempo suficiente, como debería. Mañana encontrémonos después de la hora del almuerzo, e iremos donde tú quieras.
- Estaré esperándote ansiosa. Ahora vete a comer, que estás frío
- Hasta mañana, entonces.
- Hasta mañana, Harry – se despidió Daphne, besándolo de nuevo – Te quiero.
Harry no supo que responder a esta declaración de Daphne. Se sintió culpable, ya que las palabras de la chica habían sonado verdaderas. Sólo se limitó a besarla y dirigirse a la mesa donde su amiga ya estaba sirviéndose la comida.
- Apúrate que pronto van a quitar la cena de la mesa – dijo Hermione sin mirar a su amigo, pues estaba sirviéndose un poco de ensalada.
- Sí
- Una buena cena, para completar el día. Por que mañana… no sé como haré para hacer lo que tengo que hacer
- Valga la redundancia – respondió Hermione divertida, mientras se llevaba un trozo de carne a la boca.
- Pero captaste la idea – dijo Harry mientras se terminaba de servir un puré de papas
- Sí, eso indica que te faltan deberes por hacer y que hoy no los hiciste por estar tejiendo. Muy irresponsable de tu parte – dijo Hermione seria, y agregó – sabes que primero están tus deberes escolares y después el tiempo de ocio. ¿Por qué no me dijiste que tenías cosas para hacer?
- Te vi muy ocupada con los tejidos y… No vamos a empezara discutir por esto ¿o sí?
- No… no quiero volver a discutir contigo. Hagamos algo, para remediar este embrollo, mañana te ayudaré a terminar tus deberes.
- Pero tu siempre…
- Nada de peros… hagamos de cuenta que te estoy pagando por el favor que me hiciste hoy
- Hay algo, no puedo dedicarme todo el día a hacer los deberes porque quedé con Daphne de estar toda la tarde con ella.
- ah… pues madrugamos a estudiar y listo
- ¿Madrugamos¿No te da pereza?
- un poquito, pero todo sea por la causa.
- Gracias, Hermione
- No hay de que
Terminan de comer en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos. Y lo mismo sucede cuando se dirigen a la Sala Común, no dicen una sola palabra en todo el trayecto… pero Harry siente que es suficiente con la compañía de su amiga, ese día se había sentido muy cómodo con su presencia, pero al mismo tiempo se sentía nervioso al establecer cualquier contacto con Hermione. ¿Qué estaba pasando con él?... No sería que… Eso no podía ser posible, y menos con su amiga.
Ese día la veía increíblemente hermosa, mas linda que nunca, la blusa que traía puesta se fijaba perfectamente a la forma de su cuerpo, su busto, su cintura, era como las modelos de las revistas muggles, ese jean… con algunos rotos en puntos estratégicos de sus piernas, no podían estar mejor situados… y la forma como tenía cogido su cabello: una cola desordenada que la hacía ver perfecta… ¡UN MOMENTO! Hasta hace poco Harry la veía como un amigo más, sí un amigo, no amiga… como un "parcero" del alma, al que se le contaba todo… pero ese día… ya no era su "parcero" si no que se había transformado de un momento a otro en una niña…, en una mujer. De repente recordó cuando en el verano ella llegó a la casa de sus tíos con esa falda diminuta… ¡STOP HORMONAS! No es el momento de alborotarse…
- ¿Ya se te quitó el frío? – preguntó Harry a su amiga mientras se sentaban frente a la chimenea de la sala común, Harry muy cerca de su amiga.
- Sí, me hacía falta comer – dijo Hermione, y luego bostezando abiertamente – pero creo que me ha dado sueño… - ¿qué horas son?
- No tengo reloj, recuerdas que se me dañó en…
- ¿Cuarto grado durante la segunda prueba del Torneo de los tres magos?. Sí, ahora lo recuerdo
- Que buena memoria
- Gracias. Iré por un libro, ya regreso – Hermione se levantó y se dirigió a las escaleras de los cuartos de las mujeres al cabo de dos minutos regresó con un grueso libro en sus manos
- ¿Qué estás leyendo? – Preguntó Harry interesado
- La saga de los reyes malditos, de Maurice Druon; un autor muggle, sus libros son best seller
- ¿Y de que trata la historia?
- Todo comienza con el rey Felipe Hermoso de Francia y todo las personas que lo rodean con sus manipulaciones, enredos y un sin fin de situaciones. Voy en el cuarto
- Qué interesante
- Sí – dice Hermione mientras se sienta en la alfombra y se recuesta contra el sofá que da frente a la chimenea y comienza a leer. Luego de un momento ella se voltea hacia el chico y le pregunta: - ¿Quieres leer?
- No, quiero recostarme un rato – responde el chico
- ¿Entonces nos vemos mañana a las ocho en punto para comenzar con las tareas?
- No, me voy a ir de aquí, sólo me voy a recostar un rato en este sofá que me está llamando a gritos
- perdón
- disculpada – Harry se recuesta quedando su cabeza cerca de la cabeza de Hermione, de modo que podía olerla. Hermione se había concentrado rápidamente en el libro y no se percataba que él la miraba fijamente, y de nuevo comenzaba a divagar… ¿estaba comenzado a gustarle su amiga¿acaso ya no la veía como sólo eso?. Pero eso sería como el fin del mundo para él… y no quería quedar en evidencia.
Ambos estaban tan concentrados en lo suyo, que ninguno se percató que Ginny pasó rápidamente por su lado mascullando sobre su llegada tarde a la ronda habitual de los sábados, con Malfoy.
Harry luego de mucho pensar… en Hermione, Daphne, Cho, compararlas las unas con las otras, compararlas con quidditch quedó profundamente dormido, y eso que sólo iba a recostarse. Hermione tampoco se dio cuenta que Harry estaba dormido cuando ella recostó su cabeza al sentadero del sofá, cerca de Harry y quedándose profundamente dormida. La escena, vista desde la entrada de la Sala Común era profundamente romántica, para las chicas, como Lavender y Parvati, Pero para un chico como Ron, la cosa no pintaba muy bien, su amigo, una vez más estaba llevándose algo que él deseaba, o creía que deseaba, o creía que se estaba llevando.
- Harry, levántate – dijo Ron a su amigo, sacudiendo su hombro
- ¿mm? – dijo Harry como respuesta
- Es mejor que vayas a dormir, a tu cama, y hay que despertar a Hermione que le va a dar tortícolis.
Harry todavía no había visto a Hermione tan cerca de él, pero cuando se percató de su presencia, y tan cercana, se levantó de inmediato.
- ¿Qué pasa? – preguntó Ron sorprendido
- Sí, tienes toda la razón. Hermione le va a dar algo en tan mala posición – respondió Harry evadiendo la pregunta del pelirrojo, y luego tocando suavemente el hombro de Hermione, la llamó para que despertase.
- ¿Qué pasa? – Preguntó Hermione mientras se estiraba - ¿hace mucho estoy dormida? – preguntó Hermione en cuanto vio a Harry sentado en el sofá
- No lo se, porque también me quedé dormido. ¿hace mucho rato estás aquí Ron?
- No, hace 5 minutos más o menos, y son casi las 11, así que calculen más o menos hace cuanto se quedaron dormidos.
- ¡Llevamos casi tres horas y media aquí! – dijo Hermione impresionada - No creí que estuviera tan cansada – y luego de bostezar y estirarse como un gatito – Chicos nos vemos mañana, que descansen.
- Que pases buena noche – dijo Ron como despedida
- Lo mismo para los dos, que sueñen con los angelitos – Respondió la castaña mientras subía por las escalas hacia los dormitorios de las chicas.
Harry despertó temprano ese domingo, demasiado temprano para su gusto. De repente abrió los ojos, sin tener sueño, ni nada por el estilo… que se le iba a hacer, igual tenía muchas cosas por hacer ese día, así que con resignación se levantó de la cama. Observó a sus compañeros de cuarto, cual de todos más dormido, y sintió una envidia tremenda por cada uno de ellos. Se dirigió a su baúl y buscó la ropa que tenía planeado ponerse: unos jeans diesel, una camiseta roja con "retazos" de figuras abstractas color beige, su ropa interior y los elementos de aseo personal, incluidos desodorante, talco para los pies, cuchilla, crema para afeitar, loción para después de la afeitada, champú para el pelo (hacía días no se lavaba el pelo y ya se veía desagradable), entre otros… Ese día sentía la necesidad de verse impecable, pues claro, si iba a salir con su novia, entonces debía estar decente para ella… pero no era sólo el encuentro con Daphne, era algo más.
Se dio una buena ducha con agua caliente, se organizó lo mejor que pudo su pelo, aunque la verdad no le importaba mucho ya que se estaba usando llevar el pelo en puntas y "desordenado" así que su pelo no tenía necesidad de hacer mucho por sus "mechas". Luego de 30 minutos de acicalarse, salió del baño, tomo de su baúl un suéter con capucha color gris oscuro, y se dirigió hacia el Gran Comedor. Al llegar a la Sala Común de su casa, tuvo la esperanza de encontrarse con Hermione, pero no la vio por ningún lado. Al salir de la sala, todavía estaba oscuro afuera, pero por los ventanales se veían visos de los tímidos rayos de sol saliendo por el oriente. Cuando llegó al Gran Comedor, ya había varios estudiantes sentados desayunando, esto no sorprendió mucho a Harry pues se avecinaban los exámenes de final de trimestre, y los alumnos, sobre todo los de séptimo año, dependían de estos exámenes trimestrales para poder obtener su título al salir del colegio.
Harry se ubicó en la mesa de la casa de la que hacía parte. No se había acabado de sentar cuando sintió un fuerte abrazo y un beso sonoro en su mejilla.
- ¡Buenos días, sweety! – dijo una Daphne entusiasmada
- Hola, Daphne – dijo Harry correspondiendo el beso de su novia
- No esperaba verte a esta hora por aquí, me imaginé que estabas en el sueño n
- No eres la única se levanta temprano por aquí¿ya desayunaste?
- Estaba a punto de hacerlo, podemos desayunar juntos, si quieres
- Claro, como no voy a querer
- O.K.
Desayunaron en silencio. Ella, granola con fresas y yogourt, y él Huevos revueltos con cebolla y tomate y tocineta, pan, y café con leche.
- ¿No quedas con hambre con ese desayuno?- dijo Harry un tanto preocupado, era la primera vez que desayunaba con su novia. Además, no estaba acostumbrado a ver una chica comer tan poca porción, pues Hermione desayunaba lo que él consideraba un desayuno "normal", o sea lo que él estaba desayunando en ese momento.
- No, querido. Es suficiente para mí, con esto quedo super llena hasta el almuerzo.
- Bueno, debo irme ya para que me rinda la mañana – dijo Harry levantándose de la silla – nos vemos más tarde – besó a su novia en la cabeza suavemente.
- Chao, hasta la tarde – respondío Daphne diciendo también adiós con su mano.
Harry llegó a su habitación, lavó sus dientes y cogió su bolso con los útiles dentro. Ron y sus otros compañeros de cuarto todavía estaban dormidos. El chico llegó a la Sala Común con la esperanza de encontrarse con su amiga, pero estaba tan desierta como cuando la había dejado más temprano. Imaginó que mientras el subía por sus cuadernos, ella había bajado, así que decidió adelantarse e ir a la biblioteca para comenzar a hacer los deberes.
Al llegar a la biblioteca ya había varios chicos, la mayoría de séptimo grado, estudiando. Harry se dirigió hacia la mesa donde acostumbraba estudiar con sus amigos. Mientras se acercaba al lugar, caminando a por un corredor lleno de libros de pociones, biografías y tratados de los mejores elaboradores de pociones de todos los tiempos, el chico pudo reconocer el contorno de su amiga. ¡Que chica para madrugar! Sonrió Harry para sus adentros. Hermione le explicaba a un estudiante de cuarto año sobre la ubicación de un libro cuyo nombre Harry no alcanzó a escuchar. Este, permaneció tras el asiento de Hermione, recostado sobre una estantería, mientras ella terminaba de orientar al alumno, hasta que este último se fue del sitio.
- Buenos días, madrugadora – saludó Harry acercándose a la mesa. Hermione dio un respingo
- ¡Me asustaste! – Dijo Hermione luego de reconocer a su amigo – Hola Harry, tu también madrugaste mucho hoy. ¿Dormiste bien?
- Como un bebé; pero parece que tú no dormiste mucho
- ¿Por qué lo dices?
- Pues, porque ya estás aquí – dijo Harry sentándose en una silla cerca de la de su amiga
- Tu también
- Sí, pero a lo que me refiero es a… ¿Cómo haces¿No estás muy cansada?
- Nop, creo que dormí lo suficiente, pues antes de las seis abrí los ojos como si un despertador se hubiera activado dentro de mí
- Lo mismo me pasó, aunque no tan temprano. ¿Ya desayunaste?
- Hace rato
- ¿Y por qué no nos encontramos en el camino?
- Cosas del destino
- Sonaste a Trelawney – dijo Harry divertido – Tú, hablando de destino
- Es un decir. Bueno¿con qué quieres empezar?
- Creo que con Herbología, no está muy larga la tarea¿o sí?
- No. Entonces traeré un libro súper completo que encontré el otro día – Dijo Hermione lentandose de su asiento y adentrándose al corredor, el mismo por el cual Harry había llegado. La chica llevaba puestos unos jeans con pequeñas partes deshilachadas en sus rodillas y muslos pero sin llegar a romperse, vestía una blusa de pana suave color gris claro con magas tres cuartos, el cuello de esta se ladeaba hacia un lado dejando al descubierto un tirante muy delgado negro de su brasier y su piel blanca y suave. Su pelo estaba peinado con dos trenzas a los lados pero sobre su cabeza había una pañoleta violeta, con pequeños visos color dorado envejecido, dejando ver sólo una parte de sus trenzas y unos flequillos en su frente. Su calzado por otra parte, eran unos tenis converse color negro. Su maquillaje era suave, sólo se había aplicado un poco de rubor, pestañita que hacían ver sus pestañas muy crespas y largas y un toque de brillo en sus labios. Esos labios… ¡OE! La chica regresó a la mesa con un tratado de Herbología, más grande que una enciclopedia Larousse Ilustrada. Era un libro inmenso con sus hojas ya desgastadas; se notaba que llevaba varios años en el mundo; las hojas estaban protegidas por una cubierta color verde militar que traía escrita en su portada "Tratado de Herbología" con letras color dorado, igualmente en el borde de la portada había dibujos de varias hojas de diferentes especies también en dorado, como una especie de enredadera que recorría toda la portada del libro.
- ¡Aquí está! – dijo Hermione un poco agitada por el peso del libro y descargándolo en la mesa dio un suspiro y sentó de nuevo en la silla que había ocupado momentos atrás.
- ¿Qué es esto¿La Biblia de la Herbología? – dijo Harry sorprendido con la llegada de la chica, y con el tamaño del libro
- Debería llamarse así – respondió la castaña todavía respirando con dificultad debido al peso del libro
- ¿Porqué no me dijiste que era tan pesado, y tan grande? Lo hubiera traído yo
- He cargado cosas más pesadas. Comencemos ya, si queremos que pases toda la tarde con tu novia
Hermione comenzó a explicarle de nuevo las propiedades de las plantas que habían visto esa semana en clase, ya que Harry no se acordaba de nada. Hermione pacientemente explicaba y le daba algunos trucos para redactar el ensayo. Mientras Harry escribía algo, o trataba de escribir, ella leía sobre aritmancia y tomaba apuntes en pergaminos. El chico cuando perdía la concentración, lo cual era muy frecuente, se quedaba embelezado mirando a su amiga. De cierta forma, Hermione era la persona que Harry más admiraba y respetaba después del Profesor Dumbledore; pero en esos momentos de desconcentración no podía verla más como una persona de admirar; contemplaba sus rasgos y veía a una niña tierna, un poco sensible o delicada, su figura daba la impresión que era una chica frágil, pero a él no le parecía; para Harry, Hermione era su polo a tierra, un persona que le brindaba seguridad, fuerza, que le animaba a seguir adelante con su misión. ¿Cómo no se había dado cuenta de eso antes? Hermione de vez en cuando volteaba a verificar si su compañero estaba trabajando en la tarea, y cuando lo pillaba en esos momentos de desconcentración lanzaba mirabas inquisidoras para que él continuara con su labor. Esto le encantaba a Harry. Estás empezando a gustarme, y no me gusta… me asusta el verte como te estoy viendo ahora
- ¡Harry!
- ¿Qué? – respondió Harry un poco abrumado
- ¿Terminaste el ensayo? – Preguntó Hermione con un halo de impaciencia
- Creo que sí. Échale un vistazo para saber si quedó bien, o si debo agregarle algo más
Hermione tomó el pergamino en el cual Harry estaba haciendo el ensayo para Herbología. Fruncía su nariz, esto era una señal que debía corregir algo; a Harry siempre le había gustado la forma como la chica fruncía su nariz cada vez que no estaba muy conforme con algo que él o Ron escribían para las tareas. La chica, tachaba algunas partes y escribía sobre estas, tratando de corregir lo que Harry había escrito en sus pocos minutos de concentración. Al cabo de unos cuantos minutos, la chica devolvió el pergamino a Harry, haciéndole las observaciones pertinentes para que él lo corrigiera. Pasaron el resto de la mañana haciendo deberes sobre pociones, DCAO, arreglando el cronograma de las monitorías de esta última, y estudiando para el quiz de transformaciones. Terminaron cerca de las 12:30 todas estas labores.
- ¡Casi no acabamos! – dijo Harry desperezándose y bostezando abiertamente – ya era hora, porque tengo un hambre, que parecen dos.
- uy sí, no me acordaba que esas tareas eran tan largas. Siempre con el vicio de dejar todo para lo último – dijo Hermione cerrando un libro ajado sobre transformaciones
- Ni tanto, mira que ese trabajo de pociones es para el jueves
- Pero tú ya conoces al profesor Snape, le encanta dejar talleres y trabajos para hacer en la semana
- Pues si, ahí si tienes toda la razón – dijo Harry levantándose de su asiento – pero vamos ya, o si no, no quedará nada de almuerzo para cuando lleguemos al Gran Comedor
Almorzaron en silencio, y luego se dirigieron a la sala común de Gryffindor a llevar sus útiles, cuando Harry hubo regresado de su cuarto y haber dejado sus útiles y envuelto en una chaqueta gruesa, con la bufanda que Hermione habia tejido para él, con unos guantes gris oscuros antialérgicos, y un pasamontañas del mismo tono, la chica ya se encontraba acomodada en el sillón frente a la chimenea y estaba abriendo el libro que estaba leyendo la noche anterior.
- ¿No vas a Hogsmeade? – preguntó Harry cuando se acercó a ella
- No, me quedaré mejor aquí – respondió la chica mirando a los ojos a Harry
- Si quieres puedes venir conmigo y Daphne para que no te quedes aquí sola, pues Ron no da muestras de su existencia por estos lares.
- No, Harry. Prefiero quedarme aquí que servirles de violinista, farolito o cualquier otro acompañamiento romántico a ti y a Daphne
- No lo había visto de esa manera – dijo Harry a manera de disculpa
- Parece que no vieras todavía a Daphne como tu novia – afirmó-pregunto Hermione
- No es eso, sólo que no había pensado en lo incomodo que debe ser el acompañar a una pareja. Bueno, me voy entonces; pero si cambias de parecer, por allá nos vemos – dijo Harry, e hizo un ademán con su mano de despido – Chao
- Chao, hasta la noche – se despidió también Hermione
Harry se encontró con Daphne en la gran portón del colegio. Ella llevaba una chaqueta blanca abollonada con capucha y esta tenia en su borde una pelusa del mismo color, ella traía unas botas de color blanco también hasta la mitad de sus piernas también con pelusa en sus bordes (estilo botas de Mía Colucci o Jessica Simpson), unos guantes grises claros antialérgicos y una bufanda de los colores del arco iris, pero en tono pastel y se degradaban.
- Hola – dijo Daphne cuando llegó a la puerta. Se veía feliz y radiante
- Hola – saludó también Harry. La abrazó y la besó
- ¿Cómo te fue esta mañana? – preguntó la chica, mientras los dos cogidos de la mano se unían al grupo que visitaría el pueblo mágico
- Bien, he alcanzado a termina todos los deberes
- Entonces te rindió mucho
- Sí, bastante – dijo Harry - ¿Y a ti como te fe esta mañana?
- Pues bien, no hice mucho; sólo me la pasé durmiendo
- ¿Así de cansada estás? – preguntó Harry
- No, como no tenía nada para hacer, mejor me puse a dormir
- ¡Pero que vida la tuya…¡Que estrés en el que vives! – bromeó Harry. Daphne se limitó a sonreir, a besar a su novio y a abrazarlo.
Cuando llegaron a Hogsmade, este estaba lleno de alumnos de tercer año que estaban visitando el lugar por segunda vez, a la mayoría se le veía precipitarse hacia Honeydukes, la tienda de dulces. Así que para evitar tumultos de personas "empalagosas" decidieron ir primero a un lugar mucho más calido e intimo, Madame Tudipié; en este no habían tantas personas, solo unos cuantos en los sofás amplios leyendo revistas, libros, magazines frente a una inmensa chimenea tomándose un delicioso café con galletas de mantequilla; y unas cuantas parejas o grupos pequeños de amigos sentados en las mesas decoradas sencillamente con manteles blancos y tasas de café de colores vistosos. Daphne escogió un lugar apartado de local frente a una ventana que daba a la calle por donde transitaban todos los lugareños y otros magos. Cada uno pidió una taza de café, Harry lo acompaño con deliciosas galletas especialidad de la casa y la rubia con una porción de torta de chocolate. (N/A: Tengan en cuenta que la información que acabé de agregar aquí es a libre albedrío. ¡Dios bendiga al que se inventó a los fanfics!) Durante el tiempo que estuvieron en el sitio hablaron de sus vidas, del colegio, las clases, Snape, DCAO, Lord Voldemort, y cosas más importantes como el futuro, a lo que pensaban dedicarse luego de abandonar Hogwarts; en ese rato, se rieron, abrazaron, discutieron, se disculparon, volvieron a reírse… En un momento donde ellos estaban hablando sobre Snape, y se lo estaban gozando con toda la gana, Harry fijó su mirada en la calle y vio pasar a Hermione, la chica llevaba unas botas para el frío, negras, usaba una chaqueta que llegaba hasta la mitad de sus muslos color gris oscuro de pana de corte elegante, que la hacía ver muy estilizada, un gorro negro en su cabeza para protegerse del frío y unos guantes negros que hacían juego con su chaqueta. Llevaba un bolso terciado grande, a Harry no le pareció raro que estuviera comprando cosas para el colegio como pergaminos o plumas, típico de ella; pero al mismo tiempo la vio tan frágil y sola, que sintió unas ganas inmensas de dejar allí tirada a Daphne y correr a su lado y acompañarla el resto de la tarde, la extrañó muchísimo en ese instante que la vio caminando por el paraje.
- ¿Harry, si me estás escuchando? – preguntó Daphne interrumpiendo los pensamientos del chico
- Sí, sí… ¿Te parece si pagamos ya? – Preguntó Harry como evasiva – y vamos a Honeydukes, quiero abastecerme
- Está bien – dijo la chica dulcemente.
A Harry en realidad no le chocaba la compañía de su novia, pero ya no se sentí totalmente seguro a su lado, había algo que no lo llenaba totalmente; Daphne era una chica agradable con la que se podía hablar de cualquier cosa, pero desde hacía días que eso no era suficiente para el chico, se sentía más a gusto estando al lado de su mejor amiga, ella llenaba todos los vacíos que él tenía, y lo comprendía tan bien…
En Honeydukes, Harry compró varios chocolates para su novia y para llevarle a Hermione (¡OH! dilema¿la rubia o la castaña?) y también dulces para tener que comer durante las clases como Historia de la Magia, y otras no tan interesantes. Pasaron un buen rato escogiendo de la gran variedad de dulces que allí había y probando las muestras gratis de los productos recién salidos al mercado. Luego de unos 40 minutos de permanecer en el local, los novios se devolvieron al colegio. Al llegar a la gran puerta de entrada al colegio se despidieron y cada uno se encaminó hacia la sala común de su casa. Cuando Harry pasó por el retrato de la Señora Gorda, vio a su amiga sentada sobre la alfombra frente a la chimenea, tenía el libro de Maurice Druon sobre la mesa del centro de la pequeña sala y estaba recostada sobre su brazo leyendo.
- Hola – saludó Harry sentándose en el sillón diagonal a donde estaba la chica. Hermione dejó de leer y giró su cabeza para ver quien la había saludado, dejando su cabeza todavía recostada sobre su brazo.
- Hola – respondió. Tenía una mirada cansada – ¿Cómo te fue?
- Muy bien¿y a ti? – dijo Harry
- Bien, también
- Te he visto en Hogsmade¿porqué no me buscaste? – preguntó Harry dulcemente
- Pues… - comenzó Hermione – por las mismas razones por las cuales no quise ir contigo al medio día – Hermione se enderezó, cerró el libro y miró fijamente al chico – no quería servir de farolito… - bostezó abiertamente – ¿Ya comiste?
-No. ¿Tu tienes hambre? – preguntó Harry
- Un poquito¿y tu?
- Sí. Entonces vamos – dijo Harry poniéndose de pie. Hermione lo siguió, se puso el bolso sobre los hombros.
- ¿No vas a guardar tu bolso en tu habitación? – preguntó Harry cuando Hermione se dirigía a la puerta
- Me da pereza, cuando volvamos lo llevo
- ¿Y qué hiciste toda esta tarde? – preguntó Harry mientras iban camino al Gran Comedor
- Leí un poco, fui a Hogsmade a comprar unos útiles que me hacían falta y a escribirles a mi padres, pues les encargué unos catálogos para los regalos de navidad, me tomé una buena cerveza de mantequilla con Neville, Luna y Ron; luego volví aquí y estuve un rato con los elfos… a propósito, aquí te manda el nuevo elfo¿cómo es que se llama? – dijo Hermione mientras entregaba a Harry un trozo de tarta de fresa – Está deliciosa, yo la probé
- Gracias – dijo Harry
- Y luego de estar en las cocinas volví a la Sala Común donde me encontraste leyendo – concluyó la chica - El elfo dijo que mejor la comieras después de la cena, es un postre especial.
- Ok. ¿Tu estás bien? – preguntó de repente el chico de ojos verdes
- ¿Por qué lo dices? – Preguntó como respuesta Hermione
- No sé… te noto distraída, cansada…
- No, Harry; sólo un poco agotada por la semana tan dura que hemos tenido – sonrió tímidamente la chica. Harry le devolvió la sonrisa en señal que podía contar con él si quería hablar de lo que le pasaba, aunque el sintiera que ella no le fuera a decir nada…
Ahora estaba seguro de algo, Hermione le gustaba, y mucho.
Carol&na se acerca al computador tímidamente, está super apenada con todos los lectores de su fic... ¡PERDÓN POR LA TARDANZA!
¡HOLA A TODS!
Mil disculpas por la demora, este ha sido el capítulo que mas he demorado en escribir. Hay que sumar varias cosas: 1. Mi musa inspiradora iba y venía como le venía en gana 2. La universidad, eterno martirio, y sobre todo si estás en el último semestre y 3. Yo misma, he estado en varias crisis en los últimos seis meses que también me han impedido continuar con esta historia.
Quiero agradecer infinitamente a todas las personas que se han tomado la molestia de leer mi humilde historia, y espero que lo sigan haciendo. Un ¡muchas gracias por sus comentarios!
ACLARACIÓN: El capítulo está sin corregir, así que no se sorprendan si hay algunas cosas incoherentes en los diálogos o trama.
¡Ahora sí a lo que vinimos!
