Disclaimer: Harry Potter y sus personajes son propiedad de J. K. Rowling. Esta historia está escrita sin ánimo de lucro.
A REFUGIO EN LA OSCURIDAD
Capítulo 1
Unos rayos de sol entraron por la ventana abierta y dieron directamente en los ojos del muchacho que dormía en la cama. El chico cerró los ojos con fuerza y se dio media vuelta para intentar volverse a dormir sin conseguirlo. Con un bufido de enfado se puso las gafas y volvió a cerrar la ventana con furia, dejando la habitación en la misma oscuridad que había estado los días pasados.
'Maldita sea. No se me volverá a olvidar cerrar la maldita ventana, eso seguro' pensó con furia volviendo a tumbarse en su cama. Hedwig voló desde lo alto del armario hasta posarse en el estómago de su amo, mirándole con sus profundos ojos ambarinos como preguntándole si estaba bien. Harry levantó un brazo y acarició con cariño el suave plumaje de la lechuza. Ella ululó encantada por las caricias y voló sobre el escritorio cogiendo con sus garras un trozo de pergamino y una pluma y volviendo hacia su dueño, las soltó sobre su pecho, esperando con paciencia su encargo.
.-¿Hoy toca carta? –preguntó Harry con enfado y pereza-. ¿Crees que si no les escribo se preocuparan? Por lo menos sabrán cómo estaba yo el año pasado cuando no tenía información.
Hedwig le mandó una mirada reprochadora y empezó a picar en la cabeza de Harry, sin hacerle daño, hasta que consiguió que se levantara.
.-Eres una lechuza demasiado lista, Hedwig –le dijo en un susurro derrotado cuando se sentó en la silla y empezó a escribir bajo la mirada escrutadora de su mascota. No tuvo que pensar mucho lo que iba a poner en la carta, iba a escribir, más o menos, lo mismo que en la otra. Además, no tenía demasiadas cosas que contar, aparte de que la carta podría ser interceptada, así que tardó muy poco en escribirla.
Estoy bien, no os preocupéis. Los Dursley me tratan bien, no he soñado nada y estoy haciendo los deberes.
Saludos a todos.
H. J. P
'A este paso me gano el premio a mentiroso del año' pensó sarcásticamente a la vez que ataba la carta a la pata de la lechuza y abría la ventana para que Hedwig se fuera. 'Que no he soñado nada… ¡Ja! Todas las putas noches tengo a Voldemort en mi puta cabeza'.
Los deberes no los había tocado, aunque le habían mandado bastante poco, pero no le había apetecido ponerse a pensar en los libros del colegio. Los Dursley no es que hayan cambiado su forman de tratarlo, es que, simplemente, pasaban de él, como si no existiera. La única que había cambiado un poco había sido Petunia. Se había preocupado por él varias veces cuando había visto que no probaba bocado y le había obligado a comer algo. Era por ella que tenía la cena en el escritorio. Pero tampoco estaba todo el día encima de su sobrino; ninguno de los dos lo deseaba ni lo necesitaba. Y eso de que estaba bien… la mayor mentira de todas. Sólo había que mirarle de refilón para darse cuenta de que no era verdad; estaba en los huesos y había perdido el color de la piel. Por otra parte tenía un dolor de cabeza constante y la cicatriz estaba tirante la mayor parte del día, en momentos buenos, a no ser cuando se ponía a arder, como si tuviera puesto ahí un hierro al rojo vivo durante horas enteras. En otras palabras, que entre eso y el nudo que tenía encima del estómago que le impedía digerir bien lo poco que comía, que por cierto, terminaba por vomitarlo, estaba hecho una autentica mierda.
En cuanto Hedwig salió de la habitación, Harry volvió a cerrar la ventana y no dejó que la luz del día entrara en la habitación. Volvió a tumbarse en la cama con la mirada fija en el techo, intentado dejar la mente en blanco, recordando las clases de Oclumancia que había dado con Snape. Era lo único que había hecho en esos días: quedarse tumbado en la cama dejando la mente en blanco. Aunque luego no le servía de nada a la hora de las pesadillas. Tampoco es que se esforzara en cerrar su mente. Todavía Voldemort se podía introducir en ella sin ningún problema. Y el muy cabrón se había aprovechado, sobretodo ahora que Dumbledore se hallaba lejos.
Pasaron un par de horas con exasperante lentitud. El grito de tía Petunia le distrajo de su trance, pero no se levantó de la cama. La voz de Petunia llegó hasta sus oídos llamándole, pero le fue indiferente a los gritos. No tuvo que esperar mucho hasta oír las pisadas de su tía subir la escalera y verla entrar en la habitación. Por el rabillo del ojo vio que miró la bandeja con el ceño fruncido y luego se dirigía hacia él sentándose en el borde del colchón.
.-Harry, tienes que comer algo –le dijo preocupada.
.-No tengo hambre –le contestó él cortante.
.-Pero estás muy delgado. Mírate, estás en los huesos.
.-No es muy distinto de cómo estaba los otros veranos –dijo Harry con voz dura y seca sin dejar de mirar al techo.
.-Harry, baja ahora mismo a desayunar.
.-¿O sino qué harás? –su voz cambió asombrosamente de seca a sarcástica.
.-Llamar a alguno de los de la estación a que vengan a regañarte.
.-¡Uhh¡Qué miedo…! –dijo él con sorna-. Haz lo que quieras.
.-¿A qué ha venido este cambio, Harry? Tú no eras así.
.-Eso no te importa-dijo el chico fríamente a la vez que se daba la vuelta encarando a la pared. Petunia se levantó, cogió la bandeja de la cena de encima del escritorio y se marchó de la habitación cerrando la puerta tras ella.
La mañana y la tarde pasaron lentamente, con un Harry tumbado en la cama con los ojos cerrados sin estar dormido. El día había sido tan caluroso como los pasados. El calor en la habitación de Harry era asfixiante, pero, aún así, Harry no hizo nada por remediarlo.
A media tarde, el cuerpo de Harry le pidió movimiento. Nunca le había gustado quedarse tumbado en la cama demasiado tiempo, y era precisamente eso lo que había estado haciendo todo el tiempo. Se levantó sintiendo los músculos demasiado entumecidos y se marchó al cuarto de baño a darse una buena ducha refrescante. Cuando volvió a su habitación descubrió que su tía había abierto la ventana, dejando que la luz entrara en la habitación y que el ambiente se aireara. Harry corrió hacia la ventana y la volvió a cerrar con fuerza y furia, dejando otra vez su habitación a oscuras.
'¿Es que no lo entiende?' se preguntó aún furioso. '¿No entiende que quiero estar a oscuras, que no tengo hambre y que quiero estar solo? No creo que sea muy difícil de entender'.
Ya vestido, Harry se volvió a tumbar en la cama con los ojos cerrados para quedarse así, quieto y sin mover ningún músculo, durante toda la tarde y parte de la noche, sin bajar tampoco a cenar.
"Buenas noches, Harry. ¿Cómo te va?" preguntó una voz fría y ligeramente burlona.
"Bueno, genial. El que faltaba. ¿No puedes dejarme respirar tranquilo ni una sola noche?"
"Me divierte hablar contigo, joven Potter. Me encanta charlar con alguien que es mitad Gryffindor, mitad Slytherin" un dejo divertido se pudo escuchar en la voz extraña.
"Me alegro por ti."
"Dejando a un lado ese tono sarcástico… ¿te pensaste mi propuesta?"
"¿Sigues empeñado en eso? Ya sabes cuál es mi respuesta."
"¡Oh¡Vamos, Harry! Espero una afirmación de tu parte, ya lo sabes. Además, no creas que no he sentido esos accesos de ira. Estando a mi lado podrías hacer realidad todos esos deseos sádicos de matar a los que te traicionaron."
"Sí, claro Tom. Me uno a ti, te ayudaré a conquistar el mundo mágico y el muggle y cuando ya no me necesites te desharás de mí de la peor forma posible¿no es eso, Tom?"
"Ese plan sólo lo hubiera maquinado un Slytherin, Harry. Cada vez me gusta más tu mente, pero mi respuesta es no. Aunque no lo parezca, yo soy un hombre que agradece los favores, Harry. Si me ayudaras a conseguir todo eso te aseguro que no te mataría."
"Mi respuesta sigue siendo la misma."
"Dime, Harry¿echas de menos a tu padrino?" el cambio brusco de tema cambió la tensión del ambiente.
"No sigas por ese camino, Tom."
"¿Qué camino, Harry? Sólo te lo preguntaba porque me acabo de enterar de un par de cositas que seguro que son de tu agrado, muchacho."
"¿Qué cosas?"
"He descubierto que Dumbledore y los otros te mintieron. Tu padrino cayó a través de un viejo y raído velo¿verdad? Uno que se encuentra en el Departamento de Misterios del Ministerio."
"No sé adónde quieres llegar, pero sí, así fue."
"¿Por qué crees que no te dejaron ir a por tu padrino cuando cayó¿Por qué crees que ni siquiera intentaron ayudarle?"
"Pues no tengo ni puta idea, pero seguro que tú me lo dirás."
"Simplemente, porque se querían deshacer de él. Por lo que me ha contado un pajarito, Black quería ser más activo en la orden, pero no le dejaron, así que se empezó a poner pesado¿no? Así, que les salió todo estupendamente; cayó por el velo luchando, y aunque pudieron ayudarle en aquel momento, no quisieron. Se sacaron un peso de encima¿para qué volver a ponérselo? Te dijeron que había muerto y así nadie se tendría que arriesgar por él. Le abandonaron como a un perro viejo."
"¡Qué? el tono furioso de Harry no paso inadvertido para Tom."
"Pero he estado averiguando sobre eso velo, Harry, y he descubierto la manera de sacar a tu padrino de allí. Pero, por desgracia, por culpa de Dumbledore no podremos hasta dentro de un año, más o menos. Y, por supuesto, tú solo no podrías hacerlo… pero con mi ayuda sí, Harry."
"…"
"Veo que te quedaste sin palabras."
"Más vale callar que decir una grosería."
"Te lo repetiré por última vez, Harry. Únete a mí. Entre los dos gobernaríamos el mundo sin ningún problema. Además, te ayudaría a traer de vuelta a tu padrino y a vengarte de los que te han hecho daño. Y. Bueno, no quería decírtelo. Iba a ser una sorpresa, pero si te ayuda a decidirte… Lo que te dije cuando salvaste la Piedra Filosofal aún está en pie: te ayudaría también a traer de vuelta a tus padres."
"¿Cómo sé que no me estás mintiendo, Voldemort? No se puede resucitar a un muerto."
"No me digas que eso también te lo dijo Dumbledore… Menudo embustero. Yo te respondo completamente sincero, Harry: sí se puede resucitar a un muerto. Estás en el mundo de la magia, muchacho, aquí todo es posible."
"Me cuesta creerlo."
"Créetelo. Si estuvieras a mi lado te enseñaría muchas cosas. Sobretodo Artes Oscuras."
"Sí, claro, y me marcarás igual que a esos gilipollas que tienes como mortífagos¿no?"
"¡Ah¿No te lo dije? Tú no serías uno de mis mortífagos. Estaría loco si te marcara. Tú, Harry, con un poco de mis enseñanzas, te convertirías en mi mano derecha, con poder sobre los mortífagos. Aunque no te voy a negar que te voy a poner un par de normas, pero no muy difíciles de cumplir. Así que… ¿qué¿Te unes a mí?"
"Tendría… tendría que pensarlo" por primera vez en la noche, la voz del chico había sonado titubeante, signo inequívoco de que en el fondo, la oferta de su némesis le sonaba tremendamente tentadora.
"Bueno, no es un sí, pero tampoco es un no. Algo es algo. Nos vemos, Harry, y piensa bien mi proposición."
Harry abrió los ojos sobresaltado. Un largo suspiro escapó de sus labios. Todas las noches desde que había vuelto de Hogwarts, Voldemort se había comunicado con él de esa forma. Realmente, el muchacho no sabía que era exactamente. Lo único que sabía era que no estaba del todo dormido. Más bien era como si entrara en trance, con los ojos cerrados pero sin estar completamente dormido y oyera la voz de Voldemort en su cabeza. Era extremadamente raro, pero muy efectivo. Además, su cicatriz no le ardía cada vez que hablaba con su enemigo, eso era lo bueno, aunque le incrementaba por un rato el dolor de cabeza, pero eso era mejor que sentir su cicatriz ardiendo.
Por otra parte, la proposición de Voldemort cada vez le atraía más. Y eso era lo que no se aceptaba y no lograba entender del todo. Una parte de él, para ser sinceros, la mayor parte, le decía que aceptara la proposición y se uniera a Voldemort. Al fin y al cabo, ganaba más con él que con Dumbledore. Además, haría cualquier cosa por volver a tener a su padrino con él. Era el único que le había querido de verdad; había arriesgado su vida varias veces por estar con su ahijado. Y si encima podía conseguir que sus padres también volvieran… Pero luego estaba esa pequeña otra parte de él que le decía que no aceptara, que no era lo correcto, que decepcionaría a muchas personas si lo hiciera y que no confiara en él, que Lord Voldemort no era de fiar.
'¡Un momento, Potter¿Qué personas te importarían que se decepcionaran de ti? En estos momentos me importa una mierda lo que todos los demás piensen de mí, así de claro. Seguro que sólo se preocuparían porque perderían al héroe del mundo mágico, sólo por eso. Si quiere héroe, que vayan a buscarlo a otra parte. Estoy cansado de luchar y no ganar nunca nada'.
El chico, metido en sus pensamientos, se levantó de la cama y abrió la ventana para apoyarse en el marco y mirar hacia fuera. Esa noche también era bastante calurosa. Las estrellas, las pocas que se podían ver, estaban completamente destapadas, brillando y dándole a Harry una inusitada seguridad y tranquilidad. Harry giró la cabeza y pudo vislumbrar, para su asombro, que una figura le miraba sentada en el tejado en la casa de al lado. La miró detenidamente. No se podía decir mucho de ella. Sólo que tenía el pelo largo y aparentemente suelto. Se la quedó mirando fijamente durante un par de minutos hasta que la figura se levantó de pronto y se aproximó hacia el borde del tejado. Fue entonces cuando la luz de la farola próxima le dio en la cara. Desde donde estaba Harry no se podía dar muchos detalles de la persona, sólo que era una chica de finas facciones. La muchacha se agarró a una de las ramas de un árbol cercano al tejado y con agilidad se subió a una rama y bajó por el tronco desapareciendo en las sombras de la calle. Harry no supo por dónde se había ido. Parecía que había desaparecido de pronto. Era extraño, porque si fuera una bruja y se hubiera desaparecido, se hubiera oído, aunque hubiera sido muy poco, pero hubiera sonado. Sin embargo, esta chica había sido silenciosa, como si en realidad no hubiera sido realidad y sólo una fantasía de la mente atormentada de Harry. Pero¿qué tenía que ver esa chica con él y con sus problemas¿Qué más le daba a él cómo había desaparecido?
'¡Bah! Se habrá metido en la casa' se dijo sin darle importancia volviendo a la cama a sentarse. En el reloj de la mesilla ponía las dos de la mañana y Harry estaba completamente despejado. Se levantó otra vez de la cama y se vistió con ropa oscura, se subió a la ventana y con experiencia bajó al suelo por la tubería. Ya en el suelo, escuchó con atención para ver si el tío Vernon le había oído, pero al parecer no, así que, más tranquilo, empezó a caminar por la acera con las manos metidas en los bolsillos de los pantalones y con la cabeza gacha, pensando con detenimiento el ofrecimiento de Voldemort. Pasados unos minutos, llegó a un parque prácticamente a oscuras. Caminó hasta el columpio y se sentó en él. Un cosquilleo en su nuca le dio la sensación de que alguien le observaba. Miró a su alrededor, pero no vio a nadie.
'Son las dos de la mañana. ¿Quién en su sano juicio estaría fuera de casa? Me estoy volviendo paranoico'.
Harry negó con su cabeza y con su pie derecho empezó a juguetear con una piedra del suelo, escuchando su alrededor por si ocurría algo sospechoso, pero nada raro pasaba esa noche. Al menos en esos momentos.
'¿Me uno a Voldemort o no me uno a Voldemort¿Qué debería hacer¿Quedarme del lado de Dumbledore y morir por culpa de la ignorancia y la "sobreprotección" del viejo loco o irme al lado de la oscuridad, con Voldemort y sus mortífagos y aprender artes oscuras aparte de tener más posibilidades de supervivencia según Voldemort¿Tener una mínima oportunidad de que mis padres y mi padrino vuelvan a la vida o quedarme solo el resto de mi miserable existencia?'
Un perro grande, negro y bastante sucio apareció a pocos metros del muchacho husmeando en la basura. Harry alzó su cabeza al oír ruidos cerca de él y se sorprendió al ver al perro. Sus ojos brillaban por las lágrimas que contenían y que se negaba soltar. Se levantó con los ojos más abiertos de lo normal, con un brillo de esperanza naciendo en ellos y en su destrozado corazón. Se acercó unos pasos al perro con algo de cautela. El animal le miró. Fue en ese momento cuando los ojos del muchacho se apagaron para siempre, el corazón terminó de romperse y tomó su decisión.
'Marrones. Los ojos del maldito chucho son marrones, no azules' unos lagrimones empezaron a caer de los ojos verdes del chico. 'Por supuesto que no es Sirius, Potter. Sirius está detrás de ese maldito velo en el Ministerio. ¿En qué estabas pensando, estúpido iluso?'
Harry se dejó caer de rodillas al suelo, ocultando su cara en sus manos sollozando. Nunca había llorado, ni con los maltratos de los Dursley, ni con las palizas de Dudley y sus amigos, ni las veces en que había estado a punto de morir, pero ahora parecía que estaba llorando por todas esas veces que no lo había hecho. Y la muerte de Sirius había sido el detonante de todo.
'Sirius no está muerto, Sirius no está muerto, Sirius volverá, Sirius volverá y me iré a vivir con él, Sirius está vivo, tiene que estarlo…' se decía a sí mismo mientras se balanceaba de adelante hacia atrás sin quitar sus manos de su cara. Unos tristes ojos dorados miraban la escena entre las sombras, apenado, sin decidirse a intervenir o no.
.-Mirad chicos quién tenemos aquí –se oyó una voz burlona desde detrás del joven mago-. ¡Eh, Big D¿No es éste tu primo?
Ante la mención del mote de su primo, Harry se dio la vuelta y se puso de pie de un salto. Lo último que necesitaba en esos momentos era que su primo le viera llorar como un niño en medio del parque en plena noche.
.-Venga chicos, dejadle en paz –dijo Dudley sin hacer caso a Harry-. Vámonos al centro comercial a destrozar algo.
.-Hace mucho que no hablamos, Potter. Dinos¿qué tal en el centro ese de delincuentes al que acudes? –preguntó el primero que habló. Harry le reconoció con facilidad por su cara de rata, no era otro que Piers Polkiss, uno de los mejores amigos de Dudley.
.-¿Y eso a ti que te importa? –le contestó Harry desafiante.
.-¿Estabas llorando, Potter? Pareces una niña pequeña que llora porque se ha lastimado la rodilla. ¿Quieres que te pongamos una tirita, Potter? A lo mejor así parecerás más hombre.
Harry le miró con fingida sorpresa.
.-¿Has pensado tú solo tantas frases juntas o te han ayudado?
.-¿Eres estúpido, Potter? Por supuesto que he sido yo solo. ¿A qué viene eso?
.-Vaya Piers, me sorprendes. Si sigues por ese camino, a lo mejor el año que viene me vuelves a sorprender demostrándome que puedes hacer un comentario lógico –le dijo Harry con una sonrisa burlona.
El rostro de Piers se volvió de un rojo intenso por la ira que sentía en ese momento. Dos del grupo, que Harry reconoció como Malcom y Gordon, se colocaron al lado de Piers haciendo crujir sus nudillos. Esa escena le recordó a Harry desagradablemente a Malfoy con sus guardaespaldas Crabbe y Goyle. Dudley se puso delante de sus amigos instándolos a que dieran media vuelta y se fueran al centro comercial, pero éstos no le hacían caso.
.-¿Es cierto lo que me dijo Dudley, Potter?
.-¿El qué?
.-Que tu padrino es un vagabundo. Que no tiene el suficiente dinero ni para comer y que se va alimentando de lo que encuentra en los cubos de basura. Además de que no te quiere ni eres nada para él, por eso no ha venido a buscarte.
Los ojos de Harry brillaron de furia, como si tuviera una hoguera dentro de sus iris. Su rostro se ensombreció y frunció el ceño. Cerró los puños con fuerza, intentando controlar el impulso de meterle un buen puñetazo en la boca al chico que tenía delante. Inconsciente y maquinalmente fue dirigiendo su mano hacia el bolsillo trasero de su pantalón, donde tenía la varita. La pandilla de Dudley no pudo evitar sentir un escalofrío y dar un paso hacia atrás al ver la expresión de Harry, pero antes de que cualquiera pudiera hacer o decir algo, un hombre de cabellos castaños veteados de gris y ojos dorados caminó hacia ellos con decisión.
.-¿Qué está pasando aquí? –preguntó con voz potente y dura. Dudley al reconocer al hombre, tembló y contestó:
.-Na… nada señor, nosotros… ya nos íbamos.
.-Y con este último comentario, Dudley y su grupo se marchó, dejando al hombre y a Harry a solas en el parque.
.-Harry¿qué haces aquí? –le preguntó, cambiando el tono de voz al suyo de siempre, amable y tranquilo.
.-Vaya, profesor Lupin, no sabía que hoy era su turno de guardia. Sobretodo cuando ayer fue luna llena.
.-Pude recuperar las energías más rápido –le contestó con una de sus sonrisas amables-. Venga, te acompaño a casa. No deberías estar solo en la calle a estas horas de la noche.
.-¿Qué pasa¿También van a prohibirme salir a la calle?
Lupin no contestó. Puso una de sus manos sobre el hombro de Harry gentilmente y dirigió a Harry hacia su casa. Estaban a mitad de camino cuando Lupin habló con más seriedad de lo normal.
.-Tu tía me ha dicho que no comes y apenas sales de la oscuridad de tu habitación, Harry. ¿Podrías decirme por qué?
Harry se detuvo de repente, respirando profundamente para calmarse y se giró para encarar a su antiguo profesor.
.-¿Tanto le importa, Lupin? Yo creo que eso es un problema mío y de nadie más.
.-Sabes que puedes confiar en mi, Harry.
.-¿Confiar en usted¿Por qué?
.-Porque soy tu amigo, porque soy alguien en quien se puede confiar, en quien puedes confiar.
.-¿Y por qué es mi amigo, profesor Lupin?
.-¿Adónde quieres llegar, Harry?
.-A la verdad. Sólo quiero llegar a la verdad. Usted no es mi amigo por quien soy. Para usted sólo soy el hijo de uno de sus mejores amigos y el arma de Dumbledore, el héroe que tendrá que dar su vida por gente que creía que estaba loco. No soy nadie más para usted, Lupin, así que no me mienta ni se mienta a sí mismo.
Sin que el hombre lobo pudiera decir algo más, Harry dio media vuelta y retomó con paso rápido la vuelta a su casa dejando a su ex-profesor atrás, mirándole sorprendido. No pasó demasiado tiempo hasta que sintió una mano posarse en su hombro y darle la vuelta con brusquedad.
.-¿Por qué dices eso¿Por qué piensas todas esas chorradas?
.-Porque es la verdad. Porque todo el mundo me ve como el héroe del mundo mágico, el que les volverá a salvar el pellejo de Voldemort. El único que me quería de verdad se fue para siempre hace unas semanas. Así que no me diga que son chorradas, porque no lo son.
Los ojos de Harry se volvieron a llenar de lágrimas al mencionar a su padrino. Se dio la vuelta con rapidez para que el hombre no le viera llorar y volvió a andar. Pero era muy tarde. Lupin había visto todo ese resentimiento y dolor que guardaba el chico en su interior y se maldijo mentalmente. Alcanzó al chico cuando éste ya estaba en el jardín de la casa de sus tíos. Se acercó a él con rapidez, se puso delante y le abrazó con fuerza, sintiendo como sus ojos también se llenaban de lágrimas. Harry se sobresaltó ante tal muestra de afecto, pero correspondió rápidamente al abrazo para seguir llorando en el hombro del hombre lobo.
.-Yo no te veo como un héroe, Harry. Créeme –le dijo Lupin a Harry al oído sin soltar el abrazo-. Para mí eres un chico impresionante, que carga con un peso sobre sus hombros demasiado grande para él y que siempre ha seguido adelante. Un chico simpático y amable, que se esfuerza como cualquier otro alumno para sacar el curso adelante. Alguien que se preocupa por sus amigos e intenta ayudar al que lo necesite sin importarle quien es o incluso sin importarle arriesgar su vida. Y también te veo como el chico al que he cogido un cariño enorme, dejando de lado su título, quienes son sus padres y todas esas cosas superficiales.
Harry, en respuesta, apretó aún más su abrazo sin dejar de llorar.
Sí había alguien que le importaba: el hombre que abrazaba en esos momentos.
Unos impresionantes ojos azules observaban la escena desde las sombras de la casa de enfrente sin que ninguna de las dos personas se dieran cuenta. Un brillo de alegría se vio en esos ojos mientras andaba silenciosamente hacia detrás de la casa. Había seguido a Harry desde que había salido de su casa y ahora tenía que pensar en lo que había visto y oído.
¡Hola¿Qué tal? Ya está aquí el nuevo capítulo, no he tardado demasiado en subirlo¿no? Espero que les haya gustado. El fic apenas está empezando, pero ya se puede ver un poco de qué va a ir la trama.
Bueno, ya saben, opiniones y críticas constructivas serán gratamente recibidas. Sólo hay que dar a ese pequeño botoncito azul de ahí abajo.
Muchas gracias por los reviews recibidos. No han sido muchos, pero me subieron bastante el ánimo.
RachelCocoa: Claro y consciso, entendido. ¡El primer review! Muchas gracias, realmente me ha encantado. Espero que te haya gustado el capítulo. Besos.
Finsi Potter: ¡Hola! Muchas gracias por el review, espero que no te haya decepcionado este capítulo. No tardé mucho en subir la continuación¿verdad? Saludos.
Aidee: ¡Buenas¿Qué tal? Te agradezco tu opinión, me subió mucho el ánimo. Espero que te haya gustado este capítulo y que no te haya desilusionado. Besos.
Ale, ya está. Nos vemos en el siguiente capítulo.
Muchos besotes
Aykasha-peke (Patry para los amigos)
