Disclaimer: Harry Potter y sus personajes son propiedad de J. K. Rowling. Esta historia está escrita sin ánimo de lucro.
A REFUGIO EN LA OSCURIDAD
Capítulo 2
Un día amaneció encontrando a Harry profundamente dormido en su cama por primera vez en lo que llevaba de verano. Lupin, antes de irse, le había prohibido salir de la casa de sus tíos en la noche. Después de haberse despedido de su ex-profesor, había subido a su habitación trepando por la cañería y se había dormido sin cambiarse en cuanto se tumbó en la cama.
Las horas pasaban, y Harry seguía durmiendo, con una respiración tranquila indicando que ninguna pesadilla le atormentaba el sueño. Petunia había ido a verlo varias veces, sonriendo levemente viendo que su sobrino dormía en una calma total. Pero fue justamente después de la hora de la comida cuando todo cambió. Imágenes y recuerdos invadieron la mente de Harry induciéndole en una escalofriante pesadilla con Sirius, Cedric y sus padres como protagonistas. Despertó sobresaltado, gritando el nombre de su padrino e incorporándose de la cama. Su respiración estaba agitada y su cara cubierta de sudor frío. Suspirando, se levantó y se dirigió al cuarto de baño a darse una buena ducha. Salió veinte minutos después completamente vestido con la ropa grande de su primo. Entró en su habitación, descubriendo que su tía había vuelto a abrir la ventana. Con un suspiro de cansancio, se dirigió hacia ella, pero antes de dar más de dos pasos, Hedwig entró en la habitación. La lechuza voló hacia su dueño y le extendió una pata, en la que estaba amarrada lo que parecía ser una carta escrita en papel cuadriculado, típico de los cuadernos muggles. Harry desató el papel y lo abrió.
El abuelo irá a visitar al hijo del ciervo.
O.F.
Harry frunció el ceño ante la carta. O mejor dicho, telegrama.
'El abuelo… se referirá al viejo loco y el hijo del ciervo a mí, de eso no hay duda' pensó para sí mismo, poniendo un gesto de asco. 'No, por Dios, que el viejo loco no venga' pidió Harry al cielo arrugando la hoja y tirándola al suelo. El "buen humor" con el que se había levantado Harry se disipó con rapidez al enterarse de la próxima visita de su director.
No tuvo que esperar demasiado a que Dumbledore llegara. Eran las cinco de la tarde cuando el timbre de la puerta sonó. Harry estaba, afortunadamente, solo en casa, así que se dirigió con paso lento al piso de abajo y abrió la puerta. Lo primero que vio Dumbledore fueron unos fríos ojos verdes que le miraban con reproche y recelo. Harry, sin saludar, dejó paso para que Dumbledore, Ojoloco y Lupin entraran en la casa.
.-Buenas tardes, Harry –saludó Dumbledore sin perder el brillo característico de sus ojos-. Me preguntaba si podría hablar contigo.
Harry no contestó de inmediato. Observó a su director con furia, apretando los puños con fuerza.
.-¿Eso es una pregunta o una orden indirecta? –el tono frío y cortante del muchacho sorprendió a los adultos.
Harry, sin mirarlos, se dirigió hacia el salón y se sentó en uno de los sillones con una de las piernas doblada debajo de su cuerpo. Los tres magos adultos le siguieron y se sentaron en el sofá, mirando aún sorprendidos la actitud del muchacho. El ojo mágico de Moody se movía con rapidez, mirando a todos los sitios buscando algo raro o fuera de lugar.
.-Harry, Remus me ha dicho que en estos días has estado algo… apagado. Me gustaría saber el por qué –dijo Dumbledore rompiendo el tenso silencio mirando seriamente a su alumno, el cual le miró escéptico.
.-¿No se imagina el porqué, profesor? Eso sí que es sorprendente.
.-Harry, debes comer y dormir más. Sino, tu salud saldrá perjudicada. Tu cuerpo no aguantará demasiado esa tensión.
.-Eso es problema mío, profesor, no suyo –le contestó el muchacho cortante.
.-Me preocupo por tu salud, Harry.
.-Sinceramente, lo dudo.
Los tres magos adultos se volvieron a sorprender. Nunca habían visto esa actitud sarcástica y fría de Harry. Remus frunció el ceño preocupado.
.-¿Ha venido sólo ha decirme que debería cuidarme más, profesor Dumbledore?
.-No, ahm… venía para que me dijeras si tenías algún problema y a ver cómo estabas.
.-Pues problemas tengo muchos, la verdad. Y como ya ha visto cómo estoy, no creo que haya que hablar mucho más, seguro que ustedes tres tienen cosas mejores que hacer que venir aquí a perder el tiempo.
.-Harry, estoy preocupado por ti. Sabes que puedes decirme cualquier cosa, siempre tengo tiempo para ti.
Harry le miró con furia brillando en sus ojos verdes.
.-¿Preocuparse por mí? Sí, ya, claro, y Voldemort viste siempre con un tutú rosa ¿verdad?
.-Harry…
.-Ni Harry, ni hostias. No sé cómo puede ser tan hipócrita –dijo Harry apoyándose en el respaldo del sillón sin quitar sus ojos de Dumbledore-. No recuerdo que el año pasado tuviera tiempo para mí. Si mal no recuerdo, me estuvo rehuyendo todo el puto curso pasado, así que permítame dudar de sus palabras.
El ojo mágico de Moody había dejado de dar vueltas para quedase parado mirando fijamente a Harry al oír la respuesta. Lupin abrió los ojos como platos y Dumbledore se limitó a mirarlo impasible. Harry siempre había sido un chico educado y para nada grosero y mal hablado y, verdaderamente, ese cambio sorprendía.
.-En eso estoy de acuerdo contigo, Harry, no lo puedo negar.
.-Entonces¿qué es lo que quiere?
.-Quiero que me cuentes tus problemas, Harry, para intentar solucionarlos.
.-¿Quiere saber cuál es mi problema, Dumbledore? Usted es mi problema. ¿Puede usted solucionarse a sí mismo?
El brillo de los ojos del director se fue apagando paulatinamente. No necesitaba entrar en la mente del muchacho para saber que Harry estaba muy enfadado con él. Bueno, en realidad, "muy enfadado" era poco.
.-¿Nos podrías explicar eso, Harry? –preguntó Lupin con voz amable y preocupación brillando en sus ojos dorados.
.-No hay nada que explicar, profesor Lupin. Dumbledore sabe perfectamente lo que ha hecho. Él se lo podrá explicar.
.-¿Qué he hecho mal, Harry?
.-¿Qué qué ha hecho mal? Ha hecho todo mal. Empezando por hace veinte años hasta ahora.
Lupin miraba a su antiguo alumno con curiosidad y algo de preocupación. Ojoloco le miraba con una extraña mueca en su asimétrica cara.
.-Oh, vamos. No me digáis que no sabéis a qué me refiero. Sólo pensad un poco. ¿Qué ocurrió el 31 de Octubre de hace quince años?
.-Murieron tus padres –respondió Lupin, sin saber aún adónde quería ir su ex-alumno.
.-Exacto, murieron mis padres –dijo Harry sentándose con las piernas cruzadas al estilo indio-. Pero tendríamos que remontarnos a unos meses antes. Más bien, un par de años, casi. Snape llegó a Dumbledore y le dijo que era un mortífago. No sé que excusa le dio, pero consiguió convencer a Dumbledore que había desertado de Voldemort y que podría servirle de espía. Y Dumbledore le aceptó –hubo un pequeño silencio-. Yo no digo que eso haya sido un error. No del todo. Sólo lo digo para que lo tengáis en cuenta para más adelante.
Lupin arrugó el ceño sin saber hacia donde quería ir el muchacho. Se restregó las manos contra los pantalones muggles que llevaba con impaciencia y nerviosismo. Dumbledore se atusó la barba intuyendo a dónde quería llegar su alumno.
.-Según me contó Sirius el verano pasado, Dumbledore había estado atosigando a mis padres y a los Longbottom para que tuvieran un hijo. Y yo me pregunto si ya entontes había oído la profecía o no, aunque intuyo que sí. Por lo tanto, si se piensa bien, Dumbledore había estado utilizando a mis padres y a los Longbottom para que naciera el bebé del que hablaba la profecía –Harry se cruzó de brazos mirando desafiante a su director-. Aquí vemos a un Dumbledore manipulador. Utiliza a mis padres y a los Longbottom para conseguir al héroe que los salvará de Voldemort. Y por supuesto, no le dijo nada a nadie hasta que Neville y yo habíamos nacido y habían pasado varios meses. En Halloween cometió dos errores, no uno. Me mandó a mí a vivir con los Dursley y dejó que Sirius, el mejor amigo de mis padres, fuera enviado a Azkaban sin siquiera hablar con él o tener un juicio justo. Lo que yo no entiendo es por qué confió en Snape, siendo éste un mortífago reconocido, y no lo hizo con Sirius, cuando él había demostrado incontables veces de qué lado estaba y a quien odiaba. Pero claro, si al final demostraba que Sirius era inocente, éste reclamaría mi custodia y con eso, yo tendría que abandonar a los Dursley. Y, por supuesto, esto era algo que nuestro querido director no quería.
Lupin miró sorprendido al líder de la Orden del Fénix. Nunca antes había pensado las cosas de ese modo. La casa cayó en un silencio tenso mientras Harry seguía mirando directamente al profesor Dumbledore a los ojos. Harry tenía la seguridad de que Dumbledore no se estaba metiendo en su mente, su instinto se lo decía.
.-¿Quiere seguir oyendo más errores que ha cometido? –Dumbledore no dijo nada, pero Ojoloco y Lupin asintieron interesados-. Uno de los peores errores fue mandarme a vivir aquí, con los Dursley.
.-Ya le expliqué los motivos, señor Potter.
.-Sí, ya lo sé. Todo ese rollo sobre el hechizo de la sangre. Pero, aún así, podría haberme mandado a cualquier otra familia de su confianza, con hechizos de seguridad y todo eso, pero no, Dumbledore puso un par de hechizos entorno a la casa y se lavó las manos con este tema. Mandó a una mujer que me vigilara y se olvidó de mí hasta que cumplí los once años. Pero ¿me podría decir, profesor Dumbledore, qué me pasó en ese intervalo de diez años? –Dumbledore negó con la cabeza con pesadumbre-. Ya lo suponía. Aunque me sorprende en cierta forma. ¿No era que usted sabía todo? Por no añadir que, en la Tercera Prueba del Torneo de los Tres Magos, cuando Voldemort hizo la poción con mi sangre, adquirió el escudo protector que hizo mi madre al salvarme y el hechizo que hizo usted, profesor Dumbledore, cuando me mandó a vivir con los Dursley por la sangre de mi tía. Así que, si se piensa bien, que yo haya estado aquí el verano pasado y éste no ha servido absolutamente de nada, pues Voldemort puede llegar aquí y secuestrarme y no pasarle absolutamente nada.
.-Harry…
.-¿Harry, qué, Lupin? Es hora de bajar a Dumbledore del pedestal al que le habíamos subido todos, yo me incluyo –le dijo Harry a Lupin con los ojos encendidos en furia y odio-. Dumbledore¿por qué cree que no quiero volver aquí después del curso y por qué siempre espero con ansias el regreso a Hogwarts?
.-Porque te llevas mal con tus tíos.
.-Eso, Dumbledore, es quedarse corto. Fueron ellos los que incentivaron que nuestro odio mutuo creciera. Sobretodo cuando mentían sobre mis padres y me insultaban o me pegaban –los tres magos adquirieron un gesto entre asombrado e indignado ante los últimos comentarios.
.-¿Qué… qué te pegaban? –preguntó Lupin totalmente atónito.
.-Lo hacían. Cuando entré en Hogwarts dejaron de hacerlo tan a menudo. Pero claro, esto no lo sabía Dumbledore, simplemente, porque no se interesó ni le importó lo más mínimo.
Otro silencio tenso cayó en el salón. Lupin mantenía los ojos abiertos como platos mirando fijamente al hijo de sus mejores amigos. En cambio, Dumbledore parecía que había envejecido varias décadas en un solo segundo. Pero eso no impedía que Harry siguiera sintiendo ese odio y esa ira que le recorría el cuerpo. Tenía los dos puños apretados con fuerza, su ceño estaba fruncido y sus ojos seguían estando fijos en Dumbledore desafiándole silenciosamente.
.-Y ahora empezamos con la colección de errores cuando yo entré a Hogwarts –Harry calló un momento para cambiar su postura en el sillón y continuó-. Dejó entrar a un profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras que aparentemente, tenía miedo hasta de su sombra y que tenía una sorpresita en la nuca con la cara y la voz de Voldemort. Estuvieron a punto de robar la piedra filosofal y seguro que usted, Dumbledore, ni se hubiera enterado. En mi segundo año puso de profesor a un puto narcisista que no podía vivir si no firmaba diez autógrafos al día y que acabó en San Mungo por haber querido desmemorizar a un alumno, cosa que está prohibida. En conclusión, metió a un farsante de profesor de Defensa y estuve a punto de morir a manos de un basilisco por culpa del profesor, simplemente, por no haberme ayudado. Ahora pasemos a tercero, en mi opinión, el único curso que no la cagó con el profesor de Defensa. Sinceramente, fue el único curso en el que aprendí Defensa con ganas. El problema: que el profesor era licántropo y un antiguo merodeador. Y aquí es donde vuelve a entrar Snape. Al margen de que los dos años anteriores había estado intentado durante todo el curso expulsarme de Hogwarts. El profesor de pociones odia al profesor Lupin e intenta meter en la cabeza al director que Lupin ayudaba a Sirius a entrar en el colegio, cosa que no era verdad. Por culpa de Snape y de su cabezonería al no querer escuchar la verdadera historia, Hermione, Sirius y yo estuvimos a punto de ser besados por dementores. Y su último error antes de terminar el año fue aceptar la renuncia de Lupin.
.-Harry, soy un licántropo. Nadie me querría de profesor.
.-Mira, Lupin. Fuiste un licántropo durante todo el curso y, salvo Hermione, nadie se enteró ni lo sospechó. Y te aseguro que no oí ninguna queja sobre ninguna clase tuya. Todo el mundo estaba encantado contigo. Pero claro, llegó Snape¡vaya, que casualidad, otra vez Snape, y le tuvo que decir a todo Slytherin que eras un hombre-lobo. Y, aún así, Dumbledore siguió confiando en Snape.
Harry respiró profundamente intentando calmarse. Apretó y aflojó los puños intermitentemente. Pero aún así no conseguía tranquilizarse.
.-En cuarto curso, el profesor Dumbledore dejó entrar a Hogwarts a un mortífago haciéndose pasar por uno de sus mejores amigos y ni siquiera se dio cuenta del cambiazo. Dejó que me metieran en el Torneo, aun sin yo querer o cumplir con la edad mínima. ¿qué fue lo que consiguió? Que un chico inocente muriera y que Voldemort volviera a alzarse.
Para ese entonces, Dumbledore ya apenas podía mirar a Harry a los ojos y Remus miraba a Harry y sus gestos fijamente. Nunca había oído hablar al chico con ese sarcasmo y cinismo.
.-Y ahora el resumen de mi quinto curso. No recibí una maldita carta en condiciones durante todas las vacaciones, dejándome en una ignorancia total. Mi primo y yo estuvimos a punto de perder nuestras almas, mantuvo a Sirius encerrado en una casa que odiaba, cuando escapó de Azkaban para ser libre, me trató como un niño pequeño que necesitaba ser protegido, y lo mejor de todo era que no estaba protegido por usted, sino por otras personas bajo su orden, dejó que el gilipollas del ministro metiera como profesora a una hija puta que no quería que los alumnos estuviéramos preparados para una guerra próxima y que castigaba por cualquier tontería, con escribir con una pluma que te rajaba la mano al escribir –la voz de Harry se alzaba poco a poco, al igual que el brillo de ira en sus opacos ojos verdes-, además, usted abandonó el colegio dejándolo en las manos de esa… mujer y por si fuera poco me mandó dar clase con Snape de Oclumancia. Claro, como confía en él –añadió con sarcasmo puro-, y lo único que consiguió fue que mi mente quedara más debilitada día a día facilitando la entrada a Voldemort. Lo que consiguió con ello fue que Voldemort me engañara para ir al Ministerio para conseguir una profecía de la cual yo soy protagonista y no tenía ni puta idea de ello. También estuvo presente en la lucha de Sirius y Bellatrix y no hizo absolutamente nada por impedir que Sirius cayera a través del velo cuando seguro que hubiera podido. Y ya fue cuando me dijo, sólo por obligación, la verdad de la profecía cuando me estuvo rehuyendo durante todo el curso.
.-Harry… no me creerás, pero…
.-No, Dumbledore, no me dé sus excusas, explicaciones o lo que sea. Me dan absolutamente igual.
.-Yo sólo quería protegerte.
Los ojos azules de Dumbledore habían perdido completamente el brillo que le caracterizaba y Ojoloco miraba a Harry escrutadoramente con sus dos ojos. Lupin tenía los hombros hundidos mirando a un punto en el infinito.
.-¿A quién quería proteger, profesor Dumbledore¿A Harry o a Harry Potter?
.-A Harry Potter –respondió el director extrañado por la pregunta.
Lupin se tapó los ojos con las manos desesperado al ver el fallo del director. Ahora, por el drástico cambio que había dado Harry, no sabía cómo reaccionaría el muchacho, pero si de algo estaba seguro, era de que no iba a reaccionar demasiado bien. Un nuevo silencio se instaló en la sala. Lupin levantó la mirada y vio que Harry miraba, aparentemente, tranquilo al profesor Dumbledore. Pero en sus ojos verdes se podía ver como si dos grandes hogueras hubieran sido encendidas en el iris. Dumbledore se debió de dar cuenta de su error, pues, asombrosamente, empezó a balbucear sin saber que decir para enmendar su error.
.-Me refería a que… bueno… te queremos proteger a ti, Harry… tú eres Harry Potter, el hijo de James y Lily y…
.-Déjelo, profesor Dumbledore. No intente excusarse. Sólo les digo que fallaron estrepitosamente al proteger a Harry Potter.
.-¿A qué te refieres, Potter? –preguntó por primera vez Moody.
.-A que Harry Potter murió con Sirius Black en el Ministerio de Magia –un silencio aún más tenso que los anteriores se instaló en el salón, alrededor de los cuatro magos.
.-¿Qué quieres decir con eso, Harry? –preguntó Lupin temeroso. No le gustaba nada por dónde iba la conversación. Harry bajó la cabeza mirando con detenimiento el suelo, suspiró y luego la volvió a subir con un gesto de determinación que se habían visto pocas veces en él.
.-Que no volveré a Hogwarts. Dejaré mis estudios y esta casa muy pronto. Y espero, por vuestro bien, que no me busquéis ni intentéis impedirlo.
.-¿Cómo… cómo que te vas? –Lupin se había puesto en pie de un salto ignorando el cansancio que sentía-. Ha… Harry… no puedes irte. No puedes dejar tus estudios en Hogwarts. ¿Adónde irás¿Qué harás?
.-Aún no los sé seguro, Lupin. Pero no quiero continuar siendo manejado por Dumbledore como ha hecho hasta ahora –dijo con decisión son levantarse del sillón.
.-Pero Harry, Voldemort te encontrará y te matará. Estarás en peligro.
.-Lupin, siempre estoy en peligro. Además, ya he escapado otras veces de Voldemort, seguro que podré volver a hacerlo otra vez.
.-Pero Harry…
.-No, Lupin, no intentes convencerme. Ya he tomado una decisión.
.-Pero Harry, no puedes dejar Hogwarts. No puedes dejar tus estudios. Tus padres y Sirius querrían que siguieras en Hogwarts protegido y estudiando.
.-¡No me hables de ellos! –exclamó Harry de pronto dirigiendo su mirada a Lupin.
.-Harry, el mundo mágico te necesita. No puedes fallarles –le dijo Dumbledore.
.-¿Fallarles a quién¿A un puñado de personas que me tenían como un niñato engreído que intentaba llamar su atención y que además estaba loco? No pienso arriesgar mi vida por una panda de cabrones como ellos. Que se vayan a la mierda.
.-¿Y qué pasa con los Weasley¿O con Hermione?
.-Serán de las pocas personas por las que me sienta culpable de hacerlo, pero no me lo impedirá.
.-No pienso permitir que nos abandones, Harry. No abandonarás esta casa ni tus estudios en Hogwarts –dijo Dumbledore con voz firme y determinada.
.-Usted no es nadie para decirme lo que debo o no debo hacer –dijo el chico con voz pausada y completamente fría-. Ya lo ha hecho durante mucho tiempo. Es hora de que yo tome las riendas de mi vida. Mis decisiones son sólo mías y de nadie más.
.-Estarás cometiendo un gravísimo error si lo abandonas todo ahora.
.-Por una vez en mi vida voy a conseguir lo que quiero y ni usted, ni Voldemort, ni todo el mundo entero podrán detenerme. Voy a obtener lo que quiero cueste lo que cueste, eso téngalo por seguro. Y si sigo estando aquí no lo conseguiré.
.-¿Eso significará que abandonarás la guerra, Potter?
.-No del todo Moody. Aún no tengo muy claro lo que haré, pero de lo que sí estoy seguro es que me alejaré de aquí.
Harry se puso en pie con intenciones de irse del salón, pero antes de que hubiera dado más de dos pasos, sintió las fuertes manos de Dumbledore sujetándole y dándole la vuelta. El muchacho miró a los ojos al anciano mago y un sexto sentido le advirtió dentro de su cabeza de que Dumbledore estaba intentando introducirse en su mente. Harry dejó de mirarle a los ojos e intento dejar la mente en blanco como le habían enseñado. Sorprendentemente, Dumbledore fue expulsado de los recuerdos del muchacho. Se tambaleó un poco y miró sorprendido a Harry.
.-No vuelva a hacer eso –espetó Harry con gran furia muy lentamente mientras su mirada se ensombrecía, dándole un aspecto amenazante-. Mire, profesor Dumbledore, yo siempre le he tenido mucho respeto y le estoy muy agradecido por haberme dado la capa invisible de mi padre y por haberme perdonado tantas veces los líos en los que me he metido… Pero claro, ahora que lo pienso bien, no podía expulsar a Harry Potter¿verdad, Dumbledore¿Cómo expulsar al salvador del mundo mágico? Sin una buena formación me iba a ser imposible vencer a Voldemort cuando me tuviera que enfrentar a él ¿no es así? Ha estado jugando con todo el mundo, profesor Dumbledore. Seguro que ahora mismo está utilizando a una buena cantidad de conocidos suyos.
Otro silencio incómodo. Harry se soltó bruscamente del director y miró a Lupin. Una idea cruzó por su cabeza.
.-Utilizó a Lupin¿verdad? En mi tercer año… Usted sabía que se iban a instalar dementores en Hogwarts para protegerlo, así que pensó que por una vez necesitaba a un profesor de Defensa competente. Y de alguna manera intuyó que a mí me afectarían más los dementores, así que qué mejor que un profesor que supiera hacer un Patronus para enseñarme… -Lupin miraba a Harry y a Dumbledore intermitentemente-. Incluso a estado manipulando a profesores del colegio antes de que Voldemort regresara… Por eso no insistió a Lupin para quedarse cuando él le presentó su dimisión, aún sabiendo que era el mejor profesor…
El odio había crecido en el interior de Harry en unos pocos segundos.
.-Y claro, si manipuló a Lupin¿por qué no también iba a utilizar a Sirius?
Dumbledore tenía una mirada preocupada en su cara, restregando con algo de nerviosismo su barba con las manos.
.-De él consiguió su casa para poner y asentar la Orden del Fénix y que reuniera al antiguo grupo. Cuando lo hizo, lo encerró en la casa que más odió en toda su vida y lo mantuvo allí encerrado en contra de su voluntad. Cuando pasó por el velo, se quitó un peso de encima¿no es así, director? Un quebradero menos de cabeza, sobretodo porque Sirius quería ayudar a la Orden y usted no lo dejó. Por eso no lo ayudó cuando estuvo peleando contra Lestrange y vio que caía por el velo.
Lupin miró a su líder asombrado. Se mantuvo callado, observando el duelo de miradas en silencio de los dos famosos magos. Al parecer ninguno de los dos quería dar su brazo a torcer durante los siguientes tres minutos.
.-Harry, no abandonarás el colegio y no hay nada más que hablar. No puedo permitirlo.
.-Soy lo bastante mayorcito como para saber lo que puedo o no puedo hacer. Y si no quiero volver al colegio, usted no va a obligarme a hacerlo.
.-Soy tu director.
.-En Hogwarts. Fuera sólo es un mago sin ningún derecho sobre mí –su voz era calculadora y desafiante, al igual que sus gestos-. Así que déjeme en paz.
Dumbledore bajó el brazo que había posado en el hombro del muchacho y le miró decepcionado. Harry le volvió a mirar con recelo antes de mirar a Lupin.
.-Lupin, adiós. Cuídate y no te dejes manipular. También va para ti, Moody.
Harry salió de la sala con las manos apretadas fuertemente en puños ocultados en los bolsillos del pantalón, ignorando las miradas sorprendidas de los visitantes.
.-Es un farol –aseguró Moody-. El 1 de Septiembre estará en el banquete de bienvenida en Hogwarts.
.-No, no es ningún farol. Lo dice completamente en serio.
.-Pero¿adónde va a ir? Sólo tiene quince años –dijo Moody.
.-Tiene casi dieciséis y es completamente capaz de cuidarse solo sin ayuda de nadie. Nos lo ha demostrado en varias ocasiones –dijo Remus bajando la cabeza y metiendo las manos en los bolsillos de los pantalones.
.-Tenemos que avisar a la Orden –dijo Dumbledore sin apartar su mirada de la puerta por la cual había saldo Harry-. Hay que aumentar la vigilancia e impedir que salga de la casa hasta que le podamos llevar a Grimmauld Place.
.-¿Es verdad lo que ha dicho Harry, Albus¿Nos has estado utilizando?
.-Esa es la idea que tiene él. Y alguien se la ha implantado en la cabeza –contestó sin mirar a Lupin.
.-¿Voldemort?
.-Lo más seguro, Alastor.
.-Tenía buenos argumentos –replicó Lupin con algo de recelo.
.-Vamos a avisar a la Orden –dijo Dumbledore empezando a andar.
.-Si quiere irse no lo podrás impedir, y lo sabes.
Dumbledore no hizo caso a Lupin. Salió con rapidez de la sala y se desapareció seguido de sus acompañantes.
'Maldito Dumbledore' masculló para sí mismo apretando con fuerza los puños y los dientes intentado evitar que un grito fúrico saliera de su boca y le metiera un tremendo puñetazo a la pared. 'Maldito Dumbledore, maldito Dumbledore… Siempre con su prepotencia, con su hipocresía… ¡Cuántas ganas me han dado de meterle una buena hostia!'
Sin poder contenerse le dio una fuerte parada a la silla estampándola en la pared y rompiéndola por el impacto.
El sonido de la puerta de entrada, dos horas después de que se marchara Dumbledore, sacó a Harry de su estado de letargo tumbado en la cama mirando a la nada. Los Dursley se habían ido a la casa de enfrente a hablar con los vecinos justo después de comer. Desde que Dumbledore se había ido, Harry se había puesto a golpear las paredes, los muebles y los juguetes con patadas y puñetazos. Todos esos golpes que había querido pegar a Dumbledore y se había reprimido.
Unos pasos pesados se oyeron subir las escaleras. La puerta de la habitación de Harry se abrió bruscamente y el rojo rostro de Vernon Dursley apareció por ella con la vena de la sien palpitando frenéticamente.
.-¡Tú¡Maldito anormal! –gritó furioso aproximándose a Harry y cogiéndole por el cuello, alzándolo sin apenas dificultad.
Harry sujetó la mano de su tío e intentó apartarla de su cuello, pero no tenía la suficiente fuerza. De pronto sintió un tremendo puñetazo impactando en la boca de su estómago dejándolo sin aire. Con gran fuerza, la mano que le sujetaba por el cuello le lanzó a la pared, dándose un buen golpe en la cabeza contra ella.
.-¡Esta vez sí que te mato, maldito monstruo! –bramó retorciéndole el brazo hasta que con un chasquido, el hueso se rompió y se quedó en un ángulo anormal-. ¡No volverás a meter a más anormales como tú en mi casa!
Con un nuevo golpe, Harry cayó al suelo sin poder levantarse. Un pie impactó en sus costillas, lanzándolo otra vez contra la pared. A eso le siguieron varios puñetazos y un par de patadas más, dejando al muchacho en un estado lamentable. En el suelo y en las paredes se podían encontrar rastros de sangre.
.-¡Vernon¡Vernon, no!Déjalo! –gritó Petunia entrando en la habitación y sujetando un brazo de su marido intentado que dejase de pegar a su sobrino.
.-¡Déjame, Petunia¡Esta vez nos libraremos de él de una vez por todas! –dijo volviéndolo a patear, lanzándole contra la puerta abierta.
Petunia consiguió sujetarle los segundos suficientes como para dar tiempo a Harry para que se pusiera de pie ignorando todo el dolor y correr con dificultad hasta la puerta de entrada, bajando las escaleras y saliendo a la calle a trompicones. Corrió un par de metros y se ocultó entre unos altos arbustos, seguro de que allí su tío no lo encontraría. Intentando controlar su respiración para que no le oyera su tío y le descubriera, se miró un poco por encima. Su brazo derecho lo tenía roto y desplazado. Su pecho le dolía terriblemente; seguro que tenía un par de costillas rotas. Su labio inferior lo tenía roto y la mejilla izquierda se estaba amoratando. Sintió que algo le recorría desde la frente hasta la mejilla. Tenía una profunda herida cerca de su sien derecha y sangraba profusamente. Con un suspiro se reclinó sobre el arbusto, esperando el mejor momento para volver a casa y recoger sus cosas para irse. No iba a estar más tiempo en ese lugar.
Pasados unos minutos, el muchacho, adolorido y cansado, no pudo evitar cerrar los ojos y sumirse en la inconsciencia.
"Buenas noches, Harry. ¿Cómo te encuentras hoy?"
"¿Tú cómo crees que me encuentro? Mi tío me acaba de dar la mayor paliza que me ha dado nunca y, seguramente, cuando dejemos de hablar, tendré un dolor de cabeza mayor que tus ansias de poder."
"Eso habrá que remediarlo. Junto con anular esa conexión que tienes conmigo con tu cicatriz."
"¿Por qué harías eso?"
"No me apetece escuchar tus quejas cuando te esté dando clase."
"¿Por qué crees que me voy a unir a ti?"
"Simplemente lo sé."
"¿Lo sabes?"
"Aceptarás, sobretodo después de lo ocurrido esta tarde."
"Habrá condiciones…"
Hola¿Qué tal? Ya estoy de vuelta, una semanita más con un capítulo más. ¿Qué os ha parecido¿Ha estado bien o podría estar mejor? Ya sabeis, opiniones, preguntas y críticas constructivas en reviews, dándole a ese botoncito pequeño de ahí abajo; ya sabéis lo que dicen, un escritor sin lectores es como hablar solo, y yo no sé si tengo lectores si no me mandan reviews, así que... ¡Reviews, please! Jeje.
gandulfo: Jo, me alegraste el día, muchas gracias. El que un fic se añada a favoritos es un honor, te lo agradezco mucho. Espero que este capítulo te haya gustado. Muchos besos.
Finsi Potter: Hola! Me alegro que te haya gustado. Ya está un nuevo capítulo, no he tardado mucho. Supongo que seguiré actualizando el fic los viernes. La chica... la chica va a tener un buen papel en la historia, si mis neuronas no cambian de idea en el último momento. Y bueno, ya te puedes imaginar la respuesta que le da Harry a Voldemort¿no? Cuidate. Besos.
Aidee: Muy buenas! Menos mal que el capítulo no te desilusionó, me quitaste un peso de encima. Pero ya sabes, si hay alguna cosa que no mole me lo dices¿eh? Espero que el fic te siga gustando. Nos leemos! Besos.
Bueno, terminé. Son casi las 12 de la noche en España y aquí la nena tiene que hacer aún un par de cosas más antes de irse a la cama, así que me despido.
Muchos besos...
Aykasha-peke (alias Patry)
Miembro de muchas Órdenes
