Cuervo
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"Ahora no me vas a poder decir que no viste nada Dark" le decía Daisuke, ya en su casa, cuando los gritos de su madre por haberlo visto venir con Hiwatari se hubieran apagado.
"Te lo digo por enésima vez: no vi una mierda de lo que decís" respondió el ladrón, harto.
"Dark, decime ¿sos o te hacés? Estuvo prácticamente sobre mí, y vos te... alejaste. No me digas que no sentiste eso"
"Eso sí lo sentí, sé que hay algo que nos apartó, pero yo no puedo verlo Metéte eso en la cabeza, nene"
Daisuke se sentó en la cama, repuesto de la impresión. Por lo menos ahora sabía que lo que veía no era una ilusión. Lo que le había sorprendido bastante era que Hiwatari lo pudo ver, pero Dark no. Y Satoshi debió haber sentido algo para volver casi corriendo, a juzgar por las pisadas que había oído cuando tenía a ésa cosa encima.
Cosa que se parecía bastante a él...
Si él hubiese sido una especie de vampiro.
Sacudió la cabeza. Los vampiros no existían, y, en caso contrario, no aparecían de día. Y no creía que tuvieran el cuerpo de hielo, porque esa fue la impresión que le dio. Dark le dijo que era imposible que él, el legendario ladrón, existiera, y más en la forma en la que existía y, sin embargo, así estaban. Pero Daisuke no le prestaba atención.
"¿Una pluma negra, como si fuera un pedazo de oscuridad?" sí, Hiwatari sabía algo y no era nada bueno, a juzgar por cómo reaccionó después. No le había dicho nada cuando lo había traído a su casa, y su madre empezó a hacer un escándalo cuando los vio llegar. Hiwatari desapareció rápido.
Y sabía algo de ése "bicho" como lo había llamado.
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Dos noches después, salió a un nuevo trabajo. Se sentía bien el volver a volar después de dos semanas y media de inactividad, y el aire fresco de la noche tenía un olor especial, que no había percibido antes. Dark estaba ansioso por poner sus pies en el museo, y llevarse un par de aros hechos en ónice. No era tanto el valor monetario, sino artístico de los aros, lo que los volvía una pieza codiciada.
Daisuke miraba nervioso cada tanto para todos lados, tratando de no pensar en ése ser tan frío que había tenido demasiado cerca para su gusto. Pero al llegar al museo, no vieron nada parecido, y Dark se dispuso a actuar. Ésta vez pudieron ver a Hiwatari, que se escondía tras un uniforme de la policía. Y se notaba algo nervioso.
Daisuke prefirió dejar que Dark se encargara, lo cual no podía poner más feliz al ladrón. Mantuvo a los policías de aquí para allá, desconcertándolos, hasta que se cansaron de correr. Tomó los aros y pensó en salir por la ventana, pero el recuerdo de ése ser lo detuvo. Dio media vuelta y empezó a subir a la terraza, esperando que nadie estuviera ahí.
Y no había nadie.
Ni policías, ni el "bicho", ni Hiwatari. Parecía demasiado fácil y Dark se puso en guardia. Pero no pasó nada, y pudieron llegar a casa sin problemas.
Y ahí fue que se enteraron sobre lo que había salido mal.
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"Se desconocen las causas, aunque las pericias preliminares parecen tener una base firme: ataques a corazón, en casi todos los casos causados por hipotermia" anunciaba la periodista por televisión. Se estaban llevando los cuerpos de los policías hallados en la terraza, cubiertos por sábanas. Daisuke sintió un gran alivio al comprobar que Saehara y su padre estaban bien, porque vio a los dos hablando con el conductor de una de las ambulancias que había llegado al museo.
"Esta es la gota que derramó el vaso. Dark ahora es un asesino, y como tal debe ser capturado y juzgado. Las vidas humanas que se llevó no podrán ser devueltas..." decía el padre de Saehara.
Daisuke –ahora había vuelto a ser él- no podía cerrar la boca. Dark no podía hablar, y tampoco entendía qué era lo que había pasado.
-Dark... – le dijo Emiko, seria -¿qué pasó?-
-No tengo idea- respondió el ladrón, a través de Daisuke –Cuando íbamos a salir por la ventana, recordé a ése "bicho" y decidí salir por el techo... No había nadie ahí-
-Lo que vieron los periodistas- dijo Kosuke, con las manos cruzadas bajo la barbilla -fue al legendario ladrón Dark salir volando del techo, en donde cinco policías muertos estaban amontonados debajo de una lona. No creo que lo hayas hecho, Dark (y no sólo porque son incapaces de hacer algo así) pero no entiendo quién pudo haber sido-
-Quizás fue el "bicho" que Daisuke dice que vio- comentó el ladrón.
"¡Dark! ¡Eso es!" Daisuke temblaba, y su madre lo abrazó, asustada –Quizás haya sido ése ser... Aunque no tengo pruebas para culparlo, no se me ocurre otro-
El abuelo, quien había vuelto apenas la noche anterior, lo miró un rato, y después habló.
-Daisuke, sé que hay algo que no nos dijiste, por cualquier motivo. ¿Qué es?-
El pelirrojo tomó aire y contestó.
-Cuando ése ser nos atacó, ambos lo vimos. Pero después, cuando entró en el aula, Dark no lo vio, pero Hiwatari sí, y vino corriendo antes que pudiera hacerme algo. Además, hay algo que guardo desde el primer encuentro, que sólo yo puedo ver, hasta ahora. Es una pluma negra, y Hiwatari me preguntó si era una pluma negra, casi con las mismas palabras que yo pensé al verla bien por primera vez-
Silencio.
-¿Dijiste un pluma negra?- le preguntó el abuelo, despacio.
-Si- dijo Daisuke.
-¿Y ambos la tocaron?-
-Estábamos transformados, y Dark era quien dominaba entonces, cuando sentimos el golpe-
Más silencio.
-Daisuke, andá a dormir. Tenemos que discutir algunos asuntos- le dijo su padre.
El pelirrojo se sorprendió por lo seco de la despedida, pero no protestó. Subió a acostarse y se durmió, pensando en todo lo que había pasado. Ahora Dark quedaba fichado como asesino, y cada vez que lo vieran lo señalarían como tal. ¿Qué pensaría Risa? ¿Y cómo la iba a mirar a la cara mañana?
Después que se durmieran, se escucharon los sollozos de su madre en la planta baja.
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Era muy parecido al mundo de su cuadro, pero, a la vez, muy diferente. En aquél, era de día y había otros seres: Freedert, pájaros, guardias... Pero en éste mundo lo único que daba luz era la Luna llena, y no se veían signos de vida en el bosque de pinos en el que se encontraba.
Daisuke no tenía miedo ni sentía frío. Debió haber sentido algo, porque no sentía nada, pero ni siquiera se extrañó. Estaba caminando en la nieve, sus pies descalzos no dejaban huellas y no había viento que moviera los copos de nieve que no dejaban de caer. No sabía adónde iba ni por qué lo hacía, pero alguien lo estaba llamando.
El paisaje nevado contrastaba con las piedras de la cueva, y Daisuke entró, sin pararse a pensar qué podía estar esperándolo adentro.
Antes de ver el negro plumaje, sabía que lo encontraría ahí. La oscuridad de sus plumas hacía que la oscuridad de la cueva pareciera luminosa.
-Cuervo- dijo, al ver al ser en el fondo de la cueva, sentado sobre una piedra chata -¿Qué estás haciendo?-
El ser no le contestó, y en principio, no lo miró. Después de un rato, levantó la mirada y sus ojos se encontraron. Miraba con curiosidad al recién llegado, moviendo la cabeza como si fuera un pájaro. La nieve no llegaba hasta ése lugar, y si bien el frío era mucho, ninguno temblaba. Daisuke sintió una invitación, y caminó hacia el ser, quien abrió las alas. Se sentó muy cerca, y las dos alas lo cubrieron. Su torso desapareció entre los brazos y las alas del ser, pero no le molestó. Ni siquiera sentía el frío del pecho contra su espalda, por como estaban apoyados. El ser puso su cabeza sobre el hombro del pelirrojo.
-Soy un Cuervo, sí- dijo el ser, con voz fría.
-¿Cómo te llamas?-
-Lo mismo pregunto-
-Soy Daisuke Niwa-
-Y yo soy Arashi (1)-
Silencio.
-¿Qué estás haciendo?- le preguntó el pelirrojo, al sentir que el abrazo se estrechaba más -¿Por qué nos golpeaste en el museo?-
-Ese no eras vos. Era Dark. Y él no me interesa-
-¿Qué?-
-Él no me importa. Es un ser transversal, pero vos no. Sos único, y eso es lo que me interesa-
-¿Yo te intereso?- Daisuke giró la cabeza para mirarlo de nuevo a los ojos.
-Mucho más de lo que podrías llegar a pensar-
Arashi acercó su cara, y abrió el pico. Su lengua raspaba como una lija, pero el pelirrojo no podía escapar de la cárcel de sus brazos. Eso si hubiera tenido ganas de escapar, porque ni siquiera sentía el deseo de irse.
-¿Qué hacés?- preguntó, después de un rato.
-Sólo podré tener lo que quiero cuando vuelvas a ser vos. O vos o él, y yo te prefiero a vos- la misma voz monótona, resonaba en las paredes de la cueva –Me caés mucho mejor, aunque él estaría más dispuesto-
-¿De quién hablás?-
-Ya lo sabrás-
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(1) Arashi es un nombre unisex en Japón (en X Arashi es una chica y en Paradise Kiss es varón) Concordaba con la imagen andrógina del Cuervo, así que le puse ese nombre, que significa tormenta.
Otra de mis fuentes de inspiración, que no mencioné antes, es el manga Death Note. Jorobar, que pocas veces un Manga me atrapó tanto como ése. Estoy contentísima, porque en agosto estrenan la película en Japón, y el actor que hace de Raito se le parece bastante, dentro de todo. Lo único que espero es que los yanquis no la hagan mierda, como pasó con Ringu. Quiero ver...
Nos leemos
Nakokun
