Disclaimer: Harry Potter y sus personajes son propiedad de J. K. Rowling. Esta historia está escrita sin ánimo de lucro.
A REFUGIO EN LA OSCURIDAD
Capítulo 4
Harry despertó bañado en sudor. Abrió los ojos y miró a su alrededor con las imágenes de su sueño dando vueltas por su cabeza. Un sueño protagonizado por Sirius, por su padrino. Lágrimas furtivas se confundían con las gotas de sudor. El pecho le dolía de sobremanera al tener la respiración agitada. Cerró los ojos concentrándose en intentar normalizar la respiración. Luego se sentó en el borde de la cama con mucho cuidado. Con la mano izquierda cogió las gafas de la mesilla y su visión se aclaró. La habitación estaba a oscuras a excepción de una pequeña luz perteneciente a una vieja lámpara de mesa situada en la mesilla. El radio de luz que emitía la bombilla era pequeño, pero era suficiente como para ver y distinguir a la persona que se encontraba sentada en una silla, cerca de la cama donde dormía Harry. Su pelo castaño con algunos mechones grises le caía en la cara, sobre sus ojos dorados, ahora cerrados en un profundo sueño. Su boca estaba abierta, respirando con pesadez. Sobre su regazo se hallaba descansando un pequeño libro de pasta marrón, sin ningún título visible. Intentando no despertarlo, Harry se levantó silencioso y se encaminó hacia la ventana. Sus pasos eran cortos y pausados, haciendo el menor ruido posible ya que sabía que Lupin, al ser un hombre lobo, sus sentidos estaban más desarrollados que los de los humanos. Cuando llegó, apoyó su brazo izquierdo en el marco y miró afuera.
El cielo estaba libre de nubes, igual que los últimos días. La luna menguante brillaba justo enfrente de la ventana, rodeada de pequeños puntos blancos contrastando con la oscuridad del cielo. La calle estaba casi a oscuras, sólo unas cuantasfarolas dispersas iluminaban levemente algún que otro coche aparcado en la acera. El silencio reinaba en la calle, algo que Harry agradeció interiormente. Un par de gatos, seguramente de la señora Figg, dormían en el jardín descuidado de la casa. Ante la soledad y la oscuridad de la calle, Harry suspiró tranquilo. Repasó la calle otra vez y miró la luna. El brillante satélite siempre le había tranquilizado en noches como ésa, en las que las pesadillas y pensamientos agitados enturbiaban su mente. Se quedó allí, quieto, mirando la luna, ausente durante varios minutos hasta que un movimiento cerca de una farola encendida le llamó la atención. Era un animal, un perro para ser precisos. Grande, bastante más grande de lo normal, con abundante pelo negro. Harry se incorporó al verlo y sacó la cabeza por la ventana para verlo mejor. Aguantó la respiración mientras le miraba fijamente, con el corazón acelerado. Sus ojos brillaron con decepción y pena al ver como el perro se metía en el callejón entre dos casas y desaparecía en las sombras. Harry dejó escapar el aire retenido a la vez que una lágrima fugitiva recorría su mejilla, cargada de dolor y angustia. Otra lágrima siguió a esa. Y luego otra. Y otra. Su llanto era silencioso, con los ojos fuertemente cerrados intentado impedir que más lágrimas escaparan. Sus puños estaban cerrados con mucha fuerza; sus uñas haciendo pequeñas heridas en las palmas de las manos. Un sollozo escapó de sus labios, incapaz de seguir dentro, incapaz de seguir manteniendo la agonía y el dolor secretos del alma de Harry. El muchacho abrió los ojos. Las lágrimas seguían corriendo a través de las irritadas mejillas. Unos ojos azules le devolvieron la mirada desde las sombras de la casa de enfrente. El chico ahogó un pequeño grito que luchaba por salir. Aquellos misteriosos, pero a la vez, familiares ojos azules le miraron durante unos segundos más antes de desaparecer. Harry había sostenido su mirada, enfrentando sus ojos verdes a aquellos azules, intentado distinguir algo entre aquella negrura. Pero no lo consiguió. Aún así pasó un pequeño rato más, buscando a los misteriosos ojos, pero lo único que consiguió fue que se frustrara y más lágrimas, esta vez de rabia, recorrieran sus mejillas. Oyó un leve ruido detrás suyo, pero lo ignoró, sólo quería seguir buscando aquellos ojos tan familiares, aquellos ojos tan parecidos a los de… él, a los de su padrino. Aunque dentro de él sabía que Sirius estaba atrapado dentro del velo y que necesitaba ayuda para salir, unas mínimas esperanzas le incentivaban a creer que esos ojos azules eran de su segundo padre. Más lágrimas recorrieron sus mejillas. ¿Es que, acaso, no iba a dejar de llorar nunca? No lo sabía, aunque a decir verdad, no le interesaba. Lo único que le importaba era buscar la manera de poder ayudar a Sirius.
'Y Voldemort es el único que puede ayudarme' se dijo a sí mismo con oscuro entusiasmo.
Unos brazos, abrazándole por la cintura le sorprendieron. Se dio la vuelta encontrándose con unos llorosos ojos dorados.
.-Shh… tranquilo… -susurró el hombre lobo abrazándole con fuerza y pasándole tranquilizadoramente una mano por el rebelde pelo negro. El adolescente, sin poder evitarlo, le abrazó también, hundiendo la cara en el pecho del hombre mayor. Sollozos incontrolables escapaban de la boca de Harry, al igual que más lágrimas que se perdían en la desgastada tela que componía la túnica del ex profesor.
.-Le echo de menos… le echo mucho de menos –murmuró Harry aún con su cara oculta.
.-Yo también, Harry. Yo también…
¿Qué podía decirle a Harry, que guardara las esperanzas porque Sirius volvería? Eso no podía decírselo. El mismo Dumbledore había dicho que no se podía hacer absolutamente nada por el animago. Que no había esperanzas. Lo único que podía hacer era dar todo su apoyo a Harry, demostrarle que podía contar con él para cualquier cosa. Pero bien sabía el hombre lobo que lo único que Harry quería era tener a su padrino con él. Y, por desagracia, eso no podía dárselo.
Los dos magos permanecieron unos minutos más abrazados, consolándose el uno al otro. Los sollozos de Harry fueron disminuyendo hasta que pararon. Fue entonces cuando Lupin aflojó el abrazo y miró al adolescente a la cara. Suavemente le secó las lágrimas que aún tenía en la cara y le sonrió cálidamente, una de esas sonrisas que consiguen confortar en cualquier lugar y momento. Harry le intentó responder, pero lo único que consiguió fue bajar la cabeza y volver a abrazarse al otro hombre. Lupin le daba una seguridad y un cariño que poca gente le había dado. En realidad sólo otra persona lo había hecho, pero no quería volver a pensar en él.
.-Harry… -susurró Lupin al oído de su ex alumno-. Tienes que tumbarte en la cama. Como Poppy se entere de que te has levantado sin su permiso nos va a cortar el cuello a los dos.
El intento de broma de Lupin surtió efecto. Una leve sonrisa se dibujaba en los labios de Harry. El joven mago le hizo caso, se separó renuente del cálido cuerpo y se dirigió hacia la cama. Una vez tumbado, Lupin le arropó con cuidado de no hacerle daño. Ahora que se daba cuenta, le había abrazado con mucha fuerza, con la fuerza suficiente como para haberle hecho daño, sobretodo en las costillas. Pero, al parecer, Harry había estado demasiado metido en sus pensamientos como para haberse dado cuenta.
.-¿Cómo te sientes? –le preguntó en voz baja sentándose en el borde de la cama.
.-Pues un poco mejor que antes, pero estoy molido.
.-¿Por qué no nos dijiste que tu tío te pegaba?
.-¿Acaso ibais a hacer algo para remediarlo? Dumbledore…
.-El profesor Dumbledore, Harry –le reprendió suavemente Lupin.
.-Dumbledore había hecho ya el hechizo. No había nada que hacer. Tengo que pasar con mi tía algún tiempo¿no? Así que con ello también con su marido.
.-Él creía que era lo mejor para ti.
.-Pues falló estrepitosamente.
Lupin le sonrió, una sonrisa que Harry no supo descifrar. Tampoco le importó. Lo único que de verdad importaba era que tenía su completa confianza y amistad, aunque no estaba muy seguro de que los siguiera teniendo cuando se marchara. No le gustaba la idea de traicionar a Lupin, pero si quería que Sirius volviera no tenía otra opción. Seguro que al final lo comprendería. O eso era lo que él quería.
.-Venga, Harry. Son las tres de la mañana. Lo mejor será que te vuelvas a dormir –le dijo Lupin al muchacho levantándose de la cama y apagando la luz de la lamparita.
Harry le quiso decir que no, que si se volvía a dormir, las pesadillas con Sirius traspasando el velo volverían y no quería, pero no tuvo el valor de contradecirle cuando sintió que su ex profesor le cogía una mano y la sostenía entre las suyas dándole apoyo silencioso.
.-Vamos, Harry, duerme. No te preocupes por nada.
Harry le hizo caso y cerró los ojos. Poco a poco su respiración se hizo pesada, demostrando que aunque creía que no lo conseguiría, había caído dormido.
"Buenas noches, Harry."
"Hola, Tom" la voz de Harry sonó resignada, al contrario que la de su adversario.
"¿Qué hay, mi querido muchacho¿Cómo te encuentras de la paliza que te dio ese muggle?"
"Si es que de verdad te interesa, estoy mejor."
"Por supuesto que me interesa. ¿Quién te crees que soy?"
"¿La persona que ha querido matarme desde que nací? A lo mejor, no lo sé."
"Bueno, bueno…" su voz sonó despreocupada. "No vivas en el pasado. Piensa en el gran futuro que tenemos por delante los dos juntos."
"Sí… gran futuro" la voz de Harry se oyó sin estar demasiado convencido.
"¿Te preocupa algo, Harry?"
"No, Tom, no me preocupa nada."
"Sí, algo te preocupa. Lo puedo sentir… No habrás estado hablando con nadie¿verdad?"
"¿Me vas a prohibir hablar con la gente, Tom?"
"No quiero que hables con personas cercanas a Dumbledore. No se puede confiar en ellos. Son capaces de meterte cualquier cosa en la cabeza."
"En Lupin sí se puede confiar."
"Ese es uno de los que menos puedes confiar. Es demasiado cercano a Dumbledore. Seguro que el viejo loco le ha comido la cabeza y le ha ordenado que se acerque a ti para tenerte controlado."
"Lupin no haría eso. ¡Era amigo de mis padres!"
"Por eso mismo no es alguien confiable. Dumbledore sabe eso, así que seguramente ha enviado a Lupin para que confíes en él. Yo te aconsejo que tengas cuidado."
"Lupin me quiere ayudar."
"Lupin quiere utilizarte, igual que todos los demás. No confíes en él."
"Pero es mi amigo."
"Si es tu amigo… ¿dónde estaba cuando el muggle te pegó¿Dónde estaba cuando te atacaron los dementores¿Por qué no ayudó a Black cuando traspasó el velo? Aunque no lo parezca, él es igual a los demás. Abandonó a su supuesto amigo cuando lo necesitó y hará lo mismo contigo cuando ya no te necesiten."
"Pero…"
"Además… yo soy ahora tu amigo¿no? Yo te voy a ayudar a conseguir lo que quieras. Conmigo estarás mucho más seguro que con esos muggles y que con Dumbledore y su estúpida Orden."
"Tienes razón…"
"Claro que tengo razón. Te ayudaré a hacerte, tan poderoso como yo, mi igual, mi socio… Aprenderás Ates Oscuras, Pociones, Transformaciones… tendrás toda una biblioteca para ti. Podrás buscar lo que quieras, sin que nadie te prohíba nada. Podrás vengarte de todos aquellos que te han hecho daño, nadie te lo impedirá."
"Venganza…"
"Por supuesto que sí, muchacho… Venganza…"
.-Harry… Harry, despierta.
Lupin movía a Harry con cuidado, lo suficientemente fuerte como para despertarle pero no para hacerle daño. El muchacho abrió los ojos y los fijó en los dorados de su ex profesor. Recordando la conversación que había tenido con Voldemort se apartó bruscamente de Lupin y le miró con resentimiento y decepción.
.-Ey, Harry… ¿Qué ocurre?
.-No pasa nada, Lupin –la voz de Harry, al contrario que la noche anterior, sonó fría, cortante, sin mostrar ningún tipo de sentimiento. Lupin le miró sorprendido, sin comprender el porqué del cambio de actitud del chico. Aún así sonrió como siempre aunque en sus ojos se podía ver un deje de preocupación.
.-¿Cómo te encuentras, Harry?
.-Bien.
Lupin frunció el entrecejo y miró evaluadoramente al muchacho tumbado en la cama de enfrente. Su instinto le decía que algo había pasado, algo bastante gordo con el muchacho, pero… ¿qué iba a pasar con Harry cuando éste había estado todo el rato durmiendo?
.-Emm… voy… voy a traerte el desayuno, ahora vengo.
Sin estar muy convencido, Lupin salió de la habitación dejando solo al muchacho. Bajó las escaleras, aún cuestionándose el porqué de la actitud del chico, y se perdió dentro de la cocina.
Harry, en la habitación, miró interesado a la ventana. La persiana estaba subida y las cortinas estaban sujetas con cordeles de color verde a la pared. El sol se encontraba ya bastante alto en el cielo azul libre de nubes. Debían ser sobre las 10 de la mañana. Una refrescante brisa entraba por la ventana. Un día como ese incitaba a las personas a sonreír y a ser felices, pero a Harry eso no le importaba. Sin querer levantarse para bajar la persiana, el chico se dio la vuelta encarando la pared y se tapó con las sábanas hasta que solo pudo verse una parte de su rebelde pelo negro. Debajo de las sábanas había un calor sofocante, pero Harry lo ignoró y siguió con la vista pegada a la pared.
'¿Tom tendrá razón¿Lupin sólo está fingiendo?' Una lágrima se perdió en la almohada. '¿No voy a poder confiar en nadie¿Es que, acaso, no voy a tener nunca nadie en quien confiar?'
Harry se giró y ocultó su cara en la almohada ahogando un grito e intentando por todos los medios no llorar.
'¡Maldita sea, Potter¡Tú no lloras¡Nunca has llorado, así que no empieces ahora!'
Cuando un sollozo quiso salir de sus labios, el muchacho mordió la almohada con frustración, al no poder contener sus sentimientos. Agarró con fuerza las sábanas entre sus manos intentando controlarse. En ese momento se hizo una promesa: no volvería a llorar hasta que su venganza estuviera cumplida. Dejaría de ser un niño llorica para pasar a ser un adulto sin sentimientos. Y eso lo conseguiría con Tom, seguro que él le enseñaría cómo hacerlo. Sí, seguro…
.-¿Harry?
El nombrado levantó un poco la cabeza. Lupin estaba de pie frente a él, con una bandeja llena de comida en las manos. Le miraba con preocupación, pero su eterna sonrisa amable se dibujaba en sus labios.
.-Venga, Harry, siéntate en la cama, por favor.
.-No tengo hambre –su voz volvió a sonar fría y cortante, como la de esa mañana. La mirada preocupada de Lupin se incentivó. Se dio la vuelta y dejó la bandeja encima de la mesilla para luego sentarse en el borde del colchón de la cama de Harry.
.-¿Qué te ocurre, Harry? –le preguntó pasándole una mano por el pelo. Harry se apartó bruscamente de él, haciéndose daño en las costillas, pero ningún gesto de dolor cruzó su cara.
.-Déjame en paz, Lupin. Vete con Dumbledore y déjame tranquilo.
.-No pienso irme a ningún sitio hasta que me cuentes que te pasa. No te comportabas así esta noche… no me tratabas así esta noche.
.-He tenido tiempo para pensar y analizar lo que está ocurriendo ahora.
.-¿Y qué está ocurriendo ahora? –su pregunta había sido suave, sin dejar de mirarlo, pero se sorprendió al ver la mirada asesina que le enviaba el chico.
.-Tú sabrás, Lupin.
Sin decir nada más, Harry se dio la vuelta dando la espalda a Lupin y cerró los ojos con dolor. No aguantaría demasiada en esa posición. Las costillas cada vez le dolían más, así que estaba deseando que Lupin se fuera para poder ponerse boca arriba. Pero eso no ocurrió. Lupin se quedó sentado donde estaba, analizando al chico. Había algo raro en torno a él, en torno a su aura mágica. No sabía lo que era, pero su instinto le decía que no era nada bueno. Se mantuvo quieto, mirándole fijamente durante varios minutos. Harry, ya sin poder contener más el dolor se dio la vuelta con los ojos cerrados y se quedó boca arriba sin hacer caso a su acompañante. Estuvieron así otros tantos minutos, Lupin sin quitar la mirada de Harry y Harry poniéndose cada vez más nervioso por dicha mirada. Al final, dándose por vencido, el muchacho abrió los ojos malhumorado y enfrentó al licántropo sin levantarse de la cama.
.-¿Qué es lo que quieres? –le espetó duramente, perforándole con sus verdes ojos.
.-Quiero que me digas que te ocurre –al ver que el chico no pensaba decir nada, Lupin añadió-: Dímelo y me marcho de la habitación.
.-¿De verdad quieres saberlo, Lupin?
.-Por supuesto –la voz del hombre lobo no había cambiado, seguía siendo suave y calmada, esperando pacientemente la respuesta del mago más pequeño.
.-Simplemente me he dado cuenta de quien en verdad eres.
.-¿Y quién en verdad soy?
.-Un maldito mentiroso y falso. Eso es lo que eres. Dumbledore te dijo que te acercaras a mí para mantenerme controlado y tú le hiciste caso mintiéndome y diciéndome que eres mi amigo cuando todo eso es mentira.
Había sido sólo un susurro frío, pero lo bastante audible como para que Lupin lo oyera entero y se diera cuenta con la sangre fría con lo que le lo había dicho Harry. El brillo de preocupación en los ojos dorados se incentivó al oírlo. Se pasó una mano por la barbilla y la mejilla con aire pensativo, aún procesando lo que acababa de oír.
.-Sabes perfectamente que eso no es verdad, Harry.
.-¡Claro que sí¡Sólo te has acercado a mí porque soy importante en esa guerra y el único capaz de matar a Tom! Después me abandonarás y me olvidarás.
.-¿Quién…¡Un momento¿Tom¿Tom Ryddle¿Desde cuando llamas Tom a Voldemort? –Lupin se había levantado de la cama exaltado-. ¡Has estado hablando con Voldemort?
Harry no le respondió, simplemente le envió una mirada asesina a Lupin y luego cerró los ojos. La habitación se quedó en un tenso silencio. Lupin miraba a Harry sorprendido, sin saber qué decir o cómo actuar. No se lo podía creer, no se lo quería creer. Recuperando su habitual temple, se sentó en la silla sin dejar de mirar a su antiguo alumno y se pasó una mano por el pelo.
.-¿Qué te ha dicho Voldemort, Harry¿De qué habéis hablado?
.-Eso no te importa.
.-¿Por qué no nos dijiste que Voldemort se estaba comunicando contigo?
.-Porque no es algo que os incumba.
.-A través de los sueños¿no?
Harry no le respondió. Se limitó a respirar pausadamente sin mirarlo. Lupin dio la pregunta por respondida. Se volvió a pasar la mano por el pelo e intentó tranquilizar su corazón, que aún seguía a cien por hora debido a la última revelación.
.-Harry, mírame –Lupin esperó unos momentos, pero viendo que Harry le ignoraba, decidió volver a sentarse en la cama y obligar a mirarle, aunque ese método no le gustaba nada-. Harry, por favor, cuéntamelo.
.-¿Para qué¿Para que vayas a Dumbledore y se lo digas? No me apetece tener a alguien de la Orden al lado todo el día.
.-Harry, confía en mí. Sabes perfectamente que lo que hablemos aquí lo mantendré en secreto –Harry giró su cabeza y volvió a mirar a la pared. No quería ver aquellos ojos dorados mostrándole todos los sentimientos que sentía su dueño-. Harry, por favor.
.-Dijiste que te ibas a ir si te decía lo que pensaba. No sé qué estás haciendo aquí.
Lupin se levantó derrotado, sabiendo que no conseguiría ni una palabra del joven. Antes de salir se giró y con voz extremadamente seria dijo:
.-No te fíes de Voldemort, Harry. Haría cualquier cosa por conseguir sus propósitos. Te utilizará y luego te matará. Y su primer paso es ponerte en contra nuestra. Ten cuidado.
El hombre lobo salió de la habitación con aspecto abatido, dejando a un muchacho cuestionándose sus decisiones. La bandeja con el desayuno quedó olvidada hasta la hora del almuerzo cuando la señora Figg fue a recogerla.
La mañana pasó, al igual que la tarde. La bandeja del almuerzo descansaba sobre la mesilla llena de comida. Harry se había mantenido tumbado en la cama boca arriba con los ojos cerrados durante todo el día sin moverse. No se había inmutado cuando Lupin había entrado con la bandeja de la comida y había intentado hablar con él. Su respiración era pausada y leve, intentado hacerse el menor daño posible. Sus músculos se estaban agarrotando al no haberse movido de la cama, pero aún así no se movió. Se mantuvo con los ojos cerrados, sin dormirse y dejando la mente en blanco, sin pensar en nada y aislándose de su alrededor, por lo cual no oyó cuando entró Dumbledore, acompañado de la enfermera Pomfrey.
.-¿Harry?
Dumbledore entró en la habitación mirando a Harry con precaución. El muchacho no le hizo ni caso y siguió con los ojos cerrados concentrado en sí mismo. La enfermera le miró con ojo crítico, sabiendo inmediatamente que el muchacho no había seguido sus indicaciones.
.-¿Señor Potter¿Está despierto? –preguntó la enfermera acercándose a él.
.-Sí, esta despierto –le respondió el director.
.-Señor Potter… Señor Potter, abra los ojos –Pomfrey se había sentado en la cama y le movía el hombro con cuidado de no hacerle daño. Harry siguió sin hacerle caso, como si allí, en la habitación, no hubiera nadie más que él.
En ese momento entró Lupin con lentitud, sin saber si estaba interrumpiendo a Pomfrey en su exploración o no, pero al ver que la enfermera intentaba llamar la atención del chico se extraño.
.-¿Qué ocurre, Albus?
.-Harry no quiere abrir los ojos. No hace ningún caso a Poppy.
.-¿Le ocurre algo a Potter, Remus? –le preguntó la enfermera al hombre lobo. Ante la pregunta, Lupin dudo en qué contestar.
.-Harry está… confundido y enfadado con nosotros –contestó vagamente al final acercándose a la cama del chico-. Harry… Harry, vamos, abre los ojos y hazle caso a Poppy… Harry…
Lupin le movía con cuidado y con precaución impregnada en cada palabra. Y no era para menos. Tenía miedo de que en aquellos momentos Harry estuviera hablando con Voldemort y éste le estuviera metiendo ideas raras en la cabeza. Pero nada más lejos de la verdad. Harry se encontraba despierto, pero intentado dejar la mente en blanco. Dumbledore estaba allí y ya era bastante que Lupin supiera que había estado comunicándose con Tom para que también lo supiera el viejo loco.
.-¡Maldita sea, Potter¡Deje de comportarse como un crío! –se oyó la voz de la enfermera exclamar irritada. Harry respiró hondo intentado tranquilizarse.
.-¿No es así como me tratáis, como si fuera un crío? Pues entonces me pongo a actuar como ellos y así tenéis razón en algo por una vez.
En cuanto Remus oyó la respuesta burlona de Harry apartó la mano de su hombro y volvió a mirarlo con preocupación. Sabía perfectamente que estaban perdiendo a Harry, pero… ¿qué podía hacer para recuperarle?
.-Venga, marchaos. Ya me encargo yo del señor Potter.
Dumbledore dio media vuelta y salió de la habitación. Remus, al contrario, se quedó quieto al lado del muchacho, renuente a dejarlo solo con la enfermera.
.-Venga, Remus. Dentro de unos minutos podrás volver con él, pero ahora debes dejarme que le revise.
Con una última mirada, Remus salió de la habitación, recargándose en la puerta al cerrarla tras él. Respiró hondo, intentando controlar las lágrimas que pugnaban por salir de sus ojos y el temblor de sus manos. No quería perder al muchacho, era lo único que le quedaba. No quería dejarlo marchar, no quería que siguiera comunicándose con Voldemort, no quería perderlo… pero no sabía qué era lo que tenía que hacer.
.-Sirius… ¿por qué te fuiste? –no fue más que un susurro de sus labios, lo suficientemente bajo como par que nadie lo escuchara. Con un último suspiro se enderezó y se dirigió al salón a sentarse a esperar que Pomfrey terminase con Harry para intentar hablar con él… de nuevo.
.-Remus¿cómo está Harry? –preguntó una voz impaciente y levemente alterada.
El licántropo acababa de sentarse en un sillón cuando la señora Weasley apareció por la chimenea seguida de Nymphadora Tonks.
.-Tonks acaba de decirme que le habíais encontrado malherido. ¿Qué le ha pasado?
.-Al parecer su tío le dio ayer una paliza después de que nosotros le hiciéramos la visita a Harry. Él está arriba. Ahora mismo la señora Pomfrey le está revisando.
La cara roja y los puños apretados de Molly Weasley delataban sus sentimientos y sus pensamientos. Gracias a sus sentidos más desarrollados, Lupin pudo sentir la ira que la regordeta mujer reprimía.
.-¿Y cómo está Harry?
.-Tiene un par de contusiones y algunos huesos rotos, nada que Poppy no pueda curar –le informó el hombre lobo intentado tranquilizarla, sin muchos resultados.
.-Pero… pero… ¿cómo se ha atrevido ese… ese… monstruo a pegar a un niño? –la señora Weasley temblaba de furia al imaginarse a Dursley padre pegar a Harry. Lupin y Tonks la hicieron sentarse en un sillón e hicieron un té para tranquilizarse los tres. Lupin, en su cabeza, ya estaba maquinando la venganza contra los Dursley. Dejó que su lado "merodeador" que por tantos años había estado dormido despertara y fuera ideando algún plan para humillarles y meterles miedo en el cuerpo, que se dieran cuenta que sus advertencias no eran en vano. Y para eso necesitaba la ayuda de cierto auror paranoico y un par de gemelos pelirrojos.
.-Potter, necesita comer más; está muy delgado para la edad que tiene.
.-Señora, eso es problema mío, así que no se meta.
.-Es mi paciente, Potter y como tal…
.-¿Y cómo tal qué? Mejor deje el tema por la paz.
La señora Pomfrey le miró frunciendo los labios unos segundos. Sin poder creerse que aquel niño educado que había curado tantas veces en el pasado fuera el mismo que estaba delante de ella, cerró el maletín que llevaba con las pociones que había llevado para sanar las heridas del chico y se marchó de la habitación. Sin apartar sus pensamientos del muchacho tumbado en aquella cama, entró en el salón dispuesta a irse a la enfermería de Hogwarts a seguir investigando el porqué del estado de Potter, pero se encontró con las tres personas que aún estaban tomando el té, esperándola para saber qué era lo que pasaba con el chico.
.-Las heridas siguen sin cerrarse –les informó la enfermera-. No tengo la menor idea del porqué, pero estoy investigando. Nunca había visto nada como esto.
.-¿Podría ser magia negra? –preguntó Remus con temor.
.-No lo creo. He hecho las pruebas necesarias para poder apartar esa posibilidad. De todas formas, esta tarde me pondré en contacto con un amigo que tengo en San Mungo que es especialista en casos extraños como éste y a ver que me dice.
.-Pero Remus¿no dijiste que fue su tío quien le pegó? Por lo que tengo entendido es un muggle.
.-Ya lo sé Tonks, pero pensaba en la pelea del Ministerio. A lo mejor un maleficio de algún mortífago le dio a Harry y no nos dimos cuenta.
.-Lo tendré presente, Remus. Lo que ahora hay que hacer es que ese niño coma. Está en los huesos.
.-Dice que no tiene hambre. Y no le puedo obligar a comérselo.
.-Claro que puedes obligarle. Es más, debes hacerlo. Me da igual que diga que no tiene hambre. No es bueno que se quede sin comer simplemente porque no tiene ganas, y menos en el estado en el que está.
.-Tranquila Poppy, yo me encargo de que Harry coma –dijo la señora Weasley encaminándose hacia la habitación de Harry en el piso superior.
.-Yo me marcho, tengo algunas cosas que hacer.
Lupin y Tonks se despidieron de la enfermera antes de seguir a la señora Weasley al piso de arriba.
Dos suaves golpes sonaron en la puerta pidiendo permiso, un permiso que el habitante de la habitación ignoró, volviendo a dejar la mente en blanco. Cuanto menos supiera Tom sobre él mejor¿no?
.-¿Harry¿Estás despierto? –la voz dulce de la señora Weasley se oyó por el resquicio de la puerta que ella misma había abierto. Harry no pudo evitar abrir los ojos sorprendido.
.-¿Señora Weasley¿Qué hace aquí?
.-Me dijeron que estabas aquí y vine a visitarte –la señora Weasley se acercó hasta la cama de Harry y se sentó en la misma silla en la que Lupin había pasado la noche-. ¿Cómo te encuentras?
.-Estoy bien, señora Weasley, no se preocupe.
.-Cómo no me voy a preocupar, cariño –le dijo sonriendo cálidamente mientras le pasaba una mano por el rebelde cabello con suavidad-. Le diré a Albus que te vendrás con nosotros cuando te repongas y Poppy diga que ya te puedes levantar¿te parece?
.-No se moleste, señora. Dumble… el profesor Dumbledore no dejará que me vaya hasta que haya pasado un poco más el verano. Pero muchas gracias de todas formas –le agradeció el chico con una leve sonrisa.
.-Tranquilo, Harry. Yo me encargaré de convencer a Albus. No pienso dejar que vuelvas con tus familiares.
.-No creo que a ellos les guste ser llamados "mis familiares" –comentó con sorna el chico intentando acomodarse mejor en la cama evitando hacerse daño; cosa que no consiguió.
.-¡Hey, Harry¿Cómo te va? –saludó Tonks en cuanto entró en la habitación. Lupin se quedó apoyado en el marco de la puerta viendo como la joven auror se sentaba en el borde de la cama sonriendo a Harry. Se quedó hablando un rato con él sobre quidditch mientras la señora Weasley y Lupin iban a la cocina a ayudar a hacer la cena.
.-Te digo, Harry, que, esta temporada, los Chudley Cannons han mejorado muchísimo.
.-¿A sí¿Ahora consiguen los cazadores sostener la quaffle durante más de cinco segundos sin caérsele? –Harry miraba a Tonks escéptico, pero con una sonrisa en los labios. Tonks podría ser patosa, pero sabía como hacerte sonreír.
.-Pues sí –le contestó ella desafiante-. Además… ¿Ron no es de los Cannons? Creía que al ser el equipo favorito de tu mejor amigo los defenderías.
.-En realidad no soy fan en especial de ningún equipo. No sé lo suficiente sobre ellos para poder elegir a uno, además que estando aislado del mundo mágico en vacaciones sin una radio mágica no ayuda.
.-¡Pues tienes razón! –dijo ella levantándose de la cama con su buen humor de siempre-. Quédate aquí, que ahora mismo te traigo una cosa.
.-Tonks, me tienen prohibido levantarme siquiera de la cama. ¿Adónde crees tú que puedo ir?
La auror le sonrió con algo de vergüenza y se dio la vuelta para salir de la habitación, pero al hacerlo le dio un manotazo a la lámpara de la mesilla tirándola al suelo y rompiéndola en pequeños trozos. Harry se empezó a reír al ver la cara roja de Tonks y sus ojos furibundos mirando la lámpara, pero dejó de hacerlo al sentir el dolor de sus costillas, pero, aún así, conservó una pequeña sonrisa bailando en sus labios.
.-Ya me preguntaba yo cuándo romperías algo –comentó Harry burlón-. Ya estabas tardando.
.-Muy gracioso, Harry –le contestó ella sacándole la lengua.
.-¿Se puede saber qué has roto esta vez, Nymphadora? –preguntó Remus entrando en la habitación con la bandeja de la comida levitando detrás de él.
.-Como me vuelvas a llamar Nymphadora, Remus, me va a tener miedo hasta tu forma de lobo en luna llena –le amenazó la chica enviándole una mirada asesina mientras reparaba la destrozada lámpara con un movimiento de varita.
Remus solo negó con la cabeza con una leve sonrisa y dejó la bandeja en la mesilla con cuidado.
.-Venga, Harry, te ayudo a sentarte e la cama –le dijo Lupin.
.-No te molestes, Lupin; no tengo hambre –el tono duro de voz que Harry había dejado abandonado cuando habló con la señora Weasley y con Tonks lo volvió a utilizar para dirigirse al licántropo.
.-A no, de eso nada, jovencito. Te vas a comer esa comida ahora, y nada de rechistar ni negarse –la voz imperativa de la señora Weasley, acostumbrada a mandar sin reclamos a sus hijos, se oyó desde la puerta de la habitación por donde había aparecido.
.-Pero señora Weasley, no tengo hambre –dijo Harry totalmente afligido al saber que había perdido aquella pelea sin ni siquiera haberla empezado.
.-A mí no me vengas con esas, Harry. No comiste nada ni hoy ni ayer, y supongo que tampoco los días anteriores, así que no pienso moverme de aquí hasta que te comas todo eso.
Harry hundió los hombros derrotado y dejó, sumisamente, que entre Lupin y ella lo sentaran cómodamente en la cama para que, seguidamente, la matriarca de los Weasley le pusiera la bandeja en su regazo y se sentara en la silla a esperar que él se comiera toda la comida que, por cierto, era demasiado para su estómago acostumbrado ya a casi no comer nada durante días.
Lupin salió de la habitación dejando a solas a Harry y a la señora Weasley; ella sabría tratarle mejor que él. Tonks hacía ya algunos minutos que se había retirado para a buscar algo de lo que no se había enterado por la rápida despedida de la chica.
.-Señora Weasley, no me entra más… -dijo Harry dejando el tenedor en el borde del plato que estaba medio lleno o medio vacío, según se mirase. La señora Weasley solo apretó los labios sin estar plenamente convencida. Pero estaba segura de que el chico no iba a comer más, y la verdad es que había comido bastante, así que le quitó la bandeja posándola en la mesilla y le ayudó a volver a tumbarse en la cama.
Justo en ese momento entró Tonks con una radio mágica en las manos y una gran sonrisa en su cara.
.-Mira lo que te he traído, Harry. Es mía, pero como últimamente no tengo tiempo para escucharla, te la traigo para que pases el rato¿qué te parece?
.-Muchas gracias, Tonks –le agradeció él con una de sus, últimamente escasas, sonrisas sinceras.
.-Además, así te pones más al día sobre la liga de quidditch –terminó ella dejando la radio donde antes estaba la bandeja de la cena y que la señora Weasley había retirando sabiamente sabiendo de la torpeza de la auror.
Muy buenas! Qué tal ha ido la semana? Supongo que habrá gente que ya ha empezado con los exámenes (yo, por desagracia, sí que lo he hecho), o que los empezará dentro de poco, así que les deseo mucha suerte. Ya sabéis, a estudiar mucho, eso sí, sin llegar a estresarse, que el estrés es malo, jeje.
Bueno, apartando ese espantoso tema que son los exámenes... ¿Qué os ha parecido el capítulo? Sí, ya sé que éste también ha sido bastante aburrido, pero es que hay cosas que tienen que pasar para que el fic siga adelante, como la desconfianza de Harry con Lupin. Pero tranquilos, que ya dentro de un par de capítulos la cosa empieza a agilizarse y a ser más entretenida. Personalmente, me encantó la escena del principio. ¿A vosotros no?
Finsi Potter: Hola! Me alegro que el capítulo anterior te gustara, a ver si éste también lo hace. Respecto a Ron... aún no tengo decidido nada con él, no sé si le mataré o le dejaré vivir; se aceptan sujerencias ;-) Besos, cuídate.
Tom O'neill Riddle: Buenas! Me alegro mucho de que te guste mi fic, esperemos que te siga gustando, eh? ;-) Vamos ver, triste, triste, la verdad es que el fic en sí es un poco oscuro, pero no te creas que Harry va a estar enfadado consigo mismo por haberse unido a Voldemort. Yo pienso que Harry no llegará a confiar tanto en Dumbledore como lo ha hecho hasta ahora en los libros siguientes, tal vez me equivoque, pero es lo que yo creo; Dumbledore le ha ocultado demasiada información para que lo siga haciendo. Espero que me sigas dejando tu opinión. Te agradezco mucho el review. Muchos besos.
Cindy: Saludos! Siento decepcionarte, pero Harry terminará uniéndose a Voldemort. Habrá final feliz cuando termine el fic? Tal vez sí, tal vez no, pero nunca hay que perder la esperanza¿no? Tu tranquila, que Harry no tendrá apenas tiempo para autoculparse, aunque creo que tampoco quiere hacerlo. Bueno, la sombra ésa tiene juego. No te alejas demasiado de la verdad: no es Bellatrix, pero tampoco es una criatura que está allí para llevarse a Harry a algún sitio y entrenarlo. No obstante, no te voy a negar que es una criatura que está para ayudar a Harry. Se la verá interactuar un poco más en futuros capítulos. Espero que el fic te siga gustando, ya verás que poco a poco se pondrá mejor. Muchísimas gracias por tu review. Besotes. Bye!
Serenitakou: Hola! Ya creí que no te vería por aquí! Bueno, ya tienes un nuevo capítulo. ¿Qué te pareció? Espero con ansias tu opinión, eh? Por cierto, cuando actualizas tu fic? Actualizalo prontito, que me tienes en ascuas. Muchos besos, cuídate.
Santi: Bienvenido! Realmente que alguien diga que le gusta mucho tu fic sube el ánimo como la espuma, no te lo puedes imaginar. Muchas gracias por tu review, en serio. Y tu tranqui, que tengo pensado terminar el fic, aunque salga el 6º libro antes de que termine, que es lo más posible. Espero que este capítulo no te haya decepcionado. Besos.
Bueno, ya terminé. No sé si el capítulo ha gustado o no lo ha hecho, así que mandadme reviews para decírmelo, ok? Ya sabéis, acepto de todo: críticas constructivas, opiniones, preguntas... lo único que no acepto son virus y bombas, por lo demás... Total, no es tan díficildarle a ese botoncito de ahí abajo para hacerme feliz¿verdad?
Muchos besos...
Aykasha-peke
Miembro de muchas Órdenes
