Disclaimer: Harry Potter y sus personajes son propiedad de J. K. Rowling. Esta historia está escrita sin ánimo de lucro.

A REFUGIO EN LA OSCURIDAD

Capítulo 5

Dos días más pasaron, sin demasiadas mejoras sobre la cura de Harry, algo que tenía a la enfermera de Hogwarts exasperada y completamente confusa. Había consultado a su amigo, el que trabajaba en San Mungo, y habían llegado a la misma conclusión: aquello no era magia negra. Así que la señora Pomfrey acudía todos los días a la casa de la señora Figg a ver a Harry y a cambiarle los vendajes. Éste, a su vez, se mostraba cada vez más distante y frío, incluso con Tonks y la señora Weasley, la cual le acompañaba en todas las comidas asegurándose de que se alimentaba bien y con regularidad. El nuevo carácter de Harry tenía confundidos a todos los habitantes de aquella casa, así como los visitantes asiduos de Grimmauld Place, que habían sido informados por Tonks y la señora Weasley. Remus estaba muy preocupado por él, sabiendo que el chico se comunicaba con Voldemort diariamente pero sin saber qué hacer para poder evitarlo. Tal como se lo había prometido a Harry, no le había dicho a nadie sobre esa nueva conexión amistosa que mantenía el chico con el asesino de sus padres, pero se estaba replanteando seriamente romperla para evitar que el chico siquiera haciendo eso. Pero estaba seguro de que si lo hacía, Harry no volvería a confiar en él. No es que el chico confiara mucho en él en esos momentos, pero algo es algo, y no se iba a permitir perder también eso.

Aparte, Lupin con sus sentidos más desarrollados gracias a su sangre de hombre lobo, había empezado a advertir una esencia que se encontraba mucho en los alrededores de la casa, sobretodo de noche. Su instinto no le decía que fuera peligrosa, pero tenía curiosidad. No era exactamente la esencia de un ser humano, aunque se le parecía, pero tampoco de ninguna criatura que él conociera. Y había algo en ella que le resultaba mínimamente familiar. Esa noche se quedaría cuidando de Harry; estaría atento para saber quién era aquel… ser. Mientras tanto, tenía que conseguir que Harry se comiera la cena que llevaba en esos momentos hacia la habitación del muchacho. La señora Weasley no había podido acudir ese día, Bill y Charlie, que habían estado fuera de la isla en una misión de la Orden, regresaban a la Madriguera y Lupin había convencido a la matriarca de la familia que se quedara en su casa a recibir a sus hijos. Así que ahora pesaba sobre él la misión de hacer comer a un muchacho de casi 16 años al que se le antojaba no hacerlo y comportarse cada vez más grosero y desafiante. A lo mejor una señora baja y regordeta con cara bonachona y un gran temperamento lo conseguía, pero él no tenía las misma cualidades que ella.

.-Ni pienses Lupin que me voy a comer toda esa comida que traes –desafió Harry con los ojos cerrados cuando oyó la puerta de su habitación abrirse.

Esa era otra de las nuevas manías que había cogido el muchacho en los pocos días que llevaba allí. Se pasaba las horas muertas con los ojos cerrados. No estaba dormido, pero eso no significaba que te hiciera caso cuando le llamabas. Pasaba de todo y de todos. Ni siquiera Tonks conseguía ya tener una conversación con él con mayores contestaciones que monosílabos. Cuando Lupin lo mencionó en una de las reuniones dela Orden, Snape comentó con su típico tono sarcástico y extremadamente burlón que a lo mejor el "niñato arrogante" había aprendido la lección y estaba aprendiendo a dejar la mente en blanco y practicando Oclumancia. Lupin deseó con todas sus fuerzas que ese fuera el motivo y no que Harry se estuviera comunicando tan continuamente con lord Voldemort.

.-Vamos, Harry, sabes que tienes que comer.

.-No pienso meterme nada de eso en la boca, Lupin. Si tanto te gusta cómetelo tú.

.-Harry, no pienso pelear contigo, así que siéntate y cómete la comida.

.-No me la voy a comer. No soy un crío para que me obliguéis a comer eso.

.-Si no eres un crío, no te comportes como tal, Harry –le respondió Lupin pausadamente, pero se podía notar un breve todo duro en su voz.

.-No puedes obligarme.

.-Harry, te vas a comer la comida por las buenas o por las malas, tú decides.

.-No te atreverías.

.-Si estás tan seguro de eso, pruébame. Vamos a ver de lo que soy capaz de hacer.

Los dos se miraban a los ojos, desafiantes, con el ceño fruncido y un brillo de determinación en sus ojos. Ninguno de ellos pensaba dejarse vencer por el otro.

.-Harry, cómete la comida.

.-Cómetela tú, Lupin.

.-Vale, si así lo prefieres –Lupin cogió su varita y con un sencillo movimiento de muñeca, un par de cuerdas aparecieron de la nada y apresaron al chico con cuidado, eso sí, de no hacerle daño.

.-¡Ey¡No puedes hacer esto! –exclamó Harry retorciéndose para intentar soltarse las cuerdas.

.-¿No puedo? Pues mírame –habló Lupin con burla y determinación en su voz, pero un claro brillo divertido y travieso jugando en sus ojos dorados. Su antigua actitud merodeadora saliendo a la luz después de muchos años. Se sentó en la silla al lado de la cama e iba a coger la bandeja cuando vio a Harry arrastrándose por la cama intentando llegar al borde y ponerse de pie, pero Lupin fue más rápido y le lanzó un Petrificus Totalus, paralizando todo su cuerpo menos la mandíbula. Luego, con mucho cuidado, lo volvió a colocar bien en la cama.

.-Eres un cabrón y un tramposo, Lupin.

El licántropo ignoró el último comentario del irritado muchacho y se dedicó a cortar el filete que la señora Figg había cocinado para Harry junto a la sopa y el puré de patatas que lo acompañaban. Así como el comentario también ignoró las miradas llenas de reproche y las injurias que provenían del chico medio recostado en la cama.

.-Vale, tienes toda la razón, Harry –dijo Lupin cuando terminó de cortar el filete-, pero ahora cállate y abre la boca.

Harry, en respuesta, apretó los dientes y los labios impidiendo que el ex profesor pudiera meterle la comida en la boca. Lupin, sin enfadarse lo más mínimo, tapó con su mano libre la nariz de Harry, obligándole a abrir la boca para respirar, y aprovechando para meterle la comida y hacérsela tragar.

.-¿Sabes? Hace 15 años que no te daba de comer –comentó Lupin como si no hiciera caso a la tensión que había en la habitación-. Aunque antes era más fácil. Apenas estabas empezando a hablar y no decías esas palabras que dices ahora.

.-Que te jodan.

Lupin le volvió a ignorar, pinchando el filete con el tenedor. Pasó toda una hora más hasta conseguir que Harry se comiera toda la cena, salpicada constantemente por comentarios hirientes por parte del muchacho y una infinita paciencia e indiferencia por Lupin, sobretodo por tener que repetir tantas veces el taparle la nariz al chico para que abriera la boca.

'Es más tozudo que James y Lily juntos' pensó el ex profesor con melancolía mientras veía como Harry masticaba el último pedazo de la manzana que había llevado como postre. Después le llevó el vaso lleno de agua a los labios y esperó a que el chico se lo bebiera, pero esperó en vano.

.-¿Y ahora porqué no te bebes el agua? –le preguntó cansinamente posando el vaso en la bandeja.

.-¿Cómo sé yo que no habéis puesto alguna poción en el agua?

.-¿Por qué íbamos a hacer eso?

.-Y yo que sé. Vosotros sois los manipuladores y a los que interesa que yo siga con vosotros.

.-No sé por qué piensas así de nosotros, Harry. No somos los malos.

.-Pero tampoco sois los buenos- le interrumpió el muchacho mirándolo duramente.

Lupin suspiró derrotado, sin saber qué más decir. Deshizo los hechizos que había puesto en Harry y le acercó el vaso de agua a su brazo sano para que lo cogiera.

.-Sólo es agua. Te aseguro que no lleva ninguna poción. Confía por una vez en mí, Harry.

El muchacho le miró con ojos dudosos, pero al final se llevó el vaso a los labios y se bebió el agua en dos grandes tragos. En verdad el agua no le había sabido a nada raro; era, simplemente, agua del grifo, sin ningún añadido.

'Pero el Veritaserum es completamente insípido, Potter. No lo hubieras detectado por mucha cantidad que hubiera en el agua' se recordó a sí mismo viendo como Lupin se levantaba, cogía la bandeja y se dirigía a la puerta. Éste le miró por un momento antes de salir y cerrarla a sus espaldas. Harry sintió como una oleada de afecto le inundaba su, cada vez más, frío corazón al ver la preocupación que brillaba en los ojos dorados de su antiguo profesor cada vez que éste le miraba. Por mucho que le dijera Tom que no se fiara de Lupin, algo dentro de él le decía todo lo contrario: que él era el único en el que podía confiar. Ya no sabía qué hacer. ¿Confiar o no confiar en Lupin? Siempre tenía la misma lucha interna cuando veía al licántropo, pero optaba por un buen ataque para que él se fuera y así quedarse tranquilo, aunque había veces que no lo conseguía.

Decidiendo que lo mejor era dejar de pensar en eso, se estiró lo mejor que pudo con el brazo en cabestrillo y su torso vendado por las costillas rotas y encendió la radio de Tonks, que descansaba sobre la mesilla.


No pasaba de la media noche y Harry ya estaba completamente dormido. Lupin, a su lado, seguía leyendo el mismo libro que el primer día, con un ojo puesto en la lectura y el otro en el muchacho que dormía plácidamente en la cama. De repente sus sentidos de hombre lobo le alertaron de que aquella extraña presencia que había sentido los otros días volvía a estar cerca de allí. Se levantó con sigilo y se encaminó hacia la ventana, esperando descubrir aquel extraño ser, pero fuera de la casa reinaba una completa oscuridad. Ni siquiera las farolas estaban encendidas. Con frustración miró a su alrededor, esperando divisar algo, una sombra o una silueta, pero no lo consiguió. Aún así siguió mirando. Sus sentidos le advertían de que estaba cerca, muy cerca. Giró su cabeza hasta mirar a Harry, asegurándose de que estaba bien. De repente sintió como sus ojos empezaban a cerrarse contra su voluntad y algo así como una bruma nublaba sus sentidos y se adormecía poco a poco. Llegó a la silla en la que minutos antes había estado sentado arrastrando los pies, se sentó y se quedó completamente dormido con la cabeza apoyada en su hombro.

Estando ya los dos habitantes de aquella habitación dormidos, una ágil y esbelta figura entró por la ventana sin hacer el más mínimo ruido. Su largo pelo lo llevaba suelto a su espalda y sus ojos azules brillaban con fuerza y determinación. Se acercó a Lupin y le acarició con cariño sus cabellos castaños. Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios del licántropo, suavizando sus cansadas facciones, como si sintiera una inmensa paz. Sonriendo a su vez, la figura besó su cabello y se aproximó al chico acostado en la cama. Se sentó en el borde y pasó su mano por su cara, curándole su pómulo y su labio al contacto de las dos pieles después de unos cuantos segundos.

.-¿Por qué tan obstinado, Harry?… ¿Por qué no confías en las personas que están a tu alrededor?… ¿Por qué te resistes tanto?… ¿Por qué no quieres que la gente se acerque a ti?… -preguntó la figura en voz baja, al oído del muchacho dormido. Su voz era dulce, melodiosa y cálida, como la de un ángel. Siguió bajando su mano, curando con delicadeza las heridas por encima de la ropa del muchacho. Unos minutos después se levantó, le dio un pequeño beso en la mejilla y, con una última mirada hacia los dos magos, desapareció por la ventana.


Unos ojos dorados empezaron a abrirse al mismo tiempo que los rayos de sol matutinos entraban por la ventana. El dueño de esos ojos miró a su alrededor confuso, sin saber en qué momento se durmió. Su sentido del olfato le advirtió que aquella esencia que había sentido los últimos días había permanecido en la misma habitación que él por unos minutos, hacía varias horas. Maldiciéndose mentalmente por haberse dormido y no haber descubierto a qué pertenecía esa esencia, posó sus ojos en la figura durmiente en la cama. El muchacho estaba calmado, en paz, se veía como si no tuviera ninguna carga en sus hombros, como cualquier otro chico de su edad. Lupin hacía mucho que no le veía tan relajado como en esa ocasión. No sudaba, ni se retorcía… ni siquiera tenía el ceño fruncido como las últimas noches cuando tenía pesadillas. No… Al parecer estaba teniendo un buen sueño, algo agradable al ver la pequeña sonrisa que se asomaba en sus labios.

Lupin se levantó y tocó con una mano la frente de Harry con delicadeza. Tampoco tenía fiebre como las noches pasadas, pero había ago extraño en su rostro, y no era la pequeña sonrisa. Al fijarse mejor descubrió que la magulladura de la mejilla y el labio roto del chico estaban curados. Asombrado quitó la venda de la frente y vio que la brecha también estaba curada. Extrañado, pero alegre, se alejó del cuerpo de Harry y salió de la habitación sin que el muchacho se enterara de nada; era muy pronto y al chico le faltaban demasiadas horas de sueño. Le dejó una nota a la señora Figg en la encimera de la cocina diciéndole que llegaría un par de horas después, salió de la casa y anduvo unos pasos hasta llegar a un callejón y se desapareció.


Era ya entrada la mañana cuando se abrieron dos grandes ojos verdes en la casa de la señora Figg. Harry miró confundido a su alrededor y se incorporó en la cama sin darse cuenta de que no sentía el más mínimo dolor. Extrañado al ver que se encontraba solo en la habitación, al contrario de los días anteriores, se estiró y puso en marcha la radio para enterarse de la hora que era. No tuvo que esperar demasiado para saber que eran más de las doce de la tarde. Frunció el ceño confundido. ¿Cómo podía haber dormido tanto¿Y por qué no se sentía cansado ni adolorido como ayer o anteayer?

Se levantó de la cama con cuidado y se encaminó al cuarto de baño. No entendía nada. Se sentía bien, como hacía mucho no se sentía. No estaba cansado, no le dolía nada, como si estuviera completamente curado. Se miró al espejo y abrió los ojos asombrado. No había rastro del moratón de la mejilla ni del labio roto. Tampoco estaba la brecha de la frente ni el dolor al respirar. Arriesgándose, movió el brazo derecho y la muñeca. Sencillamente perfecto. Estaba completamente curado. Sin creérselo aún volvió a la cama, sin el brazo derecho en cabestrillo, y se tapó la cara con las manos. Si ya estaba curado podía volver a casa de los Dursley. Y si podía ir a la casa de esos muggles también podría escapar e irse con Tom.

'¿Es eso lo que verdaderamente quieres, Potter?' se preguntó a sí mismo. '¿Escapar e irte con el asesino de tus padres?'

¿Por qué se preguntaba eso ahora¿No había estado completamente decidido hacía un par de días¿Por qué dudaba¿Era la influencia de Lupin o esa extraña figura que sentía cerca todas las noches¿Era ella la que le había curado o había sido él solo, ayudado por los hechizos de Pomfrey el día anterior?

No pudo seguir pensando más, pues la puerta se abrió en ese mismo momento revelando la entrada de Remus Lupin, Molly Weasley, Poppy Pomfrey y Albus Dumbledore. Harry respiró hondo, intentando controlarse y no empezar a gritar furibundo por la indeseada presencia del director de Hogwats, cuando la señora Weasley se acercó a él y le preguntaba atropelladamente si estaba bien y si tenía hambre.

.-Tranquila, señora Weasley, me encuentro perfectamente –contestó el muchacho abrumado y ruborizado por la preocupación de la señora.

.-¿Seguro, cariño¿No tienes hambre o sueño?

.-No, estoy bien.

.-Déjeme que me asegure de eso, señor Potter –dijo la enfermera acercándose a Harry, apartando a la señora Weasley suavemente. Todos los demás se situaron al fondo de la habitación, esperando el veredicto de la enfermera.

Media hora después, ya completamente segura, la señora Pomfrey dejó de hacer encantamientos y hechizos y se giró hacia los presentes.

.-Ésto es lo más extraño que he visto en todos mis años de profesión –dijo con rotundidad-. Los huesos se han sanado, al igual que las heridas. No hay ninguna señal de golpes en el cuerpo del señor Potter.

.-¿Cómo es posible? –preguntó el profesor Dumbledore notablemente extrañado.

.-Hay rastro en su cuerpo de una extraña magia. No es humana, de eso estoy segura. No sé que ha podido producirla.

.-Si estoy perfectamente¿puedo marcharme ya? –preguntó Harry, sentado con las piernas cruzadas en la cama.

.-¿Adónde iría, señor Potter? –cuestionó Dumbledore impasible.

.-A usted no le importa, profesor Dumbledore –respondió con dureza el muchacho estirando las piernas.

.-Irá con los Dursley, señor Potter. Se quedará en casa de sus tíos hasta la fecha de volver a Hogwarts.

Harry le miró tranquilo, con una ceja levantada en señal burlona.

.-Los años no pasan en balde¿eh, Dumbledore? Tenga cuidado, está empezando a chochear –Harry se levantó con tranquilidad, sin hacer caso a las miradas de asombro de las personas de la habitación, y cogió su ropa, que se encontraba en el respaldo de la silla del escritorio.

.-¡Señor Potter¡No hable así al director! –exclamó Pomfrey.

.-¿Por qué? –preguntó él, sin cambiar el tono de voz-. ¿Qué pasa¿Acaso me vais a castigar? –puso una sonrisa burlona y sarcástica-. Ninguno de vosotros tiene derecho a castigarme.

.-Soy su director, señor Potter. Merezco un respeto –dijo Dumbledore en un tono duro e imperativo.

.-Ya no, Dumbledore. Recuerde, si es que puede, que no voy a volver a Hogwarts.

.-No abandonará la escuela, señor Potter –dijo Dumbledore retomando su voz calmada-. No le permitiré que lo haga.

.-No va a impedírmelo, profesor Dumbledore –Harry volvió a su tono duro-. No tiene ningún derecho sobre mí. Hace mucho que dejó de tenerlo.

Y sin decir nada más, Harry salió de la habitación en dirección al cuarto de baño. Los adultos que quedaron en la habitación estaban quietos, pensando cada uno en la actitud de Harry. Lupin, que se había mantenido en silencio durante todo el rato, miraba a Dumbledore de forma indescriptible. En su interior se librara una lucha interna, entre el bando de creer a Harry y el de creer a Dumbledore. ¿A quién hacer caso? Dumbledore le había dado su confianza, le había admitido en el colegio aun siendo un licántropo peligroso y le había dado trabajo cuando nadie había querido. Pero¿y si Harry tenía razón¿Y si todo era un plan de Dumbledore para controlar a Harry y usarlo como arma? Harry era el hijo de sus mejores amigos, los primeros que no le habían dado la espalda por ser lo que era, los primeros que le habían permitido tener un bebé en brazos sin miedo a lo que pudiera pasar, los primeros que había confiado en él sin miedo y sin rencor. Además de todo eso quería a Harry como a un hijo, desde la primera vez que le vio, la primera vez que le miró con sus grandes ojos verdes y le cogió un dedo con su pequeña manita cuando le tuvo en sus brazos. No permitiría que nadie le hiciera daño, ni siquiera Dumbledore. Era lo único que le quedaba, lo único que le sujetaba a esa vida. No, nadie le haría daño. Si Harry quería abandonar Hogwarts, él lo iba a apoyar, aunque supiese que era una mala idea. Le debía mucho a Dumbledore, es cierto, pero le debía mucho más a Harry y a sus padres. Estaría apoyando a Harry, decidiese éste lo que decidiese.

.-Remus, llama a Nymphadora para que empecéis con la primera ronda. No dejéis ni por un momento que Potter salga de la casa. Acompañadle a la puerta de la residencia de los Dursley y aseguraos de que se quede allí –mandó Dumbledore sin mirar a nadie en especial y saliendo de la habitación.

.-Albus ha perdido el control de Potter –comentó Pomfrey.

.-Sí, y será imposible que vuelva a tenerlo –dijo Lupin sin moverse, cruzándose de brazos.

.-¿Qué le ha ocurrido a Harry para que ahora se comporte así? –preguntó la señora Weasley, sin esperar una respuesta concreta.

.-Supongo que la muerte de Sirius y la revelación de la profecía tienen mucho que ver –contestó Lupin.


.-No necesito que me acompañéis a casa. No me voy a perder, os lo puedo asegurar –dijo Harry sarcástico mientras se dirigía al número 4 de Privet Drive.

.-No nos preocupamos porque te pierdas, Harry. Más bien nos preocupamos porque no te apetezca llegar –dijo Tonks con entusiasmo antes de recibir un codazo por indiscreta de Lupin.

Harry se giró mirando a Tonks burlón, alzando una ceja y sonriendo.

.-Que bien me conoces, Tonks. Me pregunto como lo has conseguido –preguntó retórica y sarcásticamente.

.-Yo también tuve tu edad y fui rebelde, como tú.

.-No, Tonks, como yo, no.

Harry volvió a darse la vuelta y continuó andando hacia la casa de sus tíos, dejando atrás a una auror claramente sorprendida y a un licántropo que no había levantado la mirada del suelo desde que había salido de la casa de la señora Figg. ¿Dónde se encontraba aquel rechoncho y suave bebé de ojazos verdes que les sonreía desde la cuna hacía tantos años¿Cómo podía haber cambiado tanto?

.-¡Ey, vosotros¡Tened cuidado, haber si me voy a perder¡O peor, haber si me va a apetecer no llegar! –gritó Harry varias manzanas más adelante. Lupin negó con la cabeza y puso una mano en la espalda de Tonks, instándola a caminar.


.-¿De verdad tengo que entrar? –preguntó Harry con el ceño fruncido mirando la puerta de la entrada de número 4 de Privet Drive.

Lupin en contestación se puso detrás de él y presionó el timbre.

.-¡Oh¡Venga, vamos! –exclamó Harry suspirando resignado-. Hagamos una cosa: vosotros me dejáis marchar y yo no digo nada. ¿Qué os parece? El viejo loco no tiene porqué enterarse –la voz de Harry empezó a sonar más desesperada por momentos mientras oía los pasos de Petunia acercarse a la puerta.

.-Vendremos a por ti pronto, Harry. Te lo prometo. Pero por el momento tienes que quedarte aquí. Son órdenes de Dumbledore –le dijo Lupin.

.-¿Y qué derecho tiene Dumbledore para decidir por mí dónde tengo que pasar mis vacaciones? –le preguntó Harry readoptando el tono frío que había utilizado los días anteriores.

.-Sólo hazle caso¿vale, Harry? No te metas en líos, por favor –respondió Lupin justo antes de que Petunia abriera la puerta. Harry intuyó que había un doble significado en el último comentario de Lupin, pero lo ignoró.

.-Bu… Buenas tardes –saludó Petunia apretando con fuerza entre sus dedos el manillar de la puerta que aún sostenía.

.-Buenas tardes, señora Dursley –saludó con cortesía Lupin-. Ha llegado a nuestros oídos los… problemas que ha tenido Harry aquí. Nos gustaría saber qué pasó.

.-Verá, señor…

.-Lupin, Remus Lupin.

.-Señor Lupin –pronunció Petunia lentamente, como intentado recordar de qué le sonaba ese nombre-. Lo que ocurrió aquí fue un lamentable accidente que no se volverá a repetir.

.-No creo que el estado en el que encontramos a Harry fuera producido por un "lamentable accidente" –dijo Lupin sarcásticamente pero sin perder el tono de cortesía que ocultaba sus verdaderos sentimientos.

.-Ahora mismo no puedo hablar, tengo muchas cosas que hacer, así que si me disculpan… -dijo Petunia empezando a cerrar la puerta.

.-¡Un momento! –exclamó el hombre lobo poniendo una mano para impedir que la puerta se cerrara-. Harry debe quedarse aquí durante un par de semanas más.

.-¡Ah, no! Aquí no puede quedarse. Y menos en estos momentos.

.-¡Es su sobrino! –exclamó Tonks por primera vez-. ¡Es su responsabilidad¡No puede negarse a mantenerlo en su casa!

.-Es que ahora mismo me es imposible. Dentro de unos minutos tendré visita y no puedo tener al chico en la casa.

.-¿Veis? Ni ella no yo queremos que me quede aquí, así que… ¿por qué no dejáis que me vaya y todos contentos?

.-No, Harry, las órdenes son claras: debes quedarte aquí –dijo Lupin con voz autoritaria poniendo la mano libre en el hombro del chico.

.-Pero es que…

.-Pero es que nada, señora Dursley. Harry es su sobrino y debe cuidar de él. Recuerde si no el…

.-Vale, vale –interrumpió Petunia-. Pero Vernon no lo puede ver y aún menos la visita.

.-Eso es otro tema que tengo que hablar con usted, señora Dursley- dijo Lupin mirándola con dureza.

.-Ya le he dicho que no tengo tiempo en estos momentos. Tengo que tener preparada la habitación para mi invitada.

.-No será Marge¿verdad? –preguntó Harry, mirando horrorizado a su tía.

.-Pues sí. Vernon la ha invitado al ver que te habías ido.

.-Vale, ahora sí que me voy –espetó el chico dándose la vuelta, pero sin llegar a dar ni un solo paso por culpa del brazo de Lupin.

.-Venga, Harry, no lo hagas más difícil. No estarás demasiado tiempo aquí, sólo el necesario.

.-¿Y cuánto es el necesario, Lupin?

.-Hasta que lo diga Dumbledore.

.-¿Cómo sabes que Dumbledore no te está mintiendo? Deberías confiar menos en algunas personas, Lupin –dijo Harry entrando en la casa, sabiendo que era inútil discutir, pues no se iba a salir con la suya. Sin mirar atrás, desapareció al subir por las escaleras.

.-Si no les importa, me gustaría volver a mis quehaceres –dijo Petunia terminando la conversación.

.-Buenas tardes, señora Dursley –se despidió Lupin con una leve inclinación de cabeza. Luego se dio la vuelta y empezó a caminar de regreso a Grimmauld Place.


.-Te lo voy a dejar claro, Harry –espetó Petunia entrando en la habitación de su sobrino-. No quiero que hagas nada de ruido. Yo te subiré algo de comida, pero no te dejes ver por Vernon ni por Marge. No deberías estar aquí y si mi marido te encuentra…

.-Tranquila, tía. No se enterará de que estoy aquí. No estoy tan loco como para dejar que me encuentre –contestó el chico sin mirar a su tía, tirándose en la cama.

.-Eso espero –espetó la mujer-; lo último que necesito ahora es que por tu culpa tenga algún problema con Vernon.

.-Ninguno sentirá que estoy aquí, te lo aseguro.

Tía Petunia salió de la habitación sin mirar a su sobrino y cerró la puerta tras ella. Harry no se inmutó. Se quedó tumbado en la cama, aparentemente mirando al techo. No se movió cuando oyó que Vernon, acompañado de su hermana, llegaba y entraba en casa, ni cuando oyó la vozarrona de Marge mientras subía las escaleras con pasos pesados, ni siquiera cuando el gruñido grave y seco de Ripper resonó en la casa. Simplemente no prestaba atención a nada ni a nadie. Hedwig entró por la ventana, que había estado abierta desde la última vez que había estado Harry en la habitación, y se posó en el armario mirando a su dueño, como evaluando si estaba sano o no. Al ver que el chico parecía no haberse enterado de que había llegado, bajó hasta el colchón de la cama y picó con cariño la mano que descansaba en el estómago del chico, aparentemente relajado. Al sentir el toque, Harry apartó la mirada del techo y miró a la bonita lechuza. Levantó la mano y acarició su cabeza con cariño mientras sonreía levemente.

.-Hola, preciosa. ¿Qué tal estos días?

La lechuza ululó con suavidad, mirando a su dueño a los ojos. Harry no volvió a hablar, se quedó acariciando a su lechuza con cariño. ¿Qué haría con Hedwig cuando se fuera¿La llevaría con él o la soltaría? También cabía la posibilidad de dársela a Hermione. Ella necesitaba una para llevar cartas a sus padres y sabía que la cuidaría bien. También sabía que lo difícil iba a ser que Hedwig aceptara abandonarle. Era demasiado fiel para su bienestar. Bueno, aún quedaban un par de días para irse. Tenía tiempo de tomar medidas.


Llevaba dos días allí encerrado. No había salido de su habitación apenas para nada, sólo algunas veces por la noche al cuarto de baño o a la cocina para picar algo. Tampoco había hecho nada de ruido, todo lo contrario a lo que había hecho Marge y su precioso y querido perro. Era a la única que se la oía en toda la casa. Ni siquiera Dudley hacía tanto ruido. Marge siempre hablaba a voces y las escaleras crujían cada vez que las subía y las bajaba, gracias a Dios solo lo hacía dos veces al día.

La noche del tercer día, Harry se encontraba tumbado en la cama bocabajo, con los ojos cerrados, pero sin dormir. La casa se hallaba en aparente silencio, solo interrumpido por ocasionales ronquidos provenientes de los cuatro Dursleys que habitaban allí. Con semejante ruido era normal que el chico mago no pudiese dormir, así que se quedaba quieto, concentrado en sí mismo y en la Oclumancia, actividad que practicaba durante la mayor parte del día. No sabía si funcionaba y si conseguía que Tom no se metiera tanto en su cabeza, pero no lo había hecho desde había varios días. Esperaba que eso fuera bueno, aunque eso significara que no tuviera noticias sobre su huída de esa casa. Y en verdad tenía ganas de salir de aquel sitio, pero su subconsciente le decía que era mejor esforzarse en guardar su mente de Voldemort, y con ellos la información sobre la profecía, que arriesgarse y dejar que el ex enemigo, ahora aliado, descubriera por un "error" tan crucial detalle para su vida. Además, Tom le había dicho que enviaría a su serpiente con una carta donde indicaría las instrucciones para su fuga.

Un ruido proveniente de su estómago hizo que la cadena de pensamientos se rompiera y Harry se incorporara en la cama. Esa noche, Petunia no le había subido la cena y el muchacho, que se había vuelto a acostumbrar a comer después de su estadía en casa de la señora Figg, tenía hambre. Con cuidado se levantó y sacó de su baúl, sin hacer ruido, un par de ranas de chocolate que tenía guardadas. Total, ya no tenía motivos para dejar de comer. Después de todo, tenía un gran futuro por delante¿no?


Hey! Muy buenas! Ya estoy aquí, una nueva semana con un nuevo capítulo.Ya sé que éste también es aburrido, pero al menos ya sabemos algo más de la intrigante figura, no? También descubrimos la inmensa paciencia que tiene el bueno de Remus, yo le hubiera metido dos hostias a Harry al primer comentario xD

Muchas gracias por los reviews, me encanta llegar a mi correo electrónico y ver que alguien se ha molestado en escribir al menos una pequeña nota. Es increíble como una cosa tan pequeña puede subir tanto el ánimo.

Serenitakou: Hola! Realmente Harry no odia a Remus, solo desconfía de él. Hay una pequeña diferencia, no crees? Te agradezco el review, espero que este capítulo te haya gustado. Y a ver cuando actualizas tu fic. Besotes.

Finsi Potter: Buff, no sabes lo que me alegro que te haya gustado el capítulo. Para serte sincera, las conversaciones que mantienen Harry con Tom me resultan terriblemente sencillas, al menos por ahora. Ya tengo claro qué pareja voy a ponerle a Harry, no va a ser ninguna Slytherin ni tampoco Tonks, espero que no te decepcione. Cuídate. Bye.

norixblack: Realmente te gusta mi fic? Qué feliz me haces! xD Es una de las mejores frases que puede leer una escritora, no crees? Seguro que tú me comprendes, sobretodo con ese peazo fic que tienes y que espero la actualización pronto ;) La sombra tiene juego, no te creas. Sirius no es, eso seguro. En el próximo capítulo se la verá más, aunque habrá algunos capítulos en los que no salga :S Por otro lado puedes sentarte, no vayas a cansarte de esperar a que Harry le dé una buena hostia a Dumbly, aún queda bastante, pero ya lo tengo ideado y espero que no me sea demasiado complicado de escribir, que es lo que más miedo me da. Y con lo que me gustan los reviews largos no pienses que es algo malo aguantarte, y más si el comentario viene de otro escritor de fics. Nos leemos.Cuídate. Besos.

gandulfo: Gracias. Aquí tienes un nuevo capítulo. Bye.

Tom O'neill Riddle: Muchísimas gracias. Espero que la historia te siga gustando. Espero tus comenarios. Besos.

Ya terminé. Espero vuestros comentarios, necesito saber si la historia va por buen camino.

Que tengáis un muy buen fin de semana.

Besos y saludos...

Aykasha-peke
Miembro de muchas Órdenes