" El amor entre la guerra y la paz"

Confrontación.

Se había enfrentado a la guerra a la guerra, a los altos mandos de Oz, a Romefeler, a la su propio hermano, a la verdadera operación Meteoro, había movido a todo un planeta y los había inducido a la paz para después invitarlos a pelear por esta, en sus manos se encontraba el frágil equilibrio de ironía que con un solo movimiento de estas podía provocar la guerra o propiciar la paz...

Entonces...¿por qué no podía enfrentarse a los sentimientos?...¿por qué a un solo beso sus labios fueron conquistados?...¿por qué toda su fuerza se rompía entre sus influyentes manos, con solo rozar la de ellos?...

Ahora su corazón se hallaba tan débil que desconocía por completo el concepto del amor, y de quien debía amar...

Y tal como la situación se encontraba en ese instante, las cosas no ayudaban; no pudo evitar sentir un golpe de calor que inundo sus labios y llego a su pecho, aquellos labios que reclamaban los suyos eran tibios, finos y exquisitamente suaves, al tomar sus pensamientos, la razón se desconecto de los sentimientos y se dejo llevar por el deseo y las sensaciones nuevas que Alexei le hacia sentir.

La manos de el viajaron de su espalda a su cintura aferrándose a ella, deslizándose con sensualidad a través de su ropa, palpando la piel debajo de esta, las manos de ella sin siquiera notarlo se aferraron al cuello de el pudiendo sentir la suavidad de su piel, acaricio su cabello, un suspiro llego a su oído...

- Relena...-

Escucho su nombre, abrió los ojos para comprobar que los labios de el comerciante ya no estaban sobre los suyos pero igual seguían peligrosamente cerca...

-quédate conmigo Relena...y te prometo la felicidad eterna...- susurro ahora muy cerca se su oído, mientras rozaba peligrosamente sus labios por su lóbulos y bajaba hasta su cuello, ella no le respondió, no era capaz de hacerlo la ola de calor que inundaba su cuerpo con cada roce era embriagador. El junto sus cuerpos para quedar bien juntos el uno con el otro, pensando que ella se rendiría a sus afectivas muestras de cariño, pero lo que pasaba por la mente de Relena era algo totalmente distinto, miro los ojos de Alexei perdiéndose por un momento en la profundidad de ellos, en aquel azul , en aquella frialdad...y entonces, aquellos ojos dejaron de ser los de Alexei y la persona frente a ella reflejaba a alguien mas, aferró las manos a aquel fuerte cuello y miro con ternura a la persona que le abrazaba, que siempre deseo que la abrazara...

Heero...- susurro...

- ¿Heero?...- la voz del comerciante la trajo ala realidad de saberse en que lugar estaba, en que condición, y en los brazos de quien, de pronto a su cabeza regreso la razón y su cuerpo reacciono al impulso que le pedía alejarse de ese cuerpo, así que su manos se soltaron se su cuello y se alejo del pecho al que ella había pedido protección, en el que había llorado, y el que le había brindado tan grato calor, no dándose cuenta de el dolor que había provocado dentro de este.

-Alexei, perdóname...no, no debí...- su conciencia por primera vez le pidió huir, así que se dio la vuelta, con los sentidos desorientados, buscando con la mirada empañada su abrigo, y cuando lo vio lo tomo y se dispuso a partir, la mano de el tomo su mano con cuidado sin forzarle a quedarse, aun así no volteo a verle se sentía terriblemente avergonzada...

- ¿es ese el nombre de quien te hace sufrir?...- ella no respondido solo agacho aun mas la mirada dándole la respuesta con ese pequeño acto...

-¿ por el no aceptas mis caricias, mi atención, el amor que te ofrezco?...-Relena volvió la mirada contrariada por aquella pregunta...

- Relena... te amo, te deseo... quiero que seas mía, pero no deseo obligarte, ni ocupar el puesto de un recuerdo por despecho...dime si sientes algo por mi, si no entonces te dejare en paz...- las voz de el se oía firme mas no acusadora, lo único que demandaba de ella era sinceridad...

- no lo se...-le dijo por fin mirando sus ojos...- pero puedes estar seguro de que lo que siento por ti es muy fuerte...no se decirte si es amor, o solo atracción...perdóname...-

El sonrío ...

-eso para mi es suficiente...- ella lo miro confundida...- me da la esperanza de que algún día te haré olvidarlo a el y conseguir tu corazón...-

ya lo haces...-

Fueron las ultimas palabras que Relena le dirigió antes de soltarse con tranquilidad de sus manos y salir de aquella habitación, era la segunda vez en ese día que salía huyendo por culpa de un hombre...no, no era culpa de ellos, era culpa suya por ser tan débil, por ser tan inmadura, por no saber elegir, por convertir esto en una competencial sin que lo fuera, por amar a los dos...y no poder prescindir de ninguno...

Llego a su casa con un terrible sentimiento a derrota, con la pesadez de la incertidumbre en sus hombros, miro su puerta y tras soltar un suspiro giro el pomo de esta sin muchas ganas, entro a su hogar con aletargamiento tirando sin ningún cuidado su abrigo en algún mueble, noto el ambiente oscuro y silencioso y eso empezaba a hacérsele muy familiar...así estaba su vida precisamente.

Miro por la ventana y vio el cielo cubierto por nubes grises cargadas de lluvia y un viento algo fuerte que golpeaba en el cristal de la misma. Pensó que esto era un complot, un complot de la vida para hacerla sentirse mas deprimida de lo que ya estaba ; aun así le parecía que en el sentido bonito de la palabra era un hermoso espectáculo de la naturaleza así que se acerco mas a la ventana para admirar lo que pasaba afuera.

-No tardara en llover...- aquella voz calmada y gélida le hablo a sus espaldas, se volvió con lentitud y con el sentimiento de haber perdido mas que un beso aquella tarde, no quiso mirarle a sus ojos así que cuando estuvo frente a el sus ojos solo miraban el cuello del muchacho incitándole a acercarse mas y oler mejor aquel cuerpo masculino.

-¿Peagan salió?..- le pregunto despistadamente, al notar que en ningún momento su mayordomo había salido a recibirla.

-Si...- fue la seca respuesta...-me dio un mensaje que ahora no recuerdo, pero volverá mañana..- le dijo el notando que la muchacha clavaba la vista en el nacimiento de su camisa verdusca...

- ¿dónde estabas?... – la fatídica pregunta por fin se le escapo de las cuerdas vocales...

-ya sabes donde estaba y con quien...- le dijo quedamente apartándose con un desaliento, dirigiendo sus cansados pasos a aquel sillón que le reconfortaba en días cansados.

El tono apagado, taciturno de la voz le confirmo que no era el mejor momento para armar una discusión mas, sabiendo que restregarle en la cara sus celos no causarían mas que mas conflictos decidió tomar otra táctica...

La vio apoyar su cabeza con pereza en su brazo izquierdo que estaba apoyado en el brazo del fino sillón, el le siguió los pasos y acercándose a ella bajo su atenta y desconcertada mirada tomo asiento a su lado, cabe decir que el sillón era para solo una persona, con este acercamiento decidió acorralar una vez mas a la viceministro con un brazo y su presencia...

- y aun así no te vez feliz...- e dijo palpando con la yema del dedo índice aquel camino que había dejado una lagrima seca sobre su mejilla, ella le miro de reojo y contesto aquella que era obvio.

- no lo estoy...no soy feliz...- fue su simple respuesta

Aquellos ojos penetrantes, inquisidores, analistas, se fijaron en las perlas ilógicas y perdidas de ella, notaron su tristeza, los sentimiento encontrados dentro se su mirada, bajo la vista delineando con sensualidad de la mirada cada fino rasgo de su cara deseando ser su boca quien lo hiciera, fue cuando al llegar a su mentón noto los labios de ella un poco hinchados y algo rojos, lo que paso en su ausencia nunca lo sabia con exactitud, pero la situación era mas que obvia.

-Deberías Relena, su colonia cara aun esta en tu pecho, y sus labios deben ser diestros para haber dejado los tuyos tan hinchados...¿dime a que te supieron?- en verdad se esforzó, lo ultimo que había deseado es que ese comentario hiriente se le saliera...pero salió...era difícil controlar la ira que se agolpaba en su pecho, la mirada de ella confirmo su sospecha de haber tocado algo muy sensible cuando ella frunció el cejo.

- No estoy segura...- le contesto simplemente...- a pasta dental creo..- le dijo al ultimo de forma irónica.

Heero se levanto de inmediato, ahora resultaba que lo cínico se le había pegado; y por un momento tuvo el impulso de sacar su arma e ir a buscar a aquel hombre y acabar con todo este conflicto de sentimientos, por otro lado pensó en simplemente salir de la casa y darle su renuncia a Une y regresar a las colonias y olvidarse de todo esto...eso la haría feliz ¿no?

-No deseo pelear contigo Heero...-

Fue la triste voz de ella quien le hizo girar la mirada, y al ver sus ojos un sentimiento le dijo que simplemente ya no podía huir, que era hora de dejar de huir y era hora de empezar a comportase de forma madura...aunque al final el saliera perdiendo...

-Y yo no deseo que le ames Relena, pero hay algunas cosas que son inevitables...-

Relena le escucho con atención, y se puso de pie, se dio la vuelta dispuesta a marcharse, sabia que en esas palabras había dolor aunque el tono de voz de el y su rostro no hayan cambiado en lo mas mínimo.

-No, perdóname...no puedo evitar amarlos...y por consecuente lastimarlos...- movió los pies y encamino sus pasos a la escalera sin desear mirar a otro hombre esa noche, ahora lo único que deseaba era una ducha caliente que mitigara su pesadez. No le resulto difícil al soldado perfecto comprender sus palabras y aun así...no sabia con seguridad su significado, tomo asiento en el sillón que segundos antes compartía con ella, el sonido de agua caer confirmo que ella se bañaba. Pensó en toda palabra cruzada esa tarde, en el rumbo que su vida tomaba sin siquiera el estar preparado...si, por primera vez el soldado perfecto no esta preparado para esto...para sentir...pensó en sus actitud hasta ahora, en las consecuencias que le traería esto, y por ultimo pensó en...

-Relena, se que estas en casa por favor contéstame...-

La calmada y gruesa de un hombre interrumpió sus pensamientos, justamente "el", se levanto y se acerco ala aparato que lo comunicaba, puso un dedo sobre el botón de colgar de la contestadota, pero sus palabras le llamaron la atención.

-se que te he confundido, se que debí esperar , se que te eh ofendido...en verdad necesitamos hablar Relena...deseo aclarar que sucede entre nosotros...si tu también así lo deseas...te esperare en el "Parque Victoria" dentro de media hora...-

Y sin mas la comunicación se corto, los labios del muchacho se curvaron en algo así como una sonrisa, movió un poco su dedo y mientras sus ojos miraban con tremenda frialdad al aparato presiono el botón...

- no será ella quien te aclare las cosas...-

- todos los mensajes borrados - la voz mecánica de la contestadota se escucho, después de un momento, pero aquel mensaje no fue escuchado por nadie...la sala ya se encontraba sola...

Unos ojos azules miraban las ondas producidas en el agua de aquella fuente, producidas por las hojas al caer en sus superficie creando un hermoso espectáculo para el ojo que supiera contemplarlo...

Escucho pasos venir a sus espaldas, cerro los ojos esperando el memento, respiro hondo y cuando el golpe de los pasos dejos de oírse sobre el pavimento, decidió hablar...

-¿dónde esta ella?...- le pregunto al hombre que le miraba fríamente a sus espaldas...

- lo convenientemente lejos de ti...- le contesto la voz ronca cortante, fue cuando el comerciante se decidió a encarara a su oponente, se dio la vuelta para encontrase a un muchacho de complexión delgada y unos ojos que le taladraban...

- así que eres tu por quien ella no me abre paso en su corazón...- le dijo con indiferencia...- tu nombre...- fue mas un orden...

- Heero Yui...- le contesto el soldado simplemente...- quien no solo será culpable de eso, si no de hacerte mucho mas difícil la cosa...-

Alexei sonrió de medio lado, por un momento Heero estuvo seguro que ante aquella mirada agresiva incluso el aire se había hecho mas frió.

digno contendiente Yui...veremos quien le hace las cosas difíciles a quien...-

Continuara...