Disclaimer: Harry Potter y sus personajes son propiedad de J. K. Rowling. Esta historia está escrita sin ánimo de lucro.
A REFUGIO EN LA OSCURIDAD
Capítulo 11
Todo estaba en silencio. Los alumnos dormían tranquilos en sus camas sin que nada pudiera perturbarles e interrumpir sus sueños en ese momento. Todos los alumnos menos uno. Una en realidad. Hacía bastante tiempo que Hermione no conseguía dormir una noche seguida. Justo desde que Harry Potter desapareció.
Entre sus manos aún se encontraba la última carta que había recibido de su amigo. La había leído tantas veces que se la sabía de memoria, pero eso no la impedía que se la volviera a leer una y otra vez, intentando descubrir los tantos misterios que rodeaban a Harry.
Y allí estaba una noche más, sentada en su sillón favorito, envuelta en una manta para mantener el calor y un libro abierto en sus piernas. No que hubiera pasado página desde que lo abrió, sólo le servía para poder esconder la carta y poder disimular si algún compañero se despertaba y la encontraba allí, como había pasado ya un par de veces.
Volvió a leer la carta, esperando encontrar algo, una pista o un atisbo de esperanza para saber donde se encontraba su amigo, como si una pequeña figura humana pudiera salir de las letras y le dijera el lugar exacto donde le hallaría. Pero nada de eso pasó. No salió ninguna figura, ni se reorganizaron las letras, ni apareció un pequeño mapa señalando algún lugar específico. Nada.
Una lágrima salió furtivamente de sus ojos castaños y recorrió toda la mejilla hasta caer en el pergamino. Le echaba mucho de menos. Él era su mejor amigo. Era cierto que aún tenía a Ron, pero no era lo mismo. Y no era que ella se hubiera enamorado del chico de ojos verdes y pelo rebelde, pero le necesitaba. Él era su punto de apoyo, su confidente. Era él quien hacía callar muchas veces a Ron cuando se pasaba de la raya con sus comentarios, era él quien siempre tenía sus oídos dispuestos a escucharla cuando ella le necesitaba, era él quien siempre conseguía sacarla de la biblioteca cuando se obsesionaba demasiado con los estudios y era él quien siempre le secaba las lágrimas cuando ella necesitaba desahogarse.
Y ahora¿dónde estaba él? Ciertamente, aún tenía a Ron. Y también era cierto que se habían vuelto muy unidos desde el verano, pero no era lo mismo. A Ron no le podía decir muchas cosas por obvias razones. ¿A quién podía decirle sus sentimientos si no era a Harry? No tenía tanta confianza con nadie más. Y a Ron no podía decírselo, se moriría de vergüenza si él se enteraba de esas cosas.
Otra lágrima más cayó.
.-Hermione…
La chica se dio la vuelta asustada. Al ver quién era quien tenía detrás, cerró el libro con la carta entre las páginas y se enjugó las lágrimas con rapidez. Pero era demasiado tarde. El chico ya lo había visto.
.-Hermione, no puedes seguir así.
.-No sé a que te refieres, Ron.
.-¿No lo sabes? –Ron se acuclilló al lado del sillón y abrió el libro por donde estaba la carta guardada. Luego, y fijando sus ojos azules en los de la chica, pasó una mano por donde habían recorrido las lágrimas secando cualquier rastro que había antes.
.-Le echo de menos. Y estoy preocupada por él.
.-Todos lo estamos, Hermione –le dijo él con voz suave, sin dejar de mirarla a los ojos-, pero deberías darle un voto de confianza. Si él dice que está bien, es que lo está. Y sabes que si él tuviera algún problema nos pediría ayuda.
.-Eso no evita que me siga preocupando –ella bajó los ojos, incapaz de aguantar su mirada.
.-Él ha prometido que lo volveríamos a ver. Él siempre cumple sus promesas.
.-Pero Ron¿no lo puedes comprender? –Hermione volvió a fijar sus ojos en los del chico y él pudo ver el brillo de tristeza que había en ellos-. Harry estaba mal, acababa de perder a Sirius, a lo único que él tenía. ¿Cómo crees que debe de estar¿Cómo crees que se debe de sentir? Yo debí haberle detenido aquel día y prohibirle escaparse. Debí haber ido a buscar a cualquier profesor para que se lo hubiese impedido. ¡Pero no lo hice! Lo único que hice fue recriminarle por su complejo de héroe…
Un riachuelo de lágrimas empezó a caer por sus mejillas. Se estaba desahogando, le estaba diciendo a Ron todo lo que mantenía guardado y no podía callarse.
.-Hermione –la voz de Ron no cambió, siguió siendo suave, intentado calmar a la chica-. Hermione, tú no tienes la culpa –Hermione se calló y miró apenada a su amigo por haberse dejado llevar por sus sentimientos, algo que solo hacía estando a solas o acompañada de Harry, pero con nadie más-. Tú y yo sabemos que nada hubiera podido impedir a Harry acudir aquel día al Departamento de Misterios. No sabías que aquello era una trampa, al igual que no lo sabía él. Tú le dijiste que se asegurara antes de que aquel sueño fuera verdad, y él te hizo caso. No es culpa tuya que Kreacher le mintiera, así que deja de culparte. Lo único que podemos hacer ahora es seguir los consejos de Harry y convertirnos en los mejores magos que hayan pisado Hogwarts.
Hermione sonrió entre lágrimas y le echó los brazos al cuello de Ron, abrazándole con fuerza y ocultando su cara en el blanco cuello de él. Ron, a su vez, la estrechó por la cintura, sintiendo como su cara se iba poniendo cada vez más roja.
.-Hermione, sé… -Ron empezó a tartamudear en la oreja de Hermione. Le daba mucha vergüenza decir lo que iba a decir, pero no quería tenerlo guardado, así que tragó con fuerza y recurrió a esa valentía que tenían los Gryffindors- …sé que estás enamorada de Harry y que te duele que él se haya marchado, así que si necesitas hablar con alguien, sólo… sólo tienes que decírmelo¿vale? Me gustaría que también confiaras en mí igual que confiabas en él.
Hermione abrió los ojos sorprendida dentro del abrazo de Ron. ¿De dónde había sacado él que ella estaba enamorada de Harry¿Para apoyar eso sólo se basaba en la confianza que había entre Harry y ella?
Hermione se separó del abrazo de Ron y le miró a los ojos mientras se secaba las últimas lágrimas. Cómo le gustaban a ella esos ojos azul marino.
.-¿Por qué crees que yo estoy enamorada de Harry?
.-Pues… es que… -Ron tenía las manos húmedas de sudor y temblándole de los nervios-. Siempre te has llevado mucho mejor con él que conmigo. A él siempre le contabas todos tus problemas y esas cosas y conmigo lo único que haces es pelear, por eso creí que… bueno, ya sabes.
Hermione sonrió con ternura al ver el nerviosismo del chico y su tan característico rubor coloreándole la cara. Había dado justo en el blanco con sus deducciones, aunque nunca creyó que ella diera esa impresión a los demás.
.-Ron –le cogió la cara con las manos y le hizo volver a mirarle a los ojos- yo no estoy enamorada de Harry.
Hermione no pudo evitar reírse suavemente al ver el aturdimiento del chico. La cara de Ron era cómica: tenía los ojos más abiertos de lo normal, las cejas alzadas arrugando la frente, la boca levemente abierta y unas manchas rojizas empezaban a aparecer en ambos mofletes. Estaba encantador.
.-¿Cómo que…? Yo creí que…
Las palabras nunca terminaban de salir completamente de los labios de Ron para terminar ninguna frase, lo que hizo que Hermione riera aún más.
.-Ey… no te rías –el intento de Ron de sonar ofendido no llegó a cumplir tal misión por la culpa de la, cada vez más grande, sonrisa que adornaba sus finos labios.
Ron, en aquel momento, deseó con todas sus fuerzas detener el tiempo y quedarse así toda la eternidad, con las manos de Hermione rodeando su cara y sus ojos castaños, antes brillantes por las lágrimas, en esos momentos brillantes de diversión. Había conseguido hacer olvidar a Hermione, por unos instantes, a Harry y a todos los problemas que había fuera de los muros del castillo y eso valí para él más que todo el oro de Gringotts. Una sonrisa de Hermione valía mucho más que eso.
.-Te aseguro Ron que no estoy enamorada de Harry. Es verdad que es un chico bastante guapo, pero para mí es como si fuera mi hermano, no podría verle de otra forma. Y te aseguro que él me ve igual.
.-Como siempre veía que tú le contabas a él tus cosas y os llevabais tan bien pues pensé…
.-Ron, Harry es un chico distinto de los demás, lo sabes. Él no recibió nada de cariño por parte de las personas que lo cuidaron, así que de alguna forma yo me apropié de esa posición y le intenté dar todo el cariño que Harry necesitaba recibir. Y también sabes que yo no tengo amigas si no contamos a Ginny, así que Harry hizo lo que yo y se convirtió en algo así como en una "amiga" –Hermione acompañó la palabra con un gesto de comillas con los dedos-, pero no te creas que le contaba todo. Hay cosas que es mejor que un chico no se entere –terminó con una suave sonrisa.
.-Entonces… ¿no hay nada entre vosotros?
.-No. Harry es algo así como mi confidente, es el único que está dispuesto a escucharme sin juzgar. O al menos lo hacía –Hermione se encogió de hombros retornando sus ojos tristes-. Ahora ya no sé que pasará.
.-Venga, Herms. Lo volveremos a ver, ya lo verás –Ron se puso en pie y se sentó en el mismo sillón que la chica, haciendo que ésta se apoyase en su hombro, abrazándola con un brazo.
.-¿Dentro de cuánto tiempo, Ron? –preguntó ella retóricamente-. Para cuando eso pase las cosas habrán cambiado mucho.
Ron no supo qué contestarle. Ella tenía razón, pero no sabía que hacer. Por mucho que se esforzasen, no iban a encontrar a Harry, eso seguro.
Sin darse cuenta y arropados por el calor de las llamas de la chimenea se quedaron los dos profundamente dormidos. Se despertaron varias horas después cuando Ginny les zarandeó para que se levantaran y prepararan para las clases antes de que todos los Gryffindors bajaran a la Sala Común. Sólo ella se dio cuenta de la sonrisa que cargaban los dos antes de marcharse a sus respectivas habitaciones.
Correr… era en lo único que pensaba. O corría o estaba seguro de que lo iba a pasar muy, pero que muy mal. Esquivó un árbol derrapando sobre el terreno y se atrevió a mirar atrás. Rápidamente se lamentó por eso.
Un animal de grandes proporciones se le echó encima. Sus fauces estaban abiertas, mostrando unos enormes colmillos capaces de triturar cualquier cosa en cuestión de segundos, dispuestos a arrancar cualquier parte de su cuerpo que estuviera a su alcance. Pero él no estaba dispuesto a permitirlo. Con una velocidad impresionante empuño la lanza que portaba a su espalda y contuvo con ella la zarpa de la bestia dirigida a su estómago, pero fue demasiado lento. La otra garra, que estaba libre, consiguió alcanzar su piel, traspasando la fina túnica, y hacer tres rajas paralelas en medio de su espalda.
.-Ahh… -Harry no se permitió gritar. Lo único que hubiera conseguido con eso hubiera sido enfadar más al animal, y eso no era lo que precisamente quería.
Obligándose a sí mismo a ignorar el dolor y con mucha rapidez se apoyó en la lanza, saltó a un lado fuera del alcance del animal y le apuñaló con fuerza donde supuestamente estaba el corazón. La bestia le miró con sus cuencas vacías antes de desintegrarse en el aire y desaparecer, como si nunca hubiera existido.
Respiró hondo y, con una última mirada hacia atrás, retomó su camino, esta vez más lentamente. Gracias a los espíritus, y nunca mejor dicho, los cortes en su espalda no eran profundos, aunque sí bastante dolorosos.
Sonrió con sarcasmo sin dejar de caminar. Sólo tardó dos días, después de llegar a aquel lugar, en empezar a creer en los espíritus. Sólo había necesitado media hora de meditación y estarse solo en la selva para creerse todo lo que e había dicho Aka.
Y ese bicho que le acababa de hacer esa herida en la espalda era una de las demostraciones de poder de los espíritus. Aunque claro, detrás de todo eso estaba la vieja Karil, la chamana de la tribu, la encargada de hablar con los espíritus. No que el resto de los miembros del grupo no pudieran hacerlo, porque sí podían y lo hacían a menudo, pero ella era la encargada de pedirles lo más necesario; era a ella a la que más obedecían. Y sólo porque era la mujer más vieja del poblado.
Harry negó con la cabeza. La vieja era un encanto, eso no se podía poner en duda, pero tenía una mente demasiado retorcida en algunas ocasiones. Aka le había dicho a ella que le pidiera a los espíritus que pusieran a prueba a Harry creando un animal peligroso. No demasiado peligroso en realidad, cualquier chico varios años menor que él hubiera podido salir de la pelea sin un rasguño, pero para él había sido bastante más difícil. Apenas llevaba dos semanas en aquel lugar, y hacía sólo tres días que Aka había empezado a enseñarle a defenderse y a atacar con una lanza. No podía pedir que saliera ileso de una pelea con un bicho como ése, era estúpido pensarlo.
Se apoyó en el árbol más próximo al sobrevenirle un mareo. Debía darse prisa o terminaría desangrándose en medio de la selva, y eso no era precisamente lo que más quería.
Aligeró un poco el paso y se apoyó en un árbol para saltar una roca grande y resbaladiza. Miró hacia atrás y sonrió. Realmente aquella especie de túnica era útil. No había ni un solo rastro de sangre en el suelo y estaba seguro de que ningún animal podía olerlo en el ambiente. La túnica estaba hecha de una planta mágica que sólo vivía en aquella parte de África. Tenía la propiedad de absorber cualquier líquido que se le echara encima y no dejar escapar el menor rastro de ello. Además de eso, era muy liviana y fresca, algo que se agradecía al tener que vivir en ese clima.
.-Oh… estupendo –musitó con enfado al sentir como las primeras gotas de lluvia le caían en la cabeza-, es lo último que necesitaba.
Un cambio apenas indetectable en el ambiente le hizo aparecer una mueca sarcástica en su cara. No tenía nada que ver con que la lluvia cayese con toda su fuerza en esos momentos, sino con ese ente que le solía acompañar desde que había percibido por primera vez a los espíritus. Harry solía pensar que era el espíritu de una niña pequeña y risueña, aunque rápidamente recordaba que los espíritus no tenían edad, ni sexo, pero no podía evitar pensar eso. Siempre que Harry pensaba algún sarcasmo o hacía alguna estupidez sentía como si ese espíritu se riera de él, como había hecho momentos antes. Sólo era un leve cambio en su alrededor, cualquier otro que hubiera estado con él no lo hubiera detectado, pero él ya estaba lo suficientemente familiarizado con los espíritus como para poder hacerlo.
.-A ti te hará mucha gracia, pero a mí no –susurró para, momentos después, volver a sentir el mismo cambio a la vez que entraba en los terrenos del poblado. No había nadie fuera de las cabañas, como era normal, así que tuvo que encaminarse hacia la vivienda de la vieja chamana sin recibir ayuda alguna.
Harry, completamente empapado a estas alturas, entró en la cabaña arrastrando los pies y uno de los extremos de la lanza que aún llevaba en sus manos y que había utilizado para apoyarse durante el camino. Alzó la cara cuando sintió que unas manos le sujetaban por los hombros y le ayudaban a caminar. Le lanzó una pequeña sonrisa a la mujer que tenía delante.
Karil, a su avanzada edad, tenía una energía y vitalidad propias de una adolescente, por muy increíble que pareciera. Solía decir, cuando se la preguntaba el porqué de aquella característica suya, que los espíritus le ayudaban. Harry había terminado por creérselo. Ella tenía unos ojos profundamente negros, brillantes de sabiduría. Su cara ovalada presentaba múltiples arrugas a consecuencia de su avanzada edad que sólo reforzaban la impresión que daba a los demás de fortaleza. Su cuerpo era fibroso y menudo y tenía el pelo largo y cano, con muchas cuentas de colores adornándolo. Tenía un carácter tranquilo y calmado, casi nunca se enfadaba y conseguía que con tan sólo una sonrisa, la gente se tranquilizara y sonriera.
Harry, cuando la había visto por primera vez, no se había creído que fuera una mujer que practicase con asiduidad las Artes Oscuras. Luego comprendió que las Artes Oscuras que allí utilizaban provenían básicamente de los espíritus y lo que ellos podían hacer a petición de los magos, por ellos las "gentes civilizadas", como llamaba Aka a los brujos de los países desarrollados, creían que eran magos tenebrosos con los que había que tener cuidado. Pero como Aka le había dicho, había varios tipos de Artes Oscuras; una era la que ellos utilizaban por medio de los espíritus, otra era la que solía Asyu, o Tom para Harry, que consistía más en maldiciones y pociones y "esas cosas que se conseguían por medio de palabras y movimientos de palos de madera". Por supuesto había otras, como invocar a los demonios del Infierno o hacer moverse a los muertos, pero era magia muy complicada y no siempre se obtenían buenos resultados, pues los demonios eran seres demasiado difíciles de controlar y los muertos se acababan descomponiendo en medio de una misión o un maleficio y no servía para nada un cuerpo partido en dos.
Así que, en cuanto Harry había entendido eso, Aka le había enseñado lo que tenía que hacer para que el muchacho consiguiese percibir a los espíritus. Y la verdad es que lo había conseguido mucho antes de los que Aka había creído.
.-Acuéstate aquí bocabajo, Harry. Y relájate –le susurró Karil con voz suave.
Harry tenía los ojos medio cerrados, como si una bruma le embotara los sentidos, pero hizo caso a Karil y se tumbó sobre lo que ella utilizaba como cama, que en realidad no era otra cosa que un buen montón de hojas de algún árbol y una tela fina recubriéndolo. Aún así, la cama era bastante cómoda.
Lo último que oyó Harry fue el sonido que hacia la tela al romperse frente a la fuerza de Karil antes de sumirse en la inconsciencia.
.-Buenos días, dormilón –escuchó Harry que le decían al oído-. ¿No crees que ya es hora de que te despiertes y te levantes? No creo que a Aka le haga gracia esperarte para tu entrenamiento.
Al final, luchando contra el sopor y el sueño, Harry abrió los ojos y miró a la mujer que estaba agachada frente a él.
.-Buenos días, Karil.
.-¿Cómo te encuentras? Ayer no tenías una buena cara cuando llegaste.
.-Creo que bien –Harry terminó de sentarse y fue a estirarse cuando sintió las vendas alrededor de su torso-. ¿Y esto?
.-Me costó bastante curarte las heridas, se te habían infectado en el camino, pero al final lo conseguí, aunque deberías agradecérselo a ese pequeño espíritu que siempre está cerca de ti, sin él me hubiera costado mucho más y a lo mejor ni lo hubiera conseguido. Aunque, al menos, deberás llevar hoy esas vendas, por si se te abren las heridas mientras te entrenas.
.-Muchas gracias por tu ayuda, Karil. No sé que habría hecho si no estuvieras aquí.
Harry sonrió a la mujer a la vez que se ponía la túnica que ella le tendía. En el poco tiempo que llevaba allí, el chico la consideraba algo asó como la abuela que nunca había tenido. En realidad no se tardaba nada en coger cariño a la mujer, sólo tenías que estar con ella un par de minutos para hacerlo. Los demás miembros de la tribu ya no se sorprendían cuando veían a Harry acompañando a Karil y absorbiendo todos los conocimientos que ella el contaba y le explicaba complacida al tener tan buen alumno.
.-Ten cuidado¿de acuerdo? –le pidió Karil-. No quiero tenerte otra vez aquí herido en mucho tiempo.
.-Lo intentaré, pero no te prometo nada –Harry cogió una de las frutas que contenía la bandeja que Karil sostenía y salió de la vivienda después de sonreírle a la mujer.
Karil borró la sonrisa que se dibujaba en sus labios y miró entristecida por donde Harry había desparecido. Ella sabía el motivo por el que el muchacho había llegado allí y no le gustaba en absoluto. No era que le disgustase la compañía del chico, porque no era así, pero no quería que él se convirtiese en los que Asyu quería convertirlo. Conocía a ese hombre y sabía que lo que albergaba su corazón no era lo mismo que lo que albergaba Harry. El joven, por mucho que lo desease, no tenía alma de asesino, como lo tenía Asyu. Era un chico básicamente bueno, pero había sufrido demasiado en su corta vida, y eso era lo que había utilizado Asyu para confundirlo. Ella no iba a poder hacer nada para evitarlo, pero quería creer que en algún momento alguien ayudaría a Harry a volver al buen camino. Necesitaba creer que alguien conseguiría meterse y anclarse en el frío corazón del muchacho y demostrarle que la venganza no era el mejor método para conseguir su meta.
El cielo estaba despejado y, por desgracia, no corría nada de viento, lo que había que el ambiente fuera agobiante entre el calor, la humedad y la multitud de insectos que no dejaban en paz al chico que corría en esos momentos al encuentro del jefe de la tribu. Eso era lo que más odiaba Harry de todo: los insectos. Ya se había acostumbrado a que le picasen, pero no soportaba estar intentado concentrarse en algo y sentir como se le intentaban meter por los oídos o por la nariz, incluso por la boca. Karil le había dicho que intentase hablar con los espíritus para que le echaran una mano, pero aún no había conseguido que le ayudasen.
.-Llegas tarde –no había sido más que un susurro, pero Harry pudo oírlo con toda claridad.
.-Lo siento, pero es que…
.-No necesito explicaciones –le interrumpió Aka-. Has llegado tarde y es lo único que importa.
Harry no contestó, sabía que no serviría de nada. Se encontraban en un pequeño claro, distinto al que había utilizado para aparecer por el traslador con Tom, rodeado de grandes rocas y altos árboles. Aka y él lo utilizaban para entrenar, aunque los demás lo utilizaban para hablar con los espíritus o para estar a solas.
.-¿Sabes cuál fue tu fallo ayer¿Qué fue lo que hiciste mal?
.-No lo sé.
.-¿No lo sabes? Piensa un poco.
.-No tengo ni idea.
Ninguno de los dos habló durante un rato. Aka miraba a Harry con dureza y éste le sostenía la mirada sin vacilar. No se permitía verse débil frente a aquel hombre.
.-¿Oyes algo? –rompió el silencio el hombre-. ¿Oyes algo en estos momentos?
.-No, no oigo nada –respondió Harry.
.-Ahí está la clave –espetó Aka-, no oír nada, no hacer ruido. A ti, ayer, se te podía oír a un kilómetro de distancia, por eso la bestia te encontró. Y no sólo eso, sino que encima te diste la vuelta y le miraste.
.-No sabía si me seguía o no.
.-Eso era porque no prestabas atención a tu alrededor, si no, lo hubieras oído, no era un animal demasiado sigiloso, precisamente.
El muchacho no contestó nada, sabía que Aka tenía razón.
.-Desde ahora practicaremos tu atención y tu sigilo. No puedo permitir que pongas a la tribu en peligro atrayendo a algún animal peligroso por no saber pasar desapercibido.
Wolas! Ya estoy aquí. He actualizado más rápido, como ya dije, no os quejaréis, no?
Bueno, no sé que comentaros sobre este capítulo. Mmmm… Sobre lo de la escena del principio de Ron y Hermione, aún no tengo muy decidido si juntarlos o dejarlos como están. No es mi pareja preferida precisamente, aunque no la odio ni mucho menos, prefiero otras parejas para Ron y para Hermione, pero bueno, me la propuse como reto, así que no sé al final como acabará, conociéndome… pero bueno. Vosotros qué pensáis? Los junto o no lo hago?
Por otro lado, muchísimas gracias por los reviews, sois gente estupenda. Me he vuelto una adicta a los ellos, así que os podéis imaginar, cuantos más reviews reciba, antes actualizo, vosotros veréis ;)
EugeBlack: Hey! Qué tal? Que tengas mucha suerte con los exámenes. "¿Qué tan larga va a ser la espera para que vuelva a Gran Bretaña?" Buff… tú mejor siéntate no vaya a ser que te canses, porque hay que esperar bastantes capítulos. Tienen que pasar muchas, muchas cosas. En cuanto a Nagini, aún no tengo ni idea de lo que voy a hacer, ni de que rol va a jugar, pero supongo que se me irá ocurriendo mientras vaya escribiendo como hasta ahora. Por cierto… tú has oído hablar de eso de la lectura de mente? Porque eso de que preguntes si va a haber alguna escena con Ron o Hermione… como que es un poco sospechoso, no? xD Antes de que se me olvide, la verdad es que no he leído muchos de Dark Harry, pero hay alguno: Laguna Estigia es un fic estupendo, impresionante, su autora tiene también un slash (no sé si te gustan los slash) que se llama Dulce Oscuridad que es un Tom/Harry, aunque no sale mucho Dark Harry, hay algo por ahí (o es lo que yo recuerdo); luego hay otro que se llama El Imperio de Voldemort que no es slash; Dark Potter, que ya te puedes ir imaginado cómo es por el título; y por último hay otro que es Lazos Oscuros que sí es slash, o al menos lo habrá en el futuro. Si encuentro algún otro te lo diré, ok? Y avísame si lees alguno tu también, please. Venga, wapa, espero que este cap te haya gustado. Besotes.
SerenitaKou: No podríamos enterrar el hacha de guerra? –carita suplicante- Es que… como que la vas a querer utilizar dentro de unos capítulos y no… no, no puedes utilizarla porque sino te vas a quedar con la duda de cómo continuar… Bueno, tú sabrás xD Por cierto, tú siempre estás de clandestina en el ordenador o qué? No, no, no, si estás castigada, estás castigada, no hagas lo mismo que yo, que luego como te pillen los castigos son aún peores, créeme xD Un beso enorme. Cuídate.
gandulfo: Muchísisisisisimas gracias! Espero que este cap te haya gustado. Besos.
sanarita31: Holas! Vaya, me alegro que te gustase el cap :D El nombre de Harry se sabrá con el tiempo, habrá que esperar unos cuantos caps para saberlo. Sí, a ver si lo de que la selva está guapísima lo sigues diciendo en el futuro xD Bueno, aquí tienes la continuación, espero que la hayas disfrutado. Cuídate.
Aidee: Soy muy perfeccionista, nunca quedo satisfecha con mis caps, supongo que estuve en uno de mis arranques cuando lo dije, pero es que… el capítulo es realmente malo! Buah, no me gustó, pero si sí hubo gente a la que le gustó, pues yo contenta de la vida xD Besos.
norixblack: Wola! Ya creía que no te vería por aquí! Tú espérate, que lo del nundu aún no ha llegado xD Qué, te gustó la escena de arriba RHr? Y la aventura de Harry con el puñetero espíritu? Espero que sí. Venga wapa, un besote y actualiza pronto tu fic, eh? Que me dejaste con toda la intriga ;) Bye!
Tom O'neill Riddle: Mmmm… que sepas que dios no ha bajado y no me ha dejado las monedillas, así que ésas me las debes xD Realmente no eres el primero que me dice lo de la lectura de mente, eso está bastante presente por aquí xD Que hablando de lecturas de mente, tú también usas de eso, no? Porque eso de que "esperemos que no tenga muchos hijos"… xD cómo que no sé yo que pensar de ti ;) Y tranquilo, que sentada delante del ordenador leyendo o escribiendo es un poco imposible que me rompa la mano, así que yo seguiré escribiendo. Un besote. Cuídate. Por cierto, eso de dejarte intrigado me gusta, voy a intentar hacerlo más veces xD
Besosa todos. Nos leemos en el próximo capítulo.
Aykasha-peke
Miembro de muchas Órdenes
