Disclaimer: Harry Potter y sus personajes son propiedad de J. K. Rowling. Esta historia está escrita sin ánimo de lucro.
A REFUGIO EN LA OSCURIDAD
Capítulo 24
La luna menguante se reflejaba en sus profundos ojos dorados. Unos profundos ojos dorados que carecían de fuerza y de vida y que sólo demostraban su infelicidad, su tristeza y su miedo.
La habitación estaba completamente a oscuras, con sólo la luna que entraba por la ventana como iluminación. La chimenea estaba apagada, sin poder calentar con su fuego el dormitorio, dejando que el intenso frío del invierno reinara en la sala. Pero, al parecer, a él, eso, no le importaba. Parecía que ni siquiera lo sentía.
Se hallaba sentado en el alféizar de la ventana, observando el satélite culpable de su maldición mensual. Su pelo castaño ya bastante largo y algo canoso enmarcaba su cara de rasgos atractivos y varoniles junto con unos tristes ojos dorados, unos labios finos y una nariz recta. El torso se encontraba sin camisa y vendado en su mayoría, ocultando las heridas que se había hecho en la última transformación, pero se podía entrever una fuerte musculatura. Tenía el brazo izquierdo vendado firmemente y alzado en un cabestrillo contra su pecho. El otro brazo se apoyaba descuidadamente sobre la rodilla de la pierna derecha. La piel del hombro del mismo lado estaba en contacto con el frío cristal, poniéndosela de gallina.
Pero a él, eso, parecía no importarle. Seguía mirando la luna con sus ojos tristes. Quizás estaba pensando en algo o quizás no, o a lo mejor simplemente los recuerdos de su vida pasaban por su mente sin detenerse, eso no se podía aclarar, pues su rostro se mantenía sereno, sin dejar entrever ningún sentimiento. Sólo sus ojos dorados demostraban su estado de ánimo.
Siguió allí sentado, sin hacer nada más que mirar la luna, sin siquiera cambiar de posición. Tampoco se movió ni hizo gesto alguno cuando la puerta de la habitación se abrió y por ella entró una mujer. Parecía que, tan metido estaba en sus pensamientos, no se había enterado, pero cuando ella se acercó a él y le puso una mano sobre el hombro, él no se sobresaltó. Lo único que hizo fue apartar su triste mirada de la luna y posarla sobre su acompañante.
.-Hola, Remus –saludó ella, sonriendo tiernamente a la vez que se sentaba a su lado en el ancho alféizar, de cara al hombre-. ¿Cómo te encuentras?
Pero Remus no respondió. Se quedó callado durante un tiempo, mirando atentamente a la mujer, sin mover ni un músculo.
Ella tenía sus grandes ojos oscuros y brillantes fijos en Remus, y la sonrisa que se dibujaba en sus encarnados labios seguía allí, sin decaer ni un ápice. Unas graciosas pecas decoraban imperceptiblemente la pálida piel de sus mejillas. Tenía un par de mechones de su excéntrico pelo rosa chicle sobre su cara, escapando de la cola caballo con la que tenía sujeta su cabellera, y enmarcando su rostro con forma de corazón. Su juventud y la inocencia que aún conservaba se mostraban en el brillo de sus ojos y en la sonrisa de sus labios.
.-Hola, Tonks –pronunció él al final con una voz ronca causada por lo poco que había hablado últimamente.
.-Te he traído las pociones que te tienes que tomar, de parte de la señora Pomfrey –explicó ella, sin quitar su sonrisa. Sacó de un bolsillo de su túnica azul eléctrica unas pequeñas redomas llenas de un líquido de distintos colores-. Mmm… primero tienes que tomarte ésta y después… creo que ésta… -Tonks miró con atención los colores de dos de las pociones que eran sumamente parecidas-… o… no, creo que era ésta…
.-Tonks, tranquila –murmuró él, intentando no forzar de nuevo la voz-. Ya sé qué pociones me tengo que tomar y en qué orden, no te preocupes.
.-Mmm… bien, mejor –asintió la mujer, sonriendo esta vez con algo de vergüenza. Cogió con mucho cuidado las pociones y las posó sobre la mesilla, intentando no tirar nada en el camino.
Un nuevo silencio reinó en la habitación, pero esta vez fueron tan sólo unos segundos. En ese tiempo, ninguno de los dos apartó su mirada del otro.
.-Se te echa de menos en las comidas, Remus –volvió a hablar Tonks, acercándose un poco más al hombre-. ¿Cuándo volverás a bajar y a comer con todos? Hace mucho tiempo que no lo haces.
Lupin no contestó. Intentó forzar una sonrisa para tranquilizar a Tonks, pero no lo consiguió. Y Tonks, por supuesto, se dio cuenta.
.-Remus, no puedes seguir así –la sonrisa se borró de su rostro para mostrar un gesto de preocupación-. Sólo sales de aquí para cumplir las misiones que te manda Albus. Ya no bajas a las horas de las comidas para comer con los demás. Lo único que haces es quedarte aquí, mirando por la ventana.
Él siguió sin contestar y volvió a girar la cabeza para seguir mirando por la ventana, pero Tonks le sujetó la cara con sus manos y le obligó a mirarla de nuevo. El tacto áspero de la barba de un par de días no pareció importarle, más bien lo contrario, pues con sus pulgares acarició con cariño las mejillas del hombre.
.-Sé que le buscas y que esperas que de un momento al otro entre por la puerta y te dé una sorpresa, pero eso es muy improbable que suceda, Remus. Tienes que superarlo ya. Tú mismo me dijiste que Harry era un chico muy poderoso, inteligente y maduro para su edad. Dale un voto de confianza. Él dijo que algún día os volveríais a ver, y estoy segura de que cumplirá su promesa.
Remus cerró los ojos y suspiró derrotado. Con su mano derecha sujetó la izquierda de la chica, que aún seguía en su mejilla, para no perder el contacto. Tonks era una de esas pocas personas que tenían un efecto tranquilizante en él. Y, además, le encantaba como olía. Seguramente las dos cosas estaban relacionadas.
.-Tuve un mal presentimiento –dijo él con voz queda y sin abrir los ojos-. Sé que algo malo le ha pasado a Harry, no sé exactamente qué es, pero sé que ha tenido un accidente o algo parecido. Sé que está herido –abrió los ojos y los fijó sobre los de ella-. Pero no puedo ayudarle porque no consigo descubrir dónde se encuentra, y…
.-Y eso te está corroyendo por dentro –terminó ella por él, sin apartar sus manos de la cara de él y disfrutando de la calidez de su piel.
.-Necesito ayudarle. El lobo quiere ayudarle y yo también, pero no sé cómo hacerlo.
.-¿El lobo? –preguntó Tonks confundida. Nunca había oído a Remus referirse a esa parte de él mismo, y aún menos que le llamase "lobo".
.-No es algo que se suela saber ni que sea de dominio público –Lupin volvió a cerrar los ojos, apartando la mirada de ella-. Todo el mundo cree que los hombres lobo, cuando estamos transformados, nos convertimos en monstruos sanguinarios, y es verdad, pero somos incapaces de hacer daño a nuestros seres queridos. El lobo es un animal que necesita una manada para vivir y ser feliz, y esa manada está formada por todas aquellas personas importantes para las dos partes: padres, hermanos, amigos íntimos…, aunque la creencia popular diga todo lo contrario.
Remus respiró hondo y siguió explicando. Tonks apenas parpadeaba mientras le escuchaba con atención.
.-Mis padres, James, Sirius y Peter eran mi manada. Luego, con el tiempo, se agregaron Lily y Harry a ella –sonrió con melancolía-. Harry era el cachorro de la manada; siempre que le veía y sobretodo cuando le tenía en mis brazos me daban ganas de protegerlo de alguna forma para que el mundo exterior no le dañara; no sé, tal vez encerrándolo en una habitación forrada de algodones, por ejemplo –Tonks rió divertida al imaginarse la cara que pondría Harry si pudiera oír aquello-, cualquier cosa con tal de preservar aquella inocente sonrisa y el brillo de sus ojos.
>>Ahora imagínate lo que sentí cuando James y Lily murieron, supuestamente Peter también, Sirius fue encerrado en la cárcel y Harry fue alejado de mí. El lobo aullaba constantemente en mi interior. Su manada había desaparecido de un día para otro y estaba solo, completamente solo. Durante todos esos años se había construido un enlace… "mágico", por llamarle de alguna manera, que unía a los miembros de la manada con el lobo, con el instinto del lobo. Ese enlace se ha ido debilitando poco a poco con el transcurso de los años hasta que ya el lobo no era capaz de sentir nada.
>>Por eso me he sorprendido y ahora estoy tan preocupado. Sentí el dolor de Harry, y el lobo también y quiso salir a protegerlo. No me imagino cómo es posible que ese enlace se haya fortalecido tan de improviso, pero no me gusta. A Harry le ha tenido que pasar algo realmente grave como para que el lobo lo haya sentido.
Tonks no supo qué decir ante tal confesión. Ella creía que los licántropos en plena transformación eran monstruos sin conciencia que no tenían ningún tipo de problema en matar con tal de conseguir carne fresca, pero al parecer era todo lo contrario. Los lobos sí tenían conciencia, o al menos algo que era parecido a ella, que hacían proteger contra sí mismos a sus amigos. Pero para el resto del mundo eran auténticos asesinos.
.-Harry te pedirá ayuda si lo necesita, Remus. Es un chico inteligente, y sabe que puede confiar en ti.
.-El problema, Tonks, está en que Harry no confía en mí.
Remus, al aceptar esto en voz alta, pues antes sólo había estado en sus pensamientos, sintió como dos lágrimas intentaban escapar de sus ojos. Apartó su cara del toque de la mujer y se alejó lo más posible de ella, ocultando la cara apoyándola en el brazo que tenía sobre sus rodillas.
La noche estaba empezando a clarear, amaneciendo. La luna ya había desaparecido de la vista de la ventana, y el sol salía por el este, dotando a las nubes de colores rosas y púrpuras.
La habitación, a su vez, se empezó a llenar de la luz de los débiles rayos de sol de invierno.
Tonks observó fascinada cómo esos débiles rayos de luz sacaban destellos dorados del pelo castaño del hombre. Y sin poder evitarlo, tomó en su mano el mentón de él y le hizo levantar la cabeza, queriendo descubrir cómo se verían esos ojos dorados ante esa débil luz.
No le decepcionó el resultado. Eran simplemente hermosos.
Sin poder, ni querer, contenerse, se acercó a la cara del hombre e, inclinando la suya propia un poco, lo justo, rozó levemente sus labios contra los de él.
Remus la observó sorprendido ante su atrevimiento, pero no hizo nada por apartarla. Sólo se quedó quieto mirándola a los ojos fijamente. Y ella, al ver que él no la rechazaba, volvió a acercarse y besarle, esta vez durante más tiempo. Sus ojos se cerraron automáticamente en cuanto sus labios se tocaron, por eso no vio cuando él también los cerró, pero sí sintió cómo su mano grande y algo áspera se posaba sobre su nuca, evitando que ella pudiera alejarse y convirtiendo el inocente beso en uno más apasionado cuando los labios no fueron los únicos que jugaban y las lenguas se incluyeron en una sensual danza llena de pasión y amor reprimido.
No supieron cuánto tiempo había pasado. Tal vez fueron sólo segundos o tal vez fueron minutos, o incluso horas, no lo sabían, pero tampoco les importaba. Lo único que les importaba era seguir mirándose a los ojos, como en ese momento hacían.
.-Ahora más te vale dejar esa actitud depresiva y bajar conmigo a desayunar. Tengo hambre, seguro que tú también y un delicioso chocolate caliente nos está esperando en la cocina –Tonks se levantó, quitando con renuencia su mano de la cara del hombre, pero no se alejó demasiado, esperando a que él decidiera ponerse en pie y seguirla.
Remus no pudo hacer otra cosa que sonreír con sinceridad por primera vez en mucho tiempo. Fue de improviso e inconscientemente, pero no intentó borrarla. Sólo sujetó entre una de sus manos la que le extendía Tonks para ayudarle a levantarse. Se puso una camisa que había sobre una de las sillas y salió de la habitación sin soltar la mano de Tonks.
Ya había sufrido bastante por la pérdida de Sirius y la huida de Harry, ahora las cosas cambiarían. La tenía a ella y, aferrándose a esa idea y a la de volver a ver a Harry en un futuro, bajó a la cocina, empezando un nuevo y mejor día.
El aliento del animal le daba plenamente en la cara, inundándole los pulmones del fétido y mortal olor. La cabeza le dolía y le parecía que la tenía metida en una prensa o algo parecido. Seguro que era consecuencia de los virus del aliento del nundu que intentaban adueñarse de su vida sin conseguirlo.
Todo había pasado en apenas décimas de segundo. El enorme animal se le había echado encima y le había tirado al suelo, colocando sus grandes patas delanteras a ambos lados de él y su boca justo en su cara, soltando su aliento intentando envenenarle. Pero visto lo visto, aquello no estaba teniendo resultados.
Tenía la lanza casi al alcance de su mano, sólo tenía que estirar un poco el brazo para cogerla, pero los grandes ojos amarillos que no paraban de observarle le paralizaban y le amenazaban silenciosamente: un solo movimiento y dejaría de ser tan pasivo y utilizar su aliento y daría paso a sus enormes colmillos.
El sudor le cubría la frente y el cuello y la respiración estaba agitada, aunque intentara controlarla. La cabeza cada vez le dolía más y sentía como el lobo en su interior se revolvía con fuerza y fiereza, como si estuviera peleando contra un adversario invisible. Y él era incapaz de dejar de mirar aquellos grandes y fieros ojos amarillos.
Y, justo en el momento en que algo, tal vez su instinto, le advertía de que el nundu se había cansado de esperar y se preparaba para clavarle los colmillos en alguna importante parte de su cuerpo, un maullido lastimero sonó a un costado. El nundu, como es normal, se giró, perdiendo el interés en Harry y posándolo sobre el ser que había hecho aquel maullido. Y Harry, sorprendido ante la reacción del nundu, también se giró, quedándose completamente asombrado ante lo que vio.
Allí, justamente al borde del claro, a unos cuantos metros de ellos, se encontraba la chica, de pie y apoyada en uno de los árboles. Pero no estaba sola. En sus brazos sostenía lo que parecía ser un pequeño gato completamente negro con unos grandes ojos ambarinos. Aquel pequeño animal era el que había maullado y llamado, así, la atención del enorme nundu.
Harry, sin querer pensar en otra cosa que no fuera salir vivo de aquel enfrentamiento con el nundu, apartó los ojos del pequeño felino y se movió con rapidez para coger la lanza, pero cuando volvió a su posición inicial descubrió que el nundu se había olvidado de él y avanzaba a grandes zancadas hacia la chica y el pequeño "gato".
Pero cuando llegó al sitio donde estaba la chica, ella ya no estaba allí. Harry había conseguido reaccionar a tiempo y la había levantado del suelo haciéndola levitar con magia y la había posado sobre una de las ramas más altas del árbol, fuera del alcance de las fauces del nundu, al menos por un tiempo.
El nundu, al ver que su nuevo punto blanco había sido alejado de su alcance, se giró de nuevo hacia Harry, ahora sí completamente furioso. Harry, que había aprovechado la oportunidad en cuanto había visto que se encontraba libre del inmenso animal, estaba de pie, con la lanza sujetada fuertemente en sus manos y el rakish brillando con fuerza, formando una barrera protectora alrededor del chico, dotándole de un brillo verde, demostrando todo el poder que guardaba en su interior. Un poder que estaba dispuesto a soltar si era necesario.
Algo de ese poder debió notar el animal, pues se detuvo en seco y se quedó durante unos instantes mirándole, analizándole. Pero su propia hambre y la de su cría pudieron con su razón y su instinto y se lanzó a por el chico de nuevo.
Pero Harry ya estaba preparado. Había colocado a su alrededor la barrera más protectora y mortífera, la última que le había enseñado Lord Voldemort y que había aprendido a fortalecer y controlar más con Karil. Dejó que más poder de lo normal saliera de su cuerpo fortaleciendo aún más la barrera. No cometería el error de dejar la defensa débil, como había hecho con el licántropo.
El brillo a su alrededor, junto con el de la piedra del rakish, se intensificó de un color intensamente verde durante un segundo y luego desapareció por completo, pero eso no significaba que la barrera protectora hubiera desaparecido. Ahí estaba la trampa, y el nundu cayó irremediablemente en ella.
Sin esperar y aprovechando lo que él creía que era un despiste de las defensas de su presa, se abalanzó con rapidez sobre el chico, dispuesto a herirle cómo y con lo que pudiera. Pero Harry se movió con agilidad y se apartó de su camino justo a tiempo. El nundu era demasiado grande, fuerte y rápido, cierto, pero Harry era pequeño y más ágil e inteligente y además había que añadirle sus sentidos de lobo junto con su fuerza y rapidez. Eran David contra Goliat, y en la antigua leyenda fue el pequeño el que ganó la pelea¿por qué no se iba a poder repetir la historia?
Hasta el suelo llegaban los maullidos desesperados que daba el cachorro que aún sostenía la chica en sus brazos. Al parecer esos maullidos ponían nervioso al nundu, pues sus ataques se intensificaron en fuerza y rapidez. Harry tuvo que tirarse en ocasiones al suelo, justo por debajo de la trayectoria de algún salto del gran felino. Más de una vez también dejó que el nundu se acercara peligrosamente a él, para que su barrera protectora hiciera su trabajo y fuera poco a poco debilitando al animal, sin que éste pudiera apenas darse cuenta, absorbiendo su magia y su fuerza.
Al cabo de unos cuantos minutos, Harry sintió como sus músculos se quejaban por el esfuerzo. Tenía varios arañazos por todo el cuerpo, sobretodo por los brazos, donde siempre se apoyaba al caer al suelo. La túnica se había roto ya en varios lugares y todo él estaba lleno de tierra y polvo.
Pero eso sí, el cansancio en el nundu ya empezaba a saltar a la vista. Sus movimientos cada vez eran menos rápidos y ágiles y junto con su nerviosismo se convertían en algo torpes e inseguros. Harry se estaba dando cuenta de eso, y aunque lo que más quería en esos momentos, después de estar tantos minutos saltando y esquivando, era tirarse al suelo y descansar, tenía que resistir un poco más pues el nundu cada vez perdía más fuerza, la fuerza que alimentaba su barrera y le obligaba a seguir en pie.
Había que admitir que el nundu era un animal poderoso y fascinante. No le extrañaba nada en absoluto que para doblegarle se necesitaran cien magos bien cualificados como mínimo, pero seguramente eran magos que sólo utilizaban la magia "blanca" para llevarlo a cabo. Utilizando la magia negra, como él estaba haciendo, no serían necesarios tantos magos. Aunque había que aceptar que él se estaba convirtiendo en un hombre lobo, y que eso cambiaba las tornas.
Por alguna extraña razón su transformación en licántropo iba bastante más deprisa de lo normal. Él había leído que el crecimiento de sus colmillos transcurriría entre la segunda y la tercera semana, y la agilidad y la rapidez del lobo aparecerían en la última. Pero eso no había pasado con él. No era que se quejase, ni mucho menos. Gracias a esa rapidez aún seguía vivo, sino estaba seguro de que por muchas Artes Oscuras que supiera nada hubiera podido evitar que en esos momentos fuera ya carnaza para ese enorme felino.
Con un nuevo salto los dos se quedaron quietos, respirando agitadamente. El nundu estaba de costado delante de Harry, con la cabeza girada hacia él mirándole con sus fieros ojos amarillos y moviendo la larga cola moteada con impaciencia.
Harry le observaba cuidadosamente. Con su postura ofensiva y a la vez defensiva le demostraba al nundu que no le tenía miedo. No se movió ni mostró miedo, ni siquiera cuando el enorme felino le miró a los ojos y rugió enseñándole los largos y mortales colmillos. Lo único que Harry hizo fue mirarle directamente a los ojos, retándole.
Y el nundu, como es normal, respondió ante ese desafío rugiendo y volviendo a abalanzarse sobre él. Pero Harry, que era eso precisamente lo que estaba esperando, no se movió. Puso la lanza en ristre y justo cuando el animal estaba a escasos centímetros, soltó todo su poder retenido envolviendo al felino.
Un nuevo rugido, esta vez mucho más fuerte de lo normal, resonó por todo el lugar. El enorme animal se revolvía en el aire, moviendo sus patas frenéticamente buscando un punto de apoyo donde pudiera sostenerse y no estar levitando en el aire. También dio unos zarpazos intentando llegar hasta aquel humano, intentando herirle, pues instintivamente sabía que él era el causante de que aquello estuviera pasando y quería que parara.
Pero cuanto más se revolvía más empezaba a notar cómo su fuerza iba menguando y la magia que le envolvía adquiría un color negruzco. Harry también lo estaba notando, pero no se había movido de posición ni postura, intentando gastar la menos energía posible y concentrándose en la magia que ejercía en el animal, intentando subyugarlo.
Los ojos del animal, antes brillantes por su ferocidad, se iban apagando, volviéndose vacíos, y perdiendo su fuerte color amarillo convirtiéndose en un gris pálido. La respiración se le empezaba a dificultar y a cortar y poco a poco las fuerzas se le iban y sus músculos se relajaban.
Harry le fue bajando y dejándolo en el suelo. El nundu, sin fuerzas para mantenerse en pie, cayó pesadamente y se mantuvo tirado en la tierra, sin poder siquiera mover la cabeza.
Un sentimiento de culpa nació en su corazón al ver como el inmenso felino parpadeaba y le miraba por última vez antes de cerrar los ojos y dar un último respiro. Los maullidos que aún sonaban desde la copa del árbol sólo intensificaron ese sentimiento. Pero su lógica se sobrepuso a su corazón. El nundu le habría matado si no hubiera acabado con él. No podía haber hecho otra cosa.
Y en ese instante, después de toda la tensión del momento y de que la adrenalina desapareciera de sus venas, observó al magnífico animal allí en el suelo, con sus fuertes músculos relajados, como si estuviera durmiendo. El lustroso pelaje contrastando con el árido suelo de color marrón oscuro. Aquella imagen no se le borraría nunca de la memoria.
Hola, gente! Os acordáis de mí? Al menos os acordáis del fic? Ya sé que he tardado mucho en actualizar, pero a la falta de inspiración se le unió el estrés por los exámenes… y bueno, os lo podéis imaginar. Pero bueno, más vale tarde que nunca, verdad? nn
Sí, debo admitirlo, el cap es bastante soso, por no decir "demasiado", y la historia no ha avanzado apenas nada. Aún así dejadme un review diciéndome qué os ha parecido, ok? Acepto de todo, ya lo sabéis, mientras que no sean virus ni nada por el estilo.
Intentaré subir el siguiente cap lo más rápido posible, pero no adelanto fecha exacta, que luego eso por mucho que se quiera nunca se cumple.
Mil besos a todos!
Aykasha-peke
Miembro de muchas Órdenes
PD: Encuesta: qué preferís: macho o hembra? Respondedme en un review! Y no, no es para la cría del nundu, por si os lo estáis preguntando.
