Porrrrrrrrrr fiiiiiiiiiinnnnnnnnnnnnn, pude terminar este capitulo casi no lo logro mi imaginación se había ido de paseo (además que los trabajos y los exámenes de mi colegio no me daban tiempo, arrrrrg le odio) y pues veía como los demás adelantaban sus fic, pero lo he logrado con algunos percances, sin embargo el Cáp. me quedo bastante raros sorpresas que no os imagináis ummmmmmmmm, en fin espero que lo disfruten.

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4. Un nuevo Amanecer

Después de haber dejado la plaza principal, el rey se había dirigido hacia la biblioteca, allí se desplomó ante su escritorio llevándose las manos hacia su rostro, que dolor tan grande invadía el corazón de Thranduil y el temor de que algo le sucediese a su único hijo le agobio y entre el dolor y el temor pensó en Eirien, en lo mucho que la extrañaba y le hacía falta, de lo mucho en que la necesitaba y aun mas temió perder a Legolas y Mientras sus pensamientos revoloteaban en su mente, una lágrima rozo su rostro seguida de otra.

-Señor, ¿Os sucede algo?- Pregunto Osanwë quien se encontraba en el umbral de la biblioteca.

-Nada en especial- Fingió Thranduil mientras se limpiaba el rostro- Acercaos que quiero comentaos algo- y a la petición del Rey Osanwë se acerco junto a él.

-por petición, os recomiendo a Legolas-

-No entiendo Señor-

-Es muy sencillo- explico el rey-se que Darón lo va ayudar en todo lo que le sea posible, por lo que es mas seguro que Legolas muy pronto se encuentre en vuestra casa y no quisiese que mi hijo pasase mal alguno, pienso perdonarle, sin embargo no pronto- el Rey pauso, mientras miraba hacia la ventana al cual prosiguió- Necesita instruirse en lo que es ser un príncipe, tiene que saber que la vida es una constante lucha y enseñanza-.

-Lo haré gustoso- contesto Osanwë.

-Osanwë, quisiera que le dijeses a Darón y Odín que los estaré esperando mañana después de la octava campanada, pues les tengo reservada una misión, ahora retiraos- E inmediatamente el elfo partió de la habitación dejando en la penumbra al Rey.

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La luz traspaso ligeramente la ventana mientras los rayos iluminaban el bello rostro de Odín, sutilmente empezó abrir sus ojos grises mientras que una sonrisa se dibujaba en sus labios, se levanto de su lecho y se dirigió en la ventana para oír la melodiosa voz de los ruiseñores, sin embargo se percató que un Elfo interrumpía su tranquilidad, que justamente se dirigía hacia él.

-Odín daos prisa o de lo contrario llegaremos tarde ante la presencia del rey-.

-¿Acaso que ha pasado?-

-Hemos sido convocados por el rey después de la octava campanada-.

-Bueno, calmaos un poco, que pronto estaré contigo-

En seguida Odín bajo para reunirse con Darón quien lo estaba esperando en la puerta y juntos se dirigieron hacia el palacio, era una mañana calurosa, las hojas verdes de los árboles brillaban con todo esplendor y las flores prosperaban en los bellos jardines de los elfos, pronto se encontraron en las imponentes puertas del palacio, los guardianes lo saludaron con cortesía, En tanto una Elfa los conducía hasta el Rey.

-¿Qué tal, pasaste la noche Anariel?- le pregunto Odín.

-Muy bien, Hantalë- respondió Anariel quien llevaba un hermoso vestido blanco que ante los reflejos de la luna su color era plateado, en la cintura tenía pequeñas incrustaciones de diamantes y sus cabellos caía con ligereza sobre sus hombros.

-Aquí es- Indico Anariel a Darón y Odín enfrente de una puerta finamente tallada en madera, en la parte frontal estaba escrito las iniciales de Thranduil y junto a él, el emblema de su estirpe tallada hace largos años.

-Hantalë, Bella dama- dijo Darón.

-Úman ná (De Nada)-

Darón golpeo con delicadeza la puerta procurando no hacer bastante ruido el cual no enojara el rey, desde el interior de la habitación se escucho la voz altiva e imponente de Thranduil quien los estaba esperando, ya que toda la noche la paso allí meditando los futuros aconteceres.

-Seguid-

-¿En que poderos servios mi majestad?- pregunto Odín con una reverencia.

El rey los miro cuidadosamente:-Sentaos primero junto a mi- les dijo el Sinda, mientras ellos obedientemente tomaron asiento junto a él.-veo que habéis salido rápidamente y que estáis agotados, tomad alguna de las frutas- dijo Thranduil señalando la vasija que contenía algunas de las mas deliciosas frutas del reino, ellos cortésmente tomaron a la de su mayor gusto, de acuerdo a esto el rey prosiguió.-Os he hecho llamar por razones que todos sabemos, para ser mas especifico es para hablar sobre mi hijo Legolas, tal vez os parezca duro el castigo que he impuesto a Legolas, sin embargo no es tan grave como creéis- se puso de pie y al tiempo que proseguía a dar vueltas alrededor de la mesa –por esta razón os voy a enviar a una misión, Irán los tres junto con Athrod quien les guiara-.

-Pero, señor- Objeto Darón.

-No os preocupéis, no os pasara nada, es una misión simple uno que otro percance, partiréis en tres días -

-Y cual será nuestro destino??-pregunto Odín.

-Al cabo de dos días os diré, ahora retiraos-

-Permiso – dijeron al tiempo mientras que hacían una reverencia, e inmediatamente dejasen la habitación.

No obstante, en lo único que no se percataron fue que Anariel al cerrar la puerta después de que Darón Y Odín entrasen, permaneció mas tiempo allí y escucho lo que habían hablado excepto la parte final, ya que corrió hasta encontrarse en frente de una fuente tallada en mármol, allí se sentó y con su suave mano tomaba el agua que resbalaba entre sus dedos.

-Tengo que hacer algo, no puedo permitir que vaya sólo, no lo puedo perder- se dijo a si misma, empero sus pensamientos se esfumaban cuando uno de los guardias la llamasen ya que era solicitada en el interior del palacio pues muchas obligaciones le requerían.

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-Frodo Bolsón – dijo una voz seguida por incansables ecos que continuaban resonando en los oídos de Legolas, voces que se perdían en murmullos hasta encontrarse todo en silencio, la luz desapareció y la incesante oscuridad reino por unos segundos, la desesperación empezaba a apoderarlo e inmediatamente un suceso de imágenes aparecieron ante sus ojos, tierras y lugares desconocidas, lamentaciones por quienes han desaparecido, peligros y cantos; y entre mas imágenes habían mas rápidas transcurrían por su mente, pero de un momento a otro se sobresalto y recordó que estaba en la casa de Darón y evocó todo lo sucedido de el día anterior el cual suspiro profundamente mientras se ponía cómodo entre las sabanas.

-Aiya!!!- exclamo una risueña voz que provenía del umbral de la habitación – como habéis amanecido??- pregunto la pequeña, sin embargo, Legolas se percato que la mirada de Esselya se turbaba y vio como desaparecía por de tras de la puerta mientras llamaba a grandes voces a su madre.

Legolas no comprendía nada, miro hacia su alrededor y no diviso nada extraño, levanto su brazo izquierdo pero un dolor lo envolvió, rápidamente miro su brazo y sin pensarlo lo palpo con su mano derecha, al verla nuevamente vio como la sangre corría levemente por su brazo y un rojizo teñía su mano. Inmediatamente Laitalë traspaso el portal hasta estar junto a Legolas.

-Esto se ve mal – dijo a Legolas mientras le examinaba el brazo cuidadosamente.

-No esta tan... arggggg.– fue lo único que pudo contestar Legolas cuando sintió que una suave mano le rozaba.

-Sin embargo veo que fuiste atendido, lo hicieron bien a no tener los instrumentos necesarios, ven Legolas vamos a mi habitación allí tengo algunas cosas que os podría ayudar- Laitalë le indico que la siguiese a su habitación, Ella era una de las mejores curanderas del bosque, que en momento de guerras había sido de gran utilidad, Esselya invitó a Legolas que se sentase en la cama mientras Laitalë extraía algunas medicinas y vendajes que se encontraba en una vieja gaveta en las cuales sus extremos estaban adornados con un terciopelo púrpura desgastado por los años. Cuidadosamente limpio la herida que pareció haber empeorado, no obstante Esselya y Laitalë terminaron sin ningún percance.

-Bueno, ya tiene mejor aspecto – Dijo Esselya, mientras abrazaba de la cintura a su Madre.

-Hantalë, por toda vuestra hospitalidad – contesto Legolas mientras tenía la mirada baja.

-Úman Ná (No es nada)- En tanto Laitalë le miraba de arriba abajo continuo - Legolas veo que no tenéis el vestuario apropiado, tal vez os puedo prestar algunas vestimentas que pertenecen a Darón – Legolas se ruborizo mientras seguía a Laitalë quien le había indicado que la siguiese. Después de haber encontrado algunas ropas de la talla de Legolas, él las tomo y se dirigió a la que ahora era su habitación. No era de las vestimentas que Legolas estuviese acostumbrado a andar pero últimamente esto ya no le daba importancia. Bajo de su habitación y vio sobre la mesa el Desayuno que había sido preparado para él, en tanto Esselya le invitaba a seguir mientras que Legolas tomaba uno de los asientos.

-Después de que terminéis, podréis ir al mercado conmigo y tal vez pudiésemos dar un paseo?? – pregunto la pequeña mientras veía con profundidad a Legolas.

-Por supuesto, creo que una paseo entre los jardines y el mercado no me caerían mal- dijo mientras una sonrisa se dibujaba en sus Labios.

-Esselya!!-Exclamo Laitalë quien la había interrumpido.

-Oh, no os preocupéis señora, no será ninguna molestia- dijo mientras palpaba suavemente el rostro de la pequeña.-Bueno, ya podemos partir – dijo mientras era tomado de la mano por Esselya que habían desaparecido por de tras de la puerta el cual se abría un sendero.

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Odín y Darón salieron inmediatamente de la habitación del Rey y vieron como Athrod se internaba justo en el momento en que ellos saliesen, pasearon lentamente por los pasillos del recinto, y vieron a Anariel que se encontraba cerca de una fuente, somnolienta que al instante pasaba una mano por su mejilla y se sobresaltaba al ver que era llamada por uno de los guardias, así que en todo caso no lograron despedirse de ella, aunque se dieron cuenta que se encontraba triste y soñolienta, se miraron en ademán de no saber que podía sucederle, en todo caso decidieron seguir andando hasta que al cabo de un rato se encontraron frente a las puertas del Palacio, en donde Odín se separo de Darón.

-Darón, llevadle saludos de mi parte a Legolas si te llegas a cruzar con él, sabéis que debo quedarme ya que tengo que presentarme en la guardia del rey, Tenna Rato- y dándole una palmada en el hombro de Darón, Odín desapareció tras una Colina ante los ojos de Darón.

-Linda mañana!! – dijo Odín mientras extendía los brazos, aspiraba profundamente las brisas del viento y levantaba la cabeza para ver el revolotear de las aves, y así siguió andando hasta que choco con Adranla, inmediatamente los dos elfos cayeron al suelo sobre la blanda hierba. A Odín se le dibujo una sonrisa en los labios el caer y el ver Adranla, sin embargo su rostro cambio.

-Fíjate por donde andas!!-Exclamó Adranla mientras se ponía de pie y arreglaba su vestido ahora arrugado, Odín se dispuso rápidamente ayudarle a recoger las frutas que se habían caído del canasto de la Elfa, sin embargo esta le miro fríamente, mientras Odín sentía que una insensible espada traspasaba su corazón.

-Si hubiera sido Legolas, no hubiese sucedido lo mismo – pensó en tanto Adranla le arrebataba el canasto con las frutas y desaparecía de su vista.

No tardo mucho tiempo cuando Darón partió hacia a su casa, pero al cabo de andar un rato se percato que una nube oscura se intro mía entre el y los rayos de luz, entonces unos suaves rocíos cayeron dócilmente por su rostro, y una cortina de lluvia se interpuso no dejando entre ver nada en absoluto en cuanto estaba a su alrededor este tomo un manto que llevaba consigo y se cubrió de la lluvia que incansablemente golpeaba el suelo, a grandes pasos por fin pudo divisar la puerta de madera parda que tenía ante el, cruzo y allí encontró a su madre bordando un manto con coloridas flores y alegres mariposas.

-Aiya!! Madre – saludo Darón mientras dejaba el manto en la entrada. – ¿donde esta Legolas?, necesito hablar con el-

-Se fue con Esselya al mercado y a ver algunos jardines – dijo la eldar mientras no apartaba la mirada de la aguja. – toma, te llego una carta de Lothlórien nuevamente – dijo mientras le entregaba la carta que se encontraba sobre la mesa, Darón la tomo con una sonrisa dibujada en sus labios, le dio un beso en la frente de Laitalë, y sin esperar corrió a su habitación para saber el contenido de esta.

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Esselya iba de mano con Legolas, habían paseado por hermosos jardines y hubieron saboreado el dulce aroma de las flores y el hiel que estas expedían, Legolas hacia tiempo que no disfrutaba la compañía de una Elfa tan joven y alegre, que mientras caminaban ella cantaba y se deleitaba de todo lo que se encontraba a su alrededor, pero por petición de Esselya se dirigieron al mercado, un lugar donde una multitud de elfos acostumbraban a ir, ya hacían allí comerciando o por encontrar un lugar apacible entre tantos elfos, en todo caso una ligera lluvia emprendió en caer sobre ellos, sin embargo Legolas le obsequio a Esselya un lindo broche para que sujetase su cabello de color azabache y le cubría con una capucha que había llevado, cuando decidieron partir vieron como Anariel se acercaba hacía ellos, llevaba una expresión alegre pero a Legolas le pareció que una tristeza invadía su corazón, lo puedo entre visar en la expresión de sus ojos.

-Aiya Legolas-

-Aiya Anariel-

-Hola Esselya – dijo Anariel mientras le tomaba de la mano – Lindo broche-.

-Hantalë-

En estos instantes Anariel contempló a Legolas con una mirada penetrante.

-Legolas, me gustaría hablar con vos-

-de que podemos hablar??- pregunto Legolas.

-Os quiero decir algo, me urge decírtelo-

Empero en estos momentos llego Adranla e Inmediatamente saludo a Legolas sin darle importancia a Anariel y Esselya. Esta ultima le tomo de la mano a Anariel invitándola a dar un paseo a pesar de la lluvia, de este modo Anariel y Esselya se alejaron mientras aun caían gotas cristalinas sobre su rostro.

Legolas vio como se alejaban sin pronunciar palabra alguna.

-Namarië- fue lo único que dijo mientras velozmente partía para seguirlas, sin embargo no alcanzó a distinguir por cual camino se habían dirigido, ya atardecía cuando se detuvo en medio del sendero, aunque al cabo de una larga reflexión decidió pasar a ver a Odín quien seguramente estaría en la guardia, la lluvia cesó y ahora unos débiles rayos de luz cruzaban de entre las ramas. Pronto Legolas se encontró en frete del palacio, de sus majestuosos portales, y junto a ellos se erguía Odín con su cota de malla plateada que refulgía con los débiles rayos de Arien.

-Alasse´Undómë (Buenas Tardes) Odín, que tal ha estado tu día??-

-Alasse´Undómë, Legolas, como os habéis dado cuenta llevo largo rato de guardia-

-Y Darón acaso no estaba con vos??- Pregunto Legolas con curiosidad.

-Si, no obstante nos separamos por que tenía que cambiar mis ropajes y el se quedo ante estas puertas al despedirnos, creí que os habíais encontrado con él-

-No, estaba paseando con Esselya, pero Odín habéis sabido algo sobre mi padre??- Dijo Legolas vacilando.

-El rey Legolas??, No ha salido hoy del palacio, intuyo que la ha pasado todo el día en la biblioteca, no después de hablar con él-.

-Habéis hablado con él??-Pregunto ahora con curiosidad Legolas.

-Legolas, creo que debéis esperar que Darón este con nosotros para comentaros de lo que hablamos, si no te molesta, ahora aguardad un momento mientras cambio mis ropajes – y diciendo esto Odín partió por el mismo camino en que Darón lo vio desaparecer, sin embargo no tardo mucho tiempo en regresar y ahora vestía de color verde y pardo, y ya poniéndose el sol para darle paso a la luna se dirigieron hacia la casa de Darón.

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Anduvieron por largo rato entre senderos y jardines y hallas y árboles, en tanto Anariel iba cantando ciertas canciones de antaño, que hablasen de blancos navíos y grandes hazañas ocurridas en Beleriand, algunas de gran renombre como el rescate de Madheros con ayuda de Fingon.

Cuando aun los días eran jóvenes,

Y grandes príncipes Vivian,

Cuando las tierras eran inexploradas,

Y Morgoth regía el norte,

Cuando lo Noldor se revelaron,

Y la batalla comenzó,

Las flores se ocultaron,

La oscuridad espeso,

Madheros encadenado se vio,

Y las tinieblas reino en su corazón,

Largo tiempo en un abismo se encontró,

Su mano derecha colgaba de una cadena,

Y tinieblas vio a su alrededor,

Sin embargo una voz escucho,

Fingon el Valiente a su encuentro se hallo,

Altos muros escalo,

Empuñando la espada, suave y delgada,

Contra huestes de Orcos lucho,

Pero la sombra se alargaba,

Y aun no lo hallaba,

Sin embargo tomo su arpa y una canción canto,

Y como respuesta,

La débil voz de Madheros a sus oídos llegó,

Y así al fin lo encontró,

Pero lloro cuando lo vio,

Y a Manwë Imploro,

Que por su gloria lo socorriese,

Porque tendido tenía el arco,

Para darle muerte a Madheros,

Pero Manwë lo oyó,

Y a sus águilas envió,

Thorondor, Rey de las águilas le detuvo,

Y en él, Fingon Monto,

La cadena de hierro no cedió,

Y Madheros rogó que lo matase,

Pero Fingon el Valiente no escucho,

La mano corto y de la espesa oscuridad escaparon,

Y en adelante Madheros empuño su espada,

Con la mano izquierda, con mas fiereza.

-Perdonadme Esselya, es todo lo que me sé, aun es más larga pero algunos de sus versos se han perdido-

-Hantalë Anariel- Dijo la niña mientras perdía la vista en el horizonte, la lluvia había cesado y ahora se encontraban sentadas sobre la suave hierba, contemplando como las estrellas abordaban la bóveda oscura que se extendía ante ellas, entonces nuevamente la dulce voz de Esselya habló.

-Anariel es verdad que vives sola??-

Anariel asintió.

-Esselya no creo que recuerdes, pues esto ya hace años, cuando el Bosque se convirtió en Bosque Negro, huestes de Elfos partieron hacía Lothlórien y entre ellos mi hermano y mis padres, en cambio yo decidí quedarme, pues lazos mas fuertes me ataban, sin embargo no perdí la comunicación con mi familia, las cartas han sido un buen medio de comunicación, de está manera me informo de las nuevas de Lórien- en estos momentos Anariel miro fijamente a Esselya - aunque sé que no soy la única que recibe cartas, tu misma pregúntale a Darón – Y diciendo esto las dos se pusieron de pie, pero esta vez se dirigían a Casa de Esselya. El aire era suave y débil que rozaban en sus rostros y las sombras se alargaban entre los árboles, sin embargo habían llegado ante la puerta. Golpearon suavemente la madera y de ella surgió el rostro de Osanwë.

-Alassëa Lómë (buenas noches) Anariel-

-Alassëa Lómë, siento haber tardado con Esselya – dijo mientras hacia un reverencia.

-No hay porque preocuparse, ahora seguid Máratulda coanyanna (Bienvenida a mi Casa)- Y haciéndole una seña Esselya y Anariel penetraron, y allí junto a unas flores estaban sentados Odín y Darón y Legolas, entonces Anariel los saludo cordialmente, Osanwë la invito a que se sentase mientras Laitalë les ofrecía vino a cada uno, una conversación comenzaron de los recuerdos y del Bosque, pero ella aun estaba en silencio así que no espero mas tiempo y se despidió primero de Esselya, y luego rápidamente de los demás, no obstante Odín se ofreció en acompañarla, ya que no creía que fuese conveniente que Anariel anduviese en tan altas hora de la noche, así juntos partió Odín y Anariel atravesando la puerta de madera y adentrándose en la profunda oscuridad de la noche que paseaba por los senderos. Por largo rato caminaron y así hablaron de historias y canciones, de sus respectivas vidas, sin embargo Anariel irrumpió un momento.

-veo que estáis interesado en Adranla, o acaso no es así??-Pregunto mientras le miraba fijamente a los ojos, sin embargo Odín bajo la mirada tratando de persuadirla.

-Mirad que hemos llegado a vuestra casa – Contesto Odín al tiempo que apuntaba con el dedo la entrada de la casa de Anariel.

-Hantalë, por vuestra compañía – se despidió Anariel y se hacía enfrente de la puerta, -que paséis buena noche- y diciendo esto sus cabellos azabache desaparecieron por detrás de la puerta.

Largo fue el camino de vuelta para Odín, sin embargo sus pensamientos lo embargaban, lo bella que Eryn Galen había sido antes de la sombra llegase al sur del bosque, recordó sus juegos de infancia con Legolas, el conocer a Darón y peder la razón a causa de Adranla, no obstante el corazón se le aconjonaba, una misión se avecinaba peligrosa o no, él no lo sabía. Pero, algo lo saco terriblemente de sus pensamientos, un anciano se encontraba en el sendero frente a él, sus cabellos eran grises al igual que su alargada barba, las facciones del rostro estaban profundamente en marcadas y sin embargo se sentía en él un vigor incomparable, consigo llevaba un bastón en el que se apoyaba y un pequeño morral y su rostro estaba cubierto por una capucha gris y desgastada. Seguramente un hombre mortal con faltantes días de vida pensó Odí,n aunque no entendía como entro al bosque sin ser visto por los guardias o al menos ser anunciado.

-Disculpad joven, Podríais indicarme donde se encuentra el recinto de vuestro señor – Hablo el anciano amablemente.

-Por supuesto –Contesto – Tomad por este sendero y lograréis divisar un roble de gran altura luego de esto tomad hacia la derecha, seguid por ese camino y a lo lejos podréis divisar la plaza principal y justo enfrente de ella encontraréis los grandes portales de mármol del palacio- explico Odín.

-Hantalë muchacho – y así el viejo continuo su camino, aunque pronto Odín descubriría que el destino de muchos estaría ligado con aquel anciano.

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Graciaaaaaaaaassssss por todos los reviews, hace que continue y no desfallesca de continuar.....

*Lalwen, ¿cuándo vas a adelantar tu fic???, jeejjejej lo de los amores te van a gustar.

*Pali, gracias por dejadme rebién, pero ya ves los padres son asi con uno.

*Eowyn007, me subes bastante el ego y dale sigue con la historia que vas bien.

*Elanta, gracias y por cierto debes continuar la historia de Galadriel y el de las Llooookkkkassss.

*Aldis, agradesco que te paresca precioso por que el tuyo tb me gusta muxo.

*Teleute, asi son los hombre y gracias por las lokas noches de rol.

*Elenya, me gustaria acabarte...no es verdad que se parece en la realidad, en fin gracias por apoyarme desde el principio.

*Elenwë, Hantalë por tu rebién, y pues ya ves que estamos armando historias a base el de elanta.

Muxxxxxxxxaaaaassssssss gracias por sus reviews.