Disclaimer: Harry Potter y sus personajes son propiedad de J. K. Rowling. Esta historia está escrita sin ánimo de lucro.
A REFUGIO EN LA OSCURIDAD
Capítulo 27
Todo a su alrededor permanecía en silencio. No se oía apenas el viento pasar por entre las ramas y las hojas de los árboles. Necesitaba concentración, y al parecer todo había pactado para que consiguiera sus propósitos.
Sentía la presencia de Karil, Aka y Yanira cerca de él, pero no le perturbaba en modo alguno. En verdad era todo lo contrario. Sabía que si no le salía bien lo que intentaba hacer, habría gente que podría controlarle.
De pronto sintió el ya familiar picorcillo en su piel. Se dejó llevar por él, visualizando el lobo en su interior y dejándole salir al exterior.
Su cuerpo comenzó a transformarse. Sin dolor, sin molestia. Al fin y al cabo, esa forma animal también era su cuerpo y ya lo había aceptado.
En menos de un parpadeo, el cuerpo humano de Harry había desaparecido y le había dejado su lugar al cuerpo de un fuerte y grande lobo, de pelaje negro intenso y brillante, orejas altivas y atentas, inteligentes ojos verdes metalizados, colmillos largos y afilados y musculosas patas con fuertes zarpas.
Con su hocico olisqueó su alrededor. Miró a las personas presentes, pero no sintió ningún tipo de instinto asesino que le incitara a atacarles y comerles. El lobo, el espíritu del lobo, permanecía tranquilo y curioso, en ningún momento agresivo o rebelde.
Yanira fue la primera que reaccionó y se atrevió a acercarse. La cabeza de Harry le llegaba al pecho, pero ella no se amedrentó por su gran tamaño. Aproximó una mano y acarició con tranquilidad la peluda cabeza de Harry, sintiendo la suave textura del pelaje bajo su mano.
.-Es impresionante –le llegó a Harry el bajo susurro de Karil, que también se acercó y le observó críticamente, buscando algo extraño en el cuerpo del lobo que le diera alguna pista del porqué había pasado eso.
Aka también le observó, pero éste lo hizo a distancia, al contrario que las dos mujeres. Era impresionante lo que ese chico había conseguido con tan solo dieciséis años.
.-¿Ahora puedes volver a convertirte en humano, Keirk? –susurró, con su voz grave.
Karil y Yanira se apartaron del lobo y le dejaron espacio. Harry cerró los ojos y se sentó sobre sus cuartos traseros. Plegó las orejas hacia atrás un momento justo antes de volver a convertirse en humano.
Se puso rápidamente el faldón que había estado vistiendo antes de la transformación y que se había caído cuando se había convertido en lobo, y se puso en pie, con una sonrisa satisfecha en la cara.
.-Creo que no habrá problema la noche de luna llena –sonrió Karil con orgullo.
Yanira asintió con la cabeza apoyando a la chamana. Se acercó de nuevo a Harry y le tendió la túnica del chico y que le había estado sosteniendo durante todo el rato. Cuando Harry se lo agradeció, sus ojos brillaron con admiración y su sonrisa se hizo más amplia. Soltó un suspiro cuando vio cómo Harry le sonreía antes de volverse y empezar a caminar hacia el centro del poblado.
Caminaba cansadamente, con una pieza de caza al hombro. Los mechones de pelo que se había escapado de la coleta se le habían pegado a la cara a acusa del sudor. Kyrah correteaba a su alrededor mientras caminaba hacia la cabaña de Karil.
Al principio no se dio cuenta de las miradas que recibía, pero cuando alzó la mirada y se pasó la mano por el pelo apartándose los incómodos mechones de la cara, miró a su alrededor y vio que era objeto de atención de varias adolescentes que se encontraban fuera de las chozas. Frunció el ceño, confundido, y caminó más rápido hacia la choza, incómodo ante el escrutinio ante el cual estaba siendo expuesto.
Yanira salió de la cabaña y se aproximó a él, con la intención de ayudarle a cargar con la presa, pero Harry no dejó que ella la cogiera. Le negó con la cabeza y se colocó mejor el animal sobre el hombro para seguir andando. Ella se apresuró a seguirle de cerca, como si quisiera protegerle y servirle de escudo de las miradas de las muchachas del poblado.
Las chicas observaron a Harry sin ningún disimulo una última vez antes de volverse cada una a sus asuntos, sonriéndose entre ellas y soltando unas breves risas. Harry, al oírlas, se volvió, de nuevo confundido, pero Yanira le contestó a su muda pregunta encogiéndose de hombros y con una sonrisa que intentaba aparentar diversión.
Karil, que se encontraba en la puerta y había visto toda la escena, se rió entre dientes, sobretodo cuando llegó Harry con el ceño fruncido.
La pieza de caza cayó al suelo con un golpe seco al lado de la puerta. En cuanto se desprendió del peso muerto, Harry se estiró los músculos agarrotados y se abrió un poco la túnica para intentar refrescarse. No se fijó, distraído como estaba secándose el sudor de la cara y apartándose los mechones que le caían sobre los ojos, pero todas esas chicas que antes le habían mirado se habían vuelto a girar hacia él observándole.
Karil volvió a reírse, llamando así la atención de Yanira. Se dio la vuelta y al ver que esas chicas de antes volvían a mirar a Harry, se puso delante de él, como si quisiera taparle con su cuerpo, y le empujó hacia el interior de la choza.
.-¡Hey¿Pero qué haces? –se sobresaltó Harry al sentirse empujado.
Cuando estuvieron dentro, Yanira le dejó y volvió a la puerta a empezar a despellejar al animal. Karil entró después de mirar a la chica, divertida por su reacción, pero no le dijo nada y se dirigió directamente hacia Harry.
.-¿Me podrías explicar tú qué pasa? –le preguntó Harry, visiblemente confundido.
La sonrisa que Karil intentaba contener lo único que hacía era poner nervioso a Harry. Frunció el ceño y esperó a que Karil hablara. Pero ésta sólo calló y se dirigió hacia uno de los arcones que había en un rincón de la cabaña.
.-¡Karil! –la llamó, intentando no alzar mucho la voz, aunque ganas no le faltaban-. ¡Dímelo!
Sin embargo, la chamana hizo oídos sordos a su llamada. Sacó unas telas de uno de los arcones y se sentó al lado de Harry, encima de las esterillas.
.-Toma, Keirk –le puso las telas en su regazo y se cruzó de brazos-, tus nuevas ropas.
Harry cogió una de ellos y la desplegó, descubriendo la especie de faldón que era la tela.
.-Es tradición que se lleven desde que un chico se convierte en hombre hasta que se une a una mujer. Es una forma de demostrar que estás libre y dispuesto a comprometerte.
.-Mmm… Muchas gracias, Karil, pero voy a estar aquí durante unos pocos meses más hasta que me vaya. No creo que me vaya a comprometer con nadie –dijo Harry, confundido y con un pequeño rubor coloreándole las mejillas.
.-Eso no tiene nada que ver. Eres un hombre joven, tienes tiempo aún para comprometerte con una chica de forma seria, y entretanto bien puedes tener alguna relación hasta que te decidas por alguien –Karil se detuvo durante un momento antes de añadir con una sonrisa maliciosa dibujándose en sus labios-. Y por lo que he visto, no creo que tengas ningún problema aquí para encontrar chica con la que tener una buena aventura.
Harry la miró, abriendo los ojos como platos y su cara adoptando un bonito color rojo.
.-¿Qué? –preguntó, totalmente asombrado.
La chamana volvió a reírse, pero no siguió con el tema.
.-De todas formas, agradéceselo a Yanira. Ha sido ella quien las ha hecho. Tiene unas buenas manos para hacer estas cosas.
Los ojos verdes metalizados se dirigieron rápidamente hacia Yanira, que seguía entretenida con la pieza de caza. Una suave sonrisa se dibujó inconscientemente en sus labios y Karil pudo observar con facilidad un brillo de cariño en aquellos ojos que seguían mirando con agradecimiento a Yanira.
.-Es una chica muy guapa¿verdad? –le preguntó suavemente a Harry. Éste se giró hacia Karil al oírla; el rubor en su cara intensificándose y un muy bajó "sí" saliendo de sus labios-. Bueno, por algo la pusieron "Yanira" de nombre; significa "belleza".
Harry se volvió de nuevo hacia la chica.
.-El nombre le viene fantástico –afirmó.
.-Sí –Karil movió la cabeza afirmativamente-, además es una chica inteligente y dulce…
.-Y sabe cocinar estupendamente y hace unos trabajos fantásticos… –añadió Harry, acariciando la suave tela de los faldones que Karil le acababa de dar. Suspiró.
Se quedaron durante un momento en silencio, mirando a la chica.
.-Yanira te gusta mucho¿verdad? –le preguntó la chamana, la ternura dibujándose en las facciones de su cara.
Harry no respondió, pero la suave sonrisa avergonzada que le dirigió a Karil fue suficiente para ella.
La serpiente se deslizó por el pequeño hueco de la puerta con sigilo, sin alertar a ninguno de los mortífagos que había en la sala. Sólo lord Voldemort se percató de su presencia, pero no dijo nada. Terminó la reunión que tenía con sus seguidores, los echó de la habitación y se volvió hacia su mascota, a la que alzó del suelo y dejó que se enredada en su cuerpo.
.-"¿Algo nuevo, pequeña?" –le preguntó, acariciándola la cabeza con uno de sus largos y pálidos dedos-. "¿Qué están haciendo mis mortífagos?"
.-"Nada nuevo, Tom" –le respondió-. "Snape se encuentra en el laboratorio, preparando las pociones que le ordenaste. Malfoy, los Lestrange y algunos más se entretienen torturando a unos muggles que secuestraron del pueblo."
Voldemort no comentó nada. Entró en su estudio privado y tomó su forma humana, dejando atrás aquella apariencia demoníaca que adoptaba frente a sus mortífagos.
Se tumbó en el sofá frente a la chimenea y estiró sus músculos, con esa elegancia innata que poseía. Cerró los ojos y se relajó durante unos breves momentos antes de refunfuñar y volver a incorporarse, sentándose en el sofá.
.-"Debería ir a ver a Potter" –siseó de pronto-; "ya debería haber vuelto al poblado. No creo que sea una buena idea que esté tanto tiempo bajo la influencia de la vieja Karil. Maldita vieja entrometida" -añadió al final entre dientes-. "Ya es hora de que se muera."
.-"Por como hablas de ella, das la impresión de que sería la pareja perfecta para el viejo Dumbledore."
.-"Por Salazar, Nagini" –frunció Voldemort el ceño-. "No digas esas cosas. ¡Qué asco!"
El siseo que soltó la serpiente se habría podido interpretar fácilmente como una carcajada. Se desenroscó del torso de su amo y se trasladó hacia la chimenea, en donde se quedó plácidamente enroscada en sí misma.
El fuego crepitaba en la chimenea, calentando la sala y al frío reptil que permanecía en la alfombra frente a él. Tom observó la danza de sus llamas durante unos momentos más antes de levantarse y trasladarse a África mediante el traslador que siempre llevaba con él.
La comitiva de siempre volvía a estar allí, con su actitud de desconfianza y determinación a proteger a su poblado. Aka, como siempre, saltó del árbol y cayó justo delante de donde estaba Tom. No hizo falta decirle una palabra. Con un leve gesto, Aka le indicó a Tom que le siguiera y éste así lo hizo.
Entraron en el poblado y se dirigieron rápidamente hacia la cabaña del jefe en donde se sentaron y estuvieron hablando durante bastante rato hasta que Karil entró.
.-Ya me estaba preguntando yo dónde estarías y cuándo entrarías en escena.
.-¿Acaso me echaste de menos, Asyu? –le contestó Karil, cruzándose de brazos y alzando una ceja-. Bueno, de todas formas no sería la primera vez¿no?
Tom entrecerró los ojos y miró con odio a la chamana. Deseó con todas sus fuerzas poder matar a esa entrometida mujer con sus propias manos, causándole una muerte lenta y dolorosa, lo más dolorosa posible.
.-Para ser sincero contigo, mi querida Karil, tengo cosas más importantes en la cabeza que acordarme de ti, y mucho menos echarte de menos.
.-Qué desgraciada me siento oyéndote decir eso –la sonrisa burlona que se dibujó en sus viejos labios duró lo suficiente como para que Tom la viera, luego se dio la vuelta y le ignoró-. Aka, venía a decirte una cosa sobre Keirk, pero creo que te lo diré en otro momento cuando no haya visitantes… indeseados.
Pero ni Asyu ni Aka tuvieron tiempo de responder a la chamana. Harry entró de improviso, con la sorpresa pintada en la cara y Kyrah pegada a él. Potter llevaba el pelo aún mojado, producto del baño que acababa de darse en el arroyo y la piel parcialmente cubierta por diminutas gotas cristalinas.
La marca resaltaba en la morena piel del torso al descubierto. El rakish, a su vez, permanecía apagado y tranquilo.
.-¿Qué pasa, Keirk? –le preguntó Karil, preocupada al ver su asombro y la forma en que había entrado en la choza.
Harry frunció el ceño antes de girarse hacia ella, sintiendo como sus mejillas se coloreaban de rojo.
.-¿Por qué las chicas en este sitio están tan… locas? –preguntó, completamente sorprendido.
Karil, que se imaginaba lo que había pasado, se rió.
.-Hey, Karil, no te rías –le dijo ofendido-. A mí no me hace ni puta gracia que un montón de chicas me estén observando mientras me baño en el arroyo y que luego me persigan hasta aquí.
Al oír esto, incluso Aka dejó escapar una carcajada, acompañado de Karil. Quien no se rió fue Tom, que observaba a su pupilo con el ceño fruncido.
Con sus ojos rojos observó las cuatro cicatrices que cruzaban el brazo izquierdo de Harry, su marca en el pecho y los extraños ojos verde metalizado en los que se había convertido sus ojos verde esmeralda.
Con un gesto brusco, cogió el brazo izquierdo de Harry con una mano y con la otro sujetó su cara, para observar más de cerca aquellos extraños ojos y las largas cicatrices. Acercó su cara a la de Keirk hasta que sólo unos pocos centímetros los separaban. Los ojos rojos escrutaron a los verdes, como si quisieran ir más allá, hasta el fondo de su alma.
.-¿Qué te ha pasado? –la ira que impregnó cada palabra que pronunció Voldemort sobresaltó a Harry, que se soltó de Tom bruscamente y dio un paso atrás.
No respondió de inmediato. Miró a Karil de reojo y luego a Aka, sin saber qué decir. ¿Debía decirle la verdad… o le mentía?
.-¿En qué te has convertido? –volvió a preguntar Tom, dando un amenazante paso hacia Harry. Sin embargo éste no se echo hacia atrás en esta ocasión-. ¿Qué eres?
Harry respiró hondo antes de responderle.
.-Soy un licántropo. Un hombre lobo me mordió cuando estaba en la Selva Prohibida.
.-¿Un licántropo? –abrió los ojos como platos observando a Harry, totalmente sorprendido. Se pasó una mano por su pelo oscuro y frunció el ceño, mirando a Karil y Aka alternativamente, confundido-. ¿Desde cuándo hay licántropos en la Selva?
.-No los hay –negó Aka, apretando los puños con fuerza, la furia recorriendo todo su cuerpo por el torrente sanguíneo-. Un integrante de los B.A.T. estaba persiguiendo a una chica que había conseguido escapar del ataque a su tribu cuando se toparon con Keirk en luna llena. El hombre lobo le mordió, pero Keirk lo mató con la lanza justo después.
.-Malditos cabrones –murmuró Tom, con todo el odio que sentía en su interior.
.-¿Y a que no sabes quién dirige a los B.A.T. desde las sombras? –dijo Harry con un sutil movimiento de cejas. En sus ojos metalizados podía observarse claramente la ira que sentía.
Tom se volvió hacia él cuando le oyó. Sólo hizo falta echarle un vistazo para saber a quién se refería su pupilo.
.-Dumbledore –una sonrisa sarcástica y cruel cruzó por sus delgados labios-. Por qué no me sorprende.
Lo siguiente que dijo, la inmensa mayoría maldiciones e insultos contra el viejo director, sólo pudo entenderlo Harry. Los siseos de la lengua pársel causaron escalofríos en el jefe del poblado y la chamana. Kyrah, sentada a los pies de Harry, dirigió sus orejas hacia Voldemort, curiosa al oír ese extraño lenguaje.
Algo en Voldemort no debió de gustarle nada a Kyrah. La pequeña nundu se fijó en el hombre con sus ojos violetas, mirándole intensamente antes de echar las orejas hacia atrás, erizar el pelo y bufarle y gruñirle.
Fue en ese momento en el que Voldemort se fijó en la cachorra por primera vez. La observó con los ojos entornados, dispuesto a defenderse si el animal atacaba. Y Kyrah estaba dispuesta, pero la voz de Keirk la detuvo, ordenándole que se quedara quieta.
Ella obedeció, pero no apartó su penetrante mirada del Señor Tenebroso.
.-¿Y eso de dónde ha salido? –preguntó con un gesto de asco en la cara y señalando con un dedo a la nundu.
Un ronco gruñido salió de la garganta de Kyrah. Volvió a pegar las orejas al cráneo y enseñó levemente los colmillos, pero no se movió.
.-Es la cría del nundu que maté estando en la Selva Prohibida –le contestó Harry despreocupadamente. Cogió a Kyrah en brazos, antes de que se pudiera producir un accidente y la nundu se le saliera de control. Miró a Karil, sintiendo como sus mejillas se ruborizaban cuando ella le devolvió la mirada y una sonrisa aparecía en su cara sabiendo anticipadamente lo que él iba a decir-. Mmm… me voy a dar una vuelta. Luego nos vemos.
Y queriendo irse antes de que Karil se pusiera a reír, como estaba seguro de que haría, salió de allí con rapidez, con Kyrah todavía en sus brazos.
Sin embargo Karil no se rió. Sí sonrió, pero no rió. Negó con la cabeza en un gesto de cariño.
.-¿Mató a un nundu… él solo? –preguntó Tom totalmente asombrado. Intentó reconstruir su apariencia fría e indiferente, pero sólo lo consiguió en parte.
.-Ajá –afirmó Karil-, y adoptó a la cría, que, como ves, le es totalmente fiel.
.-Pero… ¿seguro que lo hizo él solo? –volvió a preguntar Voldemort-. Es sencillamente imposible poder matar un nundu una persona sola. Tendría que tener un poder extraordinariamente enorme.
.-Por alguna razón los espíritus le pusieron Keirk –le dijo la chamana-. Y por si ya no recuerdas, Keirk significa sigilo, poder y fortaleza.
La mirada sangrienta de lord Voldemort pasó de la chamana al jefe, una sonrisa malvada apareciendo en sus labios.
.-Ni se te ocurra corromperle, Asyu –le avisó Karil. Aka se mantuvo callado en un segundo plano-. Keirk es un hombre estupendo con un enorme corazón. No se lo destroces con tus creencias estúpidas y tu maldad.
.-Keirk hará lo que él crea más apropiado –le contestó, el odio volviendo a su mirada-. A mi lado, Keirk se convertirá en el mejor mago del mundo. ¿O prefieres que vuelva con Dumbledore y se eche a perder, como seguramente hará?
.-Ésas no son las únicas opciones que tiene Keirk.
.-¿A no¿Y cuáles son las otras¿Quedarse aquí? –el tono burlón se pudo apreciar con facilidad en su voz.
.-Pues mira, sí, es una buena idea. Una idea mucho mejor que la tuya, eso desde luego.
Los dedos largos de Tom se crispaban por coger la varita y darle su merecido a esa mujer. Pero consiguió controlarse. Dio una última mirada a la pequeña mujer y se dio la vuelta para salir de la choza.
.-Karil, con todos mis respetos¿no crees que ya es hora de enterrar esa vieja enemistad y rivalidad que hay entre Asyu y tú? –dijo Aka, mirando alternativamente la puerta por donde había salido Tom y a Karil.
.-Eso díselo a él. Estoy harta de esa arrogancia y superioridad que se gasta todo el tiempo.
Y sin más salió ella también de la choza, olvidándose de la principal razón por la cual había ido a hablar con Aka.
La furia aún corría por sus venas. Tenía ganas de destrozar algo… o mejor a alguien, una vieja mujer insufrible si era posible. Pero no lo era, y eso él lo sabía.
Caminó durante un rato por todo el poblado, observando a la gente trabajar fuera de sus chozas y a los niños jugando con pequeñas piedras de colores.
Las persona mayores, y que le recordaban de cuando había estado allí de joven, le saludaron con una inclinación de cabeza. Él correspondió a su saludo de igual forma.
Unos pequeños niños, que no tendrían más de cuatro años, se le atravesaron corriendo por delante, persiguiendo a un cuerpo oscuro que solo hizo falta un vistazo rápido para ver que era la nueva mascota de su pupilo. La siguió con la mirada, viéndola jugar con aquellos niños sin hacerles ningún daño.
Paseó sus ojos por todo el poblado, buscando a Harry. Tenía que hablar con él, asegurarse de que todavía estaba de su lado, que todavía estaba dispuesto a convertirse en su mano derecha.
Pero lo que vio en las afueras del poblado no le hizo sentirse más seguro.
Harry estaba al lado de una chica, muy guapa, eso había que aceptarlo, pero lo que no quería aceptar era lo que veía en los ojos del chico, ese cariño, esa chispa que se había apagado cuando su padrino había caído por el velo y que había vuelto a encenderse.
Vio como la chica ésa le sonreía a Keirk y permitía que él le cogiera el enorme cántaro de agua que llevaba cargando y que era demasiado pesado para ella. Keirk le correspondió a la sonrisa, sujetando con facilidad el cántaro y colocándoselo sobre el hombro, y empezando a andar junto a la chica hacia la que era su choza y que al parecer compartía con ella.
Apretó con fuerza las mandíbulas, haciendo rechinar los dientes, y cerró las manos en puños. Maldijo a esa chica y a Karil mentalmente, sabiendo que habían sido ellas las culpables de recuperar a ese chico inocente y agradable que había sido Harry hasta medio año atrás. Esa frialdad y ese odio que había adquirido durante el verano y la estadía a su lado habían desaparecido.
Y eso no podía permitirlo. Él necesitaba a ese chico invadido por el odio, el rencor y la venganza que había aceptado a su lado cuando se había escapado de casa y al que había ofrecido un futuro prometedor a su lado, no ese… niño que sonreía enamorado de esa arpía exótica de grandes ojos chocolate; no ese niño que adoptaba crías de animales sintiendo culpabilidad y piedad. No. Su futura mano derecha debía ser alguien sin sentimientos, alguien que no conocía ni recordaba el bien de ningún tipo.
En lo más profundo de su oscura alma deseó que esa chica y la chamana murieran. Deseó que los B.A.T. encontraran el poblado y los mataran a todos.
No vio los colmillos ni la actitud ofensiva que adoptó Kyrah cuando él pensó esto último, como si ese pensamientos hubiera llegado a ella. Un gruñido ronco y bajo salió de su garganta, pero Tom no fue consciente del peligro ocupado como estaba en maldecir a las dos mujeres y al propio Harry por dejarse seducir por ese montón de curvas y ojos bonitos.
Lo único que le salvó de recibir de regalo una enorme cicatriz de parte de una cada vez más furiosa Kyrah fue el largo silbido que produjo Keirk llamándola. Kyrah, antes de acudir a la llamada de su amo, miró por última vez a Tom y le gruñó. Luego pasó junto a él corriendo, golpeándole en las piernas haciéndole tambalearse por el empujón.
Karil, desde la entrada de su choza, sonrió divertida.
.-Oye, Karil¿de qué conocías a Yanira? –le preguntó Harry, ayudando a la chamana a cortar una pieza de carne en finas tiras.
.-¿Perdona?
.-Que de qué conocías a Yanira –le repitió-. Me refiero a que… cuando llegamos ya sabías quién era sin que ella te dijera nada.
La chamana afirmó con la cabeza, sabiendo ya a qué se refería Keirk.
.-A Yanira la conozco desde que ella era una niña muy pequeña –le dijo Karil-. Su padre me la trajo en un par de ocasiones para ver si podía devolverle la voz, pero no pude.
.-¿Qué le pasó? –preguntó Keirk, con el ceño fruncido.
.-De pequeña fue con su madre a un poblado cercano de visita. Apenas le dio tiempo a esconderse antes de que los B.A.T. llegaran y arrasaran con él. Al parecer ella, desde su escondite, vio cómo mataban a su madre cortándole el cuello. Nadie pudo gritar para pedir ayuda, ni siquiera ella, y de alguna forma quedó traumatizada por ello. Y eso, añadido a que nació con problemas para expresarse con palabras, algo relacionado con las cuerdas vocales, supongo, pues dejó de hablar. Ahora, como habrás podido oír en alguna ocasión, sólo puede emitir ciertos sonidos, pero ninguno modulado.
La mano de Keirk apretaba con fuerza la piedra filada que utilizaba para cortar la carne. Los malditos B.A.T. entraban nuevamente en escena, causando catástrofes, dolor y muerte.
.-Keirk, tranquilo –dijo Karil de pronto, levantándose del suelo y acercándose a él-. Te estás cortando con la piedra.
Fue entonces cuando Harry se dio cuenta del dolor que empezaba a sentir en la mano. De la fuerza que había utilizado al apretar la piedra, el filo de ésta se había incrustado en la carne y le había hecho un buen tajo en la palma de la mano.
Keirk se mordió el labio inferior, soltando la piedra y agarrándose la herida con la otra mano intentando taponarla para que no saliera más sangre.
Karil se giró rápidamente para ir a buscar alguna poción para cerrar la herida, pero no le dio tiempo a nada. Aka y Yanira llegaron de pronto, sobresaltando a Harry y a la chamana.
.-Karil, corre, mi hija se ha puesto de parto –informó el jefe del poblado con urgencia y algo de nerviosismo en sus gestos, aunque intentaba ocultarlo.
.-¿Ya? –se sorprendió Karil-. Es muy pronto.
Aka sólo se encogió de hombros, sin saber qué decirle.
La chamana negó con la cabeza con tristeza. Era demasiado pronto para que naciera ese niño; no tendría muchas posibilidades de sobrevivir.
Se movió con rapidez, preparó unas cuantas cosas dentro de su choza y salió de nuevo, con una bolsa al hombro.
.-Yanira –se giró hacia ella señalando con un rápido gesto a Keirk-, ocúpate de su herida, por favor. Se acaba de cortar con la piedra.
La chica se acercó apresurada a Harry, le cogió la mano con suavidad y le miró la herida.
No tardó nada en curarle el corte. Le untó una especie de crema, hizo brillar su rakish y le cerró la herida. Terminó poniéndole otra pomada sobre la fina cicatriz rojiza que le había quedado y vendándoselo con una fina tira de tela.
Y antes de soltarle la mano, posó sus labios sobre donde había estado el corte, dándole un pequeño y suave beso, sonriendo después cuando vio el rubor que encendió el atractivo rostro de Keirk.
Wey! Qué tal? Ya está aquí el nuevo cap, más pronto de lo normal (y de lo que yo había creído, para ser sincera n.n)
Bueno, qué, les gusto? Espero que sí, aunque ahora mismo estoy tan sumamente dormida que no sé ni lo que estoy poniendo S Pero bueno, vosotros decidís ;)
A Itzel Andromeda Riddle Black, Ginebra, anita1989, Kayl the angel of darkness, NorixBlack, HeiDi-Lu, EugeBlack, Sarhaliene, andre, juaniweb, AngelBlack, Paulinho, PaddyPau, ELIAS, Consuelo y Anaelisa:Muchísimas gracias! La cantidad de reviews que recibí en un solo capítulo! En serio, muchísimas gracias por haberos molestado en ponerme un comentario. Muchos besos a todos!
Venga, chicos, ya sabéis! Si queréis que actualice rapidito, mandadme ánimos! Ya sabéis que yo acepto de todo menos virus!
Y sí, Euge, Nora, ya por fin en el próximo cap sucede lo que tenéis tantas ganas de leer xD Pero algo de paciencia, por favor, que Roma no se construyó en una hora… xDDD
Besos a todos! Hasta el próximo capítulo!
Aykasha-peke
Miembro de muchas Órdenes
