2- Shadow regresa
Una cortina de polvo y humo envolvía densamente el lugar donde el rayo de luz había aterrizado. Sonic llegó en cosa de segundos, pero no lograba ver nada.
- ¿Hola? – le dijo al aire, solo para recibir por respuesta un peligroso silencio.
Sonic se colocó en pose defensiva, mirando hacia delante. No sabía qué o quién estaba tras la cortina de humo. Era mejor prevenir que lamentar.
Se hallaba concentrado, cuando una mano sobre su hombro lo estremeció, haciéndolo girar dispuesto a dar el golpe.
- ¡Espera! ¡Soy yo! – exclamó Tails.
- Menos mal – respondió Sonic retrocediendo su puño.
- ¿Quién está ahí? – preguntó Tails, refiriéndose a lo que estaba detrás de la cortina de humo, que ya comenzaba a desvanecerse.
- No te muevas – le dijo Sonic – voy a ver.
- ¡Espera! – lo retuvo su amigo – Debes ver esto antes.
- ¿Qué cosa? – preguntó Sonic.
Tails le respondió enseñandole lo que había encontrado entre los matorrales. Sonic observó detenidamente dorado y casi de inmediato, la expresión de su rostro cambió. Parecia molesto y preocupado.
- Esto le pertenece a Shadow… - dijo Sonic de manera indiferente. Luego reaccionó bruscamente - ¡Eso es imposible!
- Lo sé – dijo Tails.
El dialogo se interrumpió bruscamente cuando escucharon pasos acercarse. Tails y Sonic se colocaron en pose defensiva, pero luego, los pasos se desvanecieron.
- ¿Estoy loco o qué? – dijo Tails – Lo que escuché fueron pasos.
- Yo igual – respondió Sonic – pero eso no importa. Voy a ver que fue lo que "nos cayó del cielo".
Esta última frase fue pronunciada con evidente sarcasmo.
Sonic se aproximó al lugar donde el humo y el polvo ya habían desaparecido.
Había poca luz, la cual era proyectada por la luna y el lugar donde había caído el resplandor estaba lleno de matorrales espinozos.
Sonic se acercó despacio, intentando no pincharse con algún matorral.
- Con cuidado – le dijo Tails.
Sonic se acercó más y en ese segundo, supo quien había caído en Mobius, dejando ese resplandor y estrellándose bruscamente.
- ¡Maldición! – gritó por lo que había visto.
- ¿Qué pasa? – preguntó Tails acercándose. Pronto supo por qué Sonic había dicho eso.
Quién se encontraba en ese lugar, inconsciente, levemente herido y de bruces era… ¡Shadow!
- Pero si él… - Sonic no completó su frase.
- Si – Tails siguió su pensamiento – Yo también creí que no había sobrevivido.
- Es un suertudo – se burló Sonic.
- Shhh, podría oírte – murmuró Tails.
- ¿Y qué tiene? – prosiguió Sonic – Él no me asusta. Trató de matarme tantas veces que no me sorprende.
Tails lo miró con el ceño fruncido.
- Debemos ayudarlo – dijo luego de un silencio.
- ¿Qué? – preguntó Sonic sorprendido.
- Por más veces que nos haya atacado, también nos ayudó – respondió Tails – Además, las veces que nos atacó, no fue totalmente su culpa. Lo habían manipulado.
Sonic lo miró callado. Odiaba admitirlo, pero su amigo tenía razón. Y personalmente, Sonic también sentía que le debía bastante, pues en la ultima batalla contra los Metarex, aunque de un modo bastante extraño, Shadow había evitado que Sonic generara el Chaos Control que le pudo costar la vida (Sonic X capitulo 78). Había terminado siendo Shadow quien hizo el arriesgado movimiento y salvado a todos.
- ¿Sabes? – le dijo Sonic a Tails – A veces odio que tengas razón.
- ¿Cómo ahora? – interrogó Tails.
- Si – respondió el erizo azul.
- Bueno, ¿Qué hacemos? – prosiguió Tails.
- ¡No se le acerquen! – gritó una voz a sus espaldas.
Ambos amigos se voltearon rápidamente y algo desconfiados, para luego darse cuenta que quién les había gritado era Knuckles.
- Hola Knuckles – respondió Sonic.
- No hay tiempo para tonterías – ordenó Knuckles - ¡Aléjense de él! ¡Yo mismo lo regresaré al agujero de donde salió!
- Wow, Knuckles, tranquilo – se burló Sonic.
- ¡Deja de jugar Sonic! – exclamó el equidna enfadado.
- Perdón por ofenderlo jefe – dijo Sonic en tono de burla.
- Chicos, ya basta – intervino Tails.
El erizo y el equidna solo gruñeron con evidente molestia.
- Knuckles, no sé que quieres conseguir – prosiguió el zorrito de dos colas – pero no vamos a dejar a Shadow aquí.
- ¿Quieres ayudar a ese traidor? – chilló Knuckles indignado.
- ¡No es un traidor! – exclamó Tails enojado.
- En cierto sentido, es gracias a este "traidor" que salimos vivos – dijo Sonic con cierto desprecio.
- ¡Por eso mismo debemos acabar con él! – gritó Knuckles a la vez que daba un salto hacia delante y estiraba su puño, dispuesto a acabar con Shadow.
- ¡No, estúpido! – gritó Sonic interponiéndose en su camino, dando un pequeño salto y de una sola patada alejaba a su impaciente amigo, provocando que se estrellara contra el suelo áspero, ante la atónita mirada de Tails.
Knuckles se levantó dolorosamente del suelo, sobándose la cabeza. El golpe que había recibido, había sido en verdad muy fuerte.
- ¿Qué… pasa… contigo? – se indignó Knuckles al hablarle a Sonic.
- Te dije que no te arriesgaras – se burló Sonic, mientras permanecía de brazos cruzados.
La absurda discusión fue interrumpida por un gemido leve que los tres escucharon claramente.
- ¡Está reaccionando! – exclamó Tails acercándose a Shadow.
Evidentemente, Shadow comenzaba a mover su cabeza lentamente, lanzando uno que otro quejido. Levantó despacio la cabeza y abriendo apenas los ojos, solo pudo ver tres siluetas familiares. Al parecer, se había golpeado lo bastante fuerte como para ver totalmente borroso.
Solo pudo mantener la cabeza levantada unos segundos y lanzando un ultimo quejido, esta volvió a bajar, donde terminó en el suelo.
Los tres amigos que observaban al erizo negro, luego de ver esto, no sabían como reaccionar.
- Nunca lo había visto así – se extrañó Knuckles.
- Yo tampoco – respondió Sonic corroborando lo dicho por el equidna – Creí que nos atacaría o algo así.
- Está muy débil – explicó Tails – Rápido, saquémoslo de aquí y llevémoslo a donde pueda descansar y recuperarse.
Los otros dos asintieron con la cabeza y entre los tres levantaron a Shadow y lo llevaron lejos de esos lugares, bajo la luz de la luna.
Cuando recorrieron un trecho bastante largo, a lo lejos divisaron la casa de Cream y Vanilla. Las luces estaban encendidas y la ventana se encontraba abierta.
- ¡Pidámosle ayuda a ellas! – exclamó Tails.
- No creo que tengan tiempo para algo así – gruñó Knuckles.
- ¡Qué pesimista eres! – se burló Sonic – Me adelantaré.
Dicho esto, echó a correr hacia la casa. En segundos, ya estaba frente a la puerta. Tocó tres veces de manera impaciente. Quién le abrió la puerta era alguien que él no esperaba encontrarse.
- ¡Sonic! – exclamó al abrir la puerta. Obviamente, se trataba de Amy Rose.
- Uh… hola – saludó Sonic evidentemente sorprendido.
Antes de cualquier otra cosa, Amy se abalanzó sobre Sonic. Él solo reaccionó con cierta resistencia, como solía hacerlo con ella.
- ¡Oye, suéltame! – exclamó intentando en vano que ella lo dejará de abrazar.
- Amy ¿quién es? – se escuchó una vocecita desde adentro de la casa. Se trataba de Cream.
Amy dejó de abrazar a Sonic, giró la cabeza y se sonrojó levemente.
- Es Sonic – respondió Amy.
Sonic lanzó una mirada de leve molestia. Ella ignoró que esto pasaba y lo miró directamente.
- ¿Qué haces por acá? – preguntó la eriza - ¿Acaso viniste a verme?
- No sabía que estabas aquí – se explicó Sonic rápidamente – Vine a otra cosa.
Detrás de Amy aparecieron la dulce e inocente Cream y su gentil madre Vanilla. Esta última se veía levemente preocupada.
- Hola Sonic – saludó la conejita más pequeña.
- Me alegra verlas acá – respondió el erizo azul.
- ¿Qué haces por aquí? – le preguntó Vanilla.
- Necesito su ayuda – contestó Sonic – O más bien, alguien más la necesita.
- ¿Cómo? – preguntó Amy sin entender.
Antes de responder, Sonic observó a su izquierda, por el camino por el cual había llegado. Tails y Knuckles iban llegando, llevando consigo a Shadow.
- Ahí esta la respuesta, Amy – respondió Sonic apuntando hacía sus amigos.
Las tres mujeres dirigieron la mirada hacia donde el erizo apuntaba. Quedaron absortas de asombro ante lo que veían.
- ¿Ese no es Shadow? – preguntó Cream de manera directa, como todo niño pequeño lo haría.
- Así es – respondió Sonic fríamente.
- ¿Cómo es que terminó en Mobius? – preguntó Amy – Pensé que había desaparecido o que estaba muerto.
Amy se oía nerviosa y preocupada.
- Ninguno de nosotros lo sabe – contestó Sonic – Sólo se que vimos un resplandor en el cielo y luego él apareció.
- Después nos lo cuentas – intervino Vanilla – Ahora veo que necesita ayuda. Está herido.
Sonic asintió con la cabeza.
Entre todos llevaron a Shadow a la casa, donde Vanilla lo dejó acostado en una suave cama, mientras Amy y Cream se ocuparon de limpiar las magulladuras de su rostro.
- Se ve muy lastimado – murmuró Cream con tristeza.
- La verdad, no sé que decir – comentó Amy mientras continuaba con su trabajo – Aún estoy en shock por esto.
- ¿Por qué? – preguntó su pequeña amiga curiosa.
- No creí que estuviera vivo – explicó Amy – Lo que ocurrió hace dos meses… supuestamente el había muerto. Y solo había desaparecido.
- ¿Cómo lo hizo? – preguntó Cream – Digo… sobrevivir a todo eso.
- Eso no lo sé Cream – respondió la eriza – Espero que Shadow nos lo explique. Cuando despierte claro.
Luego de unos minutos, cuando los rasguños de la cara del erizo ya estaban listas, ambas chicas salieron de la habitación, dejando la puerta cerrada.
En el interior de la habitación oscura, iluminada escasamente por la luz de la luna, Shadow permanecía aún inconsciente y su llegada seguía siendo un misterio.
Bueno, ahí va el segundo capitulo. Si quieren que continúe con esta historia, dejen sus comentarios, de lo contrario no seguiré xD.
Saludos.
