Hola mis lectores. Hasta que POR FIN logré actualizar este fic. Lamento haberlos hecho esperar tanto, pero ahora que estoy de vacaciones... podré actualizar un poco más. Espero que este capitulo les guste.
12- Una muestra de afecto
- ¡Maldita sea! – exclamó Knuckles - ¡Esas cosas de nuevo!
- ¿Pero qué son? – preguntó Rouge con cierto temor reflejado en su voz.
- ¡No cambies el tema! – gritó el equidna sin soltarla - ¡Dame las esmeraldas!
- ¡Olvídalo! – respondió Rouge.
El forcejeo entre ellos continuó unos segundos, hasta que Knuckles logró halarla con tanta fuerza que ella dejó caer las esmeraldas al vacío.
- ¡Me hiciste perder mis nuevas joyas! – se quejó Rouge.
- Fue un placer – respondió Knuckles, al mismo tiempo que la soltaba con desprecio y se lanzaba al vacío detrás de las esmeraldas.
- ¿Qué está haciendo? – preguntó Calipso tan asustada como sorprendida por aquella extraña pelea y por el hecho de ver a aquel equidna lanzarse sin titubear al vacío para atrapar las gemas.
- Descuida, ayudaremos a este fanfarrón – respondió Sonic guiñándole un ojo.
El Tornado X redujo su velocidad para acercarse con más precisión a Knuckles, el cual aun cayendo, logró alcanzar cuatro esmeraldas, pero las otras tres acabaron perdidas en el bosque.
- ¡Oye, estúpido! – le gritó Sonic - ¿Necesitas equipo de rescate?
El Tornado X pasó cerca del equidna, logrando que este cayera sobre una de las alas, con cuatro brillantes gemas en sus manos.
- Faltan tres – reclamó molesto.
- Al menos no las perdiste todas – se burló Sonic.
El equidna le lanzó una mirada fulminante al erizo, el cuál no se inmutó.
- ¡Debemos alcanzar a esos monstruos! – dijo Amy con voz enojada - ¡Se las verán con nosotros por venir hasta aquí!
- Andando – dijo Tails – Gracias a las esmeraldas lograremos ir más rápido y mejorar nuestros ataques.
Asomando levemente la cabeza, Tails soltó el volante y estiró su mano hacia Knuckles para que le entregara las esmeraldas.
- ¡Ten! – le dijo Knuckles – Es hora de acabar con esas cosas.
Tails las recibió y regresando a su puesto, oprimió un botón color rojo que había al lado del volante. Debajo del radar, apareció una pequeña bandeja con siete orificios. Colocó allí las esmeraldas que tenía y cerró la bandeja.
- ¡Prepárense! – dijo Tails con aquel entusiasmo que todos amaban - ¡Ahora estamos listos!
Calipso observó aquel espacio donde la bandeja se había introducido, viendo como un fuerte resplandor que cegó por unos momentos a todos, comenzaba a brotar.
El Tornado X nuevamente se transformó. Esta vez, sus alas aumentaron notoriamente su tamaño, siendo el doble de grandes y gruesas que antes. Sus motores se fortalecieron volviéndose más resistentes en caso de que les dispararan o golpearan. Debajo de las alas, un gran número de misiles se instaló y en la nariz del avión, surgieron dos pequeñas pistolas láser. Un solo disparo podía aniquilar fácilmente a cualquiera.
- ¡Vámonos! – gritó Knuckles una vez terminada la transformación de aquel avión.
La aeronave y sus ocupantes se dirigieron hacia aquellas criaturas truculentas, con el único objetivo de destruirlas.
Bajo el azote del viento salvaje, el cielo cubierto de mantas color sangre y aquellos monstruos amenazando la estabilidad y paz del planeta, Sonic y su equipo de batalla se disponían a luchar una vez más por la vida y salvar a su planeta.
- ¡Vamos Tails! – exclamó Sonic - ¡Intenta acercarte a esas cosas!
Tails asintió con la cabeza y aumentando la velocidad, se aproximó hacia las criaturas, las cuales parecían huir de ellos, aunque no era así.
Sonic se puso de pie y desde el ala del avión donde se encontraba, realizó un Spin Dash, arrojándose contra una de las bestias.
Pese a lo enorme que era aquella criatura, Sonic logró herirla y una vez que acabó su movimiento, aterrizó en la cabeza de la serpiente con aspecto monstruoso, con la intención de llamar su atención.
- ¡Oye cara de lagartija! ¡A ver que tan rápido eres! – le gritó Sonic con burla.
La criatura reaccionó de forma enfurecida y despiadada. Lanzando un ensordecedor grito, agitó violentamente su cabeza, arrojando a Sonic al aire. El erizo reaccionó rápidamente y luego de dar un giro en el aire, se lanzó hacia abajo, cayendo sobre la espalda del monstruo. Observó al Tornado X acercarse hacia donde él se encontraba.
- ¡Tails! – gritó el erizo - ¡Dispárales ahora!
Tails no lograba escucharlo muy bien debido a lo lejos que se encontraba, pero sabía lo que tenía que hacer.
Oprimió un botón que se hallaba cerca del radar, provocando que tres misiles fueran disparados desde la nave, directamente hacia la criatura.
Sonic comenzó a correr sobre la piel escamosa de la larga espalda de aquel monstruo y cuando estaba a punto de llegar a la cola, o mejor dicho cadena enganchada a la carne de aquel engendro, saltó sin inconvenientes, cayendo al vacío. Al mismo tiempo, los misiles se estrellaban sobre aquel ser deforme y oscuro, causándole que lanzara un grito de dolor, antes de que una fuerte explosión causada por los misiles arrojados contra el cuerpo serpenteante y escamoso de aquel ser, se viera y escuchara, causando una enorme esfera de humo y fuego en el aire.
Sonic aterrizó sobre una de las alas del Tornado X, cuando este estuvo lo bastante cerca y desde allí, observó aquel desagradable espectáculo.
- Uno menos – musitó algo aliviado.
Calipso había observado todo lo ocurrido en profundo silencio. Por alguna razón, sentía que aquellas criaturas estaban buscando algo… o a alguien. Algo poderoso. Algo que Marina necesitaba. De solo pensar eso y recordar aquel nombre sentía escalofríos.
- ¿Estás bien? – preguntó Amy, sacándola de sus pensamientos.
- ¿Eh? Ah si, eso creo – respondió torpemente bajando la mirada.
- ¡Aun falta una criatura por destruir! – dijo Tails con voz preocupada - Será mejor que aterricemos y…
- ¡Tails, cuidado! – gritó Calipso al ver el peligro que se acercaba.
Tails giró la cabeza hacia la derecha para soltar un grito de terror. La otra criatura, visiblemente disgustada y enfadada, lanzaba un grito horripilante para luego arrojar por su boca de lagarto, una enorme esfera color rojo en dirección hacia el Tornado X. Tails realizó una rápida maniobra y desvió el curso de la nave y esquivando aquella esfera, cuyo aterrizaje fue el bosque, causando un gran estruendo seguido de un incendio de aspecto voraz.
- Eso estuvo cerca – dijo Sonic desde afuera y exhalando un largo suspiro.
- ¡Esas cosas son peores de lo que me imaginaba! – gritó Knuckles desde la otra ala del avión transformado.
- ¡¿Dónde está?! – se sorprendió Sonic - ¡Estaba aquí hace unos segundos!
Efectivamente, la otra criatura que había logrado atacarlos, aunque por suerte sin éxito, se había desvanecido. Igual que la primera vez.
- Intentaré ubicarla – dijo Tails – No debe haber ido lejos.
El zorrito de dos colas, volvió a aumentar la velocidad y se dirigió hacia arriba, en un intento de ubicar a aquel monstruo desde mayores alturas, de este modo, simplificaría su trabajo de búsqueda.
Cuando llegaron a un punto lo bastante alto como para que el bosque se viera tan pequeño como un jardín de hormigas, redujo la velocidad y comenzó a buscar a aquel enemigo mortal.
- Mantengan los ojos abiertos – dijo Knuckles – Puede aparecer en cualquier parte y en cualquier momento.
- Tengo miedo – murmuró Cream. Calipso escuchó aquella cálida e indefensa vocecita y con delicadeza tomó a Cream y la sentó en su regazo para abrazarla tiernamente.
- Tranquila – murmuró la joven – Estaremos bien.
Pese a lo peligrosa que era la situación, las palabras de Calipso lograron reconfortar a Cream, quien se acurrucó en los brazos de la joven y cerró los ojos. Amy las observó por un momento y sonrió dulcemente ante aquella escena.
Con excepción de la conejita, todos buscaban, algo nerviosos, algún rastro de esa criatura, pero no se veía nada de nada. Además, la escasez de luz provocada por el truculento cielo, complicaba más la búsqueda.
- Es inútil – murmuró Amy – No logro encontrarla.
- Tranquila Amy – la animó Tails, aunque él tampoco sentía mucha tranquilidad – Pronto la hallaremos.
Un estruendo parecido a una estructura de metal cuando recibe un golpe tras otro, se escuchó a lo lejos y aquel sonido perturbador llegó a los oídos de Sonic. Dirigió su mirada hacia abajo para observar el espectáculo más extraño de todos.
- ¡Allí! – gritó apuntando hacia donde estaba mirando - ¡La encontré!
Todas las miradas se dirigieron hacia donde apuntaba Sonic. Lo que vieron no podía tener explicación: la criatura había enganchado la cadena oxidada que llevaba por cola a… ¡La base de Eggman! La intentaba arrancar con toda su fuerza, hasta que esta se desprendió del suelo.
- ¡Esto no tiene sentido! – se asombró Knuckles, mientras la criatura comenzaba a elevarse hacia arriba, con la base aun enganchada a su cola de cadena.
- Creo… que yo si lo entiendo – musitó Calipso.
- ¿Qué dices? – preguntó Amy.
- Esa base… ¿A quién le pertenece? – preguntó Calipso.
- Es la base central del Doctor Eggman, el villano más peligroso de nuestro mundo – contestó Amy.
- Siempre intenta conquistar nuestro planeta y termina fracasando – agregó Tails – pero es muy persistente. Lo vuelve a intentar una y otra vez. Y sus planes a veces pueden ser realmente peligrosos.
- Creo que ya sé porqué esa criatura está arrancando la base de su enemigo – dijo Calipso.
- ¿Estás segura? – preguntó Cream con curiosidad.
- No – respondió la rebelde – pero tengo mis teorías.
- ¿Cuáles son? – intervino Tails con interés notable.
- Marina tal vez envió a esas criaturas a buscar ayuda de otros seres iguales a ella – dijo Calipso – Quizás, sus fuerzas se agotan y necesita más. O tal vez… es una forma de prevenir.
- ¿Prevenir? – repitió Cream confundida.
- Marina es ambiciosa y egoísta ante todo – explicó la joven – Y lo que menos quiere es que alguien le arrebate el poder. Es probable que planee eliminar o utilizar a otros seres oscuros o villanos del universo, si resulta ser una amenaza para sus planes de conquista.
Los demás la miraron con expresión de sorpresa. Si Marina era capaz de hacer eso con quienes poseían una mente tan malévola como ella, era mejor no imaginarse de que era capaz de hacer con sus enemigos y Calipso era uno de ellos.
- No estoy segura si es así – finalizó ella – pero cualquier cosa que sea, ella está detrás de todo. No es de casualidad que ese monstruo está aquí.
Otro rugido casi demoníaco los alertó de que algo estaba pasando. Dirigieron la mirada hacia donde estaba la criatura, para ver como esta irradiaba un brillo de color violeta hacia la base, a través de sus ojos, para luego extraer de ahí, lo que parecía una persona.
- ¡Miren, lo atrapó! – gritó Tails - ¡Esa cosa tiene a Eggman!
- ¡Qué alguien me explique qué demonios está pasando! – gritó Sonic, mientras golpeaba el vidrio de la cubierta alertando a los demás.
Calipso se acercó para que lograra escucharla, pese a la pared de transparente vidrio. Tenía que explicarle lo que tal vez ocurría, pues su anterior explicación no había llegado a los oídos de él.
- ¡Es un plan de Marina! – gritó - ¡Ella está detrás de este ataque!
- ¿Y qué demonios ganará secuestrando al idiota de Eggman? – preguntó el erizo azul alterado - ¿Nos quiere hacer un favor o qué?
- No estoy segura, pero no será nada bueno – respondió Calipso.
Sonic comprendió que, aunque el escenario era confuso, si se analizaba tenía lógica en cierto sentido. Si Marina se llevaba consigo otra fuerza del mal, podía obtener mucho a su favor.
Todos vieron como la criatura enrollaba con su cola de cadena la base que había arrancado y con el rayo de sus ojos se llevaba al enemigo más peligroso de Mobius.
- ¡Hay que detenerlo! – gritó Knuckles.
El Tornado X aumentó su velocidad y se dirigió rápidamente hacia aquella bestia con el objetivo de destruirla. Era todo lo que importaba.
La nave se acercaba cada vez más. Esta vez, dispararían cerca de la cara de la bestia para despistarla y luego arrojarle los misiles para matarla de una vez y acabar con esa pesadilla.
Cuando el Tornado X estuvo a unos pocos metros de la cabeza del monstruo, disparó con los pequeños cañones láser una y otra vez, hasta que la bestia arrojó un grito de molestia, pero no soltó la base enganchada a su cola.
- ¡Bien! – dijo Tails - ¡Ahora podemos atacarla!
- ¡Tails! – gritó Sonic desde afuera.
El zorrito vio como la criatura viraba la cara, para verlos a ellos, rugir una vez más y arrojarles otra gran esfera de color rojo. Por suerte, Tails reaccionó a tiempo y desvió el curso de la nave para así esquivar el ataque, dar media vuelta y acelerar con la intención de salir de allí.
- ¿Qué haces? – gritó Knuckles - ¡Debemos destruirlo!
- ¡No ahora! – contestó Tails alzando la voz – Debemos conseguir que nos pierda de vista para poder atacarlo otra vez. Regresaremos y nos ocultaremos en el bosque.
Pese a que no era una estrategia muy confiable, no tenían otra mejor idea. Tails dirigió el avión hacia el bosque. El monstruo seguía rugiendo conforme se alejaban de él.
- ¿Creen que ya no nos ve? – preguntó Amy cuando ya se habían alejado bastante.
- No lo creo ¡Miren! – exclamó Calipso.
Tails giró la cabeza hacia atrás para entender a que se refería Calipso, quien también tenía la mirada clavada hacia la parte trasera del exterior de la nave. No pudo evitar soltar un grito de miedo al ver que la bestia seguía en su mismo lugar… y desde allí seguía arrojando aquellas mortales esferas rojas.
- ¡Knuckles, Sonic! ¡Sujétense! – gritó Tails.
Ambos mencionados comprendieron lo que el zorrito quería hacer y con un gesto afirmativo hecho con la cabeza, se sujetaron de las alas del avión con todas sus fuerzas. Ahora la situación sería mucho más peligrosa.
Tails comenzó a maniobrar como todo un experto su avión, esquivando una por una las esferas rojas, a la vez que intentaba reducir la velocidad para aterrizar en el bosque sin estrellarse.
- Hora de aterrizar – avisó con cierto nerviosismo.
Los demás se sujetaron con fuerza de sus asientos y solo pudieron observar como Tails aterrizaba de forma algo compleja el Tornado X en medio de un sector lleno de frondosos árboles, eso les ayudaría a ocultarse. Luego de aterrizar de manera algo brusca, un silencio incómodo los rodeó de inmediato. Una sensación de que un ataque inesperado ocurriría en cualquier segundo, los invadía a todos.
- ¿Están todos bien? – preguntó Tails rompiendo el silencio.
- Creo que si – respondió Calipso por todos.
- Buen aterrizaje – respondió Sonic desde afuera, recibiendo una sonrisa disimulada de su amigo.
- ¿Ahora qué? – se quejó Knuckles.
- Debemos pensar en un plan – sugirió Amy.
Un desagradable sonido que les resultaba ya muy familiar se escuchó desde los oscuros cielos. El sonido iba acompañado de otra esfera roja que Sonic logró divisar a lo lejos.
- Pues yo tengo uno – dijo Sonic a los demás - ¡Salgamos de aquí!
Los demás no necesitaron más explicación, pues todos habían visto la enorme esfera dirigirse hacia ellos. Salieron rápidamente del avión. Calipso tomó en brazos a Cream, Sonic cogió de la mano a Amy, Tails utilizó sus colas para elevarse en el aire y Knuckles solo lanzó gruñidos de rabia ante todo lo que estaba pasando. Todo el grupo echó a correr, alejándose del Tornado X y adentrándose en la profundidad del bosque bañado en sombras. Calipso, aun llevando en brazos a Cream vio que Tails iba volando sobre su cabeza.
- ¡Tails, tu avión se destruirá! – le dijo desde abajo.
- Ustedes son más importantes que cualquier otra cosa – respondió Tails con un dejo de tristeza en su voz y su mirada - ¡No voy a perder otro amigo!
"¿Otro amigo?" se extrañó Calipso. Ella no conocía mucho a Tails ni a nadie de ese planeta. Solo con Amy y Cream había conversado un poco más sobre temas personales, pero no así con los otros. Esas palabras que Tails había dicho, le hicieron comprender que algo relacionado con la pérdida de un ser querido estaba afectándolo.
- ¿Acaso tú…? – le preguntó de forma incompleta, causando que Tails se acercara más para escuchar la interrogante. Pero al hacerlo, ella sintió una fuerte punzada en el pecho, como si le hubiesen clavado una daga en el corazón. No tuvo que pensar mucho para darse cuenta que estaba percibiendo y sintiendo el dolor de Tails. Esto provocó que dejara de correr y caer de rodillas, aun con Cream en sus brazos.
- ¿Estás bien? – preguntó Tails aterrizando a su lado. Nunca la había visto en ese estado, durante el breve tiempo que llevaba de conocerla.
- ¿Te duele algo? – preguntó Cream separándose de los brazos de Calipso y poniéndose de pie al lado de ella.
- Tails… algo… te… está doliendo – musitó la joven con la voz entrecortada.
- ¿Qué? – se extrañó el zorrito.
- Llévate a Cream – pidió Calipso – Llévatela. Los estoy retrasando.
- ¡No! – dijo él con actitud rotunda - ¡No te voy a dejar aquí!
- Estaré bien. Por favor llévate a Cream – insistió – Confía en mí.
Tails la miró con tristeza. Algo le estaba ocurriendo, algo malo y ella prefería arriesgar su vida por la de ellos.
- Lo haré – contestó con un nudo en la garganta.
- ¡Tails! ¡No! – fueron las únicas palabras de Cream cuando él la tomó en brazos, volviendo a utilizar sus colas para elevarse junto a ella, alejándose de Calipso. Cream le dirigió una mirada bañada en lágrimas antes de aferrarse con fuerza a Tails, quien luchaba por no llorar.
Calipso los vio alejarse, sintiendo como el dolor en su pecho se apagaba lentamente hasta desvanecerse. Suspiró aliviada. Pero a sus espaldas, escuchó el ruido de una fuerte explosión. Volteó la cabeza hacia atrás, para ver con horror que la esfera ya se había estrellado contra el Tornado X, provocando que una ola de fuego se esparciera para convertir aquella zona del bosque en cenizas en tan solo segundos. La rebelde vio con miedo como aquella ola de fuego mortífera comenzaba a acercarse cada vez a mayor velocidad. Dominada por el pánico, empezó a correr. El bosque ahora le parecía una cueva eterna o un laberinto sin salida y su cuerpo se sentía débil. Sentir el dolor ajeno también la agotaba físicamente. Se desplomó en el suelo y con lágrimas en los ojos, vio como el fuego corría furioso y despiadado por el bosque para hacerla perecer. Este era el final. Jamás volvería a casa o vería otra vez a su hermana ni a todos aquellos seres tan gentiles que había conocido en Mobius. Sonic, Amy, Cream, Tails, incluso Knuckles con su mal carácter. Ellos al menos estaban a salvo, pues habían sido más rápidos y tal vez habían encontrado un sitio donde refugiarse. Ella no había tenido oportunidad. Nunca la tuvo.
- Gracias… - dijo mientras se volteaba para quedar de espaldas y así, fuera el cielo lo último que vieran sus ojos antes de cerrarse para siempre.
Una corriente de aire cálido azotó su cara sin lastimarla, haciéndola juntar sus manos y cerrar con fuerza los ojos. Estaba lista para recibir a la muerte.
Pero ocurrió algo prodigioso e inesperado. En vez de morir, sintió que alguien la levantaba del suelo para cargarla en sus brazos y salir de allí a una velocidad increíble.
Lo primero que pudo hacer al reaccionar tras el extraño acontecimiento, fue aferrarse a quien la sostenía. No abrió los ojos de inmediato.
Supuso quien era, cuando sintió el viento en su rostro y su cabello como si fuera a una incalculable velocidad. Solo existía un ser que podía correr así de rápido.
Abrió los ojos, creyendo que se encontraría con los ojos color verde esmeralda de aquel erizo que prometió ayudarla. Pero su sorpresa llegó en ese momento. Aquel ser que la llevaba en brazos, alejándola del incendio voraz y salvándole la vida, era el mismo erizo que con aquellos ojos carmín le había sido indiferente la primera vez.
- Shadow… - musitó ella antes de volver a cerrar los ojos y esperar a que el peligro se alejara de ambos.
Y... fin del capitulo 12 ¿Qué les pareció?
Bueno, además de mi regreso a mis escritos, debo avisarles que este fic... está lejos de terminar. He logrado avanzar bastante escribiendo a mano, así que ya les tengo varias sorpresas. Pero tendrán que esperar xD. Los espero en un próximo capitulo. Saludos!
