Hola de nuevo mis amados lectores. Uuuufff! Cuantos meses sin actualizar esta historia. En verdad, me disculpo con aquellos que se han interesado en este fic. El tiempo no estaba a mi favor xD. Espero que puedan disfrutar de este capitulo.


13- El corazón que hay en ti

Le tomó unos segundos alejarse del bosque en llamas, para dirigirse a las montañas con ella en sus brazos y solo se detuvo al verse fuera de peligro. Calipso no lo había soltado y por alguna razón, le aterraba hacerlo. El haber estado tan cerca de la muerte había sido algo que jamás olvidaría. Ni siquiera cuando luchaba junto a los rebeldes había estado tan cerca de morir, pues su hermana mayor había sido la responsable de protegerla de todo peligro mortal.

Abrió lentamente los ojos, para encontrarse con el cielo y las nubes apagadas aun de color sangre corriendo a favor del viento que ya había calmado su ira. Desvió la mirada hacia el suelo, para comprobar que se encontraba en un lugar extremadamente alto y que ahora, aquel bosque envuelto en llamas furiosas solo se veía desde lejos. Giró la cabeza hacia el otro lado, para encontrarse con la fría mirada de Shadow. Entonces tomó conciencia de que aún seguía aferrada a él, mientras este la sostenía con indiferencia en sus brazos. Lo soltó y se apartó rápidamente de él, poniéndose de pie.

- ¡Lo siento! – se escapó de sus labios.

- Descuida – respondió el erizo cruzándose de brazos mientras miraba fijo hacia delante, fingiendo ignorarla.

Ninguno de los dos dijo una palabra y en el ambiente se percibía una fuerte tensión. Calipso se sentó en sus rodillas para quedar a la altura de Shadow. Intentó decir algo, pero sus labios se sellaron.

- ¿Qué? – se exaltó Shadow al sentir la mirada de ella sobre su persona.

- ¿Por qué… lo hiciste? – musitó ella.

- ¿Cómo dices? – se extrañó Shadow.

- Tú… me salvaste – balbuceó la joven.

- Solo te vi por casualidad en el suelo – se excusó él – Solo te saqué de ahí y ya.

- No – contradijo Calipso – No te creo. Debes tener otros motivos.

Shadow le lanzó una mirada fulminante, asustándola y dándole a entender que era mejor no preguntarle de momento. Desvió la mirada y sus ojos cafés volvieron a mirar el cielo, el cuál iba cambiando a un color azul oscuro, las nubes se desvanecían dejando ver las estrellas y la luna. La calma se estableció nuevamente para Mobius… momentáneamente.

Shadow la miró disimuladamente de reojo mientras ella admiraba el cielo con una sonrisa inocente y triste. Nuevamente, Shadow vio una imagen borrosa que se cruzó por su mente. Era la misma chica de cabello rubio y ojos color cielo. Otra vez le sonreía.

- Shadow… - decía con una voz angelical – No olvides tu promesa…

Lanzó un grito al cortarse la imagen como si se apagara la pantalla de una computadora de un solo golpe. Se llevó las manos a la cabeza, cayendo al suelo de rodillas, nuevamente invadido por aquellos insoportables mareos.

- ¡Shadow! – exclamó Calipso acercándose con cuidado. Aun no confiaba en él. No por el momento.

- ¡Estoy bien! – le gritó el erizo - ¡Solo déjame!

- ¡No! – le contestó ella poniendo sus manos sobre sus hombros.

El ardor que sintió cuando lo conoció se manifestó nuevamente en su pecho, pero esta vez quería ser fuerte. Lucharía contra ese dolor que no le pertenecía.

- Te está doliendo – gritó ella - ¡Puedo sentirlo!

- ¡Aléjate! – respondió él retirando sus manos de su cabeza y tomándole las muñecas a Calipso - ¡No sabes lo que dices!

- Quiero… ayudarte… - dijo ella con voz cansada, para después soltar a Shadow y desplomarse inconsciente, frente al individuo.

Shadow dio un paso hacia atrás, con los ojos muy abiertos. No entendía que le había pasado a aquella joven. Se acercó a esta, corriendo un mechón de cabello de aquel rostro para ver en el mismo, una expresión de sufrimiento.

No entendía a que se refería ella. Por qué había dicho todas esas cosas. O por qué se había desmayado. Sin duda, era una joven muy extraña.

Sintió como el dolor de cabeza y los mareos se iban aplacando hasta desvanecerse por completo. Soltó un suspiro de fastidio.

- Será mejor que te lleve con los otros – le dijo a la joven inerte – No quiero más problemas con ese faker.

Se disponía a levantarla del suelo, cuando una voz detrás de él lo obligó a voltearse rápidamente.

- ¡Vaya! Que muchacho tan travieso – rió la voz femenina. Otra vez se trataba de Rouge.

- ¿No te dije que te alejaras de mi? – amenazó Shadow con voz prepotente.

- No sabía que aun tuvieras interés en una chica – se burló Rouge.

- ¡No seas estúpida! – contestó Shadow con desprecio – Solo la encontré y ya.

- No tienes que ser grosero – alegó la murciélago – Solo fue un comentario.

- La llevaré con los otros – sentenció el erizo – Te recomiendo que no me sigas.

- Tal vez… con esto te vaya mejor – dijo ella, para luego lanzarle con desdén una esmeralda caos de resplandeciente color amarillo.

- ¿De dónde la sacaste? – le preguntó Shadow mientras recibía aquella joya en sus manos.

- Eso no es de importancia – contestó ella – Recuerda que soy una profesional, cariño.

Luego de estas coquetas palabras, la murciélago se elevó delicadamente, alejándose de allí. Shadow la vio alejarse y al desaparecer, desvió la mirada hacia la brillante esmeralda que portaba ahora consigo.

"Algo está tramando" pensó con algo de inquietud. Rouge jamás ofrecía sus servicios sin una recompensa a cambio. Enfocó su atención hacia la joven aun desmayada, se acercó de manera cuidadosa hacia ella y la levantó del suelo. Con un brazo sostuvo a la joven y con su otra mano libre levantó la esmeralda caos.

- ¡Control Caos! – gritó. La esmeralda emitió un brillante resplandor que envolvió a Shadow y Calipso, haciéndolos desaparecer de allí. Ambos reaparecieron entre unos frondosos materiales. Calipso aun estaba inconsciente. Shadow buscó con la mirada y no tardó en encontrar lo que buscaba. A unos metros más adelante, cerca de un acantilado estaban Sonic y los demás.

Nuevamente tomó a Calipso en sus brazos y la llevó a paso lento hacia el grupo que parecía discutir de forma acalorada. No pudo evitar escuchar algunas palabras.

- ¡¿Cómo pudiste?! – le gritaba Amy a Tails - ¡¿Por qué la dejaste sola?!

- ¡Perdónenme! – contestó Tails temblando de pies a cabeza - ¡Nunca creí que esto pasaría!

- Estoy segura que ella está bien – dijo Cream intentando calmar la situación ensombrecida por las dudas y el miedo.

- ¡Sonic y yo la buscamos por cada sector de ese bosque en llamas! – cortó Knuckles opacando el optimismo de Cream - ¡Pero acéptenlo! Las llamas la mataron.

- ¡Volveré a buscar! – dijo Sonic, negándose a la idea de que Calipso estuviese muerta.

- ¿Qué? – soltó Amy, mientras el miedo se posaba en sus ojos.

- Aunque tarde meses, la voy a encontrar – prosiguió el erizo azul – Nunca debí dejarla atrás. Esto es mi culpa.

- No Sonic – le contradijo Tails – No tenías como saber lo que podría pasar…

- ¡Cállate! – exigió Amy fuera de si – Tú sabes que debiste haberla ayudado ¡Aunque te lo hubiera negado mil veces, debiste sacarla de allí!

Tails bajó la mirada y sus ojos se cubrieron de gotas cristalinas.

- ¿En qué estabas pensando idiota? – la voz de la eriza estaba llena de odio - ¡Tal vez ahora esté muerta! ¡Eres un egoísta…!

- ¡Basta! – le gritó Sonic a Amy evidentemente enojado y hartado de su actitud infantil y descontrolada hacia su hermanito - ¡Deja de tratarlo mal! Él no quiso ser malo. Cometió un error. Eso es todo. ¡Así que deja de restregárselo en la cara! ¡No tienes derecho!

Amy miró fijamente al erizo azul y su profundo rencor y rabia comenzó a derretirse para cederle el paso a la culpa y las lágrimas. Ahora Sonic debía odiarla por gritarle a Tails. La culpa aterrizó sobre ella como si una roca la hubiese aplastado. Bajó la cabeza y se negó a responder.

- Volveré a buscarla – insistió Sonic – Juro que la encontraré

- Ya me adelanté, faker – interrumpió una voz fría que dejó a todos desconcertados. Las miradas se enfocaron hacia atrás para encontrarse con la presencia de Shadow. Pero hubo algo más que los dejó aun más asombrados que antes. En los brazos del erizo negro, se encontraba la joven Calipso, sin un rasguño y al parecer inconsciente.

- Está viva… - musitó Tails aliviado, mientras la culpa de haberla abandonado en el bosque se caía de sus hombros.

- ¡Calipso! – gritó Amy.

Sonic no dijo nada. Se acercó a Shadow y dirigió su mirada tranquila a la joven desmayada.

- Gracias… - le dijo a su rival, mirándolo fijo.

- No me agradezcas – respondió este con voz endurecida – Solo asegúrate de que no haga estupideces como tú.

Sonic sonrió levemente. Shadow le entregó a Calipso y el erizo azul la recibió con delicadeza, sosteniéndola en sus brazos. Nadie dijo una palabra al respecto.

- ¿Por qué la salvaste? – le preguntó directamente Sonic a su némesis. En su voz se distinguía cierta desconfianza al respecto.

- ¿Eso te importa, faker? – contestó Shadow.

- No – contestó Sonic con burla – Solo no entiendo como el erizo menos empático del universo, salvó a una chica desconocida.

- ¡No la salvé! – gritó Shadow – Solo la encontré en el bosque y ya.

- Si claro, lo que digas – se burló Sonic con sarcasmo – Al menos nos ahorraste el trabajo.

- Espero no verte de nuevo – contestó Shadow y dándole la espalda a su adversario, volvió a adentrarse en el bosque.

- ¡Shadow espera! – le gritó Tails, desconcertando a sus amigos.

- ¿Qué haces? – le cuestionó Knuckles.

- Es algo personal – respondió Tails algo desanimado, para luego elevarse en el cielo gracias a sus colas y salir detrás del erizo negro.

Shadow no volteó la mirada en ningún momento. Continuo sin un rumbo fijo reduciendo la velocidad, la prisa no lo acechaba. Su camino se vio interrumpido repentinamente por la presencia de un zorrito de dos colas que aterrizó frente a él.

- ¿Qué quieres ahora? – preguntó Shadow con enfado.

- Esto te pertenece – contestó Tails con voz indiferente e inexpresiva, mientras extendía su mano derecha hacia delante. En ella, estaban las argollas de Shadow. Este ultimo se sintió asombrado, pero ocultó su emoción bajo un antifaz de frialdad.

- Pudiste ahorrarte la molestia – contestó.

- Tómalo como agradecimiento – dijo Tails – Por salvar a nuestra amiga.

Le arrojó las argollas, cayendo estas a los pies del erizo. Luego, el zorrito redirigió su camino hacia el lado contrario de Shadow y sin decir más, se fue de allí con una expresión seria en el rostro. Shadow lo ignoró por completo, recogió lo que le pertenecía y se las colocó en sus muñecas.

- Vaya. Parece que te fue mal con ella – dijo una voz femenina a sus espaldas. La dueña de aquella voz ya comenzaba a volverse un fastidio.

- Parece que te gusta hacerme enojar – le contestó sin voltear a verla.

- Vine a cobrar mis servicios – ordenó Rouge con voz seductora.

- Supuse que lo harías – contestó Shadow – Pero no estoy de humor. Olvida que te pagaré por una esmeralda caos.

- Eres un malagradecido – contestó Rouge bastante molesta, pero no sorprendida.

- Llámame como quieras – contestó el erizo, mientras retomaba su marcha y se alejaba de allí.

- Me debes una – murmuró ella al aire. Alzó las alas y emprendió el vuelo.

Sobrevoló el bosque y desde allí, pudo observar a Sonic y a sus camaradas. Decidió ignorarlos, hasta que distinguió a alguien que el erizo azul sostenía en sus brazos. Una joven. ¡La misma que Shadow tenía a su lado cuando lo encontró!

- ¿A qué estás jugando Shadow? – murmuró con una sonrisa maliciosa. Se acercó con disimulo para escuchar lo que aquel grupo platicaba. Si es que así se le podía llamar.

- ¿Qué ocurre con este sujeto? – preguntó Knuckles con voz agitada - ¡Está completamente loco!

- Primero nos ayuda… de seguro nos traicionará si nos fiamos de él – aseguró Amy.

- No sin un aliado – aseguró Sonic – Y sin Eggman, dudo mucho que nos lleve ventaja.

- Pero no hay nada que explique por qué la salvó – intervino Tails refiriéndose a Calipso.

- ¡Olvídense de ese sujeto! – exigió Sonic ya bastante exaltado – Ahora debemos dejar que Calipso descanse y nosotros idear un plan para ayudarla.

- Será difícil sin las esmeraldas – objetó Cream – Se perdieron en el incendio.

- No lo creo – contestó Tails, para luego enseñar sus manos que había mantenido detrás de su espalda, las cuales ahora estaban ocupadas por cuatro relucientes esmeraldas. Las había escondido en sus colas.

- ¡Lograste rescatarlas cuando huimos! – se asombró Sonic - ¡Buen trabajo amigo!

Tails sonrió levemente, mientras el brillo de aquellas joyas cautivaba a todos, incluyendo a una experta ladrona, quien vio aquella situación como una tentadora oportunidad de negociación. Solo necesitaba… una victima.


Y bien… este fue el 13º capitulo de esta historia. Me alegro de por fin estar de regreso. Y al parecer, las cosas se ven algo tensas para nuestros personajes, especialmente para Shadow ¿Qué es lo que lo motivó a salvar a Calipso?

Por otra parte, Rouge ve esta desgracia como una oportunidad de sacar un buen provecho ¿Qué hará para inclinar la balanza a su favor?

Esperen una próxima actualización para saberlo.

Saludos!