Alexitimia.
Capítulo 4.
Observa, escucha, comprende y habla
.
.
"Lo siento, Sakura… pero en tu condición por el momento no podrás seguir ejerciendo medicina."
Habían pasado varios días desde que su maestra le prohibió volver a trabajar por su seguridad y la de los pacientes, después de aquel acontecimiento el único que fue notificado con todo y sus motivos fue Kakashi, ya que como Hokage no se le podía ocultar ese tipo de información.
Kakashi comprendió la situación y lejos de relevar a la kunoichi de rango (que es lo que cualquier otro superior hubiera hecho) le otorgó un indefinido tiempo de descanso hasta que se le creyera nuevamente competente para sus actividades. Tsunade se encargaría de su evaluación y correspondiente evolución; sin embargo, ni la afamada chica de los legendarios Sanin sabía que tipo de tratamiento darle, por lo que sólo la mandó a descansar, medicándola únicamente con pastillas para dormir sólo para en caso de que su alumna tuviera dificultades para conciliar el sueño o pastillas para las náuseas, según correspondiera.
Sakura obedeció las órdenes y aceptó el tratamiento dado, luego se marchó a su departamento, después de todo no tenía de otra. Los primeros días se aisló por completo del mundo que la rodeaba, tomaba la medicina para dormir y eso la mantenía tendida en la cama por varias horas, sólo se levantaba para comer, hacer sus necesidades y bañarse para luego volver a dormir.
Ino ya no le hizo compañía, uno de los motivos es porque ella misma se lo pidió, asegurándole que estaría bien y después ya no la volvió a ver, al parecer a la rubia la habían mandado de misión para hacer escolta de una persona importante.
De Naruto tampoco sabía nada, salvo que había pegado el grito en el cielo cuando se enteró que a ella le habían dado vacaciones. ¡Ja! ¿Vacaciones? Pensó aquella vez con sarcasmo, deseando que esas mentiras pudieran ser verdad, aunque su amarga realidad era otra. Suponía que de alguna forma habían contenido a su rubio amigo, pues hasta la fecha nadie se había parado a visitarla, salvo su sensei cuando le contó lo que había pasado con Naruto, tampoco a él lo había vuelto a ver, era el Hokage después de todo, suponía que no tenía el tiempo suficiente como para perderlo con ella.
De Sasuke tampoco había vuelto a escuchar, lo que le pareció perfecto, porque el sólo acordarse de él y lo que le había hecho le seguía causando unas horribles náuseas que a veces llegaban a provocarle el vómito para después seguirle con un pase directo al abismo de su vacío emocional, en el cual dejaba de pensar en el mundo hasta que de nuevo despertaba sin ser del todo consciente de lo que había hecho.
Era horrible cuando le pasaba y odiaba que nadie supiera el motivo, se odiaba a ella misma por no saberlo y por no saber cómo contenerlo. Demonios, que era doctora y no encontraba un remedio para ella misma.
Comenzaba a deprimirse y eso no era bueno, si continuaba así jamás volvería ser de utilidad como ninja, ni como ser humano, era como estar muerta en vida.
Tal vez lo mejor era terminar con su vida, después de todo a nadie le importaría ya que era como la basura.
— "No, no… no puedes permitirte pensar así" —se sacudió cuando nuevamente ese pensamiento patético cruzó por su cabeza. —"Siempre hay una solución para todo."
En la soledad de su habitación, tranquilizó su sentir, dándose cuenta de que no podía seguir con esa actitud derrotista, era hora que tomara las riendas de su vida, la pregunta era ¿cómo?
Para empezar, necesitaba algo de aire fresco. Sí, eso era primordial, necesitaba liberarse de las ataduras a las cuales ella misma se había encadenado, así que se armó de valor e hizo lo que en días no había hecho: salir de su casa.
Tomó un bolso en el cual metió una cartera y una agenda donde solía anotar lo que faltaba en su despensa y salió del departamento.
Sentir el aire fresco entrar por sus fosas nasales le dio una increíble sensación de libertad, pero cuando llegó al distrito comercial, donde paseaba la mayoría de los pobladores en una noche de sábado fue que de nuevo sintió un bajón de emociones.
La gente a su alrededor lucía tan feliz que sentía que ella desentonaba con el ambiente. Familias con niños paseaban, parejas tomados de la mano, grupo de amigos que hacían planes entre ellos, comerciantes que ofrecían variedad de comidas o medios de entretenimiento, y en uno que otro lado ninjas que vigilaban la zona, despreocupados pues desde el término de la guerra la alianza había pactado la paz entre todas las naciones y hasta el momento no había ninguna amenaza.
Observando todo eso, Sakura se cuestionó ¿Por qué había elegido ser una ninja? ¿Ella lo había escogido? Sus recuerdos se remontaron al pasado, cuando de niña sus padres la llevaron a una prueba de aptitudes, la cual pasó en su mayor parte por la capacidad analógica que tenía, pese a su desventaja física. Cuando el sensor dio su aprobación y sus padres la elogiaron y felicitaron creyó que ser ninja era lo más genial del mundo, la mayor parte de la aldea lo era, y ahora ella se integraría a dicho grupo. Era un orgullo, todo para seguir con la famosa voluntad de fuego que siempre le fue inculcada, además que en dicho grupo de niños excepcionales se encontraba cierto niño que en aquel entonces había llamado su atención.
Años después, alcanzó el rango genin y fue asignada al equipo 7, junto con Naruto y esa otra persona, de la cual patéticamente buscaba su atención; al principio ser ninja le parecía divertido (claro, después de pasar la primera prueba de Kakashi) perseguir gatitos y perritos eran cosas sencillas y estúpidamente pensó que la vida de un ninja era siempre así y los conflictos se resolvían tan fácil como esas misiones de encontrar animales perdidos. No fue hasta que llegó la asignación de su primera misión de rango B que luego pasó a ser A, que abrió los ojos, pero no del todo.
Después de la derrota de Zabuza y su inminente muerte fue que se preguntó si así era la vida de un ninja y no sólo ella se lo cuestionó en aquel entonces, Naruto y esa persona también; y recordó que Kakashi le respondió que no había una respuesta clara sobre lo que era ser un ninja; sin embargo, las palabras que dijo Naruto en aquella ocasión y que seguía repitiendo hasta la fecha como una grabadora escandalosa la hicieron creer que un ninja no estaba destinado a ser sólo una herramienta sin sentimientos y que así como Naruto encontraría su propio camino.
Que estúpida era.
Pensándolo, ella no tenía las aptitudes para ser una ninja, no en aquel entonces, se vio en la necesidad de mejorar debido a las circunstancias, pero sólo por eso "las circunstancias".
¿Por qué había decidido ser ninja médico?
Recapacitando, no fue ella quien lo decidió, su maestra, lady Tsunade al ver sus capacidades analíticas y control de chakra fue quien determinó que sería muy buena como ninja médico. En aquel entonces, ella, por su deseo de superarse, ser más fuerte, no quedarse atrás de su equipo y a ayudar a esa persona tan terca fue que aceptó. Creyendo estúpidamente que así sería de utilidad y sí, tal vez lo fue, pero de una forma y otra siempre quedaba relevada a estar atrás, esperando a ver quién salía lastimado para poder actuar.
Pese a los logros que pensaba que había tenido, siempre veía que no importaba lo que hiciera al final siempre era otra más del montón e incluso dudando que en algo hubiera ayudado.
¿Por qué había tomado ese camino? ¿por qué se había conformado con ser ninja y no sólo eso, ser una simple ninja médico?
Ver a los comerciantes le dio mucho en que pensar, ¿qué tal si su verdadera vocación era ser panadera? ¿Administradora? ¿Anfitriona de un bar o casino? ¿Maestra? ¿Una actriz? Se consideraba buena en el arte de dramatizar por cualquier cosa y engañar con sus falsas sonrisas y llantos, pero no, se había conformado con ser sólo una ninja médico. ¿Por qué?
"¿Por qué?"
Escribió en su agenda, cuando finalmente se alejó de todo el bullicio del distrito comercial y se fue a sentar a una banca que quedaba cerca del lugar en donde hacía unos años, él la dejó.
Hasta la fecha no se atrevía acercarse a esa banca, estar ahí le causaba nauseas también, era debido a eso que se había sentado en otra que no quedaba muy lejos.
Pero dejando esos pensamientos de lado, vio lo que había escrito en su agenda; todos sus previos pensamientos ahora estaban impregnados en el papel y terminaban con ese "¿Por qué?" que aún no tenía respuesta para ella.
—¿Sakura, eres tú?
Se sobresaltó al escuchar una conocida voz entre los arbustos y árboles que estaban detrás de ella. Vio una silueta que poco a poco comenzó a acercarse y que mostró a quien había pensado cuando escuchó su voz, era Tenten, quien con su típico rollo colgado a la espalda parecía regresar de un entrenamiento.
—¡Tenten, buenas noches!
—Buenas noches, Sakura… que extraño verte, no sabía nada de ti desde que acabó la guerra. ¿cómo estás?
La kunoichi se encogió de hombros dándole a entender a su compañera que ni bien ni mal.
—¿Y tú?
Tenten suspiró.
—Creo que igual… tratando de adaptarme a la vida cotidiana supongo.
—¿No te han asignado a más misiones?
—No por el momento. —volvió a suspirar. —¿Puedo sentarme un momento contigo?
Sakura le hizo espacio en la banca, aunque temió ser mala influencia en ese momento para su compañera; sin embargo, tan pronto Tenten se sentó y volvió a suspirar, supuso que algo también le pasaba.
—¿Te encuentras bien?
Tenten se encogió de hombros, tal y como ella lo había hecho segundos atrás.
Sakura, la notó triste, mas dudó en preguntarle la razón de su estado de ánimo, pero su lado médico y también humano la motivaron a hacerle una pregunta que violaba su condición profesional actual.
—¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?
—¿Algo? —repitió Tenten comenzando a quebrarse. —Lo siento…—lloró.
Sin comprender muy bien lo que pasaba, Sakura pasó un brazo por sobre sus hombros, tal cual Ino lo había hecho aquella vez cuando se quebró.
—Tranquila.
—Lo siento… es que siento que ha pasado de todo, Gai sensei con sus heridas, Lee cuidándolo y pensando tan positivamente en algo que ya no tiene remedio y Neji…está… está…
La ninja médico sintió el pesar de su compañera ante la mención de este último, por lo que sabía el difunto Hyuga y Tenten eran muy unidos. Neji solía entrenar mucho con ella y viceversa, eran un gran apoyo entre ambos y por un instante pensó que había algo entre ellos, aunque nunca se concretó nada y menos por el triste final que tuvo el Hyuga.
—Sabes…—suspiró Tenten viendo hacia la luna. — Cuando ese tipo Madara nos encerró dentro del Tsukuyomi, me vi en un mundo donde todos tenían sus personalidades invertidas.
—¿En serio?
Sakura había escuchado de dichas ilusiones que todos sus compañeros experimentaron y recordó en su momento, antes de regresar a Konoha, se había molestado con Ino ya que mientras ella luchaba por no morir a manos de Kaguya, su amiga soñaba con que dos chicos (Sasuke y Sai) se peleaban por ella. Claro que en aquel momento Ino era ignorante de la clase de lacra en que se había convertido Sasuke, por lo que optó por no darle importancia a su fantasioso sueño, pensando que al final su amiga se daría cuenta de la clase de persona que era Sasuke Uchiha, claro que eso sólo pasó cuando esta vio cuan destruida la había dejado a ella el día en que le confesó acerca de sus problemas.
—Sí, tú eras casi igual, pero más extrovertida y escandalosa, muy positiva para todo casi como Naruto. Mientras que Naruto, "Menma" así se llamaba en ese mundo, era el cool y serio, tú estabas enamorada de él.
—Extraño. —rio Sakura, viendo todo aquello muy raro, pero no del todo, ya le había tocado experimentar algo así cuando Madara los encerró a Naruto y a ella en el Tsukuyomi.
—Sí, pero ¿sabes? En esa falsa ilusión fui de utilidad, … fui en realidad feliz, realmente quise quedarme ahí. Neji estaba vivo, todos estábamos juntos, éramos un gran equipo. —confesó Tenten, sintiéndose patética. —Te he de parecer una tonta. ¿No?
—Para nada.
Sakura al escucharla se le hizo muy extraño, no creía que Tenten tuviera esa clase de pensamientos hacia su persona. Al parecer ella no era la única.
—Tenten, tú eres muy fuerte. —trató de animarla.
Pero la chica respondió con un resoplido burlón.
—Claro que no, incluso tú me ganarías en un cómbate. Tú lograste hacer todo lo que yo no pude.
—¿De dónde sacas todo eso? —se separó la kunoichi un poco de ella, sintiéndose incómoda por dicho comentario.
—Es la verdad, te armaste de valor y le pediste a lady Tsunade que te hiciera su alumna y te convertiste en su mejor discípula.
—Cualquiera pudo haberlo hecho. —dijo esta sin darle mucha importancia a sus supuestos logros.
—No, claro que no. Eso es algo que sólo tú podías hacer, el control de chakra que tienes es perfecto y ese cerebro que te cargas. —expresó con cierta burla, apuntando a su frentesota.
Bueno al menos ya no lloraba, notó Sakura sin saber si tomar aquello último como un halago.
—Yo no podía hacer eso, y sé que lady Tsunade podría haberme tomado como su alumna si se lo hubiera pedido, pero mis capacidades no iban acordes a lo que creo que ella buscaba, sólo hubiera sido un estorbo.
—Tenten…
—Pero no me quejo, Gai sensei es el mejor de los maestros, aunque siempre me sentía relevada por Lee, ya sabes, su alumno favorito. —rodó los ojos. —Pero al menos tenía a Neji. —suspiró cabizbaja.
Sakura notó que nuevamente los ánimos caían.
—Tenten… yo no creo que seas lo que dices, al contrario, siempre me has parecido una ninja muy fuerte y capaz. —dijo.
La castaña estaba a punto de replicar; pero Sakura continuó.
—La manera en que manejas las armas, como las invocas, yo no podría hacer eso, de hecho, creo que yo soy una estúpida por lanzarme al campo de batalla sin ninguna arma salvo mis puños, claro que llevo kunais y eso, pero con los enemigos con los que nos enfrentamos ¿qué daño podíamos hacerle con eso? Al menos tienes más técnica en ataque y creo que también podrías pensar en grandes estrategias, también creo firmemente que tu equipo te aprecia por cómo eres y aprecian todo el esfuerzo que haces, y no sólo lo creo de parte de Gai sensei y Lee, pienso que Neji también estaba orgulloso de ti y te apreciaba, tanto como una compañera, así como una amiga.
Tenten suspiró enternecida.
—Gracias, aunque, sólo para corregirte, no creo que seas una tonta por no llevar armas, porque definitivamente tus puños son como armas mortales. —consideró con una sonrisa.
—Tengo una idea. —dijo Sakura más animada también. —¿Qué tal si algún día me ayudas a buscar un arma que se adecúe a mi estilo de pelea y yo te enseño algo de ninjutsu médico y control de chakra?
—Acepto con lo de ayudarte a buscar un arma. —dijo Tenten, comenzando a emocionarse. —Pero ninjutsu médico ¡Guaaa! me es muy aburrido, no puedo ni cuidar a un perro, pero acepto lo del control de chakra.
—De acuerdo, como tú quieras.
Tenten se estiró en la banca.
—Ya me siento mejor. Sakura, realmente te lo agradezco.
—¿Agradecerme qué? Si no hice nada. —preguntó confundida.
—Claro que sí, me escuchaste sin juzgarme o reírte.
—No tendría por qué hacerlo.
—Lo sé, pero ya sabes como es este mundo en el que vivimos, hay quienes te consideran débil sólo por expresar sus sentimientos.
Sakura se puso cabizbaja.
—Yo siempre he considerado eso incorrecto, incluso para un ninja, de hecho, creo que una persona es más valiente cuando tiene la capacidad de expresar lo que siente… Sí, así es…—pensó para sí misma, dándose cuenta de algo.
—Ojalá todo el mundo pensara como tú… en fin, creo que yo ya me voy, es muy tarde y tengo hambre. Muchas gracias de nuevo Sakura, espero verte pronto de nuevo y vamos a organizarnos algún día para salir a comer con las demás chicas, como en aquella ocasión o ¡mejor aún! Vamos a ese lugar nuevo que abrieron, ese donde puedes cantar.
—¿El Karaoke? —dijo Sakura, con una ceja alzada, había escuchado de dicho lugar que habían abierto recientemente pero no había tenido la oportunidad de visitarlo.
—Sí, exactamente eso, creo que podría ser relajante.
—Eso creo, sí, sólo dime cuándo y avisemos a las demás.
—¡Claro! Yo aviso ¡Gracias de nuevo!
Dando una leve inclinación de cabeza a forma de despedida, la kunoichi de las armas, se retiró corriendo del lugar dejando a una muy pensativa Sakura.
"Observar, escuchar, comprender y hablar" —pensó al mismo tiempo que lo escribía en su agenda.
Esos cuatro puntos parecían ser el inicio de una posible solución a los problemas para quienes experimentaban problemas con sus emociones, incluido ella.
Recordó a varias personas, amigos y enemigos por igual y consideró que siempre había un común denominador en todos aquellos que de un momento a otro habían visto torcido su camino, todos ellos habían experimentado soledad y tristeza, nadie los había escuchado, pero ¿y si alguien les hubiera tendido una mano amiga o profesional y los hubiera escuchado sin juzgar para luego aconsejarlos?
Pensó en Naruto, quien desde muy pequeño siempre experimentó el rechazo de todos, por el mismo motivo de que la mayor parte de los adultos en especial los más viejos no consideraban para nada los sentimientos de los niños y peor aun cuando criaban bajo ese precepto a sus propios hijos, quienes terminaban siendo unos acosadores o arrogantes conforme más crecían.
Ella misma se incluía dentro de la ecuación, sus padres siempre le habían dicho que no se acercara a Naruto y bajo esas condiciones creció ignorándolo, hasta que no quedó de otra más que tratarlo cuando quedaron en el mismo equipo y que se dio cuenta que él no era para nada de lo que decían los adultos, pero antes de darse cuenta, claro, como acostumbraba había cometido una estupidez, no podía olvidar cuando dijo algo inapropiado y esa persona se lo echó en cara, fue el primer desliz que tuvo con él y con Naruto, a quien trató un poco mejor, en el aspecto que ya no hizo burla de su condición. El rubio también la exasperaba, sí, pero era debido a la personalidad de ambos, él era demasiado extrovertido y eso a veces la asfixiaba, pero todo se resumía en que eran unos NIÑOS buscando de una forma u otra la atención, incluido él, esa persona, sí ¡Sasuke! ¡Tenía que nombrarlo!
Le dolió el estómago de sólo pensar en él y rememorar nuevamente lo que le hizo, pero creyó era necesario tomarlo en cuenta.
Le había mentido a medias a Naruto cuando le dijo que no era capaz de comprender a Sasuke, claro que lo había hecho en su momento pero sólo en el aspecto sentimental y empático que uno tiene hacia un ser que es cercano (otra cosa era que actualmente le costara trabajo hacerlo debido a su amarga experiencia y a los problemas que brotaban con solo recordarlo), pero ¿en el otro aspecto? Así como con Naruto, nadie absolutamente nadie se había acercado a Sasuke para ayudarle a superar su pérdida y claro, Sasuke era un caso serio pues parte de su vida la vivió dentro de una serie de manipulaciones lo que causó otra condición psicológica en él y debido a eso tardó más tiempo en salir de la oscuridad en la que se había envuelto a diferencia de Naruto.
Pero no importaba, fuera Naruto, Sasuke, Tenten, ella ¡cualquier persona! ningún tipo de dolor se debía minimizar por más tonto que fuera la situación y si alguien requería de ayuda debía haber alguien que les tendiera la mano, que los escuchara y aconsejara.
—Naruto… a ti nadie te escuchaba, pero te hiciste notar con tu gran esfuerzo…nunca te diste por vencido.
Rememoró con una sonrisa cuando su amigo fue recibido entre porras y aplausos después de la pelea contra Pain; el sólo recuerdo hizo que su luz interior destellara con un color anaranjado muy parecido al color de las vestimentas de su amigo.
—Sasuke… tú tampoco fuiste escuchado, callaste, te aislaste del mundo, te volviste…
Dentro de su ser, la luz anaranjada se apagó, tornándose repentinamente en un muy oscuro tono morado.
"Eres una molestia…"
Nuevamente ese recuerdo de Sasuke atravesándole el corazón y rompiendo algo dentro de ella apareció frente a sus ojos.
En el tiempo real, Sakura sintió un sofoco en su ser, como si hubiera recibido un golpe en el pecho y mareada e hiperventilando, se levantó tambaleante de la banca para vomitar por detrás de la jardinera. Entre gorgoteos deseó acabar con su sufrimiento, cuando la luz en su interior repentinamente desapareció y ella se mostró ausente nuevamente del mundo.
—¿Dónde estoy? —se preguntó aturdida, sintiendo una gran molestia en la boca del estómago.
Sin ser consciente de lo que le había ocurrido, tomó su bolso y agenda que estaba en el suelo y la cual curiosamente tenía muchos números escritos.
Era su forma de escribir en código, cuando leyó lo que había puesto, fue que pudo recordar otra vez todo. La plática con Tenten y la ayuda que dijo esta que le brindó, cosa que la confortó, así como sus pensamientos y teorías sobre Naruto y Sasuke, aunque pensar en este último agitó nuevamente su interior.
—Tranquilízate, tranquilízate… no te dejes llevar, piensa, piensa… has encontrado una posible solución a este problema y no sólo eso. —suspiró, teniendo ya más controlada su respiración. —Y encontraste la respuesta a tu ¿por qué?
Viendo al cielo nocturno y a la luna se repitió así misma esa pregunta.
¿Por qué era una ninja médico?
La respuesta era sencilla: porque no podía ignorar tan fácilmente a los demás, le gustaba ayudar y sobre todo sanar a quien lo necesitara.
Pero para poder ayudar y sanar a los demás, ella primero tenía que curar sus propias heridas.
No parecía ser un camino fácil, pero al menos ya había encontrado uno.
Continuará.
NA, bien otro capítulo. Espero que les esté gustando.
Agradecimientos especiales a: Blossommarie, KassfromVenus, Sarib, Yomi, Chimi722, Yoyi, TinyCandy por sus comentarios.
Seguidores, favoritos y anónimos, gracias. Nos seguimos leyendo.
Saludos.
21 de marzo de 2022
