.
.
.
Alexitimia.
Capítulo 6.
La petición.
Décimo día del tratamiento.
No ha pasado nada relevante como en los días anteriores, el té de hierbas me ha ayudado a conciliar el sueño fácilmente, no ha habido pesadillas ni malos recuerdos. Mi luz interna está intacta, pero… hay algo.
No ha cambiado de color.
Se ha mantenido con un color claro, específicamente color blanco, su movimiento va acorde con mi respiración. No sé si es algo bueno o malo, pero, así como con el vacío oscuro e infinito que a veces veo, esta luz blanca a veces me da la misma sensación.
Me siento extraña, como si nada me importara a pesar de que la luz está ahí, además, reflexionando algo en los últimos días me di cuenta de algo y es acerca de los colores que veo.
Azul, morado, anaranjado, dorado, rojo y blanco… son los que al menos he visto desde que empezó este problema, pero el único que aún no he podido volver a ver es ese color rosa que antes solía ver con mucha frecuencia, y lo curioso es que no recuerdo qué sensación era la que sentía cuando se tornaba en este color.
Sólo espero que esto sólo sea una parte que deba experimentar con el tratamiento y que con el paso de los días mejore y con ello poder ver más colores en mí.
Con un punto final, Sakura terminó de redactar sus últimos pensamientos en un cuaderno que optó por comprar después de que el Dr. Arata le asignó su tratamiento. Le pareció buena idea tomarlo como una terapia personal dado que por el momento no se sentía lista para hablar con sus amigos con la misma normalidad con la que antes lo hacía y debido a eso buscaba cualquier sitio en donde sus demás compañeros no pudieran toparse con ella.
La biblioteca ya no era una opción, dado que Sai la había descubierto ahí antes, así que optó por refugiarse en un parque abandonado que estaba un tanto retirado de la sociedad, casi al borde de la frontera de la aldea, por lo que aprovechaba para subirse al columpio para escribir sentada ahí mientras se balanceaba lentamente, sólo eso, pues ya ni el juego le generaba alguna motivación para balancearse a gran velocidad. Le había perdido la diversión al columpio y al parecer a la vida.
Estar ahí, sola en ese columpio, le hacía recordar a Naruto constantemente, recordando como este le contó sus días de soledad sentado en un columpio similar, cerca de la academia; sin embargo, no creía que su situación fuera similar a la de su amigo, ya que este al menos sentía algo: la soledad y tristeza, mientras que ella… ella sólo veía blanco.
—Shannaro… creo que sí pasa algo después de todo, que complicado es esto... tal vez deba seguir investigando, al menos eso cambia mi humor. —suspiró levantándose del columpio y retirándose sin siquiera ver atrás.
o
Caminando de vuelta a la sociedad, la kunoichi se percató de que había un gran escándalo en la aldea, entendiéndose como escandalo: vitorees, aplausos y música.
—¿Habrá un festival del cual no me enteré? — se preguntó, notando desde el bosque donde estaba caminando (el cual debía atravesar para llegar a su abandonado parque) que se veía una especie de espectáculo de luces en el cielo casi nocturno.
Al salir del bosque y caminar unas cuantas cuadras, siguiendo al bullicio se vio con el paso cerrado por un tumulto de personas que aplaudían a unos recién llegados.
Eran los kages de las cuatro naciones que formaban la alianza shinobi, los cuales hacían demostraciones de sus habilidades a los habitantes de la hoja, que maravillados aplaudían sus hazañas, después de todo esas cuatro personas, junto con su maestra también habían quedado como los valientes héroes que enfrentaron a Madara.
Estaba el cuarto Raikage A, quien era el causante del espectáculo de luces en el cielo. Su hermano B, le hacía segundas haciendo un gran escándalo con su rap tan malo.
Después le seguía la hermosa quinta Mizukage, Mei Terumi la cual coronada entre arcos de agua, no tenía que hacer mucho para encantar a los aldeanos, en especial a los del género masculino, que quedaban fascinados con los besitos que lanzaba al aire.
Luego estaba el más viejo de los kages, Onoki el Tsuchikage, el cual a pesar de su edad tenía aun la fuerza para dar un espectáculo con rocas de variados tamaños.
Finalmente, y no menos importante, estaba Gaara, el quinto Kazekage y el kage más joven de todo el grupo, el cual aparentemente no quería alardear demasiado con sus habilidades y se limitó a solo dar una pequeña demostración manipulando la arena.
Todos iban acompañados con sus respectivos grupos de escoltas, además de escoltas de Konoha que los estaban guiando en dirección a la torre del Hokage.
—Parece que será una larga noche para Kakashi sensei… —pensó Sakura.
Abandonando el bullicioso sitio, la kunoichi se retiró para ir a comprar unos víveres, así como su respectiva cena; sin embargo, su plan se vio un tanto frustrado cuando se vio entre diversos bloqueos en las calles debido a los recién llegados.
"Tendrá que ser después." — pensó con cierto fastidio, esperando que en un par de horas toda aquella gente se retirara a sus respectivas casas.
O
Eran cerca de las 10 de la noche, cuando la médico se percató de que el inmenso ruido que había en el exterior por parte de los aldeanos se calmó, demasiado tarde para su gusto, pero pues ¿qué le hacía? Sólo pensó eso mientras salía de su departamento para ir a la pequeña tienda de conveniencia que estaba a unas cuantas cuadrillas de su edificio; sin embargo, al llegar a esta se dio cuenta con pesadez que definitivamente ese no era su día o más bien noche.
—Lo siento Doctora Haruno… debido a la llegada de nuestros aliados me quedé sin existencias. —se disculpó el hombre desde la ventanilla que tenía la puerta de la tienda. —Por eso me vi en la necesidad de cerrar más temprano, pero vuelva mañana a medio día, para ese entonces la tienda ya estará nuevamente surtida.
—¡¿Medio día?! shannaro… No me diga eso… —se lamentó. —¿En serio no le sobró nada?
El dependiente miró hacia atrás, donde era visible la mayoría de las repisas vacías, hasta que notó algo en la pequeña vitrina que estaba cerca del área de la comida rápida.
—¡Ah, miré doctora! quedan dos bollos al vapor rellenos de carne de cerdo. ¿gusta llevárselos?
—¿Bollos? Mmm…—dudó. —Tienen muy poco valor nutricional y…
Se abstuvo de seguir hablando, ya que vio lagrimitas asomadas en los ojos del dependiente, pues era él quien generalmente cocinaba lo que había en la sección de comida rápida.
—¡Ay! lo siento… sí, sí… me los llevaré. —corrigió rápidamente, sudando en frio.
—¡Orden de bollos saliendo! —cambió el hombre rápidamente su expresión a una feliz.
"Vaya manera de vender" —pensó la exhausta Sakura mientras pagaba y recibía la comida.
—¡Buenas noches, doctora! —se despidió el feliz dependiente, cerrando de golpe la ventanilla.
La cansada Sakura sólo dio un resoplido y ya con sus únicos alimentos asegurados se dispuso a dar marcha atrás para regresar a su casa; pero al apenas girarse se topó con alguien que ocasionó que dejara caer la bolsa con su comida, sin embargo, para su sorpresa su alimento no alcanzó a tocar el suelo, ya que una corriente de arena sostuvo la bolsa a tiempo. Sakura se sobresaltó, reconociendo esa habilidad y no sólo eso a la persona que ahora tenía frente a él, el Kazekage Gaara.
—Oh… una disculpa. —dijo avergonzada. —estaba tan distraída que no me di cuenta de que había alguien detrás.
—No hay problema. —respondió el Kazekage con esa indiferente expresión que le caracterizaba mientras que con su corriente de arena le devolvía la bolsa.
—Gracias…
La medicó tomó la bolsa sin más, sin embargo, no pudo evitar mirar por una fracción de segundos el impasible rostro del pelirrojo lo que ocasionó que un recuerdo volviera a ella, la vez en que ese chico también trató de matarla, cuando ella intentó defender a esa persona.
Le resultó extraño, en su mente recreó el tremendo golpe que esa vez Gaara a media transformación del ichibi le propinó, pero a diferencia de lo que le había hecho aquella otra persona, no sintió hacia Gaara alguna clase de miedo derivado a un estrés postraumático, suponía que el motivo era porque él posteriormente se volvió un gran aliado, y ¿por qué no? También un amigo, en especial para Naruto.
—¿Algún problema?
Se sobresaltó y refunfuñó por sus adentros al ver que se le había quedado viendo (analizando) más de lo debido.
—Nada, una disculpa.
Paso de lado de él, viendo que este también la ignoraba y se disponía a acercarse a la ventanilla de la tienda.
—Ya se acabó todo. —le advirtió antes de que siquiera él pudiera tocar el timbre.
Con solo mencionarle eso, el joven Kazekage se abstuvo de tocar el botón y enseguida se dispuso a irse a otro sitio.
—¿Buscas algo en específico?
Entonces él se detuvo.
—Manzanilla… para té. — le respondió girándose lentamente para encararla. —…es para Temari… le duele el estómago y está de mal humor, pero no quiso ir al hospital, sólo quiere un té. —le confió dado que sabía que ella era médico.
"Sí, claro… para su estómago" —pensó Sakura, sonriendo para sus adentros al caer en cuenta de cuál era el verdadero problema, pero no sólo eso, le pareció lindo que a pesar de la inexpresividad del Kazekage su tono de voz expresara mucho de su actual sentir, estaba preocupado por su hermana. —Sí, entiendo… y supongo que si estás aquí es porque no has encontrado donde comprar.
Gaara asintió.
—Kankuro y yo nos separamos porque no hemos podido encontrar lo que nuestra hermana pidió. Y no quisimos molestar al Hokage ni a nadie.
—Está bien, no te preocupes… sé dónde puedes conseguir manzanilla sin comprarla. ¿Quieres que te lleve?
—Te lo agradecería. —dijo el impasible chico con un pequeño movimiento de cabeza.
—Sígueme.
Caminando lado a lado, la kunoichi guio al Kazekage por la dirección contraria hacia donde quedaba su departamento.
Mientras andaban, la médico nuevamente rememoró lo mucho que había cambiado ese solitario muchacho que ahora le acompañaba. Gaara, de ser una persona, que más que nada era considerada como una máquina asesina, había pasado a ser un respetable kage que solo buscaba el bien para su aldea y también para las demás naciones y todo gracias a Naruto que había cambiado su perspectiva, le parecía realmente sorprendente el poder que su amigo tenía sobre otras personas.
—Disculpa…
—¿?
—Si no es mucho atrevimiento de mi parte, quisiera hacerte una pregunta.
—¿Una pregunta? ¿Adelante? —concedió el Kazekage sin dejar de andar.
—¿Crees que el haber conocido a Naruto fue lo mejor que te pudo haber pasado?
Ante la pregunta el kage no pudo evitar volverse a la chica, sin embargo, rápidamente volvió a enfocarse en el camino, esbozando una tenue sonrisa.
—Definitivamente. —sinceró viendo hacia el nocturno cielo. —Sin su ayuda, no sé qué hubiera sido de mí… Naruto Uzumaki es… es un gran amigo.
Sakura lo observó con detalle, todo parecía indicar que el Kazekage se había visto inmerso en sus pensamientos y posibles recuerdos, tanto malos como buenos que probablemente no compartiría con ella, dado a lo reservado que era y por obvias razones de que no había esa clase de confianza entre ellos.
—Disculpa… otra pregunta.
—¿Sí? —volvió él a prestarle su atención.
—¿Crees que si una persona, sea un niño o un adulto el cual sufre ya sea porque está solo o es incomprendido u otro motivo, puedan llegar a ser felices si se le brinda el apoyo necesario? Empezando con algo tan sencillo como es prestarles nuestra atención y escucharlos.
—Sí, sí lo creo. —respondió él con seguridad. —Ya que…desde que conocí a Naruto, he pensado que, para llegar a comprender a alguien ya sea su dolor o su felicidad debes darte a la tarea de conocerlo primero para evitar juzgarlo erróneamente o lastimarlo. —respondió sabiamente. — ¿Puedo saber yo ahora el motivo de tus preguntas?
—Ah… —Sakura se sobresaltó, la verdad no esperaba que ahora él le cuestionara. —Verás… tengo en mente un proyecto, una especie de clínica infantil que se dedique a atender casos de…—hizo una pausa, esperando que su acompañante no se ofendiera con lo que diría. —… salud mental, una clínica en donde se le pueda brindar a los niños el apoyo necesario por cualquier tipo de dolor mental que pudieran estar padeciendo.
—Me parece una noble idea.
—¿En serio? —preguntó sorprendida.
Gaara asintió.
—Nunca había escuchado de algo similar, me gustaría saber más de este proyecto y en todo caso si lo llevas a cabo, saber su efectividad para poder hacer algo similar en mi hogar.
—¡Wow! ¿En serio? —volvió a cuestionar Sakura mucho más sorprendida, viendo una radiante luz amarilla en su interior y que se avivó aún más cuando Gaara le confirmó con un asentamiento de cabeza. —¡Te prometo compartir mis ideas cuando ya tenga un plan establecido!... ya que verás… por el momento sólo tengo algunas cuantas investigaciones, así como algunas ideas en mente.
—Descuida, hazlo a tu tiempo.
—Muchas gracias. —agradeció Sakura con una sonrisita. —Y ¡ah! Mira allá es donde está la manzanilla, crece de manera natural en esta zona. —le indicó hacia donde había una jardinera que resaltaba por sus florecillas blancas con amarillo.
Estando ya frente a la jardinera, la médico se dio a la tarea de recoger las florecillas para el Kazekage, las cuales terminó dándoselas en un ramito atado con la misma hierba que había arrancado.
—Hierve las flores con todo y tallo en agua al menos unos 20 minutos, después utiliza un filtro para remover el remanente, dile a Temari que puede ponerle un poco de miel, así como unas gotas de limón, también dile que se ponga compresas calientes en el vientre, si el dolor es muy fuerte y/o persiste dile que puede acudir al hospital por una solución inyectable. Otra cosa… ¿Ya cenaron? Puedes llevarte mis bollos si quieres, no hay problema, tienen muy poco valor nutricional, pero son muy ricos, puedes compartirlos con tus hermanos... aunque no es recomendable que Temari en su condición coma algo tan grasoso.
—Eh… no, no hay problema, ya cenamos durante la reunión. —respondió Gaara ligeramente apenado por todas las atenciones de la chica que alguna vez salvó a su hermano de morir. —Eres muy amable, Haruno Sakura.
—Sólo dime Sakura. —le pidió esta, aun con su luz de color amarillo brillante por dentro. —¿quieres que te acompañe entonces de vuelta?
El Kazekage apenas estaba abriendo la boca para responder, cuando en ese momento dos figuras aparecieron frente a ellos.
—Con que aquí estabas, hermanito…
—Que fastidio, no hay ni una sola tienda abierta…
—Shikamaru y también Kankuro… —distinguió Sakura.
—Eh… pero ¿qué está pasando aquí? ¿Estabas en una cita romántica, hermanito? —preguntó un sonrosado Kankuro de manera picarona al ver las flores que el pelirrojo llevaba.
Sakura, con mejillas infladas, le hizo mala cara al ninja titiritero, al parecer no podía tener algún detalle con algún chico sin que se malinterpretara.
—Ella me guio hasta las flores que buscábamos —explicó Gaara con total neutralidad, ignorando por completo la insinuación de su hermano mayor.
—Eso es bueno, el Kazekage encontró lo que estábamos buscando, supongo que gracias a ti Sakura, me ahorraste una vuelta hasta la reserva de los Nara.
—Espero que con esto le dejé de doler el estómago a Temari.
—Claro… su estómago. —rio Shikamaru, ante la inocencia del Kazekage en ese aspecto. —Que fastidioso es ser mujer. ¿no lo crees Sakura? —preguntó bromeando, preparándose para ser bombardeado por las quejas de la fémina.
—Sí, pero ¿qué se le puede hacer? A decir verdad, si es algo muy fastidioso. —respondió la médico con el mismo tono aburrido que él empleaba. —Benditos los hombres que nos soportan. —bufó, rodando sus ojos.
— "Insólito" —pensó Shikamaru sorprendido, la kunoichi le había golpeado ahora con palabras. —En fin, tenemos que irnos, yo me encargaré de escoltarlos de vuelta a su estancia privada, gracias, Sakura.
—Claro. —se despidió esta, sintiendo una ligera disminución de su previa euforia.
—Por cierto… —se detuvo el jounin. —Sakura, como has estado últimamente alejada por tus "vacaciones" ni siquiera has de tener idea de porque Gaara y los demás kages están aquí ¿verdad?
—Eh… no. ¿Debería importarme?
Shikamaru vio con extrañeza a su compañera, no parecía que estuviera hablando con la Sakura que era curiosa y hasta cierto punto entrometida en los asuntos que no le concernían, ¡bien por ella! que al parecer había dejado esa manía, aunque para su interno fastidio, algo de lo que estaba aconteciendo con la visita de los kages si tenía que importarle en cierta medida.
—Sí, la verdad es que sí es de importancia para ti. Mañana a las 10 en punto ve a la oficina de Hokage, ahí el sexto te explicará más a detalle lo que sucede.
Sakura se sintió incómoda, la verdad es que no se sentía lista para regresar a la rutina y ver a otras personas; sin embargo, por otra parte, ya no podía seguir escondiéndose y el que su luz se tornara en otro color cuando se sentía útil parecía ser la respuesta para no quedarse tampoco en blanco.
—Umm…Está bien. Ahí estaré.
—Bien, me ahorraste el pesado trabajo de irte a buscar a tu casa mañana, eso es todo, buenas noches. —se despidió Shikamaru con su habitual flojera.
—Buenas noches. —se despidió esta también sin muchas ganas.
Gaara y Kankuro, que habían estado de observadores sólo se limitaron a dar una pequeña reverencia en modo de despedida y desaparecieron rápidamente junto con el Nara.
—¿Qué es lo que querrá Kakashi sensei? —se preguntó pensativa. —Sólo espero que sean asuntos que no tenga que ver con él…
O
O
Torre del Hokage.
El ambiente era incómodo, habían pasado días desde que había visto a su maestro y a Naruto. Y tanta era su incomodidad que no pudo reaccionar con naturalidad cuando su amigo la saludó y empezó a contarle de todo lo que le había ocurrido en los últimos días.
Que si la escuela, que si Iruka, que si Konohamaru, que si la leche caducada, que si el brazo, las visitas, los regalos… etc., etc. De cosas banales trataban las aventuritas del rubio; Sakura agradecía que este no le recordara la discusión que tuvieron previo a su "retiro".
—Naruto, si ya terminaste de fastidiar a Sakura con la historia de tu vida, ¿será que yo pueda continuar con lo que tengo que decirles? —preguntó Kakashi con fastidio.
—¡Ay, lo siento Kakashi-sensei! Es que siento como si hubiera pasado mucho tiempo desde la última vez que vi y hablé con Sakura-chan, dattebayo. —explicó ligeramente apenado, rascando su cabello con la única mano que tenía.
Sakura bajó la cabeza apenada, sintiendo que de alguna forma u otra seguía lastimando a su amigo. Mientras él estaba en toda disposición para hablar de sus cosas con ella, ella había hecho lo contrario a su método de observar, escuchar, comprender y hablar; y se había alejado, pero era sólo por el deseo que tenía de no involucrarlo más en sus problemas, bastante daño ya le había causado en el pasado.
En tanto Kakashi, sólo resopló con cansancio, dejó los papeles que sostenía y se dirigió a sus dos exalumnos.
—Naruto, Sakura… supongo que se habrán dado cuenta de la presencia de nuestros invitados, los cuatro kages de la alianza shinobi.
—Sí, sensei… —respondió la kunoichi y Naruto sólo asintió con una gran sonrisa.
—Parte de su visita es porque se firmarán los nuevos tratados de paz, entre otras cosas que son meramente temas de economía, estrategias y otras cosas de ese índole que en sí será solo entre kages y el respectivo concejo; pero hay un tema en particular en la cual los dos han sido convocados…
—Ay, kami… por favor, no lo diga, no lo diga… —pensó Sakura, sintiendo una punzada horrible en el pecho, imaginándose cuál era o más bien quién era ese tema por tratar.
—Naruto, Sakura…—habló el sexto con seriedad. — serán convocados al juicio de Sasuke para testificar…
—¡EH! ¿En serio, dattebayo? —exclamó Naruto frenético.
Sakura estaba que quería darse de topes con la pared.
—Así es, y debo advertirles que lo que digan de él durante el juicio puede determinar si lo dejan en libertad o lo condenan… así que… sin más preámbulos ¿Cuento con su presencia para el día del juicio?
—¡Por supuesto, dattebayo! ¡Sólo diga cuando y ahí estaré!
—No esperaba menos de ti, Naruto. El juicio se realizará en dos días. —explicó Kakashi con tranquilidad, para luego volverse a su ensombrecida exalumna de la cual ya estaba muy enterado de su situación. —Sakura… como dije anteriormente, tu testimonio puede "ayudar" a Sasuke, pero si en todo caso lo prefieres, puedes rechazar la convocatoria, no es obligatoria. Tú decides.
—¡¿Qué cosas dice Kakashi sensei? por supuesto que Sakura chan irá! —replicó Naruto con tono ofendido. —¿Verdad que…
Pero al girarse hacia su amiga, vio como esta parecía estar cohibida, con un semblante que reflejaba la duda de si ir o no, aunque ella tenía claro cual debía ser la respuesta.
—Lo siento Kakashi sensei, Naruto… pero yo no puedo hacerlo. No quiero ir, lo siento.
Dicho esto, y dejando a su amigo boquiabierto, la kunoichi se dio media vuelta y caminó hacia la salida.
—¡¿Eh?! ¡Un momento Sakura-chan!
—Naruto, ¡déjala! —ordenó Kakashi, al momento en que la chica desapareció por la puerta. — Es su decisión.
—No. —negó Naruto con la cabeza. —Ella no puede… Kakashi sensei, sólo está confundida… ¡ha estado confundida! dattebayo, ¡Lo sé!... sólo déjeme hablar con ella, por favor.
Y sin obedecer a su sensei, el Uzumaki también salió de la oficina, ante la rendida mirada del Hokage que esperaba que su exalumno no sacara de sus casillas a su exalumna.
O
Apenas saliendo al pasillo, Naruto vio como Sakura doblaba en una de las curvas del edificio por lo que se apresuró a alcanzarla.
—¡Espera, Sakura-chan!
Gritó ruidosamente cuando la divisó nuevamente, y sin darle oportunidad para que se le escapara, la tomó del brazo con fuerza y la estiró junto con él a la siguiente puerta más cercana que encontró. Una vez ahí, cerró con el seguro la oficina, la soltó y confrontó.
—¡Ya basta, Naruto! ¿Qué quieres? —cuestionó Sakura, tratando de no dejarse llevar por sus emociones, pero tampoco dispuesta a perderlas.
—Sólo quiero comprender el ¡¿por qué?! Ya llevaste a Sasuke a la prisión y comprendí el motivo, pero ahora…—se ofuscó. —Sasuke de una forma u otra ya regresó con nosotros y tú… ¿Lo rechazas? ¿Rechazas a ayudarlo?
Sakura sintió una presión en el pecho, su luz interna de ser blanca comenzó a parpadear en un tono color celeste que poco a poco se oscurecía.
—No creo que eso lo afecte mucho. —respondió de manera cortante. — en realidad, pienso que a él no le importa lo que yo tenga que decir en ese juicio o lo que diga cualquiera de los que vayan a ir. A él lo único que le importaría sería escuchar tu opinión, los demás no importamos.
Naruto se entristeció.
—No es cierto, Sakura-chan. Yo sé que de una forma u otra él se preocupa por ti, y también tú, a pesar de lo que dices y haces te sigues preocupando por Sasuke.
Sakura negó con la cabeza, tratando de tranquilizarse internamente.
—Naruto… ¿cómo te puedo hacer entender?
—¿Entender qué? dattebayo
—Que ya no me importa nada que tenga ver con Sasuke Uchiha…—musitó ella con toda la tranquilidad posible.
—¡¿Qué?! Sakura-chan.
—Voy a serte muy sincera, Naruto, porque sé que odias a las personas que se mienten así mismas. —suspiró con su luz tornada en un triste azul. —La verdad es que me siento tranquila de saber que Sasuke-kun esté arrepentido, que haya vuelto como queríamos, pero yo… ciertamente llegué a mi límite con él. No me interesa seguir siendo su compañera, la estorbo del equipo o lo que sea que él me consideraba.
—No te creo, Sakura-chan. —se negó el Jinchūriki a pesar de que ahora sí podía percibir que ella no mentía.
—Pues créelo, porque esto no es más que un lazo roto que ya fracaso en el pasado, ya no hay nada más que hacer.
Naruto se sobresaltó, reconociendo aquella frase.
—¡¿qué?! Sakura-chan… ¡¿De dónde escuchaste eso?! —exigió, tomándola por los hombros, recordando claramente que Sasuke había dicho lo mismo, después de meter a su amiga en el genjutsu.
Sakura se encogió de hombros, ni siquiera sabía porque había dicho eso, ni de donde lo había sacado, pero al decirlo su luz se tornó cada vez más oscura.
—¿No se estaría divirtiendo, jugando a los romances? —comenzó a musitar entristecida. —No entiendo que es lo que me ve, a mí no me gusta nada de ella.
—Basta, Sakura-chan… ¿dónde escuchaste eso? —siguió Naruto zarandeándola, no podía creer que ella hubiera escuchado todo eso cuando se suponía que estaba desmayada a causa del genjutsu.
—Supongo que, por ahí, de Sasuke kun. Él me dijo tantas cosas que no me acuerdo en que preciso momento lo dijo. —respondió ella a punto de perderse en el vacío. —Naruto…
El rubio paró de zarandearla cuando la vio con la mirada un tanto perdida.
—Te pido por favor, esto es entre Sasuke-kun y yo así que no te metas.
Naruto la soltó y se echó hacia atrás completamente desconcertado y ciertamente herido, pues a su mente llegó otro recuerdo, cuando él (molesto) le pidió a ella que no interfiriera con lo que pasaba entre Sasuke y él. Parecía tonto, y tal vez no lo consideró en ese momento, pero ahora se daba cuenta de lo mucho que pudo haber herido a Sakura con esas palabras, cuando ella sólo se había preocupado por ambos e incluso había estado dispuesta a arriesgar su vida para detenerlos.
—Descuida Naruto… —continuó Sakura, aun conservando algo de su cordura. —Estamos en la aldea que perdona todo, o al menos cosas de esta índole Uff… porque con otras cosas... —rio sarcásticamente. — pero bueno eso es otro asunto, no creo que el país del Fuego vaya a querer encerrar o matar a un shinobi de la categoría de Sasuke kun, y menos si está arrepentido. Además, tengo entendido que hasta están viendo la manera de como reemplazar su brazo perdido, piensa… ¿para qué hacer eso si ni siquiera se ha determinado su destino? Eso me da a entender que este juicio es sólo un mero formalismo para calmar a las demás naciones. Así que estará bien, él no me necesita para nada y tampoco creo que quiera mi ayuda.
Una parte de ella se sintió finalmente liberada al poder expresar todo lo que en ese momento sentía, y como Naruto ya no le dijo nada, se dispuso a irse de aquella oficina cuando…
—Sólo esta vez Sakura-chan… —musitó Naruto.
—¿Disculpa?
—Una oportunidad más, por favor. Dale a Sasuke una oportunidad más.
—Naruto…
— ¡y ya no te pediré nada más! —rogó. —pero sólo te pido eso ¡una oportunidad más para Sasuke! para que así puedas ver realmente su cambio.
Y los papeles nuevamente se habían invertido, ahora la kunoichi fue la que rememoró aquella petición que se volvió después una promesa que pesó sobre los hombros de su amigo por años, ahora era como si ella también pudiera sentir el peso de esta petición con tan sólo esa frase: "una oportunidad más".
No cabía duda de que todo se pagaba en la vida, y a ella al parecer ya le había llegado la cuenta. No podía negarse así, bajo esa suplica era imposible. Naruto había dado justo en el blanco y le pareció justo, después de todo lo que él había hecho por ella, se lo debía.
—Está bien, haré lo que me pides, ¡una oportunidad más!
Aceptó con dificultad, completamente rendida, sin saber qué sentir, dentro de ella, su luz se tornaba entre un azul y rojo. Estaba enojada y triste al mismo tiempo.
—Gracias, Sakura-chan. Te aseguro que no te arrepentirás. —sonrió Naruto luminosamente. —créeme que esto no es sólo para Sasuke. ¡sino por ti también! Porque sé que en tu corazón aún sientes algo por él…—pensó para sus adentros, ignorando que el corazón de ella había sido destrozado por la ilusión del Uchiha.
"Al menos ya está feliz" —especuló Sakura con una media sonrisa, sintiendo dentro de ella que estaba a punto de perderse en su vacío, pero tratando a toda costa de que no pasara, no al menos frente a él o se vería obligada a contarle lo que le había ocurrido. —Anda… vamos a avisar a Kakashi-sensei que cambié de opinión. —dijo con toda la serenidad que pudo.
—¡Uhm!
Naruto asintió con una sonrisita, totalmente satisfecho y junto con ella fueron a la oficina del Hokage para que la kunoichi rectificara su decisión.
Kakashi aceptó sin más, viendo que el hijo de su difunto maestro se las había arreglado muy bien para convencerla, pero una cosa era que Sakura hubiera aceptado, la otra parte que faltaba era saber lo que ella diría en el juicio, así que, para averiguarlo, pidió hablar con ella a solas, por lo que Naruto se vio obligado a retirarse.
—Lamento estarle causando molestias, Kakashi-sensei. —dijo la cabizbaja kunoichi, sentada en el sofá que había en la oficina.
—Ahhh… descuida, no eres una molestia, créeme. Pese a todo lo que puedas estar pensando o sintiendo en este momento, quiero que sepas que tanto Naruto como yo siempre te tenemos presente y nos preocupa cualquier cosa que te pase, incluso me atrevo a pensar que Sai también.
—Lo sé, y se los agradezco mucho, sensei… —sonrió ella levemente ante sus palabras.
—Sakura, ahora… lo que quería hablar contigo a solas, es algo que tiene que ver con el juicio, quisiera que te prepararas y seas consciente de lo que dirás ese día. Ciertamente sé que no estoy en el derecho de pedirte algo para Sasuke, no después del daño que él te hizo, pero… siendo sincero contigo, puedo notar un real cambio en Sasuke, así como lo ve Naruto, y como mi exalumno se me hace difícil ignorarlo, así como me pasa con Naruto o contigo.
—Entiendo, sensei. Si cree que diré algo que pudiera afectarlo, créame, no es mi intención, no soy del tipo de persona que busca… "vengarse", creo que ya todos nos dimos cuenta de que eso no conduce a nada.
—Así es, y me alegro de que me lo aclares, sin embargo, como quiera me preocupas, por lo que puedas estar sintiendo, lo que pueda llegar a afectarte y lo que esto puede llegar a hacerte decir.
—¿Cree que me pueda descontrolar en pleno juicio y que diré cosas que no debo?
—Me temo que sí.
Sakura negó con la cabeza.
—No sucederá, se lo prometo… me prepararé para lo que tenga que decir, confíe en mi sensei.
—Lo haré. —le sacudió Kakashi el cabello. —Te lo agradezco, Sakura. Y si quieres, toma esto como una clase de prueba.
—¿Una prueba?
—Sí, si eres capaz de contenerte en el juicio, entonces creo que podrías hacerlo en cualquier lugar por lo que ya podría removerte el descanso indefinido y podrías volver a tus actividades o a realizar misiones.
—¿Lo dice en serio? —musitó Sakura tratando de sonreír.
—Muy en serio, hablaré con Lady Tsunade al respecto.
—Aunque… Kakashi sensei, no considero correcto que intente "premiarme" o algo por el estilo, utilizando el juicio de… bueno, usted entiende.
—Ahhh… las ventajas de ser Hokage. —se burló este. —La verdad es que se te extraña Sakura, es hora de que regreses a tu vida normal y que vuelvas a ser quien eras, o mejor aún, que vuelvas con una versión mejorada de ti misma.
La kunoichi bufó soltando una risita, su luz interna se mostró ligeramente amarilla.
—Lo intentaré y lo intentaría con o sin pruebas o premios.
—Esa es la Sakura que yo conozco. —sonrió Kakashi detrás de su máscara. —Entonces que así sea... no te rindas.
Sakura inhaló y exhaló profundamente, comenzando a prepararse mentalmente para lo que se avecinaba. Viendo hacia la ventana hizo cuentas de los días que faltaban para que se llevara a cabo el juicio; en tan sólo 2 días, debía estar lista, para hablar ante los kages y las autoridades correspondientes, y para verlo nuevamente a él.
"Espero que esto si sea lo último que haga por ti, Sasuke-kun".
Continuará
Muchas gracias por leer.
Agradecimientos especiales a Dickory5, Yoyi1801, Margaces, Guest por sus comentarios, es bueno saber que está agradando y voy por buen camino.
A los lectores anónimos, favoritos y seguidores muchas gracias nos seguimos leyendo.
PD: ya tengo escrita la escena del juicio :P
04 de abril de 2022
