N/A: esto es a lo que yo llamo un capítulo 3x1
Alexitimia
Capítulo 8.
¿El fin del equipo 7?
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Torre del Hokage.
Un silencio casi lúgubre ambientaba la oficina del Hokage, producto de una noticia que apagó los ánimos de un joven que aún estaba procesando lo que su maestro le acababa de comunicar, algo que realmente no era malo; sin embargo, no sabía si considerarlo bueno.
Un nudo en el estómago se le formó en cuanto escuchó las nuevas y por un breve momento sintió como si la historia se repitiera, pero ahora de una forma completamente diferente.
En la oficina, Kakashi, sentado frente a su escritorio rodeado de un montón de papeles, así como Shikamaru que se encontraba a un lado del Jinchūriki, viéndolo de reojo, esperaban que dijera algo.
— "Se le ha otorgado el perdón a Sasuke, será liberado el día de mañana"
Rememoró Naruto las previas palabras de su sensei.
—¡Lo sabía! ¡Sabía que no podían condenar a ese Teme! ¡Qué excelente noticia, Kakashi-sensei! ¡ahora todo volverá a ser como…!
Y como siempre, él se había adelantado para celebrar escandalosamente aquella victoria hasta que su sensei lo interrumpió.
—Naruto, antes de que te precipites, debes saber algo.
Esas palabras generalmente nunca iban acompañadas de buenas noticias, inmediatamente su ánimo se aplacó al ver la seriedad en los ojos del Hokage.
—Sasuke se irá de la aldea.
Hasta la noticia había impresionado a Shikamaru, quien sin decir nada se limitó a esperar a escuchar el veredicto completo, a diferencia de él, que inmediatamente reclamó.
—¡¿por qué?! ¿Acaso lo echaron Kakashi-sensei? ¿Por qué Sasuke se debe ir de la aldea?
Entonces, después de un suspiro por parte de su superior supo la respuesta.
—Nadie lo echó, él quiere irse, dice que no puede quedarse aquí, no después de todo lo que hizo.
Redención, expiar sus pecados, conocer el mundo shinobi, fue una de las tantas razones que aparentemente Sasuke dio para irse de la aldea, y aunque eran metas más admirables y menos destructivas que la venganza, el Uzumaki no pudo evitar pensar en la soledad que había escondida entre las metas autoimpuestas por su amigo, y eso de alguna manera lo entristeció.
—Naruto…
El aludido se sobresaltó, saliendo de sus pensamientos.
—Es su decisión, traté de persuadirlo de permanecer por lo menos unos días, para ver si así cambiaba de opinión, pero…
—Lo sé, Kakashi-sensei. Ese Teme idiota no aceptó. —interrumpió Naruto con una leve sonrisa.
—¿Harás algo al respecto? —preguntó Shikamaru, con pose relajada, esperando algún loco plan por parte de su amigo.
Pero inesperadamente y para su sorpresa, Naruto negó lentamente para luego reír y llevar su única mano detrás de la cabeza.
—Si es lo que quiere, supongo que lo único que queda por hacer es decir adiós, dattebayo.
—¿En serio eres Naruto? —volvió a cuestionar Shikamaru sin creerlo.
—¡Claro que sí, tonto! —exclamó este ofendido. —¿Tienes algún problema con eso?
—No, sólo que me sorprende, pasaste años tratando de hacer que Sasuke volviera a la aldea y ahora que prácticamente ya se encuentra aquí ¿lo dejarás ir así de la nada?
—Una parte de mi entiende porque ese Teme lo hace. —explicó Naruto cabizbajo. —Aunque también…—suspiró. —No sé…
—Creo que como dices no queda de otra más que decirle adiós y desearle todo el bien posible. —complementó Kakashi. —Sí quieres ir a despedirlo puedes hacerlo, él se marchará al punto del medio día, yo mismo lo escoltaré a la salida sin que nadie nos vea, como sabes, muchas personas de la aldea siguen sin poder perdonarlo.
Naruto asintió agradecido, hasta que reparó en algo que recordó que tenía que hacer.
—¡Un momento! ¡¿Dijo al medio día?!
—Sí, así es. ¿Por qué?
La expresión de Naruto cambió a una de terror.
—Iruka-sensei me pondrá un examen escrito mañana a las 10 y dijo que si reprobaba otra vez me mandaría con todos los pequeñines del nivel más bajo. —explicó temeroso.
—Pero dices que es a las 10, sí acabas con ese examen antes de medio día. —aseguró Shikamaru con una sonrisita burlona.
—¡Sí, claro! ¡Que fácil para ti decirlo!, tú lo acabarías en 5 minutos, pero recuerda que yo no soy tan listo como tú o Sakura-chan que también los termina de inmediato... ¡oh! Por cierto, hablando de ella. —miró a su alrededor. —¿Por qué no está aquí, Kakashi-sensei? O ¿acaso ella ya sabe que Sasuke saldrá?
—No, no lo sabe… y no está aquí porque no la mandé a llamar así de sencillo. —explicó el Hokage indiferente.
—¡¿Y por qué no?! ¡Esto también es importante para ella!
—¿Lo es? —cuestionó Kakashi con seriedad. —Tengo entendido que ella piensa lo contrario. Tú ya lo has de saber ¿no?
Naruto tragó saliva, rememorando el día en que le pidió que acudiera al juicio para salvar a Sasuke.
—Naruto… ¿cómo te puedo hacer entender?
—¿Entender qué? dattebayo
—Que ya no me importa nada que tenga ver con Sasuke Uchiha…
Ese día su amiga había sonado tan sincera que hasta la fecha lo hacía dudar si esas palabras eran de verdad o mentira; sin embargo, se inclinaba por la última opción ya que se le hacía imposible pensar que Sakura de la nada ya no se interesara por la persona que ella más amaba, corrección que seguía amando. "Algo había pasado entre esos dos" venía pensando desde ese día, y la única forma en que creyó que todo se podía resolver era si los tres se volvían a reunir.
—¡Kakashi-sensei! ¿Dónde está Sakura-chan? —exigió golpeando con su mano el escritorio.
—No hagas berrinches, Naruto. —regañó este con flojera. —¿Y para qué quieres saber? ¿No sería mejor que te pusieras a estudiar para el examen de mañana? Faltan menos de 13 horas para tu prueba y por lo visto no has estudiado nada.
—¡El examen no importa! ¡Esto es más importante! ¡Por favor Kakashi-sensei, Sakura-chan también debe darse por enterado de esto!
—Naruto, si fueras un poco más inteligente sabrías que Sakura se encuentra a esta hora en el hospital. —comentó Shikamaru con aburrimiento.
—¿El hospital? ¡Claro, el hospital!
Con una sonrisita victoriosa en el rostro y sin despedirse de nadie, el Jinchūriki de las nueve colas salió casi a la velocidad de su padre de la oficina del Hokage.
Kakashi al ver sólo el humo que quedó desprendido por la huida de su exalumno, suspiró rendido y bajó la cabeza exhausto.
—¿Qué pasa? ¿Acaso mencioné algo que no debí? —cuestionó el Nara al ver la actitud del Hokage.
—Bueno, tarde o temprano la iba a encontrar con o sin ayuda. —reflexionó este levantando la cabeza. —Sólo espero que Naruto respete la decisión de Sakura, tal cual lo ha hecho con la de Sasuke.
—¿La decisión? ¿Qué pasa exactamente? Me he dado cuenta de que Sakura está rara desde hace tiempo y eso que hizo en el juicio, aún sigo sin poder creerlo… Claro… sí se puede saber. —agregó al ver como Kakashi se enseriaba.
—Todo lo que te puedo decir Shikamaru es que efectivamente algo pasa con Sakura, sin embargo, es una cuestión médica y por ende confidencial, es lo único que te podría decir.
—Si es así no me meteré, aunque intuyo de lo que se trata.
—Sí, supongo que no es difícil verlo, a excepción de Naruto, que a veces sigue siendo un poco cabeza hueca—concluyó Kakashi dando otro suspiro.
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Una tímida joven caminaba a paso lento por las solitarias calles de la aldea. Iba muy bien arreglada, vistiendo un hermoso vestido largo blanco y sandalias bajas del mismo color, su cabello lo llevaba suelto y entre sus manos cargaba un pequeño bolso. Su evidente belleza la hizo acreedora a algunos halagos en las concurridas calles, lo cual provocó que se cohibiera y que la hicieran caminar por un rumbo menos concurrido, aunque estar sola en medio de la calle no la hizo olvidar ciertos problemas que eran más preocupantes que los simples halagos por parte de extraños.
Por eso había aceptado una cordial invitación por parte de una de sus amigas, esperando que un poco de "diversión" si es que le podía decir así, la relajara un poco de todos sus recientes problemas; sin embargo, pensar en estos la hizo pausar su caminata para mirar el cielo nocturno, el cual cada vez que lo observaba le hacía evocar el recuerdo de algunas personas muy queridas para ella, entre estas a su difunto primo Neji y también a "él", la persona que la había motivado desde pequeña, una persona que ya llevaba algún tiempo sin ver para su mala suerte.
—Naruto-kun… ¿qué estarás haci…
—¡CUIDADO! ¡HINATA!
Y casi como si lo hubiera invocado, lo escuchó; sin embargo, no pudo siquiera reaccionar como usualmente hacía pues de repente sintió una oleada de aire que casi la hace caer al suelo, de no ser por una mano que sostuvo la suya a tiempo y la cual para sus nervios correspondía a la de "él".
—¡Na-Na-Na-Na…
—¡Hola, Hinata! Cuanto tiempo…—saludó el del inconcluso nombre con una sonrisita, soltando su mano. —Que bárbara, ¿Qué estás haciendo parada en medio de la calle? por poco te tumbo.
—Oh… sí… lo siento. —contestó la chica con la cabeza baja, contrayendo la mano que le había tomado.
—Descuida. —dijo Naruto, levantando el bolso el cual sí se había caído al suelo. —Ha pasado tiempo ¿no?
—¿Eh? Oh…Sí…—susurró ella melancólica, ante el insinuante tono de voz de su ser querido.
—Toma… —le entregó él su bolso.
—Gracias.
—Por cierto, Hinata, nunca te había visto vestida así, te ves hermosa… ¿tienes una cita o algo así? —le halagó Naruto inocentemente.
—Her… her… ci..ci...¡¿cita?!
Los colores rojos subieron rápidamente por el rostro de Hinata al escuchar la palabra "hermosa" y casi cae de la impresión a no ser por esa pregunta que la volvió a la realidad casi de golpe pues la hizo creer que tenía que aclarar rápido la situación antes de que todo se malinterpretara.
—No, yo… bueno… yo sólo… es… que… lo que pasa…
Naruto puso su mueca de gatito y sudando en frío casi veía como la vida se le pasaba, mientras Hinata, haciendo ese ademán raro con sus dedos, trataba de articular una palabra, se le hacía extraño, porque a veces cuando su amiga quería podía ser muy rápida y directa con las palabras. Era muy rara.
—Ah… Hinata, se me está haciendo tarde, ¿te parece si luego me cuentas? Es que tengo algo importante que hacer. Tengo que ir al hospital… —apuntó a la dirección a la que iba.
—Ah… yo…
—¡Adiós!
Y sin permitirle continuar, el ninja se apresuró a correr hacia su destino.
—Yo también voy para allá. —terminó de articular la Hyuga, la cual se lamentó al ver desperdiciado un momento para caminar con esa persona tan especial para ella.
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Hospital de Konoha.
Sakura llevaba pocos días de haber regresado a sus actividades y sorprendentemente le estaba yendo muy bien, pese a que de repente sufría uno que otro episodio, generalmente cuando se quedaba sin que hacer y sola en su departamento.
En cuestión de trabajo, el personal del hospital la recibió gratamente y los pacientes, bueno, ellos seguían siendo pacientes, algunos amables, otros groseros, pero eso era común en un día de trabajo.
Se enteró que muchos de los ninjas que había atendido después de la guerra habían sobrevivido gracias a su intervención, aunque también hubo algunos que no lo lograron, y esos nombres en rojo generalmente eran los que pesaban más que los nombres escritos en azul que eran los que se daban de alta.
Esos nombres con tinta roja que indicaba la baja de un paciente hacían que quisiera exigirse más para que ninguna persona bajo su cuidado tuviera que terminar con su nombre con ese color de tinta.
Así que, además de su investigación (la cual seguía haciendo después del trabajo), tenía otra meta y lucharía por cumplirla a como diera lugar. Esa era su nueva motivación.
—Sakura-sensei, por el momento ya no hay pacientes que atender. —avisó la enfermera que hacía de recepcionista con una sonrisa —Creo que terminará su turno sin la menor preocupación.
—Eso parece y es bueno, ya que tengo una reunión el día de hoy, pero en lo que se llega la hora de salida, estaré en mi consultorio llenando unos registros, cualquier cosa me llamas, por favor.
—Claro. Gracias, Sakura-sensei.
La médico le brindó una sonrisa y se retiró por los pasillos del hospital.
Una vez en su consultorio se puso a trabajar en sus registros, los cuales rápidamente terminó y dado que aún tenía tiempo se enfocó nuevamente en su investigación; sin embargo, cuando se quedó sin información relevante que analizar sintió como si su cuerpo quisiera ausentarse de nuevo del mundo que la rodeaba.
¿Por qué?
Con los codos recargados en el escritorio y las manos sosteniendo su barbilla, cerró los ojos para analizar cuál era su estado actual de ánimo.
Una luz blanca fue lo que vio, así era como se encontraba, su luz había permanecido con un color amarillo desde que había comenzado a trabajar y supuso que había dejado de serlo cuando terminó de hacerlo. Por el momento no había otra forma de ver ese color amarillo, salvo trabajando, investigando o haciendo cualquier cosa relacionada con sus actividades como ninja médico; se había dado cuenta de ello dado a que cuando Tenten le hizo la invitación para ir al karaoke con las demás chicas, no pudo sentir ninguna emoción, se había quedado en blanco y contestó en automático que sí, pese a que por muy dentro de ella no quería salir a socializar; sin embargo, su maestra también le advirtió que no debía ofuscarse con tanto trabajo o algún día colapsaría.
Así que ahí estaba, sin hacer nada más que esperar que el tiempo pasara para su hora de salida para ir a dicho evento.
Para matar el tiempo sacó de su bolso un pequeño espejo y comenzó a peinar con sus dedos el flequillo que recientemente tenía por habérselo cortado mal, todo por usar un kunai y, claro, rememorar cuando se cortó el cabello por tratar de salvar a sus compañeros, por tratar de protegerlo a él.
"¡NOOOOO¡BAAAASTA! ¡NO LO HAGAS!"
Golpeó su espejo contra el escritorio.
—¿Por qué tengo que seguir recordándolo? —se quejó, sintiendo como sus entrañas se retorcían.
En su mente no podía dejar de verse así misma corriendo y gritando hacia esa persona para detenerlo, no importándole el peligro que significaba en ese momento debido al sello maldito, para después ser observada por esos penetrantes ojos dominados por el sharingan y…
"Eres realmente una molestia"
—¡No! ¡Ya basta! —gritó con los ojos cerrados, quitando tanto ese recuerdo como el de su niñez de su cabeza, antes de que fuera demasiado tarde.
Cuando los volvió a abrir sintió alivio al verse sola en su consultorio, dentro de sí misma podía seguir viendo que estaba la luz, blanca, pero al menos ahí seguía.
Aunque al que no le había ido bien fue a su espejito, el cual sí terminó hecho añicos entre su mano, ocasionándole varios cortes.
—Genial…
Fastidiada comenzó a aplicarse el ninjutsu médico a sí misma, cuando en eso, escuchó unos golpecitos en su ventana, al girarse, vio desconcertada que se trataba de Naruto al cual sólo le hizo una seña para que entrara.
—Sakura-chan ¡¿Estás bien?! —fue lo primero que preguntó Naruto al ver como curaba su mano.
—Oh… cha…sí claro, sólo fue un pequeño accidente. —respondió Sakura con una sonrisita fingida.
—¿Segura? ¿Acaso estabas soñando con algo?
—No… ¿Por qué lo dices?
—Es que apenas llegando…—señaló la ventana. —Toqué un par de veces, pero no me hiciste caso, tenías el espejo levantado… así. —explicó poniendo su mano frente a su rostro, simulando la posición de la ninja. — pero era como si estuvieras congelada, no te movías para nada luego… de repente reaccionaste, golpeaste el espejo contra el escritorio y luego gritaste…
—¿eso hice? —preguntó ella desconcertada y sin recordar la parte inicial.
—Sí, de veras…
Sakura, sintiéndose exhausta con ese maldito tema de su "enfermedad" se sentó con fastidio frente a su escritorio y sacó de un cajón su agenda personal, en la cual comenzó a escribir frenéticamente, ante la curiosa mirada de Naruto que sólo veía como su amiga escribía un montón de números. No entendía nada.
—Sakura-chan… ¿qué es lo que te pasa? —preguntó, tomando una postura más seria.
La ninja médico dejó de escribir y levantó la vista hacia su amigo, dentro de ella su luz comenzaba a tornarse celeste y creía entender el motivo, se suponía que tenía que hacer lo que le había dicho a su sensei que haría; sin embargo, aún no encontraba el modo de hacerlo.
—Nada… —respondió con otra fingida sonrisa. —¿Qué te trae por aquí? —preguntó, regresando a sus notas.
Naruto se dio cuenta de la evasión, pero por supuesto él tenía algo con que llamar su atención nuevamente, así que sin más se lo soltó de golpe.
—Sasuke fue perdonado. Mañana saldrá en libertad.
Sakura al escucharlo, inmediatamente se paralizó y dejó de escribir, el efecto exacto que esperaba Naruto, aunque…
—Eso es bueno, supongo… —habló ella, reanudando la escritura de sus notas.
—Claro que lo es, aunque… ¿sabes?...
—¿Mmm?
—Sasuke… Sasuke se irá de la aldea. Se irá mañana, Sakura-chan. —contó Naruto con cierta melancolía. —Kakashi-sensei dijo que… quiere hacer un viaje de redención.
—Oh… ya veo… —fue lo único que dijo ella, sin devolverle la mirada por estar atenta a sus notas. —Supongo que tendré que avisar a Lady Tsunade que él no se esperará a que el equipo de científicos termine con el brazo artificial, para que ella decida si continúan trabajando en este o no.
El ninja se desconcertó.
—¿Es todo lo que dirás?
—¿Q-qué más quieres que te diga? —preguntó ella titubeante, sin dejar de escribir.
—¡Basta, Sakura-chan! —le arrebató Naruto la agenda, a riesgo de ser golpeado.
Sin embargo, aquello no pasó, Sakura sólo levantó la mirada hacia él y le sonrió levemente, tratando de contener toda la revolución de emociones que se estaban formando dentro de ella.
—¿Qué es lo que quieres ahora de mí, Naruto? —preguntó amablemente, conteniendo casi la respiración para concentrarse en solo ver la luz blanca.
"vaya que me conoce" —pensó el rubio, devolviéndole la agenda. —Yo…—musitó. —Sólo quiero que me acompañes a despedirlo.
—Mmm… ya veo… ¿no… no piensas seguirlo ahora?...
Naruto soltó una risita.
—No, está vez no. Creo entender porque Sasuke ha decidido todo esto, así que ahora respetaré su decisión.
—Eso es… bueno… supongo…—comprendió Sakura, guardando su agenda. —Ve tú a despedirte de él, no me necesitas para eso.
—¿Qué dices Sakura-chan? No te lo pedí como un tipo de apoyo, quiero que vayas porque somos parte del mismo equipo, ¡del equipo 7! El teme, tú y yo… y por supuesto Kakashi-sensei, dattebayo, a Sai y al capitán Yamato no los tomo en cuenta porque ellos más bien son parte del equipo Kakashi y nunca conocieron a Sasuke como nosotros.
Sakura suspiró.
—Naruto… ¿puedo ser sincera contigo?
El rubio tragó saliva, no le gustaba para nada ese cuestionamiento, pero ni modo que le dijera que le mintiera, quería saber qué era lo que pasaba por la cabeza de su amiga, para que ahora tuviera esa actitud con Sasuke y con él.
—C-claro... —aceptó finalmente, tomando asiento en la silla en donde generalmente se sentaba el paciente.
Sakura cerró su agenda y se apoyó en el escritorio.
—He estado pensando mucho en algo sobre el equipo 7, desde hace mucho en realidad… ideas que pasaban por mi cabeza y que me negaba a aceptar, pero que ahora acepto.
—¿Qué cosas, Sakura-chan?
—Que el verdadero equipo 7 siempre lo formaron Kakashi-sensei, Sasuke-kun y tú…
—¡Ush! Sakura-chan… no empieces con eso. —berreó el rubio.
—Déjame te explico, por favor.
Naruto guardó silencio, aunque en completo desacuerdo.
—Sí, en registros y toda esa papelería dice que también soy parte del equipo 7, pero si lo piensas en realidad, yo nunca hice nada, no al menos algo de provecho. En la mayor parte de nuestras misiones, eran Sasuke-kun y tú los que resolvían el conflicto, claro que con la ayuda de Kakashi-sensei, yo… era como si no estuviera, y si me notaban sólo resultaba ser un estorbo o terminaba desmayada o secuestrada. —rio sarcásticamente. — Y, si ya sé, antes de que lo digas, sí hacía cosas, claro que sí, me encargaba de cosas básicas como la comida, inventario y demás cosas que creo que nadie más quería hacer, pero en realidad nunca fui de utilidad en las partes difíciles de las misiones.
—No es cierto, pero anda, continúa. —farfulló Naruto molesto.
—No lo digo para victimizarme ni nada por el estilo, sólo quiero llegar a un punto…
—El cuál es…
—Que… pensándolo, muy a profundidad, no hay nada que me una realmente a Sasuke-kun, no al menos como ese lazo que tiene contigo o Kakashi-sensei, yo… sólo fui una molestia para él, así que no creo que le importe si voy o no a despedirme de él y también muy sinceramente Naruto, tampoco me interesa hacerlo, ya te lo había dicho antes.
—Pero… ¿por qué Sakura-chan? — se levantó él de su asiento. —Me niego, dattebayo, me niego a creerlo… tú no eras así.
—La gente cambia. —se encogió Sakura de hombros. —abrí los ojos y vi la realidad.
—No te creo. Más bien dime, Sakura-chan, ¿qué te hizo Sasuke para que ahora pienses así de él?
A la kunoichi le temblaron los labios y a su mente poco a poco llegaba el recuerdo de lo que pasó aquel día del fin de la guerra.
—Sé que es una pregunta estúpida. —continuó Naruto. —Se que ese Teme se comportó como un cabrón contigo en varias ocasiones, pero ¡igual conmigo! pero los dos sabemos el motivo. Él quería cortar todo lazo que lo hiciera "débil" … el muy idiota. Yo lo perdoné, porque comprendí por todo lo que pasó, y se supone que tú también lo perdonaste.
—Sí, lo sé, yo… lo perdoné, pero… no puedo olvidar. —sinceró ella con melancolía, sintiéndose por dentro una mala persona.
—Sakura-chan. —musitó Naruto, lo que menos quería era hacerla llorar.
Sin embargo, la kunoichi rápidamente cambió su expresión a una más relajada, aunque sus ojos demostraran todo lo contrario.
—De igual manera, cómo te había dicho, no creo que yo tenga alguna clase de lazo con él y si lo había pues… solamente era de mi lado, pero ahora ese lazo tampoco existe.
—Te equivocas.
—Naruto…—Sakura se mordió los labios. —Sasuke-kun estará bien, no me necesita, nunca lo hizo, no le afectara que no vaya a despedirlo, pero tú si debes hacerlo, porque eres su familia, eres para él lo que alguna vez su hermano Itachi fue. Los demás no importamos. Créeme.
—Sakura…
—Y… ¡vaya! —se levantó, quitándose la bata para luego comenzar a tomar todas sus cosas. —Siempre recuerda las palabras de Jiraiya sama: El lugar donde está la gente que piensa en ti, es el lugar al que debes llamar hogar. Mientras Sasuke te tenga a ti, siempre tendrá un lugar al cual llamar hogar… al cual regresar.
—Sakura-chan… no hagas esto.
—Es muy tarde, Naruto. Ya me deben estar esperando. Vamos, te acompañaré a la salida.
—No. —se rehusó el rubio, posicionándose frente a la puerta para evitar que saliera. —No hemos terminado de hablar.
—Naruto…—susurró Sakura, apretando los puños.
Tal gesto lo notó Naruto, pero más allá de verla enojada, vio a su amiga como si estuviera vacía, incluso físicamente se veía descuidada, ya no se veía como la hermosa chica de la que se había enamorado.
—Hablamos después, en serio, me tengo que ir. —dijo ella, tratando de no perder los estribos. —Me están esperando.
—¡Déjate de excusas! Y mejor siéntate que no hemos…
—Sakura-sensei… —Se escuchó que alguien decía, mientras tocaba levemente la puerta. —¿Se encuentra ahí?
—Es la enfermera. —explicó Sakura a su confundido amigo. —¡Sí, aquí estoy! —gritó, sobándose las sienes.
—Oh, lo que pasa es que hay alguien que la está esperando en la recepción.
—Oh, era verdad… —susurró Naruto.
—Por supuesto que era verdad. —dijo Sakura, apartándolo de la puerta. —Anda, vamos… te acompaño a la salida.
Viendo que no había de otra, Naruto la siguió, preguntándose mentalmente quien era la persona que esperaba por ella, pensando inmediatamente que podría tratarse de un chico; sin embargo, grande fue su sorpresa al ver que era Hinata quien esperaba por ella.
—¿Ya lista? —preguntó Sakura, ignorando por completo a Naruto para acudir con la Hyuga.
Hinata reaccionó tímidamente he hizo una reverencia a forma de saludo para el ninja, el cual no entendía porque lo saludaba otra vez si ya se habían visto minutos atrás.
—¿Saldrán a una fiesta o algo así? Gracias por invitar. —preguntó picaronamente, tratando de despejar la previa tensión que había quedado entre Sakura y él.
—Iremos al karaoke, pero sólo nos reuniremos chicas, así que no, no puedes ir. —se adelantó Sakura a explicar.
—Ahh… ya veo. —rio él forzosamente. —Pues ya que…por cierto, Sakura-chan, ¿así te irás? ¿así toda fea y oliendo a pacientes enfermos? Hinata se ve muy bien a diferencia de ti —señaló, en un intento por provocarla para ver si la Sakura que él conocía seguía ahí.
La Hyuga al escucharlo reaccionó bajando su cabeza avergonzada, mientras que Sakura le miró con cierto reproche, aunque a diferencia de antes ya no se sentía con ánimos de armar un escándalo, así que sólo respondió:
—Hinata es bonita por naturaleza, y yo… bueno… conmigo aplica el dicho que dice que, aunque la mona se vista de seda mona se queda, así que da igual si me pongo otra cosa o no, y para responder a tu pregunta, sí, ¡así iré de fea al karaoke y para ser precisa oliendo a orines, sangre y vómito de pacientes! ¡¿Satisfecho?!
Naruto se espantó, el modo en que su amiga lo miraba y el modo tan seco en que le había respondido había sido como un equivalente a una bofetada.
—Era broma… Sakura-chan. —dijo él para tratar de relajarla. —No lo tomes a mal.
—Sí, sí como sea… nos vemos. Hinata, anda vamos… las demás ya deben de estar esperando. —dijo, jalando del brazo de la chica.
—Oh, sí… Naruto-kun… nos… vemos. —se despidió esta tímidamente del muchacho.
—Adiós… —murmuró este rendido, viendo como las chicas abandonaban la recepción del hospital.
Aburrido y sin tener nada aparentemente qué hacer, él también abandonó el hospital; sin embargo, apenas dando un paso fuera de este unos chasquidos que provenían desde un árbol llamaron su atención.
Aquellos sonidos, pronto se volvieron un par de siluetas que salieron de entre el follaje de un árbol cercano. Naruto los reconoció.
—¿Cejotas?… ¿Sai? —pronunció viendo al entusiasta chico del overol verde y al extraño y sonriente Sai que parecía no tener idea de porque estaba ahí.
—Naruto… Lee te estaba buscando. —explicó este sin borrar su sonrisita.
—¿A mí? ¿Para qué dattebayo?
El muchacho de cejas pobladas y ojos enormes sólo sonrió traviesamente y lo tomó de los hombros.
—¿Quieres ir al karaoke?
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Sakura y Hinata después de unos minutos de caminata y pláticas banales, llegaron a su destino: el karaoke, un lugar que por fuera se veía pequeño pero que por dentro mostró lo amplio que era. Diferentes cabinas eran ocupadas por varios grupos de personas que cantaban desentonadamente frente a un televisor que mostraba las letras de la canción y por lo que observaron las kunoichis se podía comer y beber dentro del lugar, así como dar diferentes tipos de ambientación.
—Mmm no se ve tan aburrido el lugar, tal vez hasta sea divertido. —pensó Sakura en voz alta, mientras uno de los encargados las conducía a ella y a Hinata hacia la cabina donde se encontraban aparentemente sus amigas.
—Sí. —fue lo único que musitó la tímida Hyuga, percibiendo las vibraciones que causaba la música a volumen muy alto. Sin embargo, a pesar del ambiente, no pudo evitar bajar la cabeza como si los problemas que tuviera la siguieran incluso en ese lugar.
—¿Te encuentras bien? —preguntó Sakura, notando la pose cabizbaja de la Hyuga.
—Oh… yo…
—Señoritas, cabina 203… que se diviertan. — interrumpió el encargado, señalándoles el sitio al que debían entrar.
Las chicas agradecieron sin más y se adentraron a la habitación, en donde vieron que ya había un completo ambiente de fiesta.
Frente al televisor estaba una muy animada Tenten cantando e Ino le hacía segundas. Mientras que alrededor de una mesa se encontraba una Tsunade ya ebria, Shizune que cuidaba de su maestra, Shiho, la chica del centro de inteligencia y por último y para sorpresa de la Hyuga, estaba su maestra Kurenai.
—Que bueno que ya llegaron. —saludó Shizune, tratando de que Tsunade no se le cayera encima.
—Sí, sentimos el retraso. —se disculpó Sakura, tomando asiento.
—Kurenai-sensei… ¿usted aquí? —Hinata no pudo evitar preguntar.
La viuda de Asuma Sarutobi le sonrió.
—Sí, Ino me invitó y digamos que les "pidió" a Shikamaru, Chouji, Kiba y Shino que cuidaran a Mirai por mi esta noche y ellos aceptaron.
—Oh… que amables fueron. —sonrió la Hyuga sin imaginarse el modo en que la Yamanaka había pedido dicho favor a sus compañeros.
—Y lady Tsunade ¿cuánto ha bebido? —preguntó Sakura, dando una risita nerviosa.
—Ya venía ebria de otro lado. —explicó Shiho, acomodándose los lentes. —No se permite la ingesta de bebidas alcohólicas en este lugar.
—Oh… pero sí dejan entrar a ebrios. —rio Shizune cansada. —Sakura, Hinata… llegan justo a tiempo
—¿Para qué?
—Pues para que canten, así nos quitan a esas dos de encima. —explicó Kurenai, señalando a las jóvenes.
—¡Sakura, Hinata! ¡Llegaron! —se escuchó la cansada y ronca voz de Tenten amplificada por el micrófono.
— Justo a tiempo, así me pueden ayudar a obligar a cantar a Kurenai sensei. —dijo Ino juguetonamente.
—¿Eh? —se desconcertó Sakura.
—¡Anda frente de marquesina! ¡Es tu turno también! —invitó la rubia, hasta que notó algo que no había visto con claridad por lo oscuro de la habitación. —¡¿QUÉ DEMONIOS LE PASÓ A TU CABELLO?! ¡ESTÁ HORRIBLE! —gritó por el micrófono.
—ehh… un accidente…—explicó esta entre dientes, peinándose su horrible flequillo. —Gracias por divulgarlo en voz alta.
—Que demonios, después te lo arreglaré. —decidió Ino ya sin hablar por el micrófono. — por lo pronto ven… y usted también, Kurenai-sensei.
—No, yo estoy bien aquí observando. —se eludió la adulta nerviosa. —además no conozco las canciones que ustedes cantan.
—Ush… que aguafiestas… ¡Anda entonces tú, Sakura! Tú de seguro te sabes algo, son las canciones que se han venido escuchando en los últimos meses de esas nuevas artistas. ¡Anda, anda, anda, anda!
—Supongo que no se callará si no lo hago. —se levantó la kunoichi apáticamente.
Tenten le cedió su micrófono y esperó a que Ino escogiera la canción.
—Desde que supe que vendríamos planeé cantar esta canción contigo, tú harás las partes rápidas ¿De acuerdo?
—¿Y por qué yo esas?
—Porque lees y hablas muy rápido, así que no te quejes, frentona.
—Como quieras, Ino cerda. —respondió esta aburrida.
Entonces la pantalla con la canción seleccionada se encendió y tan pronto empezó a reproducir el sonido, Sakura y otras integrantes del grupo reconocieron la melodía, era una canción muy sonada la cual tenía por título: Long Kiss Goodbye.
Sakura sabía cuál era, de repente la tarareaba después escucharla; sin embargo, hasta que no leyó la letra realmente no había entendido de que se trataba y el coro definitivamente la sintió como algo muy personal para ella.
"Y aunque quisiera que me amaras de una forma especial"
"Tengo la sensación de que nunca más volveremos a vernos"
"Quiero decírtelo, pero aún no encuentro las palabras adecuadas"
"Te dije que estaba bien, pero mentí, porque no podía decir: No te vayas"
—Que estupidez. —pensaba mientras cantaba, tratando de no verse afectada por la canción o su previa conversación con Naruto.
Pero no sólo a ella pareció provocarle algo esa letra, a mitad de la canción, Kurenai-sensei se levantó e inesperadamente también quiso cantar una parte de la canción. Ino le cedió su micrófono, pero se mantuvo a un lado de ella, haciéndole terceras a las dos nuevas cantantes.
"Cuando nuestros caminos se separen
¿Te olvidarás de mí?"
"Y aunque quisiera que me amaras de una forma especial"
"Tengo la sensación de que nunca más volveremos a vernos"
"Quiero decírtelo, pero aún no encuentro las palabras adecuadas"
"Te dije que estaba bien, pero mentí, porque no podía decir:
No te vayas"
La canción terminó y tanto maestra como médico fueron aplaudidas por sus compañeras.
—¡Qué bonito cantaron! —celebró la enrojecida Tsunade alzando un vaso con jugo.
—¡Kurenai-sensei… me sorprendió! —exclamó Tenten maravillada.
—Sí, a mi también… ¿por qué el cambio de opinión? —preguntó Ino.
La maestra sonrió tímidamente.
—No sé, es que… esta canción me recuerda mucho a mi querido Asuma. Algunas cosas que dice son como si lo estuvieran describiendo a él…
El silencio se hizo presente en la sala, Sakura observó aquello con especial atención, notando que aún había muchas heridas que aún no sanaban del todo.
—Oh… pero no se pongan triste, me hace recordarlo con mucho amor. —explicó la maestra con una gran sonrisa. —Supongo que a ti también te recuerda a alguien, Sakura, cantaste muy bien.
—Eh…. —se sobresaltó la aludida. —Eh… no, para nada.
—Sí, claro… ¿Acaso no te recordó a…—insinuó Tenten a punto de decir aquel nombre cuando…
—¡Hinata, sigues tú! —interrumpió Ino para cambiar rápidamente de tema, ella conociendo el problema de su amiga no podía permitir que le recordaran a dicha persona.
—Sí, querida, ¡sigues tú! —exigió la ebria Tsunade, medio consciente también de la situación.
La chica Hyuga se intimidó.
—Eh… no, yo estoy bien así.
—Sí, como no—respingó Ino. —… Sakura, ayuda a Hinata… escoge una canción.
—Ah… pero ¿Cómo le hago con este aparato? —señaló la máquina de karaoke.
—Ush… no hablo de que le muevas al aparato, me refiero a que escojas una canción para ella.
—Oh… pues explícate, Ino cerda. Shannaro… Veamos… una canción para Hinata —pensó, tratando de ver todo aquello como una especie de terapia, admitía que haber cantado le había relajado mucho, a pesar de los recuerdos que le llegaron de él, pero para olvidarse de esa persona de nuevo se enfocó en la que ahora necesitaba ayuda. —Hinata… ¿hay algo que te preocupa actualmente?
La chica se sobresaltó ante el cuestionamiento y bajó la cabeza con cierta melancolía, eso le dio a entender a la kunoichi que probablemente tenía problemas y no de amor precisamente.
—Creo que tengo la canción perfecta para ti. Ino Cerda… pon "My answer"
—Oh… me encanta esa canción, siempre la escucho cuando no puedo resolver algo. —dijo Shiho emocionada.
—Igual yo, y si te gusta, ¡anda! ven tú también. —invitó Sakura, cediéndole el micrófono.
Shiho se levantó de su asiento y lo tomó emocionada.
—Canción lista en 3, 2, 1…—contó Ino, viendo a las tres chicas que ya estaban colocados frente al televisor.
Hinata era la más nerviosa, pero trató de abrirse a esa nueva experiencia cuando leyó las primeras líneas de la canción.
"Aunque no lo puedas hacer ahora"
"No entres en pánico"
"No te asustes"
"Ve a tu propio ritmo"
"Y confía en ti mismo"
—¡Vamos Hinata! —alentó Sakura.
Y aunque la de ojos plateados no podía seguir la letra tan rápido o cantar tan fuerte como la de ojos jade, hizo su mejor esfuerzo para hacer que su voz se escuchara.
"Nos preocupamos, nos preguntamos, dudamos de nosotros mismos"
"No existe respuesta correcta, así que ve y busca la tuya"
Definitivamente Sakura no se había equivocado con la canción, pensó la Hyuga más animada, moviéndose al ritmo de la canción.
"Si pudiera regresar el tiempo, me diría algo a mí mismo"
"Sigue trabajando hasta que tu dedicación se convierta en confianza"
"Aunque no lo puedas hacer ahora"
"No entres en pánico"
"No te asustes"
"Ve a tu propio ritmo"
"Y confía en ti mismo"
Las chicas aplaudieron ruidosamente, cuando Hinata terminó la canción por si sola, quien orgullosa y tímida a la vez no podía con tanto halago por parte de sus amigas.
—Lo que te digo Shizune, pura cantante profesional aquí. —fue el halago más gracioso, por parte de Tsunade.
—Muchas gracias a todas, gracias, Sakura-san. Me siento mucho mejor.
—Deja el san, Hinata… somos amigas, o puedes ponerme el "chan", como Naruto lo hace.
—Oh, sí…—enrojeció la chica con solo escuchar ese nombre—Como tú digas.
Sakura sonrió al verla más animada, y no sólo Hinata, ella también lo estaba, en su interior podía ver que su luz se encontraba de color amarilla así que definitivamente pensó en poner "cantar" como un modo nuevo de terapia.
Sin embargo, era un tipo de terapia con el cual debía tener cuidado, pues al escoger tan sólo una canción que se podría catalogar como "errónea" podía causar que miles de emociones salieran a flote, y tal fue el caso cuando de entre canción a canción hubo risas, baile, nostalgia y hasta llanto.
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—Señor, ya salieron esas personas de aquella cabina… ¿será que ahora si nos la pueda rentar? —insistió un energético Lee, mientras señalaba abiertamente a un grupo de personas que salía.
—Señor, ya le dije que no puedo, las reservaciones se hacen con días de anticipación, además ya vamos a cerrar, si quiere le puedo buscar cual es el siguiente día libre.
—No puede ser.
El alumno de Gai sensei se lamentó cabizbajo, había pasado la mitad de la noche esperando porque alguna cabina de karaoke estuviera disponible ya fuera por alguna cancelación o por que un grupo saliera antes de lo esperado; sin embargo, ni una ni la otra cosa sucedió y su plan para estar cerca del grupo de chicas, fracasó rotundamente.
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En las afueras, en la azotea del establecimiento, se encontraba Naruto y Sai esperando, el primero acostado sobre el suelo, apreciando el cielo nocturno y el segundo dibujando un boceto del paisaje.
—¿Sabías que Lee pretende confesarse a Sakura otra vez? Por eso estamos aquí… dijo que quería entrenar la canción adecuada para una declaración. —comentó Sai, sin despegar su vista del dibujo.
—Ah… ¿sí?... que se prepare para ser rechazado de nuevo. —opinó Naruto, restándole importancia.
—Quien sabe, tal vez y ahora pase algo diferente…
—¿Por qué lo dices?
—Tengo entendido que a Sakura ya no le interesa Sasuke, por lo que se podría decir que su corazón está disponible para alguien más.
Naruto se levantó precipitadamente del suelo.
—¡¿Quién te dijo eso?! ¡No es verdad! Sai teme…
—Nadie me lo dijo. Es algo de lo que yo me di cuenta y que se me salió decirle a Lee…
—¿Eh? ¡¿Qué?!
—Sakura está rara desde que terminó la guerra ¿no lo has notado?
Naruto bajó la mirada, recordando lo pasado.
—Por supuesto.
—La otra vez que hablé con ella me dio a entender que su cambio es por causa de Sasuke.
—¿Ella te lo dijo?
—No, yo lo intuí, pero ella no lo negó.
—Mmm… ya veo.
—¿Qué harás Naruto? —preguntó el artista, dejando su pincel de lado.
—¿cómo qué que haré?
—Con respecto a Sakura. —dijo Sai como si fuera lo más obvio. —¿Harás lo mismo que Lee? ¿Irás tras su corazón de nuevo?
El Jinchūriki se sobresaltó enrojecido.
—¡Claro que no! ¡¿De dónde sacas eso? Dattebayo… Yo conozco perfectamente los sentimientos de Sakura. Yo… ¿Ya me rendí con ella? —pensó para sus adentros.
—Los de antes, pero no los actuales…. ¿qué parte de a ella ya no le interesa Sasuke no captaste?
—Hmph… eso es lo que tú piensas, Sai… —bajó la cabeza melancólico. —Pero yo sé… lo que realmente ella siente.
—Bueno… allá tú si no quieres ver lo que hay ahora, si yo fuera tú, aprovecharía la oportunidad.
—¡ja!... pues que bueno que no soy tú, tonto…—bufó Naruto, volviéndose a echar en el suelo.
En eso, escucharon un montón de cuchicheos desde la parte inferior, voces que correspondían a puras chicas. Tanto Naruto y Sai se asomaron desde lo más alto, viendo que ahí se encontraba su compañera de equipo con el resto de las chicas, incluyendo a la ex Hokage, parecía que se estaban despidiendo.
—¿Y dónde quedó el Cejotas? —se preguntó Naruto confundido.
—Probablemente huyo antes de que lo notaran. —intuyó Sai. —Bueno… creo que no cantaremos nosotros el día de hoy.
—Que perceptivo Sai. —comentó Naruto con sarcasmo, viendo como su amigo se levantaba. —¿Eh? ¿Ya te vas?
—Haré como que me encontraré con alguien casualmente. —sonrió el muchacho. —¡Nos vemos Naruto!
Y desapareció.
—¿Eh? ¿Encontrarse con alguien? ¿Quién? No cabe duda de que Sai sigue siendo un rarito.
El ninja se asomó de nuevo desde la azotea, viendo que Ino y Tenten se despedían yendo hacia el este, mientras que Kurenai se iba por el lado contrario. La abuela Tsunade parecía querer seguir con la fiesta y estaba arrastrando a Shizune hacia un bar que estaba cerca del sitio. Sakura y Hinata se despidieron de todas y se fueron juntas hacia el norte.
Naruto, frunció el entrecejo con recelo, la conversación con Sai le había dado mucho en que pensar y de alguna forma creyó que tenía que terminar forzosamente la conversación que había dejado pendiente con Sakura, así que sin más se dispuso a seguir a su amiga para terminar lo que habían comenzado; sin embargo…
—Naruto… —escuchó un lamento detrás de él que le puso la piel de gallina.
El ninja se giró asustado, viendo con terror la cara demacrada de Lee.
—Aborta la misión… hemos fallado.
Sin embargo, el demacrado rostro de Lee cambió rápidamente a una radiante.
—¡Pero la llama de la juventud nunca se apagará, tal vez hoy no pudimos cantar, tal vez mañana tampoco podremos hacerlo, pero lo que si es seguro es que cantaremos el jueves dentro de 3 semanas a las 9 de la noche! —mostró orgulloso la confirmación de la reservación.
Naruto sudó en frio.
—Ay… que tipo…
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Hinata y Sakura iban caminando por el sendero que daba vista al rio del pueblo. La primera debía hacerlo ya que su domicilio quedaba pasando aquel tramo y la segunda porque no se sentía tan cansada todavía que decidió acompañarla hasta su casa.
—En serio no es necesario, Sakura-chan, puedes acompañarme hasta aquí si quieres. —insistía Hinata cada vez que podía.
—Ya deja eso, ya te dije que no hay problema, tú pasaste por mi al hospital, así que creo que te debo una.
—Ah… pero eso fue porque te pedí que si podíamos llegar juntas ya que me iba a dar pena llegar sola.
—Sí, lo sé… ¡cha! Que importa…además ¿cómo crees que te voy a dejar andar sola a esta hora? Que tal si un pervertido ninja salido de la nada se aparece y te quiere llevar. Sería difícil para ti pelear con ese vestido, además que se arruinaría y está muy bonito.
—Oh, pero dudo que eso pase. —rio la chica. —Además si se diera el caso, Sakura chan podría estar en problemas también.
—Tal vez, pero igual puedo lidiarme a golpes con un idiota. —ignoró la kunoichi. —además… quería platicar contigo.
Sakura se detuvo, haciendo que Hinata lo hiciera también.
—¿Hablar conmigo?
—Sí. —asintió la médico. —Es sólo que te noté algo mal en algunas ocasiones mientras cantábamos y perdón si soy entrometida, pero sólo quería saber si estabas bien.
—Oh… bueno. —la Hyuga bajó la cabeza apenada. —No es algo tan importante…
—Si algo he aprendido en los últimos meses Hinata, es que no se deben minimizar los problemas por pensar que son insignificantes ante los demás.
Hinata se sobresaltó al escucharla.
—Así que sea lo que tengas, dilo, no tiene que ser necesariamente a mí, pero es necesario que lo hagas, que dejes que tu voz se escuche tal y como lo hiciste esta noche cuando cantaste esa canción.
—¿Hacer que mi voz se escuche? —musitó la Hyuga pensativa. —Creo que ese es precisamente mi problema.
—¿Cómo dices? —preguntó Sakura, ya que la Hyuga parecía estar hablando consigo misma.
La chica se sobresaltó agitada.
—¡Ay, que precisamente ese es mi problema! —expresó enrojecida, engarruñando las manos contra el pecho. —Mi padre… aunque me quiere, cree que no soy lo suficientemente fuerte para ser la cabeza del clan, no me lo dice, pero es muy evidente ante mis ojos.
—Ya veo.
—Ahora que Neji-nii no se encuentra, él ha tratado de darme su confianza con respecto algunas cosas que se hacen en el clan, pero, creo que no lo he hecho muy bien, siento que las personas con las que lidio no me toman en serio.
—Entiendo. —musitó Sakura, conociendo perfectamente esa sensación.
—Pero sé que debo seguir esforzándome, porque es el camino que quiero seguir, es el camino que he elegido.
—Eso te lo enseñó Naruto ¿verdad?
Hinata enrojeció como farolito ante la sola mención del rubio.
—Ahhh… bueno… yo…
Sakura sonrió picaronamente.
—No tienes porque ocultarlo, Hinata… yo sé perfectamente lo que sientes. Tú amas a Naruto ¿Verdad?
—Oh, bueno… —Hinata sentía que su corazón palpitaba rápidamente. —La verdad es que… sí.
—¡Lo sabía! —celebró Sakura con una sonrisa.
—pero… —musitó la Hyuga, conteniendo el decir "Pero él te quiere a ti".
—¿Mmm? ¿Dijiste algo?... —se inclinó Sakura hacia ella para tratar de escucharla.
—Eh… no, nada. —negó esta apenada.
—¿Y alguna vez has planeado decírselo? Naruto es un poco cabeza hueca, le tienes que decir las cosas de enfrente para que entienda y a veces ni eso funciona. ¡Ah! También tienes que hablar un poco más rápido o se desespera, tiene poca paciencia y creo que hasta le molesta, ya que él es muy hiperactivo, por ejemplo, una vez me contó que casi defeca en sus pantalones porque una chica que, era muy lenta para hablar, lo interceptó antes de que pudiera entrar al baño y me dijo que hablaba tan lento que casi se hace del baño frente a ella. ¡ah, pues fue cuando fue la competencia atlética de la academia! ¿Lo recuerdas?
La Hyuga sintió que la tierra se la tragaba, pues recordaba ese día y también el haber interceptado a Naruto frente al baño de chicas (quien sabe porque ahí), lo único que ignoraba es que su amado se estaba aguantando.
—¿Qué? ¿Qué tienes? —preguntó Sakura al verla enrojecida. —En fin… ¿piensas decírselo algún día? —preguntó para retomar el tema.
Hinata reaccionó de inmediato, recuperando su tono de piel normal, a excepción del puente de su nariz que seguía enrojecida.
—Bueno, yo de hecho se lo dije… —recordó tímidamente.
—¡¿Qué?! ¡¿cuándo?! ¿Y qué te dijo?
—Oh… no me dijo nada, es que… fue durante la pelea con Pain.
—¿Cuándo fuiste a rescatarlo? Debo admitir que eso fue muy valiente de tu parte.
Hinata asintió.
—Pero, Naruto-kun nunca me dio una respuesta, creo que no le importó…
—No, no creo… Naruto no es el tipo de persona que ignore los sentimientos de los demás. —opinó Sakura con la mano en la barbilla. —¿No crees que sea posible que no te haya escuchado? Digo, ese día había mucho caos y destrucción por todos lados.
—¿eh? No…no lo había considerado.
—Si a mi me cuesta trabajo oírte a veces, entonces a él que, aparte también es medio despistado, supongo que también. ¡Ah! No te ofendas, pero puede que sea una posibilidad… así que ¡No te rindas, Hinata! Creo que debes expresarle lo que sientes.
—Pero… —la Hyuga sintió una presión en el pecho.
—Pero ¿qué?
Hinata tomó aire, ya no podía soportarlo, si era verdad que tenía que alzar la voz eso también conllevaba a decir todo lo que sentía.
—¡Es que Naruto-kun te quiere a ti!
Sakura se pasmó, viendo como después del arrebatado grito de Hinata, esta volvía a engurruñarse tal cual una tortuga que se esconde en su caparazón.
"¿Qué se supone que debo decir ahora?" —pensó la kunoichi de cabello rosa, su luz por dentro se había mantenido amarilla y comenzó a tintarse en un amenazante color blanco.
Sin embargo, se sacudió, no podía permitir que pasara, se supone que estaba ayudando, no podía cohibirse, aunque ciertamente la situación se había vuelto un poco incómoda para ella, pero, así como Hinata había sido sincera con respecto a su sentir, creyó que debía corresponderle de la misma manera.
—Tal vez… así es. —sinceró.
Hinata al escucharla, levantó su melancólica mirada.
—Sin embargo, Hinata. —continuó Sakura. —creo que mis sentimientos de ninguna manera se podrían comparar con los tuyos o los de Naruto, que son sentimientos muy puros. —sonrió levemente. —Yo… creo que no sé realmente lo que signifique amar a alguien, en el sentido "romántico" de la palabra, creo que no sé qué es realmente sacrificarte por alguien…sí sabes a lo que me refiero.
—Oh… sí, pero Sakura-chan, tú no estabas…
La Hyuga se abstuvo de decir que su amiga amaba a Sasuke Uchiha, y se le hacía extraño que Sakura pensara eso de sí misma, cuando tenía por entendido que la médico se había desvivido por el Uchiha tanto como lo hizo Naruto.
—Creo que ahora me veo un poco hipócrita tratando de aconsejarte cuando ni siquiera puedo lidiar con mis propios sentimientos. —continuó Sakura apenada. — y con respecto a Naruto, lo único que te puedo decir es que yo con él… yo… —reflexionó tratando de evocar el sentimiento que había en ella cuando pensaba en su amigo, pero lo único que vio fue un color. —Veo anaranjado.
—¿Eh? ¿Anaranjado? —musitó Hinata confundida.
—Sí. —Sakura sonrió. —Es raro ver este color ¿sabes? Sólo lo había visto una vez antes, pero, creo saber lo que significa…
—No entiendo.
—¡Ah! ¡Lo siento! Debo estarte confundiendo con mi palabrería, verás…
—¡SAKURA-CHAN!
Ambas chicas sintieron un sobresalto en el pecho cuando escucharon ese grito que provenía de un joven que corría hacia ellas.
—¡Naruto kun! —exclamó Hinata espantada, cuando este llegó agitado hasta donde estaban.
—Naruto… ¿qué estás haciendo afuera tan tarde? ¿Por qué no estás durmiendo en tu casa? —regañó Sakura.
—¡Sakura-chan! ¡No hemos terminado de hablar!
—¿Otra vez con eso? ¡Ya te dije que no iré a despedirme de él!
—Lo siento, Hinata… me la llevaré un momento. — avisó Naruto con cordialidad.
La Hyuga, confundida sólo vio como su ser amado se retiraba con Sakura casi a rastras, alejándose un poco de ella, pero tampoco lo suficientemente lejos como para que no escuchara lo que decían.
—¡Eres un grosero! ¿No ves que estaba acompañando a Hinata?
—Cuando terminemos de hablar yo te acompañaré a dejarla a su casa, pero antes de eso tenemos que hablar.
—¡Ok!, pero ya suéltame… shannaro. —bufó con molestia, zafándose de su agarre con rudeza. —Ahora sí ¿qué es lo que quieres?
—Ya lo sabes, una última oportunidad para Sasuke. —dijo él como si estuviera negociando.
—¿Otra vez con eso, Naruto? —bufó Sakura exhausta, su luz interna se había vuelto azulada. —La otra vez dijiste lo mismo… ¿Por qué insistes?
—¡Porque yo sé que a pesar de todo! ¡tú lo amas Sakura-chan! —expresó él, con un cierto tono de dolor en su voz que no pasó por desapercibido para ella.
—Naruto, por favor, no hagas esto…
—¡Yo sólo quiero que seas feliz! ¡Que recuperes tu sonrisa! ¡La sonrisa que tanto amo de ti, Sakura-chan! ¡PORQUE YO TE AMO SAKURA-CHAN!
—Naruto. —volvió a musitar Sakura, viendo a la vez de reojo como Hinata se contraía desde su sitio, claramente escuchando lo que su amigo acababa de decir.
—Y si… y si es verdad que ya no amas al Teme, entonces… por favor… ¡corresponde mis sentimientos! —pidió él con la cabeza baja.
—Naruto… yo… lo siento. No puedo…
El ninja sintió un doloroso golpe en el pecho, y por un momento se sintió estúpido por haberse confesado cuando él mismo ya tenía prevista cual sería la respuesta.
—En… entiendo…—fue lo único que pudo articular ante semejante doloroso fiasco. —No… te preocupes.
—Aun así, Naruto…quiero que sepas que yo… te amo. —confesó tenuemente ella.
—Un momento… ¿Me ama? Pero si me acaba de decir que...
Estaba confundido, al encarar a su amiga, vio que esta le estaba brindando una hermosa y honesta sonrisa muy diferente a la que vio en el País del hierro; luego, dio un sobresaltó al sentir como ella colocaba su mano sobre su mejilla. Mientras que a lo lejos una entumecida Hinata no creyó lo que estaba escuchando, hasta que…
—Si, yo también te amo, Naruto, pero… el tipo de amor que siento por ti, me temo que es un tanto diferente al que creo que sientes tú por mí. —sinceró Sakura.
Naruto se contrarió ante la respuesta.
—Mi tipo de amor hacia ti es anaranjado.
—¿Anaranjado? —frunció él el entrecejo, poniendo su cara de gatito.
Sakura asintió.
—Es un tipo de amor que me motiva a seguir adelante y no rendirme tal cual tú lo haces, que también me motiva a regañarte cuando te portas mal o no haces caso de lo que dicen tus superiores.
Naruto rio levemente, avergonzado y melancólico al mismo tiempo.
—Es un tipo de amor que hace que me preocupe por ti cuando estás mal y que me hace querer estar a tu lado hasta que te encuentres bien… ¡perdón! ...no sé si me estoy explicando bien, últimamente me cuesta entender todo acerca de los sentimientos, perdóname si te he confundido, y también perdóname si con esto te estoy causando dolor.
Naruto negó con la cabeza, comprendiendo un poco lo que le quería decir, con su única mano, tomó la que ella tenía sobre su mejilla.
—Creo entender… el tipo de amor de Sakura-chan, es como el de una ¿hermanita menor?
Sakura sonrió.
—sí, algo así, pero creo que sería más bien de hermana mayor ya que yo nací primero que tú. —corrigió.
—Pero yo estoy más alto. —se burló él.
—Grrr…shannaro.
Sakura gruñó con su puño alzado, y más cuando Naruto llevó su mano a su cabeza para revolverle el cabello.
—Sólo por unos centímetros… —trató de seguir ella con la pelea, ya retirando su mano de la mejilla de él.
—Pero creo que así te quedarás de enanita, mientras que yo, creo que aún me faltan algunos centímetros por crecer.
—¡¿A quién le estás diciendo enana, tonto?! —reclamó ella, con los dientes afilados y puño alzado.
—¡Ah, ahí está! ¡La Sakura que conozco! ¡sigue ahí! —sonrió Naruto.
—¿Eh?
—Lo siento. —rio este rascando su cabello con nerviosismo. —Y ya retomando lo anterior… gracias, Sakura-chan.
—¿Por?
—Por quererme a tu manera. —le sonrió. —Lo entiendo perfectamente, y creo que yo… pensándolo bien, creo que me siento igual respecto a ti.
—¿En serio? —sonrió Sakura levemente.
—Sí. Creo que… de ahí mi insistencia de querer protegerte, de velar por tu felicidad… de mi insistencia con lo de Sasuke.
—Gracias… realmente te agradezco todo lo que has hecho por mi—musitó ella apenada.
El rubio negó, como diciendo que no había problema y que lo hacía con gusto.
—Naruto… ¿puedo ser sincera contigo?
—De nuevo esa pregunta…—musitó él, forzando una sonrisa. —Adelante…
—Mas que una confesión, es más bien una petición… espero que no te enojes.
—No lo haré, anda, suéltalo.
—Ya no te preocupes por mí…—dijo ella directamente y sin titubeos. —quisiera que empezaras a preocuparte más por ti mismo.
Naruto gimoteó sintiendo un nudo en la garganta, más cuando Sakura volvió a acariciar su mejilla.
—Quisiera que te dieras cuenta de todas las cosas "hermosas" que te rodean y de las que probablemente te has visto privado por protegerme a mí o a Sasuke-kun. —expresó con melancolía. —Quisiera que ya no me hicieras tu carga y que te concentres todo lo que puedas en tus estudios para que así algún día puedas hacer tu sueño realidad.
—Sakura-chan… ¿Acaso también te irás tú? esto se siente como una despedida. —admitió Naruto con una risita, conteniendo sus ganas de llorar.
—Tal vez lo sea, aunque no una como la que tendrás con Sasuke-kun, pero lo cierto es, Naruto, que tú y yo debemos despedirnos de alguna manera; cada uno tiene una meta que cumplir, pero me temo que dichas metas se deben realizar por caminos diferentes… esto no es más que un proceso, es… parte de crecer. ¿Lo entiendes?
—Sí, lo entiendo… ¿cuál es tu nueva meta Sakura-chan? ¿La clínica del no sé que que tienes pensado proponerle al concejo?
Sakura se sobresaltó, retiró la mano de la mejilla de su amigo para engurruñarse tal cual Hinata lo hacía y esconderse detrás de su mal cortado flequillo. Asintió.
—¡Sé que lo lograrás Sakura-chan! —animó Naruto, con sus lagrimales humedecidos.
—Pero ¿sabes? no es mi única meta. —musitó la kunoichi, viendo dentro de ella una combinación entre amarillo y anaranjado.
—Dime…— la alentó Naruto a continuar.
—Yo… quisiera hacerme más fuerte…—gimoteó— para salvar a cuanta persona pueda…
Con melancolía Sakura recargó la cabeza sobre el pecho de su amigo, recordando con dolor aquellos nombres escritos en color rojo, recordando a sus amigos que sufrían en silencio todavía por las pérdidas, recordando a cada una de las familias que vio desahuciadas después de la guerra.
—Para… poder salvar al mundo, tal y como tú lo hiciste.
—¡Yo sé que lo lograrás! Sakura-chan… ¡cumpliremos nuestros sueños! ¡Dattebayo! —la abrazó Naruto con fuerza.
—Eso espero. —gimoteó la kunoichi, aunque de sus ojos no salían nada de lágrimas a pesar de que quería que estas salieran.
No cabía duda de que aún le faltaba un largo camino por recorrer.
—Sakura-chan… —se separó Naruto de ella. —Acerca de Sasuke…
Sakura soltó una risita, viendo que sería imposible apartar ese tema.
—Por favor. —pidió Naruto más calmado. —Ustedes dos necesitan hablar, dattebayo, una oportunidad más y es lo último que te pediré, comprende, ustedes son como mi familia… me dolería saber que esta está separada.
—Naruto —musitó Sakura entristecida. —Es que... en serio, no puedo…
—¿Qué te hizo ver, Sakura? ¿Qué te hizo Sasuke con ese genjutsu? —preguntó Naruto ya directamente y sin tanto rodeo.
Pero la kunoichi negó con la cabeza, tratando de borrar esos recuerdos de su mente.
—Sea lo que sea, te pido que, en lugar de lo malo, trata de recordar lo bueno que hizo por ti, porque no sé si lo ignores, pero ese Teme siempre se preocupó mucho por ti, te lo juro dattebayo, Sakura-chan, vamos los dos a despedirnos como se debe de Sasuke y desearle buena suerte con su viaje.
"Despedir a Sasuke-kun" —pensó Sakura, visualizando en su mente a esa persona con su apariencia cuando tenía 12 años.
Proyectar una imagen así de él la entristeció más, pues ella sabía lo mucho que ese niño de expresión seria había sufrido y lejos de provocarle miedo le provocaba un sentimiento de querer abrazarlo; sin embargo, lo cierto era es que Sasuke ya no era ese niño, ni ella era esa niña caprichuda que le rogó una vez que no la abandonara; no sabía si estaba lista para verlo, en su interior las luces parpadean en diferentes tonalidades de azul y parecían querer apagarse, pero no lo hicieron y se preguntó pensativa si era alguna clase de señal para redimirse con su otro compañero de equipo.
—E-es-está bien. —aceptó, a sabiendas que era algo que iba en contra de su tratamiento. —Nos… vemos mañana… o… más bien…en… unas horas…
—En las puertas de la aldea, a medio día…—confirmó Naruto más aliviado.
—De acuerdo…—suspiró, ensombreciéndose con su flequillo. — ya es tarde… tengo que irme, me siento cansada… por favor acompaña a Hinata hasta su casa. —dijo, comenzando a retirarse.
—No, espera… vamos a llevarla y después te acompaño a la tuya. —pidió Naruto.
—No es necesario, yo puedo volver sola. —dijo ella, dándole la espalda. —¡Adiós!
—¡espera Sakura-chan! —gritó Naruto, viendo como esta se alejaba rápidamente, para luego volverse a la tímida Hyuga que también pareció mostrarse preocupada por la de cabello rosa.
Naruto se acercó a ella.
—Lo siento, Hinata. —se disculpó, rascando su cabello. —Ya te atrasamos demasiado, o más bien yo te atrasé. ¿Verdad?
La Hyuga negó con su cabeza, ligeramente enrojecida.
—Eh… Sakura-chan ¿está bien? —preguntó un tanto tímida.
Naruto sonrió muy apenas, recordando la conversación que había tenido con su amiga tan sólo unos minutos atrás.
—Sí… ella estará bien.
—¿Y tú, Naruto-kun? —se atrevió a cuestionar, al percibir cierta tristeza en su ser querido. —¿Estarás bien?
El aludido supuso que Hinata había escuchado toda la conversación que había sostenido con Sakura, y trató de mantener su sonrisa; sin embargo, algo dentro de él seguía doliendo.
—Realmente lo entendí —fue lo único que pudo responder con cierto tono melancólico. —Realmente estoy feliz de que Sakura-chan me quiera a su manera, dattebayo, realmente… lo comprendí…
—Continúa. —pidió Hinata, dándole la oportunidad también de desahogarse.
Naruto rio, para que ella no viera a la pequeña lágrima que quería salir de su ojo.
—¡Es que…! Sakura-chan tiene razón, ¿sabes? Ahora que lo pienso… si me imagino besándola ¡Waaa! Es como si estuviera besando a mi hermana, eso es asqueroso ¿no?
Hinata contuvo una risita, y le siguió el juego.
—Sí, definitivamente.
—Oye… Hinata, como que tengo hambre… ¿tienes que llegar ya a tu casa?
—¿Eh?... "no te cohíbas, no te cohíbas" … pues a mi padre no le gusta que esté tan tarde en la calle si no hay motivo.
—Oh… ya veo es que tenía ganas de ir a Ichiraku y pensé que tal vez tú querías ir. Sé que te gusta el ramen
—"¿Lo sabe?" … Oh… pero Naruto-kun, Ichiraku ramen ya está cerrado. —dijo Hinata soltando otra risita, sintiéndose cada vez menos nerviosa.
—¡Ahhh! Es cierto… ¡ya es muy tarde! Tendrá que ser mañana, o más bien en unas horas… ¿Te gustaría ir?
Las mejillas de Hinata se encendieron.
—Pienso ir con Sakura-chan después de despedirme de Sasuke, después de todo prometí que, si el Teme salía libre, invitaría a todos un plato de ramen, aunque olvidé avisarle a Shikamaru…—recordó pensante.
—Oh… ya veo.
Hinata se sintió un poquito decepcionada al saber que no sólo serían él y ella; sin embargo, despejó esa idea de su mente y aceptó en voz alta, después de todo debía aprovechar cualquier oportunidad que tuviera con su querido Naruto.
—Bien, Hinata, entonces ¡vamos!… te acompaño a tu casa y mañana, o más bien en unas horas nos vemos en Ichiraku ramen.
—Sí, de acuerdo... gracias, Naruto-kun —aceptó la Hyuga tímidamente y sintiéndose feliz de estar caminando lado a lado con él, aunque también una parte de ella no podía dejar de olvidar que parte de que se estuviera dando eso, era porque Sakura se había ido y tal vez no muy feliz del todo, pues esa persona que su amiga había querido desde que era pequeña, se marcharía. —"Sólo espero que ella se encuentre bien".
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En un solitario departamento que sólo era iluminado por la luz que reflejaba la enorme luna, una kunoichi se encontraba pensativa, sentada al borde de su cama.
"Pensar en las cosas buenas que Sasuke-kun hizo por mi"
No dejaba de pensar en ello, y a su mente llegaron las múltiples veces en que él la puso fuera de peligro, que la protegió sin que ella se lo pidiera.
"Pero… sólo lo hizo porque me consideraba débil." "Nunca fue porque yo le preocupara."
Su parte racional le decía que era por eso; sin embargo, la parte irracional decía otra cosa.
"¡No!, él lo hacía porque se preocupaba por mi" "Me consideraba parte del equipo"
¿Cuál era lo real y no real? Comenzó a cuestionarse cuando pensó que sus pensamientos podrían estar invertidos y lo irracional era lo primero mientras que lo racional lo segundo; y mientras pensaba en ello, más recuerdos llegaron a su mente.
Aquel recuerdo de los exámenes chunnin, cuando él hizo un comentario acerca de sus "habilidades" para… ¿para animarla? Sí, se suponía que había sido por eso o al menos eso era lo que ella quiso creer en su momento, luego, cuando la sacó fuera del alcance de Orochimaru, pero, pensándolo bien se suponía que el equipo debía llegar completo a la torre para pasar el examen, entonces… pudo haberla salvado para que sus notas no se vieran afectadas. ¿Había sido por eso?
Luego ese "Gracias" que le dijo antes de marcharse de la aldea, ¿qué había significado realmente? En algún momento pensó que era un "Gracias por quererme" o un "Gracias por haber estado junto a mi o ser parte de mí mismo equipo y preocuparte por mí", pero ¿qué tal si sólo había sido una distracción? Para que ella se entumeciera, pensara lo que no era y luego ser noqueada.
Se estaba confundiendo, la cabeza comenzaba a dolerle. Sasuke era alguien que la confundía demasiado, y la sorprendía con sus actitudes, por ejemplo, como cuando casi estuvo a punto de besarla, recién se formó el equipo, para luego irse y regresar, regañándola con cierto tema sobre Naruto que tal vez merecía; aunque luego… "Eres una molestia"
Esas palabras. Sakura sintió que se ahogaba, viendo como ese niño de 12 años la miraba con desprecio para luego ver otra visión de él en la actualidad y…
"Eres… realmente una molestia"
Seguido de eso, un golpe en su corazón, un cristal que se rompía y una luz que resistía a irse pese a la condición de su contenedor. Sakura colapso en la cama, reviviendo una y otra vez ese golpe en su corazón, viendo una y otra vez como su cristal se rompía y la luz, aunque quería permanecer en su sitio, comenzó a alejarse. Era triste y muy doloroso, ya no lo soportaba, ya no quería sentirlo más, lo mejor para ella es que todo eso se fuera.
—Lo siento, Naruto, pero… no podré hacerlo…—musitó, viendo como su luz se iba perdiendo en el vacío. — Lo siento, Sasuke-kun…ya no puedo hacer nada más por ti…
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Horas más tarde.
—Seré claro. Normalmente a una persona con los crímenes de tu índole se le habría condenado de por vida en prisión. Pero si te damos gusto, y también te perdonamos por tu comportamiento anterior es porque ayudaste a deshacer el Tsukuyomi infinito, además, las declaraciones de Naruto, quien fue uno de los protagonistas de la guerra, y por supuesto mi intervención como Hokage ayudaron en el proceso. Así que no lo olvides y trata de no hacer ninguna locura, ya que la responsabilidad recaerá sobre mí.
—Entiendo, gracias… —asintió el serio Sasuke ante el último sermón de su sensei.
Ambos se encontraban a las afueras de las grandes puertas de la aldea, no había nadie más, salvo ellos dos, ni siquiera el dúo de guardias estaba en su sitio, Kakashi se había encargado muy bien de que nadie lo viera salir de la aldea.
Sin embargo, pese a la notoriedad de la ausencia de otras personas, el Uchiha no pudo evitar pasear disimuladamente su mirada alrededor, no para admirar el paisaje, sino como si estuviera buscando a algo o a alguien, pero no había nadie.
Kakashi, siendo tan observador como era, notó aquel gesto por parte de Sasuke y a su manera interpretó lo que pasaba.
—Naruto… me temo que está atorado con un examen, le dije que se pusiera a estudiar; sin embargo, creo que no lo hizo, además de que presiento que se levantó tarde, dado al grito ensordecedor que muchos aldeanos y shinobis escucharon un par de horas atrás.
—Ah… —respondió Sasuke, con su usual expresión de "No me importa" pero que en el fondo era todo lo contrario.
Y pese a saber el motivo por el cual su escandaloso amigo no estaba ahí, su mirada se posó nuevamente hacia el interior de la aldea para luego regresar a una posición vacía a lado de su sensei.
—Ella tampoco vendrá, Sasuke… supongo que debes saber el motivo.
—Ah… —volvió a responder como si no le afectara. —Entonces, creo que es hora de que me marche.
Despidiéndose así de su sensei, Sasuke se dio media vuelta y comenzó a caminar lentamente, alejándose poco a poco de la aldea que lo había visto crecer.
Kakashi por su parte trató de no ver aquello con nostalgia, entendía que cada uno de sus alumnos había escogido su camino, y como sensei, pensó que de alguna forma u otra su trabajo ya con ellos había quedado terminado; aunque aún se sentía un pésimo maestro, pues admitía que no le dio la misma importancia a cada miembro equitativamente; pero, aun así, sabía que cada uno de sus alumnos lo estimaba a su manera y le habían hecho saber lo agradecidos que estaban con él por toda la ayuda que alguna vez les brindó, ya fuera en batallas o con consejos.
No cabía duda para el Hokage de que no había ser perfecto en el mundo y todos los humanos cometían errores y aciertos y realmente añoraba que sus alumnos cometieran tantos errores como pudieran para que así pudieran aprender de ellos. Claro, siempre y cuando no se metieran en tantos problemas.
—¡Ahhh… Kakashi-sensei!
El aludido, salió de sus pensamientos al escuchar el grito escandaloso de su alumno, pero apenas tuvo tiempo de girarse cuando vio como el rubio pasaba de lado de él, corriendo a gran velocidad.
—¡Todavía puedes alcanzarlo, Naruto! —le gritó, aunque sin muchas ganas, de cualquier manera, sabía que sería ignorado. —¿Habrá terminado con el examen? —se preguntó curioso.
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A unos metros, el presuroso Naruto apenas y escuchó lo que su sensei le había gritado, estaba tan apresurado que lo único que pudo notar fue que sólo Kakashi se encontraba en el sitio, Sakura no estaba y no sabía si era porque se había ido después de despedirse o en el peor de los casos, no había acudido según lo acordado. Realmente esperaba que hubiera sido la primera opción y que tanto ella como Sasuke hubieran hecho las paces.
Y pensando en este último lo divisó al notar su puntiagudo cabello negro y su ondeante capa del mismo color a lo lejos; así que, para alcanzarlo, aumentó un poco más la velocidad, hasta que pasó a unos centímetros a lado de este y se detuvo frente a él y su camino.
En cuanto a Sasuke, sólo detuvo con tranquilidad su andar pues había percibido el escándalo que su amigo había hecho a lo lejos.
—No creí que vendrías a despedirte de mí. —le dijo, sin demostrar ningún tipo de emoción tal cual como él era.
Naruto no respondió, solamente alzó su única mano, mostrándole lo que llevaba con él.
El Uchiha, casi inexpresivamente reaccionó al ver dicho objeto; era su vieja bandana, la cual tenía aquel corte que simbolizaba la marca de un desertor, aunque cuya marca había sido grabada en una circunstancia un tanto diferente.
—¿Aún tienes eso?
Naruto asintió con la cabeza, aún sin decir nada.
Sasuke, lejos de ver la bandana, vio como ondeaba libremente la manga derecha de la camisa de su amigo, un espacio que ahora tenía un hueco y todo por causa de él, en su interior, reflexionó lo mucho que había perdido Naruto y todo por salvarlo a él.
Si por alguien él estaba donde se encontraba era debido a su amigo, y creyó realmente que ambos compartían cierta marca que los hacía ahora compartir el dolor que yacía en sus corazones.
Sí, definitivamente con Naruto compartía un lazo único y de cierta forma se alegraba de que alguien pudiera entenderlo, aunque, no estaba del todo satisfecho debido a que no creyó que fuera justo que él tuviera a alguien con quien compartir ese dolor y en sí cualquier tipo de emoción, cuando él había hecho algo que probablemente sería imperdonable ante su amigo y que involucraba al miembro femenino de su ahora inexistente equipo. Una persona con la que también tuvo un lazo y con el cual fue el único con el que tuvo éxito al destrozarlo y de una forma probablemente irreparable.
—Te lo devuelvo…—dijo Naruto, ausente de lo que su amigo pensaba, pero intuyéndolo.
—Me lo quedaré… hasta nuestro próximo duelo. —tomó Sasuke la bandana.
Aquella promesa era algo que sólo entre dos ninja como Naruto y Sasuke podían entender. Algo que muchas personas, en especial los mayores nunca podrían entender, tal como lo vio durante el juicio, cuando cierta personita expuso unos temas sumamente críticos, los cuales fueron completamente ignorados y eso… le había dolido.
—Naruto…—musitó.
—¿Uhm?
—¿c-cómo… está…Sakura? —preguntó lentamente y casi como si le costara trabajo.
Naruto apretó los labios, el simple cuestionamiento de su amigo le hizo entender que ella no había acudido a despedirlo. Bajó la cabeza preocupado, Sakura le había fallado de cierta forma; sin embargo, no quería juzgarla por adelantado.
—Sakura… pues ella… ¡no! …Sasuke, primero, antes de responderte, quisiera que me respondieras tú algo, algo que ella no me quiso decir. — tomó aire, viendo como su amigo esperaba a que le hiciera la pregunta. —¿Qué le hiciste a Sakura-chan cuando la metiste en ese genjutsu?
El impasible Uchiha, bajó su mirada, denotando así una mueca que demostraba arrepentimiento y también melancolía.
—Tal vez la respuesta no te agrade. —sinceró él, encarándolo de nuevo. —E incluso estaría bien si me odias después de que te responda.
—No digas tonterías, dattebayo… sabes que eso nunca pasará… pero, si me gustaría comprender lo que pasó entre ustedes.
—Naruto…—habló Sasuke, viéndolo fijamente. —Yo… rompí su corazón.
El rubio soltó una risita sarcástica.
—Bueno, eso no es que fuera algo nuevo…Teme, en muchas ocasiones la rechazaste, pero yo creo que…
—No, Naruto. —interrumpió Sasuke. —Escucha bien lo que te dije, yo… destrocé su corazón. —explicó apretando la bandana en su mano, y rememorando en su mente cuando vio un cristal con una luz rosa en su interior siendo destrozada por su ahora inexistente mano.
Naruto se quedó perplejo, no entendía del todo lo que las palabras de Sasuke significaban, pero al verlo apretar la bandana, le trajo a la mente una especie de simulación en donde su amigo destrozaba algo de su amiga y no quedaba nada de ello.
—Le causé un daño irreparable y ahora tendré que vivir con ello. —continuó Sasuke. —Y supongo que me lo merezco.
—Teme…
—Quisiera pedirte algo, Naruto… pero… no. —desvió su mirada a otro lado.
—¿Qué cosa? ¡Ya empezaste! ¡habla!
—Te iba a pedir que… cuidaras de ella. —soltó él sin más. —Pero sería egoísta de mi parte ponerte una carga que no te corresponde, además de que creo que ella sabrá muy bien qué hacer, esa es una de sus fortalezas, y lo sé, porque a veces ella tenía que resolver cosas por su cuenta porque nosotros o Kakashi no la tomábamos en serio.
—Habla por ti, Sasuke, yo siempre estuve de lado de Sakura-chan. —replicó Naruto, poniendo su expresión de gatito.
—Hostigarla y acosarla no es tomarla en serio, sino fastidiarla, Usuratonkachi.
—¡¿A quién le dices Usuratonkachi?! —reclamó este. —Y yo no acosaba a Sakura-chan, debes estar pensando en el Cejotas.
—Hmph… —esbozó Sasuke una imperceptible sonrisa. — De cualquier manera, creo que al menos yo debo dejarla en paz, mi presencia solo le causa dolor y… no quiero que siga sufriendo —admitió, bajando la cabeza. —Ya bastante le he hecho y también a ti.
El Jinchūriki también se lamentó y pudo comprender por qué Sakura se negaba ahora ver a Sasuke, lo que desconocía era la intensidad del dolor que ella sentía.
—Aun así, Naruto…
El cabizbajo rubio levantó la cabeza.
—Tal vez el único favor que te pida es… que le entregues esto…
Naruto frunció el entrecejo, viendo como su amigo colgaba la bandana en su cinto, para luego meter la mano en el bolsillo de dónde sacó un pequeño pergamino que estaba atado con un listón rojo.
—Es para ella, pensaba enviarlo cuando estuviera lo suficientemente lejos de la aldea.
—Vaya que detalle… ¿y no me ibas a enviar nada a mí? —reclamó él, viéndolo con cierta curiosidad.
—Hmph… sabía que ibas a venir. —presumió este dándole la espalda.
—¡Mentiroso! ¡Hace un momento me dijiste lo contrario! —reclamó este ruidosamente, tal cual cuando eran niños.
—Nos vemos, Naruto. —dijo Sasuke, ignorándolo. —Y buena suerte con tu nuevo camino.
—Igual Sasuke…—se enserió Naruto, viendo que había llegado el momento de decir adiós. —Que tengas buen viaje.
—Ah… Nos vemos…
El ninja de capa negra reanudó su caminata.
Sin ver más a su amigo, se despidió de él en pensamiento y también de alguien más
"Adiós Naruto…continúa con el camino que has escogido."
"Adiós Sakura… espero algún día puedas perdonarme."
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Naruto se quedó en aquel sitio hasta que su amigo se perdió de su vista; en cuanto eso pasó, él se volvió hacia el lado contrario, comenzando a caminar de vuelta a la aldea. Primero dando pequeños y lentos pasos, para poco a poco ir más rápido pues aún tenía algo que hacer o más bien a alguien que ver.
Guardando el pequeño pergamino de papel entre sus bolsillos, se devolvió a toda velocidad hacia la aldea, su destino: el hospital de Konoha.
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Una feliz Hinata iba caminando en dirección a Ichiraku según lo acordado con Naruto por la madrugada, se encontraba entusiasmada, pero a la vez tímida por verlo de nuevo, aunque fuera solo para comer.
—¡Hinata!
O eso creyó cuando lo escuchó gritar muy cerca de ella.
—¡Naruto-kun!
—Hinata… ¡¿has visto a Sakura-chan?! —preguntó este apresurado.
—No, no la he visto… ¿sucede algo? Pensé que…
—¡No! No fue a despedirse de Sasuke. —contestó preocupado. —Bueno, iré a buscarla al hospital. Gracias Hinata.
—¡Espera, Naruto-kun! —detuvo Hinata, hablando sorprendentemente alto.
Naruto se detuvo en seco al escucharla.
—¿Qué? ¿Qué pasa?
—Ah… es que… ella me comentó ayer que no le tocaba guardia el día de hoy, así que… lo más probable es que esté en su departamento.
—Oh, ya veo… ¡entonces vamos! —respondió este apresurado, tomándola inesperadamente de la mano para conducirla con él a dicho lugar.
Hinata enrojeció con el tacto, sin embargo, dejó por el momento sus sentimientos de lado al ver la preocupación en el rostro de su Naruto, además de que también le preocupaba su amiga.
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Al llegar al departamento de Sakura, Naruto comenzó a golpear la puerta ruidosamente, gritando el nombre de su amiga escandalosamente, pero nadie respondió.
—Hinata… ¿puedes usar tu byakugan, por favor? Para saber si ella está ahí.
—Entendido.
La chica activó su habilidad, viendo a través de las paredes un acumulación de chakra en el fondo del departamento.
—Hay alguien, pero… no se mueve, su chakra se percibe como si estuviera rígido.
Naruto gruñó, sintiéndose frustrado y no importándole más lo que sucediera, abrió la puerta de una patada, rompiendo uno de los extremos.
Entró al departamento y Hinata lo siguió, ambos yendo directamente hacia la habitación, en donde encontraron a Sakura sobre la cama, en una posición un tanto incómoda, además que seguía con la misma ropa que llevaba el día anterior.
—¡Sakura-chan! ¡Sakura-chan! —le gritó Naruto, y sin atreverse a tocarla. —¡¿Qué le pasa?!
Hinata fue la que se acercó a la chica y la examinó.
—Tranquilo, Naruto-kun—dijo. —Sólo está dormida.
—¿Dormida? ¿Y por qué no despierta? dattebayo —preguntó este confundido, con todo el escandalo que estaba haciendo no podía creer que ella no se hubiera despertado.
—Ayúdame a acomodarla. —pidió Hinata.
—Oh… está bien.
Entre los dos, movieron a la chica de cabello rosa de forma que pudiera estar más cómoda sobre la cama, finalmente Hinata la cubrió con una parte de la colcha rosada que adornaba la cama.
—La movimos y ni así se despertó. —comentó Naruto pensante, viendo como su amiga parecía más muerta que viva.
—Probablemente tomó algo. —dedujo Hinata comenzando a analizar la habitación, aunque no tardó mucho en encontrar la respuesta al encontrar un frasco con pastillas en el mueble que estaba a un lado de la cama. —mira…
Naruto se acercó para ver lo que Hinata había encontrado.
—¿Qué es eso?
—Es un medicamento para ayudarte a dormir, es bastante fuerte, papá a veces lo toma porque tiene problemas para dormir… aunque debe ser prescrito por un médico.
—Hinata… ¿y si Sakura… ella… —comenzó Naruto a pensar lo peor.
—No, no creo que esté intoxicada, el frasco está casi completo, aun así, este medicamento te puede hacer dormir según la dosis que uno se tome, te podría dormir hasta por dos días, y creo que Sakura-chan sólo se tomó un cuarto de este.
—¿Cómo lo puedes saber?
—Mira… está ahí. —señaló un pequeño papel que yacía también sobre el mueble, aplastado por un pisa papel. —Es una receta médica.
—¿Receta médica? —lo tomó Naruto, realmente sin entender lo que había ahí prescrito. No sabía nada de medicina, pero vio que tenía escrito el nombre de su amiga, así que por ende le pertenecía a ella.
—No sabía que ella tuviera esa clase de problemas.
—No, ni yo… —se lamentó Naruto, viendo probablemente las consecuencias de lo que le había hecho Sasuke a ella.
—Naruto-kun… ¿qué hacemos ahora? Aunque está dormida, me sigue preocupando un poco.
—A mi también… —susurró el cabizbajo Naruto caminando fuera de la habitación. —Hinata, iré a comprar algo para reparar la puerta… ¿te podrías quedar por lo pronto con ella?
Hinata asintió angustiada.
—Muchas gracias. —se despidió este desapareciendo del umbral.
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Sakura escuchó unos golpes muy cerca de ella, parecían como si estuvieran martillando su puerta. Quería ir a averiguar; sin embargo, seguía sintiendo tanto el cuerpo como los ojos pesados.
Cuando al fin pudo abrir a medias sus ojos, se vio así misma cubierta por su colcha. No recordaba cómo había llegado a esa posición, ni siquiera recordaba cómo es que había logrado dormir.
"El medicamento" fue en lo que primero pensó, aunque no lograba recordar en qué momento lo había tomado y no podía pensar bien ya que alguien seguía martillando muy cerca de su puerta.
—¡Ah! Por fin despertaste… —escuchó de repente decir a alguien.
Se levantó muy apenas, viendo hacia la puerta donde se encontró a una feliz Hinata que apenas viéndola sentarse, le gritó a alguien más que estaba con ella.
—¡Ya despertó! ¡Naruto-kun!
—¿Naruto?
Sintió un vuelco en el pecho al escuchar ese nombre e inmediatamente todos los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente.
—¡Ay, kami…! ¿Qué hice? ¿Por qué no puedo hacer nada bien? —se lamentó, sintiéndose melancólica.
Pero más culpable fue su sentir cuando Naruto entró a su habitación.
—Qué bueno que ya despertaste Sakura-chan, lo siento rompí tu puerta, pero ya terminé de arreglarla, dattebayo.
—¿En serio? ¿Una puerta? ¿Le preocupaba una puerta? —Pensó Sakura con una expresión de tristeza en su rostro.
—Ya… calma. —dijo Naruto, intuyendo lo que pasaba. —Hinata y yo ya nos vamos, iremos a Ichiraku ramen a comer, Hinata te dejó algo preparado para que comieras si quieres… a menos que quieras acompañarnos.
La de pelo rosa, negó con la cabeza, sintiéndose culpable.
—Naruto…
Pero él también negó con la cabeza.
—No tienes porque explicarme, lo comprendo, dattebayo. Entonces, creo que te dejo, ya que es muy tarde y de seguro quieres seguir descansando ya que mañana te espero otro largo y aburrido día de trabajo.
Sakura no respondió; sólo le sonrió levemente, viendo que él estaba cumpliendo con parte de lo que le había pedido. Estaba bien que se preocupara, pero tampoco quería que se volviera desvivir por ella.
Naruto se aproximó a la puerta; sin embargo, se detuvo antes de poder cruzarla.
—Sakura-chan. Dejé algo para ti, a un lado de tu mueble.
La de pelo rosa se giró hacia donde le decía, viendo un pequeño pergamino atado a un listón rojo.
—No es mío en realidad, es… bueno… tú has de saber a quien me refiero.
Sakura se sobresaltó.
—Me pidió que te lo entregara, fue lo único que me pidió.
—¿él había hecho qué? —pensó Sakura confundida.
—Bueno, ya nos vamos… ¡Hinata! ¿Estás lista? Tengo mucha hambre. —dijo este animado.
La chica Hyuga asintió tímidamente, parecía estar muy feliz.
—Sakura-chan, si tienes algún problema no dudes en ponerte en contacto. —le ofreció esta antes de marcharse.
—Gracias… Hinata. —asintió esta levemente apenada por las molestias.
Pero a sus amigos parecía no molestarle, ellos se despidieron animosamente de ella y se retiraron de su casa.
—Hinata… esfuérzate, no te rindas. —pensó Sakura esbozando una pequeña sonrisa. —Naruto, no sé si algún día puedas corresponderle a Hinata, pero… si lo llegaras a hacer, ella sería la mujer más feliz sobre el planeta, y en dado caso de que no lo hicieras y tu corazón se inclina hacia alguien más, por favor, sé como quiera bueno con ella, trata de no lastimarla y siempre sé honesto con respecto a tus sentimientos.
Luego, se volvió hacia el pergamino el cual lo tomó con sumo cuidado como si temiera a romperlo.
—En cuanto a mi…—pensó, volviendo su mirada hacia la ventana. —Perdóname, Sasuke-kun… pero…
No pensó más, con el pergamino entre su mano, se levantó de la cama sólo para guardar aquel pedazo de papel enrollado, en una caja que ocultaba en lo más recóndito de su armario.
—Este es mi adiós.
Fin de la primera temporada.
Notas de autora: creo que me pasé de palabras, pero es algo que generalmente me ocurre.
Este digamos es el final que al inicio tenía planeado, aunque en sí, no abarca todavía la resolución que tenía planeada. Lo cierto es que, para la segunda parte, tengo al menos tres ideas, con las cuales guiar, una más fumada que la otra XD, y aun no me decido por cual, así que en lo que lo pienso, les doy tiempo para leer este capítulo.
Agradecimientos especiales a todos los que han escrito, incluso en inglés, espero les haya gustado.
Menciones especiales a: una faan, Isabel Vzq, Blossomarie, Sarib, Yoyi1801, Kassfromvenus, and the guest who wrote me in English. Thank you.
24 de Abril 2022
