Un capitulo 2x1
Alexitimia.
Capítulo 16.
Ángeles.
Del cielo al infierno.
—Después de eso, pasó un día más y llegamos a la ciudad donde comenzaría su gira. Ahí Ino y yo conocimos a otra persona que provenía del país de la primavera, Niko Akiyama, el modista y también estilista con el que trabajaría Yuki durante su gira.
—Recuerdo ese nombre del listado. —interrumpió Sasuke. —él sería uno de los siguientes al que intervendría de no haber encontrado nada aquí.
—Supongo el motivo. —dijo Sakura delicadamente. — Después de todo él iba a ser el encargado de maquillar y vestir a Yuki para el funeral.
Un silenció incómodo envolvió a ambos varones al escuchar dicha suposición. Sasuke, sin encontrar algo más para decir sólo asintió en señal de entendimiento, mientras que Naruto sólo bajó la cabeza con lamentación.
Sakura dio otro suspiro nostálgico al recordar a aquel personaje; sin embargo, luego sonrió y rio como si hubiera recordado algo agradable, incluso hasta gracioso.
—No hubieras encontrado nada en él, Sasuke-kun… salvo tal vez enterarte de que también le gustaste y Naruto también. —dijo más animada. —Pero quien más le gustó fue Kakashi-sensei
—…
El Uchiha enarcó su ceja en señal de no entender a lo que se refería, pero Naruto….
—¡¿QUÉÉÉÉÉ?! —gritó espantado.
Mientras que, en el otro cubículo, Kakashi también había captado lo que había dicho su alumna y nuevamente se mostró enrojecido ante la avergonzada mirada de Darui que por supuesto también entendió a donde iba ese comentario.
.
.
—¡Yuki! Qué bueno verte, mujer, si tu representante no me llama tú ni te acuerdas de mí.
Fue el alegre saludo de un muchacho joven de complexión delgada y tez morena cuyo cabello rojizo era lo que lo hacía resaltar con extravagancia, así como su moderna vestimenta compuesta de un traje de pantalones pesqueros y saco de color negro y camisa blanca.
Su aspecto varonil y su gruesa voz hicieron que tanto Ino como Sakura concordaran discretamente de que se trataba de un hombre muy apuesto a pesar de todo.
—Lo siento, Niko… ya sabes cómo son estas cosas, pero que bueno verte también. Muero por saber qué es lo que has diseñado para mí y en general para el evento que tendremos.
—¡Ni te lo imaginas!... he hecho algo que dejará impresionado a las masas, preciosa. —Aseguró el hombre galantemente. —Romperé con lo tradicional para llevar al mundo a la modernidad, y ni adivinas lo que me otorgaron las hijas del señor feudal y otros ricachones para mi colección. —le secreteó al oído.
—¿Qué cosa? —preguntó Yuki intrigada.
El hombre miró a su alrededor como buscando que no hubiera intrusos que escucharan y fue en ese momento que se percató que detrás de la cantante se encontraban las kunoichis.
—¿Quiénes son esas preciosuras de mujeres? —preguntó curioso.
—¡Ah! ellas son mis amigas y también son shinobis de Konoha que, de hecho, junto con su compañero asegurarán tu "mercancía valiosa" hasta el final de la gira. Ella son Haruno Sakura y Yamanaka Ino. —presentó Yuki respectivamente a cada una.
—Oh, ¿en serio? ¿Son shinobis?
El hombre se acercó a ellas con lentitud, analizándolas de pies a cabeza. Ino estaba que no podía ocultar su sonrojo pues había escuchado que la habían llamado preciosura y eso era demasiado para ponerla roja, mientras que Sakura se encontraba solamente curiosa por conocer a esa nueva persona.
—Mucho gusto, lindas niñas. Mi nombre es Akiyama Niko para servirles. Muchas gracias por lo que hicieron durante la guerra. —hizo una dramática reverencia para finalmente alzar su mano.
—Es un placer, señor. —hizo Sakura una reverencia menos exagerada para luego tomar su mano y saludar.
—Deja el señor, mi amor. Solamente llámame: Niko. —Corrigió este, viéndola fijamente a los ojos.
—Eh… ¿pasa algo, señor? Quiero decir… ¿Niko? —preguntó ella incómoda.
—Nada, sólo que tienes unos ojos preciosos y me encanta el color de tu cabello. ¿es natural?
—Eh… sí, es natural. —respondió nerviosa, pues aquel hombre comenzó a tocarle algunos mechones de cabello.
—Que envidia, y yo que me lo tengo que pintar para tenerlo así. —se señaló su cabello. —Aunque creo que le hace falta algo…
—¿Algo?
Niko asintió.
—Sí, tal vez un nuevo estilo… en fin, de igual manera no sabía que las shinobis podían ser tan lindas. —se volvió hacia Ino con galantería. —También me encanta tu cabello y tus ojos, eres preciosa y justo ahora no te imaginas con que ropas te estoy visualizando.
—¡Ahhh! —Ino no pudo ocultar su emoción y sonrojo ante semejantes halagos.
—Y no has visto a los hombres. —dijo Yuki aleteando su mano como si tuviera calor. —Si hubieras visto al Hokage, o cuando conozcas a Shino…Miauuu… ahora sé que Kami-sama existe.
—¿En serio?
—Sí, hasta de niños son lindos. Anda Sakura, muéstrale a Niko la foto de tus compañeros y del Hokage.
—¿Eh? Pero ¿para qué? si son de cuando eran niños, y bueno Kakashi-sensei —objetó esta, aún nerviosa.
—Tengo una imaginación grande, linda… a ver muestra. —insistió Niko, moviendo su mano para que se la mostrara.
A la médico no le quedó de otra más que mostrarle la fotografía, y cuando el modista la vio, la reacción fue hilarante para Sakura y decepcionante para Ino.
—Oh… por kami, ¡¿ese hombre es el Hokage?! —exclamó Niko comenzando a enrojecer.
—¡Síííí! —afirmó Yuki divertida.
—Por Kami, ¡qué hombre! me lo comería de una mordida, pero antes lo llenaría con crema batida y cerezas y lo lamería por…
—¡¿QUÉÉÉÉÉÉ?! —interrumpió el grito escandaloso de Sakura que casi cae desmayada tal como cuando Naruto había hecho su jutsu harem reverso contra Kaguya.
— Ahhh…era demasiado bueno para ser cierto. —murmuró la decepcionada Ino, notando de inmediato las preferencias del hombre.
—Oh, lo siento queridas, y perdón también por mi expresivo modo de hablar, pero en fin… ¿Quiénes son los otros pequeñuelos que de seguro ahora no han de tener nada de pequeño? —preguntó interesado.
.
.
.
—Entonces cuando ya le dije quién era cada uno dijo que a Naruto se lo comería con chocolate líquido y fresas, mientras que a Sasuke-kun con helado napolitano y malvaviscos fundidos en su…
—¡YA BASTA! —reclamó el furioso, ensombrecido y avergonzado Uchiha, golpeando la mesa. —¡Sakura, maldita sea! ¡¿POR QUÉ DEMONIOS ESTO ES RELEVANTE?!
—Ahora sí le doy la razón al Teme—dijo Naruto nauseabundo. —Sakura-chan no me interesa saber esa parte de la historia dattebayo.
Sakura sólo rio ante la cara que tenían esos dos, a pesar de que la de Sasuke fuera como la de un perro rabioso.
—Sakura… no estoy jugando. —gruñó este amenazante.
—Yo tampoco. —respondió ella, dejando de reír.
—Entonces ve al grano y ¡YA DIME LO QUE QUIERO OÍR!
—Aún no llego a esa parte.
—¡PUES LLEGA YA!
—¡¿Por qué?!
—¡Porque así te lo orde…
—¡¿QUÉ TIENE DE MALO QUE QUIERA HABLAR SOBRE LO QUE VIVÍ?! ¡¿LOS BUENOS MOMENTOS?! —reclamó ella agitada y abrazándose a sí misma. —Aún no quiero llegar a esa parte… no quiero…
Sasuke se echó para atrás, viendo un nuevo y perturbado semblante en su excompañera, de quien por fin comprendía el motivo de alargar una historia aparentemente sin sentido, y se sintió como un idiota al considerar que al finalizar dichas partes irrelevantes tendrían que hacerla recordar algo muy doloroso para ella.
Sakura sólo quería hablar y ser escuchada por alguien, y él, lo que se supone que debía hacer era callar, escuchar, observar y finalmente, si lo ameritaba, hablar; después de todo ella no era como él que se guardaba todo para sí mismo por no saber si quiera cómo expresarse y en consecuencia albergaba resentimientos y remordimientos.
—Maldita sea…—pensó sentándose de nuevo, totalmente ensombrecido por el remordimiento, pues parecía que él sólo servía para lastimarla nada más.
—Continúa con tu historia, Sakura-chan. —alentó Naruto con más amabilidad, intuyendo lo mismo que Sasuke.
Aprovechando que ella había colocado su brazos sobre el escritorio, Naruto tomó su mano, sorprendiéndose discretamente por lo fría que estaba y no sólo por eso, sino por algo que sintió que fluía dentro de ella.
.
.
"¿Sientes eso?" —escuchó la voz del zorro dentro de él.
"Sí" —respondió él perturbado.
"Una gran cantidad de energía está fluyendo en su interior, me sorprende que aún no se haya hecho un cubo de hielo"
.
.
Mientras tanto en el exterior, Sakura al sentir el tacto en su mano y ver que Naruto se mostraba sorprendido, se soltó rápidamente de él y ocultó sus manos por debajo de la mesa. Sasuke, viendo todo aquello de reojo, esperó alguna señal por parte de Naruto ante lo que había descubierto; sin embargo, sólo pudo ver como este tragaba saliva discretamente.
—Ya no me desviaré del tema… les diré lo único que les interesa…—dijo la kunoichi cabizbaja y completamente rendida a lo inevitable.
— "Bien hecho, Sasuke." —pensó Naruto, viendo de reojo a su amigo.
Este viéndolo de igual manera, por supuesto comprendió lo que este pensaba y rechinó los dientes.
—No te metas, Usuratonkachi—respondió pensante y se volvió a la kunoichi. —Sólo di lo que tengas que decir, Sakura. —advirtió con un tono más amable.
Sin embargo, Sakura sólo desvió su mirada a un punto vacío de la habitación…
.
.
—Bueno, ya que todas seremos amigas y prácticamente ustedes cuidarán mi tesoro, les puedo adelantar lo que tendrán que custodiar.
—¿De qué se trata, Niko? —preguntó Ino interesada.
El trio de chica y diseñador se juntaron en bolita para que este último pudiera revelar su secreto.
—Dia-man-tes. —respondió lentamente en un susurro.
Las kunoichis y Yuki ahogaron un grito.
—¿Es lo que te dieron las hijas del señor feudal? —preguntó la cantante.
—Sí, ellas me contrataron para que hiciera una colección al mero estilo del país de la primavera, pero con su toque de riqueza del país del fuego, me pidieron que integrara toda la pedrería posible en todas estas prendas, no escatimaron en gastos, te irías para atrás si supieras en cuánto están valuados esos diamantes. Así que, para el final del evento, que se realizará en la capital del fuego, habrá una pasarela con lo más último de la moda, ahí, Yuki querida, es donde entras tú, pues serás la presentadora de mi colección junto con mis modelos. El vestuario que te diseñé te encantará.
—¡Ahhh… ya quiero verlo! —dijo esta emocionada. —Me encantan los diamantes.
—No cabe duda de que se trata de un gran evento. —dijo Sakura menos emocionada que la cantante.
—Y muy ostentoso. —opinó Ino un tanto escéptica.
—A ver… pero ¿por qué ese tonito de voz? —preguntó el modista extrañado.
Ambas kunoichis se alteraron y negaron con la cabeza, tratando de retractarse de sus palabras.
—Creo saber el motivo. —comentó Yuki burlonamente. —Su país les otorgó un presupuesto muy patético para el proyecto de su hospital, pero ven que estos sí tienen los recursos suficientes como para gastarlos en algo menos loable como una pasarela de moda y en un evento prácticamente para los de la élite y ricachones, mientras que ustedes se tienen que estar matando para conseguir el dinero trabajando, en misiones peligrosas y pidiendo donativos.
—Bueno… no podríamos decirlo en otras palabras. —admitió Sakura con una risita. —Es decepcionante, pero supongo que así son las cosas, es decir hay un sistema y modelo económico que…
—¡Claro que no! —gritó el modista interrumpiendo. —Si me gustaran las mujeres ahora mismo las estaría besando, ¡no sabía que eran médicos!
—Y unas muy buenas. —alabó Yuki. —¿Y sabes Niko? he estado pensando algo en los últimos días, algo importante.
—¿Qué mi amor?
La cantante sonrió perversamente.
—¿Qué tal si con este evento les bajamos los donativos a esos ricachones?
—¡¿Qué?! —gritó Ino.
—No… no es necesario. —dijo Sakura nerviosa.
—Ay, no sean modestas, sobre todo tú, Sakura. ¡Es tu proyecto! Y créeme que pedirle donativos a tipos como los que irán al evento será como quitarles un pelo del cabello, así que no te preocupes. Tú deja en mis manos y en las de Niko el solicitarlos, y por supuesto no te había dicho, cuentas con un donativo de mi parte. —le guiñó el ojo.
—¡Y también con el mío! —levantó la mano Niko para hacerse notar.
Al ver tanto entusiasmo por parte de Yuki y Niko, Sakura no pudo con tanta emoción y conmovida se inclinó ante ellos en señal de agradecimiento, al mismo tiempo que veía una luz en su interior muy resplandeciente que la hacía muy feliz.
—No tengo palabras… ¡En serio! ¡se los agradezco mucho!
—Será de gran ayuda, muchas gracias. —agradeció igualmente Ino con cortesía.
—Pero eso no es todo. —sonrió Yuki picaronamente, haciendo que las kunoichis alzaran la mirada. —Niko… ¿te puedo pedir otro favor?
—El que quieras querida.
—¿Podrías hacerle un cambio de look a Sakura y a Ino?
—¡¿EEeeeehhhhhh?!
.
.
El primer concierto de la cantante había terminado satisfactoriamente, para cuando Yuki y las kunoichis que la custodiaban volvieron al camerino que se les había otorgado para su estadía, esta primera no perdió el tiempo para dejar en manos de su estilista y modista a ambas chicas, quien aprovechando su tiempo libre en lo que duraba el concierto se encargó de diseñar algunos estilos para aquellas chicas que ya llamaba sus nuevas amigas.
—Sakura cariño, repite conmigo: "Un kunai no reemplaza unas tijeras para cortar cabello, no tijeras para cortar papel o jardinería, sino para el cabello. C-A-B-E-L-L-O. Y tú o tu amiga Ino no reemplazan a un estilista profesional. Zapatero a sus zapatos." ¡¿Entendiste?!
—Sí, ya entendí. —dijo esta nerviosa, sentada en una silla alta, con una manta cubriéndola del cuello hacia abajo, frente a un espejo lleno de luces.
—Repítelo.
—Un kunai no reemplaza unas tijeras para cortar el cabello, tampoco las tijeras para cortar papel o la jardinería, sólo tijeras para cabello. Ni Ino ni yo reemplazamos a un estilista profesional. Zapatero a sus zapatos—dijo de corrido.
—Oye, que buena memoria. ¿Estás lista?
—Adelante. —concedió esta con determinación, mientras que Yuki e Ino estaban a la expectativa de lo que le harían.
El hombre entonces comenzó a cortar parte de los cabellos rosas de la kunoichi, siendo cuidadoso en el proceso.
—Te lo voy a dejar un poco corto, tienes las puntas un poquito maltratadas, pero verás que si sigues mis consejos te crecerá muy bonito, así como en tu foto de niña.
—Hace mucho que no me dejo ese largo. —recordó ella nostálgica.
—¿Por qué no?
—Sólo por… cosas.
—Anda cuéntame, prometo no decirle a nadie.
La mirada de la kunoichi se entristeció, Ino viéndola a través del espejo sabía perfectamente el motivo, mientras que la intrigada Yuki sólo podía ver como la luz en esa chica se apagaba.
—¿Por qué no te dejas el cabello largo? —insistió la cantante.
Sakura levantó la mirada y la vio por el reflejo del espejo.
—Corté… mi cabello…. —habló pausadamente—Un día… durante los exámenes que se realizan en la aldea para subir al rango chunnin, lo hice… para tratar de salvar a mis compañeros de equipo. —recordó nostálgica. —Pero… además de salvarlos, fue como… para liberarme de algo, algo que no me permitía avanzar…
—¿Algo? —repitió Yuki interesada.
—Cuando era niña, solía perder mi tiempo enfocándome en mi apariencia, tratando de agradarle a "alguien" en lugar de entrenar y eso ocasionó que no pudiera ayudar a mi equipo cuando se necesitaba, ellos hacían todo e incluso tenían que salvarme a veces porque no era capaz de enfrentarme al enemigo como se debía, era muy débil. Cuando corté mi cabello y me enfrenté a los que nos atacaban a mí y a mi equipo, de algún modo sentí que dejaba a esa niña para volverme otra que buscaba superarse, para así caminar lado a lado con mis compañeros, y no detrás de ellos.
—Y por lo que veo lo lograste Sakura. —opinó Yuki.
Sakura no estaba muy segura de ello, no al menos en el rango de poder pues era evidente que Naruto y Sasuke eran superiores a ella, mas no dijo nada para no parecer pesimista.
—Pero eso no quiere decir que tengas que reprimirte. —continuó hablando la cantante. — Me refiero a tu apariencia, como te dije la belleza no está peleada con la inteligencia y la fuerza y aunque eres bella a tu modo, a nadie le hace daño si quieres resaltar físicamente, esto es para ti, no para nadie más, tu esencia seguirá siendo la misma.
—Creo que tienes razón y créeme que por eso acepté tu ofrecimiento y por supuesto la ayuda de Niko. —le sonrió a través del espejo.
—Ahhh… me encantas chica, en serio. —dijo el emocionado hombre, terminando de hacer otros cortes. —Me gustaría verte con tu cabello largo algún día si se puede, y claro si tú quieres y te gusta.
—Podría dejármelo crecer esta vez. —dijo la kunoichi más animada.
Los minutos pasaron y después de terminar con el corte siguió el lavado y posterior secado, para este último punto, la cantante y el modista/estilista lo dejaron de incognito, privándola del espejo, pero Sakura veía las reacciones de Ino y como la vio muy emocionada supuso que estaba quedando bien.
—Bien y por último tu bandana. —se la acomodó el estilista como diadema. —Y "voila".
La giró en el asiento hacia el espejo.
Cuando Sakura vio su reflejo, quedó boquiabierta. Se vio muy pero muy diferente.
Su cabello había sido cortado un poco más por encima de sus hombros y ya no lo tenía disparejo, se le veía más manejable y cuando lo tocó hasta suavecito lo sintió, por la parte frontal, Niko le había dejado un pequeño flequillo de lado que le daba buena figura a su rostro, algo que parecía algo sencillo pero que a ella no se le había ocurrido peinar de esa manera. Le encantó.
—Muchas gracias… yo… yo… ¡en serio, gracias! —exclamó fascinada.
—De nada linda, y espera a que veas la nueva ropa que te diseñé para tu trabajo de shinobi.
—¿Qué? No por favor… yo no puedo…
—no, no, no, no… nada de peros, te pondrás lo que te diseñé, obviamente cuando ya lo tenga listo, y asunto acabado y recuerda niña, no importa que trapos te pongas o cómo te peines, tú eres valiosa y muy hermosa.
—De acuerdo. —sonrió esta halagada.
—Bien… ¡¿quién sigue?! —demandó el hombre exigente.
La sonriente Yuki inmediatamente empujó a una sorprendida Ino, mientras que Sakura le cedía su lugar.
—Ok, Ino preciosa, repite conmigo: cabello suelto.
.
.
.
—Sakura-chan, Sakura-chan… ¡SAKURA-CHAN! —gritó Naruto.
La kunoichi se sobresaltó al escuchar el grito de su amigo, y parpadeó un par de veces para despertar de sus recuerdos, olvidándose momentáneamente del lugar en dónde se encontraba. Cuando volvió en sí y vio a Naruto y Sasuke frente a ella fue que recordó el lugar en donde estaba y lo que estaba haciendo ahí.
—Perdón… ¿dijiste algo?
—No he dicho nada, estábamos esperando a que continuaras con tu historia, pero te quedaste como que ida, viendo hacia la nada.
—Ah… sí, lo siento. ¿dónde me quedé?... ¡cierto! Para sintetizar las cosas, Ino y yo conocimos a Niko, quien se unió a la gira, era amable y me ayudó en algunas cosas y… bueno no creo que eso les importe. El cargamento que teníamos que cuidar era una colección de prendas con incrustaciones de diamantes que se presentarían en la capital del fuego, pero antes de eso pasamos por otras ciudades. Ya en la capital, un día antes del evento unas modelos que se integraron al grupo junto con otras intentaron robar piezas de la colección, Shino las descubrió e impidió que escaparan, Niko las denunció y fueron arrestadas, y a falta de modelos nos pidió ayuda para reemplazarlas, Ino y yo aceptamos porque nos iban a pagar, así que tuvimos pocas horas de práctica antes del evento, a Ino se le ocurrió avisarle a Sai que viera el evento por televisión, pero no le dijo el motivo y creo que Sai le dijo a todo el mundo. El día del evento conocimos a otras personas entre estos a gente de la élite y a otros artistas, uno me acosó, otro acosó a Ino incluso a Shino, quien dijo que fue acosado por una ricachona, pero quien se asustó al final con sus insectos, en fin no importa, no vimos a nadie que acosara a Yuki, se hizo el evento Yuki cantó, yo modelé, fin de la gira, acompañamos a Yuki hasta la frontera del país, y volvimos a casa. —respiró. —Después…
—¡Alto Sakura-chan! Más despacio. —pidió Naruto, tratando de procesar todo lo que había dicho.
Sasuke por otro lado, por supuesto se percató que Sakura le había tomado la palabra; sin embargo, tampoco era para que exagerara y lo contara todo de tajo, personalmente seguía pensando que era una molestia (en el buen sentido) y lo seguía sacando de quicio.
—Ush… ¿quién los entiende? Shannaro… ¿ahora quieren detalles? —gruñó molesta, llevando sus manos a sus sienes.
—¡Yo no te dije eso! ¡Ese fue el teme! —se quejó Naruto, acusando a su amigo.
—Maldita sea, Sakura. —gruñó el acusado. —No intentes evadir partes importantes, sólo te pedí que contaras lo más relevante.
—Todo lo que he dicho ha sido irrelevante para ti, Sasuke-kun, así que no sé exactamente lo que quieres saber, por eso mejor decidí resumir TODO de una vez por todas. —respondió esta, encarándolo finalmente.
Sasuke se sobresaltó al tener esos ojos verdes viéndolo con notoria furia, sin embargo, el placer de verlos no duró ni 5 segundos, pues Sakura volvió a bajar la cabeza sin dejar de ocultar lo molesta que estaba.
—¿Quién intentó robar?... ¿Quién te acosó? Quiero decir… ¿quién las acosó? —preguntó él, una vez que se recuperó del sobresalto.
Naruto se sorprendió con las preguntas, pero inmediatamente fijó la mirada en su amiga, pues él también quería saber.
Sakura bufó con molestia ya que, por lo visto, tenía que ser más "detallista".
.
.
Faltaba un día para el evento principal, Yuki junto con Niko, los shinobis y el resto del staff estaban haciendo un ensayo general para conocer el escenario en donde actuarían tanto la cantante como las modelos.
Dicho ensayo duró un par de horas, hasta que se les solicitó a todos retirarse pues los encargados harían pruebas de sonido y aparentemente el otro cantante contratado también iría a ensayar.
—Yo pensé que tendríamos la oportunidad de ver a Hideki Sato. —chilló escandalosamente una de las modelos, mientras se cambiaba de ropa.
Otras modelos pronto comenzaron a murmurar entre ellas acerca de lo mismo sobre dicha persona, mientras que en un tocador muy separado de ellas aguardaba una tranquila Yuki, junto con sus amigas.
—¿Quién es ese Hideki Sato del que tanto hablan? —preguntó Sakura curiosa pues las modelos eran realmente ruidosas y era imposible no escuchar de lo que hablaban.
—Sólo otro cantante. —respondió Yuki, quien se miraba fijamente en el espejo buscando alguna imperfección en su rostro.
—Hideki…no me suena ese nombre. —comentó Ino.
—Es un cantante apenas en ascenso, aunque va a escalas agigantadas ya que es muy bueno, es joven y guapo, aunque algo creído, creo que la fama se le está subiendo a la cabeza. Su representante pidió arduamente al mío esta colaboración para ver si podía escalar aún más en este mundo de la música.
—Oh…ya veo.
—¡¿Qué te pasó?!
—¿Qué pasa allá?
Se preguntó Sakura, viendo que las modelos se mostraban preocupadas, viendo algo que aparentemente estaba en el suelo, al divisar bien, se dio cuenta que se trataba de una modelo que aparentemente se había desplomado, victima de la fatiga. Como médico, acudió rápidamente hacia donde estaba, siendo seguida por Ino y la curiosa Yuki.
—¿Qué le pasó? —preguntó, poniéndose de cuclillas junto a ella.
—No sé, dijo que la cabeza le dolía y de repente como que quiso desmayarse. —respondió una de las modelos preocupada.
—No pasa nada, sólo estoy cansada. —dijo la que se encontraba mal mientras trataba de levantarse.
—¿A qué horas fue tu última comida? —preguntó Sakura, intuyendo lo que pasaba.
La cabizbaja chica dudó en responder, pero el rugido de su estómago la delató.
Sakura resopló.
—Escucha, tengo entendido que para desempeñar este trabajo te piden ciertos "estándares", y sí bien se pueden lograr, estos deben ser a base de una buena alimentación, entrenamiento físico y por supuesto el descanso, matarte de hambre no sirve.
La modelo se encogió aún más con el regaño, sintiéndose una tonta.
—Mira… no debería darte esto, pero… toma. —le ofreció una píldora de soldado que sacó de su bolso de primeros auxilios. — Contiene nutrientes que te devolverán la energía.
—Sakura… ¿estás segura? —preguntó Ino.
—Por el momento sí, para que se levante y no se desmaye otra vez.
La chica tomó lo que la médico le ofrecía, la olió primero y luego la tragó, el sabor le fue espantoso, pero fue cuestión de un par de minutos para que sintiera el subidón de energía que la ayudó incluso a que pudiera levantarse por su cuenta.
—¡wow! ¡Esa cosa es grandiosa! Y supongo que es baja en calorías.
—Eh… sí, pero… como dije, no son dulces, estas píldoras se comen con cuidado.
—Dra. Haruno, ¿nos podría dar a nosotras también? —pidieron las demás modelos en coro, interesadas en dicho producto.
—¡Por supuesto que no!, esto sólo se debe tomar como una vitamina no para que se salten comidas.
—Ay, Dra. Haruno… usted no es millonaria porque no quiere… ¿sabe que tanto dinero estaríamos dispuestas a pagar por un remedio así? —opinó una de las modelos. —Aunque claro, en mi caso lo usaría con la respectiva supervisión médica, porque en momentos y eventos así de esta magnitud supongo que sería de gran ayuda ya que tenemos mucha presión encima.
—¿Un negocio millonario? —pensó Sakura, imaginándose así misma como toda una empresaria de las píldoras de soldado aplicados en la industria de la moda, sin embargo, rápidamente desechó dicha idea, pensando que si estas tenían un mal uso sería perjudicial para la salud. Así que era un rotundo NO.
—Ah…ya dejen de decir tonterías. —regañó Yuki. —Creo que no hay mejor satisfacción que lograr las cosas con tu propio esfuerzo, así que antes de pensar en hacer locuras, vayan al médico y que este les aconseje, por cierto, en lugar de que gasten el dinero en remedios milagrosos esperamos sus donaciones para la fundación de la primera clínica de salud mental infantil que está buscando construir la Dra. Haruno.
—¡Yuki! —exclamó Sakura avergonzada.
La cantante sólo se burló y daría todos los detalles sobre dicha labor; cuando de repente un grito desesperado resonó, pero ahora desde la otra habitación.
—¡NOS HAN ROBADO! ¡NOS HAN ROBADO!
Era Niko quien gritaba.
Alarmadas por los histéricos gritos, Sakura e Ino inmediatamente corrieron hacia la otra habitación para ver que había ocurrido. Al entrar, encontraron al hombre completamente frustrado frente a un bastidor donde colgaban diferentes prendas femeninas.
—¡¿Qué pasó?!
—¡No están, Sakura! ¡No están! ¡Faltan algunas prendas de la colección!... las que tienen más incrustaciones de diamantes.
— pero ¿quién habrá sido? — se preguntó Ino, buscando alguna pista alrededor.
—Un momento. —murmuró Sakura para sí misma y rápidamente se movió hacia la otra habitación donde estaban las modelos esperando, rápidamente las contó mentalmente, mientras estas y Yuki la miraban con incógnitas imaginarias sobre sus cabezas. —¿Dónde están las otras?
—¿Qué otras? —preguntó Yuki.
—Faltan dos modelos, la chica pelirroja de estatura baja y la otra chica alta de cabello negro y ojos azules.
Las modelos de inmediato se miraron entre ellas, notando que en efecto faltaban dos compañeras con las que habían convivido durante el ensayo.
Teniendo como principales sospechosas a dichas chicas, Sakura e Ino se movieron rápidamente para informarle a Shino e ir a buscarlas; sin embargo, al llegar con este que, justamente se encontraba en la entrada del edificio donde se realizaría el evento, vieron que él ya tenía todo bajo control.
—Ya las tengo. —informó el misterioso ninja de los insectos, teniendo a las dos gritonas chicas encerradas en una jaula hecha de bichos que parecían moscas.
Las kunoichis suspiraron aliviadas.
—Noté que estas mujeres se estaban alejando sospechosamente del sitio con una maleta y sin la compañía de alguien más, así que las detuve y al quedar envueltas entre mis insectos, ellas mismas soltaron la maleta y confesaron que se la habían robado. —explicó, señalando el lugar en donde había dejado dicha maleta.
—Buen trabajo Shino, estás en todo… nosotros no nos percatamos que faltaban ellas hasta que Niko gritó que alguien había robado —contó Sakura.
En ese momento Yuki, Niko y las demás modelos llegaron hacia donde estaban ellos.
—¡No puedo creerlo… ustedes dos! Y eso que pensé que había escogido cuidadosamente. —gruñó el indignado Niko, sin querer acercarse mucho a la jaula de bichos. —Llamaré a la policía de la ciudad para que se las lleven. ¡Las demás vuelvan a los camerinos, por favor! ¡Aquí no hay nada que ver!
Las demás modelos se regresaron obedientes al interior del edificio, mientras que Sakura, Ino y Shino aguardaron junto con Yuki y Niko la llegada de la policía, quien minutos después de su llegada se encargó de llevarse a ambas ladronas que suplicaban porque les retiraran a los insectos que las retenían.
Una vez que fueron arrestadas, Niko se lamentó exhausto.
—¿Ahora qué haré?… me faltan dos modelos.
—¿No puedes llamar a otras? —preguntó Ino.
—¿O hacer que las chicas que quedan se cambien rápido y vuelvan a salir con las otras prendas? —opinó Sakura.
—Ay, lindas, sin ofender, pero se ve que no saben cómo es estar en un evento de estos, son tres colecciones diferentes las que se mostrarán, en cuanto las modelos muestren una, se deben de cambiar rápidamente a la otra y así con la tercera y no puedo llamar a otras, las agencias de modelos tienen sus políticas, además que ya no me confiaría tanto debido a los sucedido —exhaló con cansancio, cuando de repente una idea cruzó por su cabeza —A menos que…
—¿A menos qué…? —preguntó Sakura preocupada, al ver tan cabizbajo al modista.
—A menos que… —repitió el modista, reincorporándose rápidamente, mostrando una gran y tenebrosa sonrisa.
—¿A… menos que…? —también repitió la kunoichi un poco más nerviosa, pues podía apreciar que este tramaba algo.
Y así era…
—Sakura, Ino… preciosas… ¿les gustaría ser modelos por un día?
.
.
—como pudiste escuchar, Sasuke-kun, lo del robo no fue tan importante, investigué por mi cuenta y esas chicas siguen en prisión, al parecer con la carpeta de investigación que se abrió en su contra se descubrieron que tenían otros antecedentes por robo, pero no creo que hayan sido las causantes de la muerte de Yuki. No eran tan inteligentes.
Sasuke asintió, comprendiendo.
—Entonces ¿fue así como te pidieron que modelaras Sakura-chan? —preguntó Naruto con una sonrisita y desviándose por completo del tema.
Sakura asintió sonriente.
—Al principio no quise, e Ino tampoco, es decir… no sabíamos nada de eso, pero cuando Niko nos explicó que quería que cuidáramos de la mercancía desde la pasarela además de la cantidad que dijo que nos pagarían los organizadores, no pudimos negarnos, más que nada porque ese dinero lo queríamos destinar a la construcción de la clínica.
—Oh… ya veo, por cierto… nunca me dijiste cuánto te pagaron por ese evento y Shino sólo me dijo un aproximado en términos de misiones.
— Me pagaron 35 millones de ryos.
—¡¿Qué?! ¡¿TANTO?! ¡eso cobran más o menos los cazarrecompensas famosos por buscar a peligrosos criminales! ¿Y a ti te los dieron sólo por caminar en ropa interior?
Sakura se encogió de hombros.
—Es un mundo loco. ¿No lo crees? Además, con la ayuda de Yuki y Niko se logró conseguir un 70% de donativos y con nuestro pago y las donaciones que ya teníamos, completamos el 100% y un poco más.
—increíble…
Mientras Naruto y Sakura parloteaban acerca de dicho evento, Sasuke permaneció en silencio, optó por quedarse así y sólo hablar si era necesario, pues veía que su compañera se mostraba un poco más animada y no quería afectarla de nuevo. De hecho, se había percatado que su rostro se iluminaba cada vez que hablaba de esa clínica que había fundado y la verdad le resultaba más agradable verla de esa manera.
.
.
Durante las siguientes horas, Ino y Sakura se dedicaron a practicar el arte de caminar en una pasarela, algo que habían pensado sería sencillo, pero cuando lo intentaron con zapatos de tacón afilado con un alto de aproximadamente 15 centímetros, se retractaron de lo dicho y hasta emplearon su chakra para no irse de lado.
Además de eso, tuvieron que someterse a un radical lavado de su cuerpo que incluyó desde exfoliaciones y hasta dolorosas depilaciones. Cosas que creyeron (al final) que pudieron ahorrarse con un jutsu de transformación.
Cuando menos lo esperaron, el evento estaba a pocos minutos de comenzar, el escenario estaba listo, el público aguardaba impaciente, Yuki y las modelos se encontraban afinando detalles y las kunoichis hasta ese momento vieron los atuendos que les tocaría llevar a cada una.
—No creo poder, no creo poder... yo no pensé que las prendas fueran así. —se quejó una nerviosa Ino, cubierta con una toalla. —Y hay mucha gente allá afuera.
—Al menos creo que tu atuendo esta más cubierto, aunque sea con tela color piel, yo solamente tengo un sostén y una braga y ¡estas alas! —gruñó Sakura, escondida detrás de un vestidor.
—¿Ya están listas, chicas? —llegó la animada Yuki, la cual portaba un elegante vestido corto, lleno de pedrería y diamantes que la hacían relucir más de lo que ya lo hacía.
—¡¿Por qué tú si tienes un vestido así?! —gritoneó Ino, aferrada a la toalla.
—Porque soy la cantante, no una modelo. —respondió esta, sacando la lengua. —Y ustedes se ven bien, ¡están espectaculares! Las van a amar. Ino, tu novio ese que dices que tienes te va a amar. Y tú, Sakura… tú ¡ya sal del vestidor!
—No quiero… no puedo…
—Bueno, igual Niko te sacará en unos segundos, porque… ¿adivinen qué?
—¡¿Qué?!
—¡Ya empezó el espectáculo! ¡rómpanse una pierna!
La burlona chica se dirigió a la pasarela donde hizo su gran entrada, dejando a ambas kunoichis paralizadas del miedo y más cuando la música comenzó a sonar.
—Ino, ¡atenta! —llamó Niko dando aplausos. —Tú eres la segunda en salir.
—¡¿EEHHHH?!¿Por qué?
—Porque yo lo digo, anda
—¡No sé cómo!
—Claro que sí… ¡MIRA! —señaló a la modelo principal que abrió la pasarela y la cual ya había salido dando pasos elegantes, pero a la vez mostrándose segura y divertida, recibiendo en el proceso un montón de ruidosos aplausos y alabanzas.
—Sólo has lo que ella hace, CON SEGURIDAD MUJER ¡ERES UNA SHINOBI DE KONOHAGAKURE! ¡DEL FAMOSO CLAN YAMANAKA! ¡Demuestra de lo que estás hecha, mujer!
La cohibida Ino tragó saliva, pero con el discurso motivador de Niko, juró por los Yamanaka que no se acobardaría, así que, tomando una gran bocanada de aire, hizo su entrada a la par que la otra modelo dejaba la pasarela y con una excesiva confianza caminó como si de una profesional se tratara, era una shinobi, se supone que debería interpretar cualquier papel que se le asignara para la misión, pues bien, eso era lo que estaba haciendo y con grandes resultados, pues le agregó un poco de su estilo al moverse al ritmo de la canción de Yuki.
Mientras tanto, detrás de un vestidor...
—Sakura, querida… eres la octava en salir, así que ya sal de ahí y toma tu lugar detrás de la modelo que irá antes de ti.
—Pero… pero…
—Mira que te dejé uno de mis diseños más bonitos, quiero que lo luzcas como el ángel que eres.
—Pero… pero…
—Piensa en los niños que se verán beneficiados con esto.
Sakura ya no mencionó nada, en su lugar, la puerta del vestidor se abrió, mostrando a la enrojecida kunoichi.
—Anda, preciosa… casi es tu turno.
Aun así, casi a rastras, el modista se la llevó a la fila.
Desde ese sitio, Sakura pudo ver la despedida triunfal de Ino, pero a diferencia de ella que ya se mostraba más relajada, ella no pudo dejar de temblar por los nervios.
—Ay, querida… ¿por qué tiemblas tanto? Pareces uno de esos perritos nerviosos.
—Hay demasiada gente.
—Tú sólo míralos como lo que son, los futuros donadores de tu proyecto. —motivó Niko.
—Se van a burlar de mí, yo no tengo tan bonito el cuerpo como Ino o las demás modelos, muy apenas se me levantó el busto con este sostén especial… yo… yo…yo
—¡A ver! ¡Tranquila! —le golpeó Niko la frente con un dedo. —Te ves espectacular, tu busto pequeño es más que perfecto, esto no es una pasarela erótica, es una pasarela de moda. ¡Niña! Lo que intentamos vender es ropa interior para mujeres, así que este evento es hecho por mujeres para mujeres, ¿entendido? De lo contrario hubiera contratado a un montón de pechugonas si la intención fuera estimular a un montón de depravados.
—Ok, un evento hecho por mujeres para mujeres. —repitió como si fuera un mantra.
—Así es, y ya pronto será tu turno. —informó Niko, cuando la séptima modelo salió. —Sólo piensa ¿por qué estás haciendo esto? ¿Y para quién?
—¿Para quienes lo hago? —pensó Sakura.
"¡Sí, esto lo hago por los niños que están solos, que necesitan tratamiento, y esto lo hago también por mí, PORQUE SOY HERMOSA, ¡MI CUERPO ES PERFECTO!"
Los ojos de Sakura brillaron como si tuviera un fuego interno, así que cuando le hicieron el llamado para que hiciera su entrada, lo hizo, salió con absoluta confianza a pesar del público que tenía sus ojos puestos en ella, como había dicho Niko, sólo vio a esa gente como futuros benefactores de su fundación.
Mientras que Yuki, estando a un cuarto de terminar la canción, vio con orgullo a la ya no tan tímida y cohibida Sakura, la cual deslumbraba por ella misma y cuyo brillo se complementaba con la joyería de su atuendo.
La caminata por la pasarela era de alrededor de 30 segundos, pero para la kunoichi casi fue como una hora, sin embargo, la satisfacción que sintió al regresar a los vestidores era algo que nadie le podría quitar. Al menos en ese momento.
Luego llegó el momento del cambio al segundo atuendo, pero antes de cambiarse las kunoichis aprovecharon para tomarse una foto con Yuki, la cual sería relevada por el otro cantante invitado.
La temática de la siguiente colección estaba inspirada en el océano y está demás decir que tanto Sakura como Ino se sintieron como unas hermosas sirenas en la pasarela.
Para el término y la presentación de la última colección, Yuki cantó con el cantante Hideki a dúo, mientras que las kunoichis modelaron una lencería aún más sensual a las anteriores y que estaban diseñados con las incrustaciones de diamantes.
En todo momento, Shino se encontró vigilando, tal como lo había dicho Kakashi, el chico ni siquiera se había inmutado, al menos no en ese momento, ya que después no pudo ocultar su sonrojo cuando las modelos se le lanzaron encima para despedirse de él y Yuki le dio un beso en la mejilla en agradecimiento por haberlas cuidado durante el evento.
.
.
—Sakura, cámbiate rápido y nos ayudas a recoger unas cosas que faltan. —avisó Ino, del otro lado del vestidor.
Ya habían pasado unas horas de la finalización del evento, la gente se había marchado y sólo se quedó el staff de la cantante recogiendo sus respectivas cosas.
—Sí, ya voy…— respondió esta, acomodando de manera cuidadosa las últimas prendas que había tenido que usar y con las que tuvo que andar durante el meeting con el público.
Estaba más que feliz, porque Yuki con su encantadora forma de ser había logrado conseguirle varios beneficiarios para su proyecto, así que no podía esperar a finalizar la misión y ver que tanto se había recaudado.
Con una gran sonrisa en el rostro, abrió la puerta del vestidor de golpe, cuando un singular "Auch" se escuchó detrás de esta.
Al mover la puerta para ver quién era, Sakura se encontró con que era el otro cantante que había presentado la segunda colección. Hideki Sato, un muchacho de 24 años, alto, con estilo roquero, de cabello castaño, ojos grises y sonrisa arrogante que en cuanto la vio pareció analizarla completamente con la mirada.
—Oh… lo siento, no me di cuenta de que estaba ahí. —mencionó Sakura, extrañada de verlo.
—Descuida. —dijo este sobándose la frente. —Salió como quería, esperaba que no me vieras para darte una sorpresa.
—¿Eh?
El cantante rio.
—déjame presentarme, soy Hideki Sato, y perdón mi atrevimiento, pero desde que te vi en la pasarela ya no pude dejar de verte.
—¿En serio? —Sakura no le creyó y lo dejó notar con su mueca de disgusto.
—En serio… —tomó el hombre su mano, colocándola sobre su palma para acariciarla con la otra. —Eres justo como me gustan… de pequeñas proporciones—dijo, acercando su boca a su mano.
Sakura se la retiró antes de que pudiera besarla.
—Gracias, supongo… me tengo que ir.
Comenzó a retirarse cuando…
—¡¿cuánto por la noche, linda?!
"¿Y este quién se cree que soy?!" —gruñó Sakura furiosa, regresándose hacia donde estaba el tipo, que de brazos abiertos (porque pensó que aceptaría) se vio de repente atrapado y alzado por el cuello de su camisa.
—¡Escúchame imbécil, no soy una maldita puta! ¡Si pensaste que por salir en ropa interior me estaba insinuando a los hombres! ¡Te equivocas! ¡El evento fue organizado por mujeres para mujeres! ¡Basura!
Y lo dejó caer de azotón, el hombre impresionado con su fuerza salió corriendo despavorido, imaginándose que se metería en problemas si seguía provocándola.
Sakura bufó furiosa, pensando que no cabía duda de que algunas personas sólo tenían mierda en la cabeza.
.
.
—Y ese fue el tema del acoso, a Ino la acosó el guitarrista de ese tipo, usando la misma artimaña y haciéndole la misma estúpida pregunta, está de más decir que Ino también se defendió. —suspiró Sakura.
—Vaya, que tipo… si yo hubiera estado ahí o alguien le dijera eso a Hinata. —gruñó el indignado Naruto con el puño alzado.
Sasuke lo vio de reojo, pensando "ya cállate", aunque de cierta manera concordaba con él, le molestaba que existieran tipos así.
—¿Creen que fue nuestra culpa? —preguntó de repente Sakura entristecida.
Sasuke y Naruto se desconcertaron.
—¿Qué cosa?
—Que, acudiendo a ese evento, Ino, Yuki, las modelos o yo ¿provocamos a ese tipo de personas? Personas que son capaces de llegar a cometer actos como lo que hicieron con Yuki
—¡Por supuesto que no! —golpeó Naruto la mesa. —¡Sakura-chan, ustedes no fueron el problema! Los que le hicieron eso a tu amiga son personas sin escrúpulos, ambiciosos, depravados, ¡o al menos es lo que creo!
—Son unos malditos que no pueden contener su libido, además como dice Naruto, que son ambiciosos pues no olvides que al parecer buscaban extraer el poder de tu amiga. —respondió Sasuke con seriedad.
Sakura se sorprendió que Sasuke opinara al respecto sin ser rudo o estar gruñendo.
— Gracias. —murmuró cabizbaja.
—¿Qué más pasó, Sakura? —insistió el Uchiha.
—Nada relevante después, como lo dije anteriormente, escoltamos a Yuki y al staff hasta la frontera, ahí el señor Iwamura había contratado a unos shinobis del otro país. Ino, Shino y yo nos despedimos de Yuki, con la promesa de volvernos a ver y regresamos a casa.
—Después de eso… ¿la volviste a ver?
Sakura asintió.
—Un par de veces, yo sola fui a visitarla al país de la primavera, en aquella ocasión nada relevante pasó. Ella me enseñó a patinar, o eso intentó, ya que no era muy buena, pero yo sí lo logré e incluso me di cuenta de que me era equilibrante y relajante hacerlo, bueno… eso no importa, luego nos seguimos comunicando por cartas y volví a visitarla junto con Ino antes de la boda de Naruto, nos enseñó a cantar y nos ayudó a escoger la canción y también otras cosas. ¿Lo recuerdas Naruto?
—Sí, claro que sí… y ya supongo cuál fue la otra cosa con la que las ayudó, fue algo que le regalaron a Hinata. ¿eh? —insinuó picaronamente.
Sakura rio, pues en efecto, aprovechando que habían ido al país de la primavera, Ino y ella decidieron comprar algo de lencería sexy para la futura novia.
Sasuke por supuesto no entendió de lo que hablaban esos dos, así que no opinó.
—Después de esa visita, ya sólo me comuniqué por medio de cartas, yo le contaba todo y ella a mí, todavía tengo las cartas por si quieren verlas, aunque son muy íntimas.
—¿por qué lo dices?
—Me expresaba sus anhelos y deseos, sus problemas y complicaciones. Me contó cuando conoció a su novio y cómo habían formalizado, incluso me contó cuando…bueno ya saben.
Naruto se sonrojó al comprenderlo. Sasuke permaneció taciturno.
—Más que nada me lo contó para que le diera consejos médicos, también me contaba de gente que la admiraba, pero también otra que la odiaba, me decía que la llamaban zorra, fácil, puta y entre otras cosas. Obviamente me alarmaba, pero ella siempre respondía que era parte del oficio y que no me preocupara, que a ella no le importaba.
—Pero… ¿no te mencionó de alguien que sospechara que quisiera hacerle daño? —preguntó Sasuke.
—No, al menos no en las que recibí a tiempo… porque…
La kunoichi se silenció, mordiendo sus labios y desviando su mirada hacia un punto vacío con dolor…
—Sakura-chan…—musitó Naruto percibiendo toda la tristeza que comenzó a emanar su amiga.
Sasuke también era consciente de todo el dolor que ella sentía y el intento por reprimirlo, pues parecía que ya había llegado al momento crítico de la historia.
—¿Qué pasó? —se atrevió a preguntar, pensando que sería lo mejor para ella que se desahogara.
—Recibí una carta de ella. —respondió Sakura entrecortadamente. —El mismo día que Kakashi-sensei me informó que había muerto.
Naruto ahogó un grito.
—¿Qué decía? —preguntó Sasuke, sintiéndose furioso consigo mismo por tener que estarla cuestionando.
—Me pidió ayuda… dijo que sentía que alguien la perseguía en el país de la primavera, que se iba a refugiar en la capital del país del fuego, donde pretendía casarse en secreto con su novio, quería que yo la alcanzara para que fuera uno de los testigos.
—¿Y leíste la carta antes o después de que Kakashi sensei te dijera sobre lo que le había pasado?
—Después de que me dijo, después de que me informara que yo tenía que acudir a hacer la autopsia. —recordó con dolor.
—Sakura… sé que esto es difícil, pero… ¿hay algo más que nos puedas decir? ¿Alguien de quien sospeches además de los idiotas con los que te enfrentaste? Además… ¿cómo conseguiste esas nuevas habilidades? —cuestionó, tratando de no sonar frívolo ante la situación.
Sakura, volvió su mirada al Uchiha con cansancio.
—No me hagas recordar eso. —pidió ella adolorida.
—¿cómo? ¿De qué hablas, Sakura?
Sin embargo, la kunoichi ya no mencionó nada al respecto y con la mirada completamente perdida, se levantó de su asiento, empujando la silla hacia atrás y luego echó la mitad de su cuerpo sobre la mesa con los brazos extendidos, sosteniéndose solamente con las puntas de sus pies
—Fue en esta posición.
Ni Sasuke ni Naruto entendieron qué era lo que pretendía.
—La autopsia reveló que estuvo en esta posición por mucho tiempo y con la cual se quedó después de su muerte, además de que hay evidencia de cómo fue encontrada en un estado de rigus mortis.
—¡Sakura-chan! ¡¿qué haces?! —gritó Naruto espantado, levantándose precipitadamente al igual que Sasuke.
—La fascia plantar estaba lastimada, lo que significa que se mantuvo por mucho tiempo sobre sus talones y sin zapatos.
—Sakura, ¡ya basta! —pidió Sasuke, recordando que esos traumas estaban descritos en el reporte de la autopsia.
—No fueron 3 personas…—siguió hablando Sakura dolida. —Mentí en el reporte.
Los shinobis se asustaron.
—Encontré rastros de ADN de al menos 30 personas de los cuales no he podido encontrar coincidencias en los registros del país… lo siento.
—Sakura-chan… ya basta.
—Y mentí, porque no quería que la llamaran zorra o puta… me enteré de lo que decían acerca de su muerte, que ella lo había provocado.
—Ya cállate, Sakura.
—Tenía daños en todo el cuerpo. Tenía una lesión en el cráneo, causada por presión lo que significa que la sometieron con mucha fuerza y rudeza, la marca de la mesa estaba más marcada en su mejilla izquierda. El examen toxicológico indicó que usaron una poderosa droga en ella, por eso no pudo siquiera defenderse, tenía varias contusiones, moretones, mordidas, su parte intima estaba destrozada, empujaron violentamente sus miembros en ella y también objetos punzo cortantes… mordieron sus pezones hasta arrancárselo, y tiraron de su cabello, causándole una grave lesión en el cuello, pero no murió, no murió hasta que ejercieron presión sobre su cabeza
Sakura exhaló aire, y al hacerlo ella misma se presionó sobre la mesa como si estuviera recreando aquel doloroso suceso.
—¡Sakura-chan! ¡Ya basta! —pidió Naruto, tratando de acercarse cuando una corriente de aire gélido lo empujó con violencia. —¡¿Qué pasa?!
Sasuke también intentó acercarse, pero al más mínimo acercamiento fue empujado con la misma violencia, al mismo tiempo que parte de su ropa se llenó de escarcha. Si intentaban acercarse demasiado corrían el riesgo de congelarse.
Kakashi y Darui que habían estado también viendo los acontecimientos, abandonaron sus puestos para ir a aquella habitación donde se desató una ventisca; sin embargo, al intentar también acercarse, fueron repelados de la misma manera.
—Luego… alguien se subió encima y la penetró con rudeza… —seguía hablando Sakura, completamente ida. —El sexo deja de ser divertido cuando algo malo ocurre, cuando lo hacen sin el consentimiento del otro. ¿Por qué a mí? ¿Por qué a mí? —chilló. —No puedo respirar… no puedo respirar… no puedo respirar.
—¡Ya basta, ya basta! —gritó Naruto desesperado.
Sasuke al escucharlo no pudo evitar evocar un recuerdo del pasado, cuando Sakura le gritó lo mismo durante los exámenes chunnin. En aquella ocasión fue su tacto el que lo había calmado.
¿Y si hacía lo mismo?
Tenía que intentarlo.
No lo pensó demasiado, y valiéndole poco que fuera a quedar congelado se arriesgó a entrar a la fuerza a aquella ventisca con nieve que se había generado alrededor de su compañera.
Fue un movimiento rápido y desesperado, y a mitad de casi fracasar y quedar cómo un cubo de hielo se le ocurrió invocar el brazo del Susanno con el que logró tomar a su compañera para jalarla hacia él y después envolverla con su único brazo.
—Ya basta, Sakura, ya basta—le musitó desesperado.
En ese momento, la ventisca que se había formado se desvaneció.
Sakura parpadeó un par de veces y el brilló de sus ojos volvió a ella; sin embargo, se sentía tan exhausta que ni cuenta se dio que estaba apoyada sobre el pecho de una persona que la había lastimado en el pasado, pero que a lado de otros parecía no ser tanto.
Cerca de él, pudo percibir los latidos de su corazón, estaba agitado, aunque poco a poco se fue relajando, al igual que ella, sin embargo, la sombra de la tristeza y el remordimiento pesaba sobre ella. Ya no podía más con ese dolor.
—¡NO PUDE SALVARLA, SASUKE-KUN! — gritó llorando con dolor, después de años volvía a llorar. —¡No pude salvarla como Naruto hizo contigo!
—Son circunstancias diferentes, no fue tu culpa. No tienes por qué culparte. —gruñó el Uchiha sin atreverse a soltarla, ante las preocupadas miradas de Naruto, Kakashi y Darui.
—Pero… el no hacerlo, trajo consecuencias.
—¿Consecuencias? —repitió el preocupado Naruto, hincándose junto con sus amigos.
—Quiere venganza…
—¿Quién Sakura-chan? ¿Quién?
—No lo sé. —negó esta asustada, aferrándose a la camisa de Sasuke. —Sólo… pude escuchar una voz… una voz de un hombre que me dijo… que todos pagarían por lo que le hicieron a Yuki. Que le hará honor al nombre de Yuki y congelará a todo el mundo usando la energía natural.
—Pero… ¿tú que tienes que ver en todo esto? —preguntó Kakashi sin entender, acercándose también a su alumna.
Sakura al ver que se encontraba rodeada de su antiguo equipo, se separó un poco de Sasuke para poder explicarles, pero antes de hacerlo comenzó a quitarse frente a ellos la sudadera que traía puesta. Los varones presentes por supuesto se alarmaron y por respeto, se giraron para evitar verla.
—Ay, por favor… ya me vieron antes en ropa interior. —rezongó la cansada Sakura, volviendo a ser cómo era. —Tienen que ver esto, esta es la marca de la flor de la pureza.
Al mencionar esto, los cuatro varones presentes se volvieron hacia ella y lejos de enrojecer por su estado de semidesnudes quedaron boquiabierto al ver la figura de una flor de loto que estaba grabada como si fuera un tatuaje a la altura del corazón de su amiga.
—¿Quién te hizo eso Sakura-chan? —preguntó Naruto asustado.
Sakura negó con la cabeza.
—No lo sé, sólo sé que pasó después de la autopsia, y después que apareció empecé a escuchar aquella voz la cual…me pidió que hiciera algo.
—¿Qué cosa? —preguntó Sasuke enseriándose.
—Quería que yo lo ayudara a vengar a Yuki, siendo la nueva reliquia… pero me negué. —contó asustada. —Y ahora esta cosa que trató de manipularme, está tratando de manipular a la energía natural por si sola… yo he intentado oponerme usando este nuevo poder, y he llegado a ganarle; sin embargo, me sigue advirtiendo que no vale la pena que me siga oponiendo, que, si sigo en su contra, las personas que le hicieron eso a Yuki, me encontrarán y… me harán lo mismo que a ella.
—¡Eso es algo que no permitiré! —gritó Naruto furioso.
—¿Qué es lo que has planeado hasta ahora, Sakura? ¿Qué tanto sabes del enemigo que por lo visto ahora te busca? —preguntó el enseriado Sasuke, atando ciertos cabos.
Pero la kunoichi negó con su cabeza al cuestionamiento, rememorando que había perdido la oportunidad de dar con los posibles atacantes de Yuki.
—¡Es suficiente! ¡Detengan esto! —se escuchó de repente una autoritaria voz desde el umbral de la puerta.
Los varones presentes, se pusieron rápidamente de pie frente a la kunoichi, mientras esta rápidamente se colocaba de nuevo la ropa al ver de quien se trataba.
—Vieja Tsunade… ¡No grite así! —reclamó Naruto.
—Yo grito como se me dé la gana. —recalcó esta, acercándose a ellos, quienes abrieron paso al percibir a quien se dirigía realmente. —Parece que al fin les dijiste. —observó a su alumna.
Sakura asintió, poniéndose de pie.
—¿Usted lo sabía? —reclamó Darui. —¿A pesar de saber que la reliquia le pertenece al país del Rayo?
—A estas alturas la reliquia sólo le pertenece a su portador, en este caso a Sakura, la reliquia nunca ha sido de ninguna nación, es un poder que viene de la energía natural y la cual está presente en todo el mundo, esa chica Yuki lo sabía, y sólo los engañó con ese testamento para que la dejaran en paz.
—Pero…
—Nada de peros, así que haz el favor de avisar al Raikage que la reliquia está con su nuevo portador, alguien que no lo quería, pero que debido a la circunstancias se tendrá que convertir en la nueva sacerdotisa de la naturaleza.
—Como diga, honorable quinta, de mi parte lo comprendo, pero de parte de Lord Raikage no creo que él se sienta satisfecho con esa respuesta.
—Sí "A" no entiende por las buenas, entonces será por las malas. —advirtió Tsunade.
—¿Es una amenaza?
—No, sólo repito lo que ellas dijeron.
—¿Ellas? —repitió Sakura. —¿Quiénes Lady Tsunade?
—Las grandes sacerdotisas de las 5 naciones que salieron de sus templos hasta esta aldea con este horrible clima, sólo para verte.
—¡¿Qué cosa?!
Continuará.
Fin de la segunda temporada.
Notas de autora: bien se termina segunda parte de esta historia, espero que por el momento les siga gustando.
Nota curiosa: hay un trastorno mental llamado hiper-empatía, que es prácticamente un exceso de empatía que puede hacer llegar a sentir a la persona empática el mismo dolor que otra persona. Sólo para que lo sepan XD.
Agradecimientos a: Margaces y al guest por su comentarios en FF, y a todos los lectores de Wattpad.
Nos seguimos leyendo.
07 de julio de 2022
