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Alexitimia
Tercera temporada
Capítulo 17
Desapego
—¿Ellas? —repitió Sakura. —¿Quiénes, Lady Tsunade?
—Las grandes sacerdotisas de las 5 naciones que salieron de sus templos hasta esta aldea con este horrible clima, sólo para verte.
—¡¿Qué cosa?! ¡¿Cómo que las sacerdotisas están aquí?!
—Naruto, como siempre tan escandaloso. —respondió Tsunade indiferente. —No sé por qué te sorprendes, ni siquiera las conoces, y tampoco es algo que tenga que ver contigo, en todo caso la que tendría que mostrarse sorprendida es Sakura.
Señaló a su alumna que aún más indiferente que ella, tenía una expresión como si no le importara en absoluto que más personas desconocidas supieran su ya expuesto secreto.
—Así que anda Sakura, ellas te esperan.
Dado el mensaje, la sannin se retiró de la habitación sin dar más explicaciones, esperando que su alumna, así como todos los presentes la siguieran.
—Pues creo que no queda de otra, Sakura, más vale que obedezcas y vayas, por lo que veo quedas libre de las acusaciones que hay en tu contra.
—Sí, gracias Kakashi sensei. —acató esta, dando una pequeña reverencia para después caminar hacia la salida.
—Sakura… —se escuchó de repente la voz de Sasuke.
La kunoichi al escucharlo se detuvo, y dando media vuelta se volvió hacia él, así como al resto de los varones.
—¿Qué pasa? —preguntó con su cabeza baja.
—Hace… unos momentos…tú…—habló el Uchiha en pausas, recordando mental y penosamente lo que había hecho para sacarla del trance, pero lo que en realidad le preocupaba era el por qué había actuado de esa manera.
—Ah, sí… lo siento. Fue un momento más de debilidad de mi parte, prometo no volver a invadir tu espacio personal, Sasuke-kun. Sé que odias eso.
—¡¿Qué?! ¿qué se supone que significa eso? —gruñó para sus adentros, mostrando sólo en el exterior su remarcado ceño fruncido. —¿A dónde crees que vas? No hemos terminado de hablar.
—Ya dije todo lo que me preguntaste, yo tengo la reliquia Sasuke kun, por lo que a mí respecta tu misión ya se terminó. No hay nada más que tengas que averiguar, eres libre de seguir tu camino.
—¡Oye, Sakura-chan, el Teme sólo está preocupado por ti! —reclamó Naruto.
—¡No es así! /No es así. —respondieron ambos aludidos al mismo tiempo, él iracundamente y ella inexpresivamente.
—¿Ya ves? —recalcó Sakura apuntándolo. —Repito, ya respondí a todas las preguntas que me hicieron, por el momento ahora sólo queda buscar cómo detener lo que se aproxima y quiero saber si esas sacerdotisas pueden ser de ayuda, así que con su permiso… me retiro.
—Bien hecho, Sasuke. —Reclamó Naruto, una vez que Sakura se fue.
El Uchiha, mientras tanto, no hacía más que restregarse los dientes con furia.
—Esa… molestia. —bramó. —Si no tiene idea en lo que se está metiendo, nos meterá a todos en problemas.
—Sí, puede ser. —habló Kakashi, quien a pesar de todo se mostraba tranquilo. —Pero eso es algo que no te concierne Sasuke.
Sasuke y Naruto se sobresaltaron sorprendidos.
—Pero Sensei…
—Tal como lo dijo Sakura. —interrumpió Kakashi. — Sasuke, tú misión sólo era averiguar los sucedido con la reliquia y en todo caso encontrar a quien la tuviera, ya lo hiciste, puedes estarte tranquilo, lo que siga después queda bajo mi jurisdicción como Hokage y me temo que también por lo que puedan decir esas personas que llegaron, así que yo también me retiro.
El Hokage se retiró siendo seguido por Darui quien había permanecido en silencio en todo ese tiempo, observando todo cuidadosamente para poder reportarle a su respectivo líder.
Quedándose sólo Naruto y Sasuke en la habitación, este primero se dispuso a seguirlos cuando…
—Sabes que se meterá en problemas.
El rubio se detuvo, dándole la espalda a su amigo.
—Puede ser, pero yo la ayudaré Sasuke, no tienes que… ah, sí lo recuerdo… tú no te preocupas por ella, todo esto era parte de tu misión, Mmm entonces creo que diré… no te preocupes, haré todo lo posible por ver que Sakura no nos meta en problemas, dattebayo.
—¿Tú también? —masculló molesto.
—¡Pues es lo que das a entender, Baka! ¿Te preocupa o no te preocupa Sakura-chan? No hay otras opciones, Teme. —Lo encaró. —¡¿Qué es lo que sientes por ella?!
El Uchiha gruñó más.
—Yo no siento nada por ella, no al menos lo que tú quieres que sienta, Usuratonkachi, pero…sí sé que tengo una deuda con ella y…—bufó.
—¿Y…?
—y… me preo-cu-po por ella. —admitió finalmente entre gruñidos, desviando la mirada de su amigo.
—Al fin lo admites, ya vamos progresando… no fue tan difícil ¿verdad? —sonrió Naruto satisfecho.
—Cállate.
—Sí, sí lo que tú digas, que penoso eres… mejor ya deja de gruñir y ¡anda! ¡Vamos! Veamos que quieren esas sacerdotisas con nuestra Sakura-chan.
Sasuke asintió avergonzado y yendo a la par de Naruto, ambos corrieron por los variados pasillos del centro de investigación, lugar en donde se encontraban.
Corrieron hasta la recepción principal de dicho edificio; sin embargo, durante todo su trayecto hasta el final de este no se encontraron ni con Sakura ni con su maestro, frente a la puerta de entrada sólo se encontraron con el dúo de ninjas conformado por Kotetsu e Izumo, los cuales veían a través de las puertas de cristal como la nieve caía incesantemente.
—¡Oy! ¡Ustedes! —les gritó Naruto. —¿Dónde están los demás?
—¡Ah! Naruto. —saludó Kotetsu. —La quinta, el sexto, Sakura y ese tipo de la nube acaban de salir. —señaló la puerta.
—¿Con esta nevada?
—Sí, se fueron porque, de hecho, vino tu esposa a informar sobre unas personas que comenzaron un incendio cerca de unos departamentos.
—¿Hinata?
—¿Y las sacerdotisas? —preguntó Sasuke intuyendo algo malo.
—¿Sacerdotisas? —repitió Kotetsu.
—¡Ah! supongo que han de ser los que venían en aquella caravana de carruajes—respondió Izumo. —La Quinta entró al recinto dejando a unas personas esperando en varios carruajes allá afuera. —señaló hacia la puerta. — La verdad no nos dimos cuenta, pero cuando ella regresó junto con Sakura y el Sexto, resulta que quienes estaban adentro de ese carruaje ya no estaban, luego en eso llegó Hinata a informar sobre el incendio y se fueron con ella.
Naruto gruñó.
—Nosotros también iremos. ¡Sasuke!
El Uchiha asintió y le siguió hacia la salida. Al tan sólo cruzar la puerta ambos shinobis sintieron el frio hasta lo más profundo de sus huesos; sin embargo, esto no les impidió que continuaran con su camino. Uno protegido con el manto del kyuubi y el otro por el escudo del Susanno se resguardaron de las inclemencias del clima que parecía empujarlos lejos de su destino, pero como era de esperarse de alguien como ellos, superaron al hostil clima y lograron alcanzar a sus compañeros, justo cuando estos 5: Kakashi, Tsunade, Sakura, Hinata y Darui se detuvieron, viendo hacia donde estaba el incendio, que más que ser eso, era una gran fogata en los jardines frente al edificio departamental en donde vivía el miembro femenino del equipo 7 y que curiosamente estaba soportando la fuerza de la nevada.
Desde su posición vieron como Sakura pareció desfallecer, cayendo sobre sus rodillas, pero antes de que pudieran siquiera acercarse a ella, un grito estremecedor por parte de ella los detuvo.
—¡¿Qué hicieron?! ¡¿QUÉ HICIERON?!
Entonces ella se levantó y corrió hacia unas mujeres que avivaban el fuego, echando más cosas que no les pertenecían a ellas. Naruto no comprendió muy bien lo que pasaba, pero Sasuke notó el área en particular que estaba siendo chamuscada y sintiendo una especie de sudor en frío supo que se trataba del jardín de flores de su compañera, ese el cual ella le había contado se había esmerado en cuidar tanto.
—¡¿Qué hacen?! ¡¿Por qué le prendieron fuego a mi jardín?! ¡¿QUÉ HACEN CON MIS COSAS?!
La furiosa Sakura le arrebató una caja a una de las ancianas que inexpresivamente pretendía seguir alimentando el fuego, mientras que detrás de esta, otras ancianas también llevaban más cosas de ellas consigo, así como otras mujeres más jóvenes que parecían ser sus aprendices y las cuales fueron las únicas en mostrar un aspecto temeroso al ver la ferocidad que se andaba cargando.
—¡¿Qué hace anciana Akane?! ¿Con que derecho entraron en la casa de mi alumna e incendiaron sus pertenencias? —reclamó la Senju también furiosa.
—Justo lo que dijimos que haríamos princesa. —respondió la anciana con tranquilidad. —Este es el ritual del desapego.
—¿Ritual de desapego? —repitió Sakura, aferrándose a la caja que justo tenía adentro la ropa que usaba para las misiones.
—¡¿Qué creen que están haciendo con las cosas de Sakura-chan?! —llegó el furibundo Naruto después de que su esposa le explicara que era lo que habían incendiado esas mujeres y lo que pretendían seguir quemando.
Detrás de él le acompañaba Hinata, quien le detenía de un brazo para evitar que su esposo hiciera una tontería y por el otro lado también estaba el rabioso Sasuke, que por algún motivo detestó lo que esas mujeres habían hecho con ese sitio.
Kakashi también se acercó, dejándose ver como la autoridad de su aldea frente a las visitas; sin embargo, la anciana que portaba la distintiva chihaya (*) del país del fuego, así como un gran abrigo de piel los vio como si no les importara y luego fijó su vista en Sakura y la analizó de abajo hacia arriba.
—¿Con que tú eres la nueva portadora de la flor de la pureza? No me sorprende el alboroto, no eres más que una chiquilla simplona, sin nada que la haga especial y que no sabe nada de nada.
Naruto se preparó para protestar, pero…
—¡El día que alguien se meta a su casa para incendiar sus cosas me dice si no actuaría de la misma manera! ¡VIEJA! —respondió la furiosa Sakura a la ofensa.
—Yo no tengo apegos materiales en este mundo, yo sólo vivo para servir a mis deidades y por debajo de estas a la nación. Algo que me temo que tendrás que hacer tú también si quieres cumplir con tu función como la nueva sacerdotisa de la naturaleza.
—¡¿Qué?!
—¿Qué quiere decir vieja? —se entrometió Sasuke también. —Más bien díganos ¿quiénes son todas ustedes y qué es lo que quieren?
La anciana resopló con fastidio.
—Es el problema de trabajar con gente tan joven, pero ya que insisten. Mi nombre es Akane, soy la sacerdotisa principal del templo del país del fuego.
Luego miró hacia atrás y asintió como si autorizara a las demás a hablar.
—Soy Nitta, sacerdotisa principal del país del rayo. —se presentó otra mujer anciana de piel morena, que sin ningún tipo de remordimiento lanzó al fuego una caja que contenía un montón de libros.
—Usted es la que sugirió hacer un segundo examen forense a la otra reliquia. —reconoció Darui.
La anciana asintió.
—Yo soy Jin, sacerdotisa principal del país de la tierra. —se presentó la siguiente anciana, cuyo rasgo más característico era que su cabello seguía color caoba, lo que daba a entender que era la anciana más joven del grupo.
—Yo Saori, sacerdotisa del país del agua. —se presentó otra, con un singular vestido blanco y corona de flores.
—Y yo Kumiko, sacerdotisa principal del país del viento. —se presentó la última anciana con una reverencia, portando un traje muy parecido al del Kazekage que la cubría de pies a cabeza.
—Nosotros, junto con otras sacerdotisas de otros países, formamos una división cuya función principal es preservar el equilibrio espiritual con el terrenal, cosa que se vio gravemente alterada por las insolencias de la única sacerdotisa que representaba a toda una sola energía: la energía de la naturaleza.
—¿Se refiere a Yuki? —preguntó Hinata sutilmente.
—Sí, esa muchacha descarriada faltó a su deber como sacerdotisa, hizo lo que se le dio la gana y por ende sufrió las consecuencias de sus actos.
Sakura apretó los dientes y de repente la nevada comenzó a intensificarse más. Los gritillos de las demás chicas que estaban de observantes llamaron la atención de todos que a Sasuke no le quedó de otra más que cubrir a todos con el Susanno.
—Vaya, hasta que alguien hace algo de provecho, el frío comenzaba a calar fuertemente. —dijo la anciana Akane.
—Hmph…—bufó el Uchiha malhumorado, no le agradaba esa vieja.
—Ahora no me cabe duda del por qué Yuki quiso escapar de los templos. —retomó Sakura el tema con molestia.
—Mi niña, no me lo tomes a mal, pero el único deber de Yuki era servir fielmente a quien le otorgó dicho poder, y si se le autorizaba, tener un descendiente al cual darle su poder, así como lo hicieron varias generaciones de su familia, no escoger a una niñita al azar que está más que alejada del tema del espiritualismo, y menos a una shinobi que sabrán los dioses que tan impura es.
—¡Oiga! —gritoneó de nuevo Naruto indignado.
—¡Yo soy una ninja médico! Y no me avergüenza para nada. ¡Está loca si cree que solo porque usted lo dice me volveré una sacerdotisa que se la pasa encerrada en un templo como una reliquia!
—Pero es lo que debes de hacer. —intervino Nitta. —O al menos completar este ritual de desapego, para que te deshagas de todo lo que te ata tanto material como personalmente e impide que llegues a tu máximo potencial.
—¡Lo que yo tenga que hacer no les concierne! Pensé que podrían ayudarme con este problema, pero veo que no, sólo buscan que les sirva como querían que Yuki les sirviera. Ni siquiera les importa lo que le pasó a ella.
—Sólo vemos por el presente y el futuro, niña, pero si esa es tu postura, entonces no esperes ser escuchada. —replicó Saori.
—¿Qué?
—La energía de la naturaleza no te escuchará, no al menos como lo hacía con la sacerdotisa Yuki. —recalcó Kumiko.
—La energía de la naturaleza es celosa, y si tienes apegos no te escuchará como tú quieres. —explicó Jin despectivamente.
—Sólo observa alrededor. —señaló Akane. —Una tormenta de nieve desatada, apuesto a que por más que le has rezado no has podido detener lo que la provoca.
Sakura se sobresaltó y la caja que sostenía comenzó a removerse por el temblor de sus manos. Eso era justo lo que había estado tratando de hacer, pero parecía que entre más se estresaba más poder ganaba quien trataba de congelar todo.
—Si no tienes la capacidad de hacer algo tan simple como desapegarte de tus bienes materiales, más vale que lo digas de una vez, de tal manera que extraeremos de una forma u otra la reliquia, aunque tengamos que sacrificarte y se la daremos a alguien con mayor preparación y devoción.
Sakura negó ferozmente con la cabeza.
—Señoras, para hacer eso primero tendrían que pasar por encima de nosotros. —intercedió Kakashi, anteponiéndose frente a su alumna.
—Lo mismo digo. —chocó Naruto sus puños y Hinata le hizo segundas, poniéndose en posición de pelea.
E increíblemente Sasuke también reaccionó, comenzando a mover la estructura que cubría en ese momento a todas esas mujeres.
—Más vale que decidan, señoras. —dijo Tsunade, chocando también sus puños —Sabemos que las sacerdotisas tienen su manera de hacer las cosas, pero aquí haremos las cosas al modo shinobi.
—Princesa, usted fue la que nos buscó pidiendo nuestra ayuda.
—¡Pero no para presionar ni ofender a mi alumna! ¡Se supone que buscaríamos juntos una solución!
—Me temo que no será posible si su alumna no acepta lo que es ahora, y como tal parece que es el caso, creo que nos veremos en la necesidad de extraer ese poder.
La anciana Akane y las demás ancianas abrieron y cerraron sus ojos, al hacerlo las pupilas de sus ojos cambiaron a un singular color morado brillante y el cual tenía grabado algunos patrones parecidos al sharingan y rinnegan.
—¡¿Qué clase de dojutsu es ese?! —preguntó Naruto demandante, preparado para pelear.
—Este es un dojutsu que ha pasado de generación en generación y se ha compartido entre las naciones, una de sus funciones principales es que nos permite ver el alma de las personas y también si algo los invade. Generalmente usamos este poder para exorcismos, cuando demonios invaden los cuerpos y corazones de las personas, pero ahora lo utilizaremos para expulsar la reliquia de esa niña.
—Eso sí pueden pasar sobre mi cadáver. —advirtió Sasuke con el sharingan activado y mostrando el rinnegan.
—Dos poderosos ojos, debo admitir, y que nos destruirían. —admitió la vieja Akane. —Pero viendo tu contaminada y sucia alma y llena de pecados, niño, puedo decir que no te atreverías. No si quieres vivir con más remordimientos de los que ya cargas.
Sasuke gruñó, extrañamente sintiéndose titubeante.
—¡Oiga! ¡Más vale que se calle! —amenazó Naruto.
La anciana del país del fuego se volvió lentamente a él.
—El chico que tiene adentro a un demonio a quien hizo su amigo, el Jinchūriki del nueve colas. —recitó la anciana como si fuera un cuento. —Tu alma es más pura niño, más que la del otro chico, pero igualmente sucia por el hecho de tener un demonio dentro de ti. A pesar de que tu creas que has dejado de tener odio, lo cierto es que siempre tendrás ese pasado que…
—¡Basta ya! —gritó Sakura, anteponiéndose ante todos los que la querían proteger. —Deje de molestar a mis amigos.
Advirtió al ver que la anciana esa buscaba afectar a sus amigos mentalmente y con la salud mental nadie se metía, al menos no en su presencia.
—Y la nueva reliquia. —la observó la anciana, y negó con la cabeza decepcionada—Impura como se puede esperar de una jovencita de tu calaña, no eres digna de tener ese poder, así que más vale que lo regreses si realmente no lo quieres.
—Yo lo regresaré cuando se me dé la gana y a quien realmente sea digno de tenerlo, así que más vale que no intente nada…—advirtió al ver como los ojos de las 5 mujeres se dilataban, al mismo tiempo que sentía que sus piernas flaqueaban —O verán con quien…
—¡Sakura-chan!
Y el grito de Naruto fue lo último que escuchó antes de ver todo completamente negro.
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—¡Sakura-chan!
—Sakura.
—Despierta, por favor.
—¡Más vale que despiertes!
Al escuchar múltiples voces a su alrededor, la kunoichi abrió sus ojos con lentos parpadeos, distinguiendo en un principio un color morado que parecía envolver al cielo, hasta que después vio unos colores dorados, plateados y azabaches por enfrente de este.
Cuando por fin pudo volver en sí, vio que se trataban de los miembros de su antiguo equipo, así como de Hinata.
—Por fin despiertas. —dijo Naruto aliviado, era él quien la tenía cargada en su regazo.
—¿Qué me pasó? —preguntó confundida, reincorporándose con dificultad, viendo que se encontraban en una cúpula creada por el Susanno.
—¿Lo olvidaste? —preguntó Kakashi. —Esas ancianas intentaron hacerte algo, pero no sé que les hiciste tú que colapsaron cuando tú lo hiciste.
Para mostrárselo con hechos, Kakashi se movió de su sitio para enseñarle lo que había por detrás de él. Sakura entonces observó un escenario en donde Tsunade estaba atendiendo medicamente a unas aparentemente asustadas ancianas.
—Ay, por Kami… volvió a pasar. ¿verdad? —se lamentó arrepentida.
—Si te refieres a lo que pasa cuando alguien intenta indagar dentro de ti, así es. —respondió Sasuke con seriedad.
—Neh… bien merecido se lo tienen. Sakura-chan se los advirtió, pero creen que por ser viejas saben más que uno, dattebayo. Así que no te preocupes Sakura-chan.
—Pero ellas tal vez tengan razón en algo. —susurró esta, viendo como apenas la líder del grupo se levantaba con la ayuda de su maestra.
—¿Qué quieres decir, Sakura-chan? —preguntó Hinata preocupada.
—Este poder se me está saliendo de control. —se observó sus manos, para luego observar hacia las alturas donde el Susanno seguía protegiéndolos de la tormenta de nieve. —Esto no parará si no estoy dispuesta a sacrificar algo también.
—¡No, claro que no Sakura-chan! Esas son tonterías. ¡Nosotros te ayudaremos! ¡No las necesitamos!
—Nosotros podremos resolverlo si trabajamos juntos. —opinó Hinata con el mismo entusiasmo que demostraba su marido.
Pero Sakura negó con su cabeza y se puso de pie.
—Sakura-chan.
—Entonces… ¿está decidido? ¿Lo harás? —cuestionó Kakashi, al ver la determinación de su alumna.
—No creo que debas ser tan radical. —opinó Sasuke con su mirada apartada de ella.
—No lo sé, tal vez sí deba serlo.
Dicho aquello, Sakura abandonó a su antiguo equipo para caminar hacia donde estaba su maestra con las exhaustas ancianas.
Antes de llegar con ellas, tomó la caja que había tenido en manos y la llevó consigo.
—Discúlpenme. —dijo, una vez que estuvo frente a las ancianas.
Estas y sus aprendices se sobresaltaron al verla, como si le temieran.
—No fue mi intención, traté de advertirles.
—No cabe duda de que hay algo muy oscuro en tu corazón niña. —dijo la anciana Akane con preocupación.
—Mi corazón está roto, señora, y por eso parece que estoy vacía. —explicó. —A veces me cuesta sentir hasta la emoción más básica, aunque supongo que esto es beneficioso si es que es lo que se requiere para llevar a cabo el ritual.
—¿Cómo? —musitó Tsunade confundida. —Sakura… ¿qué planeas?
—Desapego, Lady Tsunade. Si quiero detener esta tormenta de nieve, tengo que complacer a la energía natural.
—No tienes porque hacer esto. —replicó el Uchiha, escuchando todo lo que había dicho sobre su corazón roto.
—Tengo que hacerlo Sasuke-kun. —lo encaró Sakura, mirándolo fijamente a los ojos sin ninguna clase de temor. —No soy especial, tampoco vengo de una familia prodigiosa, no tengo mucho talento para algunas cosas, así que, si quiero controlar este poder, creo que al menos tengo que sacrificar algo.
—Pero Sakura-chan. —intervino Naruto.
—Son… sólo cosas materiales, sin importancia. —explicó Sakura, tomando la ropa de misión que le había diseñado Niko. —Son sólo cosas…—lo arrojó al fuego.
—¡Sakura-chan!
—Ya no seré una shinobi y creo que tampoco una médico. —siguió musitando esta, tomando la bandana. —Ya no voy a pertenecer a ningún sitio.
—¡No lo hagas! —gritó Naruto, tratando de evitarlo.
Aunque fue demasiado tarde Sakura arrojó la bandana al fuego ante las preocupadas miradas de todos sus compañeros.
—Pero tampoco seré una sacerdotisa.
Esta declaración sorprendió ahora a las sacerdotisas de las cinco naciones y a sus acompañantes.
—Entonces ¿qué serás niña? ¿Qué es lo que pretendes?
—Seré… ¡la guardiana de la energía natural! —dijo con determinación. —Cuidaré que este poder se utilice apropiadamente y no sólo para el beneficio de unos pocos.
Mientras explicaba aquello, tomó otro montón de cosas que cargaba una de las jóvenes y las arrojó con dolor y frustración al fuego.
—No seré como Yuki, yo haré las cosas con mi propio estilo… ya lo verán. ¡Me escuchará! ¡La energía natural me escuchará!
—que bueno que estés decidida, niña. Pero más vale que estés muy consciente de lo que tus palabras significan. ¿Con esto quieres decir que servirás solo fielmente a esta energía olvidándote de tus amigos, seres queridos o la persona a quien amas?
Sakura sonrió.
—Por supuesto que no haré eso, no creo que pueda, aunque me lo pida, es decir, olvidar y dejar de querer a mis amigos o familia, eso no lo haré. De una persona a la que amo, no tengo pareja si es a lo que se refiere.
—Sí, es a lo que me refiero, ¿por qué crees que inicié el incendio aquí? —señaló a donde antes estaba el jardín. —El fuego que ves está hecho de un conjuro que se acrecienta entre más grande sea el apego, cuando el fuego se consume es cuando se puede decir que ya no queda nada de ese antiguo afecto. Sentí un gran apego de tu parte hacia estas flores que estaban plantadas aquí, derivado de un sentimiento muy profundo, así que supongo eran muy importantes para ti.
Sakura se confundió y negó con la cabeza.
—Son o más bien eran flores que me dio una persona que ni conozco, yo no sé qué es el amor, así que realmente no extrañaré ni nadie me extrañará en ese aspecto.
—No estoy del todo de acuerdo, pero creo que podría funcionar. —declaró la anciana.
—Sakura-chan. —musitó Naruto entristecido.
Sasuke también se lamentó por lo que escuchaba, aunque Sakura se escuchaba muy determinaba a cumplir con su nueva función, no podía evitar sentir que por cada cosa que ella arrojaba al fuego la alegre, vivaz y ruidosa Sakura que había conocido desaparecía aún más de lo que ya estaba por su causa y todos los sucesos que habían vivido.
—Eso es…—escuchó balbucear a Naruto, al momento que vio como Sakura había desistido de seguir arrojando cosas al fuego al toparse con una pequeña cajita.
—¿Qué? ¿Qué es eso que tiene?
—Son tus cartas, Teme —fue lo único que dijo el rubio, expectante de lo que su amiga haría.
Sasuke de inmediato regresó su mirada hacia Sakura que después de unos breves segundos, pareció reaccionar y determinada a continuar con lo que estaba haciendo, se preparó para arrojar esa caja al fuego, sin embargo, él, con un imprevisto y rápido movimiento apareció frente a ella y le sostuvo de la muñeca.
—¿En serio continuarás con esto? ¿¡No te importa perderte a ti misma?!
—No pasa nada Sasuke-kun, son solo cosas. —respondió esta con tranquilidad.
—¡Sé que son cosas materiales lo que estás quemando, pero ¿no te das cuenta de que lo que eres también desaparece?!... ¡Son mis cartas Sakura! cartas que ni siquiera te has dignado a leer.
A Sakura pareció no importarle.
—Sasuke-kun, son sólo papel y palabras, de seguro tu hiciste lo mismo con la mía.
En ese momento Sasuke la soltó, rememorando claramente que, en efecto, él, sintiendo el rechazo por parte de ella, optó por quemar su carta y aceptar su voluntad.
No tenía derecho a reclamarle, no tenía el derecho a intentar detenerla cuando en el pasado él mismo cubrió sus oídos antes sus múltiples ruegos para que volviera en sí y en lugar de escucharla sólo la lastimó.
—¿Me puedes soltar ya?
"¿En que la había convertido?"
La liberó de su agarre y ensombrecido por su flequillo sólo retrocedió un paso, momento que Sakura aprovechó para arrojar aquella cajita de donde salieron pequeños pergaminos que se chamuscaron al leve contacto con el fuego.
Así el ritual del desapego continuó, hasta que finalmente no quedó nada.
—Bien, niña… ahora seguirá un ritual de purificación, limpiarás tu cuerpo hasta que determinemos que estés libre de impurezas.
—supongo que eso llevará más de un día. —comentó Sakura con sarcasmo, preparándose para seguirlas.
—¡¿Un momento a dónde se la llevan?!
—A donde pueda bañarse, niño preguntón. —respondió Nitta, desesperada con los gritos de Naruto. —Así que no nos sigan, nadie debe ver a una sacerdotisa mientras se baña.
Naruto se detuvo en seco.
—Está bien, Naruto… no te preocupes. — se acercó Sakura a él y le sonrió. —Voy a estar bien. Hinata, por favor, sigue cuidando de él.
La chica de Uzumaki se sobresaltó.
—Por supuesto.
Sakura, entonces la abrazó y aprovechó el momento para susurrarle algo al oído.
—Por favor. —pidió cuando se separó de ella.
Hinata, asintió discretamente, dejando ir a su amiga la cual enseguida se dirigió a sus maestros.
—Kakashi sensei, Lady Tsunade… prometo que calmaré las cosas, solo denme algo de tiempo.
Sus dos sensei no supieron que decir, pues sentía que por cada cosa que hacía Sakura más la perdían, mismo sentimiento que tenía Sasuke, a quien su excompañera sólo se despidió con un leve asentamiento de cabeza, ya sin ningún tipo de temor reflejado en su rostro.
Todo parecía indicar que el ritual del desapego había funcionado y ella se había liberado de cierta forma de sus temores. No quedándole más que dejarla, deshizo el Susanno, permitiéndole a Sakura retirarse con las ancianas hacia quien sabe que sitio.
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Los días pasaron rápidamente y durante el transcurso de estos, habían pasado una serie de cosas.
Los shinobis de la nube regresaron a su país a pesar del mal clima y en Konoha el nivel de nieve había aumentado en la aldea, los shinobis con el dominio del elemento fuego habían repelado gran parte de esta; sin embargo, el que la nieve fuera creada a partir de la misma naturaleza les hacía más difícil desintegrarla a una que fuera creada por un jutsu.
Debido a las bajas temperaturas, toda la población en general se vio obligado a usar ropas más gruesas y abrigadoras, así como los calzados completamente cerrados, para los shinobis fue tener una carga extra sobre sus cuerpos, incluso se vieron en la necesidad de usar lentes para la nieve debido a que a veces era imposible ver con todos los copos que caían torrencialmente.
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Torre del Hokage, 10 días después, hora 4:30 am.
—Me mandaste a llamar Kakashi. —dijo Sasuke, presentándose frente al escritorio del Hokage.
—¿Ya terminaste de deshielar la zona comercial?
—Sí, pero supongo que en un par de horas volverá a estar inundada de nieve.
—Sí, supongo… pero igualmente gracias. —se recargó Kakashi sobre el escritorio. —Sasuke… te haré una pregunta personal.
El Uchiha permaneció impasible.
—¿No piensas irte de nuevo?
—Consideré que era mejor quedarme en la aldea en lo que pasa el mal clima, pero si hay personas a las que les molesta mi presencia entonces me iré.
—No, no, no lo digo por eso. Es sólo que me sorprende, ya terminaste la misión de buscar la reliquia, pensé que retomarías tu viaje.
—Supongo que lo haré cuando mejore el clima.
—Que bueno que lo digas, porque eso quiere decir que te puedo asignar esta nueva misión, aunque te advierto que será en equipo.
—¿Equipo? ¿con quién?
En ese momento, alguien tocó la puerta de la oficina.
—¡Kakashi sensei! ¡¿Está ahí? ¿Podemos pasar? Más vale que esté ahí porque nos hizo levantarnos muy temprano.
—¿Naruto? —reconoció Sasuke su voz. —¿Haré equipo con él?
—Sí, pasa Naruto. —respondió el Hokage a quien llamaba a la puerta. —Y sí, Sasuke y también con… —señaló a quienes estaban por entrar.
Sasuke por un momento pensó que se trataría de Sakura, y que de nuevo tendría que trabajar con su antiguo equipo; sin embargo, grande fue su decepción al momento que vio entrar a Naruto junto con su esposa, y como no había nadie más con ellos, supuso que el tercer miembro del equipo era Hinata Hyuga de Uzumaki, aquella tímida chica, que en cuanto entró los saludó con su usual torpeza.
—Sasuke, Naruto, Hinata… ustedes son los miembros del nuevo equipo 7. —anunció el Hokage.
—¡Estas de broma! ¡El equipo 7 es con Sakura! —replicó Sasuke, golpeando el escritorio.
—Bueno, sí… pero ella no está, y si te afecta está bien… entonces este equipo se llamará… el… el equipo 7. 2. —bromeó. —Porque el equipo Kakashi, entonces sería un equivalente al equipo 7.1
—¡¿O que tal si se llama equipo Naruto?! —sugirió el rubio con una sonrisita.
—Me quedo con el 7.2 —replicó Sasuke. —Bueno, el tonto nombre del equipo no importa, ¿qué haremos Kakashi?
—Oye Sasuke… ¿y por qué te alteras tanto? ¿Acaso tienes algo contra Hinata? —preguntó Naruto, con cierta molestia.
—No opinaré al respecto.
—¿O es que acaso extrañas a Sakura-chan? —preguntó melosamente.
—Ya cállate.
—Chicos, basta… —silenció Kakashi. —Antes de pasarles la información sobre su misión, quiero que escuchen el reporte de autopsia que mandó Shizune y Lady Tsunade sobre los cadáveres que quedaron de esos intrusos.
Sasuke y Naruto se silenciaron rápidamente.
—De acuerdo con el informe, se encontraron en los restos de estos toxinas que son capaces de sobrecalentar la sangre humana casi llegando a un punto de ebullición, dejándola en un estado de acidez que provoca las alteraciones que vimos aquel día.
—¿Se trata de algo provocado por un Kekkei Genkai? —preguntó Sasuke. —Me suena a cierta habilidad que vi en aquella chica.
—¿Te refieres a Chino? —preguntó Naruto.
Sasuke asintió.
—Sí, se parece, pero no. —indicó Kakashi. — La diferencia con aquel Kekkei Genkai, es primero, que los cadáveres de esos individuos se derritieron, y segundo, que no fue por una habilidad heredada, más bien por algo que ingirieron y que por lo visto, reacciona a alguna especie de comando.
—¿Por qué lo dice Hokage? —preguntó Hinata.
—Es evidente, si esa toxina fuera una medida para suicidarse para que no los atraparan, esos individuos lo hubieran hecho en el momento en que Sakura los atrapó, pero según lo que me contaste Sasuke, cuando llegaste al lugar ese hombre estaba suplicando piedad. Dudo que su intención en algún momento fuera suicidarse.
El Uchiha asintió y concordó con la teoría.
—Por lo que me temo que…
—¿Qué Kakashi sensei?
—Que nos estamos enfrentando nuevamente con alguien que trabaja con drogas como ese tal Kido, así que no me sorprendería si de nuevo encontramos a individuos que posean el sharingan o el chakra del kyuubi.
Los shinobis se enseriaron.
—Entonces nuestra misión… Kakashi, sensei. —musitó Naruto.
—No. —interrumpió este. —Su misión será custodiar a alguien importante.
—¿Eh? ¿Custodiar? ¿En un momento así? ¡¿Quién solicitó niñera en estos momentos de crisis?!
—Ella no solicitó nada, más bien yo lo quiero así, porque es una persona a la que aprecio y que sé que estará segura con ustedes. —explicó Kakashi tranquilamente, confundiendo cada vez más a los shinobis.
—¿Eh? Kakashi sensei… —Naruto sintió nervios. —¿De quién… se trata?
—¿No lo adivinan? —sonrió Kakashi detrás de su máscara.
Naruto tragó saliva, mientras que Sasuke sólo decía mentalmente: "No digas su nombre, no digas su nombre".
—Así es, la persona que custodiarán se llama Haruno Sakura: La nueva reliquia.
Continuará.
Iba a continuarle, pero mejor le corte hasta aquí. Espero les siga gustando
(*) Chihaya, es el uniforme de sacerdotisa, el que generalmente del faldón rojo y el haori blanco (creo que así se llama)
Agradecimientos especiales a Susana, KassfromVenus, Margaces, BlossomMarie. Dickory.
Nota: por cierto, que hice un dibujo de una representación de Sakura para el siguiente capitulo, si gustan y quieren verlo, está en mi página de Facebook, DragonDreams o tmb en wattpad.
Saludos.
18 de julio 2022
