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Alexitimia
Capítulo 19
Camino a Sunagakure
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El equipo 7.2 conformado por Naruto, Hinata y Sasuke, así como su protegida Sakura y unas personas extras que llevaban con ellos, al dejar atrás las puertas de la gran Konoha se vieron caminando por un largo sendero cubierto de nieve, que los llevó posteriormente a infiltrarse en lo más profundo del bosque nevado.
Habían optado por la vía terrestre dado a que las sacerdotisas indicaron que, si había problemas en otros lugares, era el deber de la reliquia calmar las inclemencias del clima, y no por nada lo habían sugerido pues era sabido por todos que lo que había hecho Sakura sólo había bastado para calmar cierta área más no un país completo y menos el mundo.
Conforme más se alejaban de Konoha, los fenómenos climáticos hicieron acto de presencia en algunos puntos de su viaje que estaban afectando aldeas o pueblos aledaños, por lo que se vieron en la necesidad de detenerse para que Sakura, alias "la reliquia" ofreciera sus respectivas ofrendas a cambio de un clima más estable.
Eso molestó mucho a Sasuke, debido que este, teniendo el rinnegan consideraba más fácil desplazarse de un punto a otro, aunque claro que dicha habilidad le exigía a cambio una enorme cantidad de chakra, por dicho motivo Kakashi le pidió que no lo utilizara pues este le indicó que necesitaba estar al 100% en caso de que la situación lo requiriera.
Por una parte, le dio la razón a su exmaestro, pues era cierto que debía estar al 100 para la misión, pero por otro lado le molestaba porque la persona a la que se supone debía de proteger tenía que andar a pie junto con ellos.
Y no es que considerara a Sakura débil, al contrario, pero esta se había adjudicado la tarea de ayudar a todo el mundo como si fuera una endemoniada máquina sin darse tan solo unos momentos para descansar como él creía que debía hacerlo, y para colmo tenían que andar cargando (y custodiando) un carruaje en donde iba la sacerdotisa del viento: Kumiko quien por sus canas se les unió al viaje para regresar a su tierra natal junto con sus aprendices y de paso, supervisar los pasos de la nueva reliquia. Otra mujer fastidiosa y engreída, según el Uchiha.
—Creo que deberíamos parar un momento para descansar. —habló Hinata, deteniendo la marcha.
—Opino lo mismo, hace horas que dejamos la aldea oculta en la cascada y no hemos tomado un descanso desde entonces, tengo hambre. —comentó Naruto, sintiendo como las tripas se le movían.
—¡¿Por qué se detienen?! ¡Ya falta poco para llegar a la frontera, muchachos flojos! —gritoneó la anciana desde la comodidad del carruaje.
—¡Ay, mira quién lo dice! ¡La que va dormidita en su carruaje! —se quejó Naruto con el puño alzado.
—Bien, hagámoslo… descansemos. —opinó Sasuke a propósito para llevarle la contraria también a la insensible anciana, aunque luego vio de reojo a su protegida, la cual la mayor parte del tiempo se la pasaba taciturna. —¿Te parece? —le preguntó.
—Lo que ustedes decidan. —fue lo único que le respondió ella, para luego acudir con Hinata quien ya bien preparada, había tendido una manta en el suelo para poder descansar y tomar un refrigerio.
Sasuke observó atentamente como Sakura se sentaba a un lado de la mujer de Naruto y dejó escapar un suspiro. Estaba exhausta, pero no lo decía, debido a que se había empecinado a seguir con su labor pasara lo que pasara.
Pensar en esto, le hizo recordar algo que le escuchó decir antes de que partieran.
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—Naruto, antes de que se vayan, quiero que pases a la torre Hokage por una ropa especial que se mandó a fabricar para soportar estas temperaturas tan bajas. —ordenó Kakashi.
—¡Oh, ¿de veras?¡ ¡Entonces iré de inmediato! Hinata, tú ve a casa con Sakura-chan y el Teme, espérenme ahí ¿sí? —pidió Naruto mientras se alejaba rápidamente del lago.
—De acuerdo, Naruto-kun—acató Hinata animada, aunque el ánimo pronto se le disolvió cuando se volvió al otro miembro del equipo el cual seguía con su típica postura de seriedad. —Eh…Sasuke…kun. Etto…
El Uchiha al escuchar la vocecilla de la mujer de Naruto la miró de reojo, esperando a que hablara; sin embargo...
—¡Hinata… ven aquí! —la llamó Tsunade y por el tono de voz que había usado era algo aparentemente de urgencia.
—Disculpa… ya vuelvo.
La Uzumaki entonces dejó al Uchiha, quien totalmente indiferente, la ignoró y volvió a enfocar su mirada en su ahora protegida, la cual después de cruzar algunas cuantas palabras de despedida con sus padres, los abrazó con fuerza.
—Sakura… tu abrazo se siente raro… estás muy fría. —dijo su madre un tanto inquieta.
—Causa una sensación extraña… además de frío. —comentó su padre, aguantándose el estornudar.
—Sí, lo siento… no es mi intención. —respondió la hija sin separarse de ellos.
—¿Segura que estarás bien? —preguntó Kizashi preocupado
—Sí, sólo… quiero sentirlos así, aunque sea una última vez antes de que parta.
—Ay, Sakura… no me agrada como suenan esas palabras… ¿segura estás bien? —preguntó ahora Mebuki inquietándose más.
—Sí, ya dejen la histeria. —se separó Sakura de ellos con una sonrisita. —Aunque si me muero…
Aquellas palabras sobresaltaron al Uchiha y a los Haruno.
—"Quisiera reposar en un lecho de flores"
—¡¿Eh?! ¡¿Qué dices niña tonta?! —gritó su madre alterada.
—Estoy jugando, lo siento. —explicó Sakura avergonzada. —Es sólo una canción
—Pues más te vale, con eso no se juega.
—Ya, ya… tranquilos, ustedes también me hacen bromas de mal gusto. No pasará nada, tengo buenos protectores que me acompañarán. —señaló Sakura a quien sabía estaba detrás de ella.
Sasuke desde su posición no comentó nada, pero estaba que rechinaba los dientes del coraje.
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Después de las despedidas tanto de Kakashi como de Tsunade, las sacerdotisas y los demás shinobis. Hinata condujo a Sasuke y a Sakura hasta su casa donde esperarían por Naruto.
En ese lugar, en un lapso de que Hinata se perdió en el segundo piso de la casa para preparar el equipaje, Sakura fue interceptada por Sasuke, cuando esta pretendió subir también por las escaleras.
—¿A dónde vas? —le preguntó, deteniéndola por la muñeca, sintiendo toda la frialdad que ahora emanaba.
—Con Hinata, para ver si la puedo ayudar en algo. Suéltame, por favor. —pidió esta indiferente.
—No lo vuelvas a hacer. —amenazó este.
—¿Qué?
—Decir lo que le dijiste a tus padres sobre si llegabas a morir, a mi no me pareció una broma… ¿Por qué lo dijiste?
—En una misión siempre hay riesgos. No es algo novedoso… ya suéltame por favor.
—¿No confías en que te cuidaremos bien?
—Yo no he dicho eso. Yo confío en ustedes. Ya suéltame… —pidió una vez más, comenzando a impacientarse y con ello su piel comenzó a tornarse aún más fría.
Sasuke al sentir el cambio, abrió su mano y ya sin decir nada más la dejó ir, tal cual él se alejó de ella en el pasado.
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—¿Te pasa algo?
Sasuke se sobresaltó, sintiendo una pesada mano sobre su hombro, al volverse hacia su costado vio que sólo se trataba de su amigo.
—¿Estás preocupado por Sakura-chan?
—No…
—Mentiroso.
—No… es sólo que…—trató de completar.
—¿Qué?
—Ella… ya no es la misma de antes.
Al rubio le pareció escuchar cierto tono de tristeza en la voz de su amigo, aunque casi pasara imperceptible y se lamentó internamente por ello.
—Ay, Sasuke… ¿qué quieres que te diga? Sakura-chan cambió mucho después de la guerra y bueno… después de que… tú… ya sabes.
—Sí, lo sé… sé que es mi culpa, y no sabes qué tan arrepentido estoy por ello.
El Uchiha bajó la mirada, ensombreciéndose con su flequillo.
—No, yo… no creo… bueno en parte sí, Teme… pero… no sé, creo que han sido varios factores los que han hecho a Sakura-chan como es ahora; y lamentablemente eso ha hecho que ella no sea…
—Feliz. —completó el Uchiha.
Naruto asintió.
—Pero insisto, creo que es por todo lo que le ha pasado últimamente. Porque antes de toda esta basura, antes de lo de Yuki y todo este maldito asunto de la reliquia, ella había aprendido a sonreír de nuevo, tal vez sólo sea cuestión de que ella vuelva a aprender a hacerlo, y ¿sabes? Confío en que lo logrará, ya lo hizo una vez.
—Hinata ¡esto está delicioso!
La armoniosa y feliz voz de Sakura sorprendió a ambos varones, en especial al Uchiha, quien después de días vio una genuina sonrisa en su excompañera. ¿Motivo? Una taza de té. ¿Era en serio? Eso lo confundió un poco y pensó que tal vez su amigo tenía razón, y Sakura volvería a ser feliz por su cuenta con o sin su ayuda.
—Parece que Hinata trajo de ese té especial. —observó Naruto también animándose a acudir hacia donde estaban ambas chicas. —¡Anda, vamos!
Sasuke sólo soltó un suspiró y fue detrás de él, tratando de mostrarse indiferente como siempre.
—No sabía que hubiera un té así, ¿cómo dijiste que se llamaba?
—Té de chai. Naruto y yo recibimos una muestra de este té cuando nos casamos, fue un regalo de parte del Tsuchikage, así que cada vez que se termina en casa mando a pedir un poco hasta el país de la tierra.
—Ya veo. Creo que yo también empezaré a pedir, es delicioso, aromático y con leche sabe mucho mejor.
—¡A mi también me gusta así! —dijo Naruto, tomando el vaso que su esposa le ofrecía.
—Eh… Sasuke kun…—habló Hinata ofreciéndole otra taza. —No le puse leche al tuyo, Sakura-chan me dijo que no te gusta lo dulce.
El Uchiha se sorprendió, tomando la taza y mirando detenidamente a la pelirosa que servía té en otras tazas sin prestar la más mínima atención en aquella conversación o al menos eso daba a entender por como lo ignoraba.
—Ah…
Agradeció como usualmente lo hacía, viendo posteriormente como Sakura se levantaba llevando una bandeja con ella con otras 4 tazas humeantes que ofrecería a la sacerdotisa y sus acompañantes que esperaban en el carruaje.
—Ush… Sakura-chan ni siquiera se debería tomar la molestia de atenderlas. —se quejó Naruto, tomando una de las galletas que su esposa había dejado como bocadillo.
—Naruto-kun sería grosero de nuestra parte no ofrecerles. —susurró Hinata discretamente.
—¡A mí me vale! Ellas tienen sus propias provisiones. La anciana es una grosera altanera. Nos trata muy mal y se queja de todo.
El Uchiha no se metió en la conversación marital y sólo se limitó al beber el té, el cual calificó como demasiado aromático para su gusto, pero al menos no dulce. Sakura había sido lista en prevenir a Hinata, o en ese momento, estaría tomando algo horrendamente dulce para no desairar a la mujer de su amigo.
—Parece que el té puso a la vieja Kumiko de buen humor. —comentó Sakura, una vez que se reunió de nuevo con ellos.
—Y también a ti, Sakura chan. —observó Naruto con una sonrisita.
—¿Qué dices? Yo siempre estoy de buen humor.
"Falso" pensó el Uchiha, entrecerrando los ojos.
—¿No se te ha hecho pesado el caminar, Sakura-chan? En la aldea oculta entre la cascada casi estuviste danzando por 2 horas y ni tuviste la oportunidad de descansar ya que inmediatamente partimos.
—He tenido guardias en el hospital de casi 36 horas, comparado, esto no es nada en realidad, así que no te preocupes, Hinata. —aseguró esta con una gran sonrisa.
La tímida Hinata asintió y Naruto también, ambos creyéndose absolutamente lo que decía la de cabello rosa, a excepción del Uchiha quien pensaba que estaba fingiendo, muy bien para su gusto.
—Por cierto, no te lo había dicho antes, pero patinas muy bien y a veces lo haces sin usar chakra para mantener el equilibrio. ¿No es difícil? —preguntó Hinata interesada.
—Al principio sí. —respondió Sakura pensativa. —La primera vez que intenté deslizarme sin usar chakra, terminé con mi cara estrellada contra el hielo.
Naruto se carcajeó ruidosamente.
—¡Que boba Sakura-chan, debió ser muy gracioso!
—¿A quién le dices boba, tarado? —gruñó la aludida molesta, pero sin alzar tanto la voz.
El Uzumaki sintió un escalofrió y rápidamente se disculpó
Sasuke nuevamente se perdió en aquella interacción, viendo que Sakura seguía siendo la misma con Naruto de cierto modo. No como le pasaba a él.
—Eso fue en el país de la primavera ¿Verdad? Cuando te fuiste de vacaciones. —siguió preguntando Hinata.
—Sí, cuando fui a visitar a Yuki. —respondió Sakura conservando aún su sonrisa.
Sasuke sólo la observaba detenidamente, viendo como ella se mostraba como si no le afectara hablar de la chica muerta mientras contaba su relato. Su falsa sonrisita a él no la engañaba.
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País de la primavera.
—Este deporte se está volviendo muy popular en el país, todas las chicas quieren practicarlo porque dicen que es muy elegante y te mantiene en muy buena forma.
Sakura sólo asentía a lo que Yuki decía, mientras que ambas se ajustaban unas botas que tenían cuchillas en las suelas que la segunda le había prestado.
La kunoichi había viajado de Konoha al país de la primavera para visitar a su amiga y pasando apenas unas horas de su arribo, la cantante ya le tenía todo un itinerario preparado para ella, entre estas una que decía "Patinaje sobre hielo".
—No parece tan difícil. —observó Sakura a unas personas que a lo lejos también patinaban.
—No, es muy sencillo en realidad, sólo tienes que mantener bien el equilibrio, observa, así como lo hago yo.
La cantante, para hacer su demostración se aventuró a tientas hasta el hielo, en donde al apenas tocarlo comenzó a desbalancearse, yendo de un lado a otro, hasta que finalmente (y entre gritos chillones) cayó de sentón en el hielo, donde hizo unas cuantas rabietas.
—¿Decías? —se burló Sakura, viéndola desde la orilla.
—Ush… sí, la señorita sabelotodo hablando, ¡está bien! ¡Lo admito! es mi primera vez patinando también, no había tenido oportunidad de hacerlo antes o… de venir con alguien.
—Aww… que tierna.
—Cierra la boca y mejor, anda, ¿por qué no lo intentas? a ver si a ti te resulta fácil.
—De acuerdo, lo haré.
Antes de entrar la kunoichi, concentró chakra en el filo de los patines y una vez lista se adentró en el lago y caminó sobre este como si nada.
Yuki quedó boquiabierta.
—Ush… pero ¡estás haciendo trampa! ¿Verdad? ¡Estás usando tu magia! —acusó molesta.
—Sólo concentro el chakra, eso no es magia.
Yuki frunció el entrecejo.
—Hazlo sin usar eso. —la retó. —A ver sí sigues conservando el equilibrio, Srta. Sabelotodo.
—Uy, que carácter shannaro… está bien, lo haré.
Sakura dejó de concentrar el chakra y de igual manera se mantuvo en pie en el hielo.
—Ahora deslízate.
Viendo que Yuki no desistiría hasta verla humillada, la kunoichi trató de imitar a una chica que patinaba a lo lejos con mucha gracia; sin embargo, al moverse un poco, perdió completamente el equilibrio y como si estuviera bailando de un lado hacia otro terminó por resbalar y para colmo de cara al suelo.
Yuki se carcajeó de ella como una desquiciada, y debido a las burlas fue que Sakura se empeñó en demostrarle que si podía patinar como se debía, comenzando una pequeña rivalidad entre ellas que terminó unos días después cuando la cantante aceptó que la kunoichi le había ganado.
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—Increíble, tú vas y patinas como si nada y yo muy apenas puedo conservar el equilibrio —dijo la exhausta Yuki, echándose sobre el pasto. —Aunque supongo que es porque tú tienes que entrenar mucho por tu trabajo y esas cosas. En cambio, yo soy muy floja para el ejercicio, muy apenas y me aprendo los pasos de baile.
—Sí, tal vez… —rio Sakura discretamente, orgullosa de haberle ganado.
—Ush… y te ves tan bien cuando lo haces, eres muy flexible y te ves muy bonita. ¡ahhhhhhhhhh! ¡Me da envidia! —pataleó la chica. —Hasta la energía natural piensa que eres linda.
—¿Eh? ¿Cómo es eso?
—Bueno, es lo que creo… cuando patinas veo que te rodea. ¿no sientes algo así como el viento a tu alrededor o el aire más fresco? Si tu respuesta es sí, eso querida, es la energía natural.
—Mmm pues ahora que lo dices, sí lo he sentido, pero supuse que era por el mismo ambiente.
—La energía natural ciertamente está en todos lados, pero para alguien que la manipula, puede ver que tan cerca está de ti.
—¿Cómo?
—Se ven como si fueran pequeños destellos de luz que te rodean, al menos así es como yo la identifico. Es decir, cuando canto, por ejemplo, puedo ver como estás me envuelven.
—Oh… ya veo.
—Por eso digo que le agradas, ya que nunca había visto que esas luces aparecieran con otra persona, así como contigo.
—¿En este momento se ven? —cuestionó Sakura susurrante y viendo a su alrededor tratando de captarlas.
—No, sólo cuando estás patinando. Creo que le gusta verte patinar, pero obviamente le gustó más yo cuando le canto, siempre he pensado que, si la energía natural fuera un humano, sería un hombre.
—Oh… jejeje… está bien, lo que tu digas.
—Por cierto, cambiando el tema, quisiera que escucharas parte de la canción que estoy componiendo, nunca he compuesto ninguna y todavía no la termino, pero me estoy esforzando porque quiero que todo el mundo la escuche, será mi canción insignia.
—¡wow! ¿cómo es? Adelante, cántala.
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—Yuki entonces cantó la canción, aunque no estaba muy bien que digamos, no rimaba en algunas partes así que le ayudé un poco a encontrar palabras que se adecuaran a lo que ella quería expresar, pero bueno, me estoy saliendo del tema con respecto a lo que me preguntaste, Hinata.
—No, no te preocupes, es muy interesante.
—¿Así que por eso danzas con esos zapatos?—se escuchó la voz grave de Sasuke.
Sakura volvió su mirada hacia él con cierto titubeo.
—Sí, así es, por eso opté por usar este método para atraer a la energía natural hacia a mí.
Sasuke entrecerró los ojos, viéndola con recelo, notando en esos aparentemente inocentes ojos verdes que seguía ocultando cosas. Secretos que bien podría conocer si ella le diera la oportunidad de indagar con su sharingan y sin bloquearse mentalmente en el proceso.
—Bien, creo que debemos continuar ¿No creen? —interrumpió Naruto sonriente. —Si avanzamos unas horas más pronto podremos llegar a la frontera del país del viento.
"Usuratonkachi idiota"
—Como digan, le avisaré a la señora Kumiko. —dijo Sakura, levantándose de su lugar para acudir a donde estaba la anciana.
Sasuke sólo observó cómo se iba, cuando de repente sintió un molesto brazo alrededor de su cuello.
—¿Qué quieres, idiota?
—Eh… Teme, cuidadito con esas miraditas a Sakura chan, parece como si la quisieras asesinar.
—¿Que estupideces dices? —gruñó este con tal ofensa, pues él no miraba como si quisiera asesinar. ¿o sí? —Sólo estoy haciendo mi trabajo. La estoy vigilando. —se justificó.
—Sí, sí, como no, yo sólo digo lo que veo… así que cuidado ¿eh? Estás advertido.
—Ocúpate de tus asuntos, Dobe y yo lo haré con los míos.
—Sí, lo que digas, ahora levanta tu culo del suelo que tenemos que recoger para irnos.
—Hmph… idiota. —vociferó este unas cuantas maldiciones mientras se levantaba del suelo para después preparar todo lo necesario para continuar con el viaje.
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Pasadas unas horas más, el equipo por fin llego a la frontera del país del viento y con lo que se encontraron no fue muy alentador, ya que el cielo estaba tremendamente oscuro y se notaba que llovía fuertemente a lo lejos y la tormenta iba directamente hacia donde estaban ellos.
—¡Muchachos, hasta aquí llegamos nosotras! ¡Tomaremos otro rumbo hacia el templo del viento! —avisó la anciana Kumiko desde el carruaje.
—¡¿Está loca anciana?! —gritó Naruto. —¿Cómo se va a ir sola?! ¿Quién manejará el carruaje?!
—Pues una de estas perezosas. —señaló la anciana a sus asustadas aprendices.
—Ush… parece que no es sólo con Sakura-chan ese comportamiento. —balbuceó Naruto para luego hacer una posición de manos. —¡Jutsu clones de sombra!
Y ante él aparecieron cuatro Narutos a quienes pidió custodiar a la vieja y demás chicas.
—Oh… vaya, después de todo siguen existiendo los caballeros. —dijo la anciana en forma de agradecimiento.
—Ah… ya váyase, señora. —pidió el fastidiado rubio.
—Sí, me voy, pero no porque tú me lo digas. ¡Eh! ¡Niña! ¡Tú, la reliquia!
Sasuke gruñó por como la vieja se dirigía a Sakura desde que habían comenzado el viaje y más se molestó porque Sakura ni siquiera objetaba, al contrario, respondía a dicho nombre.
—¿qué se le ofrece, señora?
—A partir de ahora estarás sola, haz lo que creas adecuado para calmar todo esto. —señaló al cielo. —No hagas tonterías que mira que mucha gente depende de ti, cualquier error toda la responsabilidad caerá sobre ti. ¿Entendido?
—Como usted diga, señora. —respondió Sakura rodando los ojos con fastidio.
—No me hagas esa cara, por ahora te has salido con la tuya, pero puede ser que descubras que cumplir con tu función no es tan fácil. No por nada esa otra chica renunció…
Sakura apretó los puños y dientes.
—Trata de mantenerte estable no seas estúpida. —regañó por última vez al ver su expresión. —Aprende a controlarte por el bien de todos.
—Sí, señora.
—Ush… confiaré en ti, niña… ya verás que, si haces las cosas bien, encontrarás la plenitud y felicidad, es lo último que te diré. —finalizó la anciana, volviendo al interior del carruaje.
El equipo 7.2 había sido espectador de toda la charla y tanto Naruto como Sasuke se contuvieron el ir a darle su merecido a la anciana, pues Sakura ni siquiera reaccionaba como lo hubiera hecho antes; sin embargo, fue Hinata la que pidió prudencia a su equipo, aunque a ella también le disgustaba el trato de las sacerdotisas en general.
Dejando los reclamos y supuestos consejos atrás, la anciana Kumiko se retiró con sus aprendices y los clones de Naruto (que este casi desaparece después de lo ocurrido) dejando únicamente al equipo 7.2 y a su protegida frente a un desolado desierto de arena húmeda que les esperaba a lo lejos.
—Por fin se largaron. —escupió Sasuke molesto. —Es hora de que también nosotros lo hagamos, vayamos de inmediatamente a Sunagakure para terminar con todo esto.
—Sí, ya lo sabemos Teme, Hinata… ¿puedes revisar con tu Byakugan…
Pero antes de que pudiera Naruto terminar de hablar, el Uchiha abrió un portal frente a ellos.
—¡Teme! Kakashi sensei dijo que no usaras esa técnica.
—Cierra la boca, Dobe, que ya perdimos mucho tiempo con esa fastidiosa anciana, pero si quieres caminar adelante. ¡Andando, Sakura! Ya tengo detectada la entrada a Sunagakure.
Y sin preguntar siquiera, Sasuke tomó de la muñeca a Sakura para llevarla con él.
—¡Espera, Sasuke-kun! —replicó esta en vano, cuando se vio absorbida ante dicho portal, mientras que el matrimonio se mostró incrédulo con lo que acababa de acontecer.
—¡Andando, Hinata!
Ordenó el gruñón Naruto, tomando la mano de su esposa para juntos adentrarse al portal, esperando salir del otro lado para caer sobre una especie de montaña de arena, pero al momento de que traspasaron el portal, lo que vieron fue una especie de mar debajo de ellos.
—¡Ahhhhhhh!
Tan precipitada e inesperada fue su salida que Naruto y Hinata cayeron directamente al agua, saliendo de esta dando una gran bocanada, siendo a la vez golpeados por una fuerte lluvia que caía torrencialmente.
—¡Naruto, Hinata! ¿Están bien?! —escucharon ambos el grito de Sakura.
Cuando aquel par reparó de donde venía la voz de su amiga, Naruto gruñó sonrojado y Hinata se mostró sorprendida y también un poco sonrojada, pues Sasuke al parecer si había reaccionado rápido y ahora se encontraba pisando aquel "mar", mientras que a Sakura la tenía muy bien protegida entre las manos del Susanno, pues una mano la sostenía y con la otra mano la estaba protegiendo de la lluvia.
—¡Teme! ¿¡No pudiste atraparnos a nosotros? ¡¿Qué te pasa?! —reclamó Naruto.
—Hmph… ¿no se supone que son ninjas? —respondió este.
—¡Enseguida iré a ayudarlos! —gritó Sakura con la intención de bajar del Susanno.
—¡No, Sakura! ¡Ya voy yo! —gruñó el Uchiha, yendo de mala gana hacia el matrimonio a quien ayudó a mantenerse firme sobre el agua.
—¡Teme! Se supone que debíamos ir a Sunagakure. ¡¿Dónde diablos estamos?!
—¿Qué no ves? —señaló el Uchiha con la mirada hacia el frente. —Estamos en Suna.
Al girarse, tanto Naruto como Hinata ahogaron unos gritos pues a unos cuantos metros de ellos se encontraba una enorme puerta, cuyo símbolo de la aldea casi se encontraba en su totalidad cubierta por aquel mar que se había formado en pleno desierto.
La situación en Sunagakure había llegado a consecuencias catastróficas.
—Tardé demasiado. —se lamentó Sakura, bajando del Susanno.
—No es tu culpa. —gruñó Sasuke, desapareciendo el Susanno muy a su pesar.
Sin embargo, aquellas palabras no fueron suficiente consuelo para la reliquia quien enseguida sintió como la lluvia comenzaba a tornarse más fría hasta que empezaron a caer copos de nieve.
"Tranquila, tranquila, tranquila" —comenzó Sakura a rezar. —"No te dejes llevar por lo que dijo la sacerdotisa", "No te dejes llevar".
—¡Oigan, ustedes! ¡¿qué no piensan entrar!? —escucharon de repente en lo más alto de los muros que rodeaban la aldea.
—¡Oh, es Kankuro!
Reconoció Naruto al hermano de su amigo, quien al parecer se encontraba haciendo vigilancia con unos cuantos shinobis que también se asomaron a su llegada.
—¡Allá vamos! ¡Hinata, Sakura-chan…
Naruto se quedó a medio hablar cuando al volverse vio como su amiga se encontraba muy agitada, musitando oraciones susurrantes mientras sus manos temblaban, no tanto por el frío sino por la desesperación que comenzó a sentir ante el caos que todos estaban presenciando.
—Sakura-chan…
—Ustedes váyanse, necesito estar sola para concentrarme…
—Pero…
—Naruto. —musitó el ensombrecido Sasuke. —Dejémosla.
Para el pesar de Naruto, de Sasuke y Hinata se vieron en la necesidad de alejarse de Sakura, quien apenas yéndose se hincó ante la tempestad, rogando porque se calmara un poco.
Entre tanto los shinobis fueron hacia donde Kankuro que curioso vio como dejaban a la chica Haruno detrás.
—¿Por qué no viene ella?
—Es algo largo de explicar, por lo que me gustaría que Gaara también escuchara lo que tenemos que decir. ¿Puedes llamarlo?
El shinobi de las marionetas no comprendió muy bien lo que estaba pasando, pero dando una orden mandó a llamar a su hermano el Kazekage.
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Al cabo de unos minutos, y ya con nieve también cayendo del cielo, Gaara los alcanzó y les ofreció abrigo en una pequeña caseta de vigilancia. Ahí el equipo 7.2 narró todo lo acontecido, desde lo ocurrido con Yuki hasta el nuevo rol de Sakura como la reliquia.
—De tal manera que no queda de otra más que confiar en ella para detener esta inundación que amenaza con desaparecer la aldea. —comentó Kankuro después de escuchar el relato.
—Sí, así parece ser… sin embargo, la han presionado mucho esas sacerdotisas y antes de venir aquí la sacerdotisa del viento no fue muy amable que digamos.
—Esas mujeres son reconocidas por sus estrictas conductas y también creencias. —comentó Gaara con serenidad. —Pero yo confío en que Sakura supere ese conflicto, ella después de todo es capaz de muchas cosas.
—Sí, yo creo lo mismo. —afirmó el titiritero.
—Hmph… ¿Acaso la conocen? —preguntó Sasuke, quien apoyado a la pared se había mantenido en silencio hasta ese momento.
—¿Qué si la conocemos? —rio Kankuro. —Por supuesto, ella ayudó con su trabajo a establecer una clínica como la que hay en su aldea. ¿no lo sabías?
Sasuke abrió los ojos sorprendido, no sabía nada de eso.
—Es muy dedicada, los médicos de nuestra aldea la respetan mucho, pero eso desde que sólo era una chiquilla de 15 años cuando salvó mi vida, pero porque ¿preguntas? ¿Acaso estás celoso o algo Uchiha?
Naruto enseguida soltó una risita ante la insinuación del titiritero y el posterior berrinche que hizo su amigo, quien estaba a punto de vociferar su opinión cuando…
—¡Lord Kazekage! —llamó un shinobi a la puerta.
—¿Qué pasa? —preguntó este, de brazos cruzados.
—La chica que estaba allá afuera, ya está aquí y quiere hablar con ustedes.
—¡¿Qué esperas?!¡Hazla pasar!
Dada la orden, la puerta se abrió mostrando a una empapada Sakura.
—¡Sakura-chan! —gritó Naruto, llevándole rápidamente una manta para que se abrigara, aunque en ese momento no sirviera para nada.
—Gracias. —dijo esta, ante la preocupada mirada del equipo 7.2 y la intrigada mirada del Kazekage y la extraña mirada de su hermano mayor que pareció enrojecer. —Traté de detener la lluvia con los rezos, pero no he conseguido ninguna respuesta. Es como si la energía natural no quisiera cooperar.
—¿Por qué? —cuestionó el Uchiha.
—Es extraño. —musitó. —Había venido antes aquí, y nunca sentí o percibí algo en este lugar.
—¿A qué te refieres? —cuestionó el Kazekage.
—Es como si percibiera destrucción y muertes por todo este desierto, o bueno, ya no tan desierto…
Los hermanos se vieron entre sí extrañados.
—Es cierto que tanto nuestra aldea como su exterior alguna vez sirvió como un campo de batallas sangriento. —admitió Kankuro. —pero… ¿qué con eso?
—Supongo que es un castigo… —susurró Sakura para sí misma.
—¿Qué dijiste?
Sakura se sacudió saliendo de su ensoñación.
—Les explico, según la anterior sacerdotisa, la energía natural no suele actuar en lugares que fueron, digamos, manchados por el hombre.
—¿Es un castigo entonces? —murmuró Gaara pensativo y recordando todo el mal que él hizo en el pasado.
Pero Sakura nuevamente negó con la cabeza.
—No, no hay que pensar en eso, por favor. Buscaré la forma de contactar con esta energía hasta que la aldea este fuera de peligro.
—Pero… ¿cómo? —preguntó Kankuro.
Sakura se encogió de hombros y sonrió muy apenas, no muy segura.
—Déjenmelo a mí.
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Acto seguido, varios shinobis se encontraban como espectadores debajo de la torrencial lluvia que en ese momento no parecía importar, pues su atención estaba enfocada en la kunoichi o más bien dicho "la reliquia" que se encontraba de rodillas en un punto de aquel mar que se había formado en la aldea y sus alrededores.
Sakura se mostraba concentrada, llevaba 4 horas meditando bajo aquel violento clima que de repente la empujaba como si quisiera que desistiera, pero como era algo que no haría se dispuso a continuar con su propio ritual para ofrecer todo lo que tenía ella a cambio de la salvación de la Arena.
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Mientras que, por otro lado, sus dos protectores la vigilaban desde lo alto del muro junto con otros shinobis, uno de la arena estaba particularmente atento a la chica de cabello rosa.
—Oigan, si me permiten decirlo… Sakura está muy linda. —comentó Kankuro, mientras contemplaba a la kunoichi. —Antes se me hacía una chica muy común y sin gracia, pero ahora que la veo, es bastante linda e interesante.
—Sí, bueno y eso qué… —expresó Naruto con recelo, poniendo su cara de gatito molesto.
Mientras que Sasuke por otro lado, sólo miraba de reojo al titiritero con aparente indiferencia.
—¿Creen que si le pido que sea mi novia me acepte? Gaara… ¿tú la aceptarías como parte de la familia, aunque sea de otro país?
—¡Oye! —replicó Naruto
—Claro que sí. —respondió Gaara con tranquilidad. —Naruto…
El rubio se calmó ante el llamado de Gaara.
—Si mi hermano insiste, ¿le darías la mano de tu amiga en compromiso a mi hermano?
—¡¿Quééééééééé?! ¿Cómo que darle la mano en compromiso? —Naruto se sonrojó.
—Para que se casen. —explicó el pelirrojo con serenidad.
—Sería un buen esposo, Naruto… te lo garantizo. —agregó Kankuro sonriente. —Le daría a Sakura todo lo que ella quisiera.
—¡¿Quéééééééééé?!
—Hmph…
Los histéricos gritos de Naruto se calmaron ante el bufido de Sasuke.
—¡¿Qué?! ¿Otra vez tú? —se quejó el titiritero.
—Ya va a empezar. —fue lo único que dijo él, ignorando todo lo demás.
Fue entonces que todos los varones escucharon como una melodía comenzaba a sonar en todas las bocinas que había alrededor de la aldea y dentro de esta. Naruto inmediatamente pensó en su esposa, a quien se le había encargado hacerse cargo de la música desde el centro de comunicación y enseguida bajó su mirada hacia aquel mar que se había formado y donde su amiga después de hacer la seña de "escúchame, por favor" con sus manos, comenzó a deslizarse.
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Cinco horas era el tiempo que según los de Konoha debían esperar para que se vieran efectos en el ambiente; sin embargo, al comienzo de la sexta hora, se dieron cuenta que no iba a ser igual que en su aldea.
6 horas, 8 horas, 10 horas, 14 horas, 16 horas, 20 horas, un nuevo día y la lluvia no cesaba, aun así, la reliquia no desistió y siguió danzando debajo de la lluvia ante la mirada preocupada de aquellos que la querían.
Ni Naruto, ni Sasuke habían podido dormir por estar esperando resultados, pero cuando pasaron 36 horas fue que comenzaron a relevarse, para molestia de Sasuke que tuvo que irse a descansar viendo como Sakura seguía y seguía sin detenerse ni un poco.
"¡No me interrumpan!" —fue lo que ella les gritó al pasar las primeras 10 horas sin resultados y desde entonces nadie la había molestado de nuevo.
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—¿Por qué? ¿Por qué no hay resultados? — gruñó Naruto desesperado. —Ya vamos casi por el cuarto día y ¡nada!
Sasuke también gruñó para sus adentros, no le gustaba para nada la situación y más que Sakura no se hubiera detenido ni un poco y siguiera danzando de arriba abajo sin tener algo a cambio, él lo podía ver, no había nada a su alrededor como aquella vez en Konoha, incluso aquella luz que había denominado como deslumbrante, se estaba apagando.
Sakura estaba perdiendo las esperanzas.
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5 días, 6 horas después…
—Sakura-chan… ya basta. —pidió Naruto susurrante, escuchando como una nueva melodía empezaba.
—Sí ella no se detiene la iré a detener yo, esto no puede seguir así. —gruñó el Uchiha.
—Pero… ¿no hay otra manera en que ella se comunique con esa energía? —preguntó Kankuro. —Tengo entendido que además de los rezos o bailes, también podría cantar como lo hacía la otra chica.
—Sakura-chan no sabe hacer eso. —disintió Naruto molesto.
—Pero puede que funcione.
—¡Ella ya no va a hacer nada porque me la llevaré de aquí! —riñó el molesto Sasuke.
—¡Oigan, ustedes dos! ¡Creo que les hablan! —señaló de repente un shinobi, apuntando hacia la superficie.
Naruto y Sasuke enseguida se asomaron y vieron que, en efecto, Sakura con una seña de manos los estaba llamando. Ambos shinobis bajaron de inmediato, Sasuke cubriéndola con la mano del Susanno para que dejara de mojarse, aunque fuera por un momento.
—¿Qué pasa Sakura-chan? ¿Quieres ir a descansar? —preguntó Naruto, dispuesto a llevársela.
Pero Sakura sólo soltó una carcajada como si el rubio hubiera dicho algo gracioso, un tanto extraño para los shinobi.
—¿Por qué te ríes? —gruñó Sasuke.
—La falta de sueño me está haciendo desvariar, es evidente que no soportaré mucho sin dormir. —volvió a reír como si estuviera ebria, pero diagnosticando, ante todo. —Creo que me quedan como 2 minutos, o no… creo que más… ¿qué sigue del 5?, shannaro… tengo que hacer algo en ese lapso o todo lo que he hecho no habrá valido la pena y este lugar se hundirá como la película de ese barco con los enamorados esos (*) ¿La recuerdan? ¿cómo se llamaba? Creo que la vi con Lee.
—Sakura basta. —pidió Naruto preocupado, tratando de sostenerla.
—¡Oiee, no! No me toques amigo. —replicó Sakura alejándose. —No me gusta que me toquen… ¡estoy molesta!
—¡Sakura ya!
—¡Esa energía natural es como tú, Sasuke-kun… quiere que le esté rogando, pues si eso quiere…
La kunoichi trataba de mantener los ojos abiertos, y también coherente en lo que decía, pero era como si su cerebro no hiciera caso.
—¡Ah, tú cállate! —dijo de repente golpeando a la nada. —Vete a donde no te pueda ver.
—Sakura-chan… ¿con quien hablas?
—eh… ¿Naruto? ¿qué haces aquí?
—Sakura enfócate. —la tomó Sasuke del brazo. —¿Qué es lo que quieres?
—Quiero que no me toques, tonto…—se quejó Sakura. —¡Ah! ¡Pero ya me acordé!… esa energía natural me está rechazando, quiero que le pongan esta canción a ver si así me sigue rechazando.
—Sí, sí… haremos lo que digas, pero ya dinos cuál.
La kunoichi entonces les susurró a ambos como si fuera un secreto, tanto Naruto como Sasuke no entendieron nada de nada de lo que balbuceó su amiga, ni siquiera sabían si existía dicha canción, pero, aun así, el Uchiha fue el que se desplazó rápidamente hacia donde estaba el centro de comunicación para advertir a Hinata sobre dicha melodía.
—Oh… sí, recuerdo esa canción la cantábamos en el karaoke. —reconoció esta al momento que le dieron el nombre.
—¿Sí?... pues ponla ¡ya! —ordenó Sasuke desesperado.
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Al momento que comenzó a escucharse la melodía, Sakura pareció volver en sí, aunque no en sus 5 sentidos y con furia hizo una seña de manos, Naruto al ver con la ferocidad con la que lo hacía sólo se imaginó que su amiga estaba despotricando contra la energía natural. Probablemente diciéndole que era un idiota o algo por el estilo.
—¡Escucha, esto es lo que me has hecho sentir! ¡¿POR QUÉ ME TRATAS ASÍ?! —reclamó al cielo, al mismo tiempo que comenzaba a tararear partes de la canción
¿Alguna vez sentiste algo por mí?
Al menos sólo una vez, es todo lo que necesito.
Esperando encontrarte algún día.
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En el centro de comunicación, el Uchiha se sobresaltó al escuchar la letra, sin embargo, rápidamente se sacudió tratando de ignorarlo, para posteriormente regresar a donde Sakura y Naruto esperaban.
Al llegar al lugar, vio como la desesperanzada Sakura sólo movía la boca como si ella fuera la que cantara para después comenzar a deslizarse por aquel mar y la lluvia que aun seguía cayendo sin parar.
"¿Alguna vez te sentiste lejos sin mí?"
Mi amor yace en lo más profundo
¿Alguna vez soñaste conmigo?
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La desvelada Sakura comenzó a patinar con más fuerza, cayéndose entre cada salto o tropezando en cada momento, pero aun así levantándose y siguiendo como si nada hubiera pasado mientras seguía tarareando aquella canción que muchos años atrás consideró dedicar a alguien más.
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¿Lo harías conmigo?
Curar las heridas y cambiar las estrellas
¿Lo harías por mí?
Desatar el paraíso.
Mi canción sólo puede pedir tu gracia.
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—Por Kami, está fatal, está a punto de colapsar. —notó Kankuro desde su sitio, viendo que más que una danza, ahora era un espectáculo de me caigo y me levanto.
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— "No me puedo rendir" —pensaba la agotada reliquia cada vez que se levantaba. —Por favor… escúchame…
"Sal, sal de donde quiera que estés"
¿No ves que estoy perdida en tu mar?
"Ríndete, ríndete ante mi tacto de amor"
"A mi sabor, a mi lujuria"
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La lluvia entonces comenzó a caer gradualmente, mientras que, del cielo, en donde aún se podía escuchar unos cuantos truenos comenzaron a filtrarse los rayos del sol entre las nubes, haciendo que los copos de nieve se deshicieran en agua antes de poder tocar la superficie.
—Lo está logrando. —musitó Gaara impresionado, viendo como los rayos que se filtraban parecían posarse sobre la chica que intentaba danzar.
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"Tu belleza cae en cascada sobre mí"
"En este hermoso día de fantasía"
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Y dicho y hecho, la lluvia se detuvo casi de golpe al momento en que la canción terminó, revelando posteriormente un radiante sol entre las nubes, las cuales poco a poco se fueron disipando por todo Sunagakure y más allá de sus fronteras.
La fatigada Sakura, con los ojos a punto de cerrársele y el chakra que concentró en el filo de sus patines a punto de desvanecerse, vio como unas lucecillas danzaban animadamente a su alrededor como si no la hubieran hecho esperar demasiado.
"Descaradas" fue lo que pensó de estas, sin embargo, aún así sonrió contenta ya que había cumplido con su cometido, y teniendo presente de que ya la aldea estaba a salvo se dejó caer, rendida al sueño.
Al ver esto, los alertados Naruto, Sasuke y hasta Kankuro con sus respectivas técnicas o habilidades trataron de alcanzarla antes de que Sakura se hundiera en el agua, pero fue una marea de arena quien les ganó a estos tres shinobis y resguardó cuidadosamente a la durmiente kunoichi en una especie de cuna hecha de arena.
—Eh… Ga- Gaara. —balbuceó el titiritero sonrojado, incluso Sasuke estaba boquiabierto ante lo que había presenciado.
—¿Qué? No la iban a alcanzar. —respondió el Kazekage de brazos cruzados, sin tener la menor idea de porque tanto escándalo.
Continuará.
Notas de autora:
(*) Referencia al Titanic.
Cancion: Every Dream de Nightwish.
Hay otra canción a la que hace referencia Sakura, y es la de If I die young.
Curiosidades: el no dormir si puede causar que uno actúe como si estuviera borracho. Aunque no encontré si tenía un nombre en específico.
Agradecimientos especiales a: Margaces, los guest, dickory5, BlossomMarie, Susana. A los lectores anónimos, seguidores en wattpad, FF y FB.
Nos seguimos leyendo
01 de agosto 2022.
(Hoy, hace 23 años, los niños elegidos viajaron por primera vez al digimundo) Atte. La digifan.
