Alexitimia
Capítulo 20
Después de la tormenta.
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"Eres realmente molesta"
Resonó aquella hiriente voz en la oscuridad.
—Tsk…otra vez…
Y de nuevo él no podía hacer nada, más que ver cómo ella caía con el corazón roto por su culpa.
—¿Por qué? ¿Por qué no puedo cambiarlo?
—Porque no se puede Sasuke-kun. —respondió ella, herida en el suelo. —Lo hecho, hecho está y nada lo cambiará.
—No, me niego a pensar en ello, debe haber algo.
—No en esta ocasión, Sasuke-kun. Tú… ya no puedes hacer nada por mí.
Y nuevamente esas hirientes palabras que eran pronunciadas al mismo tiempo que el cuerpo de ella se envolvía en hielo, para luego ser llevada lejos por una garra oscura que la apartaba de aquel que la llamaba con desesperación.
— ¡No, no te vayas! ¡Sakura vuelve!
"No puedes hacer nada Uchiha… ella es mía"
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Sasuke abrió los ojos en un sobresalto que hizo bombardear su corazón aceleradamente, tanto, que incluso sintió un tremendo bochorno que a su vez ocasionó que gotas de sudor se formaran en su rostro. Estaba muy agitado.
Cuando se permitió respirar y analizar el sitio en donde estaba, se vio dentro de una habitación a medio iluminar, pues sólo había una lamparilla de lava color azul que ayudaba con la iluminación.
"Mierda, fue sólo otro maldito sueño" —vociferó mentalmente limpiándose bruscamente el sudor con la manga de la camisa, para luego volver su vista a algo que había frente a él, o más bien alguien. —"Mierda."
Volvió a gruñir, pues se supone que estaba de vigía de la persona que dormía en la cama y él se había quedado dormido como un idiota sobre el sofá que había en la misma habitación, le resultaba extraño, él no era del tipo que se dormía durante una guardia.
Se levantó, y estando descalzo caminó hacia quien reposaba en la cama, la cual seguía profundamente dormida y aparentemente en completa calma, su protegida: la afamada reliquia Sakura Haruno que, desde su último acto no había despertado, eso ya desde hacía 3 días.
—Te tomará todavía tiempo para despertar ¿eh? —musitó el Uchiha, tocándole la mejilla (picándola) con la punta de su dedo índice.
Se veía tan quieta y tranquila, nada que ver con la persona que había estado riendo como loca y diciendo incoherencias en medio de la tormenta, no, ahora se veía más como una pequeña niña durmiendo lo cual resaltaba más por el horrible títere de felpa al que estaba aferrada de la cabeza.
Sí, un horrible muñeco que Kankuro le puso en su última visita. El muy atrevido se había colado a la habitación junto con el cuerpo médico para dejarle a la durmiente Sakura aquella horrible marioneta que se parecía a él con todo y ese horrible maquillaje en el rostro.
"Para que te cuide, Sakura, lo hice especialmente para ti" había musitado el ninja, sin percatarse del ojo rojo que lo observaba con recelo, desde el umbral de la puerta.
Increíble que, apenas haciendo relevo con el Uzumaki, Sasuke se hubiera encontrado con un infiltrado en la habitación de su protegida mientras era atendida.
"Quita esa basura de ahí y lárgate" le había exigido cuando el cuerpo médico se retiró, pero como Kankuro replicó, negándose a hacerlo, entonces él mismo se movió para alejar esa cosa de Sakura, pero en cuanto trató de apartar aquella horrible marioneta de ella, esta, en un inconsciente movimiento tomó al muñeco de la cabeza y lo aferró a su cuerpo como si fuera una almohada.
"Ya ves que sí le gustó" —se burló Kankuro de él, haciendo mofa de esto mientras se retiraba.
Eso había irritado de sobremanera al Uchiha que estuvo pendiente de cualquier movimiento en Sakura con la esperanza de poder quitárselo, incluso pensó en sustituir esa cosa con cualquier otro objeto utilizando su habilidad, pero al ver que esta estaba muy tranquila optó por dejarlo así, hasta que ella misma lo soltara.
Después de eso, supuso que había dormitado, sólo para tener aquel sueño que cada vez mostraba algo diferente en su final, ahora esa macabra voz había sido lo que lo había hecho despertar de golpe.
"No puedes hacer nada Uchiha, ella es mía"
¿Qué se supone que significaban esas palabras? Lo meditó, mientras se sentaba de nuevo en el sofá, tratando de encontrarle lógica a esos sueños.
La voz que había escuchado sonaba ronca, escalofriante y le era un tanto difícil identificar si era la voz de un hombre o de algún animal que hubiera conocido. Lo cierto era que le había infundido un tremendo terror que lo había hecho sentir escalofríos.
Pero… ¿debería preocuparse realmente por ello? ¿o solamente era una manifestación del remordimiento que sentía? No lo sabía y por el momento no había manera de averiguarlo, así que, dejándolo de lado, continuó con su labor de vigía.
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Sentía los ojos pesados, así como el cuerpo entumido, pero había algo dentro de ella que le pedía que despertara, que tenía que moverse para ver lo que acontecía, y todo aquello dicho por una voz que no era la de ella, sino otra que era aún más escalofriante.
"Mira lo que hay frente a ti, Sakura, nadie te podrá salvar, pequeña tonta. Ya vienen por ti."
Esas palabras la hicieron abrir los ojos de golpe, al hacerlo, vio frente a ella el escalofriante rostro de un hombre que tenía los ojos en blanco y le mostraba la lengua de forma libidinosa.
"Vas a ver que te va a gustar" … "Déjame te quito lo que traes puesto" …" Así te va a gustar más" … "Que rica estás, preciosa" …
Al escuchar eso, hizo que su cuerpo lo sintiera todavía más entumido como si lo tuviera unido a la cama, pero al ver cómo ese pervertido se le acercaba cada vez más, luchó con todas sus fuerzas para liberarse de esa pesadez.
—¡AAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!
Y dando un grito horrorizado, le dio un puñetazo con todas sus fuerzas a aquel individuo el cual, abatido, quedó estampado contra la pared, la cual crujió y quedó agrietada por todos lados.
Lo había vencido, pensó con la respiración agitada; o al menos eso creyó, pues de repente, aquel tipo comenzó a retorcerse como una lombriz aplastada a la pared, para luego despegarse de esta y dejarse caer con la intención de estar sobre ella.
La asustada Sakura, en un movimiento rápido se alejó, cayendo de la cama, y se arrastró en el suelo tratando de alejarse, pues esa cosa que tenía la cara de un hombre realmente horrible se deslizaba hacia ella como si se tratara de una culebra.
—¡No, no! ¡No te me acerques! ¡No me toques! —gritó, sintiendo horror al momento que su espalda llegó al límite de la habitación. —¡No, no! ¡No te me acerques! ¡No me hagas nada!
—¡Oy, oy! ¡Despiértate! ¡Despierta! —escuchó de repente detrás de ella.
Conocía esa voz.
Cuando fue capaz de reaccionar y alzar la mirada, vio que se trataba de Sasuke, también notando que no había chocado con la pared sino con sus piernas, y cuando volvió la vista al frente notó que ya no había ningún ser con cabeza de hombre y cuerpo de lombriz, en su lugar vio una cama destendida y por encima de esta una especie de muñeco de felpa que estaba incrustado en la pared.
Había estado soñando.
—¡Oy! ¡¿Te encuentras bien? —preguntó Sasuke, poniéndose a su altura, percibiendo lo asustada que estaba.
Sakura siguió sin poder reaccionar por ende no pudo responder, hasta que el Uchiha colocó una mano sobre su hombro y la hizo volver en sí.
—Sakura…
—Estoy bien. —respondió ella, exhalando e inhalando lentamente.
—Vamos, te ayudo
Tomándola del brazo, Sasuke la hizo levantarse para llevarla nuevamente a la cama. Sakura, todavía un poco aturdida, reparó en todo a su alrededor, y por supuesto en la persona que la acompañaba.
—¡¿Dónde estamos?! —preguntó, agitándose de nuevo. —¿Dónde están Naruto y Hinata?
—Calma, ellos están bien, están durmiendo. Estamos en Sunagakure, has estado dormida por tres días porque estuviste danzando por más de 120 horas consecutivas ¿No lo recuerdas?
Sakura parpadeó un par de veces tratando de hacer memoria.
—Esos médicos dijeron que podrías despertar así, y todo porque te inyectaron algo para que tu cuerpo estuviera relajado y también para ver si podían restablecer tu temperatura a una más normal.
—Supongo que no sirvió. —concluyó ella, sintiendo que su cuerpo seguía helado, aunque esto no le afectaba en absoluto, pero al analizarse así misma fue que reparó en el blusón blanco que llevaba puesto y que le quedaba más arriba de las rodillas —¡¿Y mi ropa?!… ¡¿Quién me quitó la ropa? —cuestionó acusadoramente, cubriéndose con la sábana de la cama.
—Cuida ese tonito, que yo no te la quité si es lo que estás pensado. —respondió el Uchiha ofendido. —Fue la esposa de Naruto y otras tipas que sirven a Gaara. Allá esta tu ropa y el resto de tus cosas. —señaló hacia una mesa en donde se encontraba la ropa doblada, los respectivos zapatos y patines, así como una mochila blanca.
—Oh… ya veo.
—¿Y a que viene eso? Ya te has quitado la ropa frente a muchos ¿no? Y pareció no importarte en ese momento. ¿ahora de dónde sale ese pudor tuyo?
—Bueno, es que no es lo mismo que yo me quite la ropa a conciencia, a que alguien me la quite sin mi consentimiento. ¿Notas la diferencia? —explicó Sakura con cierta ironía, metiéndose nuevamente entre la sábanas de la cama, para luego darle la espalda
—Buen punto. —concordó el Uchiha, acercándose a ella.
—Estaré bien, si quieres puedes irte a descansar.
—No, hasta que la mujer de Naruto venga a relevarme.
—Mmm… entiendo, gracias.
—¿Es todo lo que dirás, Sakura?
—¿qué más quieres que te diga Sasuke-kun?
El Uchiha tragó saliva, ciertamente no sabía si seguir con aquello, pero realmente deseaba hacer las paces con ella. No quería sentir que realmente ya no podía hacer nada por ella.
—No sé, lo que sea… solías ser muy parlanchina y escandalosa de niña.
Sakura no respondió, sólo permaneció en la misma posición.
—¿No…me dirás nada?
—Es que… ¿qué quieres que te diga?
—¿Por qué preguntas? Sólo di algo, lo que sea…
—La verdad… no quisiera.
—¿Por qué?
—Puedo decir algo imprudente y luego ser atacada por ello.
Sasuke se sobresaltó, y ciertamente aquellas palabras lo hicieron rememorar todas las veces que él le dijo que era una molestia, por el simple hecho de que ella expresaba su opinión de la manera más sincera.
—No… pienses eso. —titubeó al decirlo y se sentó en el borde de la cama, sintiendo como Sakura se tensaba con su sola presencia y comenzaba a temblar. —No te haré nada, no te asustes…
—-uhm, de acuerdo. —musitó ella, escondiendo más el rostro entre las sábanas que no hacían mucho para cobijarla.
Y en vista de que ella no pretendía hablar, él optó por cuestionarla.
—Dime… ¿Con que soñaste? —preguntó tratando de modular el tono de su voz, aunque la forma en que cuestionaba siempre sonaba como una exigencia.
Pero a pesar de ello, Sakura le respondió:
—Con… alguien desagradable, no quisiera recordarlo.
—¿Alguien que conoces?
—No lo sé.
—Hmph… Sakura…
El corazón del Uchiha comenzó a acelerarse rápidamente con sólo pensar en la siguiente pregunta y le pareció tonto que le pasara eso, cuando era simple curiosidad.
—Sakura… tú…
La de cabello rosa, sólo esperaba impaciente a que él hiciera su pregunta.
—Sakura, tú… —volvió a tomar aire, pues le era muy vergonzoso lo que quería saber.
—¿Sí? —la incitó ella a continuar.
—¿Tú… sientes… algo… por… mí?
El Uchiha exhaló dramáticamente, como si hubiera librado una gran batalla. Sakura por su parte, se giró en la cama para poder encararlo, algo que agitó más al Uchiha al tenerla ahí, acostada en la cama viéndolo fijamente, pero con un expresión de completa indiferencia.
—Blanco…—respondió ella.
—¿Eh?
—A veces azul y morado, y por supuesto negro.
—¿Qué significa eso?
—No sé, yo también quisiera saber, a veces me cuesta trabajo saber lo que siento. Los colores pueden llegar a ser engañosos. Ha sido interesante estudiarlos todo estos años.
El Uchiha no entendía nada de lo que decía; sin embargo, al ver los ojos de Sakura se dio cuenta de que está se había perdido en su vacío, probablemente por consecuencia de su cercanía.
—Un médico con el que colaboré, y por supuesto estudió mi caso, lo denominó Alexitimia, una extraña condición que no permite identificar, reconocer, nombrar o describir los sentimientos, en mi caso me pasa que, cuando pienso en estos, sólo veo colores, no sé qué rayos significan, aunque tengo mis favoritos, como el amarillo, el verde o el anaranjado. El anaranjado es un color exclusivo cuando Naruto está cerca de mí.
—Sakura…
—En tú caso, Sasuke-kun, cuando pienso en ti, se presentan diferentes colores, unos más intensos que otros, siempre me hacían vomitar, hasta que encontraba paz en el negro.
—Sakura, ya basta…
—Una vez creo que hubo otro color, pero no recuerdo cuál era, pero supongo que no era importante. ¿Sabes? Trabajé muy duro para que esos colores no se alejarán de mí, porque luego no recuerdo lo que hice o lo que dije, hasta que alguien me lo menciona o yo misma me doy cuenta po razón y después de eso aparece un color diferente que supongo es el del remordimiento. Uff… como dice Shikamaru: que fastidioso. pero he aprendido a vivir con ello.
—Eso es basura, Sakura. No deberías vivir así, y estás así por mi culpa.
—Mmm… nah, es mi culpa, por pensar lo que no era, por entrometida y por pensar que podía ser escuchada. —rio. —Supongo que sólo obtuve lo que me merecía por no conocer lo que es sufrir como otros, ahora me tocó a mi y… bueno, no está tan mal, eso creo, no siento nada en realidad.
—¡¿Cómo podrías? Si yo… —gruñó él. — Nada justifica lo que te hice. Tú eras la que menos merecía sufrir.
—¿Qué dices? No entiendo… ¿Lo que me hiciste? —volvió a reír. —Sasuke-kun, fue mi debilidad lo que hizo esto, pero descuida, tomé tu consejo y me he dedicado a mis jutsus para ser una mejor ninja, ¡ah! pero cierto, ya no lo soy tampoco, así que ahora me dedicaré a ser una buena reliquia.
—Ya no más, por favor. —pidió Sasuke, sintiéndose herido con lo que ella decía, pues era como si una máquina estuviera hablando con él, y no la gentil y tierna Sakura que también había hecho de todo por él para rescatarlo de la oscuridad. —Dime por favor… ¿Qué puedo hacer para ayudarte?
—¿Ayudarme? Nada… ya no hay nada que puedas hacer por mí.
El Uchiha entonces se alteró horrorizado, y precipitadamente la tomó del hombro y la hizo reincorporarse.
—¡¿Por qué dices eso?! —le gritó zarandeándola.
Cuando de repente, notó el temor en los ojos de ella. Sakura había vuelto nuevamente.
—Ah… lo siento. —la soltó y se levantó rápidamente de la cama.
—¿Qué pasó? ¿Qué está pasando? ¿es un sueño? —preguntó ella confundida.
—No, no te asustes, sólo te desconectaste por un momento.
Sakura trató de recordar, pero no pudo hacer memoria.
—¿Me desconecté?... ¿Dije algo extraño? —preguntó preocupada.
—No, nada relevante, —mintió. —¿Qué es lo último que recuerdas?
—Un horrible sueño. —trató ella de recordar. — y luego me hiciste unas preguntas, pero no recuerdo exactamente cuáles.
—Entiendo, no te preocupes, no pasó nada, mejor acuéstate y trata de dormir otra vez, falta poco para el amanecer.
—Oh, ya veo… está bien.
Sakura suspiró, viendo como el Uchiha se alejaba de la cama para posteriormente tomar asiento en el sofá anexo.
—Sasuke-kun… —lo llamó.
Este sólo la miró, en señal de que le estaba prestando atención.
—Perdón por estarte ocasionando molestias.
—No eres una molestia. —respondió, atento a su siguiente reacción.
Pero lo único que hizo Sakura fue emitir un sutil ¡oh! Para luego girarse en la cama y darle nuevamente la espalda; una acción que en definitiva también hería al Uchiha, ya que ni siquiera eso parecía importarle a ella.
¿Y a él que tanto le importaba? Comenzó a cuestionarse, ciertamente una parte de querer ayudarla era por sus propios remordimientos, los cuales creyó se aplacarían si podía ayudarla, pero ¿sólo eso? No, definitivamente no, había algo más, además de sus egoístas intenciones, pero ¿qué era exactamente? ¿Acaso el ego? ¿Le dolía que ya no la tuviera detrás de él, como al montón de chicas que alguna vez lo admiraron?
"Eso es basura"
Descartó esa posibilidad, él siempre odió eso y seguiría odiando si las mujeres lo siguieran asediando, pero ¿qué le pasaba con Sakura? ¿es que acaso la consideraba más que una excompañera de equipo? ¿una amiga? No sabía si el término ese aplicaba para ellos, pensándolo, él sí la llegó a considerar una amiga en su época como genin, tal vez no tenía una amistad o conexión como la que tenía con Naruto, pero sí la estimaba o más bien la seguía estimando de cierto modo.
Para él, Sakura siempre había sido como un pequeño botón de cerezo inmaduro que se metió en su equipo y que necesitaba ser protegida. Era molesta, caprichosa, quejumbrosa y entrometida, sí, sí lo era, pero ese botoncito durante su camino también comenzó a florecer, y llegó un momento en que se hizo su cómplice mientras él se hundía en la oscuridad y la amargura, pues a pesar de todo supo callar lo del sello maldito y estuvo al tanto de él hasta que él dejó la aldea.
Él ciertamente no fue testigo de la plenitud de su florecimiento, pero sí que se encargó de arrancar todo ese progreso, tal cual alguien que arranca una flor en un jardín.
Eso lo hizo cuestionarse, ¿La conocía realmente? lo mínimo que sabía de Sakura era que tenía una increíble capacidad analítica y de control de chakra, también que contaba con habilidades que alguna vez sólo se habían visto en la 5ta Hokage; sabía que era buena ninja médico , que había trabajado arduamente para construir una clínica para niños, y con lo reciente que había pasado sabía que le gustaba danzar en el hielo y tomar tés aromáticos, pero todo eso alguien más se lo había contado o eran cosas que él notó de ella sin siquiera preguntarle.
Aunque ella también sabía cosas de él y que nunca le preguntó, como eso de que a él no le gustaba lo dulce y las comidas que a él le gustaban, todo lo que lo hacía gruñir o esa rara habilidad para terminar sus frases cuando se atoraba, así como acertar en ciertas ideas y pensamientos.
Su relación era bastante extraña, si es que se le podía decir así, siendo sincero consigo mismo, en lo único que no erró fue al cuestionarse aquella vez ¿qué es lo que había visto ella en él? Porque definitivamente él no había ofrecido nada o no sabía que estaba dispuesto a ofrecer como Naruto lo hacía con su esposa, pero por alguna extraña razón, Sakura alguna vez lo amó y cualquiera que fuera el motivo, él lo destruyó cuando le rompió el corazón.
Viendo de nuevo hacia quien reposaba en la cama, notó como en esta se remolineaban las sábanas y dentro de estas se podían escuchar unos cuantos quejidos molestos.
Suspiró, y a riesgo de que Sakura volviera a alterarse por su culpa, preguntó:
—¿No puedes dormir?
La que estaba en la cama, dejó de moverse y se retiró la sábana de la cara, mirando hacia el techo.
—No.
—¿Te molesta algo? "Supongo que le sigue molestando que esté aquí"
—Sólo estaba pensando en algo.
—"O tal vez no, tal vez ni siquiera le importe" … ¿En qué?
—En la energía natural. —suspiró ella. —No puedo permitir que me haga lo mismo otra vez, sería dañino para mi salud a largo plazo.
—¿Y qué estás pensando hacer? —se recargó el Uchiha en el sofá, viendo lo bien que estaba fluyendo la conversación (cuando no se trataba de temas personales y él estaba lejos de ella)
—Estaba pensando en llamarla de otra forma que no sea patinando, tal vez sólo bailando…
—¿No sería lo mismo?
—Mmm… tal vez, sólo que sería sin los patines, pienso, así como en un baile que hice combinando taijutsu, Gai sensei y Lee me enseñaron las bases para el desarrollo.
—Hmph… esos locos… ¿y te refieres a tu dancejutsu o algo así?
—Sí, ¿cómo sabes sobre eso?
—¿Tú cómo crees?
—Naruto… claro. —concluyó ella. —En fin, sí… creo que es lo que haré, quiero ver si le gusta a la energía natural para que no me vea haciendo lo mismo siempre o se aburrirá de mí. —rio.
El Uchiha entrecerró los ojos, Sakura hablaba de esa energía como si fuera una persona, específicamente como si fuera un hombre al que tuviera que enamorar. No entendía nada de eso de ser reliquia ni que tan caprichosa era esa energía, pero Sakura, en su versión somnolienta lo había comparado con esa cosa.
—¿Cuánto faltará para que amanezca? ¿Será que ya me puedo levantar? Muero de hambre. Espero que no se enojen por haber roto la pared, ni haber dañado esa cosa de felpa. —miró hacia donde el títere seguía enterrado de la cabeza en la pared.
—Poco… y por lo pronto todos duermen, no encontrarías a nadie despierto más que a vigilantes, y sobre esa cosa de la pared, a nadie le importa. —respondió, viendo lo bien que ya estaba Sakura después de tanto susto mañanero.
—Mmm, bien… sí tú lo dices.
—Sakura…
La vio tragar saliva.
—¿Hmm?
—¿Qué es lo que te gusta comer?
—¿Eh?
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Horas más tarde.
—¡Mmm! ¡que rico está todo esto, sabe muy bien! —comentaba la glotona reliquia, mientras se metía a la boca varias porciones de diferente comida.
En el comedor para uso exclusivo de la base de la aldea; Gaara, Kankuro y los miembros del equipo 7.2 estaban perplejos al ver la velocidad con la que comía. El hermano del Kazekage, particularmente la veía de una forma embelesada, mientras que el Uchiha sólo se limitaba a tomar de su té.
—Sakura-chan, más despacio, te puedes ahogar. —comentó Hinata un poco nerviosa, ofreciéndole un poco de té.
Sakura tragó lo que tenía en la boca.
—Lo siento, es que siento como si llevara días sin comer.
—Pues eso es lo que pasó. —rio Naruto nervioso.
—Me comí una píldora de soldado antes de que todos se despertaran, aunque la verdad no hay nada como un desayuno recién hecho.
—Eso no lo discuto, pienso lo mismo, Sakura… por favor, come más si te apetece. —le ofreció Kankuro otro plato con arroz.
—Gracias. —ella lo tomó, pero notó que el ninja titiritero la veía de manera extraña, aunque luego se volvió hacia otro lado, pues alguien había colocado de manera ruidosa su taza de té sobre la mesa.
—¿Quieres más té, Sasuke-kun? —preguntó Hinata.
—Aún me queda un poco. —fue lo único que respondió él.
Los que se distrajeron con aquella interrupción, volvieron de nuevo a lo suyo.
—Muchas gracias, Sakura. Gracias a tu esfuerzo la tormenta terminó, ahora sólo queda que el agua que quedó vaya bajando gradualmente, hoy hay menos de lo que había hace 3 días. —comunicó Gaara.
—Es bueno escuchar eso. —correspondió Sakura, bajando los palillos y dando los respectivos agradecimientos por la comida.
—Sin embargo. —volvió hablar el pelirrojo. —Pensamos que, al acabar la tormenta, habría una sensación de humedad y calor en toda la aldea, pero no, se siente mucho frío y es extraño para esta zona.
—¿No es normal? ¿Qué aquí no hace frío? —preguntó Naruto confundido.
—¿En un desierto? Sólo en las noches. —respondió Kankuro. —Pero es un frío leve, el que se siente afuera, es como en un día nevado allá en su aldea.
Sakura sólo escuchaba todo aquello en silencio.
—Por eso te pregunto, Sakura… —volvió a hablar Gaara. —¿Se necesita hacer algo más para volver al clima que teníamos antes?
La reliquia negó con la cabeza.
—No creo, al menos no por ahora, yo…
Al silenciarse, todos pusieron su atención en ella, intrigados por lo que diría, sólo Sasuke estaba tratando de leer sus reacciones.
—Yo creo que… debemos esperar. —finalizó Sakura con una sonrisita nerviosa. —Tal vez debamos dejar pasar unos días para que el clima se componga por sí solo, por el momento ya no puedo hacer más. Lo siento.
—Descuida. —comprendió el Kazekage bajando la cabeza en señal de agradecimiento. —Por cierto, otra cosa… te llegó una carta del templo del viento. —le entregó un sobre.
—¿De la Sra. Kumiko? —lo tomó Sakura.
—Mandamos a avisar que la tormenta se había calmado y también dimos un aviso de tu condición para que no se preocuparan y, horas más tarde, recibimos la respuesta y venía adjunta esa carta para ti.
—Mmm… ya veo.
Sakura abrió el mensaje y al leerlo, su tranquilo rostro cambió a uno como si le hubieran echado un balde de agua fría. No le quedó de otra más que reír y tratar de ver el lado positivo de las cosas.
—¿Qué dice Sakura-chan? —preguntó Naruto intrigado.
Sakura leyó nerviosa.
"Ya despiértate, niña tonta, no tienes tiempo para dormir, tú misión no ha terminado, es hora de que vayas a Iwagakure ya que necesitan de ti, ¡INMEDIATAMENTE!" La sacerdotisa Jin te estará esperando ahí.
Kumiko.
—Y escribió "inmediatamente" (すぐに) con el hiragana más grande y varias exclamaciones, supongo que significa que me está gritando o algo así.
Naruto estaba que enrojecía de la ira.
—¡Esaaaaa viejaaa! ¡cuando la vea! —comenzó a vociferar.
—Ya tranquilo Naruto. —Le sobó Hinata la espalda.
—¡No puedo! ¡Me molesta que hablen así de Sakura chan!
—Hmph… no les hagas caso y ya. —opinó Sasuke, dándole otro trancazo a la taza de té.
—Cuidado que la rompes. —regañó Kankuro. —Pero, de hecho, eso fue lo que hicimos nosotros… ¿Verdad, Gaara?
—¿Eh? ¿cómo? —preguntó Naruto.
Gaara asintió.
—También recibimos una nota igual. —explicó, sacando la otra carta.
"Lord Kazekage, es bueno que su aldea esté a salvo gracias a los esfuerzos y el poder de la reliquia, pero más vale que despierte a esa NIÑA TONTA porque tiene un deber con el mundo y aún no ha terminado"
"cordiales saludos, la sacerdotisa del viento, Kumiko"
—Esa viejaaa…—volvió a gruñir Naruto.
—Obviamente la ignoramos. —terminó Kankuro de explicar y Gaara concordó con él. —Lo hicimos por ti, Sakura-chan.
—¿Sakura-chan? —se extrañó esta de que le comenzara a decir así.
—Hmph…
—¿Ahora qué? —rodó el titiritero los ojos, esperando a que el Uchiha interrumpiera como venía haciendo la última hora.
—Se rompió la taza. —avisó este indiferente, mostrando la grieta que tenía la pobre vasija.
—¡Idiota! ¡Te dije que no la golpearas! Ahora tengo que ir por otra.
—No es necesario. —se levantó Sasuke. —Creo que es hora de marcharnos.
—¿Ya? ¿No piensas descansar un poco? Tomaste la última guardia —dijo Naruto.
—estaré bien, y tampoco creo que ella quiera esperar. —señaló con la mirada a Sakura, quien de un momento a otro se puso pensativa, hasta que se sintió observada.
—¡Eh!... ¡ah! ¡como decidan! —respondió rápidamente. —Aunque siendo sincera, no quiero darles más motivos a esas mujeres para que se enojen conmigo, también me preocupa lo que pueda estar pasando en Iwagakure.
—Ay, Sakura-chan que te valga un kilo de cacahuates lo que piensen esas mujeres, pero sobre lo otro, también me preocupa.
—Entonces… —musitó Hinata.
—¡Preparemos todo para marcharnos! —decidió el Uzumaki.
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El Uchiha entró en la habitación donde Sakura había estado durmiendo, pasó de lado de la cama (donde el títere de felpa seguía clavado a la pared) para dirigirse hacia la esquina donde había dejado su valiosa katana, así como su capa y demás pertenencias.
Al tomar todas sus cosas, reparó en que Sakura aún no había ido por las suyas, y como ya quería largarse, tomó la mochila de ella y pretendió meter los patines ahí para que no estorbaran, pero al abrir la mochila vio curioso algunas de las cosas de la kunoichi, que más que nada eran utensilios médicos y cosas de higiene (lo único que se conservó después de quemar todas sus cosas) pero además de eso había una especie de diario y junto a este un porta retrato con bordes muy delgados en la que se podía notar más o menos la fotografía.
"¿Podría ser?"
Sin pensarlo, sacó aquella foto de su sitio y acertó mentalmente al ver que era la fotografía del equipo 7 original, y estaba completa, no había rastro alguno de que alguna vez hubiera sido maltratada o algo por el estilo, en especial en la parte de su persona.
No sabía que significaba realmente para Sakura el conservar esa fotografía, pero de cierta forma le alegró que no se hubiera deshecho de ella.
—¡¿Qué le hiciste a mi muñeco qué?!
—sí, quedó desfigurado, realmente lo siento, y también por lo de la pared.
—Neh, que importa.
"Ahí viene" — pensó el Uchiha, dejando con cuidado la fotografía en su lugar y en sí todas las pertenencias de ella.
Cuando Sakura entró a la habitación en compañía de Kankuro, Sasuke salió sin decir nada a nadie, sólo dejando un tanto sorprendido a Kankuro por su modo extraño de actuar. Mientras que Sakura sólo lo ignoró y se adentró para tomar sus cosas, para posteriormente escuchar como Kankuro se quejaba por cómo había quedado la pobre marioneta.
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A pesar del frío que se sentía en el desolado Sunagakure, así como el agua que aún estaba estancada por lo más bajo, pero en un nivel menor al de días atrás, el grupo de ninjas de Konoha, así como el líder de la arena y su hermano podían percibir una limpieza en el aire que era refrescante para los pulmones.
—Como quiera no me quejo del clima, es muy agradable. —comentó Kankuro inhalando profundamente para luego exhalar ruidosamente.
—No cabe duda de que el poder de la reliquia es muy hermoso. Nuevamente, Sakura Haruno, te lo agradecemos. —le ofreció el Kazekage su mano, tal cual una vez lo había hecho con Naruto, después de que este lo había salvado de los Akatsuki.
La avergonzada Sakura correspondió el gesto tomando su mano; sin embargo, ante el contacto de las manos de ambos, Gaara sintió algo extraño y la observó con recelo, ella al notarlo, lo soltó de inmediato.
—No fue nada. —dijo nerviosa. —Perdón, estoy muy fría.
Gaara no respondió.
—¿Todo está bien, Gaara? —interrumpió Naruto, notando también el extraño gesto en su amigo, así como Sasuke que sólo lo veía de reojo.
Pero el Kazekage, sólo cambió de expresión y asintió como si nada hubiera pasado.
—Estaremos bien, los que evacuaron la aldea ya están en camino para apoyarnos con la reconstrucción, muy pronto nuestra aldea, así como sus alrededores volverán a ser lo que eran.
—Eso es bueno, entonces si no hay más que decir. —hizo Sakura una reverencia.
—¿Cómo que no, Sakura? ¿Y mi propuesta? ¿la aceptas? —mencionó Kankuro picaronamente.
Los sentidos agudos de los varones del equipo 7.2 inmediatamente resaltaron recelosos de aquel comentario.
—¡Por supuesto!
Aceptó Sakura con una sonrisa y Naruto en ese momento dio el grito en el cielo, tal cual la pintura del grito, mientras que Sasuke, él conservó la misma cara amargada de siempre.
—…un evento de marionetas para los niños de la clínica? ¡Me encanta la idea! ¡Cuenta con ello!
Y dicho esto último Sakura dio un salto para descender por los grandes muros de la aldea hasta la superficie.
—Fue un placer verlos de nuevo. —También se despidió Hinata con una reverencia y saltó tras Sakura para hacerle compañía.
—¿Un… evento… de… marionetas? Dattebayo…—balbuceó Naruto, tratando de procesar lo recién escuchado.
Mientras que Sasuke seguía con su misma cara amargada, pero sin perder de vista como las kunoichis ya esperaban en la superficie.
—Sí… ¿qué creíste mal pensado? —se burló Kankuro. —Sólo estaba jugando con eso de que me gustaba, sólo quería molestarlos a ti y a Uchiha.
Los shinobis gruñeron ofendidos.
— Sakura sí es una linda chica, pero a mi parecer es muy aburrida y problemática, además es una chiquilla, yo estoy buscando una mujer.
—Ay sí, lo dice el anciano. —musitó Naruto entre dientes.
—¡¿Qué dijiste?!
—Nada.
—Hmph… que tonterías, ya vámonos Naruto. —Dijo Sasuke, preparándose para descender.
—Sí, es mejor que nos vayamos.
—Naruto, Sasuke… —habló Gaara, impidiendo que ambos saltaran.
—¿Qué pasa? —preguntó Naruto inquieto, ya que al volverse a Gaara este se veía sumamente serio.
—Cuídenla.
—¿Qué dices?
—Ella tiene miedo. —advirtió el Kazekage con seriedad.
—¿Miedo de qué o a qué?
—No lo sé, por eso digo que deben cuidarla.
Tanto Naruto como Sasuke se miraron entre sí, ambos confundidos sin poder entender el comentario de Gaara, pero para el Jinchūriki del zorro de 9 colas estaba de más que le dijeran que debía cuidar a su amiga porque eso es lo que haría. En tanto el portador del Rinnegan, se empecinó en la idea de que Sakura seguía ocultándoles cosas, cosas que él se encargaría de averiguar para protegerla incluso de ella misma.
Continuará.
N/A: sin comentarios, espero les haya gustado.
Agradecimientos especiales a Margaces, NinaPage, Dickory5, Susana, Blossomarie y los guest. A todos los comentarios de Wattpad y los que se reciben por Facebook
Por supuesto a los anónimos, seguidores y favoritos.
Nos seguimos leyendo.
09 de agosto de 2022
