Alexitimia
Capítulo 22
Frío y calor.
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Iwagakure
Una sensación de frío comenzó a calar en la piel del Uchiha, quien, semi dormido, sentía como si un viento helado le estuviera soplando de frente y por los costados, traspasando toda la ropa que le abrigaba.
Le resultaba incómodo, pero inconscientemente se rehusaba a moverse de donde estaba, su orgullo le impedía querer reconocer que sentía frío, y así pensaba quedarse el resto de la madrugada, de no ser porque de repente sintió que algo caía sobre él.
Alertado, abrió los ojos con el sharingan activado y en un rápido movimiento se quitó de encima aquello que le había caído, aunque rápidamente se tranquilizó y su ojo volvió a la normalidad al ver que sólo era el cobertor de la cama.
La cama donde ella estaba.
Extrañado, se giró viendo sobre su hombro, topándose con los ojos verdes de Sakura, y notando por supuesto que estaba bastante despierta.
—Hace frío… ¿por qué no tiendes el futón? —le cuestionó ella en voz bajita.
—Estoy bien, ¿tú por qué no te cobijas? —Le mostró la cobija que al parecer no había caído por accidente.
—No siento el frío, recuerda.
—Mm… cierto. —recordó él incómodo, sin saber qué más decir o más bien cómo decirlo.
Y era frustrante, pues era ahora él quien sentía la mirada de ella sobre él, así como su pausada respiración. Maldijo la hora en que se le ocurrió quedarse en el suelo, recargado en la orilla de la cama.
— No… no puedes dormir ¿verdad? —se le salió finalmente y casi con perfecta quietud. — ¿Te sigue inquietando lo que pasó?
Sakura resopló, aferrándose a la sábana hasta el cuello.
—Trato de no pensar en ello, pero creo que es evidente que me molesta.
Sasuke sabía a lo que se refería y no supo qué decirle, ya que lo único que pensó que podría hacer era despotricar odio hacia esas personas que la estaban utilizando, pero dudaba que ese sentimiento fuera de ayuda para calmar la molestia de Sakura.
—¿Sabes?... Con esto que acaba de pasar, recordé algo…
—¿Algo?
—Sí, es algo del trabajo. Un día… el equipo de médicos que nos hacemos cargo de la clínica mental infantil nos hicimos un cuestionamiento muy interesante.
—¿Qué clase de cuestionamiento? —preguntó él interesado.
Sakura sonrió.
—Nos preguntamos: ¿una persona nace siendo mala o se hace mala con el pasar del tiempo?
Sasuke tragó saliva.
—Hm…y… ¿Qué… concluyeron?
—Hubo opiniones divididas. La mitad opinó que una persona nace siendo mala, aunque algunos lo atribuyeron a un tipo de gen maligno, otros, pensaron que una persona nace siendo mala porque es propio de la naturaleza humana y que se asocia con el egoísmo y el deseo de poder para así sobrevivir en un ambiente determinado.
Sasuke no comentó al respecto, sólo siguió escuchando cabizbajo.
—Mientras que la otra mitad, opinó que el ser humano nace siendo bueno, pero son una serie de circunstancias lo que lo hace cambiar, al grado de que se cambia por completo lo que era su esencia original.
Al escucharla, Sasuke se sintió identificado con dicho grupo, aunque también rememoró lo egoísta que podía ser cuando era niño, ya fuera con su hermano Itachi o con sus padres, y tal vez no lo había notado en aquel entonces, pero hasta podía llegar a ser un poco molesto.
—¿Y cuál fue tu postura? —preguntó.
Sakura suspiró.
—Al principio estaba entre los que opinaban que las personas nacen buenas y luego cambian, pero luego la balanza fue cambiando de dirección, hasta no inclinarse hacia ningún lado.
—Entonces…
—Lo que yo creo es que no hay una respuesta en concreto, no aún, pero lo que sí es cierto es que, en la mayor parte de los casos que he visto, las personas que cometen actos terribles fue por algún evento traumático que los hizo cambiar y ver las cosas desde otro punto de vista al "convencional" o al que la mayoría lo toma como "el bueno". Aunque claro, eso no significa que lo que hacen esté bien y tampoco que dañen a otras personas o seres vivos
Sasuke bajó la cabeza, sintiendo que, de una forma u otra, ella se estaba refiriendo a él con esas palabras, eso lo hizo rememorar dolorosamente todas esas malas decisiones que había tomado en el pasado, cuando le hizo tanto daño a Naruto, a ella y a una incontable lista de personas, en donde figuraban miembros de su antiguo equipo Taka, y por supuesto a su hermano Itachi.
Se lamentó en silencio; sin embargo, el sentimiento de tristeza y sus remordimientos no lograron apoderarse por completo de él, pues de repente sintió como una gélida pero suave mano se paseaba por su cabello.
Sakura lo estaba acariciando.
—Algunos de esos casos han logrado retomar su camino, un camino menos destructivo. —siguió ella hablando mientras lo acariciaba.
Sasuke no pudo articular una palabra, estaba cohibido, sintiendo solamente como su escandaloso corazón palpitaba con fuerza, así como una extraño sentir de comprensión que hacía mucho no sentía, específicamente por parte de ella.
—Muy diferente al otro grupo. —musitó Sakura cambiando su tono de voz.
—¿O-otro grupo? —pudo hablar finalmente con titubeo.
—Sí, a los que cometen actos atroces sólo porque pueden y les da placer hacerlo. O los que obran mal, a sabiendas de que están lastimando a otros y no les importa, pensando sólo en su beneficio.
—¿Cómo a…? —se abstuvo de preguntar si se refería a los tipos que habían matado a su amiga o a la anciana esa que la utilizó. Pero a su mente incluso llegó la imagen de Danzou, ese viejo que pensaba que definitivamente había sido un desgraciado desde nacimiento y que lo siguió siendo hasta su muerte.
—Uno de los colegas, que venía de otra región, nos contó la anécdota de un niño al que le gustaba torturar animales hasta matarlos, golpeaba a sus compañeros de clases sin motivo alguno, entre otras cosas horribles, pero en casa era todo un angelito. No era un niño de escasos recursos o rico, pero no sufría de privaciones. Tenía una familia dentro de lo que cabía normal, y cuando este médico lo revisó y le cuestionó por qué hacía todo aquello, el pequeño solamente respondió que era porque eso lo hacía sentir bien, que porque se sentía poderoso. Obviamente esto abrió la puerta a más hipótesis y posibles causas, pero aun así es un poco aterrador ¿No crees?
El cabizbajo Sasuke no alcanzó a responder al sentir como la mano de Sakura se apartaba de él.
—Perdón, invadí tu espacio personal. —dijo ella, sentándose sobre la cama.
—No…
—No sé por qué lo hice ni por qué te digo todo esto, supongo que quería acariciar algo y que alguien me escuchara. —interrumpió ella, soltando una risita— creo que me conseguiré un perro o un gato al terminar la misión.
"¿Perro?" —Sasuke pasó de la melancolía a la indignación. — "¡¿Acaso me vio como un perro?"
—Se lo pediré a Kiba o a la ancianita esa de los gatos, o ¿crees que Kakashi sensei me pueda dar a uno de los suyos? Bisuke es particularmente lindo y además habla y ¡vaya que habla!
"Hmmm…. ¿qué se cree esta? Hasta el nombre del perro ese se parece al mío" —siguió gruñendo el Uchiha por lo debajo. —Hmph… has lo que quieras. —dijo con cierto tono ofendido. —¿qué acaso te sientes sola?
—A veces… —respondió ella con completa sinceridad y una sonrisa, tomando la caja que él le había llevado, descubriendo que en el interior había una apetitosa rebanada de pastel con sus respectivos cubiertos. —¿Qué tendría de malo que tuviera un perro meneando su cola cada vez que llegara a casa o un gato que se paseara por mis piernas? —comenzó a comer. —Mmm… esto está delicioso.
—Hmph… pues si con ese tipo de afecto quieres conformarte…allá tú.
—No creo necesitar nada más, tampoco es que pueda aspirar a más.
Sasuke entrecerró los ojos, viéndola con sospecha.
—¿Por qué lo dices?
—Soy la reliquia. —respondió con sarcasmo, comiendo otro trozo. —No tengo la menor idea de cómo vaya a terminar todo este problema, a veces me imagino siendo libre, pero luego me cuestiono ¿libre para qué? Y es cuando comienzo a imaginar que seré una prisionera para una clase de sistema o algo por el estilo.
—No… pienses eso. —dijo el Uchiha, pensando que era un pensamiento bastante triste para ella, y sintiendo que, aunque no lo pareciera, ella se sentía de la misma forma, al juzgar por como seguía comiendo pastel probablemente en un intento de endulzar su amarga existencia.
—¿Por qué no?
—No sé… ¿Qué no aspiras a tener algo así como… Naruto y su esposa?
Sakura se quedó pensando.
—No.
—¿Por qué no? —cuestionó ahora él confundido, sin olvidar las fantasías que ella decía en voz alta cuando niña.
—Porque yo lo digo. —cortó ella de tajo, comiendo otro trozo. —¿Y tú? ¿Esperas tener algún día algo así?
Sasuke se cohibió, no había esperado que ella le preguntara eso.
—Perdón, estoy siendo entrometida. —dijo ella al notarlo. —¿Quieres un poco? —le mostró lo que quedaba del pastel. —Sólo no me lo avientes a la cara.
El Uchiha por supuesto entendió la indirecta, recordaba como cruelmente él había rechazado sus atenciones cuando eran niños, sólo por su absurda envidia a Naruto y su deseo de demostrar que era más fuerte que él.
—No, gracias. —respondió bajando la cabeza. —No me gusta lo dulce, pensé que ya lo sabías.
—Lo sé, pero ¿cómo sabes que lo odias si nunca lo has probado?
—Porque yo lo digo. —respondió tal cual ella, esperando no sonar tan grosero como pensó que sonaba. —Es… demasiado empalagoso, o al menos así se ve… no sé ni cómo puedes estarlo comiendo a esta hora. —agregó asqueado.
Sakura observó lo que quedaba del pastel y luego observó a su protector.
—Tú lo trajiste, y con respecto a lo otro, creo que sólo necesitas probar cosas nuevas, tal vez encuentres un dulce que sí te guste.
—¿Es alguna clase de consejo? —preguntó él con sarcasmo.
—Tómalo como quieras, sólo estoy diciendo lo que pienso, no lo tomes a mal.
—Uhn… para nada. —respondió él, pensando seriamente en sus palabras, pues, aunque hablaban de comida, lo que ella le había dicho había sido como un: date la oportunidad con alguien, puede que te guste. Y no estaba muy seguro si él aspiraba a algo como eso, no al menos con una persona que no fuera…
Se sacudió, tratando de descartar esa posibilidad.
—Ahh… ¡gracias por la comida! —dijo ella sin notar lo que pasaba por la cabeza de él. —Creo que me siento mejor. Gracias Sasuke-kun.
El aludido la observó de reojo.
—No hice nada.
—Me escuchaste, no sé si de mala gana o porque no tienes opción…
"Ninguna de las dos" —pensó él
—… pero de igual manera te agradezco. Estaba muy enojada por lo que había escuchado decir a esa anciana, pero creo que sólo lo ignoraré, ya no me confiaré en ninguna de esas tipas, ya les llegará el karma —dijo Sakura con una sonrisa. —Y gracias por supuesto por el pastel, quiero decir, agradécele a tu novia en turno.
—¿Novia? —El Uchiha enarcó la ceja sin comprender, aunque luego recordó la idiotez que le había dicho cuando le dio la cajita. —Hmph…mejor ya duerme, yo ya me dormiré… —cerró los ojos, dando por cerrada la conversación.
—Seguro, duerme bien…
Sakura se echó sobre la cama, envolviéndose entre las sábanas y le dio la espalda para intentar dormir. Mientras que Sasuke, volvió a abrir los ojos y la observó de reojo, sintiendo extrañamente una pequeña satisfacción dentro de sí, porque aquella rara interacción que habían tenido le demostraba que ella ya no le tenía miedo (o eso quería creer) y eso había provocado que en él naciera el sentimiento de la esperanza de que ambos pudieran volver a ser amigos.
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A la mañana siguiente…
—¡Vaya!... que deslumbrantes amanecieron. —insinuó Sakura con una sonrisita al encontrarse con el matrimonio en el pasillo.
Naruto sólo alcanzó a reírse sonrojado, mientras que Hinata se cohibió por completo, hecha todo un farolito enrojecido.
—Y ustedes se ven… —señaló Naruto. —Parece como si no hubieran dormido…—reconoció al notar las ojeras en ambos.
—Fue difícil conciliar el sueño, Sasuke-kun ya te informará. Hinata… ¿nos vamos a asear? —invitó Sakura, llevando ya un par de toallas entre sus brazos.
—Sí, vamos… —aceptó esta.
—Ustedes también deberían hacer lo mismo. —aconsejó Sakura, retirándose con Hinata. —Sólo Kami-sama sabrá cuándo podremos tomar otra ducha con agua caliente.
—Eh… sí. —acató Naruto despidiéndose para luego fijar su mirada en su amigo, el cual se veía bastante serio. —¿Qué pasó, Teme?
Sasuke sólo lo hizo seguirlo en dirección contraria para contarle.
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Dentro de los baños públicos, Sakura le contó discretamente a Hinata todo lo que había acontecido la noche anterior con la sacerdotisa y los planes de esta y su red de empresarios.
Hinata, como era de esperarse, se mostró sorprendida y a la vez se sintió como toda una tonta al ver que esa señora había logrado engañarlas con su palabrería y su manera de tratarlas.
—Por eso en cuanto nos despidamos, tenemos que irnos de aquí, y supongo que iremos a Kirigakure, por lo que escuchamos.
—Entiendo, aunque… ¿no crees que esa anciana trate de retenerte para que vayas al norte como esos señores querían?
—Que ni lo intente porque sería un rotundo no de mi parte.
—También creo que deberíamos informar al Hokage, ya que no sabemos qué tan al tanto estará de los lugares a los que nos están mandando, si es verdad que estás bajo la jurisdicción del fuego, deberíamos sólo acudir a los lugares que él asigne. ¿No crees?
—Sí. Aunque también creo que necesito guiarme por el instinto, no ser tan confianzuda ni ingenua. —suspiró agotada. —Pero la naturaleza, así como las personas son tan cambiantes y confusas.
—Sakura-chan. —musitó Hinata preocupada.
—En fin, ¿qué se le va a hacer? —se reincorporó Sakura un poco más animada. — Entre más pronto salgamos de aquí creo que podré despejarme…
—Sí. Aunque… etto… Sakura chan.
—Dime.
Hinata comenzó a enrojecer dentro del agua.
—Etto… ¿podrías hacerme un favor?
—Claro. ¿qué cosa? —cuestionó esta, viendo como Hinata parecía como si quisiera sucumbir al bochorno que estaba sintiendo.
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Por otra parte, saliendo del baño de hombres, Naruto seguía despotricando maldiciones después de lo que Sasuke le había contado. Se le hizo indigno y miserable la manera de actuar de esa anciana que definitivamente se había ganado (para él) el primer puesto a la peor sacerdotisa que había conocido.
—Ya cálmate, Usuratonkachi… Sakura decidió ignorarla, y nosotros debemos hacer lo mismo. Lo único que debemos hacer es que ya no ceda a ridículas peticiones.
—¡No puedo! ¡Dattebayo! ¡Es que arrhhggg! ¡Sakura-chan! —gritó abriendo de golpe la puerta de la habitación.
Sin embargo, dentro de esta sólo se encontraron con la asustada mucama que estaba haciendo la respectiva limpieza.
—¿Qué? ¿Dónde?
—Ah… Uzumaki-san. —reconoció la mujer. — Haruno-san y su esposa le dejaron esta nota, ellas ya se retiraron.
—¡¿Cómo?! —gritó Sasuke, asustando a la pobre mujer que comenzó a disculparse por nada.
Mientras que Naruto, extrañado de que ellas se hubieran ido sin avisar, abrió la nota para saber si ahí estaba el motivo.
"Fuimos a comprar medicamentos."
"Sakura"
—Teme… ¿Sakura-chan está enferma? ¿O sabes si el botiquín que ella lleva se vació?
—No, ¿por qué?
Le enseñó la nota.
—No, ella no está enferma. ¿No será tu mujer?
—¿Hinata? No, no creo, ella estaba muy bien…
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—En serio, Sakura-chan, disculpa las molestias. —seguía diciendo la tímida Hyuga de Uzumaki, mientras caminaban por las calles de la aldea de la roca.
—Ya deja de pedir disculpas, créeme que es bastante frecuente para mi atender este tipo de "favores", y aún estamos en tiempo. Aunque realmente me sorprendiste cuando me confiaste que habías dejado de tomar anticonceptivos.
—Sí, de eso hace algunas semanas, es que bueno, Naruto y yo…— se enrojeció, jugando con sus dedos. —Todo estaba muy calmado, yo ya casi no tenía misiones y las de él eran ahí mismo en la aldea o en regiones muy cercanas… entonces, un día lo decidimos, aunque claro que no esperábamos que nos fueran a asignar a una misión de esta magnitud.
—Mmm ya veo. Yo soy la que debería disculparse entonces, siento que estoy interfiriendo en sus planes. —dijo Sakura entristecida.
—¡Ah, no! ¡No, no lo digo por ti! ¡Digo, uno cómo puedes saber! Tú tampoco pediste esto, Sakura-chan.
—Tranquila. —sonrió ella levemente. — y… ¿Naruto está de acuerdo? Es decir, ¿qué comiences de nuevo a tomar anticonceptivos?
—La verdad ni se lo mencioné, pero creo que es necesario y él lo entenderá, no sabemos cuánto vaya a durar esta misión, ¡ah, pero no es tú culpa, Sakura-chan!
—Descuida, ya no te aflijas por eso, pero ahora que me comentas esto necesito que me contestes algunas cosas más para saber qué comprar. ¿de acuerdo?
Hinata asintió, tragando saliva.
—¿Cuándo tuviste tu último periodo?
La Uzumaki y lo pensó y comenzó a hacer cuentas mentales y con los dedos, y cuando sacó las cuentas dio un grito ahogado.
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Finalmente, en la farmacia, Sakura se puso en su modo médico, tratando directamente con el farmacéutico.
A un lado de ella, permaneció Hinata, totalmente enrojecida, ya que ella generalmente sólo iba al hospital, trataba con su médico de especialidad (mujer) y tomaba todo lo que esta le recetara, pero tratar con desconocidos y que estos fueran hombres la hacían sentir como si estuviera en la mira de todos, pensando que todos se cuestionarían por qué compraba esas cosas. Parecía ridículo, pero era como ella se sentía. En cambio, viendo a su amiga, esta estaba tan familiarizada que pedía todo como si estuviera escogiendo papas fritas de una repisa.
—Si tenemos, señorita. Estas son las preventivas que manejamos. —le mostró el farmacéutico unas cajitas de varias marcas.
—Gracias, me quedaré con esta. —escogió Sakura la que mejor conocía. —También deme el tratamiento de 30 días, y tres cajas de pruebas de embarazo de las marcas que tenga, y de una vez este listado de medicamentos y artículos. —le mostró una lista para agregar más cosas a su equipaje. —Por cierto, Hinata…
—Eh ¿sí?
—Si vamos a seguir en esta misión y Naruto y tú pretenden, bueno… ya sabes…
La Hyuga se enrojeció más que parecía ya no haber más tonalidades para el rojo.
—Él también debe de poner de su parte. ¿Comprendes?
—Eh… sí, claro. Sé que él lo hará.
—Bien, siendo así... —sonrió. — ¡Señor! —llamó al dependiente. —También quiero una caja de preservativos, por favor.
—Claro, señorita… ¿de qué medida?
—Hinata… ¿de qué medida?
—¿Eh? ¡¿Eeeehhhhhhhh?!
Ante aquella pregunta, la tímida Hinata casi sufre un derrame nasal.
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Después de la bochornosa escena en la farmacia, Hinata y Sakura buscaron un baño público, el cual encontraron en un edificio que estaba a unos cuantos metros de donde estaba la farmacia, ahí, cerrando el baño para más privacidad, la médico le pidió a la kunoichi hacerse los test de embarazo que había comprado.
—¿Cuánto tiempo falta, Sakura-chan?
—¿Desde la última vez que me preguntaste?, un minuto, ¡ya Hinata! ¡Cálmate! no te impacientes.
La kunoichi del byakugan, trató de mantenerse serena, pero se encontraba sumamente nerviosa, ya que por sus cuentas y la penúltima vez que había tenido relaciones todo podría cuadrar. Aunque Sakura también le había advertido que podía tener ciclos irregulares debido a que había suspendido los anticonceptivos y por dicho motivo se quería cerciorar con las pruebas que había comprado.
Así que ahí estaba, esperando por los posibles resultados que podrían salir en las tres tablillas que estaban frente a la médico, y las cuales, según sus respectivas instrucciones, si marcaban una línea de más a los tres minutos, significaba que había alguien más dentro de ella.
Su nerviosismo ya la estaba haciendo alucinar, pues no dejaba de verse así misma en plena misión con un pequeño rubio entre brazos, o tal vez un pequeño con cabellos negros o con byakugan u ojos azules. Múltiples combinaciones que se podían formar entre su esposo y ella y que definitivamente traerían más felicidad a su hogar; sin embargo, al cabo de finalizarse el tiempo para las pruebas y dejar un minuto de más sólo por si acaso, ninguna de las tablillas se tiñó con otra línea, lo que significaba un rotundo negativo.
Hinata se decepcionó un poco al ver los resultados.
—Ten, ya puedes tomarte esta píldora preventiva. —le dijo Sakura, sin mencionar nada sobre los resultados, ya que eran evidentes para ambas. —De igual manera antes de empezar el otro tratamiento, me gustaría hacerte una prueba de sangre en unos días y también de preferencia, esperar a que tu periodo llegue para que empieces a tomar estos otros anticonceptivos. Si Naruto quiere tener relaciones, menciónale lo del preservativo.
—Sí, Sakura-chan. Lo que tú digas. —respondió Hinata con una leve sonrisa.
—Ay, Hinata, pero no pongas esa cara… no es el fin del mundo, ya se dará, ya verás.
—Sí, lo sé… sólo que se siente extraño, o al menos así lo siento. Creo que dejé volar mi imaginación mucho. Lo siento.
—No te preocupes, te diría que te comprendo, pero la verdad no tengo idea de lo que sientes, sólo puedo decirte que aún hay mucho tiempo. —le dio un poco de agua. —Te advierto que la píldora preventiva puede ser muy amarga al contacto con la lengua, así que trata de tragarla rápido.
—Eh sí, pero… ¿cómo lo sabes?
—¿Eh? ¡Ah! ¡Fue por Ino! —explicó esta con una risita. —Ella me dijo que era muy amarga.
—Oh, ya veo… —musitó esta levemente, tomando rápidamente la píldora que en efecto era muy amarga y la hizo hacer varias muecas de desagrado.
Definitivamente sabía espantosa.
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—¿Dónde estarán Hinata y Sakura-chan? El dependiente de la farmacia dijo que salieron rumbo a esta dirección. —se preguntó Naruto, con sus manos reposando en su nuca.
—No te desesperes, ya aparecerán… pero más vale que lo hagan rápido, ya quiero largarme de aquí.
—¡Ah, mira! ¡Allá están! —señaló Naruto, viendo que salían de uno de los edificios. —¡Oy! ¡Hinata, Sakura-chan!
Las chicas al verlos corrieron a su encuentro.
—¿Dónde se habían metido? —regañó Sasuke.
—Tuvimos una emergencia de chicas. —insinuó Sakura, por lo que Sasuke optó por no preguntar más al imaginarse qué clase de cosas. —¿Ya están listos para irnos?
—Desde hace mucho, Sakura-chan, tenemos mucho de que hablar. —la apuntó Naruto.
—Me imagino de qué, pero no aquí, por favor.
—Por supuesto, así que vayamos a despedirnos y nos largamos.
Quedando el plan, el grupo de shinobis fueron a presentarles sus respectivos agradecimientos al Tsuchikage y Kurotsuchi por su hospitalidad, y aprovecharon estar en el lugar del kage para comunicarse con su respectivo líder, el cual por supuesto les dio a entender que las sacerdotisas se estaban atribuyendo tareas que no les correspondían al decirles a donde ir.
—Si no es porque Gaara me informó que iban para Iwagakure, no me doy por enterado, si esas ancianas vuelven a decirles a donde deben de ir, primero comuníquense conmigo. —advirtió Kakashi.
—Realmente estamos apenados, Kakashi… esa anciana nos dijo que estaban avisados. —dijo el Tsuchikage en justificación.
—Lo entiendo, no hay problema, pero ha sido difícil lidiar con ellas, ya que creen que la reliquia es parte de su jurisdicción. En fin, que bueno que tomaron la iniciativa de comunicarse conmigo, ya que el país del agua es quien te necesita ahora, Sakura.
La de pelo rosa suspiró, comenzando a sentir un poco de preocupación por lo que eso pudiera significar.
—Sin embargo, no van a ir directo a Kirigakure.
—ah, ¿no? —Naruto se confundió.
—No, dejaré que Shikamaru les explique la situación.
En la pantalla de comunicación, apareció el Nara con su usual pose de aburrimiento.
—Hola a todos, que bueno verlos. —saludó perezosamente. —En fin, a lo que venimos. La Mizukage y su gente, incluyendo a su sacerdotisa, creen que el origen del desbalance climático que está afectando a su país con una onda de calor proviene del mar.
En la pantalla, apareció un mapa de las naciones, el área que señalaba Shikamaru estaba ubicado en el mar, en un punto que estaba a unos cuantos kilómetros de las costas del país del agua.
—Lo que te piden, Sakura, es si puedes ir ahí y hacer lo tuyo, creen que, si detienes lo que sea que se encuentre en este punto, dejará de afectar al país gradualmente.
—¿Y cómo saben ellos que es ahí? —preguntó Sasuke no muy confiado.
—Explicarlo sería algo fastidioso y complicado, al menos para alguno de ustedes, pero para hacer un resumen rápido dijeron que el clima tan caluroso que presentan se resiente más en el mar, cuyo pH aumentó drástica y peligrosamente, supongo que tú si sabes de lo que hablo, Sakura ¿No es así?
—Sí, lo comprendo.
—Yo no. ¿Qué es el pH?
—Es un coeficiente que indica el grado de acidez, Naruto. —explicó Shikamaru con fastidio. —En fin, esto ha provocado que diversas criaturas marinas o su flora se hayan visto afectadas y por consecuencia también a los habitantes del país, pero no sólo eso, si esto continúa así, puede provocar en un futuro no muy lejano una super tormenta como la que afectó a Sunagakure.
El equipo 7.2 y Sakura se preocuparon por la magnitud del problema.
—Sakura. —habló Kakashi. —Aunque parezca increíble a la gente de Kirigakure y en general al país del Agua les importa más sus mares y océanos, por eso mismo te piden, por favor, que vayas directamente a este, si se puede, que lo recorras dentro de esta área, señaló la ruta a seguir en el mapa, y que hagas tu función como la reliquia en donde más creas conveniente.
—Entiendo, Kakashi-sensei… lo haré.
—Un barco los estará esperando para zarpar en las costas de la nación del fuego, Sasuke…
—Sí, ya sé… y no tengo problemas con usar el rinnegan, aunque me costará algo de chakra debido a la distancia.
—Te lo encargo. —asintió Kakashi. —Naruto, Hinata…
Los aludidos se irguieron, esperando sus respectivas instrucciones.
—Pórtense bien.
La pantalla entonces se apagó, para el matrimonio Uzumaki fue como si el Hokage estuviera enterado de sus actividades "extralaborales" lo que los hizo enrojecer como un par de tomatillos, en especial Hinata si se preguntaba si era tan obvia en sus expresiones. Definitivamente había sido una mañana muy bochornosa para ella.
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Para el punto del medio día, el equipo 7.2 y Sakura estaban en las afueras de la aldea, listos para marcharse y teniendo solo a Kurotsuchi y a su escuadrón como sus respectivos escoltas.
Sakura se despidió a lo lejos de Morio, que tímido, le correspondió el gesto, pese a la pesada mirada de uno de los miembros del equipo 7.2, que al cabo de un segundo optó sólo por desviar su mirada a otro lado para hacer su trabajo y abrir el portal que los trasladaría de una nación a otra.
—¡Adiós, nos vemos!
Se despidió Naruto, siendo el último en entrar al portal y cuya mano vendada fue lo último que presenciaron los sorprendidos shinobis de la roca.
—¡Bien, escuadrón, vuelvan a sus tareas! —ordenó Kurotsuchi.
El grupo de hombres y mujeres se dispusieron a marcharse, cuando un escandaloso grito se escuchó a lo lejos.
—¡Esperen! ¡que no se vayan!
Era la anciana Jin, la cual, a pesar de ser una anciana, andaba a toda prisa.
—Demasiado tarde, señora. Se han marchado. —avisó Kurotsuchi de brazos cruzados, ya muy bien enterada de los negocios de la vieja.
—No, no pueden…—se quejó esta agotada y casi sin aliento.
—¿Por qué no? ¿Acaso tiene otro negocio que cerrar? —insinuó la futura kage.
La anciana captó inmediatamente la indirecta, y se sintió descubierta ¿y se preguntó si la habían mandado a espiar?, aunque pronto se sacudió ya que ahora era en serio.
—¡Olvídate de eso, niña tonta! ¡Nuestro país está en riesgo!
—¡¿A quién le dice niña tonta, vieja tarada! ¡Y explique a qué se refiere con todo ese cuento!
—Se necesita a la reliquia en los campos del norte.
—¿Para?
—¡Una tormenta de nieve! ¡Toda la cosecha se ha quemado en menos de un día! Y por lo que me dijeron, esa tormenta de nieve viene hacia la aldea…
—¿cómo? —musitó Kurotsuchi viendo una real preocupación en la anciana.
No estaba mintiendo.
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Costas del país del fuego.
El portal se abrió frente a un muelle. El equipo 7.2 y Sakura salieron, siendo Sasuke el último en hacerlo para posteriormente cerrar el portal. Una mueca de agotamiento se mostró discretamente en su rostro, así como algunas gotas de sudor que calaron en su piel, debido al viento helado que soplaba en la costa.
Sakura lo observó de reojo y cómo médico (que seguía siendo) se preocupó.
—Sasuke-kun
—No es nada. —le interrumpió este, imaginándose lo que le diría.
Sakura optó por no decir más, mientras que Naruto y Hinata observaban el muelle a lo largo y ancho.
—¿Cuál de todos será el barco que Kakashi sensei mencionó? —se preguntó Naruto, tratando de ver alguna señal que les indicara cuál era su medio de transporte.
—¡Hey! ¡Aquí! ¡Naruto, Sakura-chan!
Y como si lo hubiera invocado, su señal provino en forma de grito de una persona que no esperaba ver en ese sitio.
—¡Ah, es el Cejotas! —señaló Naruto, viendo a quien estaba trepado en lo más alto del mástil del barco.
—¡También está Tenten y Shino! —reconoció Hinata.
—Parece que más gente se unirá a nuestra travesía. —concluyó Sakura al ver como el energético equipo, o al menos Tenten y Lee, los apresuraban a ir con ellos.
Solamente Shino era el que se mostraba tranquilo y casi invisible a los demás.
—Lo que me faltaba. —pensó Sasuke con su mala cara, creyendo que ya eran demasiadas personas en esa misión, pero suponía que aquellos 3 estaban ahí porque sabían navegar un barco.
Y dicho y hecho, su teoría fue confirmada cuando, al subir al barco, Tenten fue la que les dio la bienvenida oficial y se presentó como la capitana del barco, y la que los llevaría al punto donde se estaba presentando el problema.
Continuará.
NA: quería seguirle, pero mejor le corté hasta aquí. Esta temporada será un poco más larga a las anteriores, pero creo que ya estoy más allá de la mitad de esta. Jejeje,
Agradecimientos especiales a: Loquesea, Margaces, Blossommarie, Susana y los guest. También a todos los que mandan sus comentarios y votos en Wattpad o comentarios por FB.
Saludos.
